ICAIC


El cine cubano de fiesta en Romerías

La fiesta por el aniversario 65 del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos continuará en Holguín del 2 al 8 de mayo, durante las tradicionales Romerías, evento multicultural organizado por la Asociación Hermanos Saíz (AHS) que este año rendirá homenaje a la institución rectora del séptimo arte en Cuba.

Para la ocasión, los holguineros contarán con una programación de más de siete horas diarias de proyecciones, en su mayoría estrenos, tanto en el recién remozado Cine Martí y el icónico Café Tres Lucía, como en una gran pantalla al aire libre que se ubicará en el Parque San José y funcionará de siete a nueve de la noche.

Entre las propuestas cinematográficas que llegarán a Holguín próximamente figuran los largometrajes “Una noche con los Rolling Stones”, de la directora Patricia Ramos; “Línea Roja”, de Alejandro Gil; “Aislados”, de Yoe Pérez, Zenia Veigas, Maritza Ceballos y Sailín Carbonel y la multipremiada cinta “La mujer salvaje”, de Alan González.

En el apartado infantil, las tandas matutinas incluirán cuentos clásicos de la literatura universal en versión animada, como parte de la serie “Cuentos de Ñañaseré”, así como nuevas aventuras del mítico personaje de Fernanda, entre ellas, El extraño caso del güije y El extraño caso de la yunta, ambos cortometrajes con dirección del reconocido productor de animados Mario Rivas.

Joyas de la cinematografía nacional también se exhibirán en Romerías de Mayo. Así, los holguineros podrán disfrutar de una copia restaurada de “Fresa y Chocolate”, filme dirigido de Tomás Gutiérrez Alea y Juan Carlos Tabío, que en diciembre pasado celebró los 30 años de estreno. La presentación de la película estará a cargo de uno de sus protagonistas: el actor Jorge Perugorría, Premio Nacional de Cine 2024.

Otros importantes exponentes del séptimo arte nacional también participarán en el Festival Mundial de Juventudes Artísticas: las actrices Eslinda Núñez y Verónica Lynn, el director Manuel Herrera y el crítico, investigador e historiador cinematográfico Luciano Castillo.

En el evento Cámara Azul, dedicado al audiovisual, también será presentada una muestra de jóvenes realizadores cubanos, con participantes de Guantánamo, Santiago de Cuba, Holguín, Camagüey, Ciego de Ávila, Matanzas y La Habana.

Asimismo, la Muestra Internacional El Almacén de la Imagen y la Jornada de Cine Andante, de la AHS en Camagüey y Guantánamo, respectivamente, realizarán el lanzamiento de sus convocatorias, aprovechando la confluencia de realizadores audiovisuales de todo el país en Romerías de Mayo.


Dirección Nacional de la AHS: Forjando caminos creativos (+posts, audio y video)

En un encuentro cargado de vitalidad y propuestas innovadoras, la Dirección Nacional de la Asociación Hermanos Saíz ha delineado un ambicioso plan que no solo fortalecerá su posición en la escena cultural cubana, sino que también promoverá y respaldará el arte joven en todas sus manifestaciones.

Apoyo inquebrantable a El Almacén de la Imagen: Uno de los puntos álgidos de la reunión fue el firme compromiso de la AHS en la organización de la XXXIX edición de El Almacén de la Imagen, el evento audiovisual emblemático que ha consolidado su presencia en la esfera cultural. Este respaldo asegura no solo la continuidad del evento, sino también su crecimiento y relevancia continua.

Formación continua para el desarrollo profesional: La AHS se embarca en una nueva etapa de su compromiso con la formación y desarrollo profesional de sus asociados. A través de colaboraciones con prestigiosos especialistas del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), se promoverá la superación continua, brindando a los jóvenes talentos acceso a conocimientos y experiencias de alto calibre.

Vínculos estrechos con instituciones culturales: Reconociendo la importancia de la colaboración interinstitucional, la AHS se propone estrechar vínculos con instituciones culturales en todo el país. Este enfoque no solo ampliará las oportunidades de exposición para los artistas jóvenes, sino que también contribuirá a la promoción sostenible del arte emergente.

Alianzas creativas: La Asociación busca fortalecer sus alianzas con creadores de todas las regiones de Cuba. Este enfoque plural no solo garantiza una representación equitativa, sino que también enriquece la diversidad y la complejidad del panorama artístico cubano.

Revitalización de espacios culturales: En línea con su compromiso de revitalizar la escena cultural, la AHS tiene la mira puesta en la Sala de Cine Alfredo Guevara del Pabellón Cuba. La intención es transformar este espacio en un epicentro vibrante que refleje la diversidad de la producción cinematográfica y audiovisual contemporánea.

Colaboración con autoridades locales: Reconoce la importancia de contar con el apoyo de las autoridades provinciales y municipales. Potenciar la vinculación con estas instancias fortalecerá el trabajo de las filiales y células de la AHS a nivel local, permitiendo un impacto más significativo en las comunidades.

El intercambio fructífero con Yanín Martínez Guillén y Lilian Morales del ICAIC durante la reunión añade una capa adicional de colaboración y enriquecimiento. Este diálogo continuará alimentando la conexión entre estas dos instituciones, fusionando la creatividad emergente con la experiencia cinematográfica consolidada.

En resumen, la Asociación Hermanos Saíz se embarca en un capítulo emocionante de su trayectoria, donde la colaboración, la formación y la promoción del arte joven son los pilares que sostienen sus aspiraciones. En este escenario, se gestan nuevas oportunidades para los talentos emergentes que, sin duda, dejarán una huella duradera en la cultura cubana.

Escuche otros detalles en la versión sonora de este trabajo…

Entre los temas abordados en esta ocasión destacan el fortalecimiento de los vínculos de la Asociación Hermanos Saíz con otras instituciones culturales, en favor de la promoción del quehacer de los jóvenes artistas.

Asimismo se abogó por la necesaria vinculación con las autoridades provinciales y municipales como apoyo a la labor de proyectos creativos que impacten de manera positiva en las comunidades.

La AHS es una gran familia creativa que integra a los jóvenes artistas, pero las filiales provinciales son, digamos, las ramas de ese gran árbol que es la Asociación. Desde las filiales provinciales se programan actividades culturales, se van a las comunidades y se generan nuevos proyectos creativos. La Dirección Nacional tiene el interés de organizar, de fundar nuevos proyectos creativos que, por supuesto, estén tributando a las ramas ese árbol, y que vinculen a los artistas de todas las provincias, no sólo los artistas que residen en la capital…

YANETSY ARISTE

De igual manera, este encuentro de la Dirección Nacional de la Asociación Hermanos Saíz puso su mirada a la participación de los jóvenes artistas en importantes eventos del panorama cultural del país, como la venidera Feria Internacional del Libro o el Festival Internacional Jazz Plaza, entre otros.

En tal sentido, los miembros de la AHS manifestaron su interés en la búsqueda de maneras novedosas de entender la creación artística, apegadas al contexto actual y en sintonía con tendencias contemporáneas.

Específicamente en el plano de la literatura pensamos en nuevos proyectos y nuevos formatos para generar textos literarios. Para la próxima Feria del Libro, la Asociación apuesta por el uso de plataformas multimediales donde se podrán generar diferentes tipos de textos literarios como los libros interactivos y audiolibros, entre otros formatos.

PABLO G. LLEONART

Durante el encuentro, la Dirección Nacional de la AHS intercambió con la vicepresidenta del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), Yanín Martínez Guillén, con el objetivo de construir alianzas en favor de la promoción de la obra de los jóvenes realizadores audiovisuales miembros de la Asociación.

Partir de este encuentro con temas concretos que impacten en el quehacer de los jóvenes escritores y artistas cubanos, fue el propósito de esta reunión que, en colectivo, apostó por llegar, con el arte a cuestas, a cada rincón de la geografía nacional.

Vea otros detalles en el siguiente video producido por el equipo multimedia de Radio Rebelde…


Niels del Rosario, un creador de espacios insospechados

Como un todoterreno en el universo de la creación –al transitar por las artes plásticas, el diseño escénico, hasta el cine y la televisión–, Niels del Rosario sobresale entre los reconocidos nombres detrás de la pantalla. Su vasta experiencia del hoy director de arte y de animación validan las dotes multifacéticas de este artista que sin dudas no entiende de fronteras ni de encasillamientos si de crear se trata.

Graduado de la Escuela Profesional de Artes Plásticas Wilfredo Lam, en la Isla de la Juventud; y posteriormente licenciado de Diseño Escénico de la Facultad de Artes Escénicas del Instituto Superior de Arte (ISA), en la actualidad se desempeña como director general en dos series de animación que podemos disfrutar por el canal Cubavisión, El escaparate de Patricia y Fábulas de papel.

Y aunque la carrera de este creador se ha enfocado en el audiovisual, comenzó con un ejercicio de lujo al graduarse con el diseño de Tartufo para el mítico grupo Teatro Estudio, dirigido por Raquel Revuelta en la sala Adolfo Llauradó.

Su camino por el terreno audiovisual ha sido muy variado, el video clip, la ficción, el stop motion y la animación 2D se encuentran en el registro creativo de Niels. De su trabajo sobresale el spot La semilla (2009), con el que obtuvo varios premios en certámenes nacionales, y Mi casa.cu que se alzó en 2018 con el Premio a la mejor dirección de arte en Lucas, el festival del video clip en Cuba. Otros cortos de ficción –también premiados– fueron La costurera, La vida de los peces tropicales y Gozar, comer y partir.

No obstante, su labor en el terreno de la animación corpórea o stop motion es lo que más le llama la atención a este entrevistador, debido a los esfuerzos que se requieren para su diseño y realización, como sucede en El escaparate de Patricia, del cual funge como director general.

¿Cuánto crees que te aportó estudiar en la Escuela Profesional de Artes Plásticas Wilfredo Lam para tu formación posterior como diseñador escénico en el ISA?

El haber aprobado las pruebas de aptitud del ISA se lo debo a los estudios anteriores de la enseñanza media de artes plásticas porque tuve previamente la oportunidad de desarrollar técnicas y habilidades en el dibujo, por solo mencionar algunas de las cosas que se aprenden en el nivel medio.

Me había enfocado en dibujar, dibujar y dibujar. También porque tuve la suerte de ser alumno de Víctor Cordero, un profesor de dibujo y pintor actualmente reconocido en Europa, quien me dio un gran consejo sobre la importancia de saber dibujar y cito, el dibujo es como el piano en la música, básico y fundamental. De manera que el dibujo también ayuda a visualizar o construir en el imaginario del creador las formas y estructuras de las ideas y de los proyectos.

¿Qué te hizo cambiar tu camino en la formación plástica y dirigirlo al diseño escénico?

Para mí el diseño escénico contiene en sí mismo herramientas plásticas de conceptualización, de ejecución formal y visual de las artes plásticas. De manera que se fue convirtiendo para mí en el campo de la realización. El diseño escénico es un terreno lleno de posibilidades y de áreas de ejecución como el cine, la televisión, la animación. En lo escénico está la danza también y cuanta expresión escénica exista.

¿Cuáles maestros consideras fueron vitales en tu formación como diseñador escénico en el ISA?

Como alumno en el ISA tuve como profesor al escenógrafo, arquitecto y director de arte Raúl Oliva Valuja, quien por esos años recientemente había ingresando al ISA y había fundado la carrera de diseño escénico en la Facultad de Artes Escénicas. Ese perfil no existía hasta entonces; mi año correspondía a la segunda graduación de diseñadores y fue con él que conocí la dirección de arte o, mejor dicho, el espectro de realización escénica del diseño.

¿Cómo recuerdas tu ejercicio de graduación, que como decía, fue todo un lujo para un estudiante?

Lo que muy pocos saben y es la primera vez que lo comento es que en realidad hice dos tesis de graduación, la primera fue Tartufo de Molière, y la otra fue El espejo de Francisco Covarrubias, otra comedia. La primera fue llevada al teatro porlLa prestigiosa actriz y directora Raquel Revuelta y con la asesoría de Raúl Oliva, quien estaba ya muy enfermo para ese estreno. Además siguió muy de cerca todo el proceso la prestigiosa diseñadora Graciela Fernández Mayo, muy importante en el diseño de vestuario, quien también fundara el departamento de diseño escénico en el ISA. Fueron tres personalidades muy importantes de las que aprendí, que desde su altura considero eran de una modestia infinita. Había realizado este primer diseño escénico a finales de mi cuarto año y no se me permitió graduarme con esa propuesta por lo que en quinto tuve que realizar otro ejercicio con otra obra, El espejo.

¿Cómo llegas a la dirección de Arte y por qué te interesas en este perfil profesional cuando tu formación anterior venía de las artes plásticas y luego del diseño teatral?

Después de haber tenido como profesor a Raúl Oliva todo esto se entiende más fácilmente, porque él era un gran director de arte. Pero no fue hasta que entré en los almacenes de utilería y escenografía del ICAIC que tuve, yo diría una experiencia mística, porque desde la inmensidad de esos almacenes sentí estar atrapado allí por cuantos objetos y elementos diversos de formas tamaños, estilos, colores y sensaciones. Fue como entrar a un lugar en el que siempre te estuvieron esperando. Ese almacén de sueños es lo que es hoy el portal del Escaparate de Patricia.

Si bien el teatro y el cine o la televisión son dos realidades, el cine me seduce por la fina línea que divide la realidad de la ficción, la verosimilitud de los ambientes y el divertimento de crear espacios insospechados. Crear esa aparente realidad o mentir piadosamente me apasiona.

Por supuesto, como cualquier buen carpintero no es sino sus herramientas las que hacen el trabajo. Herramientas, digo, es todo aquello que vas aprendiendo y recogiendo en tu camino, lo aprendido, para echarlo a andar. Primero las artes plásticas, sus técnicas y manifestaciones sumando las referencias de obras y otros artistas que una vez conocidas van contigo a todas partes, esas referencias que son la base de una cultura visual tan fundamental en el mundo del diseño y para la visualidad escénica en su forma y concepto. El diseño escénico es parte fundamental de esa formación donde el mundo de la plástica se redimensiona y se expande, donde los horizontes se borran y el pensamiento se compacta para expresar desde la dramaturgia de un texto los mundos posibles de la literatura y la dramaturgia. Si bien las convenciones del teatro son diferentes al cine, el teatro ahonda en la simiente de lo real posible sin miedo a equivocarse, mientras que el cine dibuja sutil esa realidad paralela de la ficción que quisiéramos vivir.

¿Qué relación crees que existe entre el diseño escénico y la dirección de arte?

Son terrenos de la creación diferentes, los códigos de expresión son diferentes también, el trabajo en equipo los asemeja bastante, ambos se van construyendo en la medida en que vas interrelacionándote con las pautas de dirección y de su puesta en escena. Desde la contemporaneidad, que se esfuerza en borrar los límites de la creación, el diseño en el teatro, al igual que en el cine, van de la mano, aunque el teatro continúa siendo una experiencia para el espectador más viva y cercana, el cine presupone una elaboración más técnica y de empaque final.

¿Qué significa la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, en tu formación como director de arte?

Imagínate, asistiendo a una Escuela Internacional de Cine y Televisión, presenciando talleres de fotografía, de dirección, de dirección de actores, de producción y de cuanta forma hay de ejercitar y aprender el cine. Para que se entienda mejor, en esos 15 años, he participado como director de arte en talleres presencialmente y en realización de cortometrajes de alta calidad impartidos o dirigidos por directores, muchos de Latinoamérica y de Europa.

Más allá del ejercicio de producir y la oportunidad de crear, estuve en muchos talleres de fotografía, edición y dirección, lo cual me permitió ver esa interrelación de las especialidades como un todo y el arte en su relación con las otras especialidades dentro del cine, así fui entendiendo mejor la dirección de arte en su conjunto y de ahí conocer lo fundamental e inamovible del arte dentro del cine.

¿Cuáles consideras que son tus mejores trabajos en la Escuela Internacional de Cine y TV de San Antonio de los Baños y por qué consideras que son los mejores?

Todos los cortos realizados allí son mejores en sí mismos por la sencilla razón de que aprendí mucho de cada uno de ellos. Allí inicie mis primeros trabajos, los hay mejores en la medida que la historia para contar fuera en sí misma interesante, pero te repito, haber tenido esa escuela para aprender fue un lujo, una oportunidad que no vislumbré unos años después cuando me percaté de que ya no tenía esos miedos a equivocarme, y comencé a disfrutar el ejercicio del intercambio entre especialistas que tratábamos de unir nuestra fuerza por un mismo objetivo, la película. En resumidas cuentas, allí aprendí mucho porque como estudiante era el momento de equivocarte y de reinventarte.

¿Cómo llegas a la televisión cubana y que trabajos han sido más satisfactorios en este medio?

A la televisión cubana llegué hace poco, como director de arte, comencé en 2018-2019 formé parte del equipo de realización de la serie LCB-2 (Lucha Contra bandidos II) dirigida por Roly Peña en una producción de 20 capítulos sobre la captura de las bandas contrarrevolucionarias en la zona de la provincia de Matanzas en los años 1962-1963. Aquí está dicho todo, una serie de época, como se dice, una parte en la ciudad y otra parte de las grabaciones en el monte o campo, y finalmente en las cayerías de la Ciénaga de Zapata. El trabajo de vestuario, las diferentes viviendas de ciudad o del campo, los autos de esa época y la atmósfera en general fue resultado de un equipo de trabajo que dirige el director de arte, el mérito de este fructífero trabajo estuvo fundamentalmente en la investigación y conceptualización previas de lo que quería el director, y como un todo emprendimos esa ardua tarea de realizar más que una serie, un sueño.

He realizado otros telefilmes, pero esta serie fue lo más complejo y difícil que he hecho en la televisión.

¿Cómo llegas al stop motion? ¿Por qué te interesas en esta técnica tan compleja de animación?

Esta técnica no la conocía mientras estudiaba, y no fue hasta que fui a los estudios de animación de la televisión que vi por primera vez esta técnica de hacer animados y su parafernalia técnica, su escenográfica a “escala” que me impresionó; era para mí ver el cine a otra “escala” de producción.

Otra “escala” porque todos los elementos relacionados con los personajes eran redimensionados, a escala y proporción entre sí. Aquí había visto la oportunidad que antes comentaba de lo aprendido en la escuela de cine, poder dirigir mis películas o historias. Así que pasé un taller de animación y a los dos años ya estaba enfrascado en la realización de mi primer intento de una serie en esa técnica de animación, stop motion, o animación corpórea, como le decían allí en aquellos estudios. El escaparate de Patricia es mi primera serie donde es pensada desde los diferentes saberes relacionados en una producción cinematográfica, la fotografía, el arte y la producción. 

¿Quiénes consideras que son tus referentes en el stop motion a la hora de crear?

Mi gran referente es una película cubana Papobo (1987), dirigida por Hugo Alea, también los cortometrajes del Checoslovaco Jan Sbankmajer y Tim Burton. Son muchos los creadores en este campo que han diversificado las maneras de hacer el stop motion.También los productores o estudios Aardman en el Reino Unido, quienes han realizado innumerables películas y series en esta técnica.

¿Tu primer corto de animación stop motion es La semilla. ¿Cómo surge esta idea? ¿Cómo fue su realización?

La semilla comenzó siendo el ejercicio final del curso de animación corpórea. Se había seleccionado mi guion y lo debíamos realizar –construir– entre todos para graduarnos. De este espectacular grupo de muchachos que procedíamos de lugares diferentes, tenía esta base de diseñar y realizar. Dirigí la construcción escenográfica, el atrezo, el story board, el personaje, el vestuario del personaje y todo lo demás, hasta que lo animamos todos, un plano para cada uno, previamente repartido. Finalmente lo edité y un amigo me dio su música y finalmente quedó, sin mucha pretensión mi primer animado en stop motion.

De artista plástico a diseñador escénico, luego director de arte y hoy director general de dos series de animación producidas por Cubavisión. ¿Qué responsabilidades implica ser el director general de una serie de animación?

Toda la responsabilidad de que se haga. Cuando digo que se haga no es solo terminarla, sino también la realización de los atrezos hasta la edición final; procurar hacer lo mejor imposible por que todo quede bien, escuchar a cada uno del equipo que esté involucrado en el proyecto, repetir o rehacer cada detalle de la animación si no funciona, gestionar armoniosamente los problemas e imprevistos de la producción.

El escaparate de Patricia.

¿Cómo surge la idea de crear El escaparate de Patricia?

Es una serie pensada desde las posibilidades de producción de los estudios de animación de la televisión, quiero decir, que me dieron la oportunidad de presentar un proyecto que se pudiese realizar, que no fuera complejo y sobre todo para los más pequeños. La idea básica era tener un personaje que transgrediera su espacio donde la imaginación sirviera de pretexto para cambiar en cada capítulo no solo la historia sino los elementos, es ahí donde nace el otro personaje de la historia que es el escaparate. El escaparate es la puerta entre la realidad de Patricia y su mundo imaginario.

¿Cómo se organiza el trabajo del El escaparate de Patricia, desde la creación de los títeres, la construcción de la escenografía, la concepción del guion, hasta los manipuladores, etc.?

En un principio se crea el personaje –Patricia–, luego se llevan a escala todos los elementos que le rodean, así como los espacios en correspondencia a la historia o al capítulo. Los guiones responden a una estructura formal y de contenido, el capítulo tiene seis minutos de duración y la escritura estaría acomodada a contarse en ese espacio de tiempo. Por lo general, Patricia inicia su capítulo en su cuarto y la curiosidad la lleva a crear o a tratar de entender cómo funcionan las cosas. Esa pregunta la llevará al escaparate como pretexto para transgredir su espacio, entrando al mundo imaginario donde ella comprenderá el por qué de las cosas y lo que le preocupa saber. El regreso termina con ella en el cuarto resolviendo el acertijo, y con esto la idea de aprender algo cada día.

Teo es otro de los personajes –insecto mariquita de 7 puntos– que ayuda en la serie a tratar otros temas y a triangular los contenidos.

¿Cuántos capítulos tienen la primera y la segunda temporada de El escaparate de Patricia?

La primera temporada solo se realizaron dos capítulos, la segunda cinco, y hay otros cinco más listos para producir.

¿Cómo consideras que se inserta El escaparate de Patricia en la tradición cubana del stop motion?

Supongo que el tiempo lo dirá, aunque en su concepción responde a la manera en que se ha estado haciendo este tipo de animación en Cuba.

Sin embargo, esta técnica específica de la marioneta dentro de la animación corpórea o stop motion se realiza muy poco en Cuba. Sé que es la más complicada porque hay más números de articulaciones a mover y lo más complicado son las expresiones faciales, ojos, boca, cejas, y el lipsing, que es, la coordinación de las vocales con el movimiento labial, fundamentalmente para crear la ilusión de movimiento. Creo, que, por tanto, es una de las pocas cosas que se hace desde esta técnica.

¿Crees que hay o hubo una escuela cubana, un modo de hacer cubano del stop motion?

Siempre, en mayor o menor grado, se ha estado realizando esta técnica especialmente por los estudios de animación de la teevisión cubana, específicamente ha sido lo fundamental en estos estudios. Los estudios del ICAIC han sido continuadores de la técnica en 2D y en la animación corpórea.

No sé si podemos afirmar que hubo o hay una escuela, pero una continuidad sí ha habido.

El Profesor.

¿Qué otros creadores consideras que están haciendo una obra relevante en el terreno del stop motion en Cuba?

Sí, claro, hay gente muy buena con sus propuestas, en el ICAIC está Pol Chaviano, Adanoe Lima, Yemeli Cruz, Ivette Ávila, quien también se graduó del mimo curso en los estudios de la televiisón impartido por Jaime Veitía, uno de los que estuvo involucrado en la producción de Papobo por el año 1987 y que también dirige actualmente la serie el El Profesor. También hay otros más jóvenes incursionando porque esta técnica es muy atractiva para experimentar.

¿Qué nos puedes decir de tus otros trabajos en animación? Comencemos por la animación 2D: Ernestico (2011) y El mundo de las manchas (2011)…

Ernestico y El mundo de las manchas fueron encargos de la UNICEF y es la primera vez que me enfrento a un proyecto en 2D y, por supuesto, a un equipo de animación que por no conocer la técnica como conozco la de SM tuve que codirigir estos dos animados. Al final fue una interesante experiencia porque los códigos de la puesta en escena son otros.

Comencé con El Profesor a aprender a animar y a realizar la dirección de arte para esta técnica con Jaime, él nos dio a Ivette Ávila y a mí la oportunidad de dirigir para aprender sobre la puesta de voz hasta la edición en este tipo de animado.

El país de los retazos es una animación que se inserta en un cortometraje, La costurera, en el cual yo hacía la dirección de arte, y lo interesante es que este animado siguió las pautas y conceptos de la dirección de arte, pero es una pequeña historia que se cuenta dentro del cortometraje.

Para concluir hablemos sobre la Universidad de las Artes. ¿Qué ganancias ha tenido desempeñar tu labor como docente y jefe de Departamento de Diseño Escénico al mismo tiempo que te desempeñabas como profesional en el terreno de la dirección de arte y la dirección general de las series de las que hemos hablado antes?

Como docente tengo mi mayor recompensa al intercambiar con mis alumnos. El análisis y cuestionamientos conceptuales remueven vertiginosamente mi mundo creativo, devolviéndome renovado. Analizar las propuestas de mis alumnos me sumerge en un ejercicio de construcción del mundo escénico, en proyecto, pero, aun así, es un ejercicio de intercambio sin igual.

Como jefe de departamento fue un pedido del decano de la facultad, lo acepté porque como muchos, el haber estudiado en el ISA nos crea un sentido de pertenencia y desde ese lugar siento que protejo ese tesoro, ese espacio en el que crecí y me cultivé.

Lo he comentado hasta con mis alumnos, lo importante que es que los profesores tengan una carrera profesional y tengan una experiencia para revertirlo en la propia docencia. Esa es la relación más sincera que puede tener un profesor con sus estudiantes y, por supuesto, la transmisión del saber enriquece la docencia y el respeto. Así es, quizás, como lo vi yo en su momento con mis maestros.

¿Recomendarías a los jóvenes de hoy estudiar la carrera de diseño escénico? ¿Por qué? ¿Qué campo tiene esta carrera?

Siempre recomiendo y explico desde mi experiencia a los alumnos que aún no han hecho las pruebas de ingreso que la carrera de diseño escénico tiene un perfil muy amplio, no solo en teatro, también lo relacionado con el cine y la televisión, como también la animación corpórea y 2D, el diseño de cartel, la danza, donde quiera que se necesite un diseño de vestuario, de escenografía e iluminación. El concepto de lo escénico no se circunscribe al teatro solamente, es en realidad más amplio y diverso.


Aplazan admisión de El Almacén de la Imagen 2023

Realizadores cubanos y de otras nacionalidades disponen de un nuevo plazo de admisión para enviar las obras a la XXXIII Edición de la muestra audiovisual El Almacén de la Imagen, con sede permanente en esta ciudad.

Vencerá el 30 de septiembre. Pueden contactar a los organizadores a través de las redes sociales del evento y del correo elalmacendelaimagen@gmail.com, confirmó a Adelante Digital la productora general Liany Hernández.

Este festival convoca en los géneros o categorías audiovisuales de Ficción, Documental, Animado, Corto (de hasta tres minutos) y Promocionales (spot, cápsulas, video clip)

Los concursantes aspiran al Gran Premio, denominado Luces de la Ciudad, consistente en diploma acreditativo y el pago de 25 000 pesos, a la mejor realización, sin distinción de género y modalidad.

El jurado también otorgará reconocimientos por especialidades: Dirección, Guion, Fotografía, Edición, Dirección de arte, Sonido, Música original y Producción. Varias instituciones entregarán galardones colaterales.

Esta fecha de prórroga también aplica para quienes inscriben sus proyectos en busca de financiamiento para obras de ficción o de animación, en ambos casos, cubanos de hasta 35 años de edad, residentes en la zona centro-oriental del país.

Los proyectos de animación podrán ser guiones a realizar con una duración de hasta 5 minutos, con un presupuesto ajustado a 70 000 pesos; y para el pitching de ficción, de cortometraje de hasta 27 minutos, con esquema de 80 000 pesos.

El Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (Icaic) contribuye con financiamiento para proyectos pensados con bajo presupuesto, a partir de guiones inéditos, de temática libre o adaptaciones literarias.

El Almacén de la Imagen contará con la exclusividad del estreno, independientemente de su inscripción de la Muestra en competencia, de ahí la importancia de su realización durante el primer semestre del 2024.

La próxima edición de esta muestra organizada por la Asociación Hermanos Saíz será del 24 al 28 de octubre de 2023, en Camagüey, con acciones presenciales y virtuales de conferencias, talleres y diferentes muestras en cines y otros espacios.


Fernando Pérez: «Ustedes tienen que crear»

Fernando Pérez es director de cine y escritor cubano licenciado en Lengua y Literaturas Hispánicas en la Universidad de La Habana, profesor de la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños. Tiene una larga carrera como cineasta y documentalista y numerosos galardones y reconocimiento por sus producciones cinematográficas. Este hombre, con largas luces en el universo del séptimo arte, nos comparte acerca de la historia de la Muestra Joven ICAIC y su importancia para lo que hoy se conoce como el cine independiente cubano.

¿Cómo fue su entrada a la Muestra Joven ICAIC?

No recuerdo el año especifico, pero sí fue en un momento de mi vida que yo sentí después de mi larga trayectoria en el ICAIC y estar haciendo películas, que la Muestra significaba el espacio más dinámico de la realidad cinematográfica cubana y del ICAIC y recuerdo que ya Jorge Luis no iba a seguir más y me habló y dije “¡Sí! ¿Cómo no yo voy para allá?”

Nunca me había gustado ostentar un cargo o tener una responsabilidad que no fuera más allá de la de hacer mis películas y ser el director de ellas. Pero, estar al frente de la Muestra me motivó muchísimo y me planteé realmente dirigir la Muestra como dirijo mis películas. En plena responsabilidad y en plana libertad, es así como se lo planteé al presidente del ICAIC en ese momento, Omar González. Otra motivación fundamental era incorporarme al trabajo de todo un equipo que admiraba muchísimo. En primer lugar, la presencia de Marisol como directora de la Muestra, para mí eso era una posibilidad de desarrollar una línea de trabajo muy abierta.

Había también toda una historia de la Muestra por delante, no iba a empezar de cero, iba a trabajar con un equipo que tenía no solo una trayectoria sino un horizonte, una perspectiva y mucho de ellos jóvenes. Una de las cosas que me planteé cuando entré fue conservar su estructura, pero en algunos casos esbozar nuevos principios.

¿Qué cambios estructurales se impulsaron con el cambio de dirección en el evento?

La Muestra estaba generalmente encaminada por directores y cineastas de otra generación por lo tanto yo puse hincapié, por ejemplo; el comité de selección de la Muestra integrado por diversos especialistas que escogían y seleccionaban las películas estuviese compuesto solo por jóvenes. Hasta ese momento lo integraban distintas figuras, no importaba la edad.

También hice que el consejo de redacción y la dirección del tabloide Bisiesto que se editaba durante la Muestra fuera escrito y organizado solamente por jóvenes. Este era el punto más importante para mí porque traté que la revista no se convirtiera en el tabloide que únicamente recogía las incidencias de la edición, sino que se convirtiera poco a poco en ese espacio escrito que representara el pensamiento teórico de los jóvenes sobre ellos mismos y sobre el cine que estaban haciendo. Que no fuera el cine joven analizado por especialistas, críticos y ensayistas de otra generación, sino que allí estuviera reflejado el pensamiento y se desarrollara ese nuevo pensamiento de jóvenes críticos, ensayistas y pensadores del cine cubano. Incluso, nos planteamos y se logró hacer en el último año que fuera una publicación periódica, no solamente durante los días de la Muestra, sino que pasara a ser una publicación trimestral, pero eso después desapareció.

¿Qué importancia le otorga a la Muestra Joven ICAIC como parte del audiovisual cubano?

En cuanto a la Muestra, creo que ella me mejoró a mí, me sirvió para dinamizar mi pensamiento y estar dentro o mucho más cerca de ese movimiento que ya es hoy una realidad absoluta que es el “cine independiente cubano”.

La Muestra tenía una cualidad, ella reunía por una semana, o propiciaba el encuentro de cineasta jóvenes que durante todo el año estaban dispersos y fragmentados. No era la experiencia que había vivido cuando joven, que la mayoría, o casi la totalidad de los cineastas, estaban alrededor del ICAIC; era una concentración.

A partir del periodo especial se demostró que con el cine independiente el signo de “la independencia” tenía una fragmentación la cual se avizoraba. No había un núcleo alrededor del cual se reuniera o concentrara ese fenómeno que todavía no era un movimiento. La Muestra lo hacía, pero temporalmente, aunque trabajaba el año entero, pero no con actividades que hicieran que eso se convirtiera en una realidad cotidiana y no en un evento temporal.

Creo que de todas maneras la Muestra se convirtió en el espacio de referencia para los jóvenes. Recuerdo que cuando me veo obligado a dejarla por discrepancia con la política de programación alrededor de un documental, que no era un buen documental pero que era interesante discutirlo y no había por qué negar su exhibición, decidí no refrendar como presidente del evento. Esa política de exclusión creo que de alguna manera propició que la Muestra pasara a ser dirigida por jóvenes, y recuerdo que antes de irme o de recesar en ese cargo se los dije a algunos de ellos, “ustedes tienen que crear y ser ustedes mismos quienes dirijan la Muestra para que puedan tener esa personalidad jurídica, esa responsabilidad real”, para que pasara a ser un evento dirigido por jóvenes. Creo que eso propició que se continuara el evento, pero en una etapa totalmente nueva, donde l fue dirigida totalmente por jóvenes.

Dirigir este espacio fue una experiencia bien bonita. Nunca dejé de colaborar con ellos. Nunca dejé de ver lo que se exhibía en el evento que era el termómetro del cine independiente cubano, de ver por qué curso o qué cauce se mueve hoy en día. Trato de hacerlo también, y eso me va a mantener muy ligado, y por el cine joven independiente cubano que es el audiovisual de hoy.

¿Considera que la Muestra Joven ICAIC es un festival o como una muestra?

Recuerdo que discutíamos mucho en el equipo porque el criterio de que había que ser muy selectivo con lo que se exhibiera y ese era el camino, afirmaban. Pero siempre preferí defender, y todavía pienso, que el camino de una posible Muestra es que ella fuera una muestra inclusiva y no exclusiva.

El evento era un muestrario de lo que pudiera ser una obra insipiente en el caso de algunos jóvenes y en otros, aunque no alcanzara el ciento por ciento (si es que se puede medir por porcentaje la dimensión o la calidad artística de una obra), que tuvieran por lo menos la posibilidad de juzgar, de discutir, de evaluar, de probar un lenguaje insipiente incluso individualmente. Que los jóvenes que estaban comenzando a hacer cine pudieran ver el resultado de su trabajo en pantalla grande y que se discutiera era una línea muy inclusiva. Incluso en uno de los catálogos de la Muestra hay una reflexión que escribí sobre eso, por qué una Muestra exclusiva y no una muestra inclusiva.

No tenía que aspirar a ser un festival de Cannes –no se trataba de eso–, no solo por la alfombra roja, sino porque no era una selectividad lo que iba a demostrar su posterior importancia y proyección, sino la confrontación de un fenómeno que estaba creciendo que era el cine independiente cubano. ¡Claro que no se admitía todo! Esto no era un saco roto sin fondo donde se admitía todo. Pero bueno, que los criterios selectivos fueran lo más amplio posibles, que a lo mejor había un corto o un documental que tenía valores fotográficos o valores de puesta en escena que no estaban totalmente logrados, pero allí se avizoraba algo. No ser tan exclusivos o exigentes en ese sentido.


Muestra Joven ICAIC: hija de su tiempo

Cuando me hablaron de la Muestra Joven ICAIC, no sabía qué era exactamente, al buscar información descubrí que sí conocía ese “cardumen” (como se hacían llamar) o por lo menos tenía registros subconscientes de una música que los identificaba. Había visto el spot televisivo que, con dibujos animados de peces y una música particular, llamaban la atención al espectador.

Mi primer encuentro con la Muestra no fue en La Habana, en sus espacios habituales, como sus oficinas en el ICAIC o en el marco del evento que auspiciaban. Recuerdo que a finales del año 2019 la Asociación Hermanos Saíz de Santiago de Cuba acogió a Juan Carlos Calahorra –miembro de la junta directiva– que había llegado a la ciudad con el objetivo de dar mayor visibilidad al evento fuera de la capital. Allí, donde participamos no más de 10 personas, fue donde por primera vez oía hablar de la Muestra Joven sin medir o esconder palabras, sin tener que hablar bajo para que no se supiera qué se estaba diciendo. Más que un espacio de presentación de la Muestra el evento, se convirtió en un debate de los problemas del cine cubano.

Para estudiar un evento hay que hacerlo desde sus raíces, hay que ver el pasado a profundidad y escudriñar en los más recónditos testimonios, en las evidencias de los periódicos, catálogos y publicaciones que se realizaron. La Muestra Joven ICAIC es un evento que tiene precedentes sólido muy vinculados al contexto histórico de Cuba finisecular, a una gran cantidad de cambios en la producción fílmica en la isla, al igual que de paradigma del ICAIC para intentar salvar su institución. Por eso, el objetivo del trabajo es analizar contexto del surgimiento de la Muestra de Nuevos Realizadores hoy Muestra Joven ICAIC.

Raíces

En ocasiones, cuando se comienza a hacer historia de un evento es porque él ya no existe, como ocurre con la Muestra Joven ICAIC. Eso no quiere decir que su día a día no sea parte de la historia, sino que, al no poder continuar la edificación de la obra, solo nos queda contarla. Sobre el origen de la Muestra Naito (2014) afirma:

La Primera Muestra Nacional del Audiovisual Joven –promovida por el ICAIC entre finales de octubre y principios de noviembre de 2000, definida luego en años sucesivos Muestra Nacional de Nuevos Realizadores y a partir del 2011, Muestra Joven– ayuda a divulgar el nombre de los más noveles talentos ya no solo en el cine, sino en el medio audiovisual en general. (p.90)

El 31 de octubre de 2000 se inauguró en el cine Chaplin la primera Muestra Nacional del Audiovisual Joven. El evento constaba entre sus fundadores con el crítico de cine Juan Antonio García Borrero, asesorado por el cineasta Jorge Luis Sánchez. Otros de los fundadores fueron el guionista Senel Paz, Juan Carlos Tabío, y el crítico y realizador Dean Luis Reyes. Omar González, sucesor de Alfredo Guevara como presidente del ICAIC, fue uno de los organizadores de la primera Muestra.

Inicialmente el evento recoge un volumen de obras realizadas en el periodo de los noventa y no solo incluía a jóvenes realizadores. Según afirma Juan Carlos García Borrero:

“En esta primera Muestra no teníamos claro que iba a ser un evento dedicado a los jóvenes sino estábamos pensando en nuevos realizadores. Recuerdo que incluimos no solamente a los más jóvenes, sino a cineastas como a Belkis Vega, a Tomas Piaret que ya tenían toda una carrera y todo un cuerpo de películas realizados”. (Borrero, comunicado personal, 21 de marzo de 2020).

El evento durante su desarrollo cambió su diseño de trabajo, su equipo organizativo al igual que su nombre. La primera Muestra Nacional del Audiovisual Joven como ya se ha citado se realizó bajo la dirección de Juna Antonio García Borrero. El evento es interrumpido en el siguiente año y fue retomado por Jorge Luis Sánchez en el 2002 bajo el nombre de Muestra Nacional de Nuevos Realizadores. En el 2003 y 2004 son presididas por Waldo Ramírez. La del 2006 la retoma Jorge Luis Sánchez hasta que ya en 2006 Fernando Pérez entra a la dirección del evento, donde estaría hasta el 2010, año en que el evento cambia su nombre a Muestra Joven ICAIC y es asumida por Marisol Rodríguez; posteriormente se hace una junta directiva.

Como todo suceso histórico, la Muestra Nacional del Audiovisual Joven no es un ente aislado. Sus orígenes están estrechamente relacionados con el acontecer finisecular de la Cuba del siglo XX. Ella fue una muestra hija de su tiempo.

Se puede citar los antecedentes de la Muestra Joven entre finales de los ochenta y el segundo quinquenio de 1990, años de crisis económica en el país, situación que afecta la isla tanto en la ideología como la economía. Según afirma Wood, P. (Comunicado personal, 10 de febrero de 2022) “como un antecedente importante de la Muestra estaba las obras fílmicas que se habían hecho como cine aficionado. Tiene mucho que ver con el cine silente, con el de ocho o dieciséis mm y la creación por el ICAIC de una especie de federación que aglutinó a los cineclubes de creación cinematográficas”.

Como gesta ideológica y de carácter independiente, fueron los cineastas los antecedentes y gérmenes de la Muestra en los años noventa, aunque existen precedentes en los años ochenta donde se daban señales en movimientos de aficionados en el país. La evolución tecnológica, económica y social fueron las que entre los últimos veinte años de ese siglo gestaron las condiciones para que apareciera la Muestra de Cine Joven. Stock (como se cita en Martín, 2018) afirma que “el cine cubano debe su existencia, en gran medida, a su habilidad para adaptarse a los cambios cinematográficos” (p.90).

A finales de los ochenta y principios de los noventa se realizó un evento de cine bajo el nombre Muestra de Cine Joven. Este espacio fue uno de los antecedentes de las Muestra Joven ICAIC. Según afirma Jorge Luis Reyes, director del evento (comunicado personal, 28 de enero de 2022), “a partir de 1988 hasta 1993 desde la Asociación Hermanos Saíz los entonces jóvenes del ICACI y de los Estudios Cinematográficos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), de los Estudios Cinematográficos de la Televisión y de la Escuela de Cine de San Antonio organizábamos unas muestras que se llamaban Muestra de Cine Joven, evento que yo presidí desde el 1988 hasta 1992…”

En los años noventa, la producción fílmica había disminuido en Cuba por la falta de recursos. Este periodo fue duro para el desarrollo de la cinematografía cubana, y hacer cine era poco viable. En ese decenio toman auge las coproducciones con otros países. Los cineastas emergidos de las escuelas de cine comienzan a crear y hay un auge de la tecnología digital, lo que permite una democratización de las producciones fílmicas.

La crisis económica no derribó del todo la producción fílmica en la isla, ya a finales de ese siglo y comienzos del otro se gestaron ideas e inquietudes en cuanto a la exhibición de las obras realizadas. No solo se quería hacer cine, sino que las nuevas generaciones aspiraban a que fuera exhibida y consumida por el público cubano.

En este período se gestaron toda una serie de cambios objetivos y subjetivos que favorecieron el desarrollo de la cinematografía cubana y de eventos como la Muestra Nacional del Audiovisual Joven. Martín (2018) afirma: “Es interesante ver cómo, a pesar de que los nuevos realizadores coinciden en tiempo, espacio y uso de la tecnología, ni ellos mismos, ni los críticos, lo consideran un movimiento artístico” (p.76). Esto está dado por el empleo de un amplio campo de visualización y temáticas, y estéticas diferentes que, en muchos casos, no coinciden varios de estas categorías en dos filmes al mismo tiempo. Según considera Brugués, A. (comunicado personal, 22 de abril de 2022) refiriéndose a las características del cine independiente como movimiento:

No existe una estética de cine independiente cubano. No en el sentido que movimientos como Dogma 95 han planteado una estética. No es estilístico porque el cine independiente cubano ha jugado con diferentes géneros y experimentado con diferentes formas. Y no es económico porque, aunque la mayoría de las veces las películas independientes se han hecho con muy pocos recursos, también se han logrado hacer con presupuestos similares a los del ICAIC.

El florecimiento de un audiovisual joven, crítico, de temática contemporáneo amparado en las nuevas tecnologías, es una de las características del cine cubano nacido en la primera década del siglo XXI. Este es un período transicional donde se comienza a remontar la crisis y el declive económico-social del decenio anterior. Es un momento de nacimiento de una gran cantidad de cineastas noveles que están tratando de abrirse paso en la industria.

En la Muestra han confluido una gran cantidad de propuestas audiovisuales, pero el origen de ella no fue una necesidad, surgida entre los creadores, sino una necesidad del Instituto, el cual estaba haciendo la posible e imposible para mantenerse a flote con algunas actividades productivas, después el período de crisis de los 90 y la ausencia de realizadores que residen en el extranjero y el fallecimiento de Tomás Gutiérrez Alea (1996) y Santiago Álvarez (1998) (Noa, 2020, párr.5), lo cual propició que una gran cantidad de realizadores jóvenes se sintieran alentados, atendido por la industria, que muy pronto pasarían a ser parte de ella.

La muestra como anillo al dedo

El ICAIC como ya se ha citado en el periodo finisecular del siglo XX no estaba produciendo al mismo ritmo que llevaba en los primeros treinta años del triunfo de la Revolución cubana y se vio afectado directamente por la gran crisis económica que afrontaba la isla. Sin embargo, al margen de él había cineastas aficionados que estaban realizando audiovisuales. En este contexto es donde aparece la idea de realizar la Muestra.

El ICAIC, con la creación de la Muestra Nacional del Audiovisual Joven, tenía como objetivo dar la oportunidad a una generación de nuevos realizadores de ser el relevo de los cineastas que se encontraban produciendo en ese momento, lograr una constancia de las producciones fílmicas que se gestaban en Cuba. Esos objetivos no fueron vencidos del todo, como afirma Douglas (2017):

La intención de esa iniciativa de dar a conocer las obras de las nuevas generaciones de cineastas, queda prácticamente marginada al no tener difusión, ya que no encuentran espacio para ser programadas en los circuitos de exhibición del resto del año, solo de vez en cuando se exhibían en la televisión, que naturalmente prioriza su propia programación, o en pequeñas salas de programación especial. (pp.74-75)

Bajo estas condiciones se puede ver que independiente al hecho de lograr nuclear toda una generación de nuevos realizadores en un mismo espacio, el ICAIC no aunó el máximo esfuerzo en lograr que las obras se exhibieran con mayor periodicidad o que se exhibieran en los cines de toda la isla. Por lo que uno de sus objetivos fundamentales era nuclear toda una generación de cineastas aficionados para tener conocimiento de lo que se estaba haciendo en al margen de la institución.

La creación de esta primera Muestra fue importante porque en ella se presentan obras que no tenían en el circuito de exhibición nacional. En una entrevista para la Agencia Cubana de Noticias, el cineasta Fernando Pérez explica que el cine hecho por los jóvenes no está en las salas, y mucho menos en la televisión, los escasos modos que tiene un emergente realizador de insertarse en los circuitos de distribución son la Muestra y otros centros como el Festival Imago de la FAMCA (Facultad de Artes de los Medios de Comunicación, pertenece al Instituto Superior de Arte), y el Festival de Cine Pobre de Gibara. (Pernia, 2018).

Consideraciones finales

La Muestra Joven ICAIC surgió como consecuencia de diversos factores que aparecieron en el último veinteno del siglo pasado en Cuba. Entre las causas que propiciaron su nacimiento se encuentra la aparición de una generación de cineastas graduados de las escuelas con ánimos de producir y exhibir sus películas. Esta generación al unísono de aficionados realizó obras fílmicas y propició que existieran en la isla realizaciones audiovisuales que estaban al margen de las producciones del ICAIC. Estas obras fílmicas no eran exhibidas en las salas de cine por lo que muchas de ellas no eran vistas por el espectador a no ser por personas allegadas al realizador.

Un elemento importante que favoreció la aparición progresiva de obras audiovisuales fue la democratización de la tecnología, lo que permitió que un mayor sector de la población tuviera acceso a los medios para poder realizar una producción audiovisual.

Debido a la crisis económica que afrontaba al país en los años noventa el ICAIC se vio afectado por la falta de presupuesto y financiamiento, por lo cual no podía sustentar una gran producción de obras cinematográficas. Estas condiciones fueron las que propiciaron que esta institución gestara y promoviera la Muestra Nacional de Audiovisual Joven.

Bibliografia consultada:

  • Álvarez, P. A. (mayo-agoto 2016). Retrospectiva Histórica del cine cubano (1959 -2015). Vol 4 (N.2), p (30)
  • Douglas, M, E. (2017). El nacimiento de una pasión. El cine en Cuba 1897-2015. Santiago de Cuba: Editorial Oriente.
  • Gottbera, L, D., Horswell, M. (2013). Sumergido, Cine Alternativo Cubano. Houston, Texas: Editorial Literal Plublishing.
  • Martín, P. A. (2018). La visión poliédrica de la Muestra Joven ICAIC. Breve recorrido por las temáticas más abordadas por los nuevos realizadores. Universidad of Habana. Audiovisual y Emigración View Project. Recuperado de https://www.researchgate.net/publicatio/337427039
  • Naito, L. M. (2014). Coordenadas del cine cubano III. Santiago de Cuba, Cuba: Editorial Oriente.
  • Noa, R. P. (2020, junio, 10). Veinte años de éxito y retos para el cine cubano independiente. Inter Press Servise en Cuba. Recuperado de https://www.ipscuba.net/espacio/alternativo/atisbos-donde-el-borde/veite-años-de-exitos-y-retos-para-el-cine-cubano-independiente/

ICAIC anuncia ganadores en concurso por la inclusión

El Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) dio a conocer las obras ganadoras entre la veintena presentada al concurso de cortometrajes por la igualdad, la no discriminación y los derechos de la comunidad LGBTIQ+.

El jurado estuvo integrado por: Kiki Álvarez y Marilyn Solaya, cineastas con experiencia en dirección y guion; Yisell Vargas, directora y productora; Teresa de Jesús Fernández, coordinadora nacional de la Red de Mujeres Lesbianas y Bisexuales, así como representantes de la Dirección de Creación Artística del ICAIC.

La selección consideró la calidad de los proyectos presentados y su factibilidad de realización. A continuación los premiados:

  1. «Hermanos». Guion y dirección: Osmanys Sánchez Arañó / Género: Documental
  2. «Una canción para ti». Idea original: Alexander Benavides/ Guion: Yasmany Guerrero y Alexander Benavides / Dirección: Melvin Rocco / Género: Ficción
  3. «Azul Pandora». Guion: Nuri Duarte / Dirección: Alán González / Género: Ficción

Por la potencialidad de otros proyectos concursantes, se decidió realizar un taller en el 2022 para brindar asesoramiento sobre la temática y desde el punto de vista técnico, en cuanto a la concepción del guion. Ellos son:

  1. «Adre». Guion: José Carlos Jiménez Revuelta/ Dirección: Claudia de la Caridad González Catalán
  2. «Exuvia». Dirección y guion: Yuleisis Martínez Mayeta
  3. «HappyBDay». Guion: Inima Dulce Fuentes Puerto / Producción: Evelio León Ortega
  4. «La cuna». Idea original y dirección: Yenny Pérez Ramírez

El ICAIC ha potenciado la realización de un cine inclusivo, con perspectiva de género y derechos humanos, en un contexto legislativo. Aún se encuentra vigente, hasta el 28 de enero de 2022, el plazo para la presentación de proyectos del concurso «Por una vida libre de violencias hacia las mujeres y las niñas en Cuba».


Luz joven a la imagen

Ya se respiran los aires de creación, música, cámaras, debates y de cine en  la Ciudad de los Tinajones. Todavía no se asoman los días finales del mes de octubre y se concretan los preparativos para celebrar la XXX edición especial de la Muestra Audiovisual El Almacén de la Imagen, que coauspicia la filial principeña de la Asociación Hermanos Saíz, la dirección provincial de Cultura, el Instituto Cubano de Artes e Industrias Cinematográficas, el Complejo Audiovisual Nuevo Mundo y el proyecto El Callejón de los Milagros.

La convocatoria quedó pública en conferencia de prensa realizada en el Complejo Audiovisual Nuevo Mundo junto a los organizadores del evento y algunos de los participantes. Como es habitual, el evento, de carácter internacional, mantiene la modalidad del pitching de ficción y animación para los realizadores miembros o no de la Asociación que residan en  la zona centro-oriental del país y el cual cuenta con un monto total de 50 mil pesos en moneda nacional, gracias al apoyo financiero del ICAIC y de la AHS, con la asesoría de los Estudios de Animación del ICAIC.

También se ampliará la fecha de admisión de los trabajos hasta el venidero 27 de septiembre en los géneros o categorías audiovisuales de Ficción, Documental, Animado, Corto (de hasta 3 minutos de duración) y promocionales (Spots y videos clip). Además, se otorgarán reconocimientos en las especialidades de Guion, Fotografía, Dirección, Música original, Sonido, Producción y Dirección de Arte.

En esta edición especial del Almacén de la Imagen se hará uso creativo de las nuevas tecnologías vinculadas al gran legado de la historia del cine en la provincia y el resto del país. 

Por primera vez su eje temático será la tansmedialidad de la realización audiovisual, “una nueva forma de comunicación visual donde se ratifica el papel de los artistas que no es más que la de ofrecer luz y oportunidad en medio de una crisis de salubridad que afecta hoy a toda la población mundial”, expresó así Reynaldo Labrada, organizador del evento.

Con 30 años de vida, este certamen dio un punto giro a lo referente al audiovisual joven que se realiza en Cuba y en el mundo y se reafirma una vez más como una plataforma importante para el intercambio de experiencias, la reflexión y para los sueños de los jóvenes que se insertan en el arte de las imágenes en movimiento.

Ante la incertidumbre de un virus que nos amenaza, la Covid-19, no se detienen las ideas, ni el espíritu creativo ni el empeño titánico de proteger el arte y promocionar las obras de los creadores dando luz joven a la imagen.