Literatura
Delfín Prats, del otro lado de la pared del sueño
Delfín Prats ha transitado en sus versos los caminos de la luz y la belleza. El poeta sabe que se asomaron mucho más allá/ellos vieron/del otro lado del horizonte/abrirse las constelaciones.
Su poesía ha marcado a más de una generación de escritores, especialmente jóvenes, que sienten cercana la obra de este autor que ha penetrado en las interioridades de la isla, la fe y la belleza de lo efímero para entregarla en su magnitud. Delfín antes del Premio Nacional de Literatura, que desde hace mucho tiempo merecía, ya era un autor necesario por la obsesión dialógica de la palabra y su calado en el corpus lírico nacional.

Han dicho que Delfín es un lugar llamado poesía, poeta mayor de Holguín al que han dedicado la 40 Semana de la Cultura Holguinera. Para orgullo de los holguineros los versos del poeta han resonado en estas jornadas en más de un espacio, como también amigos escritores han hablado acerca de su vida y su poesía. Desde la sala de presentaciones Adelaida del Mármol, en el Centro Provincial de Libro y la Literatura, los poetas y amigos Luis Yuseff, Lourdes González y Eugenio Marrón abordaron diversos momentos de la vida y obra este bardo soñador, y su viaje por los dominios del verso.
“El compromiso es que los lectores, especialmente jóvenes, continúen leyendo a Delfín, que no se agote su obra, ni sus versos”, dijo Yuseff sobre el autor de “Humanidad”. También recordó los momentos en los que la obra de Delfín ha sido homenajeada por los autores jóvenes: antes que se fundara Ediciones La Luz, sello de la Asociación Hermanos Saíz en Holguín, se publicó el plaquette Del otro lado del sueño, antología de miembros de AHS la dedicada al poeta mayor de la provincia; así como la creación de la peña “Abrirse las constelaciones”, por el escritor Gabriel Pérez, un espacio que se mantiene y da nombre al salón de presentaciones de esta casa editora, además de titular una de las colecciones que publica en este sello a escritores inéditos.

Asimismo rememoró la entrega del Premio Maestro de Juventudes, que otorga la AHS a Delfín; y la publicación en 2011 de una Analekta con textos suyos, también por La Luz.
“Los destinos de La Luz y Delfín están estrechamente ligados”, añadió Yuseff, quien comentó sobre el proceso de creación de la poesía completa El brillo de la superficie, en el año que se celebró el 50 aniversario de habérsele entregado el Premio David, así como la publicación actual de Islas Gilbert, su último poema; y la actual campaña de promoción del libro y la literatura, inspirada en el Ícaro inquieto de los versos del poeta.
Por su parte Lourdes González y Eugenio Marrón hablaron de la amistad y cercanía con Delfín. Marrón destacó cuanto aprendió de él y de la capacidad escénica de sus versos: “Delfín es un gran actor de la poesía, convierte sus poemas en puestas en escena. Además es el amigo que ha estado en momentos cruciales, con su generosidad y afecto humano. Ese es también el Delfín que celebramos hoy con Premio Nacional de Literatura”.
Como dijo el poeta e investigador Ronel González, en el prólogo del libro Temida polisemia. Estudio de la obra literaria de Delfín Prats, publicado por Ediciones Áncoras, de Isla de la Juventud, en 2016, la obra de Delfín “es la suma de las aspiraciones de un siglo que se extingue para que nazca otro, un tránsito iluminado cuya mayor gloria es haber estado cara a cara y establecido un diálogo intemporal con las esencias de la poesía”.
Diez cucharadas de miel, libro-arte desde la comunidad
El Centro Provincial del Libro y la Literatura en Holguín presentó el libro-arte Diez cucharadas de miel. Selección de cuentos infantiles, un cuaderno que reúne textos de once escritores, entre ellos varios miembros de la AHS, y que se acompaña por dibujos de igual cantidad de niños.
La selección de los cuentos, la confección y cuidado del libro, trabajado con papel manufacturado, la realizó el joven Andrés Zaldívar del Río, especialista del Centro, y contó con el auspicio de Cuadernos Papiro, Ediciones Holguín y La Luz, reconocidos sellos de la provincia.
Integran la antología infantil, con cuentos publicados e inéditos, reconocidos autores como Luis Caissés, Rubén Rodríguez, Ronel González, Emerio Medina, Kenia Leyva y Fidel Fidalgo; y los jóvenes Liset Prego, Lizue Martínez, Erian Peña Pupo, Elizabeth Soto y Norge Luis Labrada.
“La idea de crear un libro-arte infantil tiene como antecedente el lanzamiento de un concurso Dibujar la poesía hace más de un año, organizado por la propia institución. Ahí surgió entonces la iniciativa crear un libro-arte ilustrado con los dibujos de los más pequeños. Seleccionar los escritores fue fácil, porque Holguín tiene muchos autores que trabajan la literatura infantil. La selección de los cuentos se realizó a partir de que estos fueran cortos y con descripciones, fáciles de dibujar por niños de diferentes edades”, comenta Andrés Zaldívar.
A medida que los autores enviaron sus cuentos, Andrés los entregaba el niño que lo iba a dibujar, y les explicaba en qué consistía el proyecto y cuál era la idea, dependiendo de la edad y la complejidad de la historia. “Para el diseño del libro-arte me inspiré en los antiguos álbumes de fotos, con sus esquineros y con una estética que me resultaba atractiva”, asegura.
El Taller de Papel Manufacturado de Cuadernos Papiro les proporcionó el material para su confección, y además allí les ayudaron en cuestiones de diseño y con la encuadernación del libro.
Diez cucharadas de miel… es un ejemplar único y posee carácter absolutamente promocional. Contó con la edición del poeta Moisés Mayán, y trabajaron en su realización, además, las especialistas Rubenia Zaldívar, Yaneisi Caballero, Katia Reyes y Yanely Esquijarosa. Para la Feria Internacional del Libro en Holguín, añade Andrés Zaldívar, se piensa realizar una versión digital.
Galardonado Delfín Prats con el Premio Nacional de Literatura 2022
En la mañana de este jueves en el Centro Cultural Dulce María Loynaz, el jurado encargado de otorgar el Premio Nacional de Literatura 2022 dio a conocer que el galardón más importante de las letras cubanas fue conferido por unanimidad al escritor holguinero Delfín Prats.
El jurado estuvo presidido por el reconocido escritor e intelectual Abel Prieto Jiménez e integrado por el escritor Julio Travieso, Premio Nacional de Literatura 2021; el escritor y editor Rigoberto Rodríguez Entenza; el escritor y director del Observatorio Cubano del Libro, Enrique Pérez Díaz; y la investigadora y crítica literaria Cira Romero.
El Premio se entregará de manera oficial durante la 31 Feria Internacional del Libro de La Habana, a celebrarse entre el 9 y el 19 de febrero próximos.
Fundado en 1982 por el Ministerio de Cultura, el Premio Nacional de Literatura que otorga anualmente el Instituto Cubano del Libro es el galardón más importante de las letras cubanas y da testimonio del reconocimiento público a la obra de aquellos escritores que han enriquecido el legado de la cultura cubana en general y de su literatura en particular con el aporte de una obra literaria trascendente.
Natividad Alfaro Pena recibe el Premio de Edición 2022

Natividad Alfaro Pena recibe el premio de Edición 2022. Foto: Facebook de Teresa Melo.
El Premio Nacional de Edición 2022 le fue otorgado a la santiaguera Natividad Alfaro Pena, de Santiago de Cuba, quien ya ha prestigiado con numerosos reconocimientos y premios de la Crítica al universo del libro cubano y a la Editorial Oriente.
El jurado, integrado por el destacado intelectual Omar Valiño e integrado por el reconocido editor Rinaldo Acosta; la editora Lourdes González, directora de la Editorial Gente Nueva; la destacada editora Neyda Izquierdo Premio Nacional de Edición 2013; y la poetisa e investigadora Caridad Atencio, tras evaluar 16 propuestas, se decidió por Natividad:
Por su larga trayectoria profesional de casi medio siglo en la Editorial Oriente con una extensa lista de títulos de destacados autores cubanos, en particular de historiadores, muchos de ellos galardonados con Premios de la Crítica Científico-Técnica y Premios de la Crítica Histórica Ramiro Guerra. Ha hecho de su especialización en la temática historica una obra de amplia resonancia cultural.
Licenciada en Filología por la Universidad de Oriente en 1981, comenzó a trabajar en la Editorial Oriente en 1974, hace 47 años; los primeros seis como correctora de estilo y el resto como editora. Se ha especializado en la edición de libros de temática histórica.
He editado varios libros a prestigiosas figuras a quienes se ha dedicado la Feria Internacional del Libro de La Habana, entre ellos: Jorge Ibarra Cuesta, María del Carmen Barcia Zequeira, Fernando Martínez Heredia y Olga Portuondo Zúñiga, de los cuales ha recibido la felicitación por su profesionalidad y cuidadoso trabajo.
Su labor como editora de libros ha recibido el reconocimiento de sus autores, tanto nacionales como extranjeros. Entre estos últimos: Volker Mollin (Guerra pequeña, guerra olvidada), Christine Hatzky (Julio Antonio Mella: Una biografía), de Matt D. Childs (La rebelión de Aponte de 1812 en Cuba y la lucha contra la esclavitud), de Steve Cushion (Movimiento obrero revolucionario), de Manuel Hernández González (Liberalismo, masonerìa y cuestiòn nacional en Cuba. 1808- 1823). Por su sostenida labor en el campo de la edición de libros se le han otorgado Premios, Diplomas y Reconocimientos.
El Premio se entregará de manera oficial durante la 31 Feria Internacional del Libro de La Habana, a celebrarse entre el 9 y el 19 de febrero próximos.
Convocado desde 1998 por el Instituto Cubano del Libro, el galardón se otorga para reconocer la obra de connotados editores que, de forma sobresaliente, han contribuido con su talento y desempeño profesional a prestigiar el universo editorial cubano.
Premio Nuevas Voces de la Poesía 2022 para Rebeca Torres
La joven escritora holguinera Rebeca Torres Serrano recibió, en el salón “Abrirse las constelaciones” de Ediciones La Luz, sello de la Asociación Hermanos Saíz en Holguín, el 27 Premio Nacional Nuevas Voces de la Poesía, por su poemario “Corte angosto”.
El jurado, integrado por José Luis Serrano, Ghabriel Pérez y Luis Yuseff, luego de valorar cerca de 20 cuadernos presentados a concurso, decidieron otorgar por unanimidad el Premio a este texto por el dominio de los códigos del género desde una visitación moderna y la indagación en la existencia del ser social que es su autora, una mujer del siglo XXI.
Este cuaderno –subrayaron en el acta– resalta una voz traspasada por un tono incisivo, irónico y directo, que articula con efectividad los cuerpos poéticos que lo integran. Además, el jurado destacó la calidad de una buena parte de los cuadernos, entre ellos los titulados “El sol que me falta”, “Galería de rostros”, “Necesidad lógica” y “Detrás de mi cabeza”. El poemario ganador será publicado por Ediciones La Luz en su colección Analekta.
La entrega del Premio Nuevas Voces de la Poesía permitió, asimismo, reconocer la labor de promoción de Joaquín Osorio Carralero, fundador de este certamen a favor de la poesía cubana, y merecedor del Premio Nacional de Promoción de la Lectura “Raúl Ferrer”.
Organizado por la AHS en Holguín y el Centro Provincial del Libro y la Literatura, el Premio se dedicó a la obra de Silvio Rodríguez, miembro fundador del Movimiento de la Nueva Trova.

Creado en 1992 como “Concurso Nuevas Voces de la Poesía en Holguín” y coordinado durante 25 años por Joaquín Osorio, este certamen contribuye a la promoción de los autores inéditos en el panorama nacional. Desde 2018 el concurso extendió su convocatoria a todo territorio nacional, con el nombre de “Nuevas Voces de la Poesía Cubana”, incorporándose al sistema de premios que realiza la Asociación en Holguín y el país.

La AHS en Holguín convoca al Concurso Nuevas Voces de la Poesía
La sección de Literatura de la AHS y el Centro Provincial del Libro y la Literatura en Holguín, invitan a los interesados a participar en el Concurso Nacional Nuevas Voces de la Poesía 2022.
En el certamen, en el que se homenajeará la obra del reconocido cantautor Silvio Rodríguez en ocasión de su natalicio, el próximo 29 de noviembre, pueden participar con un poemario de tema libre, con una extensión entre diez y quince cuartillas, todos los autores residentes en el país, sean o no miembros de la AHS, menores de 35 años y que no tengan obra publicada.
Los trabajos serán enviados al correo electrónico: nuevasvoces2022@gmail.com, con seudónimo y los datos del autor y el modo de localización, en documento aparte, como plica.
Un jurado, integrado por prestigiosas figuras de las letras cubanas dará a conocer el fallo el día 29 del propio mes. El plazo de admisión vence el 15 de noviembre próximo. Un diploma acreditativo, una colección de libros y la publicación de la obra ganadora por el sello Ediciones La Luz, de la AHS en Holguín, en su colección Analekta, constituye el premio del Concurso.
Además otras instituciones culturales de la provincia entregarán premios colaterales el día de la premiación, que se realizará en el Salón “Abrirse las constelaciones” de Ediciones La Luz.
Fundado en 1992 como Concurso Nuevas Voces de la Poesía en Holguín y coordinado por el promotor literario Joaquín Osorio, Premio Nacional de Promoción de la Lectura Raúl Ferrer, contribuye a la promoción de poetas que aún no son visibles en el panorama literario.
Desde 2018 extendió su convocatoria al territorio nacional con el nombre de “Nuevas Voces de la Poesía Cubana”, incorporándose al sistema de premios de la AHS en el país. Lo han obtenido escritores como José Luis Serrano, Luis Yuseff, Moisés Mayán y Rubiel G. Labarta.
Rostros
Entre las tantas virtudes de un libro también está la de salvar. Y cuando hablo de salvación no lo hago solo en el sentido literal de la palabra, sino en otra forma donde salvar representa la sensación que viví hace poco. Siempre he sido un lector voraz de narrativa cubana, sobre todo de la contemporánea, esa que cuenta desde una óptica fresca y actual, que tanto se ajusta a mis preferencias como lector. Por años tuve a mano obras de disímiles autores —unos consagrados y otros no tanto— hasta que un día, por diferentes razones, empezaron a escasear, lo mismo en librerías que en mi gusto personal, sembrándome la idea —equivocada por demás— de que la cuentística nuestra vivía una etapa de sequía creativa que dejaba en un limbo mis ansias de lectura.
Esta apreciación errónea la disipó de golpe Lisbeth Lima Hechavarría (Santiago de Cuba, 1995) con el cuaderno Rostros, publicado por Primigenios en 2021. No tengo la menor duda de que solo una imaginación desmedida, una personalidad espontánea y un talento en plenitud son capaces de ovular 15 hijos que nazcan convertidos ya en cuanto se desea un día cualquiera para complacer desde la perspectiva del amor.

Se trata de 15 rostros que nos invitan (u obligan quizás) a mirarnos por dentro, porque cuando lees te descubres a ti en muchos personajes o, en el peor de los casos, se te revelan vivencias de amigos, conocidos y desconocidos también. Contar desde la perfección es una constante en toda la obra, donde escribir de lo cotidiano, de cosas a las que nadie prestaría atención si no fueran contadas estupendamente, marcan la diferencia. El amor asoma su semblante en cada una de las historias, unas veces más intencional que otras, pero igual de presente en todas.
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La lucidez del lenguaje hace creer que, más que narrar por escrito, Lima Hechavarría nos cuenta en persona, ya sea en la intimidad de la casa o sentada en un parque, estos relatos acaecidos bien al doblar de la esquina, en tu vida o la mía. El sexo y el erotismo conforman el aderezo de cada página, siendo fiel y realista en la consumación de toda relación de pareja. Se percibe que para nada fue la sexualidad la génesis de cada historia, sino a la inversa: que cada historia lleva un hilo conductor que dio paso a la excitación y de ahí al sexo. Las palabras para describir estas escenas están abrazadas a la realidad del ser humano, a lo que sentimos y conocemos, a lo que es y llamamos por su nombre. Es así que por momentos el protagonismo acaba por subyugarnos y hacernos parte de la lujuria y el estímulo carnal para, después, sutilmente, llevarnos a un final del cuento justo, preciso y muy en concordancia con la historia.
Próximo inning es el relato que da inicio a este cuaderno. Es el candidato perfecto para abrir un libro porque provoca una sonrisa cuando terminas de engullirlo y deja un aire de complacencia que incita a voltear la hoja y seguir. Es la cronología de un amor en decadencia, desgastado, que evidencia que la pareja es efectiva cuando los dos, al unísono, vivifican el deseo, que a la larga es el que sostiene una relación.
“Contar desde la perfección es una constante en toda la obra, donde escribir de lo cotidiano, de cosas a las que nadie prestaría atención si no fueran contadas estupendamente, marcan la diferencia. El amor asoma su semblante en cada una de las historias, unas veces más intencional que otras, pero igual de presente en todas”.
Cosa de tres pudiera parecer un cuento demasiado fuerte, pero no lo es si tenemos en cuenta que se mueve en un contexto liberal, que desbarata estereotipos que echaron raíces en nuestra sociedad y que hoy van acomodándose a nuevos tiempos, sin que por ello debamos ser acusados de aberrantes y desmoralizados.
Entre químicas nos muestra que entre la pasión y cruzar el límite de la cordura no hay más que un mal paso. Es este un relato sencillo, que permite olfatear en la azotea un fin no muy placentero para sus protagonistas y que asume un acabado trágico, pero acorde a la progresión narrativa.
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Pilar es la fotografía hecha con ribetes renovados al tema de la prostitución que por muchos años ha contagiado a una parte de la sociedad. De manera coloquial, amena y contundente la autora hace un guiño entre la necesidad, lo que se quiere y no se tiene y la vía más “fácil” de conseguirlo. Hay un mensaje implícito en el cuento que va más allá de la historia.
La invitación está hecha. Adéntrese por los vericuetos de 15 Rostros para que se encuentre reflejado en alguno(s) y pueda sentir la satisfacción de verse protagonizar, sin permiso de nadie, una historia que parece íntima y personal hasta que descubres que alguien la vivió (y la vive ahora mismo) en cualquier lugar.
«Escribo poesía para agregarle belleza al mundo»
Hace apenas una semana, más de una docena de medios de prensa cubanos y españoles anunciaban el título de la obra ganadora del XXXV Premio Internacional de Poesía Fundación Loewe. Reiniel Pérez Pérez, con solo 23 años y siendo aún estudiante de la carrera de Licenciatura en Lengua Inglesa, en la Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas, resultó merecedor de uno de los galardones más prestigiosos de la poesía en español por su libro «Las sílabas y el cuerpo».
Cubano y villaclareño, Reiniel incursionó en la escritura a través de talleres literarios impartidos por reconocidos literatos de la provincia. Leany Vento, Yamil Díaz Gómez y Sergio García Zamora constituyen algunos de los referentes de quien se ha convertido en el autor más joven en recibir este lauro.

En 2021, obtuvo la Beca de Creación Rolando Escardó por el proyecto de libro de elegías «Homenaje y profanaciones»; en el propio año, la Asociación Hermanos Saíz (AHS) de Villa Clara le otorgó la Beca Casa Seoane, en el género poesía, por «Tríptico del inocente».
Durante la jornada literaria dedicada a la poetisa Carilda Oliver Labra y celebrada el pasado mes de julio, en Matanzas, se alzó con el Premio Extraordinario de Poesía. Al decir del jurado, la obra «Elegía del inocente y el maldito» resultó ganadora por la emotividad y riqueza poética de sus textos, escritos desde la defensa de la elegía, tan cultivada en las letras cubanas por nombres como Nicolás Guillén, Jesús Orta Ruiz y la propia Carilda Oliver.
Solo tres meses después, el poemario «Las sílabas y el cuerpo» convirtió a Reiniel en el nuevo «descubrimiento» de la Fundación Loewe, según expresara el poeta valenciano Jaime Siles durante la ceremonia de premiación.
Vanguardia conversó en exclusiva con Reiniel Pérez Pérez, el joven santaclareño que, aunque orgulloso y satisfecho por la distinción, solo ansía la publicación de su libro y la oportunidad de ser leído por personas de todo el orbe.
—Fue ganador del premio de creación poética en español más importante a nivel internacional. ¿Al presentar su texto, lo creyó posible?
—Nunca consideré la posibilidad de obtener el Premio Loewe siendo tan joven ni, incluso, de ganarlo en algún momento de mi vida. De cierta forma, lo siento como una oportunidad para que mi libro se lea y lo pienso como una inyección de fe en la literatura que hago.
«Ganar dos premios tan prestigiosos en un mismo año resultó una sorpresa. No obstante, el galardón solo constituye una reafirmación del proceso de escritura. Con solo plasmar mis sentimientos en el papel, el libro comienza a tomar forma por sí solo».
—¿Qué temas le impulsan a escribir sus poemas?
—Escribo sobre los sentimientos de las personas, sobre temas universales con los cuales cualquier ser humano podría identificarse. El amor, el tiempo y la muerte son ineludibles para mí.
«Con la escritura uno logra acercarse al otro, a la persona que te lee; pero también alcanzas encontrarte a ti mismo y plantearte tus propios problemas. Yo escribo poesía para agregarle belleza al mundo.
«En mi caso, los poemas anteceden al libro. Escribo las poesías sin ningún tipo de organización o directriz; luego, las reúno y conformo el volumen. Nunca he forzado la escritura».
—Entre tantos poemarios, ¿por qué presentar «Las sílabas y el cuerpo» ante el jurado de la Fundación Loewe?
—«Las sílabas y el cuerpo» es un libro de poemas de amor. A través de sus páginas trato de ahondar en la relación que existe entre el lenguaje y el cuerpo, en la relación erótica del hombre con las palabras. Comencé a escribirlo en el año 2021 y supe reconocer su potencial desde el principio.
El jurado de este año, presidido por Víctor García de la Concha, y compuesto por Gioconda Belli, Antonio Colinas, Aurora Egido, Margo Glantz, Juan Antonio González Iglesias, Carme Riera, Jaime Siles, Luis Antonio de Villena y Orlando Mondragón, coincidió en que resulta «un libro de amor carnal, casi obsesivo, que ahonda en la vida sexual de las palabras y goza de la presencia de lo amoroso del cuerpo, como tema emotivo y eterno».

El también crítico literario Jaime Siles ha comentado a la prensa española que el poemario resalta «por la unidad de sus diez largos movimientos, mantenidos en tono, un tipo de verso y una temperatura de lenguaje admirables».
Para la filóloga española Aurora Egido, «Las sílabas y el cuerpo» también trascendió como una revelación lírica. «Es una encarnación de la poesía en movimiento, con imágenes poéticas en secuencia muy logradas, donde el canto y el cuento están muy bien trabados y elaborados. Es un largo y completo poema de amor, de una prosa poética brillante».
Entre 1976 participantes de 38 países y un total de 35 obras finalistas, Reiniel brilló. Me atrevo a asegurar que, además de su escritura unitaria y rítmica, su gran soltura expresiva y su voluntad de innovación también deslumbraron su personalidad, plasmada a través de los versos de sus poesías.
«Antes del poema existe el hombre. Si no mejoramos como seres humanos, nadie leerá nuestra poesía ni la utilizará para cambiar. Tengo muchos planes, muchos sueños; sin embargo, mi principal empeño es convertirme en una mejor persona».
Padre*
Debajo de mi piel los siglos no han pasado,
soy joven porque todavía no he salido de tus adentros.
Soy joven porque aún no he conquistado la superficie de mi cuerpo.
Eres el mismo Eneas llamado a fundar una ciudad sobre su derrota,
sobre el territorio extraño de la muerte,
el mismo que construyó ríos y ejércitos gemelos,
los días y las noches romanas que se turnan para acariciarme.
Padre, debajo de esta piel sigo temiendo la misma noche
donde ardieron tus naves ante Dido,
sigo temiendo el trueno y los bárbaros de confusas estaturas
que regresan en la sangre.
Sea acaso yo un ejército de tiempo,
un estandarte cíclico que nunca debiera caer en la batalla
ni ser horadado por pies ni manos.
Debajo de mi piel los siglos no han pasado,
y aún sigo esta lucha por salir de mí mismo, de ti mismo,
por desunir la raíz de la historia y la raíz del hombre,
por desunir el llanto de mi madre del llanto de tu esposa.
Pero mírame, padre, la infancia sigue siendo el exilio de la historia,
pero mírame, padre, no soy tu hijo desde hace tanto tiempo,
soy el que esperas en la muerte,
soy el fluir de una vida contra lo eterno,
el fluir de las olas contra las olas,
los legionarios de Calígula recolectando conchas al mar,
el hombre frente a la batalla de su vida,
acaso el hombre frente a la batalla de su muerte.
Pero al final seré de ti la sombra extendida de un río
y un epitafio al borde del camino,
una legión de enfermedades repetidas,
por donde has de volver derrotado por el tiempo
y por esas sombras que poco a poco
terminan por parecerse mí.
Reiniel Pérez Pérez
* Poema inédito.
El rincón literario de Yasel: Libro «Madera»
En nuestra sección de literatura les comentamos sobre el libro «Madera», del joven escritor cubano Rubiel Labarta, ganador de varios concursos literarios, incluido el Calendario, que convoca cada año la Asociación Hermanos Saíz.
Convocan al concurso literario Hermanos Loynaz
El Centro Cultural Hermanos Loynaz, con el coauspicio de la Dirección Provincial de Cultura y el Centro Provincial del Libro y la Literatura de Pinar del Río, convoca a la XXXIV edición del concurso literario Hermanos Loynaz 2022.
De acuerdo con las bases del certamen, podrán concursar todos los escritores cubanos residentes en el país, con libros inéditos, en los géneros de literatura infantil, narrativa y poesía.
Cada concursante puede presentar un texto, en cualquiera de los géneros convocados; en tanto no podrá participar el ganador de la edición anterior en los géneros que se emplazan en la convocatoria.
Los libros tendrán las siguientes características:
– Poesía: entre 30 y 50 cuartillas.
– Literatura infantil (narrativa y poesía): entre 30 y 50 cuartillas.
– Narrativa (Relato, cuento o noveleta): entre 45 y 70 cuartillas.
Los materiales se presentarán bajo el sistema de seudónimo, lema o plica y se enviarán por correo electrónico a la dirección concursohermanosloynaz@gmail.com
Añade la convocatoria que el plazo de admisión de trabajos vence el viernes primero de noviembre de 2022.
Para consultas, los interesados pueden comunicarse por la vía telefónica mediante los números 48 75 43 69, 48 75 80 36 y 48 75 05 63.
El jurado, cuyo fallo será inapelable, estará compuesto por destacados escritores cubanos.
Asimismo, los resultados se darán a conocer el 10 de diciembre de 2022, en el 120 aniversario del natalicio de Dulce María Loynaz y las premiaciones tendrán lugar en febrero de 2023, durante la Feria Internacional del Libro de La Habana.
Se premiará en metálico por cada género en el que se concursa y se entregarán cuantas menciones considere el jurado, sin retribución económica alguna y sin compromisos de publicación.
El Centro Cultural Hermanos Loynaz, de conjunto con la Dirección Provincial de Cultura y el Centro Provincial del Libro y la Literatura en Pinar del Río publicarán los libros premiados en cada género, con el pago de derecho de autor.
De igual modo, se cuenta con un jurado de admisión para desestimar las obras que no cumplan con los requerimientos tipográficos, de extensión u otros fijados en las bases; mientras, el hecho de participar en el concurso supone la aceptación incondicional de sus bases.
Nácar en los dedos de los libros
Solo hay que conocer su obra para saber cuánto esplende Lisett D. Páez Cuba. Y en este esplendor no incluyo solo el talento, sino también su humanismo, su capacidad para la fe y el asombro, su infinito abrazo a la poesía de la vida cotidiana. Lisett D. Páez Cuba (Lisy para sus amigos) es una voz que, sin duda, cantará en los oídos de los lectores para dejar en ellos el recuerdo de la música de sus palabras.

¿Cuándo decidiste que la literatura iba a ser el camino que acompañaría tus pasos? ¿Por qué elegiste la literatura como vínculo de comunicación con el otro?
Desde niña siento pasión por la escritura. A los 12 años escribí un cuaderno de versos rimados que solía leer a mi abuelo paterno. Y aunque pensé optar por Filología como carrera universitaria, matriculé Derecho por razones de fatalismo geográfico: soy una pinareña que no quiso irse a estudiar a La Habana. No obstante, el deseo de escribir siempre estuvo latente en mí, hasta que en diciembre de 2019 ingresé al Taller Baragaño, de la Casa de Cultura en Pinar del Río. A partir de entonces comenzó mi era escritural.
Escogí la escritura porque es una forma de compartir las ideas que pueblan mis sueños. Reconozco que esta es mi verdadera vocación y mi refugio. Incluso, he confesado antes que el Derecho es mi esposo, el padre de mis libros, mis artículos; el hombre con el que estoy casada, mas no el amor de mi vida. Ya he advertido en ocasiones que, por suerte, el Derecho y la Poesía tienen algo en común: el poeta intenta hacer justicia a través de sus versos.

¿Cuáles son tus principales influencias creativas?
En narrativa prefiero a García Márquez, Isabel Allende, Cortázar, Galeano y Fleur Jaeggy. En poesía, aunque crecí declamando versos de Buesa, Neruda, Sor Juana y otros poetas latinoamericanos (que eran mis preferidos en la adolescencia), con más tiempo de lecturas descubrí que mi genealogía poética la he encontrado en autores como César Vallejo, Rainer María Rilke y Wislawa Szymborska. En el caso cubano, los que más han calado en mí y me llevan a un estado hipnótico resultan ser José Martí, Dulce María Loynaz y Sergio García Zamora.
¿Qué te mueve a escribir? ¿Qué, en el mundo real, te sirve de material para alimentar la ficción?
El mundo en sí mismo. Cada proceso cotidiano es mi fuente de inspiración. Estar frente al espejo desenredándome el pelo me llevó a escribir El enredo, texto con el cual empieza el poemario premiado, a través de un símil: “Escribir poesía es como desenredar un cabello húmedo…”. Asimismo, estar esperando el ómnibus una mañana para ir a la Universidad me hizo pensar en un poema como Parada de autobús, que ofrece un paralelismo metafórico con el proceso editorial, tal cual esos libros que esperan (sentados) por la publicación que ha de llegar.
Mi profesión es otro incentivo constante para escribir. El Derecho es una fuente inagotable de temas y motivos. De la influencia jurídica y de esa confrontación entre la jurista y la escritora que soy, nacieron textos como Judicatura y Abogacía, declarando mi devoción expresa por la literatura cuando escribí: “Ya no soy la abogada litigante. Soy lectora en privación de libertad. Busco un verso inocente que me salve”.

¿Cómo definirías tu estilo?
Eso mejor lo dejo a la crítica. Soy pésima para autodefinirme. Grosso modo pudiera adelantar que en narrativa me siento surrealista y en poesía, ultra romántica. Suelo tener un tono reflexivo y en ocasiones pasional. Pienso que he sido más bien una escritora emotiva con tendencia marcada a la poesía intelectiva.
Y tu proceso creativo, ¿cómo transcurre?
La narrativa, el teatro y otros géneros (no poéticos) requieren más dedicación: sentarme en el buró de mi cuarto, estar muy concentrada, exprimir neuronas. Sin embargo, la poesía infantil y la poesía para adultos surgen más espontáneas: ideas que me invaden de repente y tengo que correr a anotarlas. A veces hasta me he levantado de madrugada con versos estructurados ya en la mente y debo escribirlos para no olvidarlos.
Una curiosidad propia es que al crear poemas generalmente empiezo por el último verso. Casi siempre es el primero que se me ocurre. Sí, empiezo los poemas al revés, de abajo hacia arriba, como si la sentencia final ya estuviera predeterminada, como si supiera de antemano a dónde quiero llegar. Y raramente termino un texto la primera vez. Como mínimo mis poemas requieren tres sesiones: las ideas repentinas sobre el papel, el pensamiento articulado para dotar de estructura lógica ese campo semántico y la revisión detallada tras la cual nace, finalmente, el poema.

A tu criterio, ¿un escritor tiene que ser necesariamente un buen lector o basta con que sea un buen intérprete de su propia realidad?
En absoluto: un buen lector. No basta con interpretar la realidad propia, necesitamos leer cómo otros la han interpretado, nutrirnos de la savia poética precedente. Justo cuando descubres que en la lectura está el secreto empiezas a avanzar como poeta. A mí, por lo menos, la lectura me contagia de escritura. En verdad mientras más leo, más quiero escribir. Es curioso porque en el poemario La de abajo constantemente defiendo esta tesis, a tal punto que declaro: “Solía devorar trozos de nácar en los dedos de los libros. Hace un tiempo dejé la tentación de onicofagia, el mero conformismo a los exergos”. Este sentido lúdico entre el proceso escritural y el nutritivo continúa más adelante cuando afirmo: “La energía que el estómago transforma en energía. La lectura que la mente transforma en escritura (…) Un desnutrido nada podría escribir”.
¿Cuál es el lugar que ocupa el escritor en el mundo contemporáneo?
A decir de García Márquez, el oficio de escritor es el más solitario del mundo. Así lo percibo yo: como un solipsista que se aísla de sí mismo para terminar acompañando las soledades ajenas. Gracias a él, “Un lector es el blanco de la refracción. Recibe toda la luz que proviene desde el fondo de una sombra”. Así también declaro en otro de mis poemas, que el escritor no trabaja propiamente para sí, porque la obra no es propiedad suya: “Pertenece a los lectores, a los más necesitados”. Por tanto, a mi juicio, el escritor tiene ante todo una función social, una especie de compañía anticipada a esas almas que necesitan recrear, resemantizar o evadir la realidad.

¿Qué tipo de colaboraciones con otros artistas te interesarían en tu vida creativa?
Me encantaría musicalizar poemas, escribir textos para canciones. Es algo que ya he sentido de manera espontánea al tatarear en voz baja canciones que se han quedado escritas en el bloc de notas de mi teléfono móvil. Me ilusiona también la idea de libros ilustrados para los poemarios infantiles que ya tengo listos; y de manera especial me llama la atención la poesía ecfrástica, tener un cuaderno propio al estilo de Los Rembrandt L’Hermitage de Fina García Marruz. Estas son algunas de las imágenes que ya me han conmovido alguna vez.
Por último, confieso otra de mis quimeras. Sueño con una Academia Cubana de Poesía. Imagino un espacio de confluencia de jóvenes de todo el país, un escenario formativo donde la escritura de poemas sea un proceso consciente y guiado por profesionales con experiencia y experticia, donde sesionen talleres frecuentes de creación y crítica literarias. A su vez, pudiera pensarse en un Centro de Estudios sobre la Poesía Cubana, dedicado por ejemplo, entre otros temas, a uno de los conceptos que hace algún tiempo aguza mis sentidos: las comunidades poéticas. De tal suerte, se brindaría la oportunidad de formación académica a aquellos que, con dificultad, avanzan desde la empiria.

Eres una autora que juega con disímiles géneros (la poesía, el teatro, la narrativa, la literatura infantil, etc.), ¿por qué te interesa cruzar esas fronteras genéricas?, ¿qué nuevas visiones otorga ese cruzamiento a tu escritura? ¿Existe algún género que no te interesa o que no te atreverías a abordar?
Nadie ama lo que no conoce. Por tanto, un primer paso para saber si algo nos interesa de verdad, es acercarnos. De ahí que las pautas creativas (orientadas en cada clase del Laboratorio de Escrituras al que pertenezco) me ayudaran a encontrarme verdaderamente como autora, a descubrir y también a desechar. Por ello confieso que me interesan las fronteras genéricas como mismo me interesan las fronteras espaciales, y que conste: adoro viajar. Toda exploración en la escritura creativa es enriquecedora, es una forma de entender los vasos comunicantes entre el verso y la prosa, lo interesante que puede resultar el empleo de una didascalia en poesía o la inserción de un poema en una obra de teatro. Y para responder a la tercera pregunta: el género con el que menos me identifico es la ciencia ficción. Honestamente es el único en el que me cuesta imaginarme.

¿Cuáles son las principales ventajas que el mundo contemporáneo le puede ofrecer a un artista, y cuáles los principales hándicaps?
¿Ventajas? Muchísimas: divulgar obras con celeridad a través de las redes sociales, publicar en cualquiera de los sitios y revistas disponibles en la web, diversificar formatos de libros digitales (Epub, audiolibros, podscats) y optar por las múltiples convocatorias de certámenes nacionales e internacionales.
¿Hándicaps? El riesgo de la publicación prematura sin la suficiente madurez literaria, la preferencia por los premios antes que por los libros valiosos, las ofertas tentadoras de “los editores caníbales”, el saldo que supone la mercantilización de la literatura: el sello del mercado por encima del sello de la calidad.

El a veces difícil recorrido de los premios literarios ha comenzado a abrir sus puertas para ti. Acabas de obtener el Premio David de Poesía en su más reciente edición. ¿Cuáles son los beneficios puntuales que un premio puede otorgarle a un autor novel como tú?
Primeramente he recibido el beneficio de la crítica especializada: pasar esa prueba de fuego que implica ser juzgada por reconocidos escritores como Rafael Acosta de Arriba, Carmen Serrano Coello y María Liliana Celorrio Zaragoza. En segundo orden, advierto la gran oportunidad de publicar mi poemario por Ediciones Unión y socializarlo en lo adelante por toda Cuba. Ahora me falta el beneficio más gratificante y a la vez el más complejo: el de ser leída por mis contemporáneos y someterme al verdadero juicio, el juicio del lector.
¿Puedes adelantarnos un poco de los temas que pueblan el imaginario de tu libro ganador del David?
El poemario La de abajo no constituye una referencia vulgar (como pudiera parecer), sino un título elegido como intertexto con la novela de la revolución mexicana Los de abajo, de Mariano Azuela. Fue un amigo filólogo y maestro zamoriano quien me ayudó a descubrir que la poética del espacio atraviesa todo el conjunto: drones que “observan como espías desde arriba los sueños que se duermen desde abajo”, un testamento conmovido porque “el espíritu del testador se eleva al cielo mientras la tierra empieza a descomponer la carne”, o aquel Hiperión que “sueña cada noche con la sola compañía de lechuzas, aunque las lechuzas no vuelen tan alto”.
El cuaderno en general ofrece una especie de paralelo entre la literatura y la vida, al exhibir binomios tales como la mujer-palabra o el amante-libro, pretextos escogidos para develar pasiones humanas a través de la escritura. Pudiera exponer temas abordados en el poemario como la lectura, la poesía, la muerte, la soledad, y a su vez motivos elegidos en su correlato, tales como la luz, una niña, la clonación, los pájaros, entre otros. Debo reconocer además una constante referencia (que abordo, a criterio de algunos, de manera sensual o erótica): la de una mujer de ciencias que es constantemente emplazada por una mujer de letras. Tal es así que uno de los poemas nació justo la noche que debía arbitrar un artículo científico, pero un hombre de papel me sedujo y terminé describiendo un servicio de lavandería a su favor; a tal punto que: “Casi amanece cuando empiezo a doblar los uniformes”.

En tu vida como artista, ¿existe algún momento significativo que haya marcado un antes o un después?
Definiría dos momentos clave en mi vida como artista. Ambos se asocian a la incursión en nuevos géneros y coincidentemente corresponden al año 2021. Justo ahora descubro que este es un año crucial en mi vida como escritora.
El primero de estos momentos data del mes de marzo, cuando llegué al “Laboratorio de Escrituras Encrucijada”. Allí te conocí (vía WhatsApp), Elaine Vilar Madruga, a ti que hoy tienes la dualidad de profesora y entrevistadora. Fue así que, al cumplir los ejercicios de tarea semanales, empecé a diversificar mi producción literaria más allá de la poesía: me abalancé sobre el teatro, la crónica, e incluso la novela, que para algunos es el gran amor de los escritores. El Laboratorio representa en mi caso una gran escuela y a la vez un fraterno equipo de amigos, una suerte de complicidad lírica.
El otro punto de inflexión en mi vida como escritora lo ubico en octubre de 2021, cuando me acerqué a la obra de Sergio García Zamora. Leer La Canción del Crucificado, Los conspiradores, Los uniformes, Diario del buen recluso y Los maniquíes enfermos, cambió mi forma de sentir y de entender la poesía. Inclusive, confieso que anteriormente yo solo había escrito verso rimado; de hecho, me creía incapaz de hacer verso libre o prosa poética. Sin embargo, al leer y estudiar a Sergio me animé por estas nuevas formas y sobre todo por esa especie de poesía con ingenio que él logra de manera excepcional. Pudiera decir que en este poeta del centro de la Isla encontré mi verdadera serendipia literaria.
¿Cuál es el libro que te falta por escribir?
A título personal tengo pendiente “La historia de mi infancia”, los relatos de la niña que soñaba ser bailarina, daba clases a sus muñecas guiada por un atlas de Geografía y pasaba noches en un portal junto a su abuelo paterno, esperando ver las lechuzas en el tejado.
A título profesional me falta incursionar en un libro de ensayos. Como investigadora de Ciencias Sociales es una deuda que tengo conmigo misma, algo que en verdad me llama la atención y creo poder asumir sin grandes pesares.
¿Cuál es el libro que ya has escrito y que sientes que aún no le ha llegado su tiempo?
“El hombre sin ombligo” es un libro que terminé desde 2017. Es un poemario autobiográfico y esa es la razón por la cual aún no me animo a compartirlo. Además, es un texto muy incipiente, un cuaderno escrito en verso rimado, dividido en dos capítulos que no rebasan los 60 poemas. Quizás lo publique algún día, siempre alegando la ingenuidad de haberlo escrito como una poeta novel.
¿Qué libro preferirías nunca escribir?
La profecía de mi muerte o un libro por encargo.
Más allá de la página en blanco, ¿quién es Lisy?
Una niña consentida en casa y, paradójicamente, una consagrada Vicedecana en la Universidad. La profesora de Derecho que alterna sesiones con la escritora sentipensante. Ambas viven dentro de mí. Y de todas las mujeres que me habitan, la que más me domina es aquella que tiene una gran fe en Dios, esa que suele repetirle con frecuencia a sus amigos: “El cielo gobierna”.