Yeinier Aguilera Concepción


Alejandro Rama: «A pesar de las lejanías»

Son muchas las causas por las que un creador no obtiene el reconocimiento deseado o merecido. Lamentablemente hay quienes se escudan detrás de la lastimosa fatalidad geográfica para justificar su ostracismo. Sin embargo, la historia de la literatura cubana está repleta de autores que no se dejaron abrumar por la lejanía de sus terruños con respecto a la capital, y se convirtieron en grandes de las letras. Delfín Prats, Guillermo Vidal y Samuel Feijóo son algunos de ellos.

Por este mismo camino transita Geonel Alejandro Rama Alemán, asociado de la AHS en Las Tunas, quien recorre de vez en cuando los casi 50 kilómetros entre la capital tunera y su natal Manatí. Con él conversé sobre algunos temas que lo inquietan y lo definen como escritor. Es evidente que Rama, como le dicen los amigos, no toma en serio los fatalismos territoriales y hasta el momento lleva un buen paso en su carrera literaria.

Obtuviste en 2016 el premio José Soler Puig con el libro Grunge, y en 2018 con Mecánica de las naranjas el premio La llave pública, ambas son obras narrativa. ¿Qué estética o temas prefieres para cultivar este género?

Me gusta narrar a través del mundo interno de los personajes. Que sus preocupaciones, manías, suerte o infortunio contribuyan a crear una atmósfera enriquecedora para el texto y me permita decir lo que me inquieta y obsesiona como autor. Pienso en el libro como un edificio de historias donde todo quede bien acoplado para dar solidez a la estructura.

¿Consideras que tienes similitudes con autores de tu generación o te alejas de la narrativa cubana actual para lograr tu propia voz?

A nivel de lenguaje creo que me acerco un poco, aunque en el proceso creativo no me dé cuenta. Libros como los de Alejandra Damiani y Maikel Paneque tienen similitudes con los míos. Esto lo veo un poco más tarde cuando dejo enfriar lo que escribo. Estructuralmente trato de ser diferente. Soy de los que piensa que en la literatura cubana hay bastante diversidad de estilos y lenguajes. Hay cierta dispersión en los autores de mi generación.

Alejandro Rama. Foto: Yeinier Aguilera

 ¿Crees que esa diversidad o dispersión esté dada por la lejanía geográfica o la disminución de eventos donde socializar las ideas y las obras?

En cierta forma sí.

¿Un pinareño piensa y escribe diferente a un guantanamero?

Cuba es una sola, pero a veces los problemas que enfrentamos no son los mismos ni se ven con la misma óptica. También gracias a la informatización y las tecnologías se pueden buscar fuentes de conocimientos casi infinitas que ayudan a esta diversidad.

¿Entonces para ti no hay peligro de caer en la monotonía literaria y el arte de la intrascendencia?

No obstante, a esta diversidad hay una tendencia peligrosa de algunos que escriben libros donde el escritor narra la vida del escritor. Esto lleva a que se olvide al resto de la humanidad. Se descuidan los públicos y uno de los principios fundamentales de la literatura: el de comunicar de forma clara. Encriptan tanto el mensaje que los libros solo les interesan a una minoría de lectores selectos. Otra cosa es la falta o la mala orientación de algunos escritores jóvenes en cuanto a la bibliografía que deben consumir para mejorar su obra.

¿Sigues trabajando con la narrativa para adultos o piensas incursionar en otros géneros?

En estos momentos trabajo en un proyecto de literatura para adolescentes y jóvenes. Me parece que el lector juvenil está algo olvidado. En Cuba es difícil encontrar narrativa de este tipo. Aunque la producción literaria mundial es muy variada para estos lectores.

No digo que aquí no existan autores que escriban para este público. Simplemente me parece que hay pocos y considero importante escribir para ellos, porque es una edad en la que comienza a definirse el comportamiento y la conducta del ser humano. Y creo que desde nuestra literatura podemos contribuir a ello.

Si algún día se te diera la oportunidad, ¿te irías de Manatí hacía otra ciudad más grande?

Eso depende de muchas cosas. La familia, las posibilidades económicas o profesionales me pueden retener en mi pueblo o hacer que salga de él. Ahora vivo en Manatí y desde allí he escrito casi todos mis libros. El futuro tiene la última palabra. Pero creo que lo realmente importante es escribir en cualquier lugar que uno habite.



D´Mente: Un rapero sui géneris

Adrián Vega, más conocido como D´mente, vuelve a estar nominado a los Premios Lucas en la categoría de mejor video de Hip hop. Esta vez con la obra Olor a ti perteneciente al CD Heridas sonoras. Por estos días anda muy atareado y feliz. Pero esto no impidió que nos sentáramos un momento en el café de la Uneac para conversar sobre su trabajo como rapero y realizador audiovisual.

cortesía D´mente

Una vez más estás nominado a los Premios Lucas. ¿Qué significa para ti estar nuevamente propuesto para este galardón?

No es coincidencia que esta sea la tercera nominación que recibo. Significa que mi trabajo va ganando en calidad a pesar que todavía no tengo el premio al mejor video del género. Aunque me dieron un trofeo especial cuando la gira de los Lucas por las provincias. Esto fue debido al tiempo que llevo mandando mi trabajo al certamen. Una nueva nominación me da energía para seguir creando y aspirar algún día a ser el ganador del premio al mejor video clic de Hip hop. Esa es mi meta dentro de los Lucas.

Tu estética como realizador de video clic es poco frecuente dentro del género y se aleja un poco de otros realizadores. ¿A qué se debe este alejamiento?

Los videos de Rap casi siempre son de temas urbanos. Tratan la marginalidad, lo que se vive cada día en las calles. Desde niño siempre me gustó mucho el dibujo y es algo que todavía disfruto. He hecho algunas historietas y cuentos que he mezclado con el diseño gráfico y la animación. De ahí el resultado de mi trabajo como realizador. Trato, a través de esta forma mía de ver las cosas, de darle una estética nueva al Hip hop. No siempre los temas pueden ser sobre los barrios marginales. Hay otras variantes en las que se puede explotar este género.

cortesía D´mente

¿Consideras que esta estética en el audiovisual le puede interesar al público consumidor de Rap?

A los primeros que les interesa es a los niños. A ellos les encantan los videos de animación porque están cargados de paisajes, criaturas místicas y colores. En cuanto a los consumidores y creadores, tres raperos me han pedido que les haga videos con este tipo de técnica. También mi objetivo es que el Hip hop no solo llegue a los raperos, sino al público en general. Creo que lo he logrado porque muchas personas en la calle que no conocen la cultura Hip hop ni escuchan habitualmente Rap me detienen para decirme que les gustó mi video.

¿Piensas mantener la técnica de animación en los próximos videos o cambiarás la manera de llevar tus temas al audiovisual?

Tengo nuevos planes para el año que viene. Quiero experimentar con las imágenes reales y la animación. Fusionar estas técnicas siempre pensando en lo novedoso. Trataré de que el tiempo me lo permita pues acabo de tener un hijo y la paternidad es algo lindo que merece mucha atención. No obstante a esto, espero volver a estar entre los nominados para los próximos Premios Lucas. 



Un poeta eternamente joven

Antonio Borrego Aguilera (Tony) es un escritor con tanto vuelo poético que en estos momentos su alma debe planear sobre nuestras cabezas rumbo al nirvana de la literatura. Pero es muy temprano para mitificar al hombre. Me referiré a Tony, el escritor, el amigo, el ser humano que caminaba por las calles de Cuba con la condición de poeta por delante. Reconocido como tal por artistas y no artistas. 

Junto a otros destacados creadores del territorio fue fundador de la Filial Provincial de la AHS en Las Tunas. Siempre estuvo al lado de los jóvenes. No solo escritores, y lo valida la influencia de su obra en las artes plásticas y audiovisuales. Varios músicos se valieron de la fuerza expresiva de su poesía para enriquecer los acordes.

Era común verlo sentado en un parque, en el patio de la Casa del Joven Creador o en la Uneac. Acompañado casi siempre de amigos que lo seguían y reverenciaban porque nunca trató a nadie desde la presunción y la distancia que establecen algunos encumbrados del arte. Respetaba a su vez el arte joven, no menospreciaba a los nuevos talentos y siempre tenía tiempo para compartir un poema recién escrito o escuchar y dar su parecer acerca de la obra de un colega.

Foto: Saymi Torres.

Ayudaba al que podía y como podía, aunque esto no es sinónimo de bonanza sin límites, pues también tenía sus días malos en los que se volvía un poco terco y beligerante. En más de una ocasión lo vi discutir y hasta creerse un Pushkin moderno que defendía a puño limpio sus opiniones.

Publicó más de 10 libros en diferentes géneros literarios. Entre ellos se destacan Doy gracias a Dios de ser ateo, Diapositivas, Juegos lunares, Ovejas y demonios, Los días de Dios y en estos momentos está en fase de publicación  La eternidad no alcanza para todos. Aparece en antologías de España, México, Argentina, Chile, Italia, Portugal y Brasil, además de numerosas colaboraciones en revistas tanto cubanas como foráneas.

A pocos días de su partida física ya se le extraña. Por la contundencia y calidad de su obra, por la fuerza de su personalidad lo recordaremos y estará entre nosotros. Para quienes lo conocieron, siempre será un poeta eternamente joven.



Clarostuyo: para reír y pensar

Con una mixtura casi perfecta entre la música de concierto y el teatro, se reabrieron las puertas del Centro Cultural Teatro Tuyo. La actuación tuvo lugar en el ámbito de la decimotercera edición del festival Entremúsica, auspiciado por la Asociación Hermanos Saíz en Las Tunas.

El dúo de música clásica Claroscuro, integrado por los jóvenes músicos Clarissa Pérez Hernández (violinista) y Carlos Fernández Castro (pianista), junto a Papote y Chocolina, personajes de los actores Ernesto Parra y Aixa Prowll, protagonizaron una divertida obra teatral.

El virtuosismo de los actores y la originalidad es una constante que siempre acompaña el trabajo de Teatro Tuyo. La puesta atrapa la atención de adultos y niños por igual en una trama donde los payasos, como ayudantes y tramoyistas de los músicos,los mortifican y tratan de igualarse a estos.

Con una ingeniosa utilización de las luces en función de la melodía, la pareja de músicos interpretan obras de Astor Piazzola y José White, entre otras piezas de destacados compositores del pentagrama nacional y del mundo. En una interacción armónica, los clowns divierten a los pequeños espectadores mientras que a los adultos el espectáculo les sirve como ejercicio polisémico para reflexionar y sacar sus propias lecturas.

Otro elemento a destacar es la utilización de títeres muy sencillos detrás de un retablo en apariencia improvisado. Una apuesta minimalista de Ernesto y Aixa que equilibra la dramaturgia en la puesta y aporta un espectro más abarcador al quehacer de los actores.

De ahí que Clarostuyo es una obra que deja ver la labor de noveles artistas junto a otros más consagrados. Ernesto Parra, director de Teatro Tuyo, no duda en apostar por la interpretación musical y el arte de las tablas.



Rumba, guitarra y saxofón

Aunque la lluvia movió de sitio actividades como las delPatio de Pepe,esto no impidió que el público y los artistas invitados disfrutaran de un arcoíris sonoro durante el Entremúsica, evento sonoro más importante que tiene la AHS en Las Tunas dedicado al maestro Leo Brouwer y con la rumba como protagonista, ycuya decimotercera edición incluyó, también, a otros génerosmusicales.

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Cinema azul: Hitchcock entre nosotros

Recién finalizó el Festival de Apreciación Cinematográfica Cinemazul y quedan temas pendientes. El certamen de carácter competitivo que se celebró en Las Tunas del 29 al 31 de octubre agrupó a cine-clubistas y especialistas de la provincia.

Uno de los temas pendientes es que un evento de este tipo, único en el país, debería tener un poder de convocatoria nacional que antaño poseía. La calidad de los debates y los trabajos de investigación y crítica presentados no deberían quedarse solo entre los amantes del arte filmográfico del territorio tunero.

Foto: Yeinier Aguilera Concepción.

 

Esta edición 25 estuvo dedicada al maestro del género del suspenso Alfred Hitchcock. Siete cines clubes compitieron por el Premio Ola y el Premio de Participación. Películas como Psicosis, El hombre que sabía demasiado, La ventana indiscreta, Marnie, la ladrona, Rebeca, Trama de familia y Los pájaros, fueron debatidas en la Sala Titón del Centro Provincial del Cine.

El Premio Ola lo obtuvo el cine-clubista Luis Alberto Betancourt Ramos con la defensa de la película El hombre que sabía demasiado. El galardón fue otorgado gracias a una conducción del debate hacia una verdadera apreciación cinematográfica al utilizar los recursos propios del lenguaje audiovisual. Mientras que el Premio de Participación fue para Reinhardt Jiménez Cañete con Trama de familia.

Foto: Yeinier Aguilera Concepción.

Otros premios fueron los de Crítica e Investigación. El primero recayó en la miembro de la AHS y Licenciada en Historia del Arte Ana Margarita Arada Clavería, por su trabajo Las manipulaciones de Bart Layton, un análisis al documental El impostor. El segundo fue para el profesor e investigador Rodolfo Mariño Osoria, por La identidad cultural a través del cine cubano.

Después de la premiación se lanzó la temática a tratar el próximo año. En el 2020 tocará el turno al cine erótico, un tópico de gran atractivo para el público.

Sin embargo, aún este espacio deja varias interrogantes sobre el tapete: ¿Cómo lograr una afluencia constante a los recintos destinados a promover el séptimo arte y cómo equilibrarlo al fenómeno tecnológico del paquete y otras formas de difusión audiovisual que atentan contra la funcionalidad de los cines?




Portus Patris, un estímulo para los artistas

La vigesimosexta edición del Premio Literario Portus Patris fue sui géneris. Se dedicó a la vida y obra del escritor Guillermo Vidal Ortíz y, como es lógico, se convocó en el género de narrativa.

Por primera vez en la accidentada trayectoria del certamen, la mayoría de sus actividades se realizaron en la cabecera provincial de Las Tunas y no en el municipio de Puerto Padre. Este hecho estuvo dado por razones de última hora ajenas al poder de gestión de los organizadores.

No obstante, a pesar de las limitaciones con el transporte, se logró un magnifico último día en la Villa Azul de Cuba. Pero antes de pasar a esa jornada hay que mencionar algunas actividades que brindó la filial provincial de la AHS para los amantes de la literatura y el público en general.

del autor.

El día 26 el patio de la céntrica Plaza Martiana contó con la peña Punto de encuentro que condujo Ana Irma Peréz Perelló, directora de la Orquesta Danzonera Cubaclamé y vicepresidenta de la Asociación.

Este espacio sirvió de bienvenida y antesala a los participantes, quienes en horas de la noche disfrutaron de la inauguración de la expo fotográfica La jaula se ha vuelto pájaro, del fotógrafo y escritor Junior Fernández Guerra.

El autor de la muestra combina la imagen captada por el lente con la poesía de Alejandra Pizarnik. Así seduce al espectador para que cruce puentes conceptuales olvidado de tabúes y reconociendo en lo erótico-violento-lúdico una forma de complacencia del alma.

En la mañana del 27 la Fundación Nicolás Guillén, con sede en la filial provincial de la Uneac, se llenó de vida con un panel dedicado a la vida y obra de Guillermo Vidal.

Los escritores Carlos Esquivel y María Liliana Celorrio fueron los encargados de hablar de la influencia vidaliana en las nuevas generaciones. En la tarde del mismo día, con el aroma del café La Esquina –nuevo refugio de la bohemia tunera–, William Vivanco ofreció un avance de lo que pasaría casi 24 horas más tarde en el cierre del evento.

Temprano el 28, y gracias a métodos alternativos de locomoción, fue a parar la tropa de bardos, literatos y organizadores al poblado norteño del territorio tunero. Allí, en las secciones matutina y vespertina se realizaron lecturas de textos, presentaciones de libros y cantatas de trovadores.

Los lugares escogidos: la sede de la célula puertopadrense y el Fondo de Bienes Culturales. Signó la buena voluntad artística al donar a la Biblioteca Municipal libros de asociados y otras publicaciones de interés.

del autor.

Por la noche llegaría el momento más esperado del Portus Patris y su razón de ser. Esta vez el lauro lo obtuvo el avileño Lioneski Buquet con su libro El diablo está en los detalles.

La obra saldrá por la editorial Sanlope que por primera vez acoge la publicación y otorga, además, un premio colateral, coincidentemente al mismo autor.

La clausura estuvo sazonada por la mezcla rítmica y cultural de Vivanco, un poeta de la nueva trova que confirmó su grandeza en la escena al mantener al público coreando temas por casi dos horas.

Sin dudas, fue un Portus Patris excepcional, esperemos que el siguiente no traiga tantos contratiempos y sí, como este, variedad cultural y estímulos para los artistas.