Elizabeth Soto


De izquierda a derecha o viceversa, se escribe una novela

De todas las veces que me he sentado a leer Boustrophilia, esta es quizás la más difícil, porque hay muchas maneras de leer, y mis lecturas han tenido variadas perspectivas. La leí primeramente como la amiga cercana que le dan la emoción de la sorpresa de un texto nuevo. Luego, la leí una y mil veces como la editora que ayudaría a componer el cuerpo dramático, la leí como diagramadora y todas estas lecturas tuvieron un diálogo, una confrontación para el ejercicio de la crítica.

No vengo a decir si el libro en cuestión es bueno o malo, partiendo de esa teoría subjetiva y permeada por ridículos referentes particulares, he venido a analizar una novela (y este término lo discutiremos más adelante) escrita por Robert Ráez, cuando no era mi amigo, así sin más preceptos.

En esta primera impresión de la reseña, hablaré del autor con respeto, llamándolo solamente por el apellido, lo que aporta merecida connotación.

Boustrophilia, está compuesta por once narraciones que poseen vasos comunicantes, en los que se incluyen personajes que viajan de una historia a otra, donde se trastoca el tempo y el narrador, omnisciente o testigo indirecto, personaje cínico a la sombra de la trama, vaga con facilidad por los diferentes modos y tiempos verbales, dejando ver desde el principio que se trata de un autor con amplia facilidad para contar.

¿Quiénes son los personajes? ¿Cuál es la manera de introducirlos? ¿Qué recursos utiliza para entrelazar estas historias? ¿Qué se entiende por Boustrophilia?

Son muchas las preguntas que surgen al enfrentarse al primer texto, sin título, como pórtico, pero donde un exordio anterior anunció que en la sucesión de hechos se escucharán charlas, (hubo un pequeño diálogo interno con Cortázar y sus más conocidos alter egos) donde la voz que narra es una mujer, y donde Ráez, un poco inexperto, deja ver a ratos un cierto descuido del lenguaje, que no caracteriza a una mujer desenfadada o irreverente, sino más bien desaprovecha un poco «la sensibilidad de un buen discurso femenino». A pesar de esto, resuelve despertar la atención, comienza a enumerar sentencias que van conformando y mezclándose con su verdadero yo: Lo difícil es saber dónde está el punto final. Y yo lo tomo como una de esas certezas absolutas de vida para seguir en mi lectura que esta vez transita por la caracterización de los personajes. Todos, excepcionalmente todos, son un guiño de la personalidad del autor.

Hay mucha verborrea pensada para resaltar el uso de un lenguaje simple, jergas, poco tecnolecto especializado porque no viene al caso, y un orden de colocación de los elementos en la oración que nos remiten al término de bustrophedon, manera de escribir trazando un renglón de izquierda a derecha y el siguiente de derecha a izquierda. Así logra Ráez jugar con mi lectura, que se ve interrumpida a ratos, por explicaciones, argumentos, existenciales, que se vinculan mientras se desarrolla otra idea, otra oración, y no me incomoda, en esta obra, es sin dudas, su estilo. Un estilo que supo mantener hasta el cierre.

Particularmente, mis asombros radican en la memoria intertextual que desarrolla el autor. Me impresiona sobremanera cómo la voz inicial desconocida, cuando se abre la primera puerta o la primera historia, termina haciendo alusión a términos que deberían ser sinónimos de «rara». Luego Ráez presenta a sus personajes mientras irrumpe como una aclaración: Celia es una tipa digna de portar el calificativo de rara. Me ubica. Si por algún momento esta filia de Ráez por su tendencia al Boustro me inhibe de algún entendimiento, advierto dos momentos de singular pasión cuando avanzo por estas líneas. Y es que hay dos sistemas de escritura que le alabo, pero para comenzar a ahondar en esta explicación debo cambiar y pasar a la siguiente fase:

Lo que escribió Robert, sin el apellido, manteniendo la connotación.

Sucede con «la cosecha de los poetas», mi cuento preferido. Y es que el problema del idioma y de cómo lo emplea tiene carácter espiritual, si lo quiere redimir, lo espanta, lo empobrece, pero con recursos que van desde la fina sátira hasta lo que puede resultar un poco irrespetuoso. Pero la literatura nos permite ser así, farsantes, insolentes, abruptos, repletos de palabras ofensivas que podrán ser gritadas sin miedo a la reacción. Robert se explaya, comenta, y no puedo decirle que tentó muchísimo al espíritu del viejo Virgilio cuando aseguró que Si muero en la bicicleta no me pongan flores, poco puedo señalar cuando al poema lo encabrita, y forma, como diríamos en la mesa de trabajo, tremendo relajito. Mientras yo esperaba ver impresa de una vez mi traducción de la poesía de Jacques Prévert, «la cosecha de los poetas» me recordaba a Jake the pervert, por otra parte, la mención constante de referentes de la literatura para detenerte a pensar o a reír como cuando por culpa de César, Santiago terminó leyendo a Yuri Lotman, estallé de risa solo de pensar en la teoría abstracta.

Estamos ante una novela que, aunque corta, tiene bien delimitados los elementos que la distinguen. La construcción de una historia narrando la manera de construir la historia es una de las ideas esenciales donde Robert se burla del narrador hipodiegético y en el que además se convierte.

Robert ha escrito un buen libro, yo lo he editado. Robert ha diseñado con merecido elogio su propio libro, yo lo he diagramado. Como ha sido de imperfecta nuestra aproximación, asimismo se han escurrido algunos errores, monosílabos sueltos, tracks demasiado apretados, palabras mal partidas, pero nos hemos perdonado todo al calor de la felicidad de ver el libro impreso. Y como escribiera el propio autor a manera de dedicatoria en la página impar: hay muchas maneras de amar, pero la nuestra es excepcional.



Ediciones La Luz alista agenda para el Celestino de Cuento

… todos los días dices que te vas a tirar de cabeza al pozo,
y nada. Nunca lo haces. Crees que me vas a tener como un loco,
dando carreras de la casa al pozo y del pozo a la casa.

 

Los fragmentos de Celestino antes del alba se pasean escurridizos, llegada esta fecha, por los pasillos de la editorial. La cita al xxiv Premio Celestino de Cuento que convoca Ediciones La Luz y la sección de Literatura de la AHS de Holguín en colaboración con la Librería Celestino del Centro Provincial del Libro será hoy 3 de febrero a las 2:00 p. m.

Las Bases del concurso, fecha de entrega de los originales y las dedicatorias a esta edición, se estarán compartiendo en vivo, desde el salón Abrirse las Constelaciones a través de nuestras redes sociales.

«Celestino alucina» es el slogan que identificará a esta campaña de promoción de uno de los certámenes literarios más importantes del país. Cuenta con la nueva estética a cargo del joven artista visual Alejandro Zaldívar y el diseñador Robert Ráez.

El Premio Celestino este año celebra además la obra de grandes narradores como Ãtalo Calvino, Sergio Pitol, Reinaldo Arenas y Roberto Bolaño.



La ingratitud de predicar

Para analizar un libro me detengo en sus pórticos. Los exordios, cuando están bien escogidos, siempre anuncian la sensibilidad del escritor, Yeilén Delgado en esta propuesta no es la excepción.

Fina García visita la antesala de este cuaderno: La dádiva de tu tiempo en ese niño pertenece a lo hundido, a la raíz, a lo que no tendrá nunca recompensa.

Así comienza este inventario de ingratitudes resumidos por la autora en los nueve textos que conforman el poemario: La ingratitud de predicar.

«La hija del poeta», «Poema no escrito», «Infiel», «Anestesia general», «Las manos», «Identidad perdida», «1:10 a. m.», «Mientras ordeno y no agonizo» y «Matriz».

La hija del poeta se desliza con sutileza en los exabruptos que se presentan en una vida después de los treinta. Conoce de cerca la separación, el síndrome del nido vacío, el miedo y el amor a una maternidad dictada por convenciones ancestrales, la muerte de sus mentores, la madurez con la que se espera que enfrente los desaciertos de la vida, pero la autora solo aprendió a conocerse en otros poemas y a que su paso por la existencia no está hecho para atravesar las realidades.

Poema no escrito es el tiempo que no tiene para el ejercicio de la escritura una mujer que escribe, la indecisión constante de dejar de ser para hacer, en este caso Yeilén Delgado sin opciones escoge orillas.

El verso libre invade al poema Infiel con un gemido triste, quiere escribir, debe escribir, pero las acciones hirsutas de una casa le roban el tiempo, el cansancio, la preocupación por los hijos. Al final, cuando resuelve el último verso, la autora se convence de que a todos les ha fallado, mas es de ella quien se ríe es la literatura: porque el poema no cree en momentos ideales y rara vez perdona la traición.

Las manos y la cicatriz como una medalla herrumbrosa son los símbolos que aparecen una y otra vez en los poemas que suceden. Para la autora en esta muestra no son importante los referentes, ni empatía con otros, está inmersa con notable intensidad en sus problemas (en el miedo de no construir lo suficiente) y llevarlos a flote es lo primordial, amando cada trozo de su esencia, de sus duelos, mostrando al mundo la otra cara de la maternidad, esas zonas o esos vacíos que los hijos no solucionan, pero en los que ella insiste en ver como acto de contrición porque no sabe, pierde el rumbo para asirse como animal hambriento de comunes lugares poéticos.

Yeilén Delgado, quien resultara ganadora con este cuaderno de la colección Analekta, en la pasada edición del certamen literario El árbol que silba y canta, fue premiada entre otros preceptos, por su transparencia y lucidez a la hora de nombrar lo que no resulta grato, con verbos certeros que hacen de la selección un vademecum amatorio donde una mujer, a pesar de todo, no se rinde.    



EL SECRETO QUE GUARDA LA CHIMENEA JUNTO A LA LUNA

Me acerqué a la escalera y un joven de bigotes entorchados, vestido de negro, me susurra:

“La función tiene un valor de diez pesos. Por favor, su brazo para ponerle un cuño. Si fuma puede escoger el cigarro de su preferencia, ¿suave o fuerte? Ahora, ponga a girar la ruleta. Usted ha escogido un número maravilloso, el 1 es un número de suerte. Acompáñeme, en breve estará disfrutando Secretos bajo la lunaâ€.

Me dirijo hacia un departamento, con una copa de vino que me ofrece otra joven, y se abre la puerta.

Comienza la función. La Chimenea, compañía de teatro que participó en el XII Festival de Teatro Joven de Holguín, se presentó en un espacio atípico, porque es un grupo que irrumpe con los cánones cuando se habla de teatro. Heidy Almarales, directora y actriz de la compañía comenta:

“La compañía surge en 2013 cuando cursaba el 2do año del ISA, en Santiago de Cuba. La fundé con Dennys Pérez, otro actor por aquel entonces del Guiñol Santiago. Ahora mismo somos un formato de tres. En el rol de actor está Yunior Vergara; en producción y comunicación María Carla Suárez, quien es además violinistaâ€.

La puesta está diseñada para un solo espectador. Esta técnica, nombrada lambe-lambe, consiste básicamente en animar pequeños objetos y personajes dentro de una espacio reducido para escasos espectadores, siendo la intimidad del espectáculo la característica imprescindible que aporta esta técnica.

“Secretos bajo la luna es un espectáculo que se tiene pensado desde hace algún tiempo, con el fin de lograr una empatía con el público joven y adulto. Debido a que la estética que nosotros trabajamos es la del títere, normalmente no está destinado a este tipo de público. Esta vez apostamos por algo mucho más íntimo para acercar al espectador a esta línea de trabajo. Lo que presentamos aquí es un work in progress, ya que este espectáculo está concebido de manera fragmentada. Son tres historias en la cual, al azar, marcado por una ruleta, es quien decide la historia que podrá disfrutarâ€.

La música incidental y los efectos de sonido dentro de la habitación hacen que me transporte hacia un lugar mágico. El cigarro que estoy fumando y el vino que bebo, me hacen disfrutar sobremanera de un espacio diferente y tremendamente acogedor.

“Esta historia está basada en un tema musical, la sonata “Claro de luna†de Beethoven, y guarda cierta relación con el cuento de Eliseo Diego «De las hermanas», donde el personaje, el señor Veranes, es asesinado por las viejitas. En mi caso yo reinterpreto la historia, estas viejas que se creen las parcas lo que logran hacer esta vez no es matarlo sino sacarle uno de los ojos a Veranes; en esta escena Veranes se encuentra en un estado de lamentación, mientras que la luna es un pretexto que se vuelve vínculo para poder hacer el ejercicio del títere en su expresión más óptima y ampliaâ€.

Cuando el público repasa la escenografía, no puede dejar de apreciar cada detalle que La Chimenea seguramente no ha pasado por alto; se trata de espacios bien pensados, de una fineza inigualable. Las nubes de algodón que aparecen a la altura de los ojos del espectador por momentos llegan a ser el focalizador de la escena creando un ambiente verdaderamente apacible.

“La estética de La Chimenea con este espectáculo habla mucho sobre las posibilidades del títere en escena, como el discurso teatral versa desde la acción y desde la imagen que puedan generar los muñecos, ya que los títeres se vuelven como la poesía plástica animada y eso nos resulta interesante, usando un lenguaje que sea un poco más universal donde cualquier persona tenga sus propias asimilacionesâ€.

Hace solo dos años que la compañía se desarrolla en Camagüey. Entre los nuevos proyectos que se proponen se encuentra El círculo, espectáculo previsto a incluirse en la programación de las artes escénicas en la Ciudad de los Tinajones. Pero tienen, además, espacios alternativos dentro de la AHS, donde regularmente pueden hacer un intercambio desde el diseño escénico, con algunos performance, happening, mientras que el títere sigue siendo el protagonista de sus propuestas.

No cabe duda que a La Chimenea le depara un largo y próspero camino, la astucia e inteligencia de esta joven dramaturga avizora grandes pasos dentro del arte de las tablas. El público que asistió salía renovado, sorprendido, por haber pasado un rato agradable pero a decir de muchos, por la polisemia que encontraron en cada detalle de la muestra. Definitivamente, es el vínculo mágico, la manera de concebir sus lunas, rodeada de los elementos esotéricos, con la añadidura del agua que exalta la obra.



Lay Verdecia, entre luces, rock and roll y boleros

La primera vez que lo vi fue luciendo sus rizos en un almanaque de Ediciones La Luz que hacía alusión a la Campaña de Promoción de la Lectura en el año 2017. Es un mulato halagador y con una amabilidad que lo distingue, un galán en pleno siglo XXI. Luego, como por azar, lo encontré en el teatro junto a la compañía de Narración Oral Palabras al Viento, y el mismo joven de cabello rizo cantaba y danzaba, dejando atrapada en su espectáculo infantil a toda la audiencia y a mi hija Luna, en aquel entonces de tres años.

Lay Verdecia tiene treinta años y es graduado de la Escuela de Instructores de Arte de Granma en la especialidad de música. Accede a esta entrevista con placer y con humildad extrema comenta:

Me inicio en la actuación desde niño, la primera experiencia que tuve fue en Media Luna, municipio de la provincia de Granma, en un grupo de teatro infantil en la Casa de la Cultura interpretando el papel de un conejo. Luego en la Escuela de Instructores de Arte, en los talleres interdisciplinarios se montaban algunas pequeñas obras donde tenía algún pequeño personaje. Cuando llego a Holguín y conozco la Compañía de Narración Oral Palabras al Viento es cuando comienzo entonces a trabajar de manera profesional.

La Compañía de Narración Oral Palabras al Viento, es un proyecto que lidera de manera exitosa Fermín López, con sede en la Casita del Cuento, justo en los bajos de la Loma de la Cruz. Han colaborado con Ediciones La Luz en diferentes proyectos sonoros, en la realización de audiolibros como Retoños de Almendros y Dice el musgo que brota de la colección Quemapalabras.

Llego a la Compañía en el año 2016 y comienzo como el trovador dentro del espectáculo musicalizando textos, haciendo algunas canciones en diferentes momentos de los espectáculos hasta que ya voy pasando algunos talleres de narración oral, el primero fue con Fermín López, otros con la maestra ya fallecida Mayra Navarro y también con directores de compañías foráneas como Claudio Ledesma, un director argentino, maestro de la narración oral. Así poco a poco me fui nutriendo hasta que ya tuve la posibilidad de contar cuentos y combinarlos con la música, una especie de fusión. Con Palabras al Viento he tenido la oportunidad de pararme en disímiles escenarios tanto dentro de la provincia como en otras partes del país, actuando en el Café del teatro Bertolt Brecht, en el teatro Heredia en Santiago de Cuba, en Guantánamo también he participado en varios festivales.

Lay, como acostumbran a decirle sus más allegados ha obtenido junto a la Compañía varios Premios de la Ciudad y esto de cierta forma ha ido aportando también a su desarrollo profesional como cantautor. Defensor innato de la canción «sentipensante» se encuentra en estos momentos en su cenit estrenando además su primer videoclip Un rock and roll entre Boleros justo en el marco de la celebración por la Semana de la Cultura Holguinera, en una tarde fría de la Ciudad de los Parques que acogió a los amigos y a la prensa en general. Jimmy Ochoa, realizador del audiovisual comenta al respecto:

A Lay le gustó un trabajo que hice con Fernando Cabreja entonces se nos dio la posibilidad que lo patrocinara la Dirección Provincial de Cultura. Fue una decisión de los dos en el proceso de producción. El concepto de realización del videoclip es moderno, yo siempre por lo menos trato de apoyarme en la cinematografía, el estilo mío de filmar es apegándome a lo cinematográfico y siempre contando historias. Las locaciones fueron en la Salida de San Andrés, una carretera que pertenece ya a la zona suburbana de la ciudad, al campo, y las del performance donde aparecen los músicos y Lay en el lobby del cine Martí, que lógicamente acondicionamos para que resultara un estudio más urbano y así lográramos contrastes con la historia que es contada en un ambiente completamente rural y campestre. El proceso de producción fue muy bonito, siempre contando con Anabel Ramírez que es mi productora, en la fotografía estuvo Rodolfo Ramírez (Fito), en la edición Arturo Vecino y en las actuaciones el debut de Camelia Prieto, una muchacha muy talentosa y contamos también con Tito Bruzón, actor de muchísima experiencia en el ámbito holguinero. Los procesos transitaron de una manera muy buena, así que esperamos que al público le guste y tenga una buena aceptación.

Este joven cantautor ha recibido diferentes premios junto a la Compañía y esto de cierta forma ha ido aportando también a su desarrollo como músico, su tenacidad a decir de otro trovador y amigo personal es una de sus principales cualidades:

Lay es uno de los trovadores más completos que he conocido. Tiene canciones para bailar, reflexionar, enamorarse, sufrir. En una presentación suya pasas por todos esos estados. Un tipo muy versátil, que mezcla varios géneros musicales y que además de cantar actúa e intercambia mucho con el público. Como persona y amigo es alguien sincero que te dice lo que siente sin rodeos, siempre dispuesto a ayudar a los demás en lo personal y a colaborar en lo profesional. Siempre activo, trabajando y elaborando nuevas ideas, nunca se detiene: cuando no está componiendo está actuando con la Compañía… o grabando, pone mucho empeño en alcanzar sus metas y posee un optimismo que le envidio muchísimo y que me ha servido bastante cuando en ocasiones me he desanimado con los obstáculos que aparecen en este mundo tan complejo como lo es el del arte.

(Tony Fuentes, trovador)

Para un hombre que sus referentes musicales más inmediatos sean Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Santiago Feliú, Carlos Varela, Gerardo Alfonso, Polito Ibáñez, Coldplay, Maroon 5, U2, The Bleatles, entre otros, se sabe de antemano que esta estética inevitablemente lo marca en sus composiciones. «Quiero pisar con mis labios las calles de tu cuerpo», «quiero la prenda de tus ojos, quiero el misterio», «quiero desnudar todos tus deseos» son sus más recientes versos que atrapan junto a una melodía que enamora. En sus canciones hay poesía, imágenes cuidadosamente trabajadas que se repiten en el subconsciente, con la facilidad y la alegría de haber encontrado la armonía precisa.

Además de conjugar los diferentes roles con éxito, Lay Verdecia es ante todo un padre, figura indispensable en su familia. Yensy Cruz, su esposa, quien es también actriz de la Compañía asegura:

El día a día de mi esposo es muy agitado, más ahora que es papá. A Lay le gusta hacer el café de las mañanas, un café fuerte y amargo para arrancar con energía. Es un padre muy cariñoso y tiene una conexión muy buena con la niña, ella lo ve y se deslumbra. Lay es una persona maravillosa, un esposo espléndido y lo más importante es que es un ser humano que ve y busca siempre las cosas positivas en los otros, es algo que admiro mucho de él. Siempre está ensayando con la banda o en la Compañía en la que hemos realizado en diferentes ocasiones y trabajando en algunos espectáculos como pareja.

Ediciones La Luz, tiene dentro de su plataforma visual y sonora, marcas que la distinguen, como es el caso del tema compuesto por el trovador Hay una luz, que ha acompañado a diversos spots y a las peñas habituales de la editorial como Entrada de emergencia y Abrirse las constelaciones. Un entrañable amigo que siempre está dispuesto a colaborar, para seguir haciendo junto al equipo creativo de la editorial actos luminosos.

 

 



Héctor Barrios y su cuaderno Bumbos encuentran un puerto

Cortesía del entrevistado La verdad es que yo llegué al revés a las huellas de este escritor. Acepto que no lo conocía, y que supe de su existencia cuando se anunció el fallo del jurado al xxii Premio Celestino de Cuento. Debía editar un fragmento del cuaderno ganador y apenas tuve en mis manos el texto quedé fascinada, me atrapó una lectura al azar:

La soledad es un árbol que produce frutos contrarios… lo terrible de la soledad es cuando es impuesta.

Héctor Leandro Barrios González es instructor de arte en la especialidad de música y licenciado en Estudios Socioculturales, un cienfueguero que como anuncia la foto de su perfil en Facebook tiene impregnado el azul del mar en sus ojos. Aceptando mi solicitud de amistad y entablando una conversación como amigos de toda la vida, me inicio a husmear en las pasiones que estremecen al autor.

Mi interés por hacer literatura creo que tiene que ver con mi relación con la lectura. Llega un momento en que esa relación que estableces con el lenguaje crea un peso, una acumulación, de tipo interna, digamos, uno llega a sentir que las palabras pesan como decía alguien: las palabras como islas, y luego esa acumulación necesita ser liberada, necesitas desprenderla de ti.

Y en este acto mismo de separación entre las palabras y un sujeto poseedor, no queda otro remedio que ser dueño, a mi juicio, de esas sensaciones de algún modo exorcizadas.

Entonces te sientas, escribes y escribes y sudas escribiendo y te cansas en el proceso, pero no puedes dejar de hacerlo.

Bumbos se titula el cuaderno que anunció la premiación hoy en la tarde, al respecto el ganador comenta:

Yo tenía escritos un par de cuentos y tenía en mi cabeza la idea de otros, la maqueta, pero no sabía cómo o por qué tenían relación. Un día voy a pescar y alguien me dijo que esas balsas en las que pesaban les decían “bumbos†y que eran insumergibles. Luego comprendí que así eran los personajes de mi libro, siempre flotando, sobreviviendo a un entorno hostil.

Barrios ha sido galardonado con el premio Girasol Sediento que auspicia la AHS de Cienfuegos, Paco Mir de narrativa, mención en el concurso Bustos Domenecq y tiene en proceso editorial el libro Las formas invisibles bajo el sello Reina del Mar Editores.

A tientas y haciendo caso a las primeras impresiones, Barrios es un escritor de narrativa con una voz de profundas sensibilidades, al saberse ganador alude:

Esta es la tercera vez que envío. La primera mandé a una dirección errónea. La segunda vez sí fue correcta, pero nada. Y ahora, esta tercera, pues… en fin. No suelo ser adulador pero me siento muy feliz de haber ganado, sobre todo porque mi cuaderno encontró un puerto, no cualquier puerto, sino Ediciones La Luz, y tengo la seguridad que nada podrá salir mal si mi libro está allá con ustedes. A veces, ahora, a solo unas pocas horas de haber recibido la noticia del premio, no llego a procesar del todo la buena nueva y me siento muy feliz y agradecido.



Lilian Sarmiento: periodismo transmedia en Ediciones La Luz

No es un secreto para nadie que desde que comenzó esta tragedia del coronavirus, Ediciones La Luz diseñó una estrategia para mantener el arte vivo. Las presentaciones de las novedades editoriales y todo el aparataje que conlleva cada realización, se transformaron para seguir visibles en Cuba y el mundo. La carga de trabajo aumentó para editores, diseñadores, correctores, para todo el equipo editorial, y en medio de todo ese ajetreo aparece Lilian de la Caridad Sarmiento, una mujer que a simple vista para el tráfico y hasta puede provocar accidentes de tránsito, se trata de una criollita en todo su esplendor, con carisma, además, incluido, que culmina en este año su carrera de Periodismo.

Llego a Ediciones La Luz en mayo de 2020 a trabajar como comunicadora, como gestora de redes por voluntad propia. Ya conocía el trabajo de la editorial, era asociada de la sección de literatura de la AHS y en varias ocasiones la visité. Fui a los talleres de narrativa que se hacían allí y estaba al tanto de las propuestas que tenían, pero me parecía que el trabajo de la editorial podría intensificarse, mejorar mucho más si tenía un apoyo comunicativo en las redes sociales, que ya existía, pero debía, a mi juicio, dedicarse a generar contenido para esas redes, más en el período de pandemia que es, cuando comienzo a involucrarme con el trabajo de La Luz más de cerca, en el que no se podían realizar los pasos habituales de la editorial de manera presencial y ese trabajo editorial, ese proceso con los libros, con su publicación, con sus presentaciones debía estar reflejado en las redes sociales. Eso fue lo que le propuse hacer a Luis Yuseff y hasta hoy estoy trabajando en esta área de la comunicación allí.

Fotografía: Sucel Legón

Lilian o Lily que ha sabido ganarse el cariño y admiración de todos en poco tiempo, se pasea entre los intelectuales de marcado renombre realizando entrevistas o streaming para los diferentes eventos que se realizan como las Romerías de Mayo, el Premio Celestino, jornadas por el Día Internacional de la Poesía o el Idioma Español, entre otros tantos, además de ser es la presentadora y moderadora de las habituales peñas literarias como Entrada de emergencia y Oda a la joven luz, forma parte del equipo de programación de actividades y como si fuera poco su trabajo está encaminado también con su proyecto de tesis.

Mi proyecto de tesis es un manual de periodismo transmedia para la casa editora ¡ahora!, el semanario provincial, pero poco a poco ha devenido en una redacción pequeña en la que convergen distintos medios y plataformas de producción periodística y de comunicación. Entonces, dentro de la transmedialidad, de las narrativas transmedia, las redes sociales, el uso de redes sociales y la creación de contenidos para este tipo de plataformas tiene un papel fundamental porque de alguna manera garantiza la interacción con el público, con las audiencias y sobre todo que esas audiencias puedan aportar nuevos contenidos, puedan producir contenidos diferentes a partir del medio que los realizadores le están proponiendo. Por esa parte, creo que es la relación más directa que tiene mi trabajo en Ediciones La Luz con mi proyecto de tesis, por supuesto, todo lo que he estado investigando sobre las narrativas transmedia y el periodismo transmedia como tendencia contemporánea de la comunicación, he tratado de involucrarlo de cierta manera en lo que hago en las redes sociales de La Luz: dirigir por ejemplo la creación de contenidos específicos para cada red social, que esos contenidos logren comprometer a los usuarios que nos siguen, que esos usuarios no solo reaccionen a las publicaciones que hacemos, sino que se sientan con la necesidad de hacer un comentario, de compartir esa publicación, de darnos su punto de vista del libro que estamos proponiendo o de las reseñas del material audiovisual que también hacemos. Trato de involucrar esos conocimientos teóricos de la transmedialidad porque además no es una tendencia que en Cuba sea muy explotada aún, pero estamos en camino a lograr otras narrativas que también comprometan a nuestros públicos y que los productos que se generen sean muchísimo más abarcadores más completos y en la visión tanto del realizador como del público al que está dirigido.

Fotografía: Sucel Legón

La personalidad que despliega esta joven estudiante, la entrega con la que ejerce su oficio, la hacen resaltar aún más y su trabajo va teniendo resultados notorios como el Premio Nacional de Crónica (categoría estudiante) Miguel Ãngel de la Torre con el artículo “Bestia de cargar nostalgiasâ€. Colabora con las revistas Somos Jóvenes y El Caimán Barbudo. A propósito del periodismo y sus géneros comenta:

En temas de medios, prefiero siempre la prensa escrita para desarrollarme como periodista, aunque también disfruto hacer locución para televisión y radio, que no es lo mismo que hacer periodismo, pero van de la mano. Creo que siempre disfruto más la prensa escrita como medio no y como género periodístico. Me gustan mucho las entrevistas y los reportajes, son los géneros que prefiero y los que he explotado más.

Al ser egresada del Curso XXI de Técnicas Narrativas del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso, Lilian forma parte de la antología Decamerónicos, una suerte de Analekta que compilara Liset Prego con otras voces de la narrativa joven holguinera. 

Llegada las cinco de la tarde, con la misma sonrisa que subió las escaleras de Ediciones La Luz, Lilian desciende y se despide de cada uno de sus colegas, por lo general deja botada la sombrilla y al regresar a buscarla siente el olor a café, espera por la sexta taza del día, y es así como partimos, rumbo a la casa, soñando los días.



El perfecto sexo vs sexo chatarra o la vida es una reverenda mierda…

Tomo el libro en mis manos y me atrapa sin dudas el sugerente título. No desaprovecho las ganas de hacerme selfies y de mostrarme sensual como mismo se anuncia. Sexo chatarra. Los perfectos crímenes del corazón, aún sin estar a la venta va teniendo sinnúmeros de adeptos en la promoción que se ha gestionado en las redes. A su autora, María Liliana Celorrio, la he conocido en diferentes eventos de la editorial, no hemos hablado personalmente, pero he asistido a presentaciones y algunas palabras de admiración le he dejado caer, pero ahora me dispongo a conocerla desde lo sensorial que produce la lectura de su narrativa.

Todo lector cuando se enfrenta a un libro crea ciertas expectativas y la verdad es que me imaginé que en Sexo… las cuestiones no iban a ir de la mano de la sensibilidad, una vez más me equivoco y acepto que la literatura cuando te sorprende deja más de un sabor en el paladar, una velocidad ininterrumpida.

John Cheever, “el Chéjov de los barrios residencialesâ€, anuncia en el pórtico a manera de exordio: Recuerdo que se ha criticado la presunta vulgaridad de mi prosa. Si es vulgar, y tal vez lo sea, se trata de una vulgaridad honrada, incurable o congénita, próxima a mi corazón. Independientemente de que la Celorrio encontrara en el escritor estadounidense su propio cerebro exquisitamente organizado, la manera en que suceden sus cuentos, los vericuetos de una preferencia, permeada por una de las más fieles féminas del psicoanálisis, encuentro en sus definiciones el lado en que me he sabido colocar: Hay dos tipos de mujeres en el mundo, unas a las que el sexo no les interesa y otras para quienes el sexo lo es todo

Además de ser un libro de recomendaciones, es un libro de estados mentales. Vale apreciar el tratamiento de los prejuicios a bocaejarro donde los focos delirantes de la narración se inclinan sutilmente al estremecimiento de una prosa elaborada por la lograda encarnación de una aprehensión poética, y persisten en líneas de marcado erotismo o no, presuntas a ser interpretadas por la construcción descriptiva de un desnudo, que hace del texto en sí, elementos análogos de difícil separación, la relación pasión-morbo-sexo como en el cuento La besadora: Andaba buscando un experto en besos. Una lengua que se metiese en su boca y le revisara las muelas, las espigas, la garganta. Alguien que respirara en su boca, que amagara y se alejara, alguien que tuviera la posibilidad de ser tan dúctil que le lanzara los labios hasta su nariz y jugueteara los labios como un duende. Quería que la mataran con un beso, que su orgasmo fuera inducido poco a poco con el encantamiento de la saliva y que llegara hasta el conducto infinito de su entrepierna, un beso en la boca conectado a su sexo.

Suponiendo que el entramado provoque en el lector sus experiencias más íntimas, y la extrapolación inconsciente lo haga detenerse en un escenario lujurioso, llega entonces el desenlace de una ficción que impresiona: hace veinte años estoy sentada en esta silla de ruedas viviendo el recuerdo de un sexo refulgente.

Hay recursos amatorios y de sexo, hay de crímenes perfectos de los que no escapa nadie, hay un oficio acertado, madurez verbal, conocimiento corpóreo. Hay ganas de amar la belleza por encima de todo. La invitación más famosa de la historia está hecha. Usted decide si consume o no. Tal vez practique.



Náufragos, «la Isla va creciendo en mi corazón»

lunes

Llegada las cinco de la tarde aquella ciudad del oriente cubano conocida por sus parques y su peculiar vida nocturna se torna gris y desolada. Bajo las escaleras de un edificio colonial y atravieso una de sus calles más céntricas. Miro a mi alrededor y me atormenta el espacio vacío, me produce una tristeza inexplicable, me hace sentir que desando por un desierto. Hay restos de comida en una esquina, excremento de perros, cartones, papeles sucios pero sigo caminando con paso lento como quien observa desilusionada el paisaje.

No es menos cierto que me asusta una sensación de opresión constante en el pecho. Respiro. Todo debe pasar. Supongo. En una de las esquinas más concurridas solo aparece la sonrisa de Roxana, y me saluda apurada pero recuerda que le hace falta un cojín o algún elemento que figure un videojuego, me pregunta si tengo en la casa, o si algún conocido tendrá, me quedo con la mente en blanco y prometo averiguarle.

 

martes

Salgo un poco más tarde, desciendo las escaleras con velocidad, abro la puerta y veo un grupo de jóvenes cargando lámparas y planchas de PVC, uno se ríe de un pequeño robot que han conseguido. Son amigos de Roxana.

miércoles, jueves

Las calles de Holguín están reservadas en las tardes para estos mismos rostros. Se trata del equipo de Producciones Naufragio que lo integran Adrián Aguilera y Oscar Gordillo en la dirección general y de fotografía, Roxana Domínguez, Lizandra Marrero y Oniel Calzadilla en la producción artística y asistencia de producción, Arturo Vecino, Christopher Mike y Omar Ibáñez en la edición fotográfica y fotografía, así como Rafael López y Juan J. Lamorú en la producción y asistencia de sonido.

No basta con verlos en Instagram recientemente (@produccionesnaufragio), estos jóvenes están en todas partes y su trabajo ya comienza a ser reconocido y preferido por muchos.

Oscar Gordillo nos acerca sobre de qué va el proyecto:

“Producciones Naufragio es una pequeña productora audiovisual que fundamos Adrián Aguilera y yo acá en Holguín hace apenas un año, la mayoría somos egresados de la Facultad de Medios Audiovisuales y pertenecemos al Registro del Creador Audiovisual. Reunirse fue una necesidad muy importante porque este trabajo necesita mucho de un equipo de personas que hagan su parte. En la primera etapa solo éramos Adrián y yo haciendo trabajos independientes, y a partir de ahí fueron sumándose otros amigos que también sentían la necesidad de decir. La mejor forma de trabajar siempre va a ser en equipo y de mucho valor para el resultado final de cada obra. A pesar del poco tiempo que llevamos, hemos tenido lindas oportunidades, muchas personas han confiado en nosotros y la verdad ha sido un reto porque ahora mismo estamos llevando muchos trabajos con grandes responsabilidades, pero nos sentimos bien y cómodos, protegidos por cada uno de los integrantes del propio equipoâ€.

Recientemente se ha podido apreciar sobre todo por las redes sociales la frescura de la visualidad que proyectan en cada material editado, la calidad de la imagen y el minucioso trabajo de postproducción.

Gordillo comenta además:

“Llega al Havana World Music en la edición del pasado año a partir de la oportunidad que nos brinda Raulito Prieto cuando decidió buscarnos para que asumiéramos el trabajo de los tres temas con el que concursó, luego por suerte él gana en el apartado de mayores en la primera base y a partir de ahí las productoras del festival se ponen en contacto con nosotros y ya nos mandan a hacer trabajos dirigidos. Grabamos tres cápsulas que iban a ser parte de toda la campaña de publicidad  que giraba alrededor del ganador. Tuvimos la oportunidad de ir a La Habana y relacionarnos con las productoras y se quedaron encantados con nuestro trabajo.  Este año se comunicaron nuevamente con Roxana y fueron apenas tres días el tiempo que tuvimos, de mucho trabajo, porque tenían pautas y estéticas marcadas según la imagen que estaban manteniendo, que estaban llevando en la campaña del Festival, y a partir de ahí nosotros teníamos que hacer una propuesta de escenario, de set. La verdad es que estamos muy contentos y agradecidos con este trabajo.â€

A decir de sus proyectos más inmediatos comenta:

“Estamos llevando una serie de un documental sobre los deportes extremos aquí en Holguín y nos tiene bien involucrados este proyecto, y la peña Tocando Fondo de Raúl Prieto en formato televisivo. Hemos estado trabajando con otras productoras y en cada trabajo damos lo mejor porque verdaderamente de eso se trata, pero nuestras mayores pretensiones siempre serán crecer, sumar más amigos, personas que de verdad sientan la necesidad de transmitir, nuestro mayor objetivo será estar conectados con los otros, y según como sea ese vínculo será el resultado, además de tratar de hacer visible nuestro trabajo a mayor escala y que las personas logren ver en Producciones Naufragio una confianza y un producto de calidad y de factura que en estos tiempos es muy importanteâ€.

Por su parte, Adrián Aguilera expresa:

“El nombre de Naufragio lo tomamos de una canción del cantautor Manuel Leandro Sánchez. En la canción Manuel habla de un viaje físico y espiritual que comienza con el descubrimiento personal y la deconstrucción de uno mismo para partir rumbo a una isla. Esta isla debe ser soñada y construida de forma personal para luego partir de lo individual a lo colectivo. Cada persona debe ser capaz de enfrentarse a sus tempestades internas y luego pensar en los diferentes contratiempos que pueden surgir en el camino, solo de esta forma es viable el camino. Al extrapolar esta idea a la realización audiovisual, tomamos como premisa el desarrollo personal de cada miembro del equipo el cual se verá reflejado en el producto final. Nosotros apostamos por una Isla que va creciendo poco a poco, pero somos conscientes que mientras más nos acercamos a esa Isla, más esa isla se aleja de nosotros, pues la vida es un constante naufragioâ€.

Estos profesionales, en su mayoría miembros de la AHS, conjugan talento con el desenfado que caracteriza a los jóvenes y como si fuera una broma del destino, esas tardes holguineras que me persiguen al salir de la editorial se transforman cuando los percibo en los corredores, porque me hace pensar que en medio de tanta angustia, de esa manera, la Isla va creciendo en mi corazón.



Una cantidad misteriosa: Selección de poemas de Cintio Vitier (+ Audio e imágenes)

Palabras compartidas es el espacio que realiza Ediciones La Luz para las Romerías de Mayo, donde anualmente se presentan novedades de nuestro quehacer editorial.

Este año a propósito del centenario de Cintio Vitier, hemos realizado una selección de diez poemas que han sido grabados en los estudios de Radio Holguín La Nueva con una pretensión mayor: la creación de un audiolibro. El Dj productor Artemio Viguera que ha trabajado en otros proyectos junto al equipo creativo, transita con otras sonoridades donde mezcla las voces de diez poetas de la sesión de literatura de la Asociación Hermanos Saíz de Holguín en la interpretación de estos textos.

La edición y dirección del proyecto en su versión sonora estuvo a cargo del realizador Hector Ochoa y el sonidista Ãngel López, la edición y selección de los textos por Elizabeth Soto. Nuevamente Luis Yuseff nos guía para crear en ese espacio de libre pensamiento que es, sin dudas, La Luz. Esta cantidad misteriosa, estos poemas escogidos a ultranza, porque hay hambre de versos y de pasión estarán siendo compartidos en las redes sociales en la primera semana de mayo. Los siguientes son un adelanto:

«10×10 Una cantidad misteriosa. Poemas de Cintio Vitier por jóvenes escritores cubanos y DjArte»

«A la poesía» por Idania Salazar

«Este soy yo» por Andrés Cabrera