Cuba


Becas, premios y eventos para unir el arte joven

Este 25 de abril, en el Salón de Mayo del Pabellón Cuba, la Asociación Hermanos Saíz (AHS) informó acerca de las convocatorias a becas y premios que cada año distingue a creadores en las diferentes categorías artísticas.

Yasel Toledo Garnache, presidente nacional de la AHS, presentó la campaña de comunicación para el año 2024 bajo el concepto o slogan “El arte nos une”, mediante la cual se articulan acciones de promoción de los escritores y artistas miembros, los eventos que coordina la AHS y el repaso por la historia de la organización con acciones por su aniversario de creada o el homenaje a Sergio y Luis, a quien le deben su nombre como asociación de la joven vanguardia artística en Cuba.

“El arte nos une”.

Esta campaña también pretende potenciar el trabajo artístico con miembros de la organización y jóvenes artistas en sentido general y el impacto de la organización en la sociedad.

Toledo Garnache refirió que la plataforma de becas y premios alcanzan la cifra de más de 30 convocatorias, las que han propiciado el apoyo para proyectos artísticos de gran relevancia en el arte cubano más reciente.

Entre las novedades del sistema de becas y premios, se encuentra la inserción de la Beca “Lázaro García” para trovadores de acuerdo con BisMusic.

También se convoca por primera vez, la Beca para Proyecto Transmedial, que lleva el nombre de José Luis Estrada Betancourt, periodista que acompañó a los jóvenes artistas y la promoción de la organización. La misma se convoca para todos los jóvenes cubanos y está dedicada a la producción de contenidos en plataformas digitales.

La nueva beca dedicada a los músicos lleva el nombre del Maestro de Juventudes Lázaro García. 

Por su parte, la Beca de creación para Radiodocumentales es una oportunidad para radialistas de contar historias que reflejen aspectos de la identidad nacional y la misma está financiada por Radio Rebelde.

Otro de los nuevos premios es el convocado para jóvenes artistas del ballet y lleva el nombre de Fernando Alonso.

La vicepresidenta Ana Irma Pérez refirió la importancia de las becas dedicadas a músicos y la necesidad de la concepción de una nueva, que lleva el nombre del Maestro de Juventudes Lázaro García.

La vicepresidenta Santa Masiel Rueda abordó los principales eventos que se organizan desde la AHS, y la realización de la próxima edición de las Romerías de Mayo, principal evento organizado por la joven vanguardia artística.

“Las becas y premios de la AHS son parte de su estrategia para potenciar el trabajo de los jóvenes artistas en cada una de las manifestaciones”.

En Romerías de Mayo confluyen varios eventos dedicados a las distintas manifestaciones del arte y a los jóvenes artistas y es uno de los grandes momentos para mostrar el arte y los proyectos que llevan adelante.

Las becas y premios de la AHS son parte de su estrategia para potenciar el trabajo de los jóvenes artistas en cada una de las manifestaciones; de igual manera cada evento coordinado por la organización es parte de su visibilidad al arte joven y sus hacedores.


El diseño de revistas en Cuba: pasado y presente

El diseño comunica en un contexto específico. Irrumpe en cada detalle de la vida del hombre; funcionalidad y estética se imbrican en aras de satisfacer las demandas cotidianas. Entre sus modalidades, la gráfica es la que mejor testimonia —artísticamente— la realidad. Proporciona información de una forma más transparente e impulsa la cultura visual.

Este tipo de representación siempre se ha debido a su tiempo. Aunque se emparenta con la plástica y obedece a sus tendencias, se ha anticipado a esta en la inclusión de códigos visuales de avanzada y en el retrato veraz de la sociedad. Incluso, con la aparición de la imprenta en Cuba, en el siglo xviii, lo cual supuso un primer hito en el país en materia de diseño, el comienzo de la actividad tipográfica se adelanta en casi dos décadas a las incipientes muestras de las «bellas artes».

A pesar de que en el siglo xix aparecen en la isla significativas publicaciones que contribuyeron al proceso de formación de nuestra identidad, como la Revista Bimestre Cubana en 1831, una de las de más larga vida en la nación, una primera eclosión del diseño gráfico la podemos apreciar en la Neocolonia. Las publicaciones periódicas recogen estilos de vida y las de esta etapa fueron cardinales en la renovación visual del arte cubano de vanguardia y en la imagen de modernidad de la República. Los caricaturistas, ilustradores y portadistas de la época colocaron al país al nivel de lo que se hacía en esta especialidad internacionalmente. 

Conrado Walter Massaguer, considerado uno de los padres de la caricatura cubana y el pionero del diseño gráfico moderno, es la figura más representativa. Sus ilustraciones y caricaturas de estilo costumbrista lo convirtieron en el cronista visual del período republicano e hicieron que su proyección gráfico-comunicativa fuera de las más significativas para definir tal momento. Esto le ganó un renombre en la gráfica internacional. Se caracterizaba por la precisión en los trazos, con énfasis en los detalles —tan importantes como los elementos centrales—, con lo que, unido a su atinado humor, lograba una técnica exquisita. Su notable desempeño —ya fuera como editor, ilustrador o director (artístico)— se evidencia en tres trascendentales revistas: Gráfico (1913-1918), Social (1916-1938) y Carteles (1919-1960).

Gráfico y Carteles se apoyaban en la fotografía para abordar importantes acontecimientos mundiales. La última, en 1924, con un cambio de formato y un despliegue de iniciativas, se propuso convertirse en «la mejor revista gráfica de Cuba Republicana». También incluyó en sus páginas la publicidad, lo que mostraba su habilidad para estar a la altura de publicaciones europeas y norteamericanas de este tipo. 

Por otro lado, Social, la más relevante de las tres (y de todas las del período), se estima que fue la primera revista del mundo en hacerse completamente con la técnica de impresión fotolitográfica. Su objetivo fue reflejar la vida habanera. Con su visualidad y colorido logra posicionarse entre las publicaciones homólogas de América. Representó la transición de la gráfica cubana de los años 20. Trascendió por su elevado valor artístico, justificado no solo por sus textos sino también por su lucimiento fotográfico, ilustrativo y tipográfico. Manifestó la influencia de la gráfica norteamericana y europea en el dibujo cubano, lo que se muestra, por citar un ejemplo, en el uso del cubismo en las portadas realizadas por el dibujante José Manuel Acosta.

Massaguer, aunque como buen alumno superó a su maestro, tuvo como referente al periodista y caricaturista Ricardo de la Torriente, conocido por la creación del popular personaje Liborio, que representaba al pueblo cubano y constituía una crítica contra el imperialismo yanqui. Con una hábil mixtura entre dibujo y texto, De la Torriente censuraba desde la caricatura. Graficó la revista El Fígaro, el periódico La Discusión y el semanario La Política Cómica, en el que alcanzó fama.

Otra publicación emblemática fue Bohemia, la más antigua de las revistas cubanas y latinoamericanas. Su primera edición circuló el 10 de mayo de 1908. Respaldada en la ilustración, reflejaba los sucesos actuales más relevantes. Su formato era parecido al de publicaciones europeas del momento. A partir de 1914, con el uso de portadas en tricromías (primera en hacerlo en Cuba) y el aumento de páginas, se afianza como negocio editorial.

La Revista de Avance (1927-1930), difusora del vanguardismo en la creación artística, también sobresalió por su contenido y diseño. Sus coloridas portadas contribuyeron a la promoción de la plástica. Carlos Enríquez, Eduardo Abela y Víctor Manuel figuran entre los pintores que dejaron huella en sus páginas.

 Estas revistas ofrecieron una visualidad artística a un público desprovisto de otras opciones para apreciar las tendencias más renovadoras de la pintura. Igualmente, se presume que, a través de ellas, se anticipó en, al menos una década, la aparición del arte moderno. 

Con el triunfo revolucionario se modeló una nueva imagen de Cuba, a tono con los cambios políticos y sociales. Se operó un cambio de paradigma, una forma distinta de ver y comunicar. Con la fundación del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (Icaic), la Casa de las Américas, la Imprenta Nacional y, en 1967, el Instituto Cubano del Libro, ocurre un verdadero impulso de la gráfica (nuevamente a la vanguardia con relación a las «bellas artes»). Se amplían la creación y circulación de revistas, principalmente culturales.

Lunes de Revolución (1959-1961) se caracterizó por el notorio uso de la fotografía y la calidad de su diseño, que contó con los artistas de la plástica Raúl Martínez, Antonia Eiriz y Mariano Rodríguez, y con el caricaturista René de la Nuez. Como ferviente deudora «de un legado que viene desde finales de la colonia cuando se fundan dos magníficas revistas: El Fígaro y La Habana Elegante, y que tiene su continuidad en el período republicano con Bohemia, Gráfico, Carteles y Social, así como una gráfica vinculada a los medios publicitarios en los cincuenta»,[1] revolucionó la gráfica del momento.

Casa de las Américas (1960); INRA (1960), luego devenida en Cuba (1962); Unión (1962); La Gaceta de Cuba (1962); Pueblo y Cultura, posteriormente Revolución y Cultura; El Caimán Barbudo (1966); y Tricontinental (1967) fueron de las revistas mejor diseñadas. Sus perfiles editoriales se impregnaron de visualidad y dinamismo, de la mano de diseñadores como José Gómez Fresquet (Frémez), Héctor Villaverde, Rafael Morante, Tony Évora y Alfredo Rostgaard; y de los fotógrafos Alberto Díaz Korda, Raúl Corrales y Liborio Noval.

Si bien en los años 60 y 70 el diseño gráfico cubano tuvo sus días de esplendor, a lo que contribuyeron los procesos de alfabetización y democratización del libro, los 80 y 90 fueron de crisis. Cerca de los 2000 ocurrió un renacimiento de las publicaciones periódicas, y muchas revistas comienzan a tener versiones digitales o electrónicas, que les propician un mayor alcance y nuevas posibilidades en su diseño.

En la actualidad, con el uso de la tecnología, el diseñador ahorra tiempo y esfuerzo, pero, a su vez, se vuelve más arriesgado y experimental. Las nuevas técnicas —de la cámara fotográfica, la computadora y los equipos de impresión— ofrecen mejores resultados en la visualidad y calidad de los productos impresos, todo en pos de llamar la atención del espectador e incitar a la lectura, ofrecer una comunicación expedita y eficaz, así como aprehender las transformaciones operadas en el individuo y la sociedad. 

Nota:

[1] Ángel Herrera Oviedo: «Cinco revistas que impulsaron el desarrollo del pensamiento cubano (1831-1959)», en http://www.cubaliteraria.cu/articulo.php?idarticulo=17142&idseccion=35.


Lo más importante es lo que hagamos

Todavía me parece escuchar las intervenciones, ver a cientos de jóvenes compartir, analizar y soñar. Éramos muchachos y muchachas de todas las provincias y los diferentes sectores de la sociedad, con el afán de ser útiles y hacer en el menor tiempo posible.

Al escuchar las anécdotas, las historias de vida de algunos, la profundidad de los debates y las propuestas, uno siente orgullo de esta generación. Allí estábamos campesinos, ingenieros, científicos, médicos, maestros, militares, artistas, intelectuales…, todos seducidos por el afán de ayudar, de contribuir al bienestar del pueblo.

El XII Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas, realizado del 2 al 4 de abril, fue inspirador, fuente de amistades y tal vez hasta de nuevos amores, pero sobre todo constituyó una plataforma vital de pensamiento y proyecciones de trabajo, para lograr la Cuba mejor que todos deseamos. Junto a nosotros también estaban el Presidente Miguel Díaz-Canel, otros integrantes de la dirección del país, los Comandantes de la Revolución Ramiro Valdés Menéndez y Guillermo García Frías y el Comandante del Ejército Rebelde José Ramón Machado Ventura.

Hablamos con sinceridad sobre los problemas, la necesidad de eliminar deficiencias y aprovechar la inteligencia colectiva de todas las generaciones para vencer los obstáculos de cualquier tipo, en un contexto nacional e internacional muy complejo.

Lo más importante será lo que hagamos en el futuro inmediato, como convirtamos las palabras en hechos a favor de toda la sociedad. Resulta esencial elevar la producción y la economía, y también alimentar la espiritualidad de la gente, conscientes de que en esto no existen botones mágicos ni basta con la voluntad.

Necesitamos proyectos mucho más abarcadores, que también inspiren, fortalezcan el orgullo nacional y nuestra identidad como cubanos, como parte de una plataforma descolonizadora, que debe incluir también avances en la solución de dificultades materiales.

Nuestras organizaciones, instituciones y otras entidades deben funcionar como el mejor reloj y proyectar de manera integradora propuestas, que sean cada vez más útiles al país. Los dirigentes, en los diferentes niveles, deben mantener siempre una conducta ejemplar, conscientes de la alta responsabilidad de ser servidores públicos, con todo lo que eso significa en cuanto a valores, superación, creatividad y voluntad de aprovechar las diferencias para tener propuestas cada vez más inclusivas desde el amor al país y su gente. Es preciso eliminar totalmente la corrupción, la indecencia, la burocracia y la lentitud en la atención a las personas.

La UJC y los jóvenes que la integramos tenemos el desafío de ser siempre vanguardia, lo cual implica superarnos en todo momento y tener la capacidad de motivar a otros, en cualquier lugar donde estemos. La UJC debe ser una especie de ser vivo, que impulse, salte, enamore, critique, contribuya a la unidad y haga para bien de todos.

En ese sentido otras organizaciones y movimientos juveniles, como la Federación Estudiantil Universitaria, la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media, la Asociación Hermanos Saíz, la Brigada de Instructores de Arte José Martí, el Movimiento Juvenil Martiano y las Brigadas Técnicas Juveniles tenemos mucho por hacer, readaptarnos a cada contexto y representar verdaderamente a los jóvenes que agrupamos, con fidelidad a las esencias, como parte de un entramado en el que también son vitales el periódico Juventud Rebelde y la Casa Editora Abril, con sus seis revistas y los libros.

El conocimiento profundo de la historia siempre será fuente indispensable de inspiración y fortaleza para todos los hijos de esta nación. Entre nuestros referentes también debemos incluir a los jóvenes poetas Luis y Sergio Saíz Montes de Oca, profundamente martianos y fidelistas, quienes fueron asesinados el 13 de agosto de 1957 en el poblado pinareño de San Juan y Martínez. Sus versos, los cuentos y artículos políticos revelan el compromiso de dos creadores que se mantienen palpitantes dentro de la actual Asociación Hermanos Saíz.

Nos ha tocado vivir una época de transformaciones, de grandes preguntas. Habitamos un planeta cada vez más complejo, en el que a las dificultades del mundo físico se suman las del virtual. La pasividad, el caminar con los ojos cerrados, el preferir el silencio antes que señalar un problema no son alternativas. Tenemos que ser protagonistas, Quijotes de este tiempo si fuese necesario, sin pesimismo jamás.

Creo en el poder de la poesía, y en la fuerza tremenda del arte, no solamente en galerías y escenarios, también en la vida cotidiana. Hay muchos versos en el esfuerzo diario, en la sonrisa de cada uno y en el afán de no rendirnos jamás. Eso también forma parte de ser cubano.

Las palabras del Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República Miguel Díaz-Canel merecen ser analizadas y debatidas por la claridad con que expuso elementos de los tiempos actuales, la confianza en los jóvenes y los retos que mencionó.

Como él expresó: “¡Ser vanguardia es ser los primeros en todo: los primeros en hacer y los primeros en exigir que se haga! Una organización juvenil de vanguardia, en Cuba, tiene que llevar consigo los símbolos y la historia que los trajo hasta aquí; pero también tiene el deber ineludible de sumar nuevos capítulos a esa historia y nuevos símbolos a la comunicación con sus bases…”

Son muchos los motivos para sentir orgullo de nuestro país y de nosotros mismos. Estamos escribiendo también páginas de historia y resistencia. Algún día los libros tendrán que hablar de este pueblo de hoy, de lo que estamos haciendo, pero sobre todo de cómo vamos a salir adelante. Ese será quizás el mejor poema de nuestras vidas.

*Publicado originalmente en Cubadebate.


Arte joven cubano presente en Festival Internacional Ciudad Mural de Mérida

Miembros de la Asociación Hermanos Saíz intervinieron en varios de sus espacios para promover el quehacer de la vanguardia artística joven de la Mayor de las Antillas y las oportunidades de creación de redes de promoción que integren a las nuevas generaciones de escritores y artistas de ambos países, unidos por lazos de solidaridad y tradiciones culturales.

Durante los días del evento, que concluyó este 16 de marzo, el joven artista cubano Javier Agudo realizó una de las obras de mayores dimensiones con elementos visuales identitarios de esta región venezolana.

Además, el Presidente Nacional de la AHS, Yasel Toledo Garnache participó en conversatorios y paneles para dar a conocer sobre las posibilidades de becas y premios de conjunto y así concretar proyectos internacionales que acrecienten las aproximaciones culturales entre naciones hermanas.

La VI edición del Festival Internacional Ciudad Mural en Mérida reunió a artistas de Cuba, Colombia y Venezuela, como país sede.

Desde el sitio oficial del evento se resaltó que fue “un encuentro de intercambio de saberes sobre las prácticas artísticas para posibilitar la senda hacia la construcción de nuevos caminos para la creación. Por eso en cada estación abrimos espacios para sembrar la semilla de la búsqueda, para dejar en las manos de quienes nos acompañan un nuevo mapa para el descubrimiento del arte que nos mueve y nos transforma”.


Ideas aleatorias que no muestran cómo salvar a un muerto

Cada lugar evoluciona dependiendo de muchos factores contextuales, pero esto, es un axioma.

Lo contemporáneo designa una gran heterogeneidad de conceptos que siempre son caducos con respecto a lo actual. En el arte, la heterogeneidad de manifestaciones y tendencias están relacionadas –la mayoría– con las creaciones artísticas de la segunda mitad del siglo XX (performance, happening, body art, arte conceptual, video arte, instalación, etc.). Y cabe la pregunta, ¿de qué hablamos hoy en día cuando afirmamos que en Cuba hay arte contemporáneo?

Para que la sociedad evolucione hacia algún patrón que ya se encuentra instaurado en otra sociedad, tiene que haber valores compartidos entre los sujetos elitistas que determinen un canon a seguir por los demás, o tiene que existir un cambio de paradigma. La sociedad evoluciona dando pequeños pasos secuenciales hacia la complejidad, pero, hasta que el paradigma no se legitime como canon, no se establece una base sólida a seguir, por lo que solo hay golondrinas aisladas, y no aflora el verano.

Santiago de Cuba se ha quedado varado en el tiempo; es un barco encallado que solo enseña la proa flotante de pinturas y esculturas que rozan lo académico y tradicional en el arte. La pintura de este navío corroída por el tiempo y el salitre solo muestra que lo contemporáneo es lo pintoresco realizado por los artistas consagrados y los que se suponen que deberían ser “los conservadores” son el timón de lo más novedoso del acontecer artístico. Esta afirmación no quiere decir –por más que se adorne– que sus trabajos en mayoría estén a tono con las tendencias del arte a nivel mundial. Pero claro, cada país es una isla, cada persona es una isla y cada isla evoluciona según sus condiciones objetivas y subjetivas.

La disyuntiva del arte contemporáneo en Santiago, e intentar insertar el circuito artístico de la ciudad en lo más actual del arte requiere de múltiples factores.

No solo el artista es la figura que determina el cambio hacia la contemporaneidad. Los espacios legitimadores son de gran importancia, en este caso si Duchamp decidiera presentar un urinario, y la galería no se lo permitiera, nadie conociera a uno de los padres del arte contemporáneo. El cambio de paradigma debe incluir a las instituciones legitimadoras del arte y a sus representantes, que son «los protagonistas del mercado del arte» y deberían apostar por un equilibrio entre lo contemporáneo y lo tradicional.

Si de incentivo se trata, no podemos culpar a la pobre academia de artes visuales Joaquín Tejada[1], que nadie sabe por qué apuestan sus planes de clase, cuando de sus egresados no se oye hablar en el contexto santiaguero. Donde la cuna de las artes plásticas carga el feto del silencio, es una escuela que no suena dentro del marco cultural. Ya la justificación que se da a todo es que lo mejor se está yendo del país porque saben que su futuro está en otra isla y que ya no son dueños de la suya. Pero, y los que quedan, que se supone que no se fueron a fregar platos y que hacen arte, ¿dónde están? Dejo esta pregunta abierta para cuestionar solo eso: dónde está la motivación a ser parte de la burbuja del arte.

Cabe la pregunta por los artistas que ya tienen un legado, ¿quiénes serán nuestro relevo? Y la respuesta muy obvia sale a la luz como el grito agónico del silbato de tren antes de partir; parece no existir un relevo.

Afirmamos que hay un ínfimo relevo que intenta no ahogarse al saltar al mar del arte y encontrar que las instituciones entorpecen con políticas que deberían ser una realidad. Y cabe ver que no somos artistas, somos ajedrecistas que tenemos muchos amigos y aliados que nos ayudan a posicionar nuestra obra. Porque en este mundo de posverdad, no solo ser bueno te sirve para posicionarte, a veces –o por generalidad– te hace falta “sacrificar” más de ocho peones para lograr posicionar el objeto artístico.

Esto no significa que no existan personas que no desgarren su piel por intentar salvar el arte de los jóvenes y que para ello no “embarran de su sangre” a quien los rodea. Porque su punto no es solo complacer su idea filántropa de que la juventud puede hacer mejor arte, sino también “embarrar” a otros espíritus errantes de esa “sangre” cargada de la otredad para poder rescatar lo que está casi muerto.

En cuanto a los salones, contamos por suerte con dos[2] que intentan incluir las pocas golondrinas que se encuentran a grito desde el invierno pidiendo el verano de la contemporaneidad. Pero…  es cuestionable cuando del incentivo económico se trata, donde cabe la pregunta: ¿Cuál es la suma que te incentiva a ser parte en correspondencia con lo que te cuesta la inversión de una obra de arte o de una exposición? Pero no solo es una cuestión de economía. ¿Cuál es el incentivo de un artista a ser parte de lo que llaman –las políticas culturales de las instituciones en Santiago– “contemporáneo” cuando se mira desde el ojo de una aguja por el conservadurismo?

Solo somos una ciudad que en el marco artístico navega a lo que quisiera ser, pero se ahoga en el intento, al luchar constantemente contra burocracias.

Apostemos por estos salones que dentro sus concepciones tratan de “romper” los paradigmas tradicionales del arte santiaguero, y a través de la palabra “contemporáneo” nuclear a los artistas más inquietos del acontecer artístico. Pero debemos saber que los muertos no reviven, que hace falta no solo un cambio de paradigma para crear una vida nueva llamada “arte contemporáneo”. Porque de paradigmas no solo se hacen en el arte, también se hace de la cotidianidad que experimenta el sujeto como parte de sus experiencias. Y hasta que no se permita hablar de la cotidianidad tanto interior como exterior con una visión crítica y haya que pintar todo con el color de lo “correcto”, el arte seguirá siendo eso, un barco hundido con esmalte caído que intenta salir a flote.

Este texto no constituye una visión de cómo salvar el arte en Santiago de Cuba. Ni intenta aunar todos los males que este tiene, porque mil palabras no alcanzan parta pintar una casa, y porque las palabras, no pintan. Solo es la salpicadura de ideas que hablan sobre un muerto, “lo contemporáneo”, o peor, sobre un no nacido, porque para morir, primero hay que ser. Este texto es solo eso: un texto que cada sujeto es libre de interpretar y decidir si se queda con el cielo con la nube. El fin siempre es y será apostar por una renovación artística.

 

Notas:

[1] Academia de las Artes Plásticas de la provincia de Santiago de Cuba

[2] La provincia de Santiago de Cuba cuenta con dos salones de arte contemporáneo el Salón de Artes Visuales Experimentación (SAVE) desarrollado por el Centro Provincial de Artes Plásticas y Diseño y el Salón de Arte Contemporáneo René Valdés Cedeño realizado por la Fundación Caguayo.


La crítica cinematográfica: ni impresionismo, ni método

Formar un receptor inteligente y capaz de consumir cultura críticamente constituye una de las prioridades de cualquier empeño cultural. La crítica de arte se considera necesaria en medio de un torrente informativo y es también, como escribió Cintio Vitier, “en principio, dos cosas: iluminación de la obra desde la obra misma, y, después, toma de partido frente a ella”.

Entre todas las manifestaciones el cine llama la atención por ser arte, técnica, vehículo portador de ideología y mensajes que circulan en la sociedad y por ser industria y mercado. Sobre estas cuatro miradas o maneras de acercarnos al cine y la creación audiovisual desde la comunicación, el periodismo y la crítica cinematográfica dialogó en un conversatorio el periodista y crítico Rafael Grillo, como parte del Festival Nacional del Audiovisual “Por primera vez”, realizado en la ciudad de Holguín del 21 al 24 de febrero.

El también miembro de la revista cultural El Caimán Barbudo profundizó en la capacidad del crítico como mediador, “esa persona encargada de mirar y escudriñar desde todos los ángulos y hacerlo desde todos los géneros posibles”, porque los públicos necesitan ser orientados y el crítico juega un papel importante, sobre todo en los niveles de comercialización y distribución del cine. “Debe ser ese farolito que se prende entre tanta información”, alertó.

Criticar significa, en tanto, pensar, razonar, poner toda teoría o pensamiento en tela de juicio. Pensar es juzgar; la crítica por tanto es una actitud activa en la conformación de ideas. Asumir la crítica desde la hermenéutica, propone Rafael Grillo, con un criterio que ayude a construir determinados horizontes, no así desde las opiniones valorativas. “No es destruir ni ensalzar a nadie, es ayudar a entender determinado producto desde todas las miradas, porque de las malas películas también se aprende, y de los conflictos también, pues es parte de la naturaleza y de la evolución natural de las cosas, de la propia vida”.

Para Grillo, también narrador y presidente de la Asociación Cubana de la Crítica Cinematográfica (ACPC), no hay nada mejor que una mala crítica o la censura para un material audiovisual, ese criterio que llame la atención por encima de estereotipos, pues al final logra poner un foco de atención sobre algo que también es importante, aunque reconoce que en la isla la crítica es paternalista con el cine cubano. Enfatizó, asimismo, que la producción nacional está necesitada de una crítica sólida, pues como alertaba Rufo Caballero: “En Cuba tenemos buenos críticos, pero no hay una crítica como sistema, sólida”.

En este contexto también abordó las capacidades de un periodista para ejercer la crítica con tenacidad y responsabilidad, especialmente en los medios y a través de todos los géneros posibles, observando la necesidad de interpretación que demanda el periodismo contemporáneo, cuando muchos creen que la crítica de arte debe ser prioridad y terreno casi absoluto de los medios especializados. Y lo que sucede es que en este acto del genio, como diría Alfonso Reyes, no todos la alcanzan: “Ni todo es impresionismo, ni todo es método”.


Artes visuales tuneras: ¿Cerrando ciclos?

En los últimos meses del ya pasado 2023 las artes visuales tuneras estuvieron en el centro de las noticias culturales: exposiciones, salones, reapertura de galerías, proyectos colectivos que empiezan a materializarse y hasta críticas en las redes sociales. Muchas miradas apuntaron hacia allí, miradas que por tiempo se tornaban esquivas. Un repaso por esas muestras, gran parte de ellas todavía abiertas al público, permiten visualizar un camino, que no exento de tropiezos, parece al fin encontrarse.

El mes de octubre traía la esperada reapertura de la galería Fayad Jamís del Fondo Cubano de Bienes Culturales, luego de dos años de cerrada al público; para ello se reservó una expo que suscitó varios análisis y opiniones de artistas y especialistas. Aquí Estamos fue el nombre elegido, como para reafirmar que los artistas tuneros están haciendo arte en medio de un panorama galerístico que se vislumbraba desalentador. Unos días antes el Salón UNEAC, quizás sin saberlo, nos daba una pequeña muestra de lo que sería.

Más de una veintena de artistas de diferentes generaciones se reunieron en la citada galería. Conceptos vanguardistas afianzados en el paisaje artístico tunero, desde Jesús Vega Faura, Yamila Coma, Alexis Roselló o Rogelio Ricard,o acompañados de una generación pujante que revierte códigos y hace de la posmodernidad su bandera. Luis Antonio González, Liset Gutiérrez o Jarol Rodríguez demuestran el talento y empuje de los más jóvenes que apuestan por la experimentación sin abandonar las técnicas tradicionales. Diversidad de estilos y lenguajes en grabados, esculturas y fotografías coexisten en la Fayad Jamís. Sinergia que se siente a ratos forzada y en la que se respira cierto ahogo por la cantidad de obras en un espacio que les quedó pequeño. Solo gracias a la curaduría y disposición oportuna de tantas piezas se logró atraer y dialogar con los visitantes, que felizmente no han sido pocos. Y ese es otro de los méritos de la exposición, la capacidad de convocatoria y promoción que tuvo al incentivar a los críticos a emitir análisis en torno a la muestra.

Noviembre nos sorprendía con la grata noticia de que se retomaría el Salón de Pequeño Formato José Antonio Díaz Peláez, en el Centro de Desarrollo para las Artes Visuales. Tras varios años de ausencia llegó nuevamente para revitalizar esta manifestación en una provincia en la que, más allá de un epíteto, el arte escultórico echó raíces. 

Mucho se extraña la escultura en la mayoría de las exposiciones y amén de conceptos reiterativos e inacabados, el Salón demostró que al convocar y motivar a los artistas, unido al aprovechamiento de recursos no convencionales, se pueden lograr trabajos dignos y provocadores. Paralelo se realizaron otras iniciativas como conversatorios y espacios teóricos que, sin tener el alcance de antaño, dio indicios de un interés por reanudar las inolvidables Bienales de Escultura.

Por su parte la expo colectiva Año Cero sorprendió con su lenguaje provocativo, arrollador. Las instalaciones artísticas, propias del arte contemporáneo conceptual, proponen la intervención de espacios mediante la utilización de diversos materiales, medios físicos visuales o sonoros. Sin dudas el espectador tunero estaba ávido de disfrutar este tipo de propuestas.

En la galería del Consejo de las Artes Plásticas encontramos siete artistas, siete voces, a veces gritos que invitan al diálogo más que a la contemplación. Llega como parte del proyecto Zona Creativa, que bajo la guía del artista Leonardo Fuentes Caballín pretende incentivar la creación al apostar por espacios y recursos alternativos.

Por último se nos presenta Selfie como ese espejo donde nos autodescubrimos y revelamos nuestra esencia. Veintisiete autorretratos de varios creadores que desde sus particulares estilos dibujaron más que al artista al ser humano que son. Pinturas, fotografías y dibujos componen la exhibición tan atrevida como sugerente y que dio espacio a varias voces que llevaban tiempo fuera de las galerías, en la que se recogen nombres como Yamila Coma, Alexander Lecusay, Damayanty Mena, Gustavo Polanco.

Aunque cada obra posee el encanto de atrapar el gesto del artista desde su propia mirada e introspección, vale resaltar el trabajo de dos mujeres cuyos lenguajes van ganando fuerza en el circuito galerístico. Daimí Silva con la belleza y pureza de sus trazos nos revela la mujer-artista desde una visión hedónica en la que se sabe libre y talentosa, gustosa de su condición. Y Liset Gutiérrez, quien prefiere desdibujar el rostro, presentarlo como un todo en el que cada mujer puede pintarse y encontrarse a sí misma. Su obra se alza como denuncia por tantas veces que a las mujeres les ha tocado esconderse, callar. Todavía está a tiempo de visitar esta exposición en la sede de la Fundación Nicolás Guillén y disfrutar de una muestra original y convincente.

Me gustaría pensar que más que cerrar, los últimos meses del año abrieron ciclos creativos, de dinamización, en los que finalmente los artistas y públicos se encontraron, se generaron debates profundos y analíticos sobre los procesos creativos, donde las instituciones cumplieron su objeto social y convocaron a sus artistas, convirtiéndose las galerías en ese espacio vital que necesita hace mucho el arte tunero.


AHS en Matanzas propone diversas actividades y eventos para este 2024

La Asociación Hermanos Saíz en Matanzas arriba a este 2024 con diversas propuestas en las diferentes manifestaciones artísticas. A finales del mes de enero la entidad cultural desarrollará una antesala de su más importante evento anual, el Festival Atenas Rock.

Yadiel Durán, presidente de la AHS en la provincia, explicó que este encuentro contará con la presencia de bandas defensoras del género de Pinar del Río y La Habana, junto con las yumurinas. El Metalink, entre el 26 y 27 de enero, se iniciará a las 10:00 a.m en el Patio Colonial con la ya conocida Expo de tatuajes.

Por su parte el Festival, previsto para el mes de junio, contará con diferentes particularidades en su edición del 2024, entre ellas la participación de bandas y artistas extranjeros. Durán argumentó que la cartelera se dará a conocer una vez lanzada la convocatoria.

“Como ya lo hemos desarrollado en ediciones anteriores, este año planeamos expandir el festival por diferentes espacios de la ciudad, entre ellos algunos bares que nos acompañan como patrocinadores del evento, con presentaciones de algunas agrupaciones en su espacio. Estaremos presentes en el Teatro Sauto, donde serán los conciertos de inauguración y de clausura, y posiblemente la grabación de un programa de televisión”, agregó.

El Festival Atenal Rock 2024 mantendrá como escenario principal el Centro Cultural Entre Puentes.

A lo largo del presente año la AHS en Matanzas desarrollará diversas actividades, entre ellas el otorgamiento del Premio Aldabón, de la editorial homónima. Durante el mes de marzo se realizará un evento de artes visuales como antesala de la tercera edición de la Bienal de la Habana en Matanzas, y septiembre traerá la propuesta del Evento de Crítica e Investigación. La Feria del Libro contará con su habitual espacio en el Parque de los Chivos.

El mes de octubre resultará uno de los más cargados de actividades. Durante ese período la AHS provincial celebrará el aniversario 46 de su creación y la Jornada de la Cultura Cubana.

Con respecto a las proyecciones de trabajo, el Presidente de la Asociación detalló que con la nueva directiva nacional llegaban “nuevas miradas en la manera de asumir la guía de la organización a nivel nacional.

“En nuestra provincia contamos con dos nuevos vice presidentes y vienen con muchos deseos de hacer.  Esto es algo que la organización siempre va a agradecer, que los jóvenes estén dispuestos a querer hacer siempre algo más, aun en medio de todas las carencias que tenemos para la producción.”

La vanguardia artística juvenil en Matanzas, encabezada por la Asociación Hermanos Saíz, ratifica su empeño y deseos de seguir creando para el público yumurino.


2023, año fructífero para la AHS en Pinar del Río

A pesar del complejo escenario económico que vive Cuba, la Asociación Hermanos Saíz (AHS) en Pinar del Río no detuvo su quehacer en 2023 y se consolidó la creación artística como premisa. 

   La Casa del Joven Creador, en plena urbe vueltabajera, mantuvo una programación estable y de calidad, y devino eje de las diversas manifestaciones y sus públicos.

   Para Yusley Izquierdo Sierra, presidente de la AHS en este occidental territorio, la gira Arte en Movimiento permitió, por primera vez, llegar a casi todos los municipios con una representación de la obra de exponentes de la organización.   

   Apostamos por ella como un proyecto permanente que nos posibilite este año volver a las comunidades, a lugares a los que muy pocas veces van los artistas, aseguró a la Agencia Cubana de Noticias. 

   El proceso del IV Congreso comenzó en el país con las reuniones de secciones y células, de las cuales salieron buena parte de los temas que seguimos abordando todo el calendario, incluso en la asamblea provincial de Pinar del Río en el mes de junio, apuntó.

   Destacó que las sesiones finales del Congreso, en La Habana, en el mes de noviembre, marcaron algunas de las cuestiones en las que deben continuar el trabajo de la Asociación. 

   Las becas y premios de la AHS nacional siguieron siendo incentivos para el impulso de los más disímiles proyectos de los asociados. 

   De los eventos que cada año convoca la organización en Vueltabajo, sin dudas la jornada 13 de Agosto estuvo entre los más emotivos por el homenaje a Sergio y Luis Saíz y la preservación de la obra de esos jóvenes poetas y revolucionarios.  

   Asimismo, el encuentro y concurso de jóvenes radialistas La Vuelta Abajo contribuyó a repensar la radio para las nuevas generaciones en un contexto marcado por la influencia de diferentes plataformas.      

   No renunciamos al sueño de convertir al Pista Rita- en la ciudad capital- en plaza cultural de la AHS, y ya ha cambiado un poco su imagen, apuntó Izquierdo Sierra.  

   Tras el paso del huracán Ian por la provincia, no fueron pocas las manos que pusieron su empeño en limpiar el lugar y crear las condiciones mínimas para darle valor de uso, pero aún queda por hacer. 

   Este año la joven vanguardia artística pinareña también tiene el reto de seguir creando, pese a adversidades, por la defensa de la cultura cubana. 


Ecos de un Festival para “cinéfilos de provincia”

El recién Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, una de las proezas culturales de la región, expandió, en su edición 44, sus ecos hacia otras provincias, entre ellas Holguín, con la proyección de filmes presentados en ediciones anteriores del evento surgido en 1979 en La Habana, con las premisas del Nuevo Cine Latinoamericano (NCLA) como guía.

¿Qué es el NCLA y que nos llegó, en las películas que vimos en esa muestra, de su apogeo hace más de 50 años y sus continuas permutaciones y búsquedas? El NCLA fue más que la sumatoria de cinematografías nacionales aunadas por el idioma, las historias comunes y la similitud de caracteres nacionales, pues se convirtió en el respaldo audiovisual, en uno de los modos de representación, de una época cambiante y signada por las utopías de izquierda y los constantes cambios políticos, con sus turbulencias. Si bien los primeros avances del movimiento surgen a fines de los años 50, con obras en Argentina y Cuba, no se fortaleció y cobró conciencia de conjunto hasta el cierre de la década siguiente, en Viña del Mar, Chile, para volver a despuntar en La Habana, enfocando sus miras al subdesarrollo, la dependencia y la opresión como características que documentales como los iniciáticos El mégano (Julio García Espinosa y Tomás Gutiérrez Alea, 1955) y Tire dié (Fernando Birri, 1960) ya habían abordado.

Las películas que llegaron a Holguín no fueron parte de la competencia por el Coral en esta 44 edición del Festival, pero sí son filmes importantes a la hora de cartografiar la producción latinoamericana más reciente. Algunas en mayor medida, como ese clásico que es La historia oficial (1985) del argentino Luis Puenzo, o las premiadas y promocionadas Amores perros (2000), del mexicano Alejandro González Iñárritu y las también argentinas La ciénaga (2001) de Lucrecia Martel, y El secreto de sus ojos (2009) de Juan José Campanella. Todos son, de alguna manera, filmes destacables, en los que están presentes muchas de las singularidades del cine de la región: desde la desdramatización y la contemplación (la obra de la Martel) hasta el reciclaje genérico, con el cine histórico, como en La llorona (2019) del guatemalteco Jairo Bustamante, el melodrama, el cine criminal (El ángel, 2018, de Luis Ortega), la comedia (la argentina La odisea de los Giles, de 2019, de Sebastián Borensztein, con la que inició la muestra, cuyas proyecciones se han realizado en una pantalla al aire libre, frente al cine Martí). Desde la presencia de la hibridación, el pastiche y la intertextualidad, hasta el predominio de la violencia y la marginalidad, como en la propia Amores perros. Desde el llamado culto a la otredad, enfocado desde el discurso femenino (nuevamente Lucrecia Martel y su atractiva ópera prima, La ciénaga), la racialidad, los exilios y desarraigos y la diversidad sexual, como en Una mujer fantástica, 2017, del chileno Sebastián Lelio, hasta la presencia, como rasgos también del cine regional del presente siglo, del criticismo y la inconformidad, del desencanto, la distopía y la desintegración, junto a miradas a la intimidad y a las familias en crisis, como en Roma (2018) del mexicano Alfonso Cuarón.

Fotos Robert Rodríguez

Volviendo a la pregunta inicial: el NCLA creció y se fortaleció desde las especificidades sociales, económicas y culturales de cada país. Como han subrayado Joel del Río y María Caridad Cumaná en Latitudes del marguen. El cine latinoamericano ante el tercer milenio, este cine tuvo que hacerse a veces más simbolista y metafórico, condicionado por circunstancias políticas; otras veces se dejó permear por las influencias documentales. Si algunos realizadores optaron por la linealidad narrativa y clásica, otros se afianzaron en la metáfora y la ruptura lingüística. Visto en perspectiva, el NCLA se apoyaba más en el nacionalismo cultural y en programas sociales y políticos de las izquierdas latinoamericanas, que en la coherencia estética o en un estilo representacional predeterminado. Siempre se destacó más por lo que no quería ser, que por imponer lineamientos con carácter normativo o programático, aunque hoy sí son subrayables tres grandes principios del NCLA: la contribución al desarrollo de culturales nacionales lo suficientemente fuertes como para retar la penetración y el colonialismo cultural; la determinación de perspectivas continentales a los problemas del subdesarrollo común, o sea, la lucha por la integración; y el incremento de la conciencia popular, a partir de mostrar críticamente los conflictos sociales. Todo ello se resumía en potenciar una agenda ideológica y política, y un compromiso con los ideales de la izquierda, con características diversas en cada país, en Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Colombia, Cuba, México, Uruguay y Venezuela, sobre todo; pero, en general, por ser fiel a las prácticas marginales, alternativas, vanguardistas, oposicionales y anti-mainstream en el cine.

Las estéticas y la ética de los fundadores del NCLA —ese cine imperfecto y revolucionario en el sentido más amplio de la palabra, al decir de Julio García Espinosa; el cine de una cámara en la mano y una idea en la cabeza, según el brasileño Glauber Rocha— continuaron reverdeciendo (y lo sigue haciendo, pues es parte de su esencia y de la propia realidad del país y el continente) en cualquier lugar del área donde existe avidez por imágenes cercanas a la verdad, ansias por confirmar la identidad nacional, como en las búsquedas iniciales, y valentía y moral para denunciar, desde el audiovisual, las penurias materiales y espirituales de una región multicultural, diversa y martiana, que se extiende desde el río Bravo hasta la Patagonia, como lo confirmó esta selección de filmes del Festival que recién se exhibió en Holguín.