Claudia Ledesma Hernández


Arte en movimiento por todo Pinar

Por Sandino, el municipio más occidental de Cuba, comenzó la gira Arte en Movimiento, iniciativa de la filial pinareña de la Asociación Hermanos Saíz, motivada por la celebración este año del Cuarto Congreso de la organización. 

Música, poesía y teatro se complementaron en la primera de una decena de presentaciones previstas hasta la fecha en diferentes territorios de la provincia. El grupo de rock Albatross, La Compinchera, el dúo Fábula y Paso a Paso formaron parte del elenco, además del conjunto teatral Juglar del Cisne, la escritora Linda Gilsa Blanco y el bailarín Josué Calzada.

“Esperamos que este sea un espacio de intercambio entre las diferentes manifestaciones artísticas y también un espacio para descubrir nuevos públicos, que conozcan de lo que hace la Asociación, porque hay municipios a los que estaremos llegando por primera vez, declaró Yusley Izquierdo Sierra, presidente de la AHS en Pinar del Río.

El también realizador radial precisó además que la próxima parada de Arte en Movimiento será en Mantua el domingo 4 de junio, en tanto, la gira debe finalizar el 17 del propio mes en Minas de Matahambre, luego de haber recorrido el resto de los municipios de la provincia.

“La jornada de verano que estamos proyectando también estará dedicada al cuarto congreso de la organización”, adelantó Izquierdo Sierra, quien resaltó además que la vanguardia artística y literaria de Vueltabajo tendrá su asamblea previa a esa cita el venidero 20 de junio.

“Estaremos repasando el quehacer de la organización en Pinar del Río durante los últimos cinco años y además serán electos los integrantes de la presidencia y el ejecutivo provincial, así como los delegados al congreso”, explicó.

El cónclave tendrá lugar del 16 al 18 de octubre de 2023 bajo el lema “Únete al reto” y dedicado a los 60 años del Pabellón Cuba y al aniversario 170 del natalicio de José Martí. 



Pinar Rock: fuerza nueva para el metal cubano

Luego del receso impuesto por la pandemia de la COVID 19 y por el complejo contexto económico cubano, regresó a la cartelera cultural el festival Pinar Rock, uno de los más longevos de su tipo en el país.

Auspiciado por la Asociación Hermanos Saíz en Pinar del Río, de conjunto con varias instituciones, la edición 27 de la cita metalera reunió a las noveles bandas Lugus, Black Bullet e Histéresis con otras más experimentadas como Congregation, Combat Noise, y la anfitriona Albatross.

“Preparamos un festival de rock con bandas cubanas y se demostró que en Cuba se hace metal de calidad. Hay una escena nacional, que tal vez no es como la queremos, pero que está ahí y tiene lo suficiente para llevar adelante este tipo de eventos”, comentó el bajista y voz líder de Albatross, Misael Hidalgo Cala, uno de los organizadores de la cita.

foto januar valdés

Dos noches de presentaciones en la Casa de las Promociones Musicales “La Sitiera”, confirmaron la existencia de un público seguidor del género, “impresionante por su nivel de entusiasmo y energía”, según coincidieron los músicos participantes.

No obstante, Fabio R. Castillo, director de Lugus, explicó al programa radial “Hecho en Casa”, que la escena rockera actual carece de diversidad y está limitada por fenómenos como la migración y las dificultades económicas del país.

“Hay una cosa que es cierta y es que el metal no es para todo el mundo, es para las personas que lo sienten de verdad. Nosotros sabemos que el metal extremo va dirigido a un público específico y las concesiones que llevaría ampliarnos hacia un público distinto probablemente atenten contra la misma esencia de este estilo nuestro”, argumentó.

Al respecto, Carlos Labrada, también integrante de Lugus, agregó: “Nuestro sonido está mucho más influenciado por bandas extranjeras pero eso no significa que en un futuro desestimemos raíces del jazz, la música afrocuabana, etc., siempre y cuando quepan dentro de lo que queremos hacer que es un metal progresivo un poco más virtuoso, más musical, pero sin perder la esencia del metal extremo”.

foto januar valdés

Un rock cubano

Precisamente, la creación de un sello musical propio es una meta común entre estos jóvenes músicos, que insisten en mostrar su cubanía más allá de lo obvio.

“Para hacer rock y que sea nacional, rock cubano, no tiene que ser una banda estándar con batá y con percusión. Las bandas que lo han hecho como Tendencia y Síntesis, lo han hecho espectacularmente bien, pero adueñarse del género no implica necesariamente eso”, consideró Jorge Antonio Fernández, director de Histéresis.

“Por ejemplo, si el jazz ha trascendido más en Cuba es precisamente porque en su momento Chano Pozo, Irakere y otros supieron apropiarse y adueñarse de ese género. Creo que una cosa similar tiene que suceder con el rock y de alguna manera ha pasado, lo que está el tema de los estigmas, tanto institucionales como a nivel popular, que ha dificultado mucho más ese proceso”, puntualizó el también tecladista de la banda.

Por su parte, Adrián Monroy, integrante de Black Bullet, comentó que “las letras de Black Bullet tienen el vocabulario del cubano popular de toda la vida, quizás instrumentalmente no, pero los temas y el mensaje que queremos transmitir sí reflejan esa cubanía”.

foto januar valdés

Aunque muchos conocedores concuerdan al afirmar que los actuales no son los mejores momentos de la escena rockera cubana, el festival Pinar Rock, en su más reciente edición, acentuó la existencia de una nueva hornada de músicos cultores del género y también de un público ávido de este tipo de propuestas.

Independientemente de los diversos factores que hoy atentan contra una mayor difusión y desarrollo del movimiento del rock cubano, hay una fuerza nueva que encuentra amparo en la Asociación Hermanos Saíz, la cual organiza eventos similares al Pinar Rock también en otras provincias del país.  

Al decir de Adrián Monroy, “el hecho de que exista una institución que haga festivales de metal anualmente, ya dice mucho. El crecimiento, el apoyo de la AHS con cualquier rama artística no es cosa común, la AHS se preocupa mucho por la expansión cultural en todas las esferas”.



Encuentro con los hermanos Saíz, en primera persona

Cuando en 2016, Esther Montes de Oca viajaba hacia la eternidad, algo más que su presencia se escapaba de la vivienda que habitó hasta el final de sus días. Entonces, también marchaba la principal impulsora de la casa museo en que se convirtió el hogar.

Desde 1982, el matrimonio Saíz Montes de Oca había donado el inmueble al Estado cubano con el fin de acondicionar allí una institución que preservara la memoria de sus hijos, Luis y Sergio Saíz Montes de Oca, cuya historia ya había superado las fronteras del pueblo natal para darse a conocer en toda Cuba.

Los hermanos, activos integrantes del Movimiento 26 de Julio y poseedores de una obra literaria admirable, fueron asesinados por su accionar político en tiempos de la dictadura batistiana, cuando solo contaban 19 y 17 años de edad, respectivamente.

A los padres tocó el inmenso dolor de sobrevivir a sus hijos y en honor a ellos, tuvieron el coraje de hacer pública la intimidad del hogar, los recuerdos familiares, su vida misma… 

Fotos Januar Valdés Barrios.

Los cimientos

Ubicada en una céntrica calle de San Juan y Martínez, Pinar del Río, la casa fue construida en el año 1948 y habitada desde esa fecha por la familia Saíz Montes de Oca: el doctor Luis Rodolfo Saíz Delgado, juez municipal del pueblo; su esposa, Esther Montes de Oca Domínguez, maestra de instrucción primaria, y sus dos únicos hijos Luis y Sergio.

El inmueble fue testigo del quehacer revolucionario de los muchachos, incluso sirvió de lugar de reuniones con otros jóvenes que compartían sus mismos ideales; también allí ocurrieron las honras funerarias, luego del crimen del 13 de agosto de 1957.

Cuando el inmueble se convirtió oficialmente en casa-museo, ya había recibido miles de visitantes, interesados en conocer de cerca la historia de los jóvenes mártires. Así consta en libros habilitados por el doctor Saíz, según publica el sitio web del Centro Provincial de Patrimonio Cultural, en Pinar del Río.

En 1996, la construcción fue declarada Monumento Nacional y en fechas recientes, recibió un detallado proceso de restauración.  

Puntales

La Casa Museo Hermanos Saíz Montes de Oca figuraba entre los monumentos amenazados por su situación constructiva en la provincia de Pinar del Río. El reclamo de la Asociación Hermanos Saíz en el territorio, así como la voluntad de autoridades del Partido y el Gobierno posibilitaron el remozamiento del lugar.

“Se trató de una restauración de todos los valores de la casa museo, además de la labor constructiva se hizo un trabajo exhaustivo con el patrimonio documental”, explica Robert Michel Dávila, director del Centro Provincial de Patrimonio, institución participante en el proceso, junto al Fondo Cubano de Bienes Culturales.

En el orden constructivo destacan la reposición de toda la cubierta ligera y la carpintería dañada, así como la rehabilitación de redes hidráulicas y sanitarias. En tanto, la restauración incluyó más de 600 piezas, entre bienes muebles y patrimonio documental.

Manuel Virgilio Valdés, especialista en restauración, cuenta que “se trabajó, por ejemplo, en la restauración de los decorados de paisajes chinos en los muebles del cuarto, que habían sido mandados a hacer por la propia Esther y que habían quedado ocultos por manos inexpertas; también trabajamos en fotos, objetos usados por los muchachos y en la restauración del cuarto de Esther”.

Al decir de Yasser Hernández, quien estuvo a cargo de la reposición de la carpintería deteriorada, “fue bastante emotivo trabajar en la casa, sentir la presión esa de tanta historia acumulada alrededor tuyo”.

Fotos Januar Valdés Barrios.

El interior

Un anhelo siempre tuvo Esther: preservar la casa, tal y como la dejaron sus hijos el día que fueron asesinados. Sin descuidar ese deseo, la institución cuenta hoy con un nuevo guion museográfico.

“Se respeta siempre la disposición de los objetos en la casa, como los conservara Esther por más de 60 años”, asegura la museóloga Yuliet Osorio Díaz, quien resalta además que mantuvieron los colores originales del inmueble e incluyeron nuevos elementos de pared.

“Ahora también contamos con piezas que antes conservara la Universidad de Pinar del Río, como las camisas ensangrentadas que llevaban los muchachos el día que fueron asesinados, camisas que se muestran en la saleta de la casa, donde se efectuaron los funerales de estos dos jóvenes revolucionarios”, explica.

Con el nuevo montaje museográfico, el encuentro del visitante no es solo con la historia de los hermanos Saíz, sino también con la de sus padres, figuras determinantes en la formación y el actuar de aquellos.

“Abre al público el despacho del juez Luis Rodolfo Saíz Delgado, padre de los mártires, habitación que antes no se concebía en las visitas. Por su parte, la habitación matrimonial está dedicada a resaltar la figura de Esther y el comedor de la casa es otra de las salas que en el nuevo montaje se abre al público donde se muestran imágenes de visitas distinguidas que han sido recibidas en la casa”, detalló Osorio Díaz.

Fotos Januar Valdés Barrios.

La trascendencia

Recorrer las habitaciones de la Casa Museo Hermanos Saíz Montes de Oca es remontarse a la época en que los jóvenes vivieron, pero sobre todo entender su obra revolucionaria y literaria. Las prendas que usaron, los objetos familiares, los libros que leyeron… todo forma parte de un ambiente de reflexión que nos lleva a conocerlos en primera persona.

A juicio de la escritora y crítico de arte, Yanetsy Ariste, “es un lugar para descubrirlos, para saber cómo pensaban y por qué murieron, es el lugar para acercarnos a sus muchos apuntes en los libros que leían, para leerlos también, para admirar sus bocetos, sus instrumentos musicales, el busto de Martí en la mesita en noche entre sus camas.

“Yo siempre tengo la percepción de que eran niños, aunque en realidad tenían un pensamiento más objetivo y maduro que muchos jóvenes de nuestra edad. Cómo no admirarlos, cómo no quererlos, cómo no sentirnos orgullosos de llevar su nombre, bajo su ímpetu y su romanticismo revolucionario”, reflexiona la también vicepresidenta de la Asociación Hermanos Saíz en Pinar del Río.

“Así como subimos al Pico Turquino cada año, asociados de todo el país deberían pactar también una visita obligada a la cuna de los hermanos, al menos una vez en su vida dentro de la organización”, enfatiza la joven creadora.

Recientemente, la Casa Museo Hermanos Saíz mereció una mención en el Premio de Restauración 2023 así como sendos reconocimientos de la Unión de Historiadores de Cuba y del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural.

Allí, en el municipio pinareño de San Juan y Martínez, está la casa con sus puertas abiertas al visitante y la historia viva en su interior.



Concluye novena edición de La Vuelta Abajo

Con la divulgación de las obras premiadas en sesión virtual, concluyó la novena edición del Encuentro y Concurso de Jóvenes Radialistas «La Vuelta Abajo», auspiciado por la Dirección Provincial de Radio y la filial de la Asociación Hermanos Saíz en Pinar del Río. 

En esta oportunidad, el jurado otorgó dos premios únicos a las producciones «Juventud creadora e inconforme», reportaje del realizador pinareño Osbel Benítez Polo, de Radio Guamá; y «Rubén Blades, el poeta de la salsa», podcast de los periodistas Darío Alejandro Escobar y Lis Alfonso Bergantiño, de la Revista Cultural El Caimán Barbudo.

Igualmente, mereció una mención la entrevista «Gerardo, el padre detrás del héroe», también de Benítez Polo.

Yusley Izquierdo Sierra, presidente del comité organizador del encuentro, mostró satisfacción por la calidad del evento teórico que acompañó, desde el escenario virtual, al concurso de programas. Sin embargo, explicó que para ediciones futuras sigue constituyendo un desafío lograr mayor participación de los jóvenes radialistas, en lo cual influye la divulgación de la convocatoria así como el interés de los propios realizadores y el de sus emisoras.

El también vicepresidente de la Asociación Hermanos Saiz en Pinar del Río anunció las particularidades de la décima edición de La Vuelta Abajo, prevista para los días comprendidos entre el 8 y el 12 de noviembre de 2022 y dedicada al centenario de la Radio Cubana.

En el encuentro venidero, tendrá lugar el taller «La Radio: influencia social y construcción cultural desde la comunidad», al cual están invitados artistas, periodistas e investigadores de todo el país, sin límite de edad.

Por su parte, en el concurso de programas se podrá participar con una obra en las categorías habituales: Propaganda Directa (Cualquiera de sus formas); Géneros informativos (Cualquiera de los géneros) y Programas para jóvenes (Variados o Musicales).

El jurado otorgará un premio único en cada uno de los apartados así como tantas menciones como estime. Además, se premiarán las individualidades: Dirección, Guion, Locución, Asesoría, Grabación y Edición y Realización de Sonido en Control Maestro. En este caso, solo entrarán en competencia realizadores de hasta 35 años.

Finalmente, Izquierdo Sierra declaró que el Comité Organizador aspira a que La Vuelta Abajo «no muera con la entrega de los premios sino que los jóvenes realizadores del país continúen articulados para el debate y el intercambio de ideas».



«La Asociación nuestra yo la venero»

Nuestra. Así siente la Asociación Hermanos Saíz quien hace un buen tiempo sobrepasó los 35 años de edad, pero mantiene vivos los recuerdos de aquellos momentos fundacionales de los que fue protagonista. Luis Alberto Figueroa Pagés, o simplemente el profesor Figueroa, confiesa haber vivido desde el año 1974 alrededor de lo que fuera la Brigada Hermanos Saíz, una de las semillas de las que germinó, en 1986, la actual organización de los jóvenes escritores y artistas cubanos.

Poeta, escritor, historiador, pintor, profesor universitario… Figueroa siempre ha estado cerca de las nuevas generaciones de creadores y a ellos ha dedicado el estudio profundo de la vida y obra de los Hermanos Saíz Montes de Oca, los artistas mártires en cuyo espíritu se inspira la AHS. 

Como parte de las celebraciones por el aniversario 35 de la organización, el artista y pedagogo pinareño recibió el Premio Maestro de Juventudes, galardón que recompensa toda una vida consagrada —desde la creación y la enseñanza— al desarrollo cultural de su tierra.

“Es un reconocimiento muy bienvenido por mi parte, no lo esperaba ya en este momento, pero me ha llegado en un lugar y en una historia muy consecuente y yo lo acepto extraordinariamente bien. Es algo que me hace sentir, al fin, al nivel de lo que realmente yo le he dedicado tanto tiempo, porque la Asociación nuestra yo la venero, siempre la he querido; fui fundador de su raíz, la Brigada Hermanos Saíz. Para mí es un agradecimiento muy grande a mi persona, a mi trabajo y es también una significación extraordinaria. He sabido que ese galardón solamente lo ostentan otras tres personalidades de la cultura pinareña, tres personalidades que yo también he amado mucho tiempo: Nersys Felipe, Pedro Pablo Oliva y Esther, esa gran madre de Sergio y Luis Saíz Montes de Oca. Ahora soy yo el cuarto en la lista, para mí eso es algo extraordinario”.

Recientemente le escuché decir que usted se considera ante todo un pedagogo de la cultura. ¿Por qué?

“Imagínate, en el año 1966 me vinculo al movimiento cultural al salir de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, específicamente al movimiento de talleres literarios que habían conformado figuras importantísimas de la cultura pinareña como lo eran Aldo Martínez Malo, José Alberto Lezcano, entre otros. Ya en el año 1971 yo empecé a dar clases, pues me había preparado como Instructor de Arte en la especialidad de Historia del Arte, son ya cincuenta años desde entonces. Siempre he vivido absorto de la docencia, cuando no es en un taller literario es en un cineclub, cuando no es en una actividad comunitaria en una zona rural, es en un centro de trabajo o en las aulas de nuestra universidad que tiene el nombre de Sergio y Luis Saíz Montes de Oca”.

¿Qué circunstancias le acercaron a la obra y el pensamiento de los Hermanos Saíz?

“La primera de todas fue haberme vinculado a ese movimiento cultural y empezar a trabajar en la dirección de cultura como asesor literario. Desde finales de los años 60 ya venía floreciendo una idea entre Lezcano, Aldo, Luis González, yo, los Martínez Malo… de crear aquellos homenajes a los Hermanos Saíz que comenzamos en San Juan y Martínez. Recuerdo que en el año 1970 hicimos el primero, en medio de la “zafra de los diez millones”, entonces éramos un grupo pequeño de gente, ya en el 71 fue un evento extraordinario y en el 72 se convirtió en un evento de carácter nacional. Allí se nos apareció incluso un grupo de muchachos de otros países. Luego hay un impulso que me da un amigo, Reinaldo López Medina, que era muy amante de la historia.

“Él me ayudó a conformar el primer libro de la vida de los Hermanos Saíz, que lo hicimos un colectivo de autores que trabajamos mucho consultando manuscritos, estudiando… Por ahí arrancó todo, de ahí ha seguido todo: buscando, investigando, leyendo, escribiendo, promoviendo porque realmente Luis y Sergio Saíz Montes de Oca no eran conocidos en todo el país”.

A propósito, ¿considera que actualmente la obra y el pensamiento de los Hermanos Saíz son suficientemente estudiados y divulgados en el país?

“No, no lo creo. El esfuerzo que hemos hecho es inmenso, no hablo solo del mío sino del de mucha gente, sobre todo en Pinar del Río, que sí cuenta ya con un sedimento cultural alrededor de Sergio y Luis Saíz Montes de Oca. Creo que no se ha estudiado mucho su pensamiento, se conoce más el hecho martirológico de Luis y Sergio que su propio pensamiento. Hoy en día creo que sí es algo valioso que la propia Asociación Hermanos Saíz está involucrándose más en la historia de estos dos jóvenes y creo que los van a reconocer mucho más y se van a identificar mucho más con la personalidad de estos dos jóvenes”.

Como resultado de su estudio de la vida y obra de los Hermanos Saíz, publicó hace algunos años el texto Cuerpos que yacen dormidos y, recientemente, fue presentado en La Habana Juventudes. ¿Este nuevo título es una continuidad del anterior?

“Hay parte de Cuerpos que yacen dormidos. Todos los documentos políticos, escritos por Luis y Sergio Saíz Montes de Oca están compilados en ese ejemplar. Le hemos agregado algunos otros documentos, más pequeños, menos significativos pero importantes en el orden político de estos hermanos. Y le agregamos algo que es interesantísimo y que a mí me ha costado mucho trabajo, que es buscar dentro de todos los libros que todavía están vigentes en la biblioteca nuestra de la Universidad de Pinar del Río y en la propia Casa Museo de Luis y Sergio, aquellos textos que ellos manosearon, que ellos acotaron, que ellos escribieron. Hay notas ahí interesantísimas, de una literatura muy de vanguardia de la época de ellos y creo que el libro va a ser muy significativo para la Asociación porque es un puente que se está tendiendo con la obra de estos dos jóvenes. El prólogo es de Abel Prieto Jiménez y sale publicado por la editorial Sed de belleza”.

¿En qué otros proyectos se ha enrolado en los últimos tiempos como estudioso de la obra de los Hermanos Saíz?

“Estoy encaprichado en varias cosas: estoy ampliando el libro de Cuerpos que yacen dormidos, agregándole algunos documentos y resultados de las nuevas investigaciones que hemos hecho; estoy terminando un libro que le quiero llamar Las primeras iniciales, sobre la fundación de la Brigada Hermanos Saíz en todo el país y en especial en nuestra provincia, esa fue la base para la fundación de la Asociación tiempo después; y hay un proyecto que todavía estamos estudiando: hacer la película de los Hermanos Saíz Montes de Oca, son dos personalidades que no deben escapársele al cine cubano.

Usted que ha visto la Asociación Hermanos Saíz fundarse, crecer, llegar al 35 aniversario, ¿cuáles cree que sean ahora los desafíos de la organización?

Creo que el primer desafío que tiene la organización es ser realmente una base para el desarrollo cultural de nuestro país, necesitamos mucho que los jóvenes participen en el desarrollo cultural, que cambien, que transformen el ambiente social en el que nos estamos moviendo, que participen en la vida social y política de nuestro país y la Asociación puede contribuir muchísimo con eso, partiendo incluso de los fundamentos que nos ha dado Fidel al decir que la cultura es escudo y espada de nuestro país. Creo que esa vanguardia de los jóvenes —que se está luciendo últimamente— tiene que ayudar, participar, contribuir, estar metida en el hoyo más profundo de los problemas que estamos teniendo en Cuba. El más grande desafío es ese: la participación social de la fuerza creativa de la organización.



Luces y sombras de un Salón

El Salón de Arte Joven, el más importante evento de artes visuales convocado por la Asociación Hermanos Saíz en Pinar del Río, arribó este octubre a su edición número veinte. Con la divulgación del fallo del jurado en el programa radial Hecho en Casa y la publicación de las obras ganadoras en redes sociales, quedó inaugurada la cita atípica, pues debió prescindir de la exhibición en galería de arte debido a las limitaciones impuestas por la pandemia de COVID 19.

Entre las trece piezas en concurso conquistó el premio la fotografía digital “Only Fans”, de Ernesto Naveda; en tanto, merecieron menciones “Ventisca, Capítulo II”, de José Ernesto Reyes Ortiz y “Yo tengo un sueño”, de Alejandro Piñeiro. Además, entregaron premios colaterales la revista de arte y literatura La gaveta, la filial de la UNEAC en Vueltabajo, el Consejo Provincial de las Artes Plásticas y el proyecto Arte en Espiral, liderado por el creador Arquímides Lores “Nelo”.

Asimismo, el Comité Organizador concedió la distinción Nueces al experimentado José Miguel Díaz Pérez Mayim-B como reconocimiento a su obra y su apoyo a las nuevas generaciones. Igualmente, otorgó la distinción Carlos Hernández Alcocer –entregada por vez primera– a Rigoberto Guas Ortega, creador y docente con amplia trayectoria en ambas facetas.

A la altura de sus veinte ediciones, el Salón de Arte Joven de Pinar del Río es un espacio que se repiensa y aspira a convertirse en plataforma de un arte verdaderamente de vanguardia. Lo ocurrido en la más reciente convocatoria deja ver las luces y sombras que acompañan ese propósito.

Academia vs Arte

De acuerdo con Lázaro Prieto González, jefe de la sección de artes visuales de la AHS pinareña, “el Salón de Arte Joven, desde sus inicios, se convirtió en una especie de termómetro de los jóvenes artistas visuales y no solo de los jóvenes, también los de más trayectoria miraban al Salón… como un catalizador de las propuestas más interesantes, sobre todo las enfocadas en la experimentación, la búsqueda, la osadía.

“Pero, con el paso del tiempo y a raíz de varias situaciones que se dieron en la provincia, entre ellas el cierre de la Escuela Profesional de Artes Plásticas de Pinar del Río, el Salón… empezó a tener una especie de declive o retroceso desde el punto de vista formal y conceptual”.

El también artista visual insiste en que “eso no quiere decir que no haya obras interesantes, cuyo discurso está acorde con las dinámicas más contemporáneas”.

La licenciada en Historia del Arte Liyanis Carvajal, directora de la revista de arte y literatura La Gaveta, coincide en que Vueltabajo experimenta “un poco de depresión en cuanto a la creación artística de la plástica”, resultado del vacío en la formación académica de los más jóvenes. En ese sentido, la especialista resalta que afortunadamente “los muchachos que tocan a la puerta de los grandes tótems de las artes plásticas residentes en Pinar son bien recibidos con esa experiencia, esa maravilla que poseen. Además, hay espacios como el taller pedagógico Farmacia, liderado por Juan Carlos Rodríguez y el propio Salón de Arte Joven, que también me parece una oportunidad”.

Por su parte, la crítico de arte y periodista Yanetsy Ariste, presidenta del jurado de la reciente edición, explicó que entre los creadores participantes algunos son autodidactas, mientras otros provienen de una formación académica, “lo cual expresa que muy a pesar del cierre de la Escuela Profesional de Artes Plásticas está presente una hornada de artistas jóvenes que no dejan de crear y en este caso, hacer currículo con la participación en eventos”.

Renacer, nunca morir

En los últimos años, el comité organizador del Salón de Arte Joven de Pinar del Río ha venido introduciendo novedades en la convocatoria, en busca de la necesaria renovación de la cita. Muchas iniciativas soñadas para la reciente edición quedaron pospuestas por la situación epidemiológica de la provincia.

Como máximo responsable del espacio actualmente, Prieto González es un eterno inconforme. Sin embargo, apunta que resulta alentadora la respuesta de los jóvenes artistas ante el llamado en medio de las difíciles condiciones impuestas por la pandemia.

“A pesar de que la pandemia afecta grandemente la producción y el intercambio de los jóvenes artistas, ellos han mostrado un deseo inminente de desempolvar muchas obras que están acumuladas en sus casas. Hay por quien luchar, por quien trabajar, esa es una motivación para la institución”, afirma.

A juicio de Yanetsy Ariste, “esto es muy importante, porque sin escuela de arte pensamos que no habría relevo dentro de la manifestación. No sucedió así. Pero hay que incentivar a estos jóvenes para que continúen creando, para que no se salgan de la institucionalidad, para que no se ocupen en tareas y profesiones que nada tienen que ver con la cultura en busca de la tan necesaria remuneración por su trabajo. ¿Cómo hacerlo? Con más becas de creación, con un justo premio en metálico como galardón en los certámenes.”

Por su parte, Yania Collazo, especialista del Consejo Provincial de las Artes Plásticas de Pinar del Río subraya que “los salones de forma general constituyen un fenómeno artístico que ha ido evolucionando en el tiempo, pero más allá de que algunos los consideren más o menos necesarios, más allá de que impliquen ciertos cambios, representan siempre un espacio de promoción indispensable. Aun cuando una edición resulte más gloriosa que otra, este es siempre un espacio fundamental para tener la visión de lo que están haciendo los artistas, para propiciar el diálogo entre los creadores y la institución”.

Si bien ratifica que el escenario académico no favorece la aparición de jóvenes creadores, Collazo –también integrante del jurado– insiste en que se trata de un espacio que ha ganado desde la organización: “Se ha convertido en un salón de adquisición, o sea, ha ido ganando una colección para el futuro; también el hecho de que se hayan instituido las distinciones Nueces y Alcocer es una muestra de que el Salón sigue profundizando y buscando nexos entre los jóvenes creadores y esas fuentes nutricias o de inspiración que son los artistas de más experiencia”.

“Entonces esta es una cita que, más allá de las circunstancias extra artísticas que puedan propiciarla o atentar contra ella, lucha por sostenerse e incitar a la creación”, concluyó.

Además de la ausencia de la academia, Vueltabajo carece de una abundante programación cultural en materia de artes plásticas. Defender un espacio como el Salón de Arte Joven deviene en compromiso impostergable de la filial pinareña de la AHS con los amantes de las artes visuales en la provincia y sobre todo con sus exponentes. Habrá que obligarlo a mutar, depurarlo, hacerlo renacer… pero, nunca dejarlo morir.



Palabras que trajo el Río

Río de palabras inunda las redes sociales con videos y audiocuentos.

 

Por estos días, en Pinar, el río es de palabras; lo asegura el nombre del Festival Internacional de Narración Oral Escénica que aconteció hasta este 7 de julio, fundamentalmente en el escenario virtual.

“Río de palabras” inunda las redes sociales (Facebook, Instagram, Telegram, WhatsApp) con videos y audiocuentos protagonizados por narradores de casi todas las provincias del país y de varias naciones latinoamericanas. El programa del evento incluye también talleres sobre dramaturgia en la oralidad, impartidos por la invitada de honor Elvia Pérez Nápoles.

A propósito del suceso cultural, el Portal del Arte Joven Cubano conversó con la joven narradora oral pinareña Yune Martínez, quien encuentra en la reacción del público una fuente de emociones.

“Recientemente trabajamos en uno de los centros vacunatorios, durante la intervención sanitaria con Abdala a trabajadores de la salud y ver cómo el público se pone de pie, interviene en el cuento, ríe y aplaude con nosotros, me emociona muchísimo. Antes de la pandemia, me encantaba llegar a una comunidad y ver cómo la familia se suma a los niños, cómo se llenan las plazas, los parques, los teatros donde nos presentamos”.

Cuba cuenta con un significativo movimiento de narradores orales escénicos, fruto de la labor de figuras como Haydeé Arteaga, directora de una escuela de narradores orales existente en la década del 60 del siglo pasado, y Francisco Garzón Céspedes, narrador y pedagogo que renovó en su momento el antiguo arte de contar. Mayra Navarro, Elvia Pérez Nápoles, Silvia Tellería, Osvaldo Manuel, entre otros, también son nombres imprescindibles en la tradición oral de la narración en el país.

Yune Martínez comparte la narración oral con su trabajo como actriz del grupo de Teatro Rumbo, uno de los más emblemáticos de la escena en Vueltabajo.

“En Cuba existe un movimiento enorme que ni yo misma me imaginaba cuando comencé. En provincias como Holguín, Camagüey, Matanzas, Guantánamo, Villa Clara, La Habana… hay grupos de narración oral que se han mantenido muy activos, incluso en estos tiempos de pandemia con espectáculos virtuales y cuentos, no solo infantiles, sino también para adultos”, afirma nuestra entrevistada.

Yune comparte la narración oral con su trabajo como actriz del grupo de Teatro Rumbo, uno de los más emblemáticos de la escena en Vueltabajo. Así ha ocurrido por alrededor de 10 años. Ante su constancia y la pasión con la que habla del trabajo del narrador, sorprende saber que lo de contar cuentos surgió por azar del destino.

“Eso fue una suerte. Yo estaba en el Consejo Provincial de las Artes Escénicas preparando mis papeles para comenzar como actriz de Rumbo y Silvia Domínguez viene hacia mí y me dice: ¿Alguna vez has hecho cuentos? Yo la conocía sobre todo por su trabajo en el grupo Caballito Blanco, cuando yo era una niña y me puse tan nerviosa que le dije que sí; yo jamás en mi vida había hecho un cuento, soy egresada de la Escuela de Instructores de Arte y creo que la narración comenzó como asignatura del programa de estudios después de yo haberme graduado.

Me dijo: Bueno, vamos a hacerte una audición. ¿Para cuándo puedes estar lista? Para cuando usted quiera, le respondí. Quedamos dentro de solo dos días, yo preparé mis cuentos, recuerdo que en la audición también estaban Luisa Marina Pérez y Noel Gorgoy, que junto a Silvia creo que son tres figuras de los mejor de las artes escénicas pinareñas. Me aceptaron y así comencé en el grupo Arte Cuento. A los dos meses ya yo estaba en una yutong camino a mi primer Festival Internacional de Narración en Las Tunas y regresé con un premio. Estoy muy satisfecha porque descubrí un mundo maravilloso, que antes desconocía por completo”.

A Silvia Domínguez y al aniversario 60 de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba está dedicada la presente edición de Río de palabras.

Precisamente, de Silvia Domínguez viene la idea del “Río de palabras” que ahora tiene lugar en la provincia. Es la primera vez que la cita no es organizada por esa destacada narradora y promotora cultural desaparecida físicamente a finales de 2019. A ella y al aniversario 60 de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba está dedicada la presente edición.

“La idea que viene desde Silvia es maravillosa, y ahora nos toca a nosotros, los otros narradores seguir adelante con su legado, Pinar del Río necesita de ese empuje y merece convertirse en una plaza fuerte de la narración oral como otras provincias del país. Eso es todo un reto y lo primero que tenemos que hacer es unirnos, no distinguir entre narradores orales profesionales y aficionados, tenemos que unirnos todos y todo el que tenga un proyecto, llevarlo adelante con el apoyo de las instituciones. “Río de palabras” es un paso importante pero no debe quedarse ahí”.

En tiempos en que Cuba refuerza las medidas de aislamiento social ante el alza en el número de enfermos de la COVID 19, “Río de palabras” ofrece, en redes sociales y en radio bases comunitarias, una alternativa para sobrellevar la tensión del momento. En cada espectador ocasional que sonría o medite al escuchar una historia está la recompensa de narradores orales escénicos como la joven Yune Martínez, defensores de la gratitud del público como satisfacción mayor.



Otro tren llamado Deseo (+Audio)

Porque los clásicos son útiles para discursar en todas las épocas, uno de ellos inspira el próximo estreno de Teatro Rumbo. Esta vez, el experimentado conjunto vueltabajero llegará a los escenarios con Este tren se llama Deseo, texto del joven dramaturgo Irán Capote Fuente, quien mereciera el Premio Calendario 2019.

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