Cuba


El lente de Ernesto Fernández más allá de la épica

Ernesto Fernández Nogueras es un clásico de la visualidad cubana, un referente indiscutible de la fotografía de la segunda mitad del siglo XX, cuando, muy joven, comenzó sus estudios fotográficos a la par que trabajaba como ayudante de dibujo en Carteles, la misma publicación en la que sería diseñador, dibujante y fotógrafo hasta 1958.

Luego, en la siguiente década, para el periódico Revolución y otros medios, realizó imágenes que —en esa época dorada del fotoperiodismo cubano que fueron los años sesenta, con nombres como Korda, Liborio Noval, Salas y Jesse Fernández— contribuyeron a dar cuerpo a la épica del proceso revolucionario. Su trabajo como corresponsal de guerra en Venezuela, Girón, la Crisis de Octubre, la lucha contra bandidos, Angola y Nicaragua, contribuyó a que buena parte de su obra sedimentara esa épica, con fotos que son estandartes de esos años, momentos y del propio proceso social cubano.

Por eso la exposición Más allá de la épica, abierta al público en la Sala pequeña del Centro Provincial de Arte de Holguín, como parte de Babel, en las 31 Romerías de Mayo, muestra fotografías del Premio Nacional de Artes Plásticas 2011 que se alejan de los momentos históricos que su lente captó de tan precisa manera, para mirar la cotidianidad palpable en escenas de la calle, festejos populares, el corte de caña y retratos de varios artistas.

En ellas está presente el “instante decisivo” que definiera el francés Henri Cartier-Bresson. Él mismo lo aseguró en una entrevista con el crítico Héctor Antón en 2005: “Creo que en el momento decisivo está todo. Cuando se toma una foto, el tiempo se detiene. Todo sigue envejeciendo, pero ella permanece allí para siempre. Por lo tanto, lo más importante es ese momento de creación, en que uno lo pone todo para lograr una buena imagen. Si es política o histórica, la vida lo dirá”. Sus fotografías de la serie Las Yaguas, de 1958, Congreso Católico, de 1959, y Peña de Sirique, de 1964, son ejemplo de ello, como también “Columna juvenil del Centenario”, “Calle Reina”, “31 de diciembre”, “La Habana 1979”, “Anselmo”, “Cenas en la calle”, “1ro de Enero” y los retratos de Chori, Celina González, Félix Chapotín, Sinome de Beauvoir y Carilda Oliver Labra. La muestra —con obras tomadas entre 1952 y 1989— incluye, además, una de las más impactantes fotos de Fernández y de la fotografía cubana: “José Martí”, realizada en 1952.

“Consciente de su valor como archivo, Fernández ha trabajado en una obra que aúna tanto aspectos estéticos y formales, como las dimensiones históricas de los fenómenos representados. De esta manera, los dispositivos estéticos que conforman la presente exposición muestran el intento de tejer los fragmentos que le ofrece su memoria”, escribe en el catálogo de María Alejandra Martínez. Y añade la curadora que Ernesto “percibe cuanto le rodea y se ha desarrollado captando instantes trascendentales de nuestra historia, por ello su línea estilística fluctúa entre los preceptos del foto-reportaje y el ensayo fotográfico”.

Así “composiciones épicas, cotidianas, populares, de calidad innegable, hacen de su repertorio visual una mixtura de testimonio y experiencia estética, prueba irrefutable de su decursar por las sendas del indetenible tiempo”. Estas piezas nos muestran —en esa relación entre los valores testimoniales y la experiencia estética de sus imágenes— a un artista cuya mirada traspasó la épica, donde dejó una huella insondable en la iconografía cubana, pero que supo detenerse y buscar ese “instante decisivo” en momentos aparentemente sencillos de la cotidianidad nacional y su gente, donde posó su perspicaz mirada.


Diálogos convergentes, posibilidades en expansión

Yosvani Rodríguez Batista y Carlos Walker Delis exponen juntos por primera vez: lo hacen a partir de un “diálogo convergente” con centro en el grabado, pero que logra otras similitudes y cercanías, nuevas aproximaciones formales y expresivas, palpables en sus poéticas.

Ambos encontraron en el otrora Taller de Grabado de Holguín un sitio para experimentar y aprender, incluido el no sencillo oficio de la impresión; similar al que agrupó, desde su fundación en noviembre de 1969, a varios artífices del grabado. Allí, cercanos a la pedagogía y la influencia creativa de Emilio Chiang Fernández, ampliaron la hondura de sus miradas. Si bien Yosvani se ha dedicado con más sistematicidad al grabado, expandiendo sus posibilidades en la búsqueda de soluciones formales que se apropian del espacio galérico y con las que los receptores pueden interactuar o identificarse, Walker no ha dejado de practicarlo a la par que, en la pintura, crea obras en técnica mixta en las que las formas humanas incorporan manchas de color, líneas y texturas, fusionándose dentro de un entorno abstracto-figurativo que llama “amasijos”. Las manchas de color en sus cuadros contrastan con las luces pastosas aplicadas con la espátula y con las líneas gruesas que abarcan toda la figuración junto a “latigazos rayados”, fragmentos de formas humanas manipuladas, objetos simbólicos y frases; todo sobre una base de texturas que le permite continuar en la búsqueda de ese centro donde conviven todas las cosas —¿acaso como el Aleph borgeano?— en idéntica entidad diversa y singular a la vez: donde lo real y lo imaginado, lo cercano y lo inalcanzable, lo complejo y lo simple confluyen de igual manera.

Foto Robert Rodríguez

La figura humana —no es su intención representativa, sino propicia a la intervención, a la suma de significados en la propia expansión de las posibilidades entre lo abstracto y lo figurativo— está presente, como punto en común, en la obra de ambos creadores; como las indagaciones sugestivas del color y el uso de las texturas como medio expresivo, tanto en las pinturas, colografías y litografías de Carlos Walker como en los grabados de Yosvani.

En ambos hay, además, una mirada posmoderna, a partir de la fragmentación y la ironía, de la intertextualidad y lo fraccionario, en la que afloran sus respectivos discursos. En Yosvani esa mirada posmoderna ahonda en otras expresiones y relaciones: en sus grabados, sobre la base de la figuración con rasgos expresionistas, las texturas logradas por empastes, el uso de colores directos, aprovechando las posibilidades de la colografía, y las imágenes que salen del enmarcado convencional, utilizando la impresión y las matrices, se combinan para evidenciar las motivaciones, necesidades y sensibilidades del ser humano. Yosvani no se detiene en una sola técnica: la colografía y las matrices, la xilografía, la monotipia, la punta seca y las experimentaciones con la misma madera, por ejemplo, aprovechando las diferentes texturas que el dominio de la propia colografía (su característica forma de trabajarla, aprehendida en el propio Taller) le permiten. Así muestra texturas más peculiares o sugerentes, a las que añade la matriz. Todo a base de la espátula, que le amplía (a ambos) la necesaria libertad expresiva en los territorios del expresionismo, logrando así ese “ensamblado” final que son sus obras. Esta exposición está en perenne diálogo con el espectador y requiere de él la complicidad de quien, con mirada curiosa y espíritu escudriñador, busca más allá de lo que muestra la superficie. Ambos artistas, Yosvani Rodríguez y Carlos Walker, esperan encontrar en su discurso respuestas a algunas de las reacciones con las que convivimos y que terminan por condicionar nuestros actos; a la par que logran una convergencia abierta y en expansión que hace que sus individualidades permanezcan y ellos dialoguen con el tiempo desde el arte.

 

Palabras de apertura de la exposición bipersonal Diálogos convergentes, de Yosvani Rodríguez Batista y Carlos Walker Delis, inaugurada en la sede del Taller de Grabado de Holguín, como parte del evento Babel, en las 31 Romerías de Mayo.


Leyber Gómez Caballero: «La radio y la televisión son mi vida»

Conversar con el locutor y presentador Leyber Gómez Caballero deviene un verdadero placer para un profesional de la prensa que ejerza el periodismo cultural, ya que mi interlocutor es un excelente comunicador, no solo ante los micrófonos de la radio, sino también ante las cámaras de televisión; medios donde se desenvuelve con la naturalidad y profesionalidad que lo caracterizan.

Mi entrevistado se desempeña como locutor de Radio y Televisión, y, además, es miembro activo de la Sección de Locución de la Asociación de Cine, Radio y Televisión de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). Ha recibido reconocimientos por su destacada labor en esos medios masivos de comunicación. También ha incursionado, con éxito, en las artes escénicas insulares.

Cortesía del entrevistado.

¿Cuáles fueron los factores motivacionales que inclinaron su vocación hacia el arte-ciencia de la locución?

Te cuento de que, no obstante haber nacido en una familia humilde, de campo, siempre mostré interés por el arte. Recuerdo haber crecido escuchando la radio las 24 horas del día. Me dormía muchas veces con el radio pegado a los oídos. Mis abuelos maternos también me inculcaron el amor hacia la lectura desde muy temprana edad, por lo que aprendí a leer e interpretar los textos de manera correcta desde muy pequeño. Creo que todo eso me fue condicionando hacia lo que sería ya de adulto.

También debo señalar de manera importante que en los primeros años de estudio formé parte de un grupo de aficionados al teatro con la seño Martica quien no era actriz profesional ni directora de teatro, pero nos encaminó en el apasionante campo de la actuación. Todo eso me fue formando y llevando por los caminos que luego configurarían mi futuro.

Cortesía del entrevistado.

¿Qué función desempeñan en su desarrollo artístico-profesional la radio y la televisión como vehículos idóneos de comunicación con los oyentes y telespectadores?

La radio y la televisión son mi vida, no sé qué otra cosa podría hacer que no fuese eso. Amo estar en una cabina de radio o en un estudio de televisión, indistintamente. Comunicar, informar, entretener son mi día a día y créeme que lo disfruto a plenitud. Más aun cuando puedes interactuar con las personas por plataformas digitales y retroalimentarte día tras día. Saber que opinan de tu trabajo incluso recibir críticas y sugerencias que, en la mayoría de los casos, te ayudan a crecer profesionalmente.

Cortesía del entrevistado.

¿Qué representa para usted ser parte integrante del equipo de realización del estelar espacio De tarde en casa, que sale al aire, de lunes a viernes, en horario vespertino, por el Canal Educativo, «donde siempre se aprende», y en el que comparte responsabilidades profesionales con la carismática locutora Rakel Mayedo?

Sobre ese popular espacio, ¿qué te puedo decir? De Tarde en Casa es el mayor logro que me ha sucedido profesionalmente en la vida y lo digo con toda honestidad. Es un espacio que yo veía desde mi humilde hogar en Gibara, disfrutaba mucho ver a Rakel Mayedo y a Marino Luzardo en el desempeño de sus respectivas funciones. Pero para serte sincero nunca imaginé que podría estar ahí en algún momento, como seres humanos soñamos, pero hay cosas que parecen muy difíciles de alcanzar y esa era una de ellas. Luego cuando residía ya en la capital tuve el privilegio de ser invitado al programa para promocionar mis espacios de radio y televisión en varias ocasiones. Hasta que a la salida del anterior presentador me llaman de la dirección del programa para acompañar a Rakel de manera habitual. Ese espacio ha sido un regalo, una bendición, pero también mi mayor reto. Hacer televisión grabada es muy fácil, pero asumir el reto de hacer un espacio como ese en vivo, de lunes a viernes, es bien complicado […] créeme. Además del reconocimiento popular que me ofreció la revista, la suerte de trabajar al lado de Rakel es lo mejor que me pudo suceder en la vida. y por ello estoy sumamente agradecido a su director Yeidel Hernández, quien desde el primer momento confió en mi para tan importante responsabilidad.

De las anécdotas y experiencias que, en sus pocos años de vida, ha logrado registrar en su memoria poética, ¿podría relatar alguna de ellas que le haya dejado un recuerdo indeleble en el componente espiritual del inconsciente freudiano?

Tengo muchas de mis inicios en la radio allá en mi Gibara natal. Esas primeras equivocaciones al aire y en espacios en vivo y directo, que te marcan en su momento, pero que luego quedan en el recuerdo, como enseñanzas que jamás se olvidan. Otras relacionadas con el público que te sigue y que poco a poco se van convirtiendo en personas muy cercanas a tu entorno y casi en tu familia. Anécdotas podría contarte muchas […], realmente.

Cortesía del entrevistado.

¿Cuáles son sus planes inmediatos en el campo de la palabra hablada, percibido por muchos colegas suyos como fuente nutricia de ética, humanismo y espiritualidad?

Ahora mismo, gracias a Dios, tengo mucho trabajo, continúo como Comunicador de la sede nacional de la Asociación «Hermanos Saiz», en el Pabellón Cuba, formo parte también de Producciones Quisicuaba, una productora audiovisual de la institución religiosa Cabildo Quisicuaba y sigo con mis proyectos de radio y televisión.

Hace muy poco también comencé en un espacio emblemático que retoma, después de algunos años la televisión cubana, el programa Lo Bueno No Pasa, con la realizadora Mireya Llorca, que me tiene muy ilusionado realmente, y que espero sea del agrado del público televidente. A inicios de año me estrené como modelo del más reciente video musical de Rebeca Martínez y tuve la dicha de participar en la obra de teatro La Fiesta de Imandra, de la Compañía «Rita Montaner», que celebró los 20 años de carrera artística del director Gabriel Cruz Ugarte. Y algunas sorpresas que habrá que esperar a que se vayan concretando para poder darlas a conocer.

Cortesía del entrevistado.

¿Algo que desee agregar para que no se le quede nada en el tintero?

Agradecerte por la entrevista que he disfrutado mucho y reconocer el apoyo incondicional de los amigos, familia y colegas que han sido fundamentales en mi crecimiento humano y profesional. No voy a mencionar nombres para que no se me olvide nadie, pero ellos saben quiénes son. Esta es una profesión bien difícil que exige mucho de nosotros y sin la ayuda de la gente que tenemos cerca sería imposible. Y no puedo despedirme sin mencionar a dos pilares importantísimos en mi formación como profesional de la palabra hablada en este país: la emisora Radio Gibara y el telecentro Gibara visión allí comencé y a los que les debo mucho, sin las enseñanzas que de ellos obtuve en su momento, sería imposible estar hoy aquí. Y por último a ese público maravilloso que me sigue y me apoya en los buenos y malos momentos, gracias, ¡muchas gracias!


Autopsia de un licántropo que fue a bajar la luna en una noche oscura como «Boca de lobo»

Cada vez que la décima se pone un traje nuevo resuenan en el aire los versos del Indio Naborí: Viajera peninsular, / ¡cómo te has aplatanado! / ¿Qué sinsonte enamorado / te dio cita en el palmar? Pero si en vez de un sinsonte, es un gorrión de ciudad quien le da cita a esta guajira para cantar a dúo en el alero del alma, entonces Vicente Espinel se quita el sombrero y deja reposar la pluma antes de cederle al gorrión todos sus derechos sobre la espinela.

El poemario Boca de lobo, premio de décima Francisco Riverón Hernández 2018, escrito por Roly Ávalos Díaz, y publicado por ediciones Montecallado, es la prueba de que esta estructura poética está incorporada al espectro genético del cubano. Que un joven poeta de estos tiempos decida exorcizar sus demonios a través de la décima y encima, hacerlo bien, dice mucho de su sensibilidad, valentía y desapego por las corrientes esnobistas y experimentales que prefiere la mayoría.

Yanet Llovet. /Perfil de Facebook de la AHS de Pinar del Río.

En Boca de lobo, el poeta-licántropo va de aullido en aullido, en un intento desesperado por encontrarse, y encontrar, la manera de combatir sus miedos. A veces la poesía es una cueva sin fondo y, otras veces, una lámpara encendida: Debo ser yo, que le amputo / voces a la oscuridad…, dice en su primer aullido, para unos poemas después, declararse perdido cuando aúlla: Soy solo el antagonismo / de mi plena oscuridad, / bordeándome, soledad, / apátrida de mí mismo.

El lector tendrá siempre la sensación de que el poeta, por modesto, no quiere asumir de ninguna manera su maestría en el oficio cuando habla de su don como un pasatiempo sobre el tiempo/ que me ha tocado vivir, pero termina confundido después de leer algunas aseveraciones casi premonitorias de un joven anciano que parece venir del principio del tiempo: …nadie sabe qué es la vida. / Callejones sin salida / en la palma de mi mano

Boca de lobo es un libro de claroscuros, como la vida misma, en zonas de luz y de sombras, el poeta-licántropo se sacude la nostalgia, aviva sus pasiones y aúlla su desespero; de pronto, como todo hombre lobo que se respete, también le aúlla a la luna, musa eterna de los poetas enamorados y la piropea: se refleja en la laguna / tu pelo de girasol. / Trae tu vientre de sol, / tu espalda de virgen, luna.  A veces, después de la metamorfosis, despojado ya de su mansedumbre de simple mortal, advierte: Paladeo las esquinas / de mi barrio adolescente / (adolezco) len ta men te. / Cuidado: en mi lengua hay minas, blandiendo la poesía, que antes fue bálsamo, como un arma mortal, y atreviéndose a más, el Roly Ávalos poeta ubica la foránea licantropía en el contexto cercano que le duele y explota como la mina prometida: yo tengo un país grasiento. / Un país crucificado. / yo tengo un país-pasado, / un país experimento. A ratos se debate en medio de la eterna búsqueda de respuestas como cualquier humano y, casi vencido, se pregunta: ¿Quién me ha robado el siglo veintiuno? / ¿Quién soy, a fin de cuentas? Desde joven / estoy en cualquier sitio donde moren / la vanidad o la arrogancia. Dudo

Puede ser que algún lector incauto piense que no hay peligro al adentrarse en Boca de lobo: “está escrito en décimas”, dirá en tono burlón, confiado en lo inofensiva que parece esta estructura, a veces irreconocible en el libro. ¡Error!… Desde la experiencia de haber recorrido ya el camino lleno de trampas, sorpresas y temores, recomiendo entrar con una antorcha encendida y el alma acorazada. El poeta-licántropo ya fue dado por muerto varias veces después de intentar bajar la luna en una noche oscura, pero el informe forense, como es lógico, dice que ha escapado otra vez, valiéndose de su inmunidad a la muerte, y puede ser que en algún verso oscuro les salga al paso y les arañe el corazón con un aullido de esos que suelen ponernos los pelos de punta. Ya están advertidos, Roly Ávalos, el poeta-licántropo, anda suelto, y para su inspiración, todas las noches son noches de luna llena.


Gritos desde el silencio

Afuera de la galería

cada noche duerme un hombre, uno más.

Un hombre duerme a tres metros de su foto,

a un paso de nuestra inacción.

Andrés Castellanos.

Las personas sin nombres, los que transitan o deambulan. Los desposeídos de sus virtudes juveniles porque el tiempo no se detiene a observar las arrugas y las hebras blancas de cabello que van surgiendo. La tercera edad se anuncia como el tiempo de la calma y la sabiduría, pero ¿hasta qué punto es valorado por la sociedad? Sin lugar a dudas, se requiere de sensibilidad para analizar estas cuestiones del envejecimiento y las problemáticas a la que se enfrentan, en un mundo cada vez más cambiante y dinámico, en el cual se precisa tomar conciencia del valor que tiene el cuidado de la ancianidad. 

En este sentido, resulta atinada la propuesta del joven creador villaclareño Andrés Castellanos con la exposición personal Sedimentos. En ella se puede vislumbrar dos enfoques: por un lado, se exponen una serie de personas mayores vulnerables y desprotegidas, donde la soledad, los recuerdos anhelados u olvidados de épocas que ya no volverán y los abandonos familiares. En contraposición, retrata las risas ingenuas, el movimiento de cuerpos que bailan, siendo el símbolo del sublime ocaso de una vida fértil y enérgica, de luz en las almas. Basta decir que, llegar a esta edad en plenitud de las capacidades físicas y mentales es una fortuna.  

Esta exposición es la representación de lo que somos capaces de ver en nuestra cotidianidad, y a veces sufrimos de impotencia por no poder hacer más, principalmente, aquellos que ahora son parte de los espacios públicos como las calles. Personajes anónimos que podrían ser familiares, vecinos, conocidos o tú que estás en camino, porque es el ciclo natural de la vida humana: nacer, desarrollarse, envejecer hasta morir.

Castellanos indaga sobre el tema de la longevidad desde una visión antropológica y sociológica de la Cuba actual, reconocida por su población en ascenso al envejecimiento. Del trabajo excesivo, de las carencias materiales y afectivas, el aislamiento social, incluso, la poca consciencia de sus valores históricos en la construcción de que vemos y disfrutamos y que para ellos representó épocas de sacrificios, de trabajo. Por lo tanto, Sedimentos es una contundente crítica social. 

En una suerte de voyeurisme ha sido válido aproximarse a sus actores y lograr captar la crudeza de sus historias cotidianas. Son fotografías realizadas en la gama del claroscuro, que realza con fuerza imágenes tristes y desgarradoras de vidas errantes. Para esta ocasión, ha sido válido la selección del color, ya que permite depurar las escenas de elementos que puedan afectar la visual al contemplarlas. De igual forma, es un medio que sirve para demostrar la seriedad que se requiere para ser abordado. 

Llama la atención un elemento interesante en varias instantáneas, la conexión entre el hombre y el perro. Animal que también suele deambular y entre sus características se encuentra la fidelidad y protección hacia aquel simpatizante. Es por ello que forman un equipo inseparable, de ayuda mutua. Esto me remite a la imagen icónica de San Lázaro.

Sedimentos es la primera exposición personal del artista, inaugurada en la Galería Pórtico de la ciudad de Villa Clara. En estos momentos, se encuentra exhibida en la Galería Ramiro Ricardo del Centro de Superación para la Cultura, de Holguín, como parte del proyecto Babel por el evento Romerías de Mayo. Consta de dos series: La Tercera Ciudad formada por un conjunto de fotografías; y Los Hijos del Sudor, conjunto de expedientes laborales de carácter instalativo como muestra de una vida llena de experiencias y de trabajos. La acumulación de saberes, pero también de cansancio, de frustraciones, de sueños y de energías. 

A pesar de estar ubicada en un espacio verdaderamente reducido, con diversidad de funciones, entre ellas para proyectos curatoriales, la disposición de la muestra estuvo aceptable, dado a que por esta causa bien podría sufrir algunas alteraciones y crearse ruidos conceptuales o formales. No obstante, estos detalles no pudieron minimizar el atractivo y la importancia que lleva en sí, desde la temática hasta las soluciones que Andrés ideó para darle una buena finalidad a la exposición. 

*Fotos de la autoría del artista Andrés Castellanos. 


Becas, premios y eventos para unir el arte joven

Este 25 de abril, en el Salón de Mayo del Pabellón Cuba, la Asociación Hermanos Saíz (AHS) informó acerca de las convocatorias a becas y premios que cada año distingue a creadores en las diferentes categorías artísticas.

Yasel Toledo Garnache, presidente nacional de la AHS, presentó la campaña de comunicación para el año 2024 bajo el concepto o slogan “El arte nos une”, mediante la cual se articulan acciones de promoción de los escritores y artistas miembros, los eventos que coordina la AHS y el repaso por la historia de la organización con acciones por su aniversario de creada o el homenaje a Sergio y Luis, a quien le deben su nombre como asociación de la joven vanguardia artística en Cuba.

“El arte nos une”.

Esta campaña también pretende potenciar el trabajo artístico con miembros de la organización y jóvenes artistas en sentido general y el impacto de la organización en la sociedad.

Toledo Garnache refirió que la plataforma de becas y premios alcanzan la cifra de más de 30 convocatorias, las que han propiciado el apoyo para proyectos artísticos de gran relevancia en el arte cubano más reciente.

Entre las novedades del sistema de becas y premios, se encuentra la inserción de la Beca “Lázaro García” para trovadores de acuerdo con BisMusic.

También se convoca por primera vez, la Beca para Proyecto Transmedial, que lleva el nombre de José Luis Estrada Betancourt, periodista que acompañó a los jóvenes artistas y la promoción de la organización. La misma se convoca para todos los jóvenes cubanos y está dedicada a la producción de contenidos en plataformas digitales.

La nueva beca dedicada a los músicos lleva el nombre del Maestro de Juventudes Lázaro García. 

Por su parte, la Beca de creación para Radiodocumentales es una oportunidad para radialistas de contar historias que reflejen aspectos de la identidad nacional y la misma está financiada por Radio Rebelde.

Otro de los nuevos premios es el convocado para jóvenes artistas del ballet y lleva el nombre de Fernando Alonso.

La vicepresidenta Ana Irma Pérez refirió la importancia de las becas dedicadas a músicos y la necesidad de la concepción de una nueva, que lleva el nombre del Maestro de Juventudes Lázaro García.

La vicepresidenta Santa Masiel Rueda abordó los principales eventos que se organizan desde la AHS, y la realización de la próxima edición de las Romerías de Mayo, principal evento organizado por la joven vanguardia artística.

“Las becas y premios de la AHS son parte de su estrategia para potenciar el trabajo de los jóvenes artistas en cada una de las manifestaciones”.

En Romerías de Mayo confluyen varios eventos dedicados a las distintas manifestaciones del arte y a los jóvenes artistas y es uno de los grandes momentos para mostrar el arte y los proyectos que llevan adelante.

Las becas y premios de la AHS son parte de su estrategia para potenciar el trabajo de los jóvenes artistas en cada una de las manifestaciones; de igual manera cada evento coordinado por la organización es parte de su visibilidad al arte joven y sus hacedores.


El diseño de revistas en Cuba: pasado y presente

El diseño comunica en un contexto específico. Irrumpe en cada detalle de la vida del hombre; funcionalidad y estética se imbrican en aras de satisfacer las demandas cotidianas. Entre sus modalidades, la gráfica es la que mejor testimonia —artísticamente— la realidad. Proporciona información de una forma más transparente e impulsa la cultura visual.

Este tipo de representación siempre se ha debido a su tiempo. Aunque se emparenta con la plástica y obedece a sus tendencias, se ha anticipado a esta en la inclusión de códigos visuales de avanzada y en el retrato veraz de la sociedad. Incluso, con la aparición de la imprenta en Cuba, en el siglo xviii, lo cual supuso un primer hito en el país en materia de diseño, el comienzo de la actividad tipográfica se adelanta en casi dos décadas a las incipientes muestras de las «bellas artes».

A pesar de que en el siglo xix aparecen en la isla significativas publicaciones que contribuyeron al proceso de formación de nuestra identidad, como la Revista Bimestre Cubana en 1831, una de las de más larga vida en la nación, una primera eclosión del diseño gráfico la podemos apreciar en la Neocolonia. Las publicaciones periódicas recogen estilos de vida y las de esta etapa fueron cardinales en la renovación visual del arte cubano de vanguardia y en la imagen de modernidad de la República. Los caricaturistas, ilustradores y portadistas de la época colocaron al país al nivel de lo que se hacía en esta especialidad internacionalmente. 

Conrado Walter Massaguer, considerado uno de los padres de la caricatura cubana y el pionero del diseño gráfico moderno, es la figura más representativa. Sus ilustraciones y caricaturas de estilo costumbrista lo convirtieron en el cronista visual del período republicano e hicieron que su proyección gráfico-comunicativa fuera de las más significativas para definir tal momento. Esto le ganó un renombre en la gráfica internacional. Se caracterizaba por la precisión en los trazos, con énfasis en los detalles —tan importantes como los elementos centrales—, con lo que, unido a su atinado humor, lograba una técnica exquisita. Su notable desempeño —ya fuera como editor, ilustrador o director (artístico)— se evidencia en tres trascendentales revistas: Gráfico (1913-1918), Social (1916-1938) y Carteles (1919-1960).

Gráfico y Carteles se apoyaban en la fotografía para abordar importantes acontecimientos mundiales. La última, en 1924, con un cambio de formato y un despliegue de iniciativas, se propuso convertirse en «la mejor revista gráfica de Cuba Republicana». También incluyó en sus páginas la publicidad, lo que mostraba su habilidad para estar a la altura de publicaciones europeas y norteamericanas de este tipo. 

Por otro lado, Social, la más relevante de las tres (y de todas las del período), se estima que fue la primera revista del mundo en hacerse completamente con la técnica de impresión fotolitográfica. Su objetivo fue reflejar la vida habanera. Con su visualidad y colorido logra posicionarse entre las publicaciones homólogas de América. Representó la transición de la gráfica cubana de los años 20. Trascendió por su elevado valor artístico, justificado no solo por sus textos sino también por su lucimiento fotográfico, ilustrativo y tipográfico. Manifestó la influencia de la gráfica norteamericana y europea en el dibujo cubano, lo que se muestra, por citar un ejemplo, en el uso del cubismo en las portadas realizadas por el dibujante José Manuel Acosta.

Massaguer, aunque como buen alumno superó a su maestro, tuvo como referente al periodista y caricaturista Ricardo de la Torriente, conocido por la creación del popular personaje Liborio, que representaba al pueblo cubano y constituía una crítica contra el imperialismo yanqui. Con una hábil mixtura entre dibujo y texto, De la Torriente censuraba desde la caricatura. Graficó la revista El Fígaro, el periódico La Discusión y el semanario La Política Cómica, en el que alcanzó fama.

Otra publicación emblemática fue Bohemia, la más antigua de las revistas cubanas y latinoamericanas. Su primera edición circuló el 10 de mayo de 1908. Respaldada en la ilustración, reflejaba los sucesos actuales más relevantes. Su formato era parecido al de publicaciones europeas del momento. A partir de 1914, con el uso de portadas en tricromías (primera en hacerlo en Cuba) y el aumento de páginas, se afianza como negocio editorial.

La Revista de Avance (1927-1930), difusora del vanguardismo en la creación artística, también sobresalió por su contenido y diseño. Sus coloridas portadas contribuyeron a la promoción de la plástica. Carlos Enríquez, Eduardo Abela y Víctor Manuel figuran entre los pintores que dejaron huella en sus páginas.

 Estas revistas ofrecieron una visualidad artística a un público desprovisto de otras opciones para apreciar las tendencias más renovadoras de la pintura. Igualmente, se presume que, a través de ellas, se anticipó en, al menos una década, la aparición del arte moderno. 

Con el triunfo revolucionario se modeló una nueva imagen de Cuba, a tono con los cambios políticos y sociales. Se operó un cambio de paradigma, una forma distinta de ver y comunicar. Con la fundación del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (Icaic), la Casa de las Américas, la Imprenta Nacional y, en 1967, el Instituto Cubano del Libro, ocurre un verdadero impulso de la gráfica (nuevamente a la vanguardia con relación a las «bellas artes»). Se amplían la creación y circulación de revistas, principalmente culturales.

Lunes de Revolución (1959-1961) se caracterizó por el notorio uso de la fotografía y la calidad de su diseño, que contó con los artistas de la plástica Raúl Martínez, Antonia Eiriz y Mariano Rodríguez, y con el caricaturista René de la Nuez. Como ferviente deudora «de un legado que viene desde finales de la colonia cuando se fundan dos magníficas revistas: El Fígaro y La Habana Elegante, y que tiene su continuidad en el período republicano con Bohemia, Gráfico, Carteles y Social, así como una gráfica vinculada a los medios publicitarios en los cincuenta»,[1] revolucionó la gráfica del momento.

Casa de las Américas (1960); INRA (1960), luego devenida en Cuba (1962); Unión (1962); La Gaceta de Cuba (1962); Pueblo y Cultura, posteriormente Revolución y Cultura; El Caimán Barbudo (1966); y Tricontinental (1967) fueron de las revistas mejor diseñadas. Sus perfiles editoriales se impregnaron de visualidad y dinamismo, de la mano de diseñadores como José Gómez Fresquet (Frémez), Héctor Villaverde, Rafael Morante, Tony Évora y Alfredo Rostgaard; y de los fotógrafos Alberto Díaz Korda, Raúl Corrales y Liborio Noval.

Si bien en los años 60 y 70 el diseño gráfico cubano tuvo sus días de esplendor, a lo que contribuyeron los procesos de alfabetización y democratización del libro, los 80 y 90 fueron de crisis. Cerca de los 2000 ocurrió un renacimiento de las publicaciones periódicas, y muchas revistas comienzan a tener versiones digitales o electrónicas, que les propician un mayor alcance y nuevas posibilidades en su diseño.

En la actualidad, con el uso de la tecnología, el diseñador ahorra tiempo y esfuerzo, pero, a su vez, se vuelve más arriesgado y experimental. Las nuevas técnicas —de la cámara fotográfica, la computadora y los equipos de impresión— ofrecen mejores resultados en la visualidad y calidad de los productos impresos, todo en pos de llamar la atención del espectador e incitar a la lectura, ofrecer una comunicación expedita y eficaz, así como aprehender las transformaciones operadas en el individuo y la sociedad. 

Nota:

[1] Ángel Herrera Oviedo: «Cinco revistas que impulsaron el desarrollo del pensamiento cubano (1831-1959)», en http://www.cubaliteraria.cu/articulo.php?idarticulo=17142&idseccion=35.


Lo más importante es lo que hagamos

Todavía me parece escuchar las intervenciones, ver a cientos de jóvenes compartir, analizar y soñar. Éramos muchachos y muchachas de todas las provincias y los diferentes sectores de la sociedad, con el afán de ser útiles y hacer en el menor tiempo posible.

Al escuchar las anécdotas, las historias de vida de algunos, la profundidad de los debates y las propuestas, uno siente orgullo de esta generación. Allí estábamos campesinos, ingenieros, científicos, médicos, maestros, militares, artistas, intelectuales…, todos seducidos por el afán de ayudar, de contribuir al bienestar del pueblo.

El XII Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas, realizado del 2 al 4 de abril, fue inspirador, fuente de amistades y tal vez hasta de nuevos amores, pero sobre todo constituyó una plataforma vital de pensamiento y proyecciones de trabajo, para lograr la Cuba mejor que todos deseamos. Junto a nosotros también estaban el Presidente Miguel Díaz-Canel, otros integrantes de la dirección del país, los Comandantes de la Revolución Ramiro Valdés Menéndez y Guillermo García Frías y el Comandante del Ejército Rebelde José Ramón Machado Ventura.

Hablamos con sinceridad sobre los problemas, la necesidad de eliminar deficiencias y aprovechar la inteligencia colectiva de todas las generaciones para vencer los obstáculos de cualquier tipo, en un contexto nacional e internacional muy complejo.

Lo más importante será lo que hagamos en el futuro inmediato, como convirtamos las palabras en hechos a favor de toda la sociedad. Resulta esencial elevar la producción y la economía, y también alimentar la espiritualidad de la gente, conscientes de que en esto no existen botones mágicos ni basta con la voluntad.

Necesitamos proyectos mucho más abarcadores, que también inspiren, fortalezcan el orgullo nacional y nuestra identidad como cubanos, como parte de una plataforma descolonizadora, que debe incluir también avances en la solución de dificultades materiales.

Nuestras organizaciones, instituciones y otras entidades deben funcionar como el mejor reloj y proyectar de manera integradora propuestas, que sean cada vez más útiles al país. Los dirigentes, en los diferentes niveles, deben mantener siempre una conducta ejemplar, conscientes de la alta responsabilidad de ser servidores públicos, con todo lo que eso significa en cuanto a valores, superación, creatividad y voluntad de aprovechar las diferencias para tener propuestas cada vez más inclusivas desde el amor al país y su gente. Es preciso eliminar totalmente la corrupción, la indecencia, la burocracia y la lentitud en la atención a las personas.

La UJC y los jóvenes que la integramos tenemos el desafío de ser siempre vanguardia, lo cual implica superarnos en todo momento y tener la capacidad de motivar a otros, en cualquier lugar donde estemos. La UJC debe ser una especie de ser vivo, que impulse, salte, enamore, critique, contribuya a la unidad y haga para bien de todos.

En ese sentido otras organizaciones y movimientos juveniles, como la Federación Estudiantil Universitaria, la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media, la Asociación Hermanos Saíz, la Brigada de Instructores de Arte José Martí, el Movimiento Juvenil Martiano y las Brigadas Técnicas Juveniles tenemos mucho por hacer, readaptarnos a cada contexto y representar verdaderamente a los jóvenes que agrupamos, con fidelidad a las esencias, como parte de un entramado en el que también son vitales el periódico Juventud Rebelde y la Casa Editora Abril, con sus seis revistas y los libros.

El conocimiento profundo de la historia siempre será fuente indispensable de inspiración y fortaleza para todos los hijos de esta nación. Entre nuestros referentes también debemos incluir a los jóvenes poetas Luis y Sergio Saíz Montes de Oca, profundamente martianos y fidelistas, quienes fueron asesinados el 13 de agosto de 1957 en el poblado pinareño de San Juan y Martínez. Sus versos, los cuentos y artículos políticos revelan el compromiso de dos creadores que se mantienen palpitantes dentro de la actual Asociación Hermanos Saíz.

Nos ha tocado vivir una época de transformaciones, de grandes preguntas. Habitamos un planeta cada vez más complejo, en el que a las dificultades del mundo físico se suman las del virtual. La pasividad, el caminar con los ojos cerrados, el preferir el silencio antes que señalar un problema no son alternativas. Tenemos que ser protagonistas, Quijotes de este tiempo si fuese necesario, sin pesimismo jamás.

Creo en el poder de la poesía, y en la fuerza tremenda del arte, no solamente en galerías y escenarios, también en la vida cotidiana. Hay muchos versos en el esfuerzo diario, en la sonrisa de cada uno y en el afán de no rendirnos jamás. Eso también forma parte de ser cubano.

Las palabras del Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República Miguel Díaz-Canel merecen ser analizadas y debatidas por la claridad con que expuso elementos de los tiempos actuales, la confianza en los jóvenes y los retos que mencionó.

Como él expresó: “¡Ser vanguardia es ser los primeros en todo: los primeros en hacer y los primeros en exigir que se haga! Una organización juvenil de vanguardia, en Cuba, tiene que llevar consigo los símbolos y la historia que los trajo hasta aquí; pero también tiene el deber ineludible de sumar nuevos capítulos a esa historia y nuevos símbolos a la comunicación con sus bases…”

Son muchos los motivos para sentir orgullo de nuestro país y de nosotros mismos. Estamos escribiendo también páginas de historia y resistencia. Algún día los libros tendrán que hablar de este pueblo de hoy, de lo que estamos haciendo, pero sobre todo de cómo vamos a salir adelante. Ese será quizás el mejor poema de nuestras vidas.

*Publicado originalmente en Cubadebate.


Arte joven cubano presente en Festival Internacional Ciudad Mural de Mérida

Miembros de la Asociación Hermanos Saíz intervinieron en varios de sus espacios para promover el quehacer de la vanguardia artística joven de la Mayor de las Antillas y las oportunidades de creación de redes de promoción que integren a las nuevas generaciones de escritores y artistas de ambos países, unidos por lazos de solidaridad y tradiciones culturales.

Durante los días del evento, que concluyó este 16 de marzo, el joven artista cubano Javier Agudo realizó una de las obras de mayores dimensiones con elementos visuales identitarios de esta región venezolana.

Además, el Presidente Nacional de la AHS, Yasel Toledo Garnache participó en conversatorios y paneles para dar a conocer sobre las posibilidades de becas y premios de conjunto y así concretar proyectos internacionales que acrecienten las aproximaciones culturales entre naciones hermanas.

La VI edición del Festival Internacional Ciudad Mural en Mérida reunió a artistas de Cuba, Colombia y Venezuela, como país sede.

Desde el sitio oficial del evento se resaltó que fue “un encuentro de intercambio de saberes sobre las prácticas artísticas para posibilitar la senda hacia la construcción de nuevos caminos para la creación. Por eso en cada estación abrimos espacios para sembrar la semilla de la búsqueda, para dejar en las manos de quienes nos acompañan un nuevo mapa para el descubrimiento del arte que nos mueve y nos transforma”.


Ideas aleatorias que no muestran cómo salvar a un muerto

Cada lugar evoluciona dependiendo de muchos factores contextuales, pero esto, es un axioma.

Lo contemporáneo designa una gran heterogeneidad de conceptos que siempre son caducos con respecto a lo actual. En el arte, la heterogeneidad de manifestaciones y tendencias están relacionadas –la mayoría– con las creaciones artísticas de la segunda mitad del siglo XX (performance, happening, body art, arte conceptual, video arte, instalación, etc.). Y cabe la pregunta, ¿de qué hablamos hoy en día cuando afirmamos que en Cuba hay arte contemporáneo?

Para que la sociedad evolucione hacia algún patrón que ya se encuentra instaurado en otra sociedad, tiene que haber valores compartidos entre los sujetos elitistas que determinen un canon a seguir por los demás, o tiene que existir un cambio de paradigma. La sociedad evoluciona dando pequeños pasos secuenciales hacia la complejidad, pero, hasta que el paradigma no se legitime como canon, no se establece una base sólida a seguir, por lo que solo hay golondrinas aisladas, y no aflora el verano.

Santiago de Cuba se ha quedado varado en el tiempo; es un barco encallado que solo enseña la proa flotante de pinturas y esculturas que rozan lo académico y tradicional en el arte. La pintura de este navío corroída por el tiempo y el salitre solo muestra que lo contemporáneo es lo pintoresco realizado por los artistas consagrados y los que se suponen que deberían ser “los conservadores” son el timón de lo más novedoso del acontecer artístico. Esta afirmación no quiere decir –por más que se adorne– que sus trabajos en mayoría estén a tono con las tendencias del arte a nivel mundial. Pero claro, cada país es una isla, cada persona es una isla y cada isla evoluciona según sus condiciones objetivas y subjetivas.

La disyuntiva del arte contemporáneo en Santiago, e intentar insertar el circuito artístico de la ciudad en lo más actual del arte requiere de múltiples factores.

No solo el artista es la figura que determina el cambio hacia la contemporaneidad. Los espacios legitimadores son de gran importancia, en este caso si Duchamp decidiera presentar un urinario, y la galería no se lo permitiera, nadie conociera a uno de los padres del arte contemporáneo. El cambio de paradigma debe incluir a las instituciones legitimadoras del arte y a sus representantes, que son «los protagonistas del mercado del arte» y deberían apostar por un equilibrio entre lo contemporáneo y lo tradicional.

Si de incentivo se trata, no podemos culpar a la pobre academia de artes visuales Joaquín Tejada[1], que nadie sabe por qué apuestan sus planes de clase, cuando de sus egresados no se oye hablar en el contexto santiaguero. Donde la cuna de las artes plásticas carga el feto del silencio, es una escuela que no suena dentro del marco cultural. Ya la justificación que se da a todo es que lo mejor se está yendo del país porque saben que su futuro está en otra isla y que ya no son dueños de la suya. Pero, y los que quedan, que se supone que no se fueron a fregar platos y que hacen arte, ¿dónde están? Dejo esta pregunta abierta para cuestionar solo eso: dónde está la motivación a ser parte de la burbuja del arte.

Cabe la pregunta por los artistas que ya tienen un legado, ¿quiénes serán nuestro relevo? Y la respuesta muy obvia sale a la luz como el grito agónico del silbato de tren antes de partir; parece no existir un relevo.

Afirmamos que hay un ínfimo relevo que intenta no ahogarse al saltar al mar del arte y encontrar que las instituciones entorpecen con políticas que deberían ser una realidad. Y cabe ver que no somos artistas, somos ajedrecistas que tenemos muchos amigos y aliados que nos ayudan a posicionar nuestra obra. Porque en este mundo de posverdad, no solo ser bueno te sirve para posicionarte, a veces –o por generalidad– te hace falta “sacrificar” más de ocho peones para lograr posicionar el objeto artístico.

Esto no significa que no existan personas que no desgarren su piel por intentar salvar el arte de los jóvenes y que para ello no “embarran de su sangre” a quien los rodea. Porque su punto no es solo complacer su idea filántropa de que la juventud puede hacer mejor arte, sino también “embarrar” a otros espíritus errantes de esa “sangre” cargada de la otredad para poder rescatar lo que está casi muerto.

En cuanto a los salones, contamos por suerte con dos[2] que intentan incluir las pocas golondrinas que se encuentran a grito desde el invierno pidiendo el verano de la contemporaneidad. Pero…  es cuestionable cuando del incentivo económico se trata, donde cabe la pregunta: ¿Cuál es la suma que te incentiva a ser parte en correspondencia con lo que te cuesta la inversión de una obra de arte o de una exposición? Pero no solo es una cuestión de economía. ¿Cuál es el incentivo de un artista a ser parte de lo que llaman –las políticas culturales de las instituciones en Santiago– “contemporáneo” cuando se mira desde el ojo de una aguja por el conservadurismo?

Solo somos una ciudad que en el marco artístico navega a lo que quisiera ser, pero se ahoga en el intento, al luchar constantemente contra burocracias.

Apostemos por estos salones que dentro sus concepciones tratan de “romper” los paradigmas tradicionales del arte santiaguero, y a través de la palabra “contemporáneo” nuclear a los artistas más inquietos del acontecer artístico. Pero debemos saber que los muertos no reviven, que hace falta no solo un cambio de paradigma para crear una vida nueva llamada “arte contemporáneo”. Porque de paradigmas no solo se hacen en el arte, también se hace de la cotidianidad que experimenta el sujeto como parte de sus experiencias. Y hasta que no se permita hablar de la cotidianidad tanto interior como exterior con una visión crítica y haya que pintar todo con el color de lo “correcto”, el arte seguirá siendo eso, un barco hundido con esmalte caído que intenta salir a flote.

Este texto no constituye una visión de cómo salvar el arte en Santiago de Cuba. Ni intenta aunar todos los males que este tiene, porque mil palabras no alcanzan parta pintar una casa, y porque las palabras, no pintan. Solo es la salpicadura de ideas que hablan sobre un muerto, “lo contemporáneo”, o peor, sobre un no nacido, porque para morir, primero hay que ser. Este texto es solo eso: un texto que cada sujeto es libre de interpretar y decidir si se queda con el cielo con la nube. El fin siempre es y será apostar por una renovación artística.

 

Notas:

[1] Academia de las Artes Plásticas de la provincia de Santiago de Cuba

[2] La provincia de Santiago de Cuba cuenta con dos salones de arte contemporáneo el Salón de Artes Visuales Experimentación (SAVE) desarrollado por el Centro Provincial de Artes Plásticas y Diseño y el Salón de Arte Contemporáneo René Valdés Cedeño realizado por la Fundación Caguayo.