Liset Prego


Benditos infieles

Ediciones La Luz, la Asociación Cubana de traductores e intérpretes y el departamento de Lengua Inglesa de la Universidad de Holguín gestaron una jornada de mirada plural al mundo literario que durante los días del 25 al 27 de este mes dedicó espacios de intercambio, paneles y presentaciones donde las traducciones literarias son tema central.

El primer día del evento estuvieron invitados Eugenio Marrón, periodista y escritor; Kenia Leyva, autora y miembro del equipo de Ediciones Holguín; Erian Peña, periodista, escritor y crítico de arte; y las traductoras Elizabeth Soto, Rebeca Torres e Irina Chaveco.

Todos fueron convocados para presentar títulos de los catálogos de las ediciones Holguín y La Luz, traducciones o textos bilingües que han acercado al lector nacional a obras y autores muchas veces desconocidos y en otras casi inalcanzables en publicaciones nacionales.

El segundo día, la peña Abrirse las constelaciones, en la serie de entrevistas dedicadas a celebrar el 25 aniversario del sello holguinero de la AHS y las dos décadas de este propio espacio que conduce e poeta y editor Luis Yuseff, tuvo como invitado al intelectual Manuel García Verdecia. El traductor de vasta experiencia ha sido, además, gestor de muchas de las publicaciones locales que buscan acercar a los lectores a piezas cimeras de la literatura en lenguas extranjeras.

Par el último día se realizó un panel que bajo el título “La voz del otro. Un acercamiento a la traducción literaria”, reunió a Irela Casañas, poeta y editora, Irina Chaveco y Manuel García Verdecia, quienes bajo la conducción de Rebeca Torres dialogaron sobre los avatares de un ejercicio que pone en las manos de los lectores una obra de autoría colectiva, singular dependiendo de la mirada y contexto de cada persona que se aventura a entregar en otro idioma lo que originalmente nació en una lengua distinta.

De forma híbrida ha llegado al público esta jornada cuya intención ha sido visibilizar la labor de traductores y editores y resaltar el aporte de las traducciones a la cultura universal.



Entrega ediciones La Luz premio a niños booktubers

Atrapasueños, el primer concurso nacional de booktubers niños y adolescentes, convocado por Ediciones La Luz y con el coauspicio de la Cámara Cubana del Libro, ya tiene ganadoras y fueron dadas a conocer este 30 de septiembre en el salón Abrirse las constelaciones, ubicado en la sede del sello editorial.

El jurado, que integraron el narrador y periodista Rubén Rodríguez, la poeta y editora Elizabeth Soto, y el escritor y periodista Erian Peña escogieron como ganadores a: 

Nilsy Bell Rodríguez, de 9 años y estudiante de la escuela primaria Manuel Ascunce, quien reseñó la antología de cuentos “Retoños de almendros”, fue la galardonada en la primera categoría (de 5 a 9 años).

En la segunda (de 10-13) resultó premiada Adela Lucía Morales, de 12 años, alumna del seminternado Dalquis Sánchez. Su video estuvo dedicado a varios títulos destinados a los adolescentes: “Fantasmacromías”, de Maikel Rodríguez; “Oros Nuevos”, de Evelyn Queipo y “Como se escriben los clásicos”, de Idiel García.

En el tercer escaque (14-18) la ganadora resultó Aytana Gabriela López, de 15 años, por su presentación de la antología poética “Dice el musgo que brota”.

El jurado además otorgó reconocimientos a Luis Estrada, Lilia Camila Caramès y Yanay Garcés “por saber atrapar con la magia de un sueño el cotenido literario de los libros escogidos, por mostrar desenfado en las maneras de decir y recomendar siempre el camino de la literatura”.

En el público estaban los niños de la escuela primaria Manuel Ascunce, habituales de este espacio quienes regalaron una sorpresa basada en textos de los libros de la editorial.

El concurso contó con el acompañamiento del Centro Provincial del Libro y la Literatura de Holguín, Artex, la Asociación Hermanos Saíz y el proyecto de creación artística Virtuarte.

Desde el Centro Provincial del Libro y la Literatura llegó hasta La Luz un reconocimiento por el trabajo cotidiano que entregó Sarai Ferrer, directora del CPLL.

Atrapasueños toma su nombre del espacio dedicado al público infanto-juvenil que conduce el poeta y editor Luis Yuseff. Con su lanzamiento se intentaba promocionar el catálogo dedicado a los lectores más jóvenes y conocer qué títulos del catálogo calan más hondo en los destinatarios del trabajo de Ediciones La Luz y los autores de su catálogo.



Metamorfósis del autor o cómo nacen las islas

En el año de su nacimiento se hundió el Titanic. La maldita circunstancia del agua por todas partes, diría. Un barco no es una isla. Virgilio no es una isla, pero quiere serlo.

Ha viajado, traducido a su amigo polaco Witold Gombrowicz, ha escrito, publicado, fundado revistas como Ciclón, una herejía junto a Rodríguez Feo, ha polemizado, lo hará toda su vida. Ha hecho amigos y enemigos. Ha regresado a su casa y aún no es 1959.

Entonces el país da un vuelco sobre sí mismo y se sacude la sombra del norte, convulsiona, se desprende de la garra. Virgilio escribe. El filántropo y La sorpresa son parecidos a ese tiempo nuevo. Van a escena. Envuelto en la vorágine transformadora de la revolución crea, cree.

Luego Virgilio tiene miedo. Lo ha dicho. Pero sigue siendo Virgilio, el de los Cuentos fríos, irónicos, absurdos, donde están los «puros hechos» y es suficiente; el de las Pequeñas maniobras narrando vidas intrascendentes, tan normales, hechas de gestos nimios, tan parecidos a la realidad; el del mito griego reinventado con ingredientes cubanos en Electra Garrigó, el del absurdo en El flaco y el gordo. Virgilio-Oscar, el poeta de regreso de Argentina, algo cercano a vencido, el mismo hermano de Luz Marina, anhelante del Aire frío, protagonista del ciclo infinito de la pobreza de una clase media en perenne agonía.

En él irradian el lenguaje autóctono, la ironía como firma, el humor negro, una causticidad ontológica, la reinvención del teatro cubano, la búsqueda de desmarcarse del cuórum, la vanguardia de la vanguardia. El hombre que ama a un hombre abiertamente en tiempos de puertas cerradas. Ese es Virgilio.

Busca constantemente la experimentación. Prueba la fórmula del teatro en el teatro. Reta al público, procura la interacción, provoca. Con Dos viejos pánicos gana el premio Casa de las Américas y es publicado en 1968.

¿Sería la maldita circunstancia, la de su nacimiento, la misma de su vida? Virgilio tiene miedo. Cómo no temer. Él es la disonancia. A nadie parece gustarle la estridencia de su otredad. Virgilio escribe, escribe como un modo de oxigenarse el alma, aunque en esta última etapa de su vida nada vaya a escena, nada se publique. Virgilio Atlas. Virgilio carga su isla en peso, la de su apartamento donde náufrago de su propia existencia crea un micromundo al que solo acceden unos pocos, elegidos acaso. Gente con menos miedo, menos grises que los años que viven.

Virgilio, hacia el final, como Rosa Cagí, quien fuera configurada en esa extraña latitud que es ser muert[o] en vida, pensaba en la posteridad. 1979 fue año atroz, al menos para la literatura cubana a cuyo panteón entraba el dramaturgo, el poeta, el narrador. ¡Ah, la oscura cabeza negadora!

De Virgilio se podría decir que ha vivido y… escrito infatigablemente, soñado lo suficiente para penetrar la realidad.

Tomó años devolverlo de una injustificada ignominia. Más de cuatro décadas han pasado desde su transformación. Ahora vuelve a las estanterías, al escenario, a los lectores.

Por eso como en un ciclo perpetuo Virgilio se convierte en isla. Virgilio, frontera del oleaje. Mis piernas se irán haciendo tierra y mar, y poco a poco, igual que un andante chopiniano, empezarán a salirme árboles de los brazos, rosas en los ojos y arena en el pecho. En la boca las palabras morirán para que el viento a su deseo pueda ulular. Después, tendido como suelen hacer las islas, miraré fijamente el horizonte…

  • ¿Así que era verdad?

Indagará el poeta de vuelta eternamente a su Ítaca. Y entonces las olas subirán efervescentes por la plataforma insular de su poesía.



HISTORIAS DE VUELOS, MEMORIAS Y SUEÑOS

¡Prohibido venir solos al teatro! Aquí hay que llegar en tribu, traer a la familia toda y observar, escuchar, sentir atentos cómo se deshojan las margaritas en la escena cuando el Teatro Guiñol Guantánamo trae estas Historias de muchachas complicadas.

Contemple la danza de los símbolos, cuelgan en el telón de fondo objetos, sustantivos abstractos que se concretan en el gesto, en el acto, pero remiten al vuelo, al sueño, al recuerdo.

Desde la llegada a la sala vemos sobre las tablas a tres protagonistas femeninas, tres actrices que manipulan muñecos y aprovechan los recursos que el ingenio de este talentoso equipo ha puesto en una escena que se transforma a la vista del espectador, y que se articula al relato basado en un texto de Eldys Baratute, Deshojando margaritas, para narrar lo que se resiste a pasar inadvertido, darle forma, colores, un sentido a las angustias, soledades, preocupaciones que, a veces, parecen solaparse ante la idea de que un niño o un adolescente no tiene ansiedades, que estas son patrimonio exclusivo de los mayores.

Ante nosotros aparece un actor que remarca las esencias, aquello que no debe perderse de vista, el ícono que irradia sentidos plurales al relato, si se quiere el hilo conductor, la brújula: un atrapasueños, un cohete de papel, un cuaderno…

Palmira es sonámbula y su historia es un canto a la libertad, a escuchar el silencio, a interpretarlo. Palmira insta a los adultos a respetar los desvelos de las infancias, a permitir el diálogo, a desechar las jaulas que la sobreprotección arma sobre la libertad individual de cada niño o niña.

Llama la atención cómo por el temor de la pérdida terminamos abandonando aquello que buscamos atesorar. Bien lo aprenderá la madre que, bajo su falda, intenta resguardar el sueño inquieto de una hija que ha inventado un mundo más allá de la vigilia donde reencontrar a los ausentes, donde invocar afectos perdidos.

Cuando marcharse para velar el descanso de la madre es un símbolo demasiado fuerte para dejar de estremecerse, vuela Palmira y deja un regusto que invita a abrazar, a abrir la jaula, a respetar el sueño.

Entonces llega Alicia, y se habla de identidad en su historia. Es un juego de espejos el suyo, el de ver un reflejo otro, el de reconocerse distinta a como quieren los demás que sea. Alicia también quiere escapar, y lo hace hacia el interior, en un viaje introspectivo, va como aquella otra Alicia, hacia el espejo, donde puede verse tal como quiere, asumirse, ser. “Te regalo el nombre que me gustaría tener”, le dice a quien desde el otro lado tiende un puente entre su realidad y su deseo, y lo llama Álex.

Ahora es Aitana la que entrega su historia. Su memoria se ha tomado el día libre y ella debe descifrar cuál de los niños del aula es su novio. Nada recuerda, y las margaritas, lo sabrá tarde, pueden ser engañosas. Aitana es romántica y sueña con idílicos amores. A muchos adultos les vendría tan bien usar su memoria y recordar aquellos primerísimos amores, platónicas cuitas que emergían cuando florecer era el único encargo dado al alma, esos años puente entre la niñez y la juventud: la pubertad convulsa y hermosa, intensa e inolvidable (aunque aquí Aitana no pudiese contar con sus recuerdos).

Hay una delicadeza en esta puesta, una forma de abordar temas tabúes, o poco frecuentados por las obras de teatro donde los niños son público meta, especialmente memorables. Persiste en la representación una voluntad estética que remite a la belleza entendida como la transparencia en el abordaje temático, en la honestidad de los símbolos, que no espanta, sino que invita a replantearse miradas a lo cotidiano. Y otorga la música un caudal de sensaciones que nutren el discurso visual; es sinestesia. En Historias… nada es gratuito.

Las soluciones escénicas que propone el Guiñol Guantánamo, bajo la dirección artística de Yosmel López, dan valor plural a un mismo objeto para reconfigurar la escenografía y arman un eficaz texto (entendido como todo aquello de lo que se pueda realizar una lectura, en tanto código impregnado de significados), que va calando, con sutileza y poniendo allí, en el espectador, una semillita que conduce a la reflexión, una simiente que puede germinar en margarita o en la comprensión de estas Historias de muchachas complicadas que lo son más, acaso, por la incapacidad de algunos de ver, de entender o recordar cuánto necesitan las infancias oído atento, abrazo seguro, acompañamiento respetuoso, libertad, sustantivos abstractos que edifican amor.



EL COFRE DE LEYENDAS DE FERNAN Y DINA

Como los dragones y las brujas, los piratas parecen estar de moda entre los personajes favoritos de los niños de hoy. En animados y películas live action los ladrones del mar dejan de ser fugitivos y timadores para volverse simpáticos aventureros que desafían el peligro del mar en busca de tesoros.

Tal vez por eso Fernan insiste en ser un pirata, un valiente marinero. Para ello Dina lo instruye: necesita un garfio, un parche en el ojo y pata de palo. Pero él, que solo cuenta con su fantasía, únicamente necesita activarla y se zambulle junto a su amiga en un viaje que puede ocurrir cualquier día, al salir de la escuela, aún sin quitarse el uniforme, en un desván o alguna habitación olvidada de la casa.

Cuando estos niños miran por el “ojo de buey” parece que pudieran viajar en el tiempo. Como vigías atisban, su paisaje es la bicentenaria ciudad de Cienfuegos, fértil suelo para las leyendas.

A la Perla del Sur dedica el grupo de teatro Cañabrava la obra Fernandina de la que Rafael González Muñoz es autor y asesor artístico. Las peripecias de dos niños aventureros, Fernan (Dayli Morfi) y Dina (Esther Valladares), conducen al espectador por una suerte de tour por las maravillas que el imaginario popular ha creado para explicar sucesos singulares de la bella urbe.

Un cofre como caja de Pandora o portal a la ensoñación, al fantástico universo de los mitos se ubica en el centro de la escena. La pareja de infantes se dispone a la aventura solo con un catalejo, un pergamino y la más rica imaginación infantil.

Títeres y actrices alternan para divertimento de los niños en el público, que descubre cómo un desván puede ser proa para la embarcación inventada desde la que estos chicos visitan el Caletón de Don Bruno, buscan la explicación para el origen del nombre Pasacaballos, tienen un encuentro con Leonor de Cárdenas, la Dama Azul, y enfrentan al Sur con sus tentáculos gigantescos hasta someterlo.

Cada obstáculo a vencer en esta búsqueda es solo una forma de poner a prueba la amistad. Cualquier tarde volverán a juntarse Fernan y Dina a viajar por mundos irreales, acompañándose en las batallas contra monstruos mitológicos o redescubriendo su ciudad, porque como todos los niños, ellos sin saberlo asumen el juego como ensayo de la vida.



XXIII Premio Celestino desde Holguín invoca a Virgilio

Con Virgilio Piñera como figura central de un evento que ya se establece como imprescindible para la cuentística entre los noveles narradores cubanos fue liberada la convocatoria al XXIII Premio Celestino de Cuento.

La dedicatoria al escritor y dramaturgo cubano en el aniversario 110 de su nacimiento es un homenaje que promete intercambios y paneles, lecturas y presentaciones de libros. Además, el evento mantendrá su desarrollo en las redes digitales, como lo ha hecho en los dos últimos años, o sea que, si las condiciones epidemiológicas lo permiten, sesionará de manera híbrida, recuperando la presencialidad.

Como reza en la convocatoria, disponible en los distintos perfiles digitales de la Asociación Hermanos Saíz de Holguín y Ediciones La Luz, entidades convocantes, en este certamen podrán participar todos los escritores cubanos residentes en el país no mayores de 35 años, sin importar si son miembros o no de la AHS. La participación será únicamente a través del correo electrónico 23premiocelestinodecuento@gmail.com, y se recepcionarán las obras hasta el 1 junio de 2022.

En la peña Abrirse las constelaciones del sello editorial holguinero serán dados a conocer los resultados de este codiciado premio que ha impulsado la carrera de numerosos autores del panorama literario nacional y que implica la publicación del cuaderno ganador por la editorial convocante.

 



La AHS en Gibara impulsa la poesía joven

Gibara no es solo una ciudad de cine, de historia y de mar. Nace entre sus calles también la poesía como se puede constatar al conocer los resultados del concurso literario convocado en el municipio que lleva el nombre de “Fernando Cuesta Mora” y que celebró este febrero su cuarta edición.

El certamen convocado desde la célula de la Asociación Hermanos Saíz del municipio tuvo su premiación en la Casa de Cultura “Raúl Gómez García”. El jurado reconoció la calidad de las dos decenas de obras enviadas y su diversidad, lo cual es evidencia del movimiento literario juvenil de la localidad.

El primer lugar fue compartido para Transcursos, de Yosvany Vázquez Pupo, y “Susurros”, de Frank Jesús Ramos Marrero. Igualmente se otorgó el segundo lugar a “Requiem por la vida”, de la autoría de Enmanuel Sanfiel Jimenez; el tercer lugar fue a manos de la obra “Destino”, escrito por Jorge Chen Zúñiga. Además, se otorgaron menciones especiales.

El jurado exhortó a los participantes a unirse a un taller literario de la AHS con el fin de perfeccionar sus textos respectivos.

La Asociación en Gibara mantiene una programación diversa y lucha por establecer una sede propia para compartir con creadores y público, también intenta revitalizar su programación y enriquecer su membresía con lo mejor de la vanguardia artística del municipio, de ahí que este tipo de certámenes sean fundamentales para revelar el potencial del territorio. 

 



AHS en Holguín: La voluntad de refundarse desde las esencias

Reunida por primera vez en varios meses, la joven vanguardia artística perteneciente a la Asociación Hermanos Saíz de Holguín celebró su asamblea de balance.

Asociados de diversos células y secciones analizaron el funcionamiento de la organización de 2018 hasta 2021 y debatieron sobre los logros y asuntos pendientes para una organización que es la de mayor membresía en el país, después de la capital, y que organiza el más importante evento de juventudes artísticas en Cuba: las Romerías de Mayo.

foto heidi calderón

Ernesto Santiesteban Velázquez, primer secretario del Partido en la provincia; Fernando Rojas, viceministro de cultura; Rafael González Muñoz, presidente de la AHS; Rachel García Heredia, directora de Cultura en Holguín, junto a otros funcionarios de organizaciones de masas, y representantes de entidades en el territorio, acompañaron a los miembros de la Asociación en su jornada introspectiva que buscó revelar las sombras, arrojando luces, buscando soluciones.

Como resultados de trabajo en el período evaluad se muestran numerosos premios que hablan de la calidad artística que aúna la AHS holguinera, en manifestaciones como literatura, audiovisuales y música; el trabajo constante y de elevada calidad de Ediciones La Luz que fue reconocido en varias intervenciones; el apoyo de jóvenes realizadores en la promoción de la membresía y su obra; el surgimiento de peñas de distintas manifestaciones; la permanencia del sistema de eventos del territorio pese a las limitaciones innumerables que existen en Cuba y el mundo para el desarrollo de la cultura.

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Mereció encomio el acompañamiento del programa radial La hora de los cabezones, dedicados a compartir las experiencias y obra de los más bisoños artistas.

Fueron preocupaciones expresadas por los asistentes y contenidas en el informe sometido a discusión, la escasa presencia del quehacer de los integrantes de la AHS en medios locales y nacionales, con énfasis en la televisión; el éxodo creciente de actores y bailarines; la relación turismo-arte y los acuerdos comerciales poco favorables para los artistas; la necesidad de sostener los espacios digitales como otros escenarios, que fueron revelados por la pandemia en mayor medida y que no pueden abandonarse en la nueva normalidad.

La profesionalización; la necesidad de más y mejor crítica de arte; la situación constructiva de inmuebles como la Casa del Joven Creador y la sede de Ediciones La Luz; la adecuación de los pagos de concursos, becas y premios a los dictados del reordenamiento económico. Se llamó, además, a construir espacios para ganar un público propio y fiel.

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Los crecimientos como fuente nutricia de la organización, y su manejo con tino sin precipitaciones y con el rigor indispensable fue otro tópico debatido en el que hizo especial énfasis Rafael González Muñoz.

Asimismo, se condujo el diálogo acerca de que se asuma la Casa del Joven Creador de la cabecera provincial como el espacio por antonomasia de cada uno de los presentes, de dar vida con una variada programación a este inmueble. El contacto frecuente y cercano de la presidencia y su ejecutivo con las células fue otra demanda, así como mayor vínculo entre las secciones y la implementación de una estrategia de comunicación para los públicos internos y externos.

También se sugirieron cambios para la página web de la asociación donde se explote en mayor medida la hipermedialidad y la existencia de una versión de esta para teléfonos móviles.

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Fue reconocida la entrega de creadores que acompañaron el proceso de inmunización a la COVID-19, así como la participación en actividades en barrios vulnerables y el trabajo en redes sociales para mantener la vitalidad de eventos y espacios,

Fernando Rojas reconoció la calidad de la asamblea y el afán de los asociados holguineros en seguir creando, en perfeccionar el trabajo de la AHS y en el reconocimiento de estos al apoyo de la institución a pesar de los aspectos negativos que en el intercambio se manifestaron.

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Por su parte, Rachel García Heredia enfatizó en el estrecho vínculo que mantiene aún con la Asociación, y en el rol de sus miembros para evitar un apagón cultural a pesar del rigor del confinamiento y la pandemia durante 2020 y 2021.

La asamblea incluyó también elecciones para renovar el ejecutivo que quedó encabezado por el escritor Norge Luis Labrada, escoltado en la vicepresidencia por la realizadora Yalín Ojeda y el artista visual Armando Ruiz.

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Durante esta mañana se despidieron a varios asociados que llegaron a los 35 años y se reconocieron a las instituciones y organizaciones sin cuyo apoyo y compromiso hubiera sido imposible la obra cotidiana de la AHS en Holguín, entre ellos el PCC, la UJC, la dirección provincial de cultura y su sistema de instituciones.

El nuevo presidente agradeció en su intervención el elogio realizado desde la dirección del Centro Provincial del Libro y la Literatura a Ediciones La Luz, colectivo del que forma parte.

A esto añadió una petición de disculpa por todo lo que hasta la fecha no se ha logrado, aseguró que queda mucho por hacer, como acercarse más a las células y refundar la comunicación institucional de la AHS provincial. Labrada pidió a los asociados aproximarse al ejecutivo ante cualquier dificultad.

norge luis labrada/ foto heidi calderón

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Andrés Cabrera, entre lo real maravilloso y la búsqueda individual del escritor

Andrés Cabrera ha tenido un año 2021 lleno de logros, a los premios literarios recibidos se añade la culminación de sus estudios de Derecho. De alguna manera el autor escribe con todo lo que es, lo que tiene, lo que sabe, lo vivido, y los lectores están ávidos de encontrar esos signos, las pistas de la vida otra, aunque las musas truequen lo real en maravilloso, lo irreal en verosímil, el hecho en duda.
Recientemente el joven autor holguinero fue merecedor de la beca de creación Frónesis que entrega la Asociación Hermanos Saíz, cada año, a un proyecto de novela, como estímulo a la creación. Con Cabrera conversamos, entre la curiosidad y la alegría de coincidir con alguien de imaginación desenfrenada, de sentido del humor finísimo y de exuberante creatividad.

¿De qué trata la novela ganadora de la beca Frónesis?
En esta nueva historia, titulada El día de los Santos Inocentes, encontraremos a una pareja de jóvenes que deciden formar una familia a temprana edad. Y es el nacimiento del pequeño Alejandro el motor impulsor de la problemática. La inexperiencia en la crianza de los hijos, la violencia intrafamiliar, el machismo, la sexualidad y la pobreza, serán los temas principales que se aborden.

¿En qué se diferencia y en qué se parece a tus anteriores textos de narrativa ganadores de certámenes previos?
La principal diferencia de esta novela con mis anteriores trabajos es, en mi opinión, la libertad creativa. Si bien en Al son de la calavera, “cuentinovela” que será publicada por Ediciones La Luz, experimento la soltura a la hora de crear personajes controversiales y de poner palabras en sus bocas; para esta nueva novela no he tenido reparo en el uso de la imaginación, la sexualidad y el lenguaje, algo que, debido a la inexperiencia, no había explorado cuando escribí Musita, el muy maldito, ganadora del Premio de novela Bustos Domecq; obra en la cual puse un léxico moderado en la boca de sus protagonistas. Contrario a Musita…, en esta nueva obra el narrador-personaje sí tiene un nombre: Alejandro, un niño más libre, quien se expresa como tal.
En cuanto a las similitudes, hay muchas. Entre ellas está el tema principal, la orientación sexual, el machismo, los personajes femeninos; aunque aquí introduzco un referente paterno, que no existe en Musita…, donde los personajes que rodean al protagonista son mujeres.

¿Reinaldo Arenas también late aquí?
Creo que, a lo largo de mi juventud, Arenas latirá en mi trabajo, aunque yo intente evitarlo. Y es que, precisamente, lo que hace que el nombre de ese gran escritor se relacione conmigo en más de una ocasión, no es solamente que seamos coterráneos, o que haya sido un claro referente en uno de mis primeros trabajos, y me refiero a Musita, el muy maldito, claro homenaje a Celestino antes del alba, sino la similitud imaginativa y la forma de narrar.
No puedo negar que de Reinaldo he aprendido mucho, muchísimo, y que es un orgullo para mí que se me relacione con alguien que es considerado uno de nuestros más grandes y controversiales escritores; pero en esta nueva obra todo es mío. Es una novela muy personal. Desde el título hasta el nombre de su protagonista tienen especial significado para mí. A esta novela la siento muy mía, y así he de defenderla. Mi mayor similitud con Arenas es y será el estilo, un estilo que creo poco a poco he ido haciendo mío, con el cual me desenvuelvo a mi antojo y que iré perfeccionando con el tiempo. Y es este último, precisamente, el que me hará despegarme de Arenas, cuando logre yo convertirme en Andrés Cabrera, así, a secas; y nadie más.

¿Dónde reside lo real maravilloso en una ciudad como Holguín? ¿Late en cualquier esquina o lo conjuras para hacerlo emerger en tus textos?
Los holguineros sentimos un especial orgullo de serlo. A Holguín he querido homenajearla llevándola al centro de mi universo. Mis tres novelas se ambientan en esta urbe; si bien no siempre lo menciono directamente, hago referencias que así hacen creerlo. Y ahí hay una gran diferencia entre Arenas y yo, pues este autor, en su obra, si bien, e indiscutiblemente, no podía evitar volver una y otra vez a esta ciudad, lo hacía de mala manera, denigrándola, exponiendo sus debilidades y condenándola al abandono como todo un hijo rebelde. Y hay que recordar que él no nació aquí, nunca se consideró holguinero. Yo por Holguín siento una especial pertenencia, un apego que solo puedo describir como de sangre, un deseo de enaltecerla, de brindarle todo lo bueno de mí, como a una madre. El realismo mágico en Holguín yo lo encuentro en todo momento y a toda hora, en sus calles, sus parques, sus lomas, en su gente; especialmente en su gente. Y es la vida de los holguineros, real y maravillosa, lo que engrandece a esta urbe.

¿Escribes con disciplina, con horarios y términos, o esperas a la famosa musa?
A la hora de escribir, simplemente espero a que me llegue la musa; pero esta musa llega con calma. Suelo pensar por varios días, incluso semanas, lo que sucederá en mis historias para que, en el momento en que me sienta lo suficientemente preparado para sentarme ante la computadora, pueda liberar con facilidad toda esa carga creativa que he acumulado. Esto puede suceder en cualquier momento del día, puede ser tanto en la mañana como en plena madrugada. Ahora bien, dentro de ese período creativo, una vez que ya he comenzado un trabajo extenso, como es una novela, suelo imponerme horarios y términos. Intento utilizar la mañana para escribir, respetando los horarios de las comidas y la noche. Estar sentado frente a una computadora conlleva un desgaste físico que, si no se respeta, puede tener serias consecuencias.

¿Qué otros proyectos te ocupan?
Hace un tiempo he estado tentado a retomar mi primera novela, aún hoy inconclusa, titulada: Café para la serpiente, la cual me abrió las puertas del Centro Onelio. Una primera obra que, si bien está marcada por mi inexperiencia en el momento en que la escribí, posee un nivel imaginativo que disfruto muchísimo, y que sé que en algún momento retomaré. También tengo una deuda con la poesía pues, si bien he escrito varios poemas, aún no los he organizado en lo que pudiera convertirse en un futuro libro.



Ediciones La Luz buscando el libro justo

“Buscando el libro justo” es el eslogan que se enarbola en la nueva campaña promocional del libro y la lectura de Ediciones La Luz. En el salón Abrirse las constelaciones de la propia sede de la editorial Robert Ráez, diseñador del sello, comentó a los asistentes los detalles del proceso creativo que entrega a las audiencias una visualidad diferente e ingeniosa que acompañará en 2022 el trabajo del sello, cuando celebran un cuarto de siglo.

En esta campaña prima la intertextualidad y juego con la idea de Diógenes buscando el hombre justo. Con la persistencia y permanente indagación por alcanzar la obra bella, la expresión cabal de lo estético y ético, entendidos en sus más elevadas connotaciones como signo del trabajo de La Luz sintetizan más de dos décadas haciendo libros.

En numerosas aplicaciones se vuelca la nueva iniciativa que irrumpe en los medios con un spot realizado por Aldo Luberta con el diseño de Ráez como concepto y soporte.

Durante la presentación de la nueva campaña también fue posible escuchar a los autores leyendo sus propios textos: Ana G. Ramos, Andrés Cabrera, Norge Luis Labrada, José Alberto Pérez, Lilian Sarmiento, Elizabeth Soto; y DJ Racso acompañó la celebración que invocó un nuevo año de prosperidad y mucha luz.

El equipo creativo de La Luz llevará a cabo durante 2022 acciones que se suman a sus espacios habituales, y que buscan afianzarse en el vínculo con el público lector; conquistar a los más jóvenes desde sus propios escenarios: redes sociales y centros escolares; promover el catálogo en constante crecimiento de la editorial; visibilizar el trabajo de la sección de literatura de la AHS en Holguín y mantener la vitalidad de la sede de Maceo 121 altos como la habitación propia de la joven literatura cubana y sus creadores.