La Caja Negra


Psicosis (+ VIDEO)

Escenografía que se mueve al compás de la locura, una enfermedad que cobra vida y una interpretación magistral de la actriz Maibel del Río Salazar (actual premio Adolfo Llauradó en teatro para adultos). Estos fueron algunos de los regalos de la presentación de Psicosis, obra estrenada a finales de diciembre del recién concluido calendario en la Casa del Joven Creador de Santiago de Cuba.

foto: rubén aja garí

Se trata de la obra por la que Juan Edilberto Sosa Torres ganara la Beca Milanés 2020. Texto que reescribió a partir del original de Sarah Kane Psicosis 4.48, y llega a las tablas junto al Grupo de Experimentación Escénica La Caja Negra.

foto: rubén aja garí

Con lema “no soy Sarah Kane, pero vengo a interpretarla”, se crea el trance perfecto a los observadores preparándolos para lo que está por venir. La puesta en escena recorre los caminos de una suicida entre las voces permanentes de su padecer. Muestra la autodestrucción del cuerpo y la mente. Juega con la locura y la depresión. Así nos recuerda que, a pesar de la juventud, todos somos propensos a los problemas generados por una crítica salud mental.

foto: rubén aja garí

 

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La obra suma al espectador a un universo de cambios drásticos y charlas de autocompasión. A más de una persona le sería identificativo, utiliza como referencia personajes del ámbito artístico con desenlaces fatales como: Janis Joplin, Whitney Houston o la misma Sarah Kane, la cual se suicidó años antes de estrenar su obra el 23 de junio del año 2000.

Se utiliza un coro como representación de una mente enferma, y que al mismo tiempo aboga por ayudar a su cuerpo. El personaje intenta la autopreservación. El coro ayuda a la protagonista en esa tarea, la ayuda a recordar letras de canciones y frases. Así le brinda en su psicótica soledad, la única compañía que tiene.

Uno de los momentos más dramáticos de la obra fue la aceptación de que Dios es el culpable de su sufrimiento. Dios le da vida a quién no desea vivir. Sarah tiene la necesidad de traspasar la culpa de sus males a alguien más. Profundiza ante la mira del espectador, en la situación de muchos enfermos mentales. Pone al público en un autoanálisis: ¿personas con problemas o personas enfermas?

foto: rubén aja garí

Un escenario, un ser y varias manchas. Allí se incide en la mente de un suicida. El texto es un álbum de fotos donde se muestra temas como: la depresión, el aislamiento, la dependencia, las relaciones interpersonales, los problemas parentales y la pérdida del amor propio.

Un torbellino de palabras aparentemente sin sentido en cierto punto, daba paso a dos momentos: un trauma vivido basado en la muerte de una mujer; y los monólogos poéticos y desenfrenos que recuerdan la esquizofrenia. Todo esto mientras se proyectan imágenes de mujeres varadas a la suerte de la depresión.

foto: rubén aja garí

La palabra cansancio, vergüenza, vivir y evolución se repiten en distintos momentos. Son símbolos acompañantes de su estado. La variabilidad de sentir del personaje y las voces del coro con ideas propias, aluden a un posible trastorno de personalidad. Se puede decir que recorrieron toda la gama psiquiátrica en un escenario e hicieron al público parte de ella, como se hace costumbre en los trabajos de este grupo teatral.

El juego con los silencios y su ruptura sorpresiva atacó la atención quieta de los espectadores. En platea no se sabe qué esperar en medio de los cambios de ambiente según los delirios y los cambios de humor del personaje.

foto: rubén aja garí

La escenografía a cargo de Carlos Javier Alvares y Esteban Miguel Deulofeu es excelente. Aun cuando el espacio escénico utilizado no permitió un despliegue total de la puesta, tampoco significó resistencia por el convivio logrado.

“Psicodélica” es palabra de este comunicador para referirse a esta creación. El trabajo musical del coro a cargo de la actriz Lisandra Hecheverría Hurtado, lo demuestra. Suaves sonidos que cambiaban a toscos y accidentados ruidos. Sonidos reproducidos, de los planetas de nuestra galaxia creaban la situación perfecta para colocar al espectador en un estado de atención permanente.

foto: rubén aja garí

Clara Betsy Ávila y su proyecto AfroMelenas, desparramó su talento como nunca antes. Ella, quien también es la productora ejecutiva del grupo, vistió el cuerpo de la protagonista con prendas que justificaba todo su ser. Sarah muestra su actitud primero de inconformidad con su propio existir y se siente incómoda con su ropa y, segundo, disfruta lo que le queda. Sarah termina aceptando su final con un vestir provocativo y liberal.

La obra será el centro de las actividades de la Jornada Villanueva por el día del Teatro Cubano en Santiago de Cuba. Este fin de semana se inició la primera temporada del año del Grupo de Experimentación Escénica La Caja Negra en el Cabildo Teatral Santiago, la cual se extenderá hasta el mes de febrero.


Ofelia de Cuba

El teatro en Santiago de Cuba es una realidad que se presenta llena de excusas. Bien lo saben los actores del Grupo de Experimentación Escénica La Caja Negra cuando se visten de su personaje en Ofelia, una puesta en escena que viene de la mano y dirección de Juan Edilberto Sosa.

Ofelia es un texto imperfecto, simbólico, que busca una excusa para la crítica para la inconformidad. El teatro de Ofelia es una necesidad creativa que invita al diálogo entre el espectador y el actor.

Una obra que se presenta a sí misma como una crítica a los actos de la sociedad patriarcal. Su lenguaje poético y anacrónico heredado del texto de Müller invitan a la reflexión del papel de la mujer que es sometido y opacado en el contexto socio-históricos en el que se cuentan las historias.

diseño de Cartel: Alejandro Cañer

El diálogo se construye con palabras connotativas; cada frase guarda una significación propia pero no aislada del resto. Son frases que narran la historia de cada personaje o presentan la forma de pensar y la frustración de cada uno de ellos; es una escritura que se complementa y le da una perfecta armonía y coherencia a la obra. El tema del drama se podría resumir en dos frases: ‘’Son mis senos más hermosos que mis ideas’’, ‘’Cada país es un poco como Dinamarca, donde hay frustración hay una Dinamarca’’.

Es simple, se pone en duda el valor que se le ha dado a la mujer en la sociedad; la crítica escapa a los espacios familiares para darle relevancia a la problemática social que acaba desencadenando la rebeldía de sus personajes.

En Ofelia no hay margen para la distracción. Cada elemento cobra relevancia en un acto que desorienta al público con elementos anacrónicos. La misma Ofelia nos remite a Dinamarca, pero el espacio temporal se presenta impreciso con cada historia que se cuenta. El dramatismo de sus personajes transita en el tiempo. Las voces de los actores se mezclan en una polifonía con la música que se escucha: no es una mera distracción o un espacio vacío, es un factor determinante que encuadra su propia significación.

El texto es un monólogo donde el actor y el espectador son los únicos que participan en una charla caótica. Los actores son elementos que se aíslan entre sí. Las faltas de comunicación entre ellos se combinan en un todo armónico que construye la obra.

Las historias se escapan al mito de Ofelia. No es una historia contemporánea la que se narra, es un reclamo, una excusa para la crítica social, no hay espacios. Dinamarca no se presenta como un país en sí mismo, es un sentimiento, es agonía, es frustración. Los espacios temporales desaparecen para darle paso a los actos atemporales que narran la obra.

Ofelia no es una mujer en su mejor expresión; el personaje rompe con su atadura carnal para convertirse en el concepto mismo de mujer, la mujer que sufre, la que despierta inconforme, la mujer que no tiene palabra.

No es cualquier mujer, es la mujer que no se ve, es la mujer que vive en un espacio marcado por lo incurable.

Dinamarca se presenta como la sociedad que marca la frustración de sus personajes. El texto deja abierto a la interpretación del público el escenario físico donde se presentan las historias: ¿es Dinamarca un país donde el poder es una excusa, es cualquier país o es el país que avanza y que duele? Puede ser esta tierra o cualquiera, donde exista la inconformidad se verá una Dinamarca con una Ofelia dueña de su propia obra.

La puesta en escena termina con un lenguaje lleno de reclamos, lo que empieza como una excusa termina en rebeldía; es una necesidad creativa, una necesidad de diálogo con ese público pasivo que absorbe lo que se le presenta, es una necesidad para la crítica, para expresar la inconformidad, es una necesidad política, es una exigencia al cambio a la construcción de una nueva Dinamarca para todas las Ofelia.

La obra está recomendada para la revisión de la realidad. Es un texto interesante que puede servir de reflexión de la vida social donde actúa una Ofelia, en cada casa, en cada esquina, en cada espacio.

 


Pórtico para un diálogo entre un personaje esquíleo y el oráculo

Pórtico

I

Edípicamente, ciego ante una realidad que se me escapaba por oculta en un paralelismo cronotópico, apedreando mi rostro en hybris causal prematura: así yacía. Tiresias, ciego por mandamiento, arrimose a mi lado y supo darme ojos nacidos de lo gnóstico. Esta evocación se me ocurre ahora, cuando los avatares de las prácticas preprofesionales reorganizan y reinstalan disposiciones. Lanzado a quince días de realidades –las únicas cosas necesarias– en las lejanías costasureñas, donde el divino malecón sí rebosa en mar, llegué al Centro de Promoción Literaria Florentino Morales. Sería allí la simulación del teatro de la post graduación, la prueba calderoniana de Basilio, en lontananza del Segismundo cautivo de la cilíndrica torre.

II

–Pues bien, lo que yo quiero son reseñas. No les enseñen a estos muchachos y muchachas otra cosa que reseñas. ¡Aténgase a las reseñas, caballero!

La escena transcurría en el rectangular espacio que ocupa el Centro, conglomerado de montaña de cajas colmadas de nuevas publicaciones, gavetas, archivos, burós, estantes, un ventilador y una reja alta y ancha por puerta. Espacio temporal del dominio promotor del quehacer literario de la marítima ciudad. Y el índice, enhiesto, del que me hablaba, ponía los énfasis en sus advertencias, remarcando cada frase, sellando mi destino con la coma vocativa.

III

El primer libro a mis manos llegado, vino de las de una compatriota de mundos posibles (graduada de Letras). Se titulaba este La biomecánica, poemario de un santiaguero, José Edilberto Sosa Torres. Inter nos, admito que intitulada obra se anunciaba ya libro non grato de mi recepción, premonición de largas, largas tardes de lectura, venciendo el hastío, fiel a un principio inclaudicable de avanzar, de leer más allá de todo prejuicio. Y pues, debía de cumplir la tarea liberadoramente asignada.

IV

–¡Atengase a las reseñas, caballero! –volvió la voz, templada.

Pero quiso el fatum trágico que referido poemario llegara a ser más que título, más que «no juzgues a un libro por su portada». E hízose la empresa, la única cosa necesaria. Recuerdo haber escrito:

En el poemario, resulta evidente el sostenido nexo entre poesía y engranaje, forma y contenido. Los numerados «principios» indican una ordenación tal manual teórico, por suerte salvado de la densidad académica. Su autor logra hacer imagen y pulso todo enunciado técnico. Los cuales, construidos en el lenguaje del nacimiento, construyen en una escritura tajante y sobria que esconde más de lo que dice, que hace sentir más de lo que presenta. La biomecánica simula el texto del génesis de la creación poética contemporánea –¿por qué no?– y de un sujeto creador recolocado en el espacio. ¿Poética del cuerpo-poeta? ¿Corporeidad de la composición? 

V

De pensares mayéuticos para resolver los qué escribir, me di una vuelta por los lares digitales de Facebook, tecleé el nombre del santiaguero y localizado, le escribí. Tal impulso, con afanes interrogatorios, como los personajes de las tragedias griegas, sobre La biomecánica. El tiempo hacía su senda y el momento del contacto desdibujábase por lejano y poco prometedor. Cuando, por no sé qué interferencia estelar, un mensaje notificó un sí y un número privado.

Parco, contestome que recientemente había llegado de una gira con su grupo teatral, y que le enviara, previamente mencionadas, las interrogaciones. Tres días después, desde la madrugada del lunes, reposan las respuestas oraculares en mi gaveta. Tan lacónicas como pocas las preguntas, pero cuasi desambiguaciones, helas aquí, al dorso del recetario.

EL DIÁLOGO

 

PERSONAJE DE UNA TRAGEDIA ESQUÍLEA. Leo La biomecánica y lo primero que me resulta llamativo es la desambiguación que puede hacerse de su título: vida y forma, artilugio. Esto me hace pensar también en la conjunción de lo vital encerrado y funcionando por mecanismo que lo rigen y ordenan. ¿Por qué La biomecánica, como título y obra?

ORÁCULO. Cuando escribo poesía no pienso en las estructuras externas de los poemas ni del posible libro. Tampoco soy un obrero literario, no me siento a escribir poemas todos los días. Cuando escribo poemas, solo escribo. Me dejo llevar por mi estado emotivo, las malditas circunstancias y como esté el bio-ritmo en ese instante. No escribo para ser escritor. Escribo y ya, es una necesidad.

Lo otro es que soy un animal teatral, todo el arte lo veo a través de la teatralidad y del performance, eso lo hago de manera orgánica, no lo prefabrico, sencillamente soy así. Luego, como si fuera poco, están los referentes, otro aspecto del que uno no se escapa.

PERSONAJE DE UNA TRAGEDIA ESQUÍLEA. El poemario está construido desde una visión germinativa, ordenadora y secuencial, refiriendo el hecho creativo y al poeta como elementos de esa vida, y se va hilando a la vez una poética de la creación, una metapoesía ¿Qué nos puede decir al respecto?

ORÁCULO. Sí, creo que al final el libro terminó siendo un manifiesto creador. En el texto se exponen distintos discursos que buscan explicar-se desde la palabra, pero también desde las vivencias del poeta. Aprendí mucho escribiendo el libro. He terminado otros y me he sentido vacío, como si no fuera a escribir nada más; pero al terminar La biomecánica sentí alivio y deseos de crear. Entendí con este texto que todo nace de una voluntad creadora, incluso lo casual. Incluso la inmovilidad.

La metapoesía en el texto es el “¿Qué hago? y ¿Por qué lo hago? No el “¿Cómo lo hago?; no pienso nunca en el resultado. Creo que La biomecánica es un poema muy extenso divido en principios; cuando vuelvo al libro, me gusta leerlo así: como un solo aliento ordenado que fluye como “las aguas”.

PERSONAJE DE UNA TRAGEDIA ESQUÍLEA. La estructuración externa en principios que simulan un texto científico, la recurrencia a una escritura además constructiva en el estilo, cambiante, que recuerda la experimentación de la vanguardia literaria del siglo XX, la variedad gráfica, uso de imágenes, entre otros aspectos ¿Por qué apostar por esto?

ORÁCULO. Intento primero expresarme, y luego construir estructuras simbólicas como elementos que llegan al texto por otras necesidades. En ocasiones nace todo solo, como estilo, en otras el texto me lo exige de alguna manera. Yo construyo ideas para ser descodificadas como si buscara satisfacerme como lector. Busco auto-comunicarme con esas ideas, con esas voluntades. Hay que escuchar el texto, qué necesita y qué no. Yo apuesto por la voluntad creadora de la idea que se va construyendo.

Con el tiempo he aprendido a escucharme y a subvertir el texto con elementos aparentemente anacrónicos. Sencillamente no me gustan las películas que, sin verlas, sé todo lo que va a suceder. Quiero que el poema rete al lector tanto como me reta a mí escribirlo. Quiero que ese diálogo construya otras realidades, emociones y experiencias. Un poema no es una caja de compota, pero podría serlo.

PERSONAJE DE UNA TRAGEDIA ESQUÍLEA. ¿Esta experimentación le llega por su faceta teatral? ¿Detrás del poemario queda el Edilberto que dirige el Grupo de Experimentación Escénica La Caja Negra?

ORÁCULO. No quiero ser muchos personajes, me gusta la coherencia. Soy la misma persona que hace teatro y escribe poemas. La manera en que dirijo mis obras, es tan similar a cómo encaro los procesos literarios, que más de uno se asombraría. Aunque en ocasiones el ser poeta invade al teatral, siento que hay un término medio donde se complementan. Creo que el arte es siempre experimental si es real y honesto. Lo demás es celulitis.

PERSONAJE DE UNA TRAGEDIA ESQUÍLEA. He visto en redes los performances que hace a partir de los versos de La biomecánica. ¿Se ideó el poemario pensando en una posterior representación valiéndose de determinadas cualidades experimentales pre-hechas? ¿Es solo el performance un complemento o responde intencionadamente a otro grado de significación o lectura de la obra?

ORÁCULO. Esos performances nacen posterior al poema, no lo escribí para eso. Solo intento darle otras lecturas y otras formas de conexión al texto con el lector/espectador. Para mí el texto debe trascender al papel. Debe ir adonde es necesario, por eso hablo de escuchar lo que necesita el poema. Esto lo hago incluso con otros autores como Virgilio o Lezama. Me gusta escuchar las múltiples historias debajo de una palabra. Si buscan información sobre el trabajo del GEE LA CAJA NEGRA, verán todos los video-artes y video-poemas que hemos realizado. Me gusta ir tras la poesía, y el performance es eso, otra lectura poética sobre la realidad.

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Nuevamente en México La Caja Negra

Luego de una primera gira en el mes de junio, el Grupo de Experimentación Escénica La Caja Negra del catálogo del Consejo Provincial de las Artes Escénicas y la AHS en Santiago de Cuba, se encuentra  desde el pasado 30 de septiembre en México, logrando así materializar la segunda gira internacional en menos de tres meses.

En este periplo por la hermana nación azteca repiten con la obra «Cartografía para elefantes sin manada», un texto de la escritora Laura Liz Gil y cuyo montaje fue merecedor de la Beca «El Reino de este mundo».

A esta incorporan «Bonsái» y «Leviatán», ambas con guion y puesta en escena de Juan Edilberto Sosa Torres, director de La Caja Negra, quien comentó que hasta el momento se han extendido por los estados de Yucatán, Ciudad México y Jalisco, en este último han llegado a las ciudades de Zapopan, Guadalajara, Tonalá y Autlán de Navarro, con presentaciones en los Centros Culturales «Moreno americano» y «Libertad», en la Casa de Cultura «Autlán de Navarro» y en el Teatro «Constitución».

Al decir de Sosa Torres, los espectáculos han sido bien acogidos por el público, la crítica y los programadores, y a pesar de la posibilidad de otras presentaciones, el poco tiempo les impide efectuarlas. «Este es el comienzo de la proyección internacional de La Caja Negra, que tendrá próximamente nuevas giras por otros países con la perspectiva de seguir promoviendo un arte de vanguardia y representativo de nuestra generación», manifestó.

En otro momento de la entrevista el también presidente de la filial provincial de la Asociación Hermanos Saíz en Santiago de Cuba, dijo que además de la programación de las presentaciones, regresaron a la tierra mexicana con una cargada agenda que incluye talleres de creación y apreciación teatral, de música y danza; una muestra del alto nivel de los integrantes del Grupo de Experimentación Escénica santiaguero, reconocido por los profesionales del gremio mexicano. Entre los talleres impartidos destaca «Teatro y memoria. El actor en tiempo presente», recibido por artistas profesionales y aficionados, psicólogos, estudiantes de la Universidad de las Artes de Jalisco y artistas de circo.

Como parte del intercambio entre las culturas cubana y mexicana, comentó Juan Edilberto que por estos días participa en el Festival La Muerte 2022, en Guadalajara, como coordinador del evento, junto a la mexicana Adriana Abundis, en el cual estrenó «Las Catrinas» por la Compañía Fariano Producciones, bajo su dirección artística y puesta en escena con texto de Abundis.

«La obra recrea los siete pecados capitales y se rinde especial homenaje a la cultura mexicana, con la que también me siento identificado», aseguró al Portal del Arte Joven Cubano.

Sin lugar a dudas, en esta segunda gira por México del Grupo de Experimentación Escénica La Caja Negra que se extenderá hasta el 14 de noviembre próximo, nos acercamos al quehacer de un grupo de jóvenes versátiles que mediante una transdisciplinariedad logran llevar a la tablas las artes visuales, la música y el performance como práctica de lo real; reflejo de un teatro muy honesto, de ahí su gran aceptación más allá de la geografía cubana.

 

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Itinerario del Grupo de Experimentación Escénica LA CAJA NEGRA

El Grupo de Experimentación Escénica LA CAJA NEGRA, luego de concluir su primera gira internacional en México, llegó a su Santiago de Cuba para seguir impulsando los proyectos que en gran medida le dan sentido a su existencia. Todos ellos vinculados al trabajo con los jóvenes desde distintos espacios.

cortesía de la CAJA negra

En el mes de julio el escenario fue el Centro Cultural ALEGRO y la Casa del Joven Creador en la provincia. Sumados al programa Almas nuevas de la AHS durante los días del Festival del Caribe, la obra Leviatán en versión para tres actores confluyó con espectadores de distintas nacionalidades. Como cada puesta, el intercambio demostró lo importante que es basar un espectáculo en una investigación seria, una que profundice en la universalización de los temas y los conflictos expuestos.

cortesía de la CAJA negra

En agosto el trabajo se desplazó a las comunidades de difícil acceso, aquellas que pertenecen en específico al Plan Turquino en el municipio de Guamá. Hasta Ocujal del Turquino, Uvero, Chivirico, la Calabaza, el Marañón, Bahía Larga, Caletón Blanco y Cañizo llegaron espectáculos como Bonsái, Cartografía para elefantes sin manada y los procesos de trabajo Luces de Neón y Psicosis. Además de un espectáculo variado con poemas, canciones y juegos escénicos pensados para los más pequeños.

cortesía de la CAJA negra

Con el auspicio de la Asociación Hermanos Saíz en la provincia y el Consejo Provincial de las Artes Escénicas, otro grupo de artistas se sumaron a esta iniciativa, donde vale resaltar al proyecto audiovisual Buena Luz producciones, y al metodólogo provincial de teatro Ricardo Martínez Benavides. 

cortesía de la CAJA negra

La Casa del Joven Creador en la provincia ha servido como espacio natural del grupo, de ahí que espectáculos como Leviatán en versión para un actor, Cartografía para elefantes sin manada y Psicosis dieran varias presentaciones para el público que radica alrededor durante este periodo.

cortesía de la CAJA negra

El mes de septiembre trae para el grupo una movilidad bastante atrayente. El primer fin de semana se estará presentando el espectáculo Bonsái a las 6.00 p.m. en el Cabildo Teatral Santiago, y en este mismo espacio, pero a las 8.00 p.m. Leviatán, el segundo fin de semana. Sin que esto tenga alguna afectación, de martes a viernes desde el Centro Cultural El Ingenio, la obra Cartografía para elefantes sin manada se pondrá a las 4.00 p.m. Estos son espectáculos que empiezan acumular una cantidad importante de representaciones, algunos ya casi están cercanos al centenar de funciones.

cortesía de la CAJA negra

Como si fuera poco aún, del 5 al 11 de septiembre continua la gira por las comunidades, en esta ocasión será en el Cobre, Boniato, El Cristo, Siboney, Verraco, Baconao, el Caney, el Escandel, y el Ramón de las Yaguas.

cortesía de la CAJA negra

En la segunda quincena del mes, el GEE LA CAJA cumplirá con algunos compromisos en la capital. Durante las celebraciones del evento Pensamos Cuba, de la AHS, estará compartiendo con el público capitalino la obra Ofelia, el más reciente estreno de la compañía. Luego ese mismo espectáculo será presentado en distintas salas y localidades de La Habana.

cortesía de la CAJA negra

Todo esto no es más que la antesala a la segunda gira internacional del grupo. Otra vez a México, en esta ocasión por cinco estados y con una duración de dos meses. Todo está arreglado para que el repertorio total del grupo llegue hasta tierras aztecas en busca de mantener el éxito alcanzado hace unos meses en Jalisco.

cortesía de la CAJA negra

Finalizando noviembre, dos estrenos llegarán a Santiago de Cuba. Se trata de los espectáculos Luces de Neón y Psicosis, este último, beca Milanés 2020. Ambas obras ya han dado algunas funciones como proceso de trabajos pero ya entran en su fase final.

cortesía de la CAJA negra

Hoy el grupo se encuentra en una dinámica saludable. Aún no termina este año, y ya se piensa en las proyecciones del 2023. Se trabaja en un cortometraje y en una nueva aserie de videos-poemas. Dos aristas del grupo que muestran su diversidad creativa. Y es que ante la rudeza de la realidad, el antídoto perfecto pudiera ser, no dejar de soñar.    

cortesía de la CAJA negra


Una voz necesaria

El actor es
un metafísico en la sombra, punteando un instrumento, punteando una cuerda de alambre que da sonidos que atraviesan súbitas rectitudes, por entero
conteniendo la mente, bajo la cual no puede descender,
más allá de la cual no tiene voluntad para alzarse.
Wallace Stevens

I

Es importante pensar el teatro desde los diferentes contextos en que se localiza, de ello depende la importancia de cada proyecto y cada espacio que se geste. Encontrar los puntos de fuerza y debilidad en cada región (entiéndase poblado, provincia o país) resulta una labor necesaria y vital. De eso depende que no nos repitamos y seamos capaces de darle al lugar donde vivimos una propuesta diferente y un aire renovador.

La búsqueda banal de la novedad es peligrosa y no se ha de andar buscando lo nuevo porque sí, sino que se ha de ir a la esencia primaria de nuestros impulsos para extraer de ahí lo que nos define y darle forma y contenido artísticos. En esa búsqueda, y solo entonces, lo nuevo que aparezca vendrá dotado con la fuerza de lo peculiar. En esa pequeña germinación hay vida y la vida se respeta y alimenta.

Leviatán. Foto Belice Blanco

II

Creo que el Grupo de Experimentación Escénica La Caja Negra de Santiago de Cuba, aparece en la escena dotado de estas advertencias anteriormente señaladas. Es un pequeño grupo que, enmarcado en la vorágine cultural de una ciudad como nuestro Santiago, ha sabido denotarse con letras precisas y con una propuesta tangencial a lo habitual. En esa parte oriental de nuestro país, si bien hemos tenido colectivos, actores y actrices que han apostado por la búsqueda de alternativas escénicas complejas y diferentes, la generalidad ha sido un apego a las formas tradicionales y folclóricas de entender el teatro. Entonces; el teatro ritualizado o el ritual teatralizado, la oralidad, el teatro de relaciones con su cercanía a lo africano y a la gente del pueblo que baila la conga y entona un himno de batalla o religioso, la ceremonialidad de los santos patrones y la heroicidad devenida realismo escénico, son peculiaridades de la teatralidad santiaguera. De ahí que la propuesta de Juan Edilberto Sosa como líder de La Caja Negra sea tan certera y necesaria.
Este proyecto viene a significar para Santiago una fuerza nueva llena de directrices para entender la pluralidad y la mixtura en una región donde está todo mezclado. La novedad de La Caja Negra viene inspirada por maestros que han sabido dejar para las generaciones un legado artístico decisivo. En la poética de este grupo coexisten la sabiduría y la intensidad de maestros como Grotowski y Meyerhold junto a la escisión que proponen Fischer Lichte, Rodrigo García y Angélica Lidell por citar algunos referentes. De ahí que logremos apreciar en las obras de este grupo un trayecto marcado que va desde lo intrincadamente personal como en El deseo (otro panfleto escénico), hasta Leviatán que cierra la trilogía “Cómo se llega a ser lo que se es.”

III

La Caja Negra pretende para Santiago de Cuba un estímulo capaz de remover las formas de entender la escena y una sacudida que saque al teatro de su espacio oscuro y limitado. En sus propuestas, los chicos de La Caja Negra trascienden los espacios para llegar a más personas, es por ello que en una obra como Bonsái, salieron a la calle como parte de una propuesta performativa y audiovisual para que el teatro no quedara dentro de la cámara negra. Además, presentan una búsqueda constante dentro del propio lenguaje escénico para fusionar esa identidad con otras como el audiovisual y la performance.
En Bonsái Juan Edilberto propone una mezcla entre estos lenguajes para mostrar un discurso que va de la sociedad moderna, la incomunicación, el deterioro de los valores generados por el trabajo y la angustia de la superficialidad. Este espectáculo-performance-audiovisual propone al espectador la posibilidad de cuestionarse su entorno y sus actitudes.

Bonsái. Foto Frank Lahera

IV

Desde su fundación, el grupo aboga por la irreverencia contra el estatismo y la pereza creativa. Sus fuerzas están centradas en generar espacios de intercambio con los espectadores y a menudo realizan lecturas dramatizadas, espacios de comunicación teórica y práctica y presentaciones de espectáculos. Desde su accionar en la AHS santiaguera han consolidado lo que, a mi modo de ver, es uno de los aportes decisivos al panorama cultural de la ciudad: el Evento de Teatro Experimental DESCONECTADOS A 969.
Este evento defendido por La Caja Negra trabaja para dar voz y relevancia a un movimiento que aúna a creadores de todo el país que trabajan en una dirección alternativa de creación. El encuentro convida al análisis de procesos y a la desarticulación de mecanismos que den luz a diferentes maneras de hacer en estos momentos. Desconectados no es más que un acto de compañía en la que, una minoría defensora del teatro de experimentación, se busca y se encuentra para comulgar juntos la vocación hacia lo diferente, lo poético y lo profundo (cuestionado la mayoría de las veces). Este evento es una marca de resistencia a los patrones hegemónicos que se validan en otros festivales nacionales e internacionales.

V

Santiago y Cuba necesitan un grupo como La Caja Negra que sepa hablar con argumentos y timbres propios en función de una cultura de lo diverso. Se necesitan voces jóvenes que dialoguen contra lo muerto y contra las fórmulas enquistadas en procedimientos probados por décadas y décadas. Juan Edilberto esgrime una manera peculiar de usar el idioma y los conocimientos aprendidos; en Leviatán propone una estructura teatral marcada por los espacios. Son los espacios los que determinan las escenas. También se apoya en las luces y personajes como núcleos determinantes de esa estructura.
Esta obra habla de la ciudad, de Cuba, del mundo y la humanidad toda englobada en la figura de ese deambulante (loco) que vive en la basura. Leviatán propone no quitar la vista de la poesía aunque esté formada por trastos viejos y comportamientos espantosos. En el espectáculo los “locos” van conformando con sus diferentes comportamientos, acciones y elementos, el imaginario de un pueblo que convive con Dios y se cree Dios al mismo tiempo, un pueblo que revende la historia y las mercancías como pacotilla de quinta, de un pueblo que ama a los animales y ama decir palabras groseras, de un pueblo que construye y luego destruye, de un pueblo que crece y alumbra otros pueblos. Leviatán es la paradoja y el dilema de nuestras manos y nuestro cerebro.
La obra nos lleva hacia el interior de las esencias humanas y, como en Charenton de Peter Brook, realizamos una estancia dentro del manicomio que es el mundo, que son las calles, que es la mente humana. Los actores en Leviatán realizan un complejo viaje de subsistencia contra los personajes y a su vez se dejan penetrar por ellos sin ser consumidos. En esta obra se aprecia una lucha a muerte entre el actor y este personaje que lo empodera a la vez que le quita la voz. Juan supo crear estas batallas porque el montaje propone un transcurrir asombroso de los personajes por su cotidianidad. Todo el tiempo los actores actúan y aun cuando no son vistos, cuando no hay luz sobre ellos, cuando están en quinto plano escénico, aún así continúan actuando y viviendo la intensidad de la locura.

Y los peces salieron a combatir contra los hombres. Foto Marvin Rodríguez

VI

En la agudeza y fortaleza de sus miembros para permanecer radicará la valía de este colectivo que ha demostrado ya la intensidad de sus propuestas. Me alegra que Santiago tenga un grupo de jóvenes capaces de entender que por vías alternas se puede crear para ser útiles. Es importante saber mirar para cuidar lo nuevo, proteger la diferencia, empoderar lo necesario.

En portada: Deseo (otro panfleto escénico). Foto Frank Lahera.


«Soy una amante fiel de mis imperfecciones»

(Una conversación con la actriz Maibel del Rio Salazar)

El teatro es un espacio para construir(se). Un lugar donde todo es real, incluso la espera o la magia. Los que practicamos este arte sabemos que en el escenario nada es casual, que todo lo utilizado genera consecuencias para el cuerpo. Elegir la actuación como modo de vida es como elegir algún deporte de riesgo, donde la vida está en juego; la diferencia es que en el teatro la vida es una noción distinta. La vida en el teatro es la unión de varios ojos que observan: público, actor y personaje. La vida en el teatro es una noción cuyo significado varía según el contexto.

Maibel del Rio Salazar (Santiago de Cuba, 1990) es una equilibrista de la vida que yace en el terreno de lo teatral. Con su talento ha podido interpretar otras biografías, transformarse en historias e ideas, todo para hacernos ver distintas alternativas de un mismo fenómeno. Todo para hacernos creer. Su lenguaje se ha perfeccionado hasta alcanzar cierta madurez que la hace diferente. Graduada de la Escuela Profesional de Arte José Joaquín Tejada en su nivel medio, y luego en la Universidad de las Artes de la filial santiaguera, en el perfil de actuación, ya deja personajes memorables para el teatro de la ciudad. Tal es el caso del monólogo Estrella Negra o Aniña, de la obra Leviatán.

Hoy, la hija del ya desaparecido grupo La Guerrilla del Golem acepta este diálogo. Ella se encuentra expectante, como si hubiera olvidado algún bocadillo, pero firme, segura de que lo solucionará desde su verdad. Yo la observo. Ambos sabemos que la función acaba de empezar.          

¿Por qué el teatro?

Yo bien quería ser músico, cantante, bailarina, artista de la plástica o actriz. Mi vocación estuvo siempre muy clara desde niña, y claro está, incursioné en cada una de ellas como aficionada. Gracias a mi madre que siempre me apoyó en todo, ella creía que si tenía el talento debía ayudarme a desarrollarlo.

Aunque me dediqué a ser aplicada para tener oportunidades de otras carreras no afines al arte, dígase periodismo y derecho, estudié teatro porque según me decían en aquellos momentos, era la manifestación del arte más completa. Estando en la secundaria, en noveno grado, llega la convocatoria de captación para la Escuela Profesional de Arte José Joaquín Tejada, una filial de la ENA, exactamente lo que yo quería y aprobé.

Durante esta etapa el teatro era un deseo, una ilusión de niña con aptitud y vocación. En la academia el teatro se transformó en descubrimiento, pasión, esnobismo y certeza. Recuerdo a mi madre decirme en su regreso a casa después de la primera reunión de padres: “oye, tú no estás en una escuela cualquiera, en la reunión estaban Lescay y Joel James; parece que tienen familiares ahí, porque fueron en calidad de padres”. Y muy cierto, el hijo de Lescay estudiaba en la escuela y el nieto de James era uno de mis compañeros de aula, este al final no se graduó, pero a ella le impactó muchísimo que en la escuela en que estudiaban familiares de estas personalidades de la cultura cubana, estudiara su hija, fue muy cómico.

Luego de graduada en pleno enfrentamiento con la vida laboral, el teatro se vuelve mi vida, mi presente, mi canalización, mi exaltación del yo, mi exploración interior-exterior… Es tan indescriptible el poder que uno experimenta cuando habita otras pieles, y como se habitan, es decir, los disímiles procesos por los que se transita para habitar, la cosmovisión es otra.

La profesión siempre necesita de guías, algunas espirituales/simbólicas, otras más terrenales. La búsqueda del referente y del consejo preciso son tan vitales como el talento. ¿Quiénes fueron esos maestros?

De la existencia muchos, empezando por mi madre que ha sido mi principal maestra. En carrera los que mencionaré a continuación, que no solo fueron los formadores en la especialidad que estudiaba, sino también en amistad, en inclusión, en multiplicidad, en perspicacia. Quizás no fueron los mejores, pero aprecio mucho la autenticidad, y ellos eran verdaderamente auténticos. Ellos fueron Ruperto Pérez, Odalis Ferrer y Harold Fernández. El tiempo ha pasado y los caminos se han bifurcado, pero recordarlos me hace respetarlos y quererlos igual o más que el primer día que los conocí. Ellos me guiaron a la búsqueda de los maestros que yo necesitaba en la posteridad. En la actualidad, el Grupo de Experimentación Escénica LA CAJA NEGRA está ejerciendo como un maestro excepcional.

Me dices que ellos te impulsaron en la búsqueda de esos maestros que necesitabas. En gran medida eso hace grande a quien porte la palabra MAESTRO. ¿Cuáles fueron esos referentes que encontraste?

La vida, la naturaleza, la sociedad son mis referentes principales, porque me alimento de ellos. Soy aprehensiva, por eso disfruto y me duelen las sensaciones, las emociones, los detalles, lo visceral.

En cuanto al teatro supe que la línea que me hacía vibrar tenía que venir muy de adentro, y me pasó con Charenton del Buendía, en un festival de Camagüey, aun siendo estudiante, ese es el camino, me dije. La academia te crea referentes de cabecera que te quedan para siempre, escuela al fin, te dota de herramientas conexas con tu futura actividad profesional y la experiencia laboral te conduce hacia otros.

En Santiago de Cuba las estéticas de trabajo existentes no me provocaban o me movían el piso popularmente hablando, excepto La Guerrilla del Golem de Marcial Lorenzo Escudero, que me ofrecía una vibración bastante parecida a la que sentí cuando vi al Buendía. Es que manejaban códigos que tenían que ver entre sí o que tenían que ver con lo que yo buscaba. Luego aparecen Nelda y el Ciervo Encantado, y de los foráneos, el teatro de Rodrigo García. Cada uno tiene una verdad especial, que me hace recurrir a ellos de alguna u otra manera. Y la aterrizada Uta Hagen, que vuelvo a ella una y otra vez.

Cuando hacía la introducción para esta entrevista, anuncié que eras hija de la Guerrilla del Golem. ¿Qué representa para ti dicho grupo?

En mis tiempos de estudiante, La Guerrilla del Golem era el grupo problematizador, indómito, de estética opuesta al teatro popular tradicional santiaguero. Se movía entre lo absurdo, la comedia negra y un teatro contemporáneo-reflexivo desde situaciones límites. Un teatro parecido a mis intereses profesionales; es que me gusta aun el teatro que dialogue con mi tiempo, con mi presente, y así era la Guerrilla. Además, era el grupo del boom y del swing en Santiago de Cuba, marcaban la diferencia, en todos los aspectos. Mis aspiraciones eran estudiar Teatrología luego de terminar el nivel medio y quedarme en La Habana, pero no pudo ser, entonces fui por la Guerrilla que no era el grupo que me tocó en boleta, pero luché y luché hasta ir directamente para allá. Estoy hablando de 2009.

La Guerrilla del Golem y Marcial me mostraron de qué iba verdaderamente el mundo del teatro y me lo mostraron sin paños tibios. Recuerdo mi primer día, como si fuera hoy, en lo que era la sede en aquel momento, las ruinas del cine América; me dan a leer una escena de lo que iba a ser más tarde un montaje, lo primero que me dijeron con mucho sarcasmo fue: tú vas a dar guerra en este grupo, y así mismo fue, pero confieso que la guerra me encantó.

Agrego a la lista de maestros que han dejado su huella y sabiduría a Marcial Lorenzo Escudero y a la Guerrilla del Golem. Ello representa el inicio sin fin, mi morir o no morir. La Guerrilla del Golem fue el verdadero proceso de gestación y alumbramiento. Le debo lo que soy y se lo agradezco de todo corazón.

Voy hacer un salto enorme. Recuerdo que un día te invité a ver un ensayo de mi grupo, mi intención era que te quedaras trabajando con nosotros y lo logré. Desde entonces han pasado casi cinco años, ahora das guerra en y desde el grupo. ¿Qué ha significado El Grupo de Experimentación Escénica LA CAJA NEGRA para ti?

LA CAJA NEGRA si bien es mi perturbación emocional, anímica, sentimental, es también un diario examen de conciencia, una exploración de mi vida en presente, pasado y futuro. En ella he podido certificar que soy una amante fiel de mis imperfecciones, de mis obsesiones, y que son ellas precisamente las que me llevan a crear, porque me vuelven frágil, me desnudan, me hacen única como ser, y esa propiedad justamente fue lo que me hizo apreciar de un modo revelador al grupo.

¿Qué hace diferente al Grupo de Experimentación Escénica LA CAJA NEGRA de tus otras experiencias?

Los procesos de trabajo destacan al grupo. Los procesos de trabajo para mí son las verdaderas obras de LA CAJA NEGRA. Son extraordinarios y punzantes a la vez. Te conducen por zonas inesperadas y eso te obliga a vivir expectante. Son muy ricos. Es una experiencia que solo la he saboreado aquí.

Desde tu condición de actriz vinculada a una praxis diaria y extensa en Santiago de Cuba, puede ser tal vez muy difícil definir el estado de la creación teatral en la ciudad. Esa edad dorada de nuestro teatro, para muchos, parece un mito o un camino que no se terminó de hacer. ¿Qué le falta al teatro santiaguero de hoy?

Vida, diversidad, energía, proyección, solidaridad, diálogo. El teatro santiaguero está inmóvil e inseguro. Disfruta con beneplácito el progreso fuera de sus posesiones, más se resiste al progreso interno.

¿Cómo se pudiera desarrollar en Santiago de Cuba un teatro más inclusivo?

Para desarrollar un teatro más inclusivo en Santiago de Cuba debe existir respeto sobre todas las formas de pensar y hacer el teatro. Coherencia entre los creadores y las instituciones que los respaldan, comunicación real, armonía.

Aun en medio de tantas disonancias, ¿por qué tener fe en el teatro?

Porque el teatro es la representación de la naturaleza humana, tiene muchos caminos y todos son un ser en sustancia. Si tienes la capacidad de sentir afecto, sensibilizarte con las fragilidades, deslices, resistencias, y eliges como yo, el teatro para enmendar, entregar, comprender y fraternizar, entonces estamos ante un acto de correspondencia con nuestra esencia, un acto de fe, esperanza y caridad.


Entrevista #5: La verdad como un estado mental

(una conversación con la actriz Lisandra Hechavarría Hurtado)

Santiago de Cuba posee un sinfín de nombres que participan con honor en la historia del teatro cubano. Nombres que trascienden la geografía y las desventajas sociales que pudieran prevalecer ante el desarrollo del arte teatral. Los actores, dramaturgos, directores y demás hombres y mujeres de la escena, hacen de esta urbe su principal motivación. Una ciudad llena de conflictos, colores, sonidos y energía caribeña, que dota a la creación artística de cierta singularidad.    

Las artes escénicas en la ciudad forman parte del pentagrama cultural de los individuos que permanecemos en ella. Santiago de Cuba es una ciudad teatral. De ahí que muchos jóvenes se encuentren con el escenario y el hecho escénico desde distintas circunstancias. Al conversar con la actriz Lisandra Hechavarría Hurtado, quien es miembro del Grupo de Experimentación Escénica LA CAJA NEGRA, pude percibir misticismo en su encuentro con el teatro. Lisandra posee, a pesar de su juventud, una amplia experiencia de trabajo. Se graduó de la academia de actuación José Joaquín Tejada y de la Universidad de las Artes ISA, en su filial santiaguera. Para ella el teatro es una hermosa muestra de filantropía.       

¿Por qué el teatro?

No tuve alternativa, el teatro me eligió y no a la inversa.

A los 14 años lo tenía súper claro que iba a ser músico, estudiaba en la escuela de arte José María Heredia y Heredia, en la especialidad de dirección coral. Una mañana llego un claustro de profesores actores y directores de teatro captando talentos, y yo que entonces era el doble de entusiasta que ahora, me presente.

Una vez en la academia de actuación me percaté que había llegado a un lugar perfecto. Era una sensación liberadora, al estar allí siendo juzgada y observada sobre la escen, se resolvían de un tajo todos los problemas existenciales de mi adolescencia. En fin, el teatro me puso la trampa y me convirtió en una buscadora incansable por conquistar la belleza. Así comprendí que el teatro es una de las más hermosas muestras de filantropía.

En el arte, los viajes por lo regular son o muy cortos o infinitos. En ninguno de los casos, el trayecto se hace solo ni sin referentes. ¿Quiénes han sido los maestros en tus viajes?

Bueno, tuve los mejores maestros que un estudiante de teatro en Santiago de Cuba podía tener en esos años. Nora Hamze Guilart, Rogelio Meneses, Elena Yanes, Jorge Socarras Linares, Odalis Ferrer, y en estos últimos años a Alina Narciso, directora de teatro italiana quien me ha ayudado a descubrir cuáles son mis capacidades como actriz y a fortalecerlas. Debo decir algo con respecto a mis maestros y es que agradezco la formación que me han dado desde su experiencia, pero sobre todo, agradezco cuanto han aportado a mi crecimiento personal.

Los referentes que llegan a partir de nuestros maestros son motivación para encontrar otros. Así el viaje va obteniendo nuevos significados y resoluciones. En tu caso, ¿cuáles son esos referentes artísticos?

Lo primero es la escuela de actuación inglesa. Pero también Led Zeppelin, la música de los 70 y los 80, la filosofía clásica alemana, mujeres como Frida Kahlo, Marina Abramović, Pina Bausch, Merlyn Street, Marie Curie, Nina Simone , Areta Franklin, Janis Joplin, el cine italiano de los años cincuenta, Vivaldi, Rembrandt, Vincent van Gogh, Leonardo da Vinci, Miguel Ángel, Salvador Dalí, entre muchos otros.

Haz recorrido distintos grupos o proyectos teatrales. ¿Qué te has llevado de cada grupo?

Le debo mi formación actoral al grupo “Gestus”, en ese colectivo conocí los elementos técnicos básicos que un actor profesional necesita. Allí aprendí a dominar la importancia de observar y lo necesario que es para un artista observarse a sí mismo, así como dialogar con diversas técnicas a fin de conformar una técnica propia. Esto último fue lo que me conllevó a abandonar en un momento dado a la compañía, la necesidad de otras técnicas y conceptos sobre el teatro. Además de que después de un tiempo la creación allí se había paralazado.

Luego llegué a la compañía “A dos manos”, donde tendría una estadía bastante corta, fue como una parada en el camino. “A dos Manos” tiene en su poder uno de los grandes tesoros del teatro santiaguero: el maestro Dagoberto Gainza. Con él es muy simple hablar de teatro y guarda un caudal de conocimiento riquísimo. Dagoberto fue el mayor regalo que me llevé en mi corta travesía por este grupo. Debo admitir que mi viaje por allí también me sirvió para constatar una problemática del teatro santiaguero y es la permanente contradicción generacional. Hay una generación que concibe el teatro como un espacio inmutable y no está dispuesta a salirse de su zona de confort. A ellos les interesa el diálogo con las antiguas concepciones del teatro y no les importa correr riesgos, ni experimentar. Por otro lado, hay una generación que grita por un teatro nuevo, contemporáneo y con el cual pueden identificarse y comunicarse.

También está la experiencia con Alina Narciso y su compañía Metec Allegre, para quien el tiempo alcanza solo para trabajar. Mi historia con Alina y su compañía italiana que desde hace años viene teniendo encuentros culturales con Cuba y de la cual formo parte desde hace más de 10 años, es realmente fundamental para mí. Con ella es que comienzo a sentar las bases de lo que hoy entiendo como teatro. Con el tiempo y en mi transcurrir por Metec Alegre, mi realidad comenzó a adulterarse. Una realidad inexacta y cada vez más compleja de representar. Adquirí un discurso propio y consciente, lo cual me conllevó a una gran responsabilidad.

Una de las compañías que ha sido una sorpresa para mí es el Grupo de Experimentación Escénica LA Caja Negra. Lo primero que me sucede al entrar a esta compañí, es que me encuentro con un grupo de inadaptados como yo. Gente inconforme e inquieta. La primera vez que me subí al escenario del GEE LA CAJA NEGRA me percaté que estaba frente a un espacio de interacción con todo tipo de propuestas culturales: sin tabúes ni etiquetas, libre creación, permisión de códigos foraneos, procesos íntimos, y en los últimos tiempos se ha vuelto una interrogante para nosotros la búsqueda de la identidad.

Otro asunto de interés en el ejercicio del GEE LA CAJA NEGRA es el trabajo del actor. El actor del GEE LA CAJA NEGRA no es el actor que se deshumaniza haciendo uso de la máscara para actuar, por el contrario, es el actor que se desprende de todo artificio mostrando su humanidad hasta volverse vulnerable. Es un teatro que explota no solo las fortalezas del actor sino también sus debilidades. De este grupo me llevaré la verdad como único precepto a la hora de hacer arte. La verdad como precepto ético y artístico, la verdad como un estado mental.

¿Cómo ha cambiado tu noción de lo que entendías como teatro y lo que hoy prácticas y asumes?

Imagínate que antes veía el teatro como una pasarela donde me subía a pavonearme sin analizar las cosas ni medir las consecuencias. Era muy chica cuando comencé y no tenía ni la madurez ni la información para comprender las cosas. Para asumir la existencia de un teatro comprometido, culto, revolucionario, educativo, crítico y necesario. Tuve que pasar incluso por dos procesos de metamorfosis, el primero con Metec Alegre, y el segundo con GEE LA CAJA NEGRA. El teatro me cambió para que yo pudiera luego comprender la responsabilidad del oficio. Así descubrí su poder y el mío, así me comprometí.


La Bota Rota #3: En conflicto con la realidad

Toda crisis es material valioso para el teatro. La realidad nos dota de posibilidad infinita para r-interpretar sus fisuras y sus composiciones. Para muchos el arte es la representación conflictiva del hombre con la realidad. Todas las épocas han encontrado a través de los artistas, los prismas esenciales para confluir con las tramas de “lo real”, “lo probable” y “lo posible”.  

El Grupo de Experimentación Escénica LA CAJA NEGRA es un colectivo teatral donde el arte es asumido como imagen conflictiva de la existencia. Los proyectos desarrollados durante los últimos meses respaldan la anterior afirmación. Búnker es el nuevo espectáculo en construcción, interpretado por el actor Ricell Rivero Rivera; la obra se integrará de distintos materiales simbólicos y disciplinas artísticas.

La presentación del video performance Búnker #1 Zonas de conflicto, da inicio a una saga de video-artes que encabezan la exploración de nuestro contexto actual. El hombre alienado/aislado, en la soledad del fracaso colectivo. ¿Existe? ¿Será el final del juego? ¿Encierro?

Búnker será una investigación compleja; empezó por la fotografía, se sumerge en el video-arte y el performance, y llegará al cine para luego convertirse en un espectáculo teatral. Un actor/performer que no cabe dentro del traje aislador. Un individuo subjetivo, a medio hacer o a medio acabar con su existencia. ¿Cómo ensamblar la contradicción? El hombre está aparentemente solo, pero es la realidad quien lo oculta de sí mismo.

Siguiendo la ruta del GEE LA CAJA NEGRA, aparece el material Ofelia. Texto inspirado en segmentos de Máquina Hamlet, del dramaturgo Heiner Müller, y que cuenta con la actuación de Yanisleidys Laborí Cuevas. Este es un inicio de montaje, donde la poesía se mezcla con el dolor histórico encarnado en un cuerpo de mujer para denunciar la violencia que han ejercido sobre su naturaleza a través de los siglos. Este es un trabajo limpio, de una belleza que nace en “lo teatral” pero que muta al leguaje del audiovisual. Es precisamente esta mezcla la que hace contundente el discurso de la representación. Todas las imágenes son precisas y no admiten banalidades ni entretenimientos.

Ofelia es una búsqueda arriesgada pero que de seguro el público acogerá sin miramientos. Defiende grandes causas, defiende el sentido de la igualdad y la diversidad de ideas. No será un montaje para pedir permisos ni libertades contemporáneas, será una obra para tomar el almanaque de todos y darle forma.     

Otros de los procesos que se compartieron y cuyo valor excede “lo común”, es #TroyanasenYouTube. Proyecto transmedia de la autoría de Ámbar Carralero Díaz (teatróloga y escritora), de La Habana. Cada documentación presentada en voz de sus protagonistas fue un registro de sus experiencias durante el trayecto. Las intervenciones estuvieron protagonizadas por Anabel Pla (actriz que interpreta el personaje de Elektra), Yoanna Pérez Acanda (actriz que interpreta el personaje de Casandra), Laura Hernández Perdomo (productora y asistente de dirección del proyecto), Ileana Sarduy Prohenza (actriz que interpreta a Hécuba), y los actores Inima Fuentes y Yasmany Guerrero. #TroyanasenYouTube es un proyecto intransigente, vistoso y renovador en la relación entre artista-público-obra.

 

Desde San Antonio de los Baños, en la provincia de Artemisa, nos acompañó el grupo Teatro del Retorno, proyecto dirigido por Alexander Diego Gil Valle. Entre los materiales presentados es Comorbilidad; el trabajo más certero y necesario. Su propuesta cinematográfica nos recuerda a Artaud y, su crueldad, a Samuel Beckett, y su absurdo a nuestro Virgilio y su poética del destierro. Gil Valla reta a la realidad como si esta no pudiera evitar la eterna enfermedad de la presencia/la ausencia. Su lenguaje es una construcción de distintos referentes visuales y escénicos pero que se entrelazan para crear una narrativa en conflicto con la realidad. Casa gesto es un imán sensoperceptivo. Cada movimiento una salida a un mundo corporal y enfermo.   

El cierre nos trajo al cortometraje Cambio de Planes, dirigido por Arnaldo Sariol Valdés. Un obra cuya búsqueda simplifica al arte como experiencia “respiracional” en conflicto con la realidad. Sariol, en su deseo de construir lenguajes alternos/interdisciplinares, nos regala “un susto”. Nos dice que la vida es determinación dentro del azar. Nos dice que todo día es bueno para cambiar de suerte.

La II Edición de la Jornada Teatral La Bota Rota nos deja varias enseñanzas tras el cierre del telón. La primera es que el teatro seguirá necesario sin importar dónde se piense y se haga. La segunda, que en Cuba hay muchos creadores interviniendo la realidad y convirtiéndola en material simbólico. Y para no hacer más larga la lista, una tercera enseñanza: la voluntad creativa del hombre. Nada les es más natural a los hombres que la necesidad de crear y expresarse a través de la creación.

 

Esta fue una jornada para el encuentro, para el ciber-abrazo, para el recuerdo. Pero también para activar distintas zonas de la creación teatral cubana. Santiago de Cuba continúa en la construcción de caminos para fortalecer los vínculos escénicos en el país. La Bota Rota es un ejemplo de cómo medir el contexto y transformarlo en acción.


Escena #8: El único enemigo es el lenguaje

Cortesía de La Caja Negra

(El Grupo de Experimentación Escénica La Caja Negra cumple cinco años)

 I

Han pasado cinco años desde que un grupo de jóvenes teatristas santiagueros, decidieran fundar un nuevo camino. Una nueva imagen para entender y entenderse dentro del mundo. Un concepto para ofrecer otra alternativa. ¿Herejía? La lucha contra el espasmo siempre es una contradicción. Todo lo que simule (al menos) una salida a la obediencia a la que nos somete el lenguaje, es una entropía reprochable y fácil de ver como enemigo. El lenguaje suele subyugar a los artistas a consonancias muy rígidas y tóxicas. El lenguaje busca someternos cuando la fórmula funciona para algunos. 

Cortesía de La Caja Negra

Han pasado cinco años y nuestra disputa por vencer al lenguaje continua. El ego perdió su pulso tras obras como “El plan B es seguir el plan A” y “Bonsái”. Nuestra escena sigue caótica/imperfecta/enérgica/simbólica/política/familiar. Después de estos cinco años, todo empieza a encajar en el puzzle. Todo es una visión sobre lo exacto. El camino nunca fue casual, elegimos esta imagen porque nos representa. Elegimos esta conducta escénica porque nos permite dialogar. Elegimos LA CAJA NEGRA porque era una necesidad creativa.

Fundar siempre es complicado. El arte es una mezcla de todas las cosas bellas del mundo pero también de todas las miserias. Ser un concepto para el ojo que observa puede significar cambio, y el cambio es un susurro demoledor que siempre amenaza con ensordecer al pasivo. 

Cortesía de La Caja Negra

II

Si algo ha sucedido durante este tiempo es que nuestra identidad como grupo se ha fortalecido. Cada trabajo es una consecuencia del anterior. Cada trabajo es divergente pero mantienen la unidad estética de LA CAJA NEGRA.

Cortesía de La Caja Negra

Desde que la pandemia se instauró en la isla, los planos simbólicos del arte cubano (y del teatro específicamente) han mutado o se han paralizado en algunas zonas. Nuestro grupo ha encontrado en el espacio virtual y la producción audiovisual, un ejercicio de resistencia para producir y compartir todo el material simbólico que generamos a diario. Durante este periodo hemos creados distintos materiales: videoarte, cortometrajes, video-poesía, micro teatro, cápsulas promocionales, y exposiciones fotográficas. El número de colaboradores ha crecido, últimamente hablamos más de usuarios y suscriptores que de público. Nuestra voluntad nos ha introducido en un mar sin fondo. Allí, frente a una platea infinita construimos memoria. ¿Será que se puede existir sin ese ejercicio?

Cortesía de La Caja Negra

Filtrar la realidad con nuestro hacer y transformarla en arte, siempre fue nuestra premisa más determinativa. Somos un grupo que experimenta con las emociones de los otros, somos un grupo que construye nuevas narrativas a partir de las historias de los otros. Nuestra imagen del mundo es posible gracias a la multiplicidad de voces que nos inspiran. ¿Podría ser de otra manera? ¿Experimentar/construir/hacer? Nada le es ajeno al arte. Todo lo que yace a la vista puede ser naturalizado por las emociones y los sentimientos. 

Cortesía de La Caja Negra

III

Nuestro teatro busca ser transparente. No asumimos la escena como un espacio para entablar una disputa con el espectador. La escena es un lugar sagrado donde cabemos todos sin distinciones. Sin importar nuestras fragilidades y nuestras diferencias. Nuestro teatro busca ser trasparente porque se rige por el amor y la verdad, aunque esos parezcan conceptos muy cursis y gastados en pleno siglo XXI. Asumir esas palabras o el sentido que ellas generan es una necesidad que no podríamos evadir. Para nosotros no hay nada más transgresor que lo que se genera desde el amor y la verdad.

Cortesía de La Caja Negra

Trabajos como Bonsái (la película) nos han conducido a explorar nuestra cotidianeidad desde su sentido más absurdo y simbólico. Seres insignificantes habitan una sociedad de colmo donde los minutos trascurren como condena. Seres que desafían la credulidad del ojo que observa y nos ponen frente al espejo. ¿Puede este árbol dejar de ser nuestra sombra? ¿Por qué no generar otra luz menos uniforme y rígida? ¿Podemos evitar la práctica del Bonsái? ¿Cómo entender la acción distintiva en un individuo condenado al fracaso?

Cortesía de La Caja Negra

La serie Juego de Agua nos introdujo al mundo de la poesía como literatura. Allí nos acercamos a Dulce María Loynaz y al universo que generó su búsqueda. Diez capítulos entre performance, video y literatura nos fueron suficientes para continuar por esos senderos. Fue entonces cuando decidimos llegar a José Lezama Lima. De todos los textos abordados del gran poeta, Muerte de Narciso ha significado nuestro mayor reto. Una representación sobre el discurso del texto, nos llevó a ver la poética de Lezama como un canto a la experiencia acumulada en vida. Una experiencia que desaparece con la muerte, y eso significa libertad.

Cortesía de La Caja Negra

Muerte de Narciso pudo ser otro tipo de material, pero para nosotros hablaba del amor y eso nos generaba otras conclusiones: amor al cuerpo, amor a la memoria, amor a la vida, amor a la muerte, amor a transitar libre despojado de todo credo y convicción. Así Narciso se convirtió en otro de nuestros personajes, como si Lezama le hubiese dado esa orden.

Cortesía de La Caja Negra

Desde el teatro, Ofelia como espectáculo puede ser un buen ejemplo de nuestra investigación en aislamiento. El texto fue extraído de la obra Máquina Hamlet de Heiner Müller y trabajado como un material cercano al micro teatro. Un abordaje de un texto teatral, con una visualidad teatral, pero que funciona como un dispositivo audiovisual/cinematográfico. Ofelia es una experiencia que se nutre de nuestra participación en los espacios virtuales. Es un dispositivo con el que podemos dialogar en el cibermundo y aun parecer que estamos aferrados al escenario. A ese lenguaje que busca el convivio y la participación activa desde platea.

Cortesía de La Caja Negra

IV

Han pasado cinco años desde que el lenguaje se convirtiera en nuestro único enemigo. Ha sido el inicio de un viaje contra el ego y todo lo que agreda espiritualmente a las cosas esenciales de la creación artística. En ese viaje muchos han quedado atrás pero no sin antes aportar y dejar su huella en nuestro colectivo. Otros han llegado para incorporarse a un sueño que le es común y por el que vale la pena sacrificar el orgullo y otros aranceles.

Cortesía de La Caja Negra

El teatro para el Grupo de Experimentación Escénica LA CAJA NEGRA es un acto de fe. Una respuesta al fracaso y a las contradicciones de nuestra generación. Es nuestra manera de enfrentar y superar al lenguaje. Es nuestra voluntad y nuestra propuesta para crear un mundo regido por el amor y la verdad. ¿Será esto la construcción de una utopía?

Cortesía de La Caja Negra