Contar la historia desde el arte: el discurso artístico cespediano
Céspedes se nos presenta inmarsecible en nuestra memoria histórica. Su ímpetu de lucha dibujó el camino de la historia que se labraba, una historia marcada por las ansias de libertad, por la rebeldía y por la conformación de una identidad sin ataduras. Precisamente, en torno a su figura ha existido un discurso que se sustenta en imágenes, en el arte, que es el que le ha creado una imagen corpórea, tangible, concreta, gracias a quienes lo inmortalizaron dentro de la historia del arte cubano.
Daguerrotipos, dibujos, óleos, grabados y esculturas del gestor de las luchas independentistas, construyeron el discurso artístico-iconográfico en un contexto de construcción del imaginario nacional; cada una respondiendo a las exigencias y los imperativos de la metamorfosis histórica y política que experimenta el país.
Independientemente de estas particularidades del contexto histórico, la iconografía cespediana en muchos de sus ejemplos clasifica como Patrimonio Cultural de la Nación, y tiene dos momentos creativos que clasifican por etapas: la colonial y la republicana.
La etapa colonial tuvo apenas representatividad en el discurso artístico; no obstante, la etapa republicana fue antítesis en ello. El momento histórico que se vivía era espejo de las consecuencias en el ámbito creativo. La llegada de la República significó una transformación en toda la iconografía colonial, que respondía a las exigencias de representación de toda una hornada de patriotas, lo que fue válido tanto para la pintura como para la escultura.
El discurso artístico-iconográfico cespediano se sustenta en las primeras realizaciones del siglo XIX que sirvieron de base genealógica a la producción fecunda del siglo XX. Tanto en la pintura como en la escultura la representación de la historia a través de los grandes próceres, y dentro de ello, al gestor de las luchas Carlos Manuel de Céspedes, signaron la conformación de un imaginario nacionalista mediante referencias simbólicas que sustentan un discurso.
La etapa republicana –en materia de representación cespediana– supera con creces la etapa colonial, aunque tampoco puede catalogarse como cuantiosa al respecto. En ello la escultura se desarrolló en menor grado que las artes plásticas (la realización de monumentos llevaba la autorización y pertinencia de proyectos). Por tanto, la etapa de la República viene a ser como una especie de génesis en las producciones subsiguientes.
Los frutos tangibles de ese discurso artístico constituyen hoy parte del Patrimonio Cultural de la Nación. La mayor significación cultural radica en que se trata del resultado de un proceso histórico dentro de la conformación de un imaginario social-histórico-nacionalista, pilares de construcción identitaria.
Las cuestiones formo-conceptuales erigen un testimonio que más allá de la estética, el simbolismo, la tradición histórico-academicista o las particularidades representativas de las manifestaciones, hacen del discurso artístico cespediano la memoria de una producción histórica –y por ende– patrimonial.
Orígenes: El deber de persistir
(En busca del hombre/isla)
¿Cómo olvidar los orígenes? ¿Por qué volver al Apóstol? Hay sin dudas, muchas respuestas para estas preguntas. Algunas, tal vez se extiendan en el campo de la realidad inmediata de la isla. Otras, aparecerán ante el individuo según sus urgencias. Lo ideal es que las respuestas estén siempre, o al menos la necesidad de encontrarlas. La institucionalidad cubana (sobre todo aquella que se responsabiliza de los procesos culturales), debería ser un imán para potenciar los viejos paradigmas desde los acontecimientos actuales. Volver a Martí siempre será una solución. Aunque la figura de nuestro héroe no se gasta con el paso del tiempo, su impronta demanda otras prácticas para no ser olvidado. Su luz debe permanecer encendida ante la vista de todos. ¿Cómo no perder su luz en época de apáganos?
Cada año la filial de la Asociación Hermanos Saíz de Santiago de Cuba, desde su célula en Contramaestre, busca encontrarse con el Maestro. A veces desde el mito que hay sobre su corazón enterado en la zona, pero siempre desde la clarividencia de su pensamiento.
La jornada Orígenes, que este año llegó a su XIV edición y que por primera vez se hace presencial después de los años más agudos de la pandemia, nos trae al hombre/isla como bitácora para resistir/permanecer. Dos rutas se recorren durante los días 18, 19 y 20 de Mayo. La primera hasta Remanganaguas, lugar donde ocurrió el primer entierro de nuestro José Martí. La segunda ruta es igual de simbólica, porque va desde su producción intelectual y literaria hasta la trascendencia de su legado, visto desde la obra de los nuevos creadores cubanos.
En esta edición, también se hizo énfasis en el sistema editorial cubano y la crisis del lector en nuestra isla. De ahí los paneles y las distintas presentaciones de libros. Esta es una jornada que se ha caracterizado siempre por explorar las distintas comunidades que integran el territorio de Contramaestre. Su vínculo con la historia y con el movimiento artístico del municipio. Orígenes como jornada no solo ha salvado el quehacer literario y un vínculo más emocional de los jóvenes con el Apóstol, también ha sido (y es), una brújula gremial, una tabla de salvación ante las circunstancias.
Es imposible hablar de Orígenes y no mencionar a su creador: Eduard Encina Ramirez, poeta, pintor, promotor cultural y amigo. Hombre capaz de plantar la bandera del arte en los rincones más oscuro como una espada de luz. Cuidar a Orígenes es también cuidar a la memoria de un hombre necesario como Eduard Encina.
En esta ocasión los invitados de otras provincias no pudieron llegar, ni siquiera los de la ciudad cabecera. Ir a Contramaestre siempre hace mucha ilusión, allí se respira un aire extraño, algo con otro peso. Fueron los jóvenes artistas (y los no tan jóvenes) del municipio los que cubrieron un programa bastante amplio. La AHS y las entidades involucradas volvieron a los escenarios indispensables, aquellos que siempre esperan al poeta, al trovador, a Martí en el rostro de muchos jóvenes.
Mucho hay del Grupo Literario Café Bonaparte en la concepción del evento. Ellos en la actualidad son el corazón y los pulmones de cada una de las acciones. Sin un trabajo constante durante todo el año, esta fecha de seguro tendría otro sabor.
En medio de la crisis económica que atraviesa el país y que no favorece a la gestión, producción y puesta en escena de muchos espacios culturales; la AHS en Contramaestre nos da una lección de vida: “Hay que permanecer”, “Hay que encontrarse con el hombre/isla”. Todos nuestros hábitos se simplifican ante las voces de quienes construyen un país por dentro. Defender estos (mal llamados) pequeños espacios, es no olvidar. Es el deber de persistir.
Libro «Juventudes», otra valiosa obra sobre los hermanos Saíz (+ Video)
Los jóvenes creadores Luis y Sergio Saíz Montes de Oca merecen ser mucho más conocidos por la sociedad cubana, especialmente por las nuevas generaciones. Es esta una aseveración que solemos repetir con frecuencia.
El libro Juventudes, compilación realizada por el profesor e historiador pinareño Luis Figueroa, es una fuente valiosa en ese afán de divulgar la obra y el pensamiento de aquellos muchachos asesinados cuando apenas tenían 18 y 17 años de edad, respectivamente, en el poblado de San Juan y Martínez. Es inevitable imaginar el momento, los disparos, la sangre…, dos seres humanos que morían uno defendiendo al otro, el dolor de la madre…
Publicado por Ediciones Sed de Belleza en 2021, con diseño de cubierta de Héctor Gutiérrez Bolaños, corrección de Miriam Artiles Castro y edición de Edelmis Anoceto Vega, este es otro de los proyectos editoriales de la AHS con motivo del aniversario 35 de esa organización.
El volumen, con poco más de 110 páginas, pone a disposición de los lectores artículos de esos dos escritores y revolucionarios profundamente humanistas, fotografías y acotaciones realizadas por ellos a otros libros, savia de la cual bebieron en su formación socio-artística y política.
Especialmente entrañable resulta el prólogo, “A modo de preámbulo y homenaje”, del sobresaliente intelectual y presidente de Casa de las Américas Abel Prieto, quien conoció en su niñez al adolescente Sergio Saíz, el cual formaba parte de un pequeño grupo de estudiantes que recibía clases de su padre.
Abel nos acerca al Sergio que conoció, a las percepciones, remembranzas y sensaciones tras la muerte de los dos hermanos: “Había caído un pesado manto de angustia y horror sobre todo Pinar del Río. Mi madre lloraba. Mi padre repetía una y otra vez que andaban desarmados (…), fue un golpe feroz, ciego, inconcebible, que luego fui comprendiendo poco a poco”.
Resalta también la precocidad intelectual de aquellos dos adolescentes, la madurez de su ideario martiano y liberador, y la coherencia ética de quienes en ese momento eran miembros del Movimiento 26 de Julio.
Figueroa, Maestro de Juventudes y principal estudioso de la vida y la obra de Luis y Sergio, nos brinda el artículo “El pensamiento sociopolítico de los hermanos Saíz”, que incluye análisis de influencias, su abarcadora formación y proyecciones revolucionarias, todo lo cual puede ser enriquecido con el contacto directo con los textos de Luis y Sergio, en las mareas de la compilación.
Es importante tener en cuenta que sus obras deben ser analizadas desde el compromiso y el amor a Cuba que latían en sus almas, pero también desde lo más puramente creativo, desde la capacidad de reflexión y el abordaje de los problemas sociales junto al afán de proponer y transformar.

En Juventudes, aparecen textos como “La verdad del ómnibus estudiantil”; “Abraham Lincoln: el leñador de Kentucky”; “Las razas, el problema racial en Cuba”; “Juventud: fuerza salvadora”; “La Generación del Centenario”; “Mártir de Dos Ríos”; “¿Por qué luchamos…?”; y “¿Por qué no vamos a clases?”.
Impresiona la hondura de los criterios, el valor y el espíritu en las letras, la fuerza con que se expresan las opiniones y la seguridad que bebe de etapas anteriores. Ellos reconocen a José Martí como guía, y a la vez hablan del sueño socialista:
…No tenemos más que nuestras vidas, avaladas con la honradez de un pensamiento justo y una obra inmensa que realizar, y como ofrenda de devoción y desprendimiento hemos depositado en los brazos de la Revolución Cubana —justa, grande, renovadora, honrada, socialista—, sin más esperanzas que ver algún día cumplidos estos sueños que hoy, en plena juventud y calor de lucha, llevamos a estas cuartillas… (“¿Por qué luchamos…?”, página 69)
Martí suele estar muy presente en sus pensamientos:
…Decía Martí que con doce hombres dignos se fundaba un pueblo. Y nosotros solamente queremos hombres dignos. La hora es nuestra, porque nuestra es la solución, y el afán de lucha que nos invade no morirá en el cuerpo de ningún combatiente, ni podrán ahogar el espíritu de rebeldía de ningún compañero caído, pues las ideas no se matan…
Es interesante leer sus acotaciones a libros como La Revolución Cubana, de Enrique Lumen (Ed. Botas, México, 1934); La agonía antillana, de Luis Araquistain (ESPASA-CALPE S.A., Madrid, 1928); Los dictadores, de Jacques Bainville (Editorial Cultur, Santiago de Chile, 1936); El materialismo dialéctico en la naturaleza, en la sociedad y en la medicina, de S. Libedinski (Ed. Ercilla, Santiago de Chile, 1938); y El Estado y la Revolución, de Vladimir I. Lenin (Ediciones Sociales, La Habana).
Palpitan ahí dos lectores críticos, que realizan síntesis y, en ocasiones, también complementan o contradicen a los autores, los enfrentan desde la claridad, la visión crítica y el conocimiento de la historia.
Otras anotaciones están relacionadas con los derechos individuales, temas de Economía Política, Política Educacional y Política Agraria, en las cuales se sienten el ímpetu y el compromiso social, que ubicaba a la gente, especialmente a los más humildes, en el centro de las preocupaciones y los esfuerzos.
Luis y Sergio parecían siempre incansables. Los imaginamos escribiendo, debatiendo, soñando, caminando por las calles de San Juan y Martínez. Solían despertar elogios y amistad. A nuestra mente viene también el documental ¿Por qué luchamos…?, con entrevistas a la madre Esther Montes de Oca, a vecinos, compañeros de estudios. Recordamos fragmentos de sus obras poéticas y de la narrativa.
Muy cerca está el libro Los antepasados, diez cuentos de Luis Saíz, una selección realizada por el entrañable Eldys Baratute. Nos sumergimos en sus páginas… Ojalá los acercamientos a las labores revolucionarias y creativas de estos dos hermanos sean lo más completas posibles. Ellos lo merecen.
Premios Memoria Nuestra para el pensamiento joven
El Premio Memoria Nuestra, que se otorga cada año en el Congreso de Pensamiento homónimo, fue concedido como colofón del evento que sesionó con paneles, mesas diálogos y socialización de ponencias, como parte de la 29 edición de las Romerías de Mayo.
Un jurado, integrado por el historiador José Abreu Cardet, Premio Nacional de Historia 2018, y los profesores universitarios Kenia Abreu y Paul Sarmiento, evaluó un número considerable de ponencias, e interactuó con los autores para analizar indicadores teórico-metodológicos, sus fundamentos, estructura, aportes y novedad del tema.

El Premio en Investigación lo obtuvo la obra “La metáfora en el pensar la identidad cubana”, de la santiaguera Ada Lescay, por el adecuado manejo de las fuentes de información, la metodología aplicada, el dominio de la temática abordada y la importancia de sus resultados.
Por su parte, recibieron menciones los estudios “La producción discográfica de la Orquesta Aragón: eje esencial para la gestión cultural”, de la cienfueguera Alegna Jacomino Ruiz, y el estudio “Protagonismo de la ciencia y la tecnología en la preservación del repentismo como patrimonio cultural”, de Yunisleydis Castillo, de Las Tunas.
Mientras que el galardón Memoria Nuestra en el apartado de Proyecto sociocultural lo mereció “Guajiros Magazine, un estilo de vida enfocado en el progreso”, de los holguineros Frank Alejandro Sera Griñán, Iriannys Torres Miranda y Abel Isacc Cruz Padilla.

Durante tres jornadas sesionó este evento que reunió a delegados de varias provincias del país en torno al tema “La cultura cubana en medios digitales”, con varios paneles donde sobresale “Martianos en Memoria Nuestra”, y “Ediciones La Luz: 25 años buscando el libro justo”, que homenajeó el primer cuarto de siglo del sello de la AHS en Holguín.
Asimismo fueron otorgados dos premios Memoria Nuestra de Honor, uno de ellos al historiador holguinero José Abreu Cardet, y a Ediciones La Luz, convirtiéndose la casa editora en la primera institución en recibir tal reconocimiento que ya poseen el fundador de Romerías Alexis Triana, y el historiador Eduardo Torres Cuevas. El Congreso de Pensamiento Memoria Nuestra sobresale como uno de los principales espacios que se desarrollan cada año en Holguín durante las Romerías, por sus aportes a la creación investigativa joven y el desarrollo de proyectos socioculturales en nuestro país.
Convocan al Congreso y Premio Memoria Nuestra 2022
La AHS y el Comité Organizador de las Romerías de Mayo convocan al Premio y Congreso Memoria Nuestra 2020, a realizarse del 3 al 7 de mayo como parte de la XXVII Festival Mundial de Juventudes Artísticas que por estas fechas se celebra en Holguín.
Se es identidad, entre otras cosas, porque se es Memoria. De este principio parte el interés por el rescate de lo nacional y local, que nos distingue de los demás como forma eficaz de fortalecer nuestros valores, aseguran sus organizadores y subrayan que este certamen tiene como finalidad el rescate de la memoria regional, histórica y cultural, así como la detección y reconocimiento de valores endógenos que fortalecen a las naciones, en este momento de progresiva despersonalización cultural.
El Premio promueve la discusión sobre las identidades y culturas regionales en su más extensa acepción, a partir del debate del quehacer de los intelectuales en la sociedad actual y la presentación de los proyectos comunitarios que defiendan estos valores.
En este sentido se proponen tres líneas temáticas: “Culturas regionales e identidad”, que acogerá investigaciones sobre tradiciones, costumbres, manifestaciones artísticas, campo religioso, las realidades y retos que identifican la multiplicidad de regiones del mundo de hoy; “Experiencias comunitarias”, para la presentación de proyectos de este tipo que contribuyan al desarrollo, rescate y conservación de tradiciones en la comunidad, así como la aportación de experiencias alternativas al influjo globalizador; y “La cultura cubana en medios digitales”, que acogerá investigaciones que aborden desde diferentes puntos de vista el posicionamiento y la socialización de las singularidades y los valores culturales cubanos en espacios virtuales.
Pueden participar todos los investigadores menores de 35 años, sean miembros o no de la AHS; para los autores de las ponencias, el plazo de admisión cierra este 20 de abril.
Para el proceso de selección es necesario enviar una ficha con los siguientes datos: nombres y apellidos del autor, carnet de identidad, provincia, título del trabajo y resumen de ponencia de 2 a 5 cuartillas. Los resúmenes y trabajos deberán presentarse en formato 8 ½ x 11 (carta), Arial 12m justificado a 1.5 espacios entre líneas.
Un jurado de admisión decidirá los trabajos a concursar. Los autores seleccionados serán notificados 72 horas después del cierre de la convocatoria. Las ponencias completas, que no deben exceder las 20 cuartillas, se recibirán hasta el 30 de abril; y al exponer el trabajo se debe entregar una copia impresa y digital al jurado del evento.
Este, integrado por catedráticos, profesores e investigadores de reconocido prestigio, otorgará dos premios metálicos, uno de investigación y otro de proyecto sociocultural comunitario, así como las menciones que estime conveniente entregar.
Además, el evento incluye conferencias y mesas diálogo, con la asistencia de participantes extranjeros invitados a otros espacios de las Romerías; así como momentos de intercambio académico y experiencias desde distintas realidades socioculturales aportadas por las diversas regiones del mundo presentes en el Festival.
Este año el Memoria Nuestra dedicará sus jornadas a rendir homenaje a los jóvenes revolucionarios Luis y Sergio Saíz Montes de Oca, a 65 años de su asesinato en agosto de 1957.
Publicaciones sobre música y músicos en el Catálogo General de la Editorial Oriente
Estudiar, leer, informarse. /
Hay que saber lo que ha pasado y pasa /
dentro del campo de la música.
Maestro Electo Silva
(Toda la música)
I
En Cuba, desde hace varios años, se han venido publicando libros sobre diversos aspectos relacionados con nuestra cultura musical, hecho acrecentado, posterior a la creación de la Imprenta Nacional de Cuba (1959) y el Instituto Cubano del Libro (1967), respectivamente, donde se instauraron las bases –y articularon procesos– para realizar publicaciones más sistemáticas y masivas. Son textos que tratan sobre música, músicos, agrupaciones, entre otros temas, salidos de las necesidades e intereses de musicólogos, musicógrafos, periodistas e intelectuales enfocados en propiciar, lo que el investigador Joaquín Borges–Triana da a conocer como: “la preservación de una imagen de nuestra memoria sonora en la página impresa.”[1] Si bien Borges–Triana expone este razonamiento, en torno a tópicos puntuales de las publicaciones seriadas sobre música cubana, en su esencia radican puntos de contacto con el presente trabajo.
Acerca de la pertinencia de estos libros, el musicólogo, músico y crítico musical Jorge Fiallo Salazarte, refería en el artículo “La música en el ciclo de su producción, circulación y utilización social”[2] (Temas No. 16/88, p.19), la necesidad de incluir en la fase de Circulación de la música, a todas aquellas actividades y mecanismos establecidos […] que tienden a lograr la percepción o coadyuvan […] a la valoración de la música por parte de un público generalmente amplio y diverso. Y entre las principales características de estas actividades colocaba dos específicas:
- Las ediciones de libros, folletos y materiales diversos sobre música.
- Y La publicación de artículos o trabajos diversos referidos a la música en publicaciones generales o especializadas.
Visto lo anterior, se justifica entonces la existencia de editoriales que asumen esta diversidad y campo temático –actividades– como línea fundamental de todo su quehacer, entre ellas, por citarse solo algunos ejemplos, Ediciones Cidmuc, del Centro de Investigación y Desarrollo de la Música Cubana; Ediciones Museo de la Música, perteneciente al Museo Nacional de la Música; Atril Ediciones Musicales, socia de la Agencia Cubana de Derecho de Autor Musical (ACDAM) y la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE); Andante Editora Musical de Cuba, del Ministerio de Cultura (Mincult), y las publicaciones aparecidas bajo el sello Casa de las Américas, de la institución homónima, que edita y promueve libros, entre otros productos editoriales,[3] que contribuyen a una comprensión más integral de la música de Cuba y Latinoamérica.
No menos importantes, son las publicaciones de la colección Cinquillo de la Editorial José Martí, que da a conocer datos de la vida y obra de nuestros principales creadores musicales, y la promoción a géneros y cultores de sonoridades como la Nueva y Novísima Trova, el rock and roll, pop, pop rock y la canción cubana contemporánea, aparecidas bajo los sellos Ediciones La Memoria, del Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau y la Casa Editora Abril.
Sin embargo, en los catálogos generales de otras 61 editoriales, que conforman el Plan Editorial Nacional, circunscritas al Instituto Cubano del Libro (ICL), el Mincult, a centros de estudios académicos y culturales, fundaciones, y a asociaciones como la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) y la Asociación Hermanos Saíz (AHS), se registran títulos que responden a la línea temática en cuestión. Dentro de este conglomerado, saltan a la vista las entregas de la Editorial Oriente de Santiago de Cuba, que desde la década de los años 70´del pasado Siglo XX, se han colocado en el gusto y la preferencia del público lector nacional y de otras regiones. Una actualización acerca de este particular, en lo adelante la Muestra Total del periodo examinado, 1971–2021, da cuentas de cuarenta y seis títulos publicados, mas dos terminados para publicación en 2022.
No pueden obviarse los artículos, reseñas, comentarios y crónicas sobre música y músicos cubanos, divulgados en la Revista Literaria y Cultural SiC, publicación trimestral que esta editorial tuvo en circulación desde 1998 hasta el 2015. Y hasta donde fue posible rastrear sus números consecutivos, se constatan veinticinco colaboraciones, que pueden ser leídas en las secciones Juegos de espejos, Un mundo de cosas, Ejercicio Libre y Cálamo ocurrente. Cabe señalar, que algunas derivaron en proyectos de libros, que contribuyeron a enriquecer el catálogo institucional.[4] Por sus aportes e inestimable información para la comunidad de lectores, estos trabajos requieren de un abordaje concreto, que por límites de espacio, quedan sujetos a tratar en otra aproximación.
Respecto a los catálogos editoriales, y su importancia, existe un consenso en la bibliografía especializada de que estos son obras de referencias fundamentales, para el conocimiento de los fondos y/o surtido bibliográficos, de las entidades dedicadas a la edición, producción y comercialización de libros, revistas y folletos, lo que se procura con Publicaciones sobre música y músicos en el Catálogo General de la Editorial Oriente, 1971-2021. Revalorizar su importancia de manera general y específica, por contenidos y temáticas, Objetivo Principal a tener en cuenta, requiere de análisis y valoraciones de la estructura interna de los mismos, en todos sus aspectos […] para la recuperación de la información [5] y ponerla, de manera más efectiva, en vínculo con el sistema de promoción – divulgación, garantizando así que este conocimiento circule con calidad. De un modo u otro, Publicaciones sobre música y músicos…, enfatiza en que los catálogos son referentes identificadores de las editoriales y su signo más inmediato de identidad profesional.
II
La visión integral que sobre los procesos culturales, políticos y educativos, tuvieron los gestores de la Editorial Oriente,[6] sobre la base de la existencia de un fuerte movimiento autoral en esta región del país, que se conjugó con un potente desarrollo económico, cultural y científico – técnico, propiciaron que, bajo el eslogan Una editorial para todos, las personas tuvieran un abanico de opciones acorde a sus interés como lectores. De modo que muy pronto, y en total coherencia con los derroteros del momento, las temáticas asociadas al universo de la música comenzaron a tener una proyección relevante.
Siendo Santiago de Cuba “proa de la música cubana,” como asegura el periodista Reinaldo Cedeño Pineda,[7] con saberes y prácticas socioculturales de su población bien arraigadas y estructuradas en ese sentido, estaban dadas las condiciones para la adquisición y apropiación de estas publicaciones. Comenzaba a visualizarse otra experiencia cultural, más cercana al contexto del territorio, produciéndose interrelaciones y dinámicas que permitieron incorporar o enriquecer experiencias (individuales y colectivas), valores y habilidades, en las personas. Y es que estos libros, comenzaron a reflejar el orgullo –acervo– de un país por su patrimonio musical, pasando a formar parte de las expresiones culturales que nos identifican y caracterizan.
Quizás el valor más distintivo de estas publicaciones, es que están pensadas para a un público no experto, por el empleo de un lenguaje claro, preciso, sin tecnicismo, pero a su vez no dejan de ser referentes para investigadores, profesionales, docentes y alumnos del ámbito de la musicología, dado que en estas propuestas pueden encontrar, además de información y conocimiento, respuestas a múltiples interrogantes de la profesión; esto lo sostuvo, como pauta, desde la apreciación musical, el maestro Electo Silva Gaínza, en su obra, Toda la música (2009), surgido de encuentros con universitarios, llevado a un programa de radio y en su primera edición (1973), encargado por el Ministerio de Educación (MINED) para estudiantes de secundaria básica.
A juzgar por la premisa “para todo el pueblo”, defendida por Silva Gaínza y otros autores, no sería festinado afirmar que estos libros pueden entenderse como publicaciones musicográficas: textos sobre música –y músicos–, sin pretender un enfoque científico y musicológico propiamente. Y para una (pre) clasificación, en observancias de sus contenidos, estos se han agrupado en:
- Biografías y testimonios: (19 títulos)
- Adolfo Guzmán. Apuntes y testimonios. Leonardo Depestre Catony ,1988
- Homenaje a la música popular cubana. Leonardo Depestre Catony, 1989
- Porque tiene su filin. Félix Contreras,1989
- Joseíto Fernández y su guantanamera. Leonardo Depestre Catony , 1994
- Sindo Garay. Memorias de un trovador. Carmela de León, 2002
- Isolina Carrillo. Dos gardenias para ti. Carmela de León, 2003
- Deja que Bola te cuente. Ramón Fajardo Estrada, 2011
- Yo seré la tentación: María de los Ángeles Santana. Ramón Fajardo Estrada, 2011
- Dulce María Serret. Severiano Alfonso Lolo Troisi, 2012
- Clara y Mario. El dúo romántico de Cuba. José Antonio Morales Oropesa, 2013
- Ernesto Lecuona. Cartas. Tomo I. Ramón Fajardo Estrada , 2014
- Ernesto Lecuona. Cartas. Tomo II .Ramón Fajardo Estrada, 2014
- No quiero piedras en mi camino. Conversaciones con Enrique Bonne. José Aquiles Virelles y Pedro López Cerviño, 2015
- El guayabero. Rey del doble sentido. Zenovio Hernández Pavón, 2016
- Rita Montaner. Testimonio de una época. Tomo I. Ramón Fajardo Estrada, 2018
- Rita Montaner. Testimonio de una época. Tomo II. Ramón Fajardo Estrada, 2018
- Barbarito Diez. Como el arrullo de las palmas. Zenovio Hernández Pavón, 2018
- Chano Pozo. La vida (1915-1948). Rosa Marquetti Torres, 2018
- Lourdes Torres: como cualquiera. Lázaro Ojeda, 2019
- Monografías (13 títulos)
- Los grupos folclóricos de Santiago de Cuba. José Millet y Rafael Brea, 1989
- La guaracha cubana. Rosendo Ruiz, 1992
- Música por el Caribe. Helio Orovio, 1994 (1era. Edición)
- La conga, la rumba: Columbia, yambú y guaguancó. Helio Orovio, 1994
- El bolero cubano. Helio Orovio, 1994
- El son, la guaracha y la salsa. Helio Orovio, 1994
- El danzón, el mambo y el chachachá. Helio Orovio, 1994
- El punto cubano. María Teresa Linares, 1999
- Los misterios de la ópera. Roberto Méndez Martínez, 2002 (1era. Edición)
- Música por el Caribe. Helio Orovio, 2007 (2da. Edición)
- Los misterios de la ópera. Roberto Méndez Martínez, 2012 (2da. Edición)
- Los narradores cubanos también cantan bolero. Daisy Cue Fernández, 2012
- La era post-bugalú. Joney Manuel Zamora Álvarez, 2019
- Libro- música: cuaderno pautado (1 título)
- Cuaderno pautado. Editorial Oriente, 2016
- Divulgación cultural: cancionero (1 títulos)
Editorial Oriente, 1981
- Estudios (6 títulos)
- Catalogo de música de los archivos de la Catedral de Santiago de Cuba y el Museo Bacardí. Pablo Hernández Balaguer, 1979
- La orquesta y sus formas. Marina Duchesne y María del Carmen Rodríguez, 1987
- Matamoros y el entorno o lo integrador en universal del modo son. Orozco, Danilo, 1994
- En defensa del texto. Liliana Casanellas Cué, 2004
- Toda la música. Electo Silva Gaínza, 2009
- Diccionario de mujeres notables en la música cubana. Alicia Valdés Cantero, 2011
- Entrevistas, reportajes y crónicas (6 títulos)
- A pura guitarra y tambor. Olga Fernández, 1985. (1era. Edición)
- A pura guitarra y tambor. Olga Fernández, 1993 (2da. Edición)
- Antonio López Sánchez, 2008
- Sonar en cubano. Músicos en la Gaceta de Cuba. Arturo Arango y Norberto Codina, 2013
- Cuba en voz y canto de mujer. Entrevistas. Martínez, Mayra, 2018
- Cuba en voz y canto de mujer. La música en voces femeninas, 2018
- Terminados para publicación, en el año en curso 2022.
- Santiago a través de la música. En Coedición con la Fundación Caguayo. Varios, 2020
Estudio.
- Ñico Saquito. De Guaracha en guaracha. Zenovio Hernández Pavón y Alejandro Fernández Ávila, 2020. Testimonio
Como puede observarse más del 70 % de los cuarenta y seis títulos relacionados, responden a los grupos genéricos de las biografías–testimonios y monografías (Divulgación Popular), de grandes artistas y manifestaciones, sobre todo del Siglo XX; centuria del florecimiento y consolidación del arte y cultura musical cubanos, así como de su reapertura hacia el mundo y viceversa, según la opinión de conocedores del tema.
Las biografías valen, en sí mismas, como un testimonio de una vida que cruza las barreras del tiempo y permiten comprender, a través de historias personales, el modo de pensar, ver y entender –los códigos de– una época determinada. Estas especificidades coadyuvan a que las biografías y testimonios, gocen de gran aceptación por parte del público lector, sobre todo los comprendidos en las edades entre los 50 y 65 años (y más).[8] Se infiere, que ello obedece a la significación que le otorgan estos lectores a las obras en cuestión, donde pesan factores tales como la formación y competencias lectoras, y la posibilidad de entrecruzar las experiencias lectoras propiamente con las experiencias de escucha musical.
El auge de las biografías y testimonios, en la Editorial Oriente, se da, en lo fundamental, a inicios de la década de los años 2000, y en los últimos diecisiete años han visto la luz 19 títulos, lo que representa el 41,3 % de la muestra. Las monografías, con el 28,3 % de la muestra, estuvieron más representadas entre los años 80´y 90´del Siglo XX, mientras que las entrevistas, reportajes y crónicas, el 13% de la muestra, se observan, sobre todo, posteriores al primer lustro de los 2000. Los estudios: libros de un espectro cercano a lo académico, con una cifra porcentual similar a las entrevistas, tienen una distribución más espaciada en el tiempo.
Cabe subrayar, que en el caso de las entrevistas, debido a disimiles confluencias y complementaciones,[9] se relacionan estrechamente con las biografías y testimonios, y proponen, en esencia, un acercamiento a una parte importante de la historia musical de Cuba, al dar a conocer las opiniones de los entrevistados. Sin dudas algunas, también tienen ganado un espacio nada desdeñable dentro de este concierto de lecturas, porque en su esencia son herramientas, de alto valor, para (re)construir esa historia cultural: “[…] un vasto, intrigante, dinámico, fascinante, sugestivo, excitante y a menudo avasallador fresco.”[10]
La Escritora y periodista cubana Susana Méndez Muñoz, señaló que cuando las entrevistas están bien forjadas, resultan siempre atrayentes para el lector a partir de la comodidad que supone su lectura, incluso cuando son extensas.[11] Los seis libros de entrevistas presentes en el catálogo, libros de memoria y análisis, reúnen tales características y fueron preparados por avezados periodistas culturales cuya vocación de “melómanos empedernimos,” como muchos han confesado sentirse, en los espacios de presentación de sus textos, les ha permitido levantar, un verdadero ensayo sociomusical.
III
Ciertamente, vivimos en/con la música, ella representa un consumo cultural permanente. La mayoría de las actividades cotidianas están acompañadas por música, “nuestra vida está asociada a la música pudiendo vincular nuestros momentos privados con estilos musicales.”[12] Las personas nos vamos construyendo nuestra propia banda sonora. La música lleva letra, o sea, el componente literario, por lo tanto el registro sonoro cuando es acompañado por el texto, mucho mejor será la aprehensión.
Hoy día, gracias al uso de las tecnologías de la comunicación y la información (TiC´s), resulta fácil acceder a las letras de las canciones, ello pudiera estar incidiendo, aunque no existen, a saber, indagaciones al respecto, en la escaza presencia de cancioneros en la red de comercialización, ya sea de un autor, grupo o de éxitos musicales del momento. No obstante, es una práctica recurrente que se haga una selección de letras de canciones para acompañar un libro dedicado a un artista. Sépase que para 1981, la Editorial Oriente incursionó en la publicación de un cancionero de 103 páginas, con una selección heterogénea, nacional e internacional, de lo que se escuchaba y veía, esencialmente, en la radio y la televisión, las formas de esparcimiento de mayor protagonismo en los hogares y en las rutinas de los cubanos, incluso hoy día.
Del repertorio nacional: Alejandro García, Virulo Amaury Pérez, Beatriz Márquez, Maggie Carles, Mirtha Medina, Osvaldo Rodríguez, Pablo Milanés, Sara González, Silvio Rodríguez, , Vicente Feliú, Moncho, Omara Portuondo, Los Irakere, Grupo Sierra Maestra, Manguaré, Moncada, Los Modernistas, Son 14, Septeto Nacional Ignacio Piñeiro. Y del repertorio internacional: los ABBA, Donna Summer, The Bee Gees, Eagles, Michael Jackson, Wilie Colón, Nelson Ned, Billy Joel, Danny Rivera, Démis Roussos, Barbra Streinsand, Los Pasteles Verdes; un repertorio vivo, en gran medida, gracias a programas musicales como los del Canal Clave (Onda retro, Retromúsica,…) y Educativo (Nocturno, De la radio tu música,…).
En otro sentido, las letras de las canciones, es un lugar donde se entrecruzan e interrelacionan los códigos musicales y literarios, y constituyen un importante material de estudio para los investigadores de la música, cada vez más interesados en develar el intríngulis del fenómeno, desde el análisis de contenido, lo lingüístico, comunicacional, psicosocial, (socio) discursivo, entre otros enfoques y criterios. Ellas “Se presentan como un objeto de estudio complejo que reclama una perspectiva interdisciplinaria de análisis y, tal vez, incluso el desarrollo de metodologías propias.” [13] Dos libros del catálogo: En defensa del texto (Colección Mariposa) y Los narradores cubanos también cantan bolero (Colección Dialogo), tienen como núcleo las muchas posibilidades de análisis que ofrecen las letras de las canciones y resultan sumamente sugerentes para los que decidan interesarse por el tema o adentrase en él.
En defensa… (114 paginas), Liliana Casanella Cué (Santiago de Cuba, 1965-La Habana, 2020), quien fuera filóloga e investigadora del Cidmuc, reunió siete trabajos, cinco de ellos que vieron a la luz, primeramente, en las revistas Clave, SiC, Sala Cubana y Música Cubana, donde aboga por la interrelación de los textual y lo musical, y pone el valor estético como juicio último de sus criterios. El critico de arte Frank Padrón, quien tuvo a su cargo las palabras del prólogo, dijo: es libro esclarecedor, una necesaria brújula para introducirse en complejos y problemáticos aspectos de la música cubana. El critico expone que el trabajo inicial del mismo, es la ´´argumentación de lo que el corpus del libro´´, pues en él se explican las características que revelan el análisis textual aplicado a la música. En lo adelante discurren en este volumen los textos dedicados a la mujer y la creación especifica de excepcionales creadoras como Marta Valdés y María Teresa Vera, ocupándose también de la décima cantada en punto cubano[14] y los textos en la música popular bailable.
Por su parte, Daisy Cue Fernández en Los narradores cubanos…, invita a encontrase con el soporte literario de esta expresión musical bajo la denominación de narrativa del bolero, se dice en la reseña Atiéndeme, quiero decirte algo (Clave No.2/2013), de la investigadora Yorisel Andino Castillo, quien opina que los hombres y mujeres del Caribe y Latinoamérica, probablemente, seamos […] pueblos–bolero, compartiendo la idea de Cué Fernández que nuestros géneros musicales contribuyen a delinear nuestras identidades culturales y viceversa. Este ensayo utiliza la categoría de bolero literario, como referente teórico, en tanto su conceptualización permite un mejor acercamiento a las relaciones entre bolero y narrativa desde un prisma más abierto […]. (Cué Fernández, Daysi. Ob.Cit, p.39)
En los libros de la clasificación de estudios, a razón de sus contenidos más especializados, el hito fundacional lo marca, en 1979, la publicación del Catalogo de música de los archivos de la Catedral de Santiago de Cuba y el Museo Bacardí,[15] de la autoría del musicólogo y compositor Pablo Hernández Balaguer, quien fuera director del Archivo Provincial de Música de Santiago de Cuba, nombre que honra el Museo de la Música de esta ciudad. Los catálogos de museos tienen una función informativa, orientadora, analítica, una fuente de historia para la institución en sí misma, por lo que este libro se fundamentó en la filosofía de Balaguer de sondear en todo aquello que pudiera tener una relación con la música, premisa que constituye el motivo esencial de quienes realizaron –realizan–investigaciones en este campo.
Destacable también, fue la publicación del Diccionario de mujeres notables en la música cubana (Colección Mariposa, 2011),[16] dedicada a la literatura hecha por mujeres. Su autora, Alicia Valdés Cantero, partió de la reflexión de “que con los estudios de género, la problemática de la mujer ha sido motivo de reflexión desde diferentes ópticas […], pero la mayoría de los estudios corresponden a la producción literaria y a la artes plásticas, fundamentalmente, y el papel de la mujer en la música no ha corrido igual suerte […].”[17] A través de este texto “las mujeres hablan y dicen cuántas son, dónde están y que han hecho y legado en cada una de las diversas formas en que se implican en el hecho musical.”[18]
Las reflexiones de Valdés Cantero en Diccionario de mujeres notables…, ha sido el sentir de otros autores del catálogo de la Editorial Oriente, pues ocho de los cuarenta y seis títulos están dedicados, íntegramente, a féminas del arte musical, en los géneros de biografías–testimonios y entrevistas, pues son los que “permiten apreciar y valorar en su justa medida, […] y precisar cuánto se desconocía sobre la música cubana y cuánto de sus resultados se deben a las mujeres […],” diría el musicógrafo Lino A. Neira Betancourt, quien escribió las palabras de presentación para el diccionario, y que es aplicable a otros libros, por la realidad que expresa.
Y si de mujeres creadoras se trata, es menester reflejar que de los treinta y siete autores que han escrito sobre música y músicos cubanos, solo diez son mujeres, lo cual denota una representatividad bien discreta, cuando es sabido el potencial académico, investigativo y prestigio que las mismas tienen nuestro país, en cualquier terreno de desarrollo intelectual.
IV
Gracias a las premisas y enseñanzas, de los precursores en la divulgación popular de temas relacionados con la música en el catálogo de la Editorial Oriente, y a los resultados de los sondeos, pesquisajes e indagaciones, como se había dicho, es que perviven en estos libros el legado imperecedero de personalidades de la talla, entre otros, de Miguel Matamoros, Ñico Saquito, Sindo Garay, Faustino Oramas, Isolina Carrillo, Ernesto Lecuona, Barbarito Diez, Chano Pozo, Bola de Nieve, Lourdes Torres, María de los Ángeles Santana, Enrique Bonne Castillo. Y tributarles merecido homenaje, como hizo Leonardo Depestre Cantony, en Homenaje a la música cubana, a otros excepcionales artistas: Abelardo Barroso, Arsenio Rodríguez, Félix Chapotín, Miguelito Cuní, Paulina Álvarez, Pacho Alonso, Roberto Faz.
Del mismo modo, en tono de distinción, Félix Contreras coloca el Filin en la palestra pública, a través del título Porque tienen filin, situando su historia, creadores, intérpretes (César Portillo, José Antonio Méndez, Angelito Díaz, Frank Emilio, Elena Burke, Omara Portuondo, Moraima Secada,…) y las letras de las canciones más representativas, de esta manera de decir una canción con sentimiento, que emergió en el cancionero cubano por los años 40´del Siglo XX, “como otro de los múltiples ejemplos de saludable proceso de aculturación que desde siempre han enriquecido nuestro patrimonio artístico. ” [19]
No sería ocioso resaltar, que el patrimonio artístico–musical cubano tiene diversas entradas foráneas que proveyeron muchos recursos para armar este gran mosaico. Una de esas entradas, de alto vuelo lírico y estético, fue la ópera, género europeo que pudo ser apreciado por vez primera en la isla, en La Habana del Siglo XVIII. El poeta, ensayista y narrador Roberto Méndez Martínez, en Los misterios de la ópera, no dejó pasar por alto las huellas dejadas por ella en la cultura cubana e ilustra el panorama haciendo un recorrido por este bello arte partiendo de una Breve historia de la ópera en el mundo, para luego, en doce páginas, relatar, sucintamente la larga tradición de presentaciones operística de la Cuba hizo gala, reconociendo, críticamente, que el género no ha llegado a cobrar la fuerza y la popularidad del ballet.
En las representaciones musicales, al estilo de la ópera, la zarzuela, el canto lírico, existe el indiscutible acompañamiento de la orquesta en su variedad de formas: sinfónica, de cámara, de cuerda. Marina Duchesne y María del Carmen Rodríguez compilan sus especificidades en La orquesta y sus formas, pero no se quedan en estas solas formaciones orquestales sino que hacen un interesante recorrido por las agrupaciones de música popular: el combo, el conjunto musical, sextetos y septetos de son, la charanga típica cubana y la francesa, la orquesta típica cubana, piquetes, los grupos de guaguancó, el órgano oriental.
Véase, que la música popular (generadora de espacios de socialización, consumo y prácticas culturales), y sus exponentes, es un factor común en la mayoría de las publicaciones traídas a colación. Un valioso libro para conocer, en profundidad, las disímiles sonoridades de este gran fenómeno, es la propuesta de Música por el Caribe, del musicólogo Helio Orovio. En su introducción dice que es el primer libro “que presenta, orgánicamente, la música producida por los pueblos de la cuenca del Caribe a lo largo de siglos.” En sus 180 páginas, se recogen veintiséis expresiones de la música popular de esta región geográfica–cultural, tales como la bomba, la plena, el merengue, el calypso, el reggae, la cumbia, el vallenato, deteniéndose en sonoridades raigales de la nación cubana como la habanera, el danzón, el son, el bolero, la conga, la rumba, el mambo, el chachachá, que en diversos momentos, […], [ocuparon] los primeros sitios en los medios de comunicación y en el mercado.[20] Música por el Caribe, aborda además sonoridades más contemporáneas como la salsa, el rap y la timba.
Una parte de este libro, tuvo como antecedentes, los folletos titulados La conga, la rumba: Columbia, yambú y guagunacó; El son, la guaracha y la salsa[21] y El bolero cubano, publicados en 1994. Es en esos difíciles años de la década de los noventa, sobre todo su primer quinquenio, cuando la producción editorial nacional tocó fondo, donde se elaboró otro folleto, también en 1994, dedicado a la mundialmente conocida Guajira guantanamera, de Joséito Fernández: Joseíto Fernández y su guantanamera. En estos folletos se denota la preocupación que existió en aquellos años, por no dejar morir el proyecto editorial y su línea de divulgación popular, que tantas oportunidades y satisfacciones había generado veinte años atrás.
Este periodo no fue de pérdidas totales, como suele pensarse, porque fueron loables, además de los títulos antes mencionados, la publicación, en 1992, de La guaracha cubana, de Rosendo Ruiz Quevedo, hijo de uno de los trovadores forjadores de la música cubana: Rosendo Ruiz Suárez. Y en 1994, igualmente, Matamoros y el entorno. O lo integrador universal del modo son, que no por su brevedad ha dejado ha dejado de ser, a la actualidad, uno de los materiales más recurridos por todo aquel que aborde o se interese la vida y obra del excepcional músico santiaguero Miguel Matamoros. Se cumplían en 1994, el centenario del natalicio del creador de Son de la loma y El que siembra su maíz, temas emblemáticos del repertorio sonero cubano, por lo que el destacado músico y musicólogo Danilo Orozco presentó Matamoros y el entorno…, con motivo del Festival Internacional del Son de Santiago de Cuba, del propio año, a partir de una reelaboración de un texto precedente que fuera presentado, como parte del apoyo teórico, al Encuentro Son/Flamenco en Sevilla, España.
No menos importante, en lo que concierne a la difusión de nuestros géneros, digamos patrimoniales, es el libro de reportajes, entrevistas y crónicas A pura guitarra y tambor, de la destacada periodista y acuciosa investigadora del folklore cubano, Olga Fernández. Este folleto, donde se habla del bolero, el danzón, la décima, el Changüí, de la Tumba Francesa, del Cocoyé, de Pucho El Pollero y Emiliano Blez, es una selección de las colaboraciones de la autora para la revista Cuba Internacional, y en él se puso de relieve, tempranamente, la importancia de compilar (salvaguardar) en libros, las publicaciones sobre música y músicos de las revistas culturales (y periódicos), [22] pues aunque para todas estas, “existe un público lector generando un consumo específico hacia este bien, ” [23] los comportamientos, por ejemplo, de la compra, principal canal de acceso, han estado, históricamente, en franca desventaja con la adquisición de libros, a pesar de las disimiles estrategias para su promoción –comercialización.
A propósito de compendios de materiales de las publicaciones seriadas, no puede soslayarse la repercusión del título Sonar en cubano. Músicos en la Gaceta de Cuba, que reunió un conjunto de entrevistas a músicos cubanos a lo largo de once años (2000–2011), personalidades, como se dice en las palabras al lector, ´´que tratan de indagar en los procesos que hacen de la obra de un autor, en sus contradicciones creativas y con el contexto, en sus relaciones con otros ámbitos de la cultura cubana y que evitan, en lo posible, lo circunstancial, lo noticioso. ´´ Conversan en este volumen, entre otros, Juan Formell, César (Pupy) Pedroso, José Luis Cortés, El Tosco, Joaquín Betacourt, Frank Fernández, Ernán López–Nussa, Manuel Duchesne Cuzán, Marta Valdés, Santiago Feliú, Gerardo Alfonso, Polito Ibáñez, Yussa, Equis Alfonso, Kelvis Ochoa.
V
A modo de conclusión, la Editorial Oriente, tras cinco décadas de fructífera presencia en el escenario cultural y literario de la nación, con la apuesta certera, por proyectos de libros dedicados a la música y sus exponentes, ha contribuido, entre otros aspectos resaltados, a las dinámicas de circulación y consumo cultural de la música, poniendo asimismo en perspectiva, la importancia de armonizar los intereses de todos los que confluyen y defienden la dimensión (simbólica) fundamental de este patrimonio colectivo.
El 18 de diciembre de 2021, mediante Resolución No. 46 de 2021, la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales (EGREM), en el contexto de las celebraciones por la inclusión de Santiago de Cuba en la red de ciudades creativas en el ámbito de la música, otorgó el “Premio Siboney Excelencia Musical”, en la categoría institucional, a esta casa editora, entre otros méritos, por la impronta de sus más de cuarenta publicaciones, que han dado a conocer en el mundo, el virtuosismo de los músicos cubanos, y calidad de sus obras.
Tal reconocimiento convoca a los agentes que gestionan esta institución, a acercar y motivar a las nuevas generaciones a interesarse por estos temas; a refrescar –recuperar– las memorias y añoranzas de los ya no tan jóvenes y continuar llamando la atención de los estudiosos en pos de ampliar los conocimientos sobre el tema, que tendrá al catálogo como medio (vivo) y plataforma de consolidación.
Bibliografía Consultada
Precatálogo de publicaciones 1982 (1981): Ministerio de Cultura – Editorial Oriente.
Catálogo de publicaciones 1985 (1986): Editorial Oriente.
Catalogo General 1971-1986 (1986): Editorial Oriente.
Esbozo del desarrollo de la industria editorial cubana 1959–1986 (1986): Cámara Cubana del Libro. Departamento de información.
Títulos publicados en 1989 y 1990 (1991): Consejo Editorial Nacional. Instituto Cubano del Libro.
Catalogo de publicaciones 1991-1997 (1997): Editorial Oriente.
Inventario General de Títulos (2011): Vicepresidencia Comercial. Instituto Cubano del Libro.
Catálogos de publicaciones 2011 al 2019. Formato digital.
Catálogos Biblioteca Nacional José Martí. Disponible en http://www.bnjm.cu/catalogos.
Sistema de Gestión y Control del Plan Editorial. Listado General para la demanda. 2011-2021. Instituto Cubano del Libro.
Notas y referencias bibliográficas
[1] Joaquín Borges-Triana. “Las últimas de la cola”. En Periódico Juventud Rebelde, miércoles 11 mayo 2011.
[2] En 1988, cuando se publicó este artículo apenas se hablaba –o se conocía poco-, en las investigaciones culturales en Cuba, el término y fenómeno denominado ´´consumo cultural, ´´ en cambio se manejaban conceptos como utilización y/o usos de los productos culturales.
[3] Revista CASA, Boletín de Música, La Ventana, Anales del Caribe.
[4] Tal es el caso de “Tradición en hacer música” del trovador José Aquiles Virelles y el escritor Pedro López Cerviño (SiC # 58/2014, p.31), que es un fragmento de la entrevista al Maestro Enrique Bonne Castillo (Premio Nacional de Música 2016), publicada luego, íntegramente, bajo el título Conversaciones con Enrique Bonne Castillo (2015). Por su parte en la SiC # 4/1999, p.36 y la SiC # 9/2001, p.33 y aparecen los artículos “Para romper el silencio” y “Mujer, flor y canción en Cuba” de la musicóloga Liliana Casanella Cué, respectivamente, los cuales integraron el libro En defensa del texto).
[5] Colectivo de autores. Catálogos editoriales: características, funciones y tipología. análisis de contenidos. Departamento de Biblioteconomía y Documentación Facultad de Ciencias de la Información Universidad Complutense. Disponible en https://eprints.ucm.es/id/eprint/7043/1/IBERSID_2006_Catalogos_editoriales.pdf
[6] Fueron estos, el Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque y el doctor Armando Hart Dávalos, quienes para 1971 tenían responsabilidades políticas y gubernamentales en la entonces provincia de Oriente.
[7] Reinaldo Cedeño Pineda. ´´Santiago: proa de la música cubana.´´ En Revista SiC no. 26/2014, p.28
[8] Es posible arribar a esta conclusión, desde determinadas interpretaciones de los resultados históricos de los estudios sobre hábitos de lectura, consumos y prácticas culturales, asociadas al libro y la literatura, realizados en Cuba, así como otros estudios, en los últimos doce años.
[9] Por ejemplo, permiten recolectar informar para las biografías.
[10] Más información en “Música”. Disponible en https://www.fiestadeltamborpopular.com/musica/54-cultura/musica-cubana/167-musica-cubana
[11] Susana Méndez Muñoz. Sobre “Apuntes para un baile inconcluso: Entrevistas a músicos cubanos y otros diretes”. Blog Cubarte 17 de Octubre de 2018. Disponible en http://cubarte.cult.cu/blog-cubarte/sobre-apuntes-para-un-baile-inconcluso-entrevistas-musicos-cubanos-y-otros-diretes/
[12] Pablo Lerner. “Vivir en la música: consumo cultural permanente.” Disponible en https://ubaculturadigital.wordpress.com/2008/06/27/vivir-en-la-musica-consumo-cultural-permanente/
[12] Los cancioneros más recientes vistos en la red de librerías fueron del grupo Buena Fe y del cantautor Silvio Rodríguez.
[13] Irene Noemí López. “Consideraciones en torno a la canción como objeto de estudio.” Universidad Nacional de Salta- INSOC.
[14] En 1999 se publica por la Editorial Oriente El punto cubano, de María Teresa Linares, cita obligada a la hora de hablar de este género. La musicóloga, Premio Nacional de Música (2006), aborda en este texto el posible origen del Punto cubano, la relación de este con la decima y la tonada, el acompañamiento instrumental, los intérpretes, las variantes y otros valiosos elementos alrededor de la música campesina más autóctona.
[15] Este libro tuvo una primera edición en 1961, por la Biblioteca Nacional José Martí.
[16] Este libro tuvo una edición anterior, en 2005, por Ediciones Unión.
[17] Alicia Valdés (2011):Diccionario de mujeres notables en la música cubana, p.5
[18] Ibidem, p.6
[19] Porque tienen filin, p.3
[20]Victoria Eli Rodríguez. “La música bailable de Cuba: del son a la timba ¿ruptura o continuidad?” Disponible en https://www.sibetrans.com/trans/article/166/la-musica-bailable-de-cuba-del-son-a-la-timba-ruptura-o-continuidad
[21] En este folleto Helio Orovio expresa ´´que la salsa cubana estaba […] en el condimentando el menú musical en todas las naciones de nuestro mediterráneo […] y en esa isla antillana que es el barrio latino de New York […].´´ Migración, delincuencia, drogas, desempleo, exclusión social y convivencia de diferentes nacionalidades en este espacio neoyorquino, conforman el telón de fondo donde se gesta la salsa alrededor de 1968, elementos que Joney M. Zamora Álvarez propone entender en el libro La era post-bugalú (Editorial Oriente, 2019). E ahí una especie de continuidad de los estudios
[22] Cabe acentuar, que las publicaciones seriadas sean, quizás, unos de los principales reservorios de materiales a los cuales acuden los investigadores.
[23] Laguardia Martínez, J; D. Ortega González y E. Morejón Sosa (2008, enero- abril). “Consumo de libros y literatura en Cuba Búsquedas, nociones y nuevas interrogantes” en Perfiles de la Cultura Cubana, no.1. disponible en http://www.perfiles.cult.cu/articulos/consumo_libros.pdf
Instrucciones para traducir a Jacques Prévert
La publicación en Cuba de Instrucciones para dibujar un pájaro, selección de la obra del poeta francés Jacques Prévert (1900-1977), uno de los autores fundamentales de la literatura del siglo XX, constituye un verdadero acontecimiento en nuestro ámbito editorial.
Ediciones La Luz asumió el reto bajo la guía de Luis Yuseff y el trabajo de selección y traducción de las jóvenes Irina Chaveco Pupo y Elizabeth Soto. Esta unión –Elizabeth poeta; Irina traductora– le aportó a “cada verso una mirada distinta”, asegura Irina, pues el objetivo es que “nuestra propuesta de traducción fuera el resultado de la confluencia de esas dos miradas”. De esta manera, La Luz entregó al lector cubano y latinoamericano “la más extensa selección de la obra de Prévert” realizada en el país.

Profesora e investigadora, Irina Chaveco es miembro de la Asociación Cubana de Traductores e Intérpretes. Se graduó de traducción en inglés y francés en la Universidad de Holguín y realizó un máster en Traducción Profesional e Institucional en la Universidad de Valladolid, en España, y un curso de Dirección general de traducción de la Unión Europea, en Bruselas, Bélgica. Posee experiencia en la traducción jurídico-financiera, técnica y literaria, campo este último donde se inserta su trabajo, con Elizabeth Soto, en la traducción de los poemas que Prévert escribió entre 1930 y 1944 y que, publicados con el título Paroles en 1946, lo reafirmaron como uno de los autores más importantes de su generación; con una obra que figuró entre la “más leída de su tiempo” y que “nos sigue seduciendo hoy”, escribió Lourdes Arencibia en el texto, especie de prólogo, que acompaña como brújula la lectura.
La traducción cubana realizada por Irina y Elizabeth supo vencer –lo cual representa un mérito indiscutible, añade la prologuista– la mezcla de referencias literarias y religiosas, lugares, personajes y circunstancias históricas, y los elementos del surrealismo, el absurdo, la antítesis, la ironía, la convivencia de textos sin puntuación ni estilo definido, la mezcla de poemas largos y más cortos, los juegos de palabras, las aliteraciones, los aforismos y neologismos, la combinación de recursos de la oralidad y la escritura… que caracterizan Paroles y que lo convirtieron en uno de los “autores franceses más admirados, cantados, recitados y conocidos no solo en Francia, sino en el mundo entero, pues dejó su impronta creativa para públicos de cualquier edad e incursionó en casi todas las esferas de las artes”, añade Lourdes Arencibia.
Dejemos que sea Irina quien nos cuente sobre su experiencia con la traducción de la poesía de Prévert en estas Instrucciones para dibujar un pájaro publicadas por La Luz.
¿Antes de Instrucciones para dibujar… habías incursionado en la traducción literaria?
En realidad sí. Había comenzado a traducir a R. R. R. Dhlomo, un periodista y escritor sudafricano de la primera mitad del siglo XX, pero ese es un trabajo que se mantiene inédito.
¿Por qué precisamente Prévert? ¿Cómo surge la idea de traducirlo, la génesis del proyecto?
El proyecto surgió de la mano de Luis Yuseff y Elizabeth Soto. Ellos seguramente podrían dar más detalles al respecto. Yo me uní por invitación de Elizabeth, y lo asumí con mucho entusiasmo, pues recién llegaba de España de terminar un máster en traducción y esta fue una oportunidad inigualable para el ejercicio de la profesión.

¿Este es el primer libro de Prévert en Cuba? ¿Estaba publicado en antologías o revistas?
Al parecer es, al menos, la más extensa selección de la obra de Prévert realizada en nuestro país.
Paroles está compuesto por más poemas… ¿Cuál fue el criterio de selección de los textos?
La intención era mostrar a ese Prévert tan diverso en contenido y forma. Y me permito aquí retomar algunos fragmentos del prólogo que responde con detalles la pregunta:
Nuestra selección se basa fundamentalmente en el contenido, la belleza lírica, la calidad textual, la estructura de los poemas. Hemos querido ilustrar a Prévert en varias de sus facetas: el contestatario, el anticlerical, el romántico, el que condena la pobreza, el hombre con una vastísima cultura que con tanta delicadeza deja asomar en sus escritos, haciéndolo de manera casi imperceptible, como queriendo que nadie lo note… Así, hemos seleccionado poemas como Intento de descripción de una cena de cabezas en París-Francia, con su representación del comportamiento de la clase dominante cuando se siente amenazada. Para el Prévert anticlerical no podía faltar el Pater Noster, al cual también acompañan obras como La cena o Verá lo que verá. El tema del amor se ilustra con Arenas movedizas, Casi, Desayuno…Tampoco nos podían faltar La grasse matinée que presentamos como Bien alimentado, con su gran crítica social; El paseo de Picasso, donde se vislumbra su concepción del arte; Sucesos, en cuyo final predice la revolución; El lavado, como crítica a la familia tradicional, patriarcal, anticuada; o su rechazo a la educación dogmática con Page d’écriture, Castigo en nuestra versión. Como representativo de ese recurso tan socorrido por Prévert, el inventario, seleccionamos precisamente Inventario, composiciones todas que muestran al Prévert polémico, al que condena las injusticias sociales, la guerra…
¿Cuáles fueron las principales dificultades (lingüísticas, sintácticas, de contenido, etc.) que les planteó traducir la poesía de Prévert al español?
Traducir a Prévert supuso todo un reto. Verso tras verso se develaban nuevas y diversas dificultades de traducción. Así, por ejemplo, el tratamiento de las aliteraciones –recurso recurrente en Prévert– planteó no pocos escollos para lograr mantener el recurso a la vez que se trasmitía el sentido. Lo mismo sucedía con las rimas, que aunque con muy pocas apariciones dentro de la obra de Prévert, constituyen una de las problemáticas fundamentales de la traducción de poesía.
Por otra parte, podría citar los neologismos, de los cuales Prévert hizo gala en los primeros versos de Intento de descripción de una cena de cabezas: “los que tricoloran/los que andromacan”, y así, una serie de ellos.
No menos desafiante resultó ser la intertextualidad en Prévert. El juego creativo en este autor pareciera no tener límites, como mencionaba anteriormente, en ocasiones juega a inventar palabras, en otras juega con sus sonidos y en otras va un poco más allá y juega con la obra de otros autores, tanto contemporáneos y amigos como con aquellos que ya habían trascendido en el tiempo. La intertextualidad, tanto implícita como explícita, supone un reto a la hora de traducir. Prévert manipula, por citar un ejemplo, un verso del poema El albatros de Baudelaire. Era preciso, entonces, consultar cómo había sido traducido ese poema en nuestro contexto –como vía para trasmitir la intertextualidad al lector meta– y luego reproducir la estrategia de manipulación que utilizó el autor de Paroles.
De la misma manera, el constante uso de referentes culturales, tanto hechos como lugares o personajes, obliga a quien traduce a mantener una coherencia entre el texto traducido y la forma que ya ha tomado esa referencia en nuestra cultura si fuera el caso, o bien a añadir notas aclaratorias o explicitar aquellos elementos menos conocidos que son imprescindibles para la mejor comprensión del texto.
¿Cuáles crees son las características principales –esas que lo diferencian de la obra de sus contemporáneos franceses– de la poesía de Jacques Prévert?
El movimiento surrealista, surgido en el siglo XX, se caracteriza por el humor negro y el rechazo a todo lo que se impone, pero ese rechazo va acompañado de un deseo de renovación. Es así que en la época impera un espíritu de revuelta y de libertad, espíritu que se refleja también en la poesía. Los surrealistas impusieron nuevas formas de hacer poesía, otorgaron un lugar privilegiado a las imágenes y crearon recursos para relacionar realidades que antes era impensable relacionar. Esta, según se afirma, es la génesis de la poesía de lo cotidiano. Prévert, como poeta que coquetea con el surrealismo, es un importante representante de la poesía de lo cotidiano. Se hizo popular gracias a su lenguaje coloquial, su humor y sus himnos a la libertad. Le interesaba la sencillez –no así la simpleza– del lenguaje, se negaba a escribir poesía que no pudiera ser leída por todos. Esta confluencia de intereses y talento dio como resultado aquello que podría ser catalogado como signo distintivo de Prévert: un lenguaje sencillo con un hábil uso de juegos de palabras en todas sus formas, herramienta muy eficaz que probablemente hizo pudiera llegar a un público amplio.
Además, en Prévert encontramos poemas de longitud variable, desde muy pocas líneas hasta una docena de páginas, las rimas son escasas, pero hay juegos rítmicos y también de sonidos como la aliteración, las repeticiones son frecuentes, al igual que el recurso del inventario. Otra característica de este autor son las imágenes inusitadas, una capacidad extraordinaria para jugar con las palabras y otorgarles significado y forma a su antojo, además de un uso exquisito de la ironía, el sarcasmo y el humor.

¿Cómo se traduce a dos manos? ¿Tradujeron conjuntamente o determinados poemas cada una?
Tradujimos todos los poemas de manera conjunta. El trabajo mancomunado era, precisamente, la razón de nuestra unión. Cada una, influenciada en alguna medida por su principal hacer –Elizabeth poeta, yo traductora– daría a cada verso una mirada distinta. Y ese era el objetivo: que nuestra propuesta de traducción fuera el resultado de la confluencia de esas dos miradas.
¿Quedaste satisfecha con el arte final del poemario? ¿Qué descubrirá el lector hispanoamericano cuando se adentre en estas Instrucciones para dibujar un pájaro?

Sí, sin dudas, estoy satisfecha, y además aprecio el trabajo realizado por cada uno de los que contribuyeron a que hoy el lector tenga a su disposición este poemario. Me enorgullece haber podido contar con el prólogo de Lourdes Arencibia. Agradezco a Luis Yuseff y Ediciones La Luz, la edición de Liset Prego, el diseño de Roberto Ráez, la fotografía de Norlys Guerrero Pi, la diagramación de Norge Luis Labrada, la corrección de Mariela Varona, y a ti, Erian, por leer nuestra traducción y contribuir a su promoción.
Y en cuanto al lector, prefiero permitirle el placer de descubrir a Prévert dentro de las páginas del libro, aunque sí sería conveniente que nadie imagine que porque el poemario Paroles se publicó en una tierra y tiempo distantes –la Francia de 1946–, el autor no tiene nada que decirnos a los cubanos de estos tiempos, nada más alejado de la realidad.
Me despido con una invitación a la lectura, pues se sorprenderá el lector de cuánto puede hacernos reflexionar sobre nuestro día a día con sus metáforas, con sus ironías, con sus sarcasmos, con sus preocupaciones tan parecidas a las nuestras, con sus tiempos tan parecidos a nuestros tiempos.

60 años de la Campaña de Alfabetización: Hito cultural que trasciende fronteras
Marta Núñez se le enciende la voz al compartir sus experiencias de alfabetizadora. Siendo tan solo una niña, como reafirma varias veces, fue hasta el campo más humilde a enseñar a leer y a escribir a hombres y mujeres de piel curtida; ahí aprendió lo duro que podía ser la pobreza, la gran diferencia que en 1961 existía entre la urbe y la zona rural. Como ella, otros muchos jóvenes imberbes se sumaron en aquel entonces a la Campaña de Alfabetización, y hoy, 60 años después, algunos de sus protagonistas rememoran en la sala Che Guevara de la Casa de las Américas sus vivencias de esa trascendental hazaña cultural cubana.
La Profesora Emérita de la Universidad de La Habana afirma que el impacto de la Campaña en la mujer fue indiscutible, y comenta que las jovencitas de la ciudad aprendieron a conocer la pobreza, que se veía en cómo las personas enfermaban, trabajaban; “inauguró uno de los principales espacios de igualdad en Cuba: la educación”, dijo al referirse a este hecho. Agregó que las escenas de la vida cotidiana ayudaron a cambiar la mentalidad de las mujeres alfabetizadoras, quienes aprendieron a fregar los platos de peltre con agua jabonosa sin detergente, a bañarse con la pipa, en los ríos, a limpiar los pisos con ceniza… tareas que las ayudaron a enfrentarse por primera vez a las duras condiciones rurales, dijo.
Puntualizó además que la autonomía e independencia ganadas, al estar lejos de sus familias, permitieron que la gran mayoría de ellas continuaran estudios universitarios, para obtener una remuneración económica y posteriormente formar una familia. Asimismo, se detuvo en que en los años posteriores al triunfo de la Revolución y a la Campaña se fue logrando la feminización en la educación, y la apertura y fomento de espacios de igualdad en otros sectores de la sociedad y en la vida privada, como la protección a la mujer embarazada y a la madre trabajadora.
Rainer Shultz, doctor en Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Harvard, se confiesa fascinado por la Campaña de Alfabetización cubana, porque “para mí que 100 mil jóvenes quisieran trabajar con la Revolución es algo significativo”, asevera y enciende un farol, similar a aquellos que seis décadas atrás alumbraron manos y cartillas.
Apuntó que, al conocer sobre este hecho, se dijo que sin dudas merecía un estudio serio y una divulgación mucho mayor, como hoy día miles de cubanos ayudan en materia de salud y educación en todo el mundo bajo difíciles condiciones, “y en ambos casos hay campañas que tratan de desacreditar esta obra”.
El historiador argumentó que ese momento decisivo fue posible gracias a la confianza y participación masiva y voluntaria del pueblo y el talento organizativo impresionantes, y reiteró que pese a ello no escapó a las difamaciones del imperialismo. “¿Les recuerda a algo de hoy día?”, preguntó.
Por su parte, el escritor Víctor Fowler lo calificó de suceso cultural dentro del proceso revolucionario, y el doctor Rafael Hernández, director de la revista Temas, analizó el contexto del año 61 y los conflictos en pugna que existían desde mucho antes en la lucha armada, la reforma agraria y las transformaciones que trajo para la burguesía y también para los campesinos, las diferencias entre el campo y la ciudad y la polarización rápida del proceso político y por consecuente, de la sociedad cubana.
En la jornada también sesionó una segunda mesa de diálogo, donde comparecieron Eloísa Carrera, investigadora de la Biblioteca Nacional José Martí; el Doctor Jaime Canfux, jefe de la Cátedra de Alfabetización de y Educación de Jóvenes y Adultos del Instituto Pedagógico Latinoamericano y Caribeño; y Jorge Tamayo, asesor del método Yo sí puedo.
En el encuentro, Eloísa recordó a Armando Hart y leyó un escrito de él donde afirmaba que es un político que sigue la tradición de Martí y de Fidel, y agradeció a esta actividad porque también le rinde homenaje al Comandante, artífice de la Campaña y del éxito de los programas educacionales, populares y científicos desde 1959. Abordó asimismo que el ideario pedagógico de Hart es expresión viva del ideal histórico del pensamiento educativo, patriótico-cultural decimonónico, y resaltó su legado ético, revolucionario, humanista y transformador.
Jaime Canfux detalló que entre los años 40 y 50 en América Latina se habían desarrollado numerosas campañas alfabetizadoras, pero ninguna con resultados exitosos, al menos conocidos en la región. Sobre la estrategia educacional cubana contra el analfabetismo, especificó que existía una voluntad política vista como deber del gobierno, pero también del derecho de la población, y resaltó su carácter espontáneo, gratuito y masivo.
El también asesor de la Campaña de Alfabetización comentó que, gracias al éxito de esa hazaña cultural, se llevó posteriormente esa experiencia a otros países como Venezuela, Perú, Ecuador, Guatemala, Granada, Mozambique, etc.; y ejemplificó que solo en la cruzada de alfabetización en Nicaragua, la Isla participó con más de dos mil asesores de maestros primarios.
Jorge Tamayo, recordó también a otras figuras como el maestro Raúl Ferrer, y aseveró que Fidel trazó un precedente con la Revolución cubana, como fue la educación internacional y su inserción en programas de alfabetización con Yo, sí puedo, y Yo, sí puedo seguir, y actualmente con su edición digital.
Precisó que más de 10 millones de personas han sido alfabetizadas del 2003 hasta la fecha mediante este programa en una treintena de países; y abordó la aplicación del programa Yes, I can (con versión en inglés) en Granada, Australia y Santa Lucía.
Convocada por el Instituto de Historia de Cuba y el Museo de la Alfabetización, la Jornada Académico-Cultural por los 60 años de la Campaña de Alfabetización incorporó las vivencias de reconocidos intelectuales del país caribeño que protagonizaron varias mesas de debate en el Memorial “José Martí”, durante su primera sesión, y posteriormente concluyó en la Casa de las Américas.
De Media Luna a La Habana, por los caminos del periodismo y de la AHS (+Fotos y videos)
Por Yaicelín Palma Tejas
Cuando niño soñaba con ser pelotero, incluso practicó béisbol y estuvo en competencias provinciales. En esos juegos, medio que en broma, se ponía a narrar. Así fue naciendo la pasión por el periodismo de Yasel Toledo Garnache. Cogió la carrera con la aspiración de dedicarse al periodismo deportivo.

“La etapa en la Universidad de Holguín me cambió muchísimo como persona. Era bastante tímido. Fue en Holguín donde por primera vez fui al teatro, donde disfruté por primera vez del ballet. Tuve allí muy buenos profesores, incluidos algunos escritores como Rubén Rodríguez, Premio Nacional de la Crítica. Ahí fue naciendo el amor por la literatura.
“Comencé en algunos eventos del movimiento de artistas aficionados, premios a nivel provincial, a nivel nacional. En el 2013 entro a la Asociación Hermanos Saíz (AHS.
“Al graduarme comienzo entonces en el semanario provincial La Demajagua, en Bayamo. Ahí estuve casi un año. Luego pasé a la corresponsalía de la Agencia Cubana de Noticias en mi provincia. Ahí también obtuve varios reconocimientos, incluido el Premio Nacional de Agencia en el año 2017, y me desempeñé como director o corresponsal-jefe. Luego, pasé a ser subdirector nacional de la ACN.
“La etapa en la Agencia me aportó muchísimo en el crecimiento profesional y fue una experiencia que valoro. Estando en la Agencia, a propuesta de la dirección nacional de la AHS y con la aprobación del Consejo Nacional, comienzo a desempeñarme como Vicepresidente de la Asociación desde mayo de 2019. En Granma había sido vicepresidente de la Asociación y antes fui jefe de la sección de literatura, o sea, que ya había estado vinculado al trabajo de la organización”.

¿Cómo tomaron tú y tu familia el cambio de rutina, tu traslado hacia La Habana?
A mí me suelen decir que soy demasiado soñador, y un poco raro también para algunas cuestiones. En verdad soy muy apegado a la familia y a las raíces, o sea, a ese ambiente de Granma y de Media Luna, municipio bastante alejado de la capital provincial, pero para mí tiene algo muy especial, quizás esa mezcla de mar, de montañas, playa y conocer la historia de ese lugar donde nació Celia Sánchez, allí fue el reencuentro de Fidel y Raúl en Cinco Palmas…
No quería venir para La Habana. Cuando me insistieron, dije que venía solo por dos años.
Sé que a mi familia también le dolió que viniera para acá ,como les ha dolido que estemos distantes durante varios años. Mi mamá también es muy apegada, con decirte que en toda su vida ella solo ha salido de Granma dos veces, cuando era una adolescente que estudió en Isla de la Juventud y cuando fue a mi graduación en la Universidad de Holguín. No obstante, siempre me ha dado mucha libertad, y no cuestiona mis decisiones.
Cuando hablamos de la posibilidad de venir para La Habana, me dijo que hiciera lo que yo deseaba, aunque vi la tristeza en sus ojos. En esta etapa de Covid hemos sufrido varios golpes duros en la familia, algo que no vamos a olvidar jamás, y cuando perdemos seres muy queridos nos duele más no poder despedirnos de ellos, ni siquiera verlos en los últimos días…
Me siento afortunado por la familia que tengo y siempre trato de ser lo mejor posible por ellos, como persona y como profesional, porque además nunca olvido los esfuerzos que ha hecho mi mamá para nosotros.

¿En qué te ayudó y te ayuda la AHS?
La etapa en la Asociación ha sido especial, y me ha ampliado la visión sobre temas y aspectos diversos. Creo que si en algún momento vuelvo otra vez a los medios de comunicación más directamente lo haré siendo mucho mejor como profesional y también como ser humano, con una visión más creativa.
La AHS me ha enseñado a debatir casi con fiereza, con mucha profundidad. Nosotros en la dirección nacional somos 13 personas y allí debatimos de manera muy fuerte; muchas veces votamos entre nosotros, eso nos obliga a tener en cuenta muchos aspectos, más allá de las decisiones personales.
La AHS tiene algo que encanta. Cuando uno la conoce por dentro, a profundidad, uno se enamora completamente de ella. Eso hace que algunas personas con 50 o 60 años se sigan sintiendo parte de la Asociación.
Primero me ayudó como joven creador, como miembro, con sus más de 150 eventos y jornadas de programación en los cuales uno puede participar y compartir con otros creadores de su generación, de todo el país, incluidos algunos relacionados directamente con el periodismo como es el caso de los eventos de radio, el taller y concurso Rubén Martínez Villena, el Almacén de la Imagen en Camagüey, el Antonio Lloga in Memorian en Santiago de Cuba…
La organización también tiene un sistema de becas que te permite soñar con hacer un documental, exposiciones, videoclips, discos, publicar libros, concretar obras de teatro…
Ya en la vicepresidencia nacional tengo la posibilidad de sentirme útil y ayudar a que todo lo anterior crezca lo más posible. Aquí tengo muy claro que mi función fundamental es ayudar a los demás, por eso es que uno quisiera tener a veces la capacidad de no dormir. En muchas ocasiones me critican eso, que mi número de teléfono se lo doy a todo el mundo, que me puedan llamar a cualquier hora del día…
Con mucha humildad, creo que mi aporte a la Asociación es voluntad, muchísimos deseos de que la organización siga creciendo, de que todos sus miembros sientan que la organización está viva y es consecuente con el espíritu creador.
En todo ese proceso uno constantemente está creciendo, en los eventos, en los espacios de intercambio. Aquí he aprendido a tener más paciencia, más calma, a pensar mejor las decisiones, a tener en cuenta visiones más plurales de todo, y eso es algo que agradezco.
Nosotros siempre decimos que la Asociación es una especie de ser vivo, que le aporta mucho a sus más de tres mil 500 miembros en todo el país, pero a la vez nosotros mismos con nuestra obra ayudamos a la organización a crecer.

¿Te limita tu cargo como vicepresidente de la AHS para desarrollar tu carrera como periodista y escritor?
Para mí estar en esta responsabilidad significa también abandonar un poco la obra personal. A veces me siento mal cuando pienso que antes escribía muchísimo, pero es una etapa que uno mira desde otro punto de vista, desde la satisfacción personal de ayudar a otros.
Ahora estoy realizando una doble función, como vicepresidente de la AHS y director de la revista El Caimán Barbudo, que constituye un reto muy grande por ser sin dudas una de las publicaciones culturales con más historia en nuestro país, la cual además está cumpliendo 55 años.
Eso me ha obligado a volver con más fuerza al periodismo, y me permite relacionarme con un equipo de personas que admiro y respeto.
La revista y la Asociación están muy relacionadas desde sus orígenes, pues el discurso de fundación de la AHS se publicó por primera vez en El Caimán Barbudo. En esa revista se publicó también la convocatoria a hacer un logo oficial para la AHS, y alguien muy querido por nosotros, Bladimir Zamora, fue miembro de la dirección nacional de la Asociación y era periodista dedicado a la crítica y a temas culturales. Todavía le llamamos “El Caimanero Mayor”. Esta dualidad es un desafío, pero a la vez me despierta mucha pasión.

Desde tu experiencia, ¿qué ha logrado y qué le falta a la AHS?
La Asociación ha logrado muchísimo en sus 35 años. Tiene una plataforma fuerte de becas y premios y también de promoción. Se dice fácil, pero somos jóvenes creadores quienes organizamos más de 150 eventos en Cuba, con todo lo que ello implica, no solamente el diseño artístico sino los aseguramientos logísticos, siempre con el apoyo del sistema institucional de la Cultura.
En cuanto a promoción tenemos programas que coordinamos y realizamos completamente desde la organización, como Paréntesis que tiene ya 15 años, y otros como Una vez al año, Del agua que bebemos, Entre nos, Activos desde casa, De vuelta a La Madriguera… Hace poco nacio En clave, por Radio Rebelde. Varias provincias tienen programas de la AHS, de radio y televisión.
A pesar de todo lo logrado, los desafíos son enormes y siempre será así. Nunca nos vamos a sentir satisfechos, y a la vez los propios asociados siempre nos exigen más. El reto permanente es que la AHS crezca cada vez más, que sea consecuente con sus esencias y que no pierda la capacidad de ser eternamente joven. El alma de la organización depende de nosotros y nuestra obra.

¿Cómo se tramitan los intereses de los asociados?
La AHS es una especie de puente, está también para exigir un mejor funcionamiento del sistema institucional de la Cultura. En sus espacios de debate tratamos de construir desde el consenso, pero también desde la diversidad, sobre todo en los meses más recientes cuando han existido situaciones muy complejas dentro del tejido cultural y social de la nación, la AHS ha sido fundamental en ese proceso de intercambio.
Tratamos de nutrirnos de las opiniones y las visiones de todos los miembros, para proyectar el trabajo.
¿Qué se debe hacer para pertenecer a la AHS?
Las puertas de la Asociación están abiertas para todos los jóvenes creadores del país. Es de manera voluntaria y a la vez selectiva, según la calidad de las obras.
Nos autodefinimos como la vanguardia artística joven del país, eso implica una responsabilidad enorme. Aspiramos a que dentro de la AHS estén los mejores escritores, artistas, investigadores jóvenes… de Cuba, con la capacidad de irradiar a todos.

Ya por último, después de todas estas experiencias, ¿crees que has superado la timidez?
Creo que todavía soy un poco tímido, lo que uno aprende a superar eso. La etapa de la Universidad fue fundamental. Recuerdo las primeras clases, en las cuales me costaba participar, hablar, porque me daba un poco de pena, pero a la vez en la propia Universidad asumí responsabilidades como presidente de la Federación Estudiantil Universitaria en el grupo, como director de la radio base de la Universidad, coordinando también una publicación impresa, dirigiendo una especie de sitio digital o foro que servía para debatir…
Obtuve diversos premios, y participé en varios espacios que me obligaron a ir venciendo la timidez como concursos, eventos, congresos. Dentro de la AHS es casi imposible demostrar timidez. El propio acto creativo y la necesidad de compartir con numerosas personas te obliga a despojarte de cualquier pena.

(PUBLICADO ORIGINALMENTE EN RADIO REBELDE)
Paquito de Cuba o réquiem por la inclusión
Quien lo conoce, sabe que Paquito –el de Cuba– se presenta solo. Y en mi opinión, esa es una de las mejores cualidades que puede tener una persona: ser lo que es; llamar las cosas por su nombre; atreverse a vestir su identidad, valores e ideas, fuera del clóset patriarcal.
Tomar partido, definir una postura, tener criterio autóctono, debiera constituir el punto de partida para el entendimiento y el diálogo, pero no siempre es así y Francisco Rodríguez Cruz (Paquito para su bitácora y seres cercanos) a diario practica el deporte de alto riesgo que supone dar su opinión en el ciberespacio.
Quienes le rodean coinciden en este mérito de ser él mismo. La directora del Cenesex, la Dra. C Mariela Castro Espín, lo ha dicho en múltiples espacios y en el propio prólogo del libro Paquito de Cuba: una década de ciberactivismo: “Paquito es un revolucionario de la comunicación en los tramposos laberintos del ciberespacio, por eso me gusta tanto trabajar con él, aunque a veces me ponga en dificultades con sus criterios”.
La directora Mariela considera que se trata de una modesta contribución a lo que el propio autor denomina como “la nueva institucionalidad de un periodista socialista”. Resalta su osadía, su sentido de responsabilidad y compromiso, con el que “a veces de manera desesperada alerta, cuestiona, sugiere, aporta soluciones y también enfrenta consecuencias”.
Quizás, tras 10 años de azares blogueros que han hecho camino al navegar, hay quien le llame escritor, pero –por si las dudas–, aclara: “martiano y periodista”.
Los 89 post compilados en este libro, de 399 entradas, tienen la impronta del ahora, de la emoción del momento, de lo vivencial y anecdótico, de lo real y maravillosa que es la causa por los derechos sexuales en la Isla.
A lo carpentiano, el periodista “trabaja en caliente, trabaja sobre la materia activa y cotidiana”, a diferencia del novelista que “la contempla en la distancia con la necesaria perspectiva, como un acontecer cumplido y terminado”.
Empezó con un potencial lector: su hijo Javier, una reducción del tiempo de vida útil del café de la bodega y 80 horas límites de conexión a Internet. Quizás, en el inicio de esa aventura digital ni él mismo imaginaba que crecería tanto su ciber-club de fans (algunos no muy amigables, pero fanáticos a injuriarlo), ni que los caminos se le abrirían en la editorial del Centro Martin Luther King. Mucho menos pensó que publicaría su título justo cuando Cuba está discutiendo el nuevo Código de las Familias.
La tesis de Carpentier se cumple a la perfección en su obra Paquito de Cuba: una década de ciberactivismo: “El periodista es en sí una forma de historiador… es el cronista de su tiempo… el novelista del futuro”.
El futuro mejor ha llegado para las personas LGTBIQ+ en nuestro país y se definirá en las urnas. Este texto pretende educar, empatizar, espolear en torno a los derechos sexuales, también humanos. Apuesta por la vindicación de Cuba, como lo hizo Martí ante aquel ultraje histórico del periódico The Evening Post de Nueva York, el 25 de marzo de 1889, donde se tildaba a los cubanos de “afeminados, perezosos, inútiles verbosos, enemigos del trabajo recio, falta de fuerza viril y de respeto propio”; prejuicios coloniales reproducidos hasta los días de hoy.
Se reconoce como comunista y gay, lo cual no es contradictorio: son dos posiciones anti-hegemónicas, divergentes con el orden imperante, una refutación al poder del capitalismo/patriarcado; dos concepciones de un ser humano nuevo, actor y constructor de una sociedad más justa y equitativa.
Sobreviviente del estigma y la discriminación, virus muchas veces más agresivos y mortales que el Sida.
Padre en todas las circunstancias y momentos, pareja de quien vacunó el amor del rechazo seronegativo.
Opinático y beligerante ante la ofensa, el prejuicio y el estereotipo fiscalizador, también frente a la chapucería institucional, los reojos de la prensa y las etiquetas asalariadas que llegan en olas ciberacosadoras del Norte a su tranquila orilla de esta Isla global.
Optimista y entusiasta, humorista natural, con buena cara a los tiempos casi siempre adversos para las poblaciones LGTBIQ+.
Cada uno de los seis capítulos –cuidadosamente compilados por Gretel Rafuls Trujillo– va destilando esa cubanía libre y plena, con sus códigos y coloquialismos, que han oxigenado la diversidad en la blogosfera, desde el enfoque de derechos sexuales, pero también desde el punto de vista formal e idiomático, con claros rasgos identitarios.
En las 315 páginas de este libro podrá conocer e identificarse con la historia ciberactivista del autor, pero también de esa Cuba no heteronormativa, sus luchas y tensiones con los rezagos capitalistas que se cuelan en los intersticios mentales y sociales en forma de exclusión.
Desde los títulos, la crítica movilizadora construye: “Escamotean voluntad del Parlamento en nueva Ley laboral” (18 de junio, 2014), “Presidencia del Paramento responde pero no satisface o Mariela Castro estaba clara de votar en contra (21 de julio, 2014)”, “ ‘Prohibido’ ser homofóbico para los militantes comunistas en Cuba” (17 de julio,2013), “La eterna lucha contra la homofobia o la reforma del Código Penal (1ro de junio, 2015)”, “Carta abierta a Raúl Castro o Aplazar hasta julio el VII Congreso del Partido (28 de marzo, 2016)”, “El matrimonio entre dos personas o La nueva revolución del ´68” (21 de julio, 2018), entre muchos otros.
Un libro divertido, empático y a la vez persuasivo, crítico, analítico, didáctico, de trasfondo científico, un reclamo ciudadano vivo, donde lo íntimo es político, al desnudar las problemáticas más acuciantes de las personas con sexualidades no hegemónicas en la nación cubana, como la desacertada omisión del principio de no discriminación por identidad de género en la Ley del Código del Trabajo en 2013 (Artículo 2, inciso b), la desprotección penal de las múltiples violencias que sufren los colectivos LGTBIQ+ o la imposibilidad de formar una familia mediante el matrimonio para personas del mismo sexo.
Igualmente, este blog es testigo de los progresos en la política cubana de inclusión, como el Objetivo No. 57 de la Primera Conferencia Nacional del Partido en 2012 tras su VI Congreso y la Constitución de la República de Cuba de 2019.
Paquito aconseja, propone, alerta a activistas, decisores y pueblo en general: “Es previsible también que en ese camino hacia la concreción de tales garantías constitucionales habrá polémicas, conflictos, y disensos, incluyendo encontronazos y rebeldías, cuestionamientos e injusticias; avances, estancamientos y retrocesos, todo lo cual no nos debe desalentar ni amilanar, o disuadirnos de asumir los riesgos que sean necesarios.
“Será imprescindible desplegar, pues, toda nuestra inteligencia y responsabilidad, habilidades y capacidad de negociación, madurez y valentía políticas, para que podamos conseguir que esta maravillosa y avanzada crisálida constitucional despliegue sus alas de mariposa multicolor en leyes específicas que reglamenten y garanticen de un modo efectivo nuestros derechos como personas LGTBIQ+”.
Lo privado se vuelve público en su cibermilitancia, para sacar del ostracismo periodístico esas otras sexualidades, esa otra ciudadanía que cree en la esencia emancipadora de un proyecto, del cual también forma parte.
Esperamos y también contribuya a refrendar la inclusión, la igualdad y el respeto a la diferencia. Un ser humano “solo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo cuando ha de ayudarle a levantarse”, diría Gabriel García Márquez, una de esas plumas cómplices que, como Paquito, cree que el periodismo es el “mejor oficio del mundo”.