Kiusbell Rodríguez Castiñeira


Cabotín Teatro repone Adentro en el aniversario de la ciudad de Sancti Spíritus

En la víspera del aniversario 507 de la fundación de la ciudad de Sancti Spíritus, este jueves 3 de junio, el Teatro Principal será el escenario propicio para la realización de una función especial de la obra Adentro, del dramaturgo Abel González Melo, bajo la dirección de Roger Fariñas, en coproducción Cabotín Teatro y Los Impertinentes.

Adentro narra la historia de un joven, Daniel, que hace tatuajes para ganarse la vida mientras trama el mejor modo de abandonar el país junto a su novia, Aleorka. Enrique, el hermano de Daniel, le ofrece un pacto que en principio parece factible para cumplir su propósito de irse del país, pero que, en definitiva, desatará una turbia espiral de comportamientos tocados por el amor, la locura y la muerte. Con Adentro, el binomio González Melo-Fariñas propone un viaje interior y analiza cuán perversa llega a ser la mente del ser humano cuando ansía algo y está dispuesto a todo por conseguirlo.

Sonia Almaguer/cortesía del grupo.

 

«Las grandes epopeyas llegan hasta hoy porque las hemos contado, siglo tras siglo, con el resquemor de que la historia la escriben los vencedores. En Adentro, en cambio, nadie vence. Su grandeza no radica en la gesta utópica de buscar la inmortalidad a la manera de Gilgamesh, ni siquiera en rememorar la clásica relación entre Caín y Abel. Aquí todo es grandioso desde la particularidad: esta es la epopeya de una familia cubana que lleva las manos manchadas de sangre. Una familia que sobrevive, calla, miente, traiciona y asesina, y donde cada quien, como eco rashomónico, cuenta la historia a su conveniencia. Es la epopeya de los hermanos Enrique y Daniel, un policía y un tatuador», nos cuenta Roger Fariñas, el director de la puesta en escena.

Sonia Almaguer/cortesía del grupo.

 

Por otra parte, el dramaturgo Abel González Melo ha confesado que: «Roger se ha atrevido a recomponer el puzzle en el corazón de la Isla. Me incitó a reescribir, a dinamitar la estructura, a conectar las voces del deseo y la muerte. Paso a paso fue intuyendo los signos, los parajes, los susurros. Se ha ido arriesgando, cada vez más, a entrelazar los rincones de la fábula y la vida. Y ha tenido la suerte de que este enorme equipo de actores y diseñadores confíe en él y lo siga en el difícil viaje de las tinieblas a la luz. Juntos proponen un tempo, una temperatura, una cadencia en sordina para contar la angustia y la traición. Hay en su espectáculo algo de ritual desquiciado y de herejía palpitante. El trazado escénico desenfoca los límites, fragmenta el claroscuro, monta en paralelo, alimenta lo más salvaje. Un teatro despojado, enigmático, bello, que me enfrenta a la pasión y al espanto que un día fui. Que sigo siendo».

Una primicia de esta reposición, a dos años de su estreno absoluto en Cuba, es que cuenta con el elenco original: Anna García, Judith Gallo, Alejandro García y Alexander Cruz. El equipo artístico está conformado por Carlos Celdrán (asesor dramático), Liobis García (asistente de dirección), José A. Rodríguez (diseño de escenografía, luces y gráfica), Ale García (diseño de vestuario), Ángel Luis Montagne (concepto y realización de los tatuajes), Omar Valiño (asesor teatral de Cabotín Teatro) y Laudel de Jesús (director general de Cabotín Teatro).

Sonia Almaguer/cortesía del grupo.

 

Así es que las artes escénicas locales se suman a los festejos de la otrora Villa del Espíritu Santo, con un aforo mínimo en la sala y tomando las medidas pertinentes de seguridad y de distanciamiento. El Teatro Principal de esta urbe vuelve a abrir sus puertas tras varios meses de clausurado a causa de la pandemia para acoger a un público ávido de teatro.



Un festival de pueblo

                                                   I

CARTEL DE PROMOCIÓN DEL FESTIVAL DE TEATRO AFICIONADO. FOTO: CORTESÍA DEL COMITÉ ORGANIZADOR.

Regreso a la cuna que me vio nacer, como dice la popular canción, al municipio de Fomento donde es tradición, desde hace poco más de tres décadas, la realización del Festival Nacional de Teatro Aficionado «Olga Alonso». En esta fiesta teatral que implica a grupos de todo el país, y en últimas ediciones también a grupos extranjeros, con la habitual complicidad del avezado público local, pues fui primero un simple espectador, luego, con el tiempo desarrollé mis primeras inquietudes como director y presenté en varios encuentros mis puestas en escena. Hoy, mi participación allí cobra otra dimensión, en este caso como metodólogo de teatro del Consejo Nacional de Casas de Cultura, mas, nunca he dejado de asistir a la cita.

Con esta primicia he intentado mirar con ojo indagador la edición XXXI correspondiente a este 2020, celebrado entre durante el mes de marzo, donde, quiero comenzar aplaudiendo que el programa se realzó con la inclusión de las esperadas presentaciones de las puestas en escena, tanto de la muestra nacional como la internacional; así como de talleres y actividades colaterales que complementaron y prestigiaron la cita.

El festival se mostró diverso, dinámico e intenso. Entre las novedades de la programación se puede resaltar la creación de un nuevo espacio para la presentación de performances, y para la ocasión nos visitó, por la parte cubana, el proyecto de David Valera con una intervención titulada Ese tipo humano, engañosamente civilizado; mientras que, por la parte extrajera, tuvimos la oportunidad de presenciar Observaciones, de la compañía alemana Uniater/Fritzaho. Ello evidencia que los artistas aficionados también se mueven en la búsqueda de nuevos horizontes creativos, y la exploración de nuevas tendencias y prácticas escénicas.

II

El festival recibió a 12 grupos de nueve provincias del país, ocho en calidad de competencia y cuatro de invitados. Nueve grupos extranjeros de cinco países llegaron hasta el enclavado municipio ubicado en el centro de Cuba: Portugal, Alemania, Italia, México y Colombia. Y, además, recibimos a Cheikn Okbaoui, el representante de la UNESCO en Argelia. Celebro que el festival recibiera una muestra extranjera amplia y de calidad, grupos que pertenecen a la Asociación Internacional de Teatro Amateur AITA, lo cual evidencia un interés puntual de los miembros por la parte cubana de que nuestros creadores dialoguen con otras experiencias.

La compañía Xutil Teatro Circo de México, que dirige Yalú Déciga, con el espectáculo Las aventuras de Trapeador y Cotonete, fue una de las propuestas que sobresalió, poniendo a dos actores que interpretan a Cotonete y Trapeador, personajes creados para representar las más diversas formas de andar e interactuar en la calle con los espectadores: protagonistas de un arte que incorpora, además, técnicas del clown, circo. Tuve la oportunidad de verlos en Bejucal unos meses antes, en la jornada de teatro Blanca Becerra, y confieso que encontrarme de nuevo con ellos fue una dicha.

APERTURA DEL FESTIVAL. FOTO: ALEJANDRO MENÉNDEZ

Por su parte, en la muestra cubana imperó el teatro de sala, no hubo esta vez grupos de teatro de calle, y solo uno fue de teatro de títeres. Uno de los montajes que más conmovió fue Terapia del sumidero, del grupo Teatro del Retorno, de San Antonio de los Baños, ante el cual, como mencioné antes, el «avezado espectador foméntense» pudo disfrutar de un teatro experimental, y con una concepción diferente a lo que habitualmente se ha presentado en el festival. Desde un espacio alternativo en el patio del museo, reutilizado como escenario, emerge la reflexión de la propia obra, un ritual interpretado por dos actores con máscaras de pico de ave —parecida a las que usaron los médicos especialistas para tratar a aquellos que padecían de la peste—, el río Ariguanabo —que nace y muere en el territorio del municipio—, así como la relación del hombre con la naturaleza. Estos son los pretextos espaciales que escoge Alexander Diego Gil para la representación, un ritual que parecía que nos estuviera advirtiendo sobre lo que días después llegó a la isla: una pandemia que aun el hombre no ha podido detener. No es casual que el grupo recibiera el Premio de Mejor Diseño Escenográfico, por la exquisitez de su concepción.

BK2. FOTO: ALAIN MIRA.

Solo dos monólogos comparecieron en el festival. De la provincia de Las Tunas llegó el grupo La Corniza con el archiconocido argumento de Emelina Cundeamor, del importante dramaturgo Eugenio Hernández Espinosa, e interpretado por Beatriz Sabrina Ricardo. Con este texto, Hernández Espinosa, dramatiza una problemática identitaria sobre inacabados procesos coloniales racistas, aún vigentes en muchos microsectores de nuestra sociedad. La joven actriz logra mostrar a una mulata que expone entre comentarios sarcásticos, con un humor certero: el desmoronamiento de su matrimonio. Su director, Miguel Ángel Amado, supo guiar a la actriz en una concepción que resultó concentrarse en el trabajo del actor, y para ello utilizó solamente una mesa, una silla, una peluca y otros objetos muy elementales con los cuales logra concentrar la acción, y que permiten vislumbrar la confluencia social del personaje; de ahí que la actriz obtuviera el Premio a la Mejor Actuación Femenina.

BK2 es el título del otro monólogo que estuvo en competencia, a cargo del grupo habanero Té−Atro, escrito y dirigido por Elio Fidel López Vela, quien supo hallar, antes que todo, la verdad de un personaje en su accionar a partir del mismo verbo, y que el actor Iván Collazo Garcés asumió con una madurez impecable. El texto muestra a un joven estudiante que para ganar dinero trabaja de transformista en un bar nocturno, el personaje establece un diálogo con la realidad de muchos jóvenes en el presente. El dormitorio de una beca es el espacio que ha escogido el director para desarrollar la acción. Iván Collazo logra con intensidad ciertas atmósferas para representar el universo del personaje a partir de las emociones que va desencadenando, cada recurso que encontró para su interpretación lo hicieron ganador del Premio a la Mejor Actuación Masculina

Cenital Teatro, grupo del municipio sede, presentó Pasaporte, una obra de Yunior García, texto que ha sido representado por varios grupos en el movimiento de artistas aficionados, pero, que, esta vez, el director Génder Hernández realizó un montaje sencillo, sin perder la estructura de la obra. El director logra una armonía en la escena que construye, básicamente, desde la concepción del espacio y los elementos que lo conforman, pues la escenografía tiene un impecable acabado constructivo que supo adaptar de manera funcional para cada una de las escenas.

En sentido general se aprecia un montaje en el que cada actor domina un registro de caracterización que atrapa al espectador y lo identifica, y ahí radica su principal arma. Merecido fue, entonces, que el jurado decidiera otorgarle el Premio a la Mejor Puesta en Escena.

III

Fue una idea loable que la crítica especializada estuviera por segunda vez en el evento. El prestigioso crítico e investigador teatral Jaime Gómez Triana, invitado especial a esta edición, opinó a propósito: «Creo que los más relevante definitivamente es el público del evento. La cercanía que todo el pueblo tiene al teatro. El festival tiene una gran relevancia en términos de lo que hace para la comunidad en particular. El pueblo también lo espera, lo desea y contribuye a su éxito». Gómez Triana realizó un taller de crítica, que constituyó un espacio idóneo para la superación técnica de los directores, actores, instructores y metodólogos que asistieron al certamen. Otro taller que se efectuó y que los participantes agradecieron fue «Ejercicios escriturales para mundos mínimos», impartido por la maestra Blanca Felipe Rivero.

ENTREVISTA. FOTO: ALEJANDRO MENÉNDEZ.

El evento continúa la tradición de programar presentaciones a las comunidades, barrios y escuelas del municipio. El Juglar del Cisne presentó la obra de títeres Beatriz y los Papas Malvas en la comunidad de Jíquima, donde los niños y toda la familia pudo disfrutar de esta agrupación de Pinar del Río, por los resultados y el amplio repertorio que han venido desarrollando en la modalidad de teatro de títeres, este grupo es ya un referente importante en el país.

Positivo fue invitar de nuevo a la Compañía Teatral La Andariega, de la provincia de Camagüey, de una marcada participación en la historia de este encuentro anual. En esta ocasión presentó Cuentos de Palacio, con una gran aceptación por parte el público. Resulta válido destacar las actuaciones de niños que hacen teatro con una verdad y calidad artística en la escena.  

TALLER DE LA CRÍTICA. FOTO: ALEJANDRO MENÉNDEZ

Para esta edición en especial se creó una comisión curatorial que realizó una audición a los grupos por las provincias del país para seleccionar la muestra nacional. Y es que realizar un evento de esta magnitud requiere del esfuerzo y la dedicación de los organizadores que, en cada proceso, antes y durante el festival, deben mantener el diálogo cómplice, para poder continuar realizando mejores ediciones.

Me gustaría terminar invitando a una reflexión, y es que un festival de tanta significación para el movimiento de artistas aficionados del país, y con tan honda marca identitaria en los pobladores de Fomento, amerita que se pueda construir una sala de teatro en la Casa de Cultura con recursos técnicos mínimos, como equipos de luces y de audio. Ello facilitaría poder invitar grupos de la vanguardia artística que han mostrado su interés por participar del evento, pero se han visto limitados, precisamente, por estas cuestiones técnicas. Grupos y espectáculos que, sin dudas, prestigiarían nuestro Festival Nacional de Teatro «Olga Alonso».



Cavilación teatral a 969 km

Cuando comencé en el ISA a estudiar la carrera de Teatrología fui conociendo el resto de los compañeros que pertenecían al grupo de nuevos estudiantes del curso por encuentros. Me faltaba conocer al único que entró en Dramaturgia. Curioso por saber quién era, en la primera semana que coincidimos, no esperé mucho, y una noche de camino por la calle 23 lo invité a un café, y él aceptó la invitación. Supe ese día que teníamos algo en común, el anhelo de ser directores de teatro. Luego de visitar a Santiago de Cuba pude apreciar dos de sus obras. Al conversar con Juan Edilberto Sosa la pasión por el universo de las tablas y la creación se respira, se siente. Su pasión se descubre en sus palabras.   

¿Cómo ves en la distancia aquellos primeros trabajos que realizaste antes de crear formalmente tu proyecto La Caja Negra en relación con el presente?

El primer montaje de La Caja Negra hasta ahora son trabajos que pertenecen a una primera etapa creativa y los anteriores eran los que hacía con aficionados que respondía a las exigencias del movimiento de artistas aficionados porque era el vínculo laboral que tenía en aquel momento en una Casa de Cultura.

Siempre tenían una mirada estética, un poco divergente a lo que normalmente se percibía en el movimiento de artistas aficionados, de hecho, ese pensamiento es el que me hace dar el paso al camino profesional, a vincularme con otros creadores que pudieran entender lo que perseguía. Lo que realicé en un principio tenía que ver con la etapa en que me había graduado de la escuela de Instructores de Arte. Comenzaba a documentarme mucho, era la iniciación de una formación que todavía continúa.

El deseo, Los peces salieron a combatir contra los hombres, El plan B es seguir al plan A, fueron los primeros montajes con La Caja Negra, creados con cierta ingenuidad, y a la vez muy pretenciosos; conceptualmente lo que quería lograr en escena era difícil. Lo actores se estaban adaptando a una propuesta que normalmente no era lo que ellos veían ni lo que su sistema de formación académica les había enseñado; todo eso entorpecía.

Mirando en la distancia, te puedo decir que los primeros trabajos estaban definidos y conectados con lo que estoy logrando ahora, desde una misma ideotemática, filosófica, de sistema de trabajo con el actor, en relación con nociones de teatralidad, el lenguaje, la puesta en escena, el texto.

tomada del perfil de facebook

Uno siente que hay una organicidad en el proceso que ha sido el trabajo diario en mi práctica como joven director con el grupo que fundé de experimentación escénica La Caja Negra y que ha motivado a otros creadores jóvenes en involucrarse con el proyecto.

Tengo actores que ya cobran un salario por pertenecer al grupo, pero hay otros que trabajan conmigo gratis, en un mundo en el que trabajar gratis hoy es complicado, y sabemos las consecuencias que eso lleva y se han mantenido porque ven en nuestro proyecto una mirada definida sobre el teatro que queremos hacer como individuo en relación con las inquietudes artísticas que cada cual puede tener.

¿Qué factores artísticos te hacen fundar tu propio grupo?

Lo que me hace fundar mi propio grupo está dado en la necesidad de expresarme y sabía que ya era el momento para empezar a trabajar en un camino como director, que no era el del movimiento de artistas aficionados ni como Instructor de Arte. Necesitaba dar un paso, buscar más.

Trabajar junto a personas que complementaran mi creatividad, que pudiéramos llegar a algo juntos, trabajo con artistas que en ocasiones no tienen que ver específicamente con el teatro, un realizador audiovisual, un Dj…, por eso es un grupo de experimentación escénica.

Cuando miré el panorama teatral santiaguero descubrí que faltaban matices en esa manera de hacer teatro en Santiago, que no había códigos renovados. Entonces comprendí por el contexto que debía comenzar un viaje a la inversa, que no debía ir a un teatro que fuera directo a esos códigos, sino que tenía que empezar un proceso de aprendizaje fuera de la ciudad para no viciarme.

Ando en la búsqueda de conectar mi trabajo con Santiago desde los presupuestos estéticos que estoy desarrollando y que pueda ayudar a actualizar un teatro que se ha quedado huérfano. Tuve muchos pensamientos que fueron contribuyendo a fundar el grupo.

¿Por qué surge la iniciativa de crear un festival de teatro experimental en la ciudad de Santiago?

Ante la ausencia que dejó un evento de teatro joven en Santiago nombrado Teatro de Otoño, dedicado a los jóvenes más cercanos con una creación viva. En el 2017 decidimos desde la sección de Artes Escénicas de la AHS en Santiago crear un encuentro que nos permitiera dialogar con la vanguardia del teatro en Cuba. Una vanguardia distante, focalizada en su mayoría a 969 kilómetros de distancia.

Las preguntas que surgieron nos llevaron a otras. Por ejemplo: ¿Qué tipo de espacios debíamos crear? ¿Cómo dialogar desde nuestras propuestas con ese espacio en una ciudad sin norte teatral? Miramos a nuestro alrededor y fuimos descubriendo que algo había comenzado a cambiar.

 A partir de la creación del grupo que dirijo de experimentación escénica, La Caja Negra en 2016, un sector de los creadores jóvenes había empezado a experimentar en la escena, no como un suceso aislado, sino como una praxis consciente y definitoria para sus proyectos. Tal vez de manera instintiva más que de entender que había que cambiar algo. No nos pusimos de acuerdo para hacer eso. Lo hicimos y ya. La acción de crear desde el cambio fue una luz para definir cuál era ese espacio de diálogo que necesitábamos.

Tuve la oportunidad de asistir como invitado a la tercera edición del festival Desconectado a 969 que organizas, esa vez realizado en noviembre de 2019. Como miembro principal del comité organizador y director teatral del grupo anfitrión, ¿qué valoración tienes sobre esta edición?

Cartel de promoción del Festival de Teatro Experimental. Foto: Cortesía del entrevistado.

A través de estas ediciones el festival ha ido logrando pequeños saltos. Ya es un festival organizado y pensado. Ha comenzado a convocar a un sector de la vanguardia teatral cubana y se ha insertado la crítica especializada.

Se realiza un proceso de curaduría, el cual considero ha sido más serio. La iniciativa de lo experimental debe hacerse sentir a lo largo de 969 kilómetros, una desconexión que nos conecta por defecto. A pesar de eso la muestra de esta edición fue interesante, bien diseñada en un programa que tal vez haya que seguir trabajando en la formación de público con acciones directas.

Para mí es muy importante el público que ama el teatro y no lo practica, ese es el gran medidor. El otro público, el especializado, está modificado por sus gustos, deseos y frustraciones. Hay que lograr crear un registro del evento, un boletín, trabajo de prensa especializada, fotografía profesional, de manera que se registre lo acontecido y quede para la memoria gráfica del evento. Se ha pensado, pero aún no se ha ejecutado.

Un evento como este no pone límites a las propuestas, ni de espacio, ni de capacidad de públicos, ni de falsas jerarquías y falsa vanguardia. Es un espacio para confrontar los artistas de la joven vanguardia, sincero y rebelde como debía ser todo arte, y esto a veces no es bien visto, la historia nos lo recuerda constantemente. ¿Qué pasaría cuando algunos creadores me digan que su espacio ideal para mostrar su arte es en lugares privados, casas de viviendas, negocios particulares? Eso podría ser una maravillosa idea, poder mover nuestro arte hasta esos lugares donde lo que prima es el ocio.

Te vinculas al grupo El Ciervo Encantado que dirige la maestra Nelda Castillo, ¿por qué ese vínculo?

Considero que cada cual debe saber que es heredero, o que tiene un padre creativo, es un padre que no tiene nada que ver contigo, ni siquiera conocerte, tiene que ver con la influencia que esa obra, o ese creador tenga sobre lo que tú haces, o la conexión que en algún momento uno descubre que tiene con alguien que tiene ya un camino transitado y que te puede, de alguna manera, servir.

Cuando empecé a pasar la vista sobre el panorama teatral cubano, en festivales que fui asistiendo, comencé a buscar en los maestros, en los grupos que pueden servirte como referente. El referente para un joven creador es muy importante, al igual que saber quiénes son los maestros, los que llegan a ti con su obra.

En mi caso hay un espectáculo que me cambió la vida, es Visiones de la Cubanosofía. Desde que la vi me dije, “¡eso es lo que quiero hacer!” Sentí la necesidad de crear algo así, un arte vivo, un resultado concreto que sea capaz de provocar en el espectador lo que había provocado en mí.

 El Ciervo Encantado me brinda eso como grupo, la ilusión, la utopía de que el arte pueda generar algo en la persona y lo convierta en un ser mejor, te hablo de un grupo que está dentro de la vanguardia artística del teatro en Cuba, incluso es un referente internacional para muchos, claro, entiendo que estoy totalmente conectado a ellos con mi trabajo, porque realizan procesos creativos sobre lo performativo, trabajan con la máscara fija…, conceptos sobre puesta en escena que me interesan y donde mejor lo he visto logrado en los últimos tiempos, desde mi experiencia, creo que es ahí, en El Ciervo Encantado.

Actualmente estudias la especialidad de Dramaturgia en el Instituto Superior de Arte. Conozco además que te interesa llevar a escena tus propias escrituras, ¿crees que ingresar en esta carrera le aportará resultados a tu formación? Coméntame tu experiencia en el ISA.

El ISA es mi segunda carrera universitaria, no espero un resultado concreto cursando estos estudios. Simplemente lo veo como parte de la formación que necesito, después que me gradúe estudiaré algo más, por ejemplo, me interesa alguna maestría, un doctorado. Siento que es una manera también de estar conectado con nuevos conocimientos ya que la universidad te ayuda a seguir formándote.

Soy un director joven y necesito tener vínculos directos con mi generación, eso no lo encuentro en la ciudad donde vivo. El ISA ayuda a que allí nos encontremos todos. Es otra acción de superación, al igual matriculo en un taller, aplico a una beca de creación.

Espero graduarme y tener las herramientas para seguir ejerciendo la dramaturgia y la dirección que necesita mucho del trabajo del dramaturgo, ya que me gusta hacer un trabajo de autor donde pueda dirigir mis propios textos o intervenir los de otros autores para crear mis propios códigos textuales dentro de la escena. Entonces espero que no sean cinco años en vano, porque lo asumo con mucho rigor, como prioridad, y siento que será muy útil para mi futuro como artista.

Me consta que te mantienes al tanto de los nuevos títulos que se escriben en Cuba, ¿qué opinión tienes sobre la más reciente dramaturgia cubana desde tu mirada como director de teatro?

En Cuba hay varios dramaturgos. Si hablamos sobre dramaturgia actual, no podemos hablar de los últimos dos años, tres años ni siquiera de cinco. Tenemos que hablar de que hay un movimiento teatral novel que comprende una etapa más grande porque generacionalmente los nombrados novísimos en edad estamos muy cercanos.

Cartografía para elefantes sin manada. Foto: Belice Blanco.

Esa generación se ha mostrado irreverente, de alguna forma capaz de dinamitar zonas de la dramaturgia cubana que estaban un poco anquilosadas. Los que han estudiado la dramaturgia y siguiendo los textos nuevos que se publican, hemos heredado parte de una contaminación que tiene que ver con esa rebeldía y la conceptualización real de un proceso como subvertir la escena cubana actual. Creo que eso en su momento se lo preguntaron y nosotros también no los preguntamos. Entre esos tantos dramaturgos hay un núcleo fuerte que hace saludable la escritura contemporánea cubana para el teatro.

Donde falta es en relación con la puesta en escena; tenemos una escuela que gradúa dramaturgos, pero no directores de teatro. Solo se ha realizado una primera edición de la Maestría en Dirección. Por lo general, el que llegó allí para hacerse Máster ya tenía un camino en la dirección, pero no todo el que llega a estudiar Dramaturgia al ISA tiene el oficio de escribir.

Pienso que el desarrollo de la dramaturgia cubana tiene que ver más con llevar los textos que se están escribiendo a la escena por directores. Hay algunos con mayor suerte, pero otros no, los hay también muy talentosos con obras buenas, pero ni si quiera han publicado y el libro es una manera de que esa obra llegue a la mano de un director en Guantánamo, en Santiago de Cuba o en otra provincia.

¿Por cuáles etapas transita hoy el joven director teatral y presidente de la AHS en la provincia de Santiago de Cuba? ¿Cómo logras acarrear ambas responsabilidades a la vez?

Bonsai. Foto: Frank Lahera.

Puedo entender más al resto de los asociados que represento por el artista que soy. Sé lo que es no tener un local de ensayos para producir un espectáculo. Hay muchos jóvenes creadores que viven todo eso. Estar en la Asociación me ha ayudado a sensibilizarme con la obra de los demás. He ayudado a muchos y siento que ellos no tienen que agradecérmelo porque ha sido mi trabajo.La etapa que estoy transitando es de formación absoluta: tengo muchos deseos de seguir conociendo, de crecer como artista, de crear, y la Asociación ha sido en mi caso una puerta enorme para canalizar todo eso, al mismo tiempo he intentado ser esa puerta para que otros puedan canalizar eso también.

Estoy en una etapa linda, donde puedo hacer mucho por mí y por los demás y quiero aprovecharla, vivirla intensamente. Soy el presidente del AHS en Santiago de Cuba porque me considero realmente un joven creador, por mis principios no hubiese aceptado ser el presidente si no tuviera además la capacidad de seguir siendo el artista y desde ahí pudiera tener el liderazgo para ser seguido por un grupo de jóvenes que tienen las mismas necesidades que yo en distintos contextos y diferentes maneras de desarrollar su arte.

Entonces, más que doloroso, el tema de tener mucho trabajo, ha sido un alivio el poder dirigir a jóvenes creadores porque soy un creador; eso es algo que me ayuda. 



Sumergirnos en las estancadas aguas de una piscina neutra

El Principio de Arquímedes, texto de Josep Maria Miró, autor catalán de más de 20 obras de teatro entre textos originales y adaptaciones, llegó en el mes de enero al escenario de la Sala Adolfo Llauradó de la Casona Teatral Vicente Revuelta en producción de Los Impertinentes y Argos Teatro, dirigido por el dramaturgo y director Abel González Melo. Fue uno de los espectáculos que obtuvo el premio Villanueva de la crítica.  

Es la primera de su autor que se presenta en Cuba. Forma parte del evento ITI, dedicado a Josep María Miró y organizado por el Ministerio de Cultura, el Consejo Nacional de las Artes Escénicas, el Centro Cubano del Instituto Internacional del Teatro y la Casa Editorial Tablas−Alarcos. Se estrenó en el mes de septiembre de 2019. Una puesta en escena con un elenco de cuatro actores, unos de la reconocida compañía y otros del grupo El Túnel juntan sus voces para desentrañar desde el inicio en las primeras replicas que aparecen entre los personajes: Jordi. ¿Qué pasa, Anna? ¿Qué ha pasado con Alex?

Como un empuje vertical y hacia arriba comienzan los diálogos entre estos seres que, si bien ahondan un lenguaje grotesco, morboso; constituyen para el espectador puntos esenciales para el reconocimiento de la trama, y por qué no, también de la duda. Alguien fue “besado en la boca”, un niño, un Caballito de Mar, modo en el que suelen separar los niveles de edad en la enseñanza de la natación. Paula “vio” el beso, donde fue, también quién lo promulgó: el profesor Jordi.

Ante esta detonante los personajes muestran igual peso de fluidos camuflados de desesperación y miedos que se nutre de ese espejo cuyas imágenes reflejadas son de igual proporción al modelo representado. Anna interpretado por Yailin Coppola muestra total jerarquía ante su trabajo y el respeto de su personal, para ellos esta faceta solo constituye una imagen que bien puede ser burlada con el cumplimiento de la labor o fumar escondidos un cigarro, sin alterar otros asuntos.

puesta en escena de el principio de arquímides en cuba/ cortesía de Sonia Almaguer

La vida le ha promulgado la rectitud y la eterna pesadilla de no desviar su mirada cuando hay niños en el agua. Ha perdido el suyo. Hoy tendría 23 años. Jordi, en voz de Alberto Corona, es el acusado ante tal hecho de pederastia. Si bien este personaje muestra total desempeño ante su labor como entrenador de natación, más el cariño que siente por el grupo, sus motivaciones y desenfrenados criterios machistas revertirán en él la otrora imagen que nadie desea.

Su ego lo es todo, incluso el propio motivo de considerarse el mejor profesor, también el más popular, al que todos le envían una solicitud de amistad por Facebook y es aceptado, incluso sus alumnos, también las alumnas de 12 años Cris, Adriana, etc. Nada le permitirá decaer, al contrario, está pendiente a todo, ayudar cuando sea preciso, ver todo en orden, recoger los utensilios para las prácticas de natación o las trusas regadas de los niños las cuales terminan en su taquillero para que no se pierdan.

Héctor, en la piel de Amaury Millán, nos regala el misterio de quien calla ante el anonimato social y advierte al amigo sobre esas redes sociales y su uso desmedido más si es con menores de edad. Nadie tiene una prueba realmente del supuesto delito, el beso nada al estilo mariposa y su meta cada vez está más cerca. La duda, siempre la duda, impulsa al desahogo y el desespero de quien teme. Nadar ya no es la solución, tampoco cancelar amistades en Facebook o guardar una trusa de niño en un casillero; menos ir a la contraria de criterios vistos por un menor, ¿tendrá razón? ¿Cris fue aceptada en Facebook con malicia? ¿En realidad Cris le mira “el paquete” al profesor? ¿En realidad Jordi besó al niño, lo hizo con maldad, fue en la boca? Hablar es imposible, como dados después de la caída, son los sonidos de las piedras hacia la institución.

Se quiere justicia, pero ¿quién la lleva? La verdad en esta historia está sumergida y aún no ha expulsado del todo su líquido para acceder, solo pequeñas burbujas cargan la primicia de la acusación, la misma acusación que cae en los hombros de Jordi y tiene miedo, está asustado. Iguales burbujas que David soporta cuando observa frente a su casa al hombre que se baja los pantalones delante de un ordenador y le muestra –a sabrá Dios quién– su virilidad. Similares glóbulos que sufre Anna cuando en su pesadilla solo ve niños ahogándose y rememora que el suyo hoy tendría 23; o Héctor con su enigma silente.

En la obra de Josep Maria Miró vemos como reitera la construcción de réplicas para desarrollar los diálogos, es muy posible encontrar este recurso al inicio de las escenas, una de las claves en su dramaturgia.

Abel González Melo ha divisado con pericia aquellos guiños en la escritura del autor para realizar su propia composición teatral. Resulta muy certero el trabajo sobre la estructura dramática, y las escenas de flashbacks están correctamente empleadas a tono con el concepto total de la puesta. La estructura juega precisamente con esos cambios temporales y el espejo, una certeza muy elogiada del montaje, y exquisitamente entendida y desarrollada por los intérpretes.

El murmullo de niños creados como espacio sonoro para lograr un clima puntual desde la entrada del espectador a la sala irá ascendiendo hasta el momento de la última escena, cuando Anna entra temblorosa y aterrada porque están tirando piedra contra las ventanas de la institución. Se crea un momento de tensión muy fuerte entre los tres personajes, Anna, Héctor y Jordi, donde la duda y los últimos acontecimientos terminan por llevarlos a un silencio con reflexión, que, además de agudizar aún más el suspenso, en donde se cuestionan sus actos y las consecuencias que ellos pueden lanzar a la luz pública.

Hermosa paradoja sonora que, en conjunto con la energética actuación de estos excelentes intérpretes, las luces y la tronante historia nos llevan, como espectadores, a ser jueces y parte del veredicto final y nos incita a sumergirnos bien a fondo en las estancadas aguas de esta piscina “neutra”.



Oficio de teatro en una Isla milagrosa (+ fotos y video)

Obertura

  • Vamos a crecer los chamacos ni yonkis ni mal estudiados

  • Y con valor, saber que dar amor es condición que se vale

  • Que al paso por la vida somos ambientales

  • Se dan las proteínas como los minerales

  • Es la evolución que yace de los cafetales…

  • Halando parejo, fortificando futuro

  • Pero que no me falte consuelo, mi mango maduro

  • Halando parejo, fortificando futuro.

Determinando acontecimiento hace que me disponga a escribir y escoger un fragmento para el inicio en mis notas esencialmente de la canción Wacho a la cosecha del compositor cubano William Vivanco. Porque lo que asevera la letra de “crecer”, “halar parejo” y “fortificar un futuro”, son tres verbos importantes que se expresan en la composición del espectáculo que a continuación analizo. Fue una de las muestras que se presentó también en la última edición del evento Traspasos Escénicos realizado por la Facultad de Arte Teatral en el ISA durante el mes de marzo.

imagen tomada de Cuba escena

I

Camino a la entrada

También lo exponen el equipo de creación y realización de Oficio de Isla, una puesta en escena dirigida por Osvaldo Doimeadiós. Asistir al muelle Juan Manuel Díaz, espacio fuera de los circuitos privilegiados de la programación teatral habanera, pero propicia para representar una producción de esta magnitud, bajo el manto del Consejo Nacional de las Artes Escénicas y el Centro Promotor del Humor con la colaboración de la Oficina 500, Carnaval Habana, entre otras instituciones.

Estoy en la función y pienso en mi generación. Considero que ha crecido desconociendo hechos de la Historia de Cuba. El viaje de 1 273 maestros cubanos a la universidad de Harvard en el verano de 1900. Se trató de un momento único, pues el país –bajo ocupación estadounidense− estaba a punto de iniciar su vida como nación independiente. Fue un instante tenso y hermoso, una prueba para todos los que participaron, una suma de lecciones cuyo significado inquieto sigue estremeciendo hoy lo mismo que entonces.

Es la segunda vez que veo a Doimeadiós, reconocido actor, ejerciendo como director teatral. Aseguro que la destreza es el resultado que obtuvo en La Cita, un texto de Andrea Doimeadiós y vuelve a crear otra interesante propuesta para la escena teatral cubana.

En Oficio…, la composición espacial erigida por el director señala una teatralidad que le graba al espectáculo hechos particulares en la elaboración de su estructura dramática: I Camino desde la entrada, II Ara, III Tengo una hija en IHarvard, IV ¡Arriba con el himno!, V Travesías, VI Salida al patio lateral.  Son los títulos de los cuadros y espacios que establecen el orden para el proceso de representación.

imagen tomada de cuba escena

II

Ara

En Ara, que viene siendo como el segundo cuadro del espectáculo, se representa interviene coreográficamente Grettel Montero, con movimientos precisos, plenos de toda una plasticidad que revelan al espectador lo que en un principio fue nuestra Isla desde su descubrimiento, la alternancia y repetición al bailar en el pequeño espacio diseñado para representar los signos más acreditados y componer mediante la danza el despertar de una Isla que sin dudas surgen todo tipo de milagros.

imagen tomada de cuba escena

III

Tengo una hija en Harvard

Tengo una hija en Harvard, texto de Arturo Sotto, conforma en su relato la historia de una joven maestra escogida para su visita a dicha universidad norteamericana. Su prometido se opone al viaje. El acontecimiento va generando un conflicto entre la idea opuesta por sus padres hasta entrar el padre Orozco como concordia en el asunto. Con diálogos bien construidos, el autor recrea el ambiente en que se enmarca la fábula en una unidad temática. Apropiados registros construyen los actores que logran el equilibrio en las actuaciones en sentido general.  Se activan resortes espectaculares con la inclusión en vivo de la banda de música de Rancho Boyeros que se implican como personajes dentro del tejido del concepto de la puesta, brindándole una musicalidad efectiva.

Y cuando me leo más claro que oscuro

Del clarín escuchad el sonido

Somos los primeros

Somos los primeros.

imagen tomada de cuba escena

IV

Arriba con el himno

En un cuarto bloque del espectáculo, bajo el título de Arriba con el himno, del autor Ignacio Sarachaga, vemos cómo se enriquece con escenas del teatro vernáculo, acto que le añade al compuesto heterogéneo del espectáculo un matiz especial    

Que nadie sienta miedo ya estamos llegando

Hay un itinerario (pá cumplir la meta)

Consejito sano (pá cruzar el río)

Y lo aprende quien lo entienda (nos vamos pal surco)

Quien roba caballo paga con castigo

Y si viene, viene, viene un dominó

Ya estamos jugando, jugando…

Otra vez entrecruzo en un acto de libertad otras frases de la canción de Vivanco y sin miedo a originar un trabajo que ya dejó mucho que decir.

imagen tomada de cuba escena

V

Travesías

Su director va cerrando la dramaturgia con Travesías, una instalación y performance que es un concepto del propio director Osvaldo Doimeadiós y con la realización plástica de Guillermo Ramírez y Patricia Díaz Martínez, hasta llevarnos a la salida del patio lateral.

Estos son los seis momentos que dividen la obra, conforman la estructura de este relato con tonos de humor, pero sin llegar a ser una comedia pura. Todo está bien pensado en Oficio de Isla, con cuidadoso diseño de vestuario creado por Oscar Bringas que le aporta a la obra pureza y neutralidad visual que supongo ha querido mostrarnos.

  •         Vivimos en una Isla, es preciso levantarse cada mañana ver el sol, el horizonte como amenaza el lugar de promisión para saber lo que es…

Es este un montaje que, sin dudas, dialoga con un presente. Las instantáneas que se exponen a la salida fueron tomadas hace casi 120 años. En la cosecha de Doimeadiós del presente relata lo que fuimos, somos o aspiramos ser, y estas fotos vienen a recordarnos de dónde venimos y de qué estamos hechos los cubanos en un acto artístico de altos quilates estéticos y de una sensibilidad sorprendente.

Con Oficio sobre el teatro en una Isla milagrosa, director, actores y todos los que en el espectáculo intervienen, desde sus particularidades conceptuales, hacen del espacio una convergencia perfecta con los cientos de espectadores que asisten allí a ver verdadero arte, un acto puro de teatralidad.