¡El Taller y Concurso de Periodismo Cultural Rubén Martínez Villena ya tiene sus ganadores!
¡Estamos emocionados de anunciar a los ganadores del Taller y Concurso de Periodismo Cultural Rubén Martínez Villena! Este evento, que este año contó con una edición de lujo centrada en la crítica cinematográfica y audiovisual, ha sido un verdadero éxito gracias al talento y la pasión de todos los participantes.
Después de revisar unas 200 obras y trabajos presentados, el jurado ha seleccionado a los siguientes participantes como los ganadores en sus respectivas categorías:
PERIODISMO IMPRESO:
Premio: Lorena Alemán Massip
Menciones: Nailey Vecino Pérez
Raúl Escalona Abella
Vanessa Pernía Arias
Sofía Miragaya Bacallao
PERIODISMO RADIAL
Premio: Oscar Salabarría Martínez
Menciones: Haylem Barroso Lamela
Rey Luis Correa Fonseca
PERIODISMO AUDIOVISUAL
Premio: Sergio Eguino Viera
Mención: Bernard R. Cabrera
PERIODISMO HIPERMEDIA
Premio: Rossana Maritza Rodríguez Ramos, Claudia Arias Espinosa, Donarys Cruz Cruz, Gabriela Orihuela, Félix Javier Batista Del Valle.
Menciones: Dailene Dovale de la Cruz
Talía Fuentes Puebla y Angélica Arce Montero
El jurado, compuesto por destacados profesionales del periodismo y la crítica cultural, incluye a personalidades como Joaquín Borges Triana, Sahily Tabares Hernández, Karen Brito, Yunier Riquenes García y Abel Rosales, quienes aportan su experiencia y conocimientos en sus respectivas especialidades.
«Joaco», quien preside el jurado y especializado en música, es redactor en la revista El Caimán Barbudo y colaborador en medios como La Jiribilla y Juventud Rebelde. Sahily Tabares Hernández, reconocida docente de Periodismo Impreso en la Universidad de La Habana y periodista de la revista «Bohemia» y Radio Progreso, se encarga de evaluar los trabajos en su especialidad.
La realizadora Karen Brito, conductora de «La pupila asombrada» en la Televisión Cubana, evaluará los trabajos de Periodismo Audiovisual. Por su parte, el narrador y escritor Yunier Riquenes García, cofundador de Claustrofobias Promociones Literarias, estará a cargo de evaluar las obras en la categoría de Periodismo Hipermedia.
Durante el evento, Abel Rosales, reconocido realizador radial, analizó las obras presentadas en la categoría de Radio. Rosales, conocido como «Abelito», trabaja en Radio COCO y Radio Habana Cuba, además de impartir clases en el Centro de Estudios de Radio y Televisión.
La jornada incluyó talleres e intercambios con destacados investigadores, artistas y profesionales de los medios de comunicación. Destacó la conferencia magistral de Rafael Grillo, editor de la Revista El Caimán Barbudo, así como el intercambio con el realizador audiovisual Roly Peña y el encuentro con el cineasta y guionista Alejandro Gil en la Sala Alfredo Guevara del Pabellón Cuba, donde se proyectó el largometraje de ficción Línea Roja.
Además, los participantes asistieron a un panel sobre la crítica audiovisual en la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, con la participación de Mario Masvidal, Luciano Castillo y Ángel Ernesto Pérez.
En este último día destaca el taller sobre buenas prácticas en la crítica cinematográfica y audiovisual que impartirá Yuris Nórido, así como el intercambio con los miembros del jurado.
El Taller y Concurso es una oportunidad que permite visibilizar el potencial creativo de jóvenes talentosos en el ámbito del periodismo cultural, brindándoles la oportunidad de dar a conocer su trabajo y recibir reconocimiento por sus esfuerzos. Asimismo, promueve la participación activa de la juventud en la creación de contenidos culturales y en la construcción de una sociedad más informada y crítica.
En resumen, el «Rubén Martínez Villena» es una de las iniciativas más valiosas que impulsa el desarrollo de capacidades periodísticas en el ámbito cultural y promueve el enriquecimiento de la cultura y el pensamiento crítico en la sociedad.
Sobre crítica audiovisual y cinematográfica se habla en el «Villena»
En el marco del Taller y Concurso de Periodismo Cultural Rubén Martínez Villena, que se celebra en La Habana, jóvenes periodistas y críticos culturales de todo el país se han reunido para discutir y evaluar unas 200 obras en competición en las categorías de crítica cinematográfica y audiovisual, en conmemoración al aniversario 65 del Icaic.
En esta jornada tan esperada de la cita, se darán a conocer los ganadores del Concurso, que en esta ocasión recibió unas 200 obras de competición.
El jurado, compuesto por destacados profesionales del periodismo y la crítica cultural, incluye a personalidades como Joaquín Borges Triana, Sahily Tabares Hernández, Karen Brito, Yunier Riquenes García y Abel Rosales, quienes aportan su experiencia y conocimientos en sus respectivas especialidades.
«Joaco», quien preside el jurado y especializado en música, es redactor en la revista El Caimán Barbudo y colaborador en medios como La Jiribilla y Juventud Rebelde. Sahily Tabares Hernández, reconocida docente de Periodismo Impreso en la Universidad de La Habana y periodista de la revista «Bohemia» y Radio Progreso, se encarga de evaluar los trabajos en su especialidad.
La realizadora Karen Brito, conductora de «La pupila asombrada» en la Televisión Cubana, evaluará los trabajos de Periodismo Audiovisual. Por su parte, el narrador y escritor Yunier Riquenes García, cofundador de Claustrofobias Promociones Literarias, estará a cargo de evaluar las obras en la categoría de Periodismo Hipermedia.
Durante el evento, Abel Rosales, reconocido realizador radial, analizó las obras presentadas en la categoría de Radio. Rosales, conocido como «Abelito», trabaja en Radio COCO y Radio Habana Cuba, además de impartir clases en el Centro de Estudios de Radio y Televisión.
La jornada incluyó talleres e intercambios con destacados investigadores, artistas y profesionales de los medios de comunicación. Destacó la conferencia magistral de Rafael Grillo, editor de la Revista El Caimán Barbudo, así como el intercambio con el realizador audiovisual Roly Peña y el encuentro con el cineasta y guionista Alejandro Gil en la Sala Alfredo Guevara del Pabellón Cuba, donde se proyectó el largometraje de ficción Línea Roja.
Además, los participantes asistieron a un panel sobre la crítica audiovisual en la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, con la participación de Mario Masvidal, Luciano Castillo y Ángel Ernesto Pérez.
En el último día destaca el taller sobre buenas prácticas en la crítica cinematográfica y audiovisual que impartirá Yuris Nórido, así como el intercambio con los miembros del jurado.
El Taller y Concurso es una oportunidad que permite visibilizar el potencial creativo de jóvenes talentosos en el ámbito del periodismo cultural, brindándoles la oportunidad de dar a conocer su trabajo y recibir reconocimiento por sus esfuerzos. Asimismo, promueve la participación activa de la juventud en la creación de contenidos culturales y en la construcción de una sociedad más informada y crítica.
En resumen, el «Rubén Martínez Villena» es una de las iniciativas más valiosas que impulsa el desarrollo de capacidades periodísticas en el ámbito cultural y promueve el enriquecimiento de la cultura y el pensamiento crítico en la sociedad.
Ideas aleatorias que no muestran cómo salvar a un muerto
Cada lugar evoluciona dependiendo de muchos factores contextuales, pero esto, es un axioma.
Lo contemporáneo designa una gran heterogeneidad de conceptos que siempre son caducos con respecto a lo actual. En el arte, la heterogeneidad de manifestaciones y tendencias están relacionadas –la mayoría– con las creaciones artísticas de la segunda mitad del siglo XX (performance, happening, body art, arte conceptual, video arte, instalación, etc.). Y cabe la pregunta, ¿de qué hablamos hoy en día cuando afirmamos que en Cuba hay arte contemporáneo?
Para que la sociedad evolucione hacia algún patrón que ya se encuentra instaurado en otra sociedad, tiene que haber valores compartidos entre los sujetos elitistas que determinen un canon a seguir por los demás, o tiene que existir un cambio de paradigma. La sociedad evoluciona dando pequeños pasos secuenciales hacia la complejidad, pero, hasta que el paradigma no se legitime como canon, no se establece una base sólida a seguir, por lo que solo hay golondrinas aisladas, y no aflora el verano.
Santiago de Cuba se ha quedado varado en el tiempo; es un barco encallado que solo enseña la proa flotante de pinturas y esculturas que rozan lo académico y tradicional en el arte. La pintura de este navío corroída por el tiempo y el salitre solo muestra que lo contemporáneo es lo pintoresco realizado por los artistas consagrados y los que se suponen que deberían ser “los conservadores” son el timón de lo más novedoso del acontecer artístico. Esta afirmación no quiere decir –por más que se adorne– que sus trabajos en mayoría estén a tono con las tendencias del arte a nivel mundial. Pero claro, cada país es una isla, cada persona es una isla y cada isla evoluciona según sus condiciones objetivas y subjetivas.
La disyuntiva del arte contemporáneo en Santiago, e intentar insertar el circuito artístico de la ciudad en lo más actual del arte requiere de múltiples factores.
No solo el artista es la figura que determina el cambio hacia la contemporaneidad. Los espacios legitimadores son de gran importancia, en este caso si Duchamp decidiera presentar un urinario, y la galería no se lo permitiera, nadie conociera a uno de los padres del arte contemporáneo. El cambio de paradigma debe incluir a las instituciones legitimadoras del arte y a sus representantes, que son «los protagonistas del mercado del arte» y deberían apostar por un equilibrio entre lo contemporáneo y lo tradicional.
Si de incentivo se trata, no podemos culpar a la pobre academia de artes visuales Joaquín Tejada[1], que nadie sabe por qué apuestan sus planes de clase, cuando de sus egresados no se oye hablar en el contexto santiaguero. Donde la cuna de las artes plásticas carga el feto del silencio, es una escuela que no suena dentro del marco cultural. Ya la justificación que se da a todo es que lo mejor se está yendo del país porque saben que su futuro está en otra isla y que ya no son dueños de la suya. Pero, y los que quedan, que se supone que no se fueron a fregar platos y que hacen arte, ¿dónde están? Dejo esta pregunta abierta para cuestionar solo eso: dónde está la motivación a ser parte de la burbuja del arte.
Cabe la pregunta por los artistas que ya tienen un legado, ¿quiénes serán nuestro relevo? Y la respuesta muy obvia sale a la luz como el grito agónico del silbato de tren antes de partir; parece no existir un relevo.
Afirmamos que hay un ínfimo relevo que intenta no ahogarse al saltar al mar del arte y encontrar que las instituciones entorpecen con políticas que deberían ser una realidad. Y cabe ver que no somos artistas, somos ajedrecistas que tenemos muchos amigos y aliados que nos ayudan a posicionar nuestra obra. Porque en este mundo de posverdad, no solo ser bueno te sirve para posicionarte, a veces –o por generalidad– te hace falta “sacrificar” más de ocho peones para lograr posicionar el objeto artístico.
Esto no significa que no existan personas que no desgarren su piel por intentar salvar el arte de los jóvenes y que para ello no “embarran de su sangre” a quien los rodea. Porque su punto no es solo complacer su idea filántropa de que la juventud puede hacer mejor arte, sino también “embarrar” a otros espíritus errantes de esa “sangre” cargada de la otredad para poder rescatar lo que está casi muerto.
En cuanto a los salones, contamos por suerte con dos[2] que intentan incluir las pocas golondrinas que se encuentran a grito desde el invierno pidiendo el verano de la contemporaneidad. Pero… es cuestionable cuando del incentivo económico se trata, donde cabe la pregunta: ¿Cuál es la suma que te incentiva a ser parte en correspondencia con lo que te cuesta la inversión de una obra de arte o de una exposición? Pero no solo es una cuestión de economía. ¿Cuál es el incentivo de un artista a ser parte de lo que llaman –las políticas culturales de las instituciones en Santiago– “contemporáneo” cuando se mira desde el ojo de una aguja por el conservadurismo?
Solo somos una ciudad que en el marco artístico navega a lo que quisiera ser, pero se ahoga en el intento, al luchar constantemente contra burocracias.
Apostemos por estos salones que dentro sus concepciones tratan de “romper” los paradigmas tradicionales del arte santiaguero, y a través de la palabra “contemporáneo” nuclear a los artistas más inquietos del acontecer artístico. Pero debemos saber que los muertos no reviven, que hace falta no solo un cambio de paradigma para crear una vida nueva llamada “arte contemporáneo”. Porque de paradigmas no solo se hacen en el arte, también se hace de la cotidianidad que experimenta el sujeto como parte de sus experiencias. Y hasta que no se permita hablar de la cotidianidad tanto interior como exterior con una visión crítica y haya que pintar todo con el color de lo “correcto”, el arte seguirá siendo eso, un barco hundido con esmalte caído que intenta salir a flote.
Este texto no constituye una visión de cómo salvar el arte en Santiago de Cuba. Ni intenta aunar todos los males que este tiene, porque mil palabras no alcanzan parta pintar una casa, y porque las palabras, no pintan. Solo es la salpicadura de ideas que hablan sobre un muerto, “lo contemporáneo”, o peor, sobre un no nacido, porque para morir, primero hay que ser. Este texto es solo eso: un texto que cada sujeto es libre de interpretar y decidir si se queda con el cielo con la nube. El fin siempre es y será apostar por una renovación artística.
Notas:
[1] Academia de las Artes Plásticas de la provincia de Santiago de Cuba
[2] La provincia de Santiago de Cuba cuenta con dos salones de arte contemporáneo el Salón de Artes Visuales Experimentación (SAVE) desarrollado por el Centro Provincial de Artes Plásticas y Diseño y el Salón de Arte Contemporáneo René Valdés Cedeño realizado por la Fundación Caguayo.
Pabellón Cuba abre sus puertas al taller de paradigmas emancipatorios del continente
El XV Taller Internacional sobre Paradigmas Emancipatorios de América Latina y el Caribe comienza hoy en forma presencial y virtual en el Pabellón Cuba, sede de la Asociación Hermanos Saíz.
Bajo el patrocinio del Grupo América Latina Filosofía Social y Axiología (GALFISA), del Instituto de Filosofía, y el Centro Memorial Dr. Martin Luther King Jr. sus sesiones serán hasta el jueves entrante.
Los organizadores del encuentro habían convocado a agrupaciones populares, redes y movimientos sociales, académicos, educadores y a las personas interesadas a participar en sus deliberaciones.
Básicamente, la invitación consiste en dialogar, reflexionar y poner en común las condiciones de posibilidad de la política revolucionaria en tiempos urgentes.
Una vez más nos encontramos para fortalecer nuestras identidades múltiples de resistencias colectivas y nuevas interpretaciones de lo político desde el sujeto popular, de acuerdo con el llamamiento.
Añade que el convite en La Habana se une a todos los esfuerzos en curso para generar ideas y acciones de transformaciones y cambios radicales sistémicos e impulsar una propuesta de pensamiento y acción hacia la defensa de lo logrado y acumulado en otras formas de sociabilidad y vida.
Los temas de sus talleres están relacionados con Escenario geopolítico regional, Guerras y riesgos globales a la vida humana y planetaria, Crisis del capital y alternativas emancipatorias y Organización del movimiento social popular y alternativa social y política.
La crítica cinematográfica: ni impresionismo, ni método
Formar un receptor inteligente y capaz de consumir cultura críticamente constituye una de las prioridades de cualquier empeño cultural. La crítica de arte se considera necesaria en medio de un torrente informativo y es también, como escribió Cintio Vitier, “en principio, dos cosas: iluminación de la obra desde la obra misma, y, después, toma de partido frente a ella”.
Entre todas las manifestaciones el cine llama la atención por ser arte, técnica, vehículo portador de ideología y mensajes que circulan en la sociedad y por ser industria y mercado. Sobre estas cuatro miradas o maneras de acercarnos al cine y la creación audiovisual desde la comunicación, el periodismo y la crítica cinematográfica dialogó en un conversatorio el periodista y crítico Rafael Grillo, como parte del Festival Nacional del Audiovisual “Por primera vez”, realizado en la ciudad de Holguín del 21 al 24 de febrero.
El también miembro de la revista cultural El Caimán Barbudo profundizó en la capacidad del crítico como mediador, “esa persona encargada de mirar y escudriñar desde todos los ángulos y hacerlo desde todos los géneros posibles”, porque los públicos necesitan ser orientados y el crítico juega un papel importante, sobre todo en los niveles de comercialización y distribución del cine. “Debe ser ese farolito que se prende entre tanta información”, alertó.
Criticar significa, en tanto, pensar, razonar, poner toda teoría o pensamiento en tela de juicio. Pensar es juzgar; la crítica por tanto es una actitud activa en la conformación de ideas. Asumir la crítica desde la hermenéutica, propone Rafael Grillo, con un criterio que ayude a construir determinados horizontes, no así desde las opiniones valorativas. “No es destruir ni ensalzar a nadie, es ayudar a entender determinado producto desde todas las miradas, porque de las malas películas también se aprende, y de los conflictos también, pues es parte de la naturaleza y de la evolución natural de las cosas, de la propia vida”.
Para Grillo, también narrador y presidente de la Asociación Cubana de la Crítica Cinematográfica (ACPC), no hay nada mejor que una mala crítica o la censura para un material audiovisual, ese criterio que llame la atención por encima de estereotipos, pues al final logra poner un foco de atención sobre algo que también es importante, aunque reconoce que en la isla la crítica es paternalista con el cine cubano. Enfatizó, asimismo, que la producción nacional está necesitada de una crítica sólida, pues como alertaba Rufo Caballero: “En Cuba tenemos buenos críticos, pero no hay una crítica como sistema, sólida”.
En este contexto también abordó las capacidades de un periodista para ejercer la crítica con tenacidad y responsabilidad, especialmente en los medios y a través de todos los géneros posibles, observando la necesidad de interpretación que demanda el periodismo contemporáneo, cuando muchos creen que la crítica de arte debe ser prioridad y terreno casi absoluto de los medios especializados. Y lo que sucede es que en este acto del genio, como diría Alfonso Reyes, no todos la alcanzan: “Ni todo es impresionismo, ni todo es método”.
Sobre la Patria Chica, la Patria grande, los proyectos literarios, sus hacedores…
Patria Chica, concurso literario convocado por un grupo de escritores, soñadores, Quijotes de la cultura cubana, radicados en el municipio de Baire, otorga anualmente cuatro premios, uno por categoría.
Podrán preguntarse por qué escribo sobre este evento, quizás “menor” en apariencia, de un municipio que muchos habrán escuchado por el famoso grito de nuestras guerras de independencia, pero que pocos podrán señalar en el mapa de nuestra isla. Escribo porque el Patria Chica es otro grito que ha sobresalido con el tiempo y se ha escuchado más allá de la frontera bairense. Este concurso, que comenzó como el sueño de unos pocos, ideado para promover la literatura local entre los jóvenes escritores, poco a poco ha ido en alza. Pasó de ser local a provincial y, en este instante, abarca a toda la Patria grande.
Pero, ¿qué tiene de especial este concurso literario?
Los méritos son varios y es lo que los hace grandes. Pero, comencemos por el principio:
¿Quiénes hacen el Patria Chica?
Quien va a un evento literario o de cualquier tipo, como el Patria Chica, siempre ve a una figura que es la que “da la cara”. En el caso de este evento, son dos los rostros que fungen como organizadores/anfitriones del evento, y esos son Osmel Valdés Guerrero y Mailin Castro Suárez. Ellos, además de escritores, son los que llevan los talleres literarios de Baire, todas las actividades de la filial de la AHS en Contramaestre, los repasadores de lengua inglesa (mezclándola con la poesía) y organizadores de las actividades infantiles para los niños de la zona. Además de este evento, organizan o participan en otros dos eventos: el “Tierra Adentro” y “La Ruta al corazón de Martí” (este, creado y dirigido por el historiador Arnoldo Fernández). Otros dos eventos que merecen sus artículos aparte.
Pero la principal profesión de estos dos seres mágicos es la de ser padres de tres hermosos niños; trabajo de tiempo completo.
Ellos son los rostros que los participantes e invitados ven desde el primer momento y las voces que continuarán escuchando hasta que llegues a tu casa (momento en que ello dicen, que es cuando en verdad se acaba el evento).
Pero, por suerte para ellos y la cultura, no son los únicos. Detrás se encuentra un equipo de patrocinadores, personas que apuestan por esas “quijotadas” soñadas por Mailin y Osmel. Sin estas personas que son los que aportan el capital para el pago de los pasajes, alimentación, premios, logística y comunicación del evento, nada saldría.
Por mucho amor y empeño que pusieran los anfitriones, sin estas personas que toman el efectivo de su cuenta personal o empresa para patrocinar el Patria Chica, nada sería posible.
También está el equipo de colaboradores. Estas son las personas que, desinteresadamente, participan en la gestión, producción y organización del evento. Por lo general son jóvenes cercanos a los talleres literarios que realizan Osmel y Mailin. También está la familia de todos ellos que los apoyan en la retaguardia durante las 72 horas de Patria Chica.
Hay que tener en cuenta estos aspectos para poder organizar un evento como este. Sin dinero y sin el apoyo en la organización, nadie podría lograr nada.
¿A quién y quién paga el Patria Chica?
Ni los organizadores ni los participantes cobran este evento. Esto es lo primero que hay que dejar claro. El dinero lo ponen los patrocinadores (que no nombraré porque desconozco de si prefieren el anonimato) y es exclusivamente para la producción, logística y pago de premios. Nadie más que los premiados se beneficia económicamente en el Patria Chica. Más bien, tanto los anfitriones, organizadores y colaboradores invierten de su dinero y sus recursos en aras que el evento salga con la mayor calidad posible.
El tiempo invertido por ellos en esta tarea, ora difícil, ora titánica, es invaluable y no se recupera. Muchas veces la producción del evento se realizó con recursos propios. Las gestiones corrieron a cargo de los organizadores… y los gastos, ya de paso.
De más está decir lo mala que está la situación en Cuba como para utilizar el dinero de la casa en eventos literarios para terceras personas. Ahí se muestra esa Patria Grande en la Patria Chica de la que hablaba Rafael de Águila en sus palabras sobre el evento.
Quienes se oponen, ponen trabas burocráticas, lastres, patrocinios retirados, los que no hacen nada o se quieren apropiar de los logros ajenos
Aquí cuento a todas aquellas que de un modo u otro interfieren en la realización del evento. Como expliqué anteriormente, el presupuesto del evento Patria Chica salió del bolsillo (o la caja) de patrocinadores externos. Estos, además de empresarios o emprendedores, son amigos, personas con sensibilidad y/o cercana a la cultura. Pero, ¿por qué recurrir a ellos en lugar de las casas de cultura o a las direcciones provinciales o municipales? Ellas deben tener un presupuesto para actividades ¿no es así? Pues no parece. Sí lo hay para pagos de audios, tarimas, luces y música electrónica grabada y a todo volumen en las plazas (y el respectivo transporte para todo esto), pero no para participar en un evento literario que se realiza una vez al año. Y si había presupuesto, se utilizó en otra cosa.
Había quienes se oponían a abrir el evento (el Patria Chica y la Ruta al corazón de Martí) para aquellos de otras provincias. No sé por qué al hacerlo nacional, piensan que deja de ser un evento local. Al extenderlo al resto del país, atrae la vista de este hacia el municipio y visibiliza las actividades que allí tienen lugar.
También hubo quienes pusieron resistencia a llevar invitados de otras provincias por todos los gastos que ello conlleva. Una sabia Maestra me dijo un día que “la calidad de tu evento depende de la calidad de tus invitados”. Y un evento municipal que pueda atraer a un Premio Casa de Las Américas, al director de una editorial nacional y una Maestra Guitarrista Concertista, finalista del premio Cubadisco y miembro del consejo técnico de evaluación nacional, entre otros artistas con logros nacionales e internacionales, no puede considerarse algo menor.
Y ¿por qué hago énfasis en las instituciones? Debido a que cuando se busca un hospedaje con buenas condiciones, transporte intermunicipal (Baire-Contramaestre) o interprovincial, alimentación en restaurantes o cafeterías estatales, son las instituciones quienes pueden realizar todas estas gestiones, pues tienen los medios, el personal y el poder para gestionarlo, ya que estos centros no aceptan efectivo; y mucho menos con la bancarización que nos afecta. Claro, suponiendo que quisieran. Sin embargo, al acercarnos a las instituciones de cultura, se choca con las trabas burocráticas de los contratos, los cheques que se atrasan en confeccionarlos, las gestiones que no se hacen por falta de personal o que “no se pueden hacer”, o el consabido mantra de “no hay presupuesto”, etc. Claro, no hay presupuesto para “eso”, ya que para el alquiler de sistemas de audio y luces para poner reguetón en las plazas, hay de sobra. Vale la pena repetirlo.
Algo muy triste son los falsos profetas. En este caso me refiero a aquellos que se acercan a “ayudar” y realizan promesas de premios colaterales, dinero, gestiones, etc.; para luego perderse, poner excusas, trabas y “donde dije digo, dije Diego”. Luego, si algo queda mal, nadie los va a culpar, sino a los organizadores. Y hasta cierto punto tienen razón, por dejarse engañar por cantos de sirena. Por suerte, no hubo problemas con esos cantos y Mailin y Osmel están curtidos en el arte de navegar entre las sirenas y falsos profetas.
Ellos, los anfitriones y organizadores del evento Patria Chica buscaron autogestionarse a través del efectivo brindado por los patrocinios ofrecidos. Con este dinero, compraron los insumos para la alimentación, pagaron las impresiones, pasajes, premios, los servicios de transporte local, la confección de los alimentos (o cocinaron), el pago al jurado del premio, la comunicación y los hospedajes. Este último, más caro y en casas de renta. De ese modo, más de una veintena de personas disfrutaron de 72 horas de arte y conocimiento.
Ah, pero como siempre sucede, luego de terminar el evento, comienzan a verse las resonancias, las repercusiones en las redes sociales, páginas webs y los comentarios de los participantes. Es entonces que todos quieren una parte del pastel, y se acercan para solicitar informes, reportes, entrevistas en los medios de prensa (ausentes durante todo el evento) porque el…
Patria Chica tiene logros visibles
No conozco de talleres literarios actuales, de casas de cultura que realice un evento de esta magnitud y mucho menos con la convocatoria y calidad de los textos premiados. Se recibió cerca de un centenar de textos de casi todas las provincias del país, asistieron invitados de seis provincias, además de los locales, y en las actividades acudieron cerca de cuarenta personas.
Las actividades también son otro de los logros del Patria Chica. Los organizadores no quisieron que fuera solo la jornada de premiación, sino que se convirtiera en algo más. Quisieron llevar a los artistas hacia el público y no al revés. Por tal motivo, las primeras actividades fueron en las escuelas primarias Frank País y José Angel Morales. Con cantos, música de concierto, narración oral, lectura de poesía y cuentos, los invitados realizaron alrededor de seis presentaciones en distintas aulas y bibliotecas de ambas escuelas. El evento también se incorporó a las actividades de la Casa de Cultura de Baire, a las de la AHS, además de las suyas propias.
Son pocos los eventos donde los invitados se sienten en familia y son tratados como tal. Los anfitriones eran los primeros en levantarse y los últimos en acostarse; organizaban almuerzos, meriendas y desayunos en su propia casa, además de los almuerzos y comidas en el restaurante.
La risa, los buenos ratos y las ganas de hacer más actividades, de que no terminara el evento (y las de regresar), eran las que predominaron durante todo la estancia en Baire.
¿Son necesario más proyectos como este? ¿Por qué lo hacen si cuesta tanto?
Cuando se miran las estadísticas de los eventos locales, como aquellos organizados por casa de cultura de los municipios, hay varios puntos en los que eventos como el Patria Chica, La ruta al corazón de Martí, Alta Literatura, Espacio Abierto, La rueda dentada, entre otros, tienen mayores logros. Hablamos de aspectos como el alcance, impacto, repercusión, la calidad de la obra presentada, el nivel o prestigio de los participantes, invitados, etc. Como todo en la vida, no se puede ser absoluto, pero casi.
¿Cuál es el sentido de los eventos artísticos sino promover la obra y a los artistas? ¿Qué sentido tienen sino incentivar la creación artística y con mayor calidad posible? ¿De qué modo se consigue todo eso si al final se queda en la localidad?
Proyectos como esos que he mencionado, no solo incentivan la creación literaria a nivel local, sino que su alcance es nacional. Por tanto, al mencionar o publicar a un artista, toda Cuba y quizás fuera de la isla también, lo están viendo.
Del mismo modo, desde todos los rincones de la isla están conociendo la obra que se realiza en Baire y en Contramaestre. Quizás, muchas de esas personas nunca habían pensado en ir a ese municipio o que su obra fuera conocida allí. Me consta que varios han querido ir y participar en este evento, a partir de la última premiación.
Por otra parte está la competencia. Por lo general, en los concursos de casas de cultura municipales, la competencia resulta ser la misma. Es como si un equipo de pelota jugara con los mismos rivales, una y otra vez. Llegará un momento en que su calidad toca a un límite. A no ser que comiencen a topar con otros equipos, nunca mejorará. Por ende, el crecimiento cualitativo no resulta ser de la mejor calidad. Lo mismo sucede con muchos de los talleres de casas de cultura. Por esa razón, vemos a muy pocas figuras de ellos destacarse con premios a nivel nacional o internacional.
Sin embargo, con proyectos como el Patria Chica, esto no es un problema, en absoluto, ya que de por sí, incita a la superación y a la competencia sana. A premiar solo lo mejor.
A esto súmele el ingreso monetario de los implicados en alojamiento, transporte y gastronomía. Lo cual se traduce en pagos de impuestos al municipio. Como quiera que lo vean, es ganancia para todos: organizadores, concursantes, la localidad, la provincia y la cultura nacional.
Por suerte, hay otros muchos eventos como el Patria Chica a lo largo del país.
Evento en familia, informal/formal
Lo bueno que tiene el Patria Chica y que lo caracteriza, quizás porque es un reflejo de sus anfitriones.
Desde el momento en que llegas, con el mayor respeto del mundo, te introducen a una familia. No hablo solo de la de ellos, sino la de todo el equipo. El trato siempre es de respeto y familiar. Por más cansado o nervioso que estés, siempre te hacen sentir como en casa y mediante bromas, conversaciones, datos históricos de la ciudad, del evento, presentaciones de los amigos, artistas, familia y hasta las mascotas, dejarás de sentirte una persona extraña y comenzarás a ser de allí, a querer regresar. Y ese lugar a dónde siempre quieres regresar, no tiene otros nombres que casa, hogar, Patria.
Convocan a jóvenes radialistas a Concurso Antonio Lloga
La Asociación Hermanos Saíz y la dirección Nacional de la Radio Cubana convocan a la celebración de la XXXIV Edición del Taller Nacional y Concurso de la Radio Joven Antonio Lloga in memorian a celebrarse en septiembre en Santiago de Cuba.
La convocatoria para jóvenes radialistas del país, especifica que este año el evento está dedicado a los guiones de programas escenificados unitarios relacionados con cuentos, novelas, teatros, docudramas y series históricas.
Además, tendrá las motivaciones de la celebración del 90 cumpleaños de la emisora CMKW, Radio Mambí de Santiago de Cuba y el aniversario 40 de la productora Radio Arte.
El concurso y taller de la radio joven Antonio Lloga in memoriam contará en su programa con la realización de un taller de experimentación en función de la programación radial dramatizada.
Premio Memoria Nuestra: oportunidad para los jóvenes investigadores
La Asociación Hermanos Saíz (AHS) en Holguín y el Comité Organizador de las Romerías de Mayo convocan al Premio y Congreso Memoria Nuestra 2024, la columna vertebral del Festival Mundial de Juventudes Artísticas, a realizarse del 3 al 7 de ese mes.
El evento estará dedicado a los 65 años de Casa de las Américas y del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (Icaic), instituciones creadas en el primer año de la Revolución e imprescindibles en la conformación sociocultural de Cuba y América Latina.
“El rescate de la memoria histórica regional y el reconocimiento de los valores endógenos fortalecen a los pueblos en momentos de despersonalización cultural. Se es Identidad, entre otras cosas, porque se es Memoria”, expresa la convocatoria. “De este principio parte el interés por el rescate de lo local y nacional, como forma eficaz de fortalecer la identidad, propuesto desde sus inicios por la Casa de las Américas y el Icaic”.
La contribución al desarrollo de las culturas nacionales, la determinación de perspectivas continentales integradoras, el reto al colonialismo cultural, la unidad del movimiento intelectual y el incremento de la conciencia popular a la par del compromiso con los ideales de la izquierda y las prácticas históricamente marginadas, han caracterizado también las búsquedas de ambas instituciones paradigmáticas en la historia de la región y mueven las búsquedas de esta edición del Congreso Memoria Nuestra.
Para abordar estos temas el Congreso proponen los siguientes ejes: “Culturas regionales e identidad”, que acogerá investigaciones sobre tradiciones, costumbres, manifestaciones artísticas, identidad local y regional, historia, procesos culturales, campo religioso y realidades que identifican la multiplicidad de las regiones del mundo; “Casa de las Américas e Icaic, 65 años de impronta y vigencia”, con investigaciones que aborden, desde diversas perspectivas, la historia, importancia y actualidad de ambas instituciones; y “Experiencias comunitarias”, con proyectos que contribuyan al desarrollo, rescate y conservación de las tradiciones locales y regionales, así como la aportación de experiencias alternativas, ante el influjo globalizador del presente mundial.
Además, Memoria Nuestra incluye conferencias y mesas diálogos con la asistencia de participantes extranjeros invitados a otros espacios de las Romerías de Mayo, que constituyen momentos de intercambio académico y experiencias desde distintas realidades socioculturales aportadas por las diversas regiones del mundo que estarán presentes en el Festival Mundial de las Juventudes Artísticas que cada año se realiza en Holguín.
Podrán optar por el Premio todos los jóvenes investigadores del país hasta 35 años de edad. Para el proceso de selección es necesario enviar una ficha con los siguientes datos: nombres y apellidos del autor; carné de identidad; provincia; título del trabajo y un resumen de la ponencia de 2 a 5 cuartillas. Los resúmenes y trabajos se presentarán en formato 8½ x 11 cuartillas (carta), con fuente Arial 12, a 1,5 espacios entre líneas y justificado. La extensión será de 15 a 20 cuartillas. Un jurado de admisión decidirá las investigaciones a concursar y los autores seleccionados serán notificados a través de sus vías de contacto. Se otorgarán dos premios en metálico, en las categorías de Investigación y Proyectos Comunitarios. El jurado otorgará las menciones que crea necesarias. Las instituciones que colaboran podrán entregar también premios colaterales.
Hasta el 20 de marzo se recibirán las propuestas (investigaciones o ponencias) por el correo: ahsholguin@gmail.com Para más información pueden escribir al anterior correo y a comiteromerias@gmail.com o llamar a la Secretaría Ejecutiva, Casa del Joven Creador de Holguín: 24 453556 y a través de los números de celular 59878059 y 59877335.
Cada año, en las Romerías de Mayo se realiza este certamen de pensamiento, que por su importancia y aportes al conocimiento y a las tradiciones de los pueblos se ha convertido en “columna vertebral” de este megaevento que es el Festival de Juventudes Artísticas.
Reconocidos investigadores, académicos y creadores han realizado su conferencia inaugural y sido miembros del jurado, entre ellos Natalia Bolívar, Eduardo Torres Cuevas, Fernando Martínez Heredia, José María Vitier, Abel Prieto y Virgilio López Lemus.
El arma no es aún
El cuchillo reposa dentro del congelador. La amenaza se hace evidente en la voz de su esposo, Raúl: el arma está ahí por si ella se marcha de relación y de su vida. La cineasta Annia Quesada plantea en el cortometraje de ficción Si alguna vez (2023) una situación de violencia machista, sobre todo psicológica. Helena, interpretada por Amalia Gaute, parte de una posición de subordinación. Todas las tareas de cuidado son suyas, allí se incluye la crianza de su bebé y la atención al suegro enfermo y dependiente de ella para vivir. A su lista de responsabilidades (que no solo tareas) se suma cocinar, limpiar, lavar, organizar la casa y sus gentes. Se reproduce aquí la cultura patriarcal en toda su oscuridad e injusticia. Raúl asume solo los roles asociados de forma tradicional al hombre: proveer económicamente el hogar y hacer la compra de los alimentos.
La casa es una carga exclusiva de ella. Los trabajos no remunerados, no reconocidos y poco valorados son suyos. La violencia se empieza a tejer en esa desigual división de tareas en base a prejuicios sexistas; las violencias machistas continúan desarrollándose en dinámicas de poder desbalanceadas al interior de la relación, matizadas siempre con palabras de afecto.
Son los mitos del amor romántico los que justifican el control y la posesión, ocultan las banderas rojas o intentan adormecer el juicio crítico de Helena, quien en un principio reconoce algunas de las violencias psicológicas que enfrenta. Él pretende disciplinarla, cortar la posibilidad remota de que un día ella abra la puerta y se vaya, dejando un sonoro portazo tras de sí.
El poder está en manos de Raúl, quien exige sexo sin tomar en cuenta la falta de consentimiento de su esposa o tan siquiera, su estado emocional, afectado por él. Ocurre violencia sexual en este cortometraje y quizás pase inadvertida para quienes consideran que el «solo sí es sí» queda sin validez dentro del matrimonio.
La cineasta, junto a su equipo, consiguen narrar una historia donde cada elemento visual o sonoro ayuda a entender las emociones de su protagonista, a reflejar el efecto emocional que provoca la amenaza del cuchillo. La vida transcurre en cambios de mañanas, tardes y noches, pero Helena despierta y el potencial arma continúa ahí, es una advertencia y a la par un recordatorio. Se queja, reclama, anuncia que se irá de la casa. Raúl, una vez más, niega el daño, se desentiende.
Recuerdo entonces, en el propio cine Acapulco, algunas ideas de feministas cubanas que admiro:
«Son señales de una violencia que se viste de posesividad, control y celos, provoca aislamiento, malestares y pérdida de la autonomía hasta convertirse, a menudo, en algo mayor y más físico» escribió Dixie Edith. «La primera vez que se decide romper el silencio es un momento crucial para las víctimas de violencia machista. Contar con orientación, contención, recibir ayuda precisa puede salvarle la vida», reflexiona Lirians Gordillo.
Helena no tiene la oportunidad de romper el ciclo. Es una denuncia de sus realizadores: resulta difícil romper el silencio, salir de vínculos opresivos. Un paso esencial sería desnaturalizar socialmente la violencia basada en género, y hacerlo con todas las herramientas y plataformas posibles. El cine es, cómo negarlo, privilegiado a la hora de narrar historias y contar ideas emancipadoras.
— El otro día estaba en el Chaplin y había una pareja mayor detrás de mí, pero perdida — comenta Betty, la profe de FCOM — . No entendían cuál era el problema de la mujer. ¿Sabes? No veían el conflicto — abre los ojos, asombrada — .
Esa tarde de jueves en que me comentaba la historia le creí. A mi lado el domingo en el cine Acapulco, un hombre resaltaba lo bonito y limpio de sus ollas, la falta de pobreza. El control y la amenaza eran superficiales para él. La violencia psicológica, al decir de especialistas, puede ser considerada un mal menor, algo sin tanta importancia y ese es uno de los peligros, que se vuelva invisible. Ahí radica una de las virtudes del corto, colocar la mirada en un hogar donde supuestamente nada ocurre y mostrarnos todos los mecanismos de poder implícitos.
Hubiera querido ver a Helena salir junto a su hijo y dar el portazo de Nora, pero ¿a dónde iría?, me pregunto. ¿Acaso tiene un lugar seguro? En cambio, abre el congelador, toma el cuchillo, lo utiliza para cortar carne, lo limpia luego y vuelve a colocarlo en su sitio. El arma del crimen no es aún el arma del crimen, pero pudiera serlo.
Para que nunca vuelvas
La mujer que baila, suda y goza, es de pronto una que corre, que es violentada por su pareja, por su vecinos, por su familia. La salida no está más que en sus piernas: corre, corre por toda la Habana en una sucesión de rincones sucios y tristes; una continuidad de ojos que acusan. Es alguna mañana de un año pandémico, se escucha los partes epidemiólogos, e inicia así un día de búsqueda de Yolanda por su hijo y de una libertad que corre más rápido, que se escurre. La mujer salvaje dirigida por Alan González, coescrita junto a Nuri Duarte, narra la realidad habanera que no aparece en las telenovelas, ni es la imagen que se muestra al hablar de las mujeres cubanas, de nuestras conquistas. El filme muestra escenas en barrios considerados periféricos y colocados al margen como Marianao y La Lisa (no solo los muestra, son casi protagonistas); expone la vida de una mujer que es madre, se equivoca, sufre y lo intenta otra vez; una mujer que se pierde en los rincones y recovecos de la ciudad, de esas comunidades que llamamos vulnerables desde la comodidad del privilegio.
La Mujer Salvaje (Cuba, 2023) fue premio del Fondo Noruego para el Cine Cubano para proyectos del año 2017, ganadora de la segunda convocatoria del Fondo de Fomento del Cine Cubano (FFCC) y se estrenó en el Festival Internacional de Cine de Toronto; continuó su recorrido exitoso al recibir tres premios en la 33ª edición del Festival de Cine Ceará: mejor película, mejor actuación principal y mejor sonido. Esta tarde de domingo 10 de diciembre se presenta en el cine Acapulco.
Lola Amores pone rostro y cuerpo a Yolanda, una mujer que no pertenece a los romances o eternidad, sino de un ahora permanente y a la par fugaz. No hay futuro escrito, es todo incierto y en la incertidumbre quedamos con el cierre del filme: ¿a dónde irán ahora que están juntos otra vez? Yolanda, la mujer, la que desea, la que es cosificada, juzgada y condenada, también tiene derecho al miedo, a la dudas y a la par. a mostrar toda su fuerza, esa que asemeja a la que viene de la naturaleza, a los huracanes que se mueven, casi nunca linealmente, y arrasan… Es Lola Amores una actriz esencial para conseguir ese objetivo: vulnerabilidad y fortaleza, miedo y determinación, dolor y alegría, odio y amor. Son dos en una las que muestra la pantalla. Esa es la gran victoria, conseguir que por varias horas sea Yolanda quien, primero casi pidiendo permiso, sea quien tome el rostro y cuerpo de Lola Flores para narrar su historia.
«De hecho, las mujeres están colocadas casi siempre en condiciones de desigualdad y sometimiento, además en constante inseguridad. (…) La sociedad considera natural esta violencia, culpabiliza a niñas y mujeres, las señala como víctimas propiciatorias de los delitos en su contra y exonera a los hombres; en ocasiones se frivoliza y es parte de humor cultivado socialmente y de los chistes», escribe Marcela Lagarde. La violencia que experimenta Yolanda no está relacionada con crímenes pasionales o un hecho casual o aislado, sino con el machismo y el patriarcado, tan naturalizados, que la gente le juzga a ella, la condena a ella, la culpa a ella, por un crimen cometido por su pareja. La responsabilidad es colocada en sus deseos, en lugar de en el hombre que empuñó el machete. El video viral que durante el largometraje se veía rodar de celular en celular la coloca en el centro de un debate injusto, ella queda como la mala madre, del agresor nadie habla, apenas se menciona, quizás apenas para justificar que su compartamiento es una muestra de amor. Como si el amor pudiera conjugarse con la violencia. Es el personaje de Ulises quien intenta no condenarla, de decirle «no es tu culpa»
«Las mujeres son educadas a soportar la violencia como un destino y a no responder con violencia, ni siquiera a defenderse», prosigue Marcela Lagarde y de los Ríos en el informe «¿A qué llamamos feminicidio?». A Yolanda parece no quedarle otra opción que huir. Otro logro de la película radica en no mostrar las múltiples violencias que enfrenta la protagonista como un hecho indivual o aislado, sino estructural a la sociedad, imbricado en la vida cotidiana de las personas quue son atravesadas por varias opresiones debido a suidentidad de género, clases social, ubicación geográfica, color de piel, orientación sexual… Expone, además, la soledad. Nadie va a poner en orden su vida para que Yolanda un día vuelva y todo esté en orden. Nadie parece brindarle una ayuda que le saque de la espiral de violencia, ni ayuda familia, ni institucional. Nadie se interesa en entender su situación más allá de juzgarle y cuestionarle.
A este lado de la pantalla continúan los ojos acusadores. Hay una parte del público inquieto:
— ¿Qué madre en la Habana deja solo a su hijo?
— ¡Aquí nadie vive así!
Yolanda, mientras tanto, abraza a su hijo y continúa caminando… La cámara se difumina. La Habana, todavía más diversa, continúa respirando salvajemente.