ICAIC
Fernando Pérez: «Ustedes tienen que crear»
Fernando Pérez es director de cine y escritor cubano licenciado en Lengua y Literaturas Hispánicas en la Universidad de La Habana, profesor de la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños. Tiene una larga carrera como cineasta y documentalista y numerosos galardones y reconocimiento por sus producciones cinematográficas. Este hombre, con largas luces en el universo del séptimo arte, nos comparte acerca de la historia de la Muestra Joven ICAIC y su importancia para lo que hoy se conoce como el cine independiente cubano.
¿Cómo fue su entrada a la Muestra Joven ICAIC?
No recuerdo el año especifico, pero sí fue en un momento de mi vida que yo sentí después de mi larga trayectoria en el ICAIC y estar haciendo películas, que la Muestra significaba el espacio más dinámico de la realidad cinematográfica cubana y del ICAIC y recuerdo que ya Jorge Luis no iba a seguir más y me habló y dije “¡Sí! ¿Cómo no yo voy para allá?”
Nunca me había gustado ostentar un cargo o tener una responsabilidad que no fuera más allá de la de hacer mis películas y ser el director de ellas. Pero, estar al frente de la Muestra me motivó muchísimo y me planteé realmente dirigir la Muestra como dirijo mis películas. En plena responsabilidad y en plana libertad, es así como se lo planteé al presidente del ICAIC en ese momento, Omar González. Otra motivación fundamental era incorporarme al trabajo de todo un equipo que admiraba muchísimo. En primer lugar, la presencia de Marisol como directora de la Muestra, para mí eso era una posibilidad de desarrollar una línea de trabajo muy abierta.
Había también toda una historia de la Muestra por delante, no iba a empezar de cero, iba a trabajar con un equipo que tenía no solo una trayectoria sino un horizonte, una perspectiva y mucho de ellos jóvenes. Una de las cosas que me planteé cuando entré fue conservar su estructura, pero en algunos casos esbozar nuevos principios.
¿Qué cambios estructurales se impulsaron con el cambio de dirección en el evento?
La Muestra estaba generalmente encaminada por directores y cineastas de otra generación por lo tanto yo puse hincapié, por ejemplo; el comité de selección de la Muestra integrado por diversos especialistas que escogían y seleccionaban las películas estuviese compuesto solo por jóvenes. Hasta ese momento lo integraban distintas figuras, no importaba la edad.
También hice que el consejo de redacción y la dirección del tabloide Bisiesto que se editaba durante la Muestra fuera escrito y organizado solamente por jóvenes. Este era el punto más importante para mí porque traté que la revista no se convirtiera en el tabloide que únicamente recogía las incidencias de la edición, sino que se convirtiera poco a poco en ese espacio escrito que representara el pensamiento teórico de los jóvenes sobre ellos mismos y sobre el cine que estaban haciendo. Que no fuera el cine joven analizado por especialistas, críticos y ensayistas de otra generación, sino que allí estuviera reflejado el pensamiento y se desarrollara ese nuevo pensamiento de jóvenes críticos, ensayistas y pensadores del cine cubano. Incluso, nos planteamos y se logró hacer en el último año que fuera una publicación periódica, no solamente durante los días de la Muestra, sino que pasara a ser una publicación trimestral, pero eso después desapareció.
¿Qué importancia le otorga a la Muestra Joven ICAIC como parte del audiovisual cubano?
En cuanto a la Muestra, creo que ella me mejoró a mí, me sirvió para dinamizar mi pensamiento y estar dentro o mucho más cerca de ese movimiento que ya es hoy una realidad absoluta que es el “cine independiente cubano”.
La Muestra tenía una cualidad, ella reunía por una semana, o propiciaba el encuentro de cineasta jóvenes que durante todo el año estaban dispersos y fragmentados. No era la experiencia que había vivido cuando joven, que la mayoría, o casi la totalidad de los cineastas, estaban alrededor del ICAIC; era una concentración.
A partir del periodo especial se demostró que con el cine independiente el signo de “la independencia” tenía una fragmentación la cual se avizoraba. No había un núcleo alrededor del cual se reuniera o concentrara ese fenómeno que todavía no era un movimiento. La Muestra lo hacía, pero temporalmente, aunque trabajaba el año entero, pero no con actividades que hicieran que eso se convirtiera en una realidad cotidiana y no en un evento temporal.
Creo que de todas maneras la Muestra se convirtió en el espacio de referencia para los jóvenes. Recuerdo que cuando me veo obligado a dejarla por discrepancia con la política de programación alrededor de un documental, que no era un buen documental pero que era interesante discutirlo y no había por qué negar su exhibición, decidí no refrendar como presidente del evento. Esa política de exclusión creo que de alguna manera propició que la Muestra pasara a ser dirigida por jóvenes, y recuerdo que antes de irme o de recesar en ese cargo se los dije a algunos de ellos, “ustedes tienen que crear y ser ustedes mismos quienes dirijan la Muestra para que puedan tener esa personalidad jurídica, esa responsabilidad real”, para que pasara a ser un evento dirigido por jóvenes. Creo que eso propició que se continuara el evento, pero en una etapa totalmente nueva, donde l fue dirigida totalmente por jóvenes.
Dirigir este espacio fue una experiencia bien bonita. Nunca dejé de colaborar con ellos. Nunca dejé de ver lo que se exhibía en el evento que era el termómetro del cine independiente cubano, de ver por qué curso o qué cauce se mueve hoy en día. Trato de hacerlo también, y eso me va a mantener muy ligado, y por el cine joven independiente cubano que es el audiovisual de hoy.
¿Considera que la Muestra Joven ICAIC es un festival o como una muestra?
Recuerdo que discutíamos mucho en el equipo porque el criterio de que había que ser muy selectivo con lo que se exhibiera y ese era el camino, afirmaban. Pero siempre preferí defender, y todavía pienso, que el camino de una posible Muestra es que ella fuera una muestra inclusiva y no exclusiva.
El evento era un muestrario de lo que pudiera ser una obra insipiente en el caso de algunos jóvenes y en otros, aunque no alcanzara el ciento por ciento (si es que se puede medir por porcentaje la dimensión o la calidad artística de una obra), que tuvieran por lo menos la posibilidad de juzgar, de discutir, de evaluar, de probar un lenguaje insipiente incluso individualmente. Que los jóvenes que estaban comenzando a hacer cine pudieran ver el resultado de su trabajo en pantalla grande y que se discutiera era una línea muy inclusiva. Incluso en uno de los catálogos de la Muestra hay una reflexión que escribí sobre eso, por qué una Muestra exclusiva y no una muestra inclusiva.
No tenía que aspirar a ser un festival de Cannes –no se trataba de eso–, no solo por la alfombra roja, sino porque no era una selectividad lo que iba a demostrar su posterior importancia y proyección, sino la confrontación de un fenómeno que estaba creciendo que era el cine independiente cubano. ¡Claro que no se admitía todo! Esto no era un saco roto sin fondo donde se admitía todo. Pero bueno, que los criterios selectivos fueran lo más amplio posibles, que a lo mejor había un corto o un documental que tenía valores fotográficos o valores de puesta en escena que no estaban totalmente logrados, pero allí se avizoraba algo. No ser tan exclusivos o exigentes en ese sentido.
Muestra Joven ICAIC: hija de su tiempo
Cuando me hablaron de la Muestra Joven ICAIC, no sabía qué era exactamente, al buscar información descubrí que sí conocía ese “cardumen” (como se hacían llamar) o por lo menos tenía registros subconscientes de una música que los identificaba. Había visto el spot televisivo que, con dibujos animados de peces y una música particular, llamaban la atención al espectador.
Mi primer encuentro con la Muestra no fue en La Habana, en sus espacios habituales, como sus oficinas en el ICAIC o en el marco del evento que auspiciaban. Recuerdo que a finales del año 2019 la Asociación Hermanos Saíz de Santiago de Cuba acogió a Juan Carlos Calahorra –miembro de la junta directiva– que había llegado a la ciudad con el objetivo de dar mayor visibilidad al evento fuera de la capital. Allí, donde participamos no más de 10 personas, fue donde por primera vez oía hablar de la Muestra Joven sin medir o esconder palabras, sin tener que hablar bajo para que no se supiera qué se estaba diciendo. Más que un espacio de presentación de la Muestra el evento, se convirtió en un debate de los problemas del cine cubano.
Para estudiar un evento hay que hacerlo desde sus raíces, hay que ver el pasado a profundidad y escudriñar en los más recónditos testimonios, en las evidencias de los periódicos, catálogos y publicaciones que se realizaron. La Muestra Joven ICAIC es un evento que tiene precedentes sólido muy vinculados al contexto histórico de Cuba finisecular, a una gran cantidad de cambios en la producción fílmica en la isla, al igual que de paradigma del ICAIC para intentar salvar su institución. Por eso, el objetivo del trabajo es analizar contexto del surgimiento de la Muestra de Nuevos Realizadores hoy Muestra Joven ICAIC.
Raíces
En ocasiones, cuando se comienza a hacer historia de un evento es porque él ya no existe, como ocurre con la Muestra Joven ICAIC. Eso no quiere decir que su día a día no sea parte de la historia, sino que, al no poder continuar la edificación de la obra, solo nos queda contarla. Sobre el origen de la Muestra Naito (2014) afirma:
La Primera Muestra Nacional del Audiovisual Joven –promovida por el ICAIC entre finales de octubre y principios de noviembre de 2000, definida luego en años sucesivos Muestra Nacional de Nuevos Realizadores y a partir del 2011, Muestra Joven– ayuda a divulgar el nombre de los más noveles talentos ya no solo en el cine, sino en el medio audiovisual en general. (p.90)
El 31 de octubre de 2000 se inauguró en el cine Chaplin la primera Muestra Nacional del Audiovisual Joven. El evento constaba entre sus fundadores con el crítico de cine Juan Antonio García Borrero, asesorado por el cineasta Jorge Luis Sánchez. Otros de los fundadores fueron el guionista Senel Paz, Juan Carlos Tabío, y el crítico y realizador Dean Luis Reyes. Omar González, sucesor de Alfredo Guevara como presidente del ICAIC, fue uno de los organizadores de la primera Muestra.
Inicialmente el evento recoge un volumen de obras realizadas en el periodo de los noventa y no solo incluía a jóvenes realizadores. Según afirma Juan Carlos García Borrero:
“En esta primera Muestra no teníamos claro que iba a ser un evento dedicado a los jóvenes sino estábamos pensando en nuevos realizadores. Recuerdo que incluimos no solamente a los más jóvenes, sino a cineastas como a Belkis Vega, a Tomas Piaret que ya tenían toda una carrera y todo un cuerpo de películas realizados”. (Borrero, comunicado personal, 21 de marzo de 2020).
El evento durante su desarrollo cambió su diseño de trabajo, su equipo organizativo al igual que su nombre. La primera Muestra Nacional del Audiovisual Joven como ya se ha citado se realizó bajo la dirección de Juna Antonio García Borrero. El evento es interrumpido en el siguiente año y fue retomado por Jorge Luis Sánchez en el 2002 bajo el nombre de Muestra Nacional de Nuevos Realizadores. En el 2003 y 2004 son presididas por Waldo Ramírez. La del 2006 la retoma Jorge Luis Sánchez hasta que ya en 2006 Fernando Pérez entra a la dirección del evento, donde estaría hasta el 2010, año en que el evento cambia su nombre a Muestra Joven ICAIC y es asumida por Marisol Rodríguez; posteriormente se hace una junta directiva.
Como todo suceso histórico, la Muestra Nacional del Audiovisual Joven no es un ente aislado. Sus orígenes están estrechamente relacionados con el acontecer finisecular de la Cuba del siglo XX. Ella fue una muestra hija de su tiempo.
Se puede citar los antecedentes de la Muestra Joven entre finales de los ochenta y el segundo quinquenio de 1990, años de crisis económica en el país, situación que afecta la isla tanto en la ideología como la economía. Según afirma Wood, P. (Comunicado personal, 10 de febrero de 2022) “como un antecedente importante de la Muestra estaba las obras fílmicas que se habían hecho como cine aficionado. Tiene mucho que ver con el cine silente, con el de ocho o dieciséis mm y la creación por el ICAIC de una especie de federación que aglutinó a los cineclubes de creación cinematográficas”.
Como gesta ideológica y de carácter independiente, fueron los cineastas los antecedentes y gérmenes de la Muestra en los años noventa, aunque existen precedentes en los años ochenta donde se daban señales en movimientos de aficionados en el país. La evolución tecnológica, económica y social fueron las que entre los últimos veinte años de ese siglo gestaron las condiciones para que apareciera la Muestra de Cine Joven. Stock (como se cita en Martín, 2018) afirma que “el cine cubano debe su existencia, en gran medida, a su habilidad para adaptarse a los cambios cinematográficos” (p.90).
A finales de los ochenta y principios de los noventa se realizó un evento de cine bajo el nombre Muestra de Cine Joven. Este espacio fue uno de los antecedentes de las Muestra Joven ICAIC. Según afirma Jorge Luis Reyes, director del evento (comunicado personal, 28 de enero de 2022), “a partir de 1988 hasta 1993 desde la Asociación Hermanos Saíz los entonces jóvenes del ICACI y de los Estudios Cinematográficos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), de los Estudios Cinematográficos de la Televisión y de la Escuela de Cine de San Antonio organizábamos unas muestras que se llamaban Muestra de Cine Joven, evento que yo presidí desde el 1988 hasta 1992…”
En los años noventa, la producción fílmica había disminuido en Cuba por la falta de recursos. Este periodo fue duro para el desarrollo de la cinematografía cubana, y hacer cine era poco viable. En ese decenio toman auge las coproducciones con otros países. Los cineastas emergidos de las escuelas de cine comienzan a crear y hay un auge de la tecnología digital, lo que permite una democratización de las producciones fílmicas.
La crisis económica no derribó del todo la producción fílmica en la isla, ya a finales de ese siglo y comienzos del otro se gestaron ideas e inquietudes en cuanto a la exhibición de las obras realizadas. No solo se quería hacer cine, sino que las nuevas generaciones aspiraban a que fuera exhibida y consumida por el público cubano.
En este período se gestaron toda una serie de cambios objetivos y subjetivos que favorecieron el desarrollo de la cinematografía cubana y de eventos como la Muestra Nacional del Audiovisual Joven. Martín (2018) afirma: “Es interesante ver cómo, a pesar de que los nuevos realizadores coinciden en tiempo, espacio y uso de la tecnología, ni ellos mismos, ni los críticos, lo consideran un movimiento artístico” (p.76). Esto está dado por el empleo de un amplio campo de visualización y temáticas, y estéticas diferentes que, en muchos casos, no coinciden varios de estas categorías en dos filmes al mismo tiempo. Según considera Brugués, A. (comunicado personal, 22 de abril de 2022) refiriéndose a las características del cine independiente como movimiento:
No existe una estética de cine independiente cubano. No en el sentido que movimientos como Dogma 95 han planteado una estética. No es estilístico porque el cine independiente cubano ha jugado con diferentes géneros y experimentado con diferentes formas. Y no es económico porque, aunque la mayoría de las veces las películas independientes se han hecho con muy pocos recursos, también se han logrado hacer con presupuestos similares a los del ICAIC.
El florecimiento de un audiovisual joven, crítico, de temática contemporáneo amparado en las nuevas tecnologías, es una de las características del cine cubano nacido en la primera década del siglo XXI. Este es un período transicional donde se comienza a remontar la crisis y el declive económico-social del decenio anterior. Es un momento de nacimiento de una gran cantidad de cineastas noveles que están tratando de abrirse paso en la industria.
En la Muestra han confluido una gran cantidad de propuestas audiovisuales, pero el origen de ella no fue una necesidad, surgida entre los creadores, sino una necesidad del Instituto, el cual estaba haciendo la posible e imposible para mantenerse a flote con algunas actividades productivas, después el período de crisis de los 90 y la ausencia de realizadores que residen en el extranjero y el fallecimiento de Tomás Gutiérrez Alea (1996) y Santiago Álvarez (1998) (Noa, 2020, párr.5), lo cual propició que una gran cantidad de realizadores jóvenes se sintieran alentados, atendido por la industria, que muy pronto pasarían a ser parte de ella.
La muestra como anillo al dedo
El ICAIC como ya se ha citado en el periodo finisecular del siglo XX no estaba produciendo al mismo ritmo que llevaba en los primeros treinta años del triunfo de la Revolución cubana y se vio afectado directamente por la gran crisis económica que afrontaba la isla. Sin embargo, al margen de él había cineastas aficionados que estaban realizando audiovisuales. En este contexto es donde aparece la idea de realizar la Muestra.
El ICAIC, con la creación de la Muestra Nacional del Audiovisual Joven, tenía como objetivo dar la oportunidad a una generación de nuevos realizadores de ser el relevo de los cineastas que se encontraban produciendo en ese momento, lograr una constancia de las producciones fílmicas que se gestaban en Cuba. Esos objetivos no fueron vencidos del todo, como afirma Douglas (2017):
La intención de esa iniciativa de dar a conocer las obras de las nuevas generaciones de cineastas, queda prácticamente marginada al no tener difusión, ya que no encuentran espacio para ser programadas en los circuitos de exhibición del resto del año, solo de vez en cuando se exhibían en la televisión, que naturalmente prioriza su propia programación, o en pequeñas salas de programación especial. (pp.74-75)
Bajo estas condiciones se puede ver que independiente al hecho de lograr nuclear toda una generación de nuevos realizadores en un mismo espacio, el ICAIC no aunó el máximo esfuerzo en lograr que las obras se exhibieran con mayor periodicidad o que se exhibieran en los cines de toda la isla. Por lo que uno de sus objetivos fundamentales era nuclear toda una generación de cineastas aficionados para tener conocimiento de lo que se estaba haciendo en al margen de la institución.
La creación de esta primera Muestra fue importante porque en ella se presentan obras que no tenían en el circuito de exhibición nacional. En una entrevista para la Agencia Cubana de Noticias, el cineasta Fernando Pérez explica que el cine hecho por los jóvenes no está en las salas, y mucho menos en la televisión, los escasos modos que tiene un emergente realizador de insertarse en los circuitos de distribución son la Muestra y otros centros como el Festival Imago de la FAMCA (Facultad de Artes de los Medios de Comunicación, pertenece al Instituto Superior de Arte), y el Festival de Cine Pobre de Gibara. (Pernia, 2018).
Consideraciones finales
La Muestra Joven ICAIC surgió como consecuencia de diversos factores que aparecieron en el último veinteno del siglo pasado en Cuba. Entre las causas que propiciaron su nacimiento se encuentra la aparición de una generación de cineastas graduados de las escuelas con ánimos de producir y exhibir sus películas. Esta generación al unísono de aficionados realizó obras fílmicas y propició que existieran en la isla realizaciones audiovisuales que estaban al margen de las producciones del ICAIC. Estas obras fílmicas no eran exhibidas en las salas de cine por lo que muchas de ellas no eran vistas por el espectador a no ser por personas allegadas al realizador.
Un elemento importante que favoreció la aparición progresiva de obras audiovisuales fue la democratización de la tecnología, lo que permitió que un mayor sector de la población tuviera acceso a los medios para poder realizar una producción audiovisual.
Debido a la crisis económica que afrontaba al país en los años noventa el ICAIC se vio afectado por la falta de presupuesto y financiamiento, por lo cual no podía sustentar una gran producción de obras cinematográficas. Estas condiciones fueron las que propiciaron que esta institución gestara y promoviera la Muestra Nacional de Audiovisual Joven.
Bibliografia consultada:
- Álvarez, P. A. (mayo-agoto 2016). Retrospectiva Histórica del cine cubano (1959 -2015). Vol 4 (N.2), p (30)
- Douglas, M, E. (2017). El nacimiento de una pasión. El cine en Cuba 1897-2015. Santiago de Cuba: Editorial Oriente.
- Gottbera, L, D., Horswell, M. (2013). Sumergido, Cine Alternativo Cubano. Houston, Texas: Editorial Literal Plublishing.
- Martín, P. A. (2018). La visión poliédrica de la Muestra Joven ICAIC. Breve recorrido por las temáticas más abordadas por los nuevos realizadores. Universidad of Habana. Audiovisual y Emigración View Project. Recuperado de https://www.researchgate.net/publicatio/337427039
- Naito, L. M. (2014). Coordenadas del cine cubano III. Santiago de Cuba, Cuba: Editorial Oriente.
- Noa, R. P. (2020, junio, 10). Veinte años de éxito y retos para el cine cubano independiente. Inter Press Servise en Cuba. Recuperado de https://www.ipscuba.net/espacio/alternativo/atisbos-donde-el-borde/veite-años-de-exitos-y-retos-para-el-cine-cubano-independiente/
ICAIC anuncia ganadores en concurso por la inclusión
El Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) dio a conocer las obras ganadoras entre la veintena presentada al concurso de cortometrajes por la igualdad, la no discriminación y los derechos de la comunidad LGBTIQ+.
El jurado estuvo integrado por: Kiki Álvarez y Marilyn Solaya, cineastas con experiencia en dirección y guion; Yisell Vargas, directora y productora; Teresa de Jesús Fernández, coordinadora nacional de la Red de Mujeres Lesbianas y Bisexuales, así como representantes de la Dirección de Creación Artística del ICAIC.
La selección consideró la calidad de los proyectos presentados y su factibilidad de realización. A continuación los premiados:
- «Hermanos». Guion y dirección: Osmanys Sánchez Arañó / Género: Documental
- «Una canción para ti». Idea original: Alexander Benavides/ Guion: Yasmany Guerrero y Alexander Benavides / Dirección: Melvin Rocco / Género: Ficción
- «Azul Pandora». Guion: Nuri Duarte / Dirección: Alán González / Género: Ficción
Por la potencialidad de otros proyectos concursantes, se decidió realizar un taller en el 2022 para brindar asesoramiento sobre la temática y desde el punto de vista técnico, en cuanto a la concepción del guion. Ellos son:
- «Adre». Guion: José Carlos Jiménez Revuelta/ Dirección: Claudia de la Caridad González Catalán
- «Exuvia». Dirección y guion: Yuleisis Martínez Mayeta
- «HappyBDay». Guion: Inima Dulce Fuentes Puerto / Producción: Evelio León Ortega
- «La cuna». Idea original y dirección: Yenny Pérez Ramírez
El ICAIC ha potenciado la realización de un cine inclusivo, con perspectiva de género y derechos humanos, en un contexto legislativo. Aún se encuentra vigente, hasta el 28 de enero de 2022, el plazo para la presentación de proyectos del concurso «Por una vida libre de violencias hacia las mujeres y las niñas en Cuba».
Luz joven a la imagen
Ya se respiran los aires de creación, música, cámaras, debates y de cine en la Ciudad de los Tinajones. Todavía no se asoman los días finales del mes de octubre y se concretan los preparativos para celebrar la XXX edición especial de la Muestra Audiovisual El Almacén de la Imagen, que coauspicia la filial principeña de la Asociación Hermanos Saíz, la dirección provincial de Cultura, el Instituto Cubano de Artes e Industrias Cinematográficas, el Complejo Audiovisual Nuevo Mundo y el proyecto El Callejón de los Milagros.
La convocatoria quedó pública en conferencia de prensa realizada en el Complejo Audiovisual Nuevo Mundo junto a los organizadores del evento y algunos de los participantes. Como es habitual, el evento, de carácter internacional, mantiene la modalidad del pitching de ficción y animación para los realizadores miembros o no de la Asociación que residan en la zona centro-oriental del país y el cual cuenta con un monto total de 50 mil pesos en moneda nacional, gracias al apoyo financiero del ICAIC y de la AHS, con la asesoría de los Estudios de Animación del ICAIC.
También se ampliará la fecha de admisión de los trabajos hasta el venidero 27 de septiembre en los géneros o categorías audiovisuales de Ficción, Documental, Animado, Corto (de hasta 3 minutos de duración) y promocionales (Spots y videos clip). Además, se otorgarán reconocimientos en las especialidades de Guion, Fotografía, Dirección, Música original, Sonido, Producción y Dirección de Arte.
En esta edición especial del Almacén de la Imagen se hará uso creativo de las nuevas tecnologías vinculadas al gran legado de la historia del cine en la provincia y el resto del país.
Por primera vez su eje temático será la tansmedialidad de la realización audiovisual, “una nueva forma de comunicación visual donde se ratifica el papel de los artistas que no es más que la de ofrecer luz y oportunidad en medio de una crisis de salubridad que afecta hoy a toda la población mundial”, expresó así Reynaldo Labrada, organizador del evento.
Con 30 años de vida, este certamen dio un punto giro a lo referente al audiovisual joven que se realiza en Cuba y en el mundo y se reafirma una vez más como una plataforma importante para el intercambio de experiencias, la reflexión y para los sueños de los jóvenes que se insertan en el arte de las imágenes en movimiento.
Ante la incertidumbre de un virus que nos amenaza, la Covid-19, no se detienen las ideas, ni el espíritu creativo ni el empeño titánico de proteger el arte y promocionar las obras de los creadores dando luz joven a la imagen.
Documental canadiense en la mira del «Santiago Álvarez»
El Festival Internacional de Documentales Santiago Álvarez In Memoriam regresa a Santiago de Cuba, para celebrar su XVIII edición del 6 al 12 de marzo. Dedicado en esta ocasión a la cinematografía de Canadá y Québec y al aniversario 505 de la ciudad sede, el certamen también rendirá homenaje al realizador Ismael Perdomo, fallecido recientemente.
A las puertas de la Primera Muestra Internacional de Cine y Educación
Ya casi estamos a las puertas de la Primera Muestra de Cine y Educación en La Habana (MICE 2020), con sede oficial en Valencia, España.
Cinema azul: Hitchcock entre nosotros
Recién finalizó el Festival de Apreciación Cinematográfica Cinemazul y quedan temas pendientes. El certamen de carácter competitivo que se celebró en Las Tunas del 29 al 31 de octubre agrupó a cine-clubistas y especialistas de la provincia.
Uno de los temas pendientes es que un evento de este tipo, único en el país, debería tener un poder de convocatoria nacional que antaño poseía. La calidad de los debates y los trabajos de investigación y crítica presentados no deberían quedarse solo entre los amantes del arte filmográfico del territorio tunero.

Esta edición 25 estuvo dedicada al maestro del género del suspenso Alfred Hitchcock. Siete cines clubes compitieron por el Premio Ola y el Premio de Participación. Películas como Psicosis, El hombre que sabía demasiado, La ventana indiscreta, Marnie, la ladrona, Rebeca, Trama de familia y Los pájaros, fueron debatidas en la Sala Titón del Centro Provincial del Cine.
El Premio Ola lo obtuvo el cine-clubista Luis Alberto Betancourt Ramos con la defensa de la película El hombre que sabía demasiado. El galardón fue otorgado gracias a una conducción del debate hacia una verdadera apreciación cinematográfica al utilizar los recursos propios del lenguaje audiovisual. Mientras que el Premio de Participación fue para Reinhardt Jiménez Cañete con Trama de familia.

Otros premios fueron los de Crítica e Investigación. El primero recayó en la miembro de la AHS y Licenciada en Historia del Arte Ana Margarita Arada Clavería, por su trabajo Las manipulaciones de Bart Layton, un análisis al documental El impostor. El segundo fue para el profesor e investigador Rodolfo Mariño Osoria, por La identidad cultural a través del cine cubano.
Después de la premiación se lanzó la temática a tratar el próximo año. En el 2020 tocará el turno al cine erótico, un tópico de gran atractivo para el público.
Sin embargo, aún este espacio deja varias interrogantes sobre el tapete: ¿Cómo lograr una afluencia constante a los recintos destinados a promover el séptimo arte y cómo equilibrarlo al fenómeno tecnológico del paquete y otras formas de difusión audiovisual que atentan contra la funcionalidad de los cines?
Muestra Joven: Del corte a la acción
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Incrementar los espacios para la promoción de audiovisuales realizados por jóvenes, fue una de las necesidades impostergables expresadas en el coloquio con el cual finalizó el segmento teórico de la XXVIII Muestra Audiovisual El Almacén de la Imagen.