periodista


Nátahaly Hernández y el disfrute de la escritura

Náthaly Hernández Chávez, periodista y escritora matancera de 28 años, acaba de ganar la XXIV edición del Premio Celestino de Cuento que se convoca desde Ediciones La Luz, sello editorial de la AHS en Holguín. Lo ha hecho con el libro “La figura en el puente”, un conjunto de siete relatos que el jurado seleccionó por unanimidad de entre los 23 cuadernos en concurso.

La joven autora estuvo en la Ciudad de los Parques para la premiación, y desde allí revela algunos detalles del libro ganador y de sus impresiones sobre el premio y el proceso de escritura.

El jurado deja claro desde el acta del premio que este es un libro que aborda la condición humana ¿Qué pueden esperar los lectores de este cuaderno de cuentos?

Lo que pueden esperar, sobre todo, son textos sinceros o que buscan ahondar en la psiquis. Es un intento, no sé si lo logré, pero por lo menos me gusta reflejar lo que veo en mi entorno y también darle una interpretación propia. Algunos de los cuentos no son realistas al ciento por ciento, sino que juegan un poco con el surrealismo, con la subjetividad de quien esté contando la historia, del personaje, de la voz del narrador. Pero son cuentos que, sobre todo, intentan ahondar en esas vivencias, en las cosas con las que tenemos que como seres humanos tenemos que lidiar en algún momento de nuestra vida. Con decisiones, con tragedias, con momentos límites o con momentos que no parecen límites pero que luego van a desencadenar situaciones límites. Es un libro que trata sobre eso, sobre cuestiones que he visto de mi ambiente, otras que he imaginado, pero sobre todo que intenta llegar, desde el punto de vista emotivo, a cómo los personajes viven esas experiencias, qué significan para ellos, cómo los marca como seres humanos, como personas, en qué los convierte o los lleva a ser, a pensar, a comportarse. Es eso, una búsqueda.

Muchos te conocen como autora de ciencia ficción porque tienes premios relacionados con el género. ¿Necesitas de estados de ánimo distintos escribir ciencia ficción o realismo?

Más que estados de ánimo lo que me empuja es la historia, o sea, hay historias que desde que a uno le viene la idea a la cabeza dice “esto tiene que ser contado por ciencia ficción o fantasía”. Porque cada género y cada subgénero tiene sus códigos y hay otras que si no son contadas desde el realismo a lo mejor pierden. Eso depende de dónde la historia me lleve y también de las herramientas que utilizo. Uso mucho la música, entonces, dependiendo también de la que esté escuchando en ese momento me empuja a un género o a otro. También la busco para que se adecue a la historia, creo mis propias bandas sonoras con música que tiene que ver con un género u otro.

Recientemente entraste al Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso ¿Cómo llega esta narradora que ya ha ganado el Premio David, que acaba de ganar el Celestino, a esa fiesta innombrable que es el Taller de Técnicas Narrativas fundado por Eduardo Heras León?  

Con muchas expectativas y sobre todo con muchos deseos. El “Onelio” es un curso que llevaba muchos años queriendo pasar, pero siempre me lo impedía una cuestión distinta. Antes estaba más abocada a la poesía, después vino la pandemia. Pienso que se me fue atrasando la posibilidad de presentar hasta que finalmente ahora lo logré y es, como tú dices, una fiesta. Estoy feliz de finalmente poder ir porque es algo que me debía a mí misma y que quería hacer desde hacía mucho tiempo.

Desde Holguín vemos a Alfredo Zaldívar y a su editorial Ediciones Matanzas donde trabajas, como paradigmas. ¿Cómo ve una escritora matancera al Premio Celestino?

Desde mi visión es de los premios más deseados, no solo por lo que representa sino, y lo he dicho anteriormente, precisamente por ser publicado por La Luz, que es una gran editorial que apuesta por los jóvenes, por las narrativas en general, la poesía y todos los géneros, de autores de todas las edades, pero siempre con mucha calidad, con mucho profesionalismo, entonces además de las editoriales de Matanzas, el otro lugar donde uno sueña, al menos yo como autora matancera, donde soñaba publicar, era este y el sueño se cumplió, así que estoy felicísima. Me siento realizada y contenta.

Sé que los libros de La Luz son hermosos y que mi libro va a ser bien promocionado, bien editado, va a terminar como un producto de calidad y va a llegar a los lectores con esa calidad. Eso me llena de tremenda satisfacción.

¿En qué estás trabajando? ¿Qué estás escribiendo?

Ahora mismo estoy escribiendo un poco de todo. Sigo escribiendo poesía, narrativa tanto de ciencia ficción, fantasía como realismo. Me estoy divirtiendo, la estoy pasando bien. Disfruto escribir. Disfruté escribir este libro de Celestino, aunque algunos cuentos tengan una temática un poco más macabra que otros. El proceso fue algo que disfruté mucho. Estoy intentando mantener esa alegría y ese goce de escribir en todos estos géneros. No sé si van a ser buenos, malos, regulares, si serán mejores o peores, pero eso no me va a limitar a la hora de escribirlos y de crear. Estar en constante creación es lo que estoy haciendo.


De Media Luna a La Habana, por los caminos del periodismo y de la AHS (+Fotos y videos)

Por Yaicelín Palma Tejas

Cuando niño soñaba con ser pelotero, incluso practicó béisbol y estuvo en competencias provinciales. En esos juegos, medio que en broma, se ponía a narrar. Así fue naciendo la pasión por el periodismo de Yasel Toledo Garnache. Cogió la carrera con la aspiración de dedicarse al periodismo deportivo.

 

“La etapa en la Universidad de Holguín me cambió muchísimo como persona. Era bastante tímido. Fue en Holguín donde por primera vez fui al teatro, donde disfruté por primera vez del ballet. Tuve allí muy buenos profesores, incluidos algunos escritores como Rubén Rodríguez, Premio Nacional de la Crítica. Ahí fue naciendo el amor por la literatura.

“Comencé en algunos eventos del movimiento de artistas aficionados, premios a nivel provincial, a nivel nacional. En el 2013 entro a la Asociación Hermanos Saíz (AHS.

“Al graduarme comienzo entonces en el semanario provincial La Demajagua, en Bayamo. Ahí estuve casi un año. Luego pasé a la corresponsalía de la Agencia Cubana de Noticias en mi provincia. Ahí también obtuve varios reconocimientos, incluido el Premio Nacional de Agencia en el año 2017, y me desempeñé como director o corresponsal-jefe. Luego, pasé a ser subdirector nacional de la ACN.

“La etapa en la Agencia me aportó muchísimo en el crecimiento profesional y fue una experiencia que valoro. Estando en la Agencia, a propuesta de la dirección nacional de la AHS y con la aprobación del Consejo Nacional, comienzo a desempeñarme como Vicepresidente de la Asociación desde mayo de 2019. En Granma había sido vicepresidente de la Asociación y antes fui jefe de la sección de literatura, o sea, que ya había estado vinculado al trabajo de la organización”.

En la Agencia Cubana de Noticias.

¿Cómo tomaron tú y tu familia el cambio de rutina, tu traslado hacia La Habana?

A mí me suelen decir que soy demasiado soñador, y un poco raro también para algunas cuestiones. En verdad soy muy apegado a la familia y a las raíces, o sea, a ese ambiente de Granma y de Media Luna, municipio bastante alejado de la capital provincial, pero para mí tiene algo muy especial, quizás esa mezcla de mar, de montañas, playa y conocer la historia de ese lugar donde nació Celia Sánchez, allí fue el reencuentro de Fidel y Raúl en Cinco Palmas…

No quería venir para La Habana. Cuando me insistieron, dije que venía solo por dos años.

Sé que a mi familia también le dolió que viniera para acá ,como les ha dolido que estemos distantes durante varios años. Mi mamá también es muy apegada, con decirte que en toda su vida ella solo ha salido de Granma dos veces, cuando era una adolescente que estudió en Isla de la Juventud y cuando fue a mi graduación en la Universidad de Holguín. No obstante, siempre me ha dado mucha libertad, y no cuestiona mis decisiones.

Cuando hablamos de la posibilidad de venir para La Habana, me dijo que hiciera lo que yo deseaba, aunque vi la tristeza en sus ojos. En esta etapa de Covid hemos sufrido varios golpes duros en la familia, algo que no vamos a olvidar jamás, y cuando perdemos seres muy queridos nos duele más no poder despedirnos de ellos, ni siquiera verlos en los últimos días…

Me siento afortunado por la familia que tengo y siempre trato de ser lo mejor posible por ellos, como persona y como profesional, porque además nunca olvido los esfuerzos que ha hecho mi mamá para nosotros.

¿En qué te ayudó y te ayuda la AHS?

La etapa en la Asociación ha sido especial, y me ha ampliado la visión sobre temas y aspectos diversos. Creo que si en algún momento vuelvo otra vez a los medios de comunicación más directamente lo haré siendo mucho mejor como profesional y también como ser humano, con una visión más creativa.

La AHS me ha enseñado a debatir casi con fiereza, con mucha profundidad. Nosotros en la dirección nacional somos 13 personas y allí debatimos de manera muy fuerte; muchas veces votamos entre nosotros, eso nos obliga a tener en cuenta muchos aspectos, más allá de las decisiones personales.

La AHS tiene algo que encanta. Cuando uno la conoce por dentro, a profundidad, uno se enamora completamente de ella. Eso hace que algunas personas con 50 o 60 años se sigan sintiendo parte de la Asociación.

Primero me ayudó como joven creador, como miembro, con sus más de 150 eventos y jornadas de programación en los cuales uno puede participar y compartir con otros creadores de su generación, de todo el país, incluidos algunos relacionados directamente con el periodismo como es el caso de los eventos de radio, el taller y concurso Rubén Martínez Villena, el Almacén de la Imagen en Camagüey, el Antonio Lloga in Memorian en Santiago de Cuba…

La organización también tiene un sistema de becas que te permite soñar con hacer un documental, exposiciones, videoclips, discos, publicar libros, concretar obras de teatro…

Ya en la vicepresidencia nacional tengo la posibilidad de sentirme útil y ayudar a que todo lo anterior crezca lo más posible. Aquí tengo muy claro que mi función fundamental es ayudar a los demás, por eso es que uno quisiera tener a veces la capacidad de no dormir. En muchas ocasiones me critican eso, que mi número de teléfono se lo doy a todo el mundo, que me puedan llamar a cualquier hora del día…

Con mucha humildad, creo que mi aporte a la Asociación es voluntad, muchísimos deseos de que la organización siga creciendo, de que todos sus miembros sientan que la organización está viva y es consecuente con el espíritu creador.

En todo ese proceso uno constantemente está creciendo, en los eventos, en los espacios de intercambio. Aquí he aprendido a tener más paciencia, más calma, a pensar mejor las decisiones, a tener en cuenta visiones más plurales de todo, y eso es algo que agradezco.

Nosotros siempre decimos que la Asociación es una especie de ser vivo, que le aporta mucho a sus más de tres mil 500 miembros en todo el país, pero a la vez nosotros mismos con nuestra obra ayudamos a la organización a crecer.

En la célula de la AHS en el municipio de Jatibonico

¿Te limita tu cargo como vicepresidente de la AHS para desarrollar tu carrera como periodista y escritor?

Para mí estar en esta responsabilidad significa también abandonar un poco la obra personal. A veces me siento mal cuando pienso que antes escribía muchísimo, pero es una etapa que uno mira desde otro punto de vista, desde la satisfacción personal de ayudar a otros.

Ahora estoy realizando una doble función, como vicepresidente de la AHS y director de la revista El Caimán Barbudo, que constituye un reto muy grande por ser sin dudas una de las publicaciones culturales con más historia en nuestro país, la cual además está cumpliendo 55 años.

Eso me ha obligado a volver con más fuerza al periodismo, y me permite relacionarme con un equipo de personas que admiro y respeto.

La revista y la Asociación están muy relacionadas desde sus orígenes, pues el discurso de fundación de la AHS se publicó por primera vez en El Caimán Barbudo. En esa revista se publicó también la convocatoria a hacer un logo oficial para la AHS, y alguien muy querido por nosotros, Bladimir Zamora, fue miembro de la dirección nacional de la Asociación y era periodista dedicado a la crítica y a temas culturales. Todavía le llamamos “El Caimanero Mayor”. Esta dualidad es un desafío, pero a la vez me despierta mucha pasión.

En el programa televisivo Paréntesis.

Desde tu experiencia, ¿qué ha logrado y qué le falta a la AHS?

La Asociación ha logrado muchísimo en sus 35 años. Tiene una plataforma fuerte de becas y premios y también de promoción. Se dice fácil, pero somos jóvenes creadores quienes organizamos más de 150 eventos en Cuba, con todo lo que ello implica, no solamente el diseño artístico sino los aseguramientos logísticos, siempre con el apoyo del sistema institucional de la Cultura.

En cuanto a promoción tenemos programas que coordinamos y realizamos completamente desde la organización, como Paréntesis que tiene ya 15 años, y otros como Una vez al año, Del agua que bebemos, Entre nos, Activos desde casa, De vuelta a La Madriguera… Hace poco nacio En clave, por Radio Rebelde. Varias provincias tienen programas de la AHS, de radio y televisión.

A pesar de todo lo logrado, los desafíos son enormes y siempre será así. Nunca nos vamos a sentir satisfechos, y a la vez los propios asociados siempre nos exigen más. El reto permanente es que la AHS crezca cada vez más, que sea consecuente con sus esencias y que no pierda la capacidad de ser eternamente joven. El alma de la organización depende de nosotros y nuestra obra.

En el Almacén de la imagen, en Camagüey.

¿Cómo se tramitan los intereses de los asociados?

La AHS es una especie de puente, está también para exigir un mejor funcionamiento del sistema institucional de la Cultura. En sus espacios de debate tratamos de construir desde el consenso, pero también desde la diversidad, sobre todo en los meses más recientes cuando han existido situaciones muy complejas dentro del tejido cultural y social de la nación, la AHS ha sido fundamental en ese proceso de intercambio.

Tratamos de nutrirnos de las opiniones y las visiones de todos los miembros, para proyectar el trabajo.

¿Qué se debe hacer para pertenecer a la AHS?

Las puertas de la Asociación están abiertas para todos los jóvenes creadores del país. Es de manera voluntaria y a la vez selectiva, según la calidad de las obras.

Nos autodefinimos como la vanguardia artística joven del país, eso implica una responsabilidad enorme. Aspiramos a que dentro de la AHS estén los mejores escritores, artistas, investigadores jóvenes… de Cuba, con la capacidad de irradiar a todos.

Presentación de los libros ganadores del Premio Calendario, junto a Senel Paz.

Ya por último, después de todas estas experiencias, ¿crees que has superado la timidez?

Creo que todavía soy un poco tímido, lo que uno aprende a superar eso. La etapa de la Universidad fue fundamental. Recuerdo las primeras clases, en las cuales me costaba participar, hablar, porque me daba un poco de pena, pero a la vez en la propia Universidad asumí responsabilidades como presidente de la Federación Estudiantil Universitaria en el grupo, como director de la radio base de la Universidad, coordinando también una publicación impresa, dirigiendo una especie de sitio digital o foro que servía para debatir…

Obtuve diversos premios, y participé en varios espacios que me obligaron a ir venciendo la timidez como concursos, eventos, congresos. Dentro de la AHS es casi imposible demostrar timidez. El propio acto creativo y la necesidad de compartir con numerosas personas te obliga a despojarte de cualquier pena.

En las Romerías de Mayo.

(PUBLICADO ORIGINALMENTE EN RADIO REBELDE)

 


Erian Peña y el precio justo de la palabra

A veces lo encuentro en la calle, suele traerme buenas noticias, me paro en puntas de pie para saludarlo, allá arriba, por donde anda este muchacho tan alto, en sus ensoñaciones.

Hablamos siempre apurados y terminamos gastando media hora en cualquier esquina de la ciudad contándonos los sueños, las carencias, los olvidos, urgencias domésticas, asuntos triviales.

Pocas veces nos ponemos circunspectos y profundos, ni en el chat, cuando le pido datos, o le anuncio presentaciones, algún canje provechoso.

Otras ocasiones, como esta, toca ponernos centrados, colocar la mira en la poesía. Le propongo un trueque: mis preguntas por sus respuestas, y aquí las deja Erian Peña, ganador del premio América Bobia, que otorga Ediciones Vigía, por su cuaderno de poesía, Palabras de canje. Creo que en este intercambio ganan los lectores, y debe ganar el verso.

¿Palabras de canje es un poemario intimista?

Los poemas que lo integran nacieron en diferentes momentos, movidos por circunstancias de alguna manera unificadoras, que hicieron que tiempo después pudiera darle una especie de “cuerpo” al libro

Creo que todo libro, y más la poesía, es una puerta abierta al yo, a las interioridades, al hecho de quitarse la máscara Si vemos al intimismo como la tendencia literaria centrada fundamentalmente en la expresión de los sentimientos y de las emociones más íntimos o la predilección por asuntos de la vida familiar o íntima, podría decirte que hasta ahora no había pensado en eso, ni cuando los escribí.

No está de más decir que esos poemas son yo y mis circunstancias (sociales, económicas, políticas, artísticas). Si nos ponemos a pensar, y a leer, muchos de los poetas de mi generación, la mayoría, incluso los de una o dos antes, han tenido el tema familiar la casa, la madre, la familia gravitando sobre su obra Palabras de canje aborda mi relación con la escritura y cómo esta moldea mi vida. Y como la escritura es un hecho íntimo, al igual que la lectura, aunque el libro ya impreso, no lo sea, sí podríamos decir que estos poemas poseen cierto carácter intimista Aunque ahora la virtualidad y sus plataformas han hecho de lo íntimo, algo público

¿No temes a la exposición del poeta, cuando se incluye en el sujeto lírico al propio autor?

La poesía siempre es un riesgo de mostrarse más allá de lo visible Todos, de alguna manera u otra, temen a la exposición, al hurgado en la intimidad, a la búsqueda del otro En la cotidianidad estamos sometidos a este mismo escarceo. Pero ese riesgo hay que afrontarlo y más cuando decides exponerte Aunque claro, de alguna forma el poeta decide qué mostrar, sin que ello signifique más o menos sinceridad en su palabra. O le hacemos caso a Pessoa cuando escribió que el poeta es un fingidor. / Finge tan completamente/ que hasta finge que es dolor/ el dolor que en verdad siente.

¿Qué deuda tiene el ensayista y el crítico con el poeta?

Las dos primeras ocupan la mayor parte de mi tiempo (y el periodismo, del que muchas veces quisiera exorcizarme, o al menos de buena parte de él, porque no solo de la palabra vive el hombre; justamente de eso va, en buena medida, Palabras de canje).

Ahora mismo creo que no tengo poesía inédita o que no esté en planes de publicación. ¿Deudas? Seguramente en la escritura, en ciertas construcciones, en la utilización de algunas metáforas e imágenes (muchos ensayos, como los de mi admirado Octavio Paz, son pura escritura poética), en la búsqueda de posibilidades, de luces.

En tiempos tan complejos, ¿siguen las palabras teniendo el mismo valor en el canje?

El valor de las palabras, como el tiempo, como la vida misma, es tan cambiable, inestable y circunstancial aunque su sustrato sea perecedero, que muchas veces nos sorprende su capacidad para ponernos en una encrucijada vital, frente al camino que insiste en bifurcarse. Mañana no podemos predecir cuánto valdrá una palabra por la que hoy pagamos un precio que nos pareció justo o, al contrario, totalmente exorbitante. Mañana hoy mismo, no sabría decirte cuál es el valor de canje de una palabra. La cuestión aunque golpeen en tu puerta, como dardos los vientos agoreros es no perder la fe en esa capacidad de las palabras para hacernos mejores cada día.

¿Qué nuevos proyectos te atrapan hoy?

En el tintero electrónico está un libro de cuentos que obtuvo mención en el Premio Celestino y del que he publicado algunos relatos en revistas y antologías. Ha cobrado algo de consistencia y volumen, pero aún no sé qué hacer con él (quizá sea el momento de desprendernos). Un libro de entrevistas y otro de ensayos, con temas relacionados al cine, las artes visuales y la literatura, podrían incluirse entre esos proyectos. Otras múltiples motivaciones, de trabajo, personales, familiares, surcan los días. Espero, Liset, que podamos canjear, quizá por otras mejores, estas pocas palabras. 


Capítulo #15: Las herrumbres dormidas (II)

(notas sobre la poética de Dianet Espinosa Barbán)

 

III

La segunda parte del libro, “Controlarlo todo”, es una consecutividad de los conceptos y temas de la primera parte, pero esta vez vistos desde la experiencia como noción colectiva. Una mirada donde Espinosa reinterpreta su contexto desde lo trágico y lo inevitable como condena/cadena. Algo que los humanos asumimos y que siempre superará nuestra capacidad de asombro.

Hay en estas páginas muchos vasos comunicantes con pasajes bíblicos, los cuales nos hacen pensar a la autora como una mujer cuya fe descansa en Dios. Un Dios que se muestra de manera abstracta y omnipresente en todo el cuaderno pero que se mantiene observador, como si la autora jugara a ser un puente entre nosotros (los lectores) y él.

Dianet nos conduce por cada círculo de su Divina Comedia, zigzagueando entre la experiencia personal y el canto colectivo de la existencia. En el poema Meditación de Paul Auster expone su frustración, una generada por el sacrificio personal. Una que le permite entender los significados de existir sin poder renunciar a lo que viene luego.

En la otra margen descubro un aneurisma

cizañas del buen trigo

cordones en mis pies de mármol.

(P. 29) 

Su presencia es un castigo. Su imaginación es un castigo. Su sacrificio es asumir el castigo sin lamentar el golpe. Hay que aprender a aguantar los golpes, aunque eso sea un castigo humano. Todo lo humano golpea sobre el alma como si esta resistiera desde su concepción divina.

La constante referencia a los muertos y a la muerte eleva la cadena de sentidos a una búsqueda definitoria de la existencia terrenal. Los poemas I, II, III y IV establecen un paralelismo entre el mundo de los muertos y lo humano como paisaje que asciende y se convierte en colina de tránsito. Allí, el destino se muestra conocido y canta su único desenlace: la herrumbre/la muerte.

Este descenso

sólido

hacia

el imán.

(P. 31) 

fotos del perfil de facebook de dianet espinosa

 

En medio de la exposición poética de la muerte, la autora nos habla de la reencarnación como una posibilidad vana. Una metáfora que traerá dolor, como si todo en vida fuera el sufrimiento, como si todo en vida fuera un viaje hacia el imán.

El libro continúa con el texto Impotencia, donde remarca la idea de condena. El suplicio de no poder transformar ni cambiar el destino. Para ella, lo que se es, posee una condición incambiable. No seremos superiores, nos vamos degradando, corrompiendo. Tenemos defectos y eso hace sangrar al cuerpo.

He guardado mis ojos

para no verme

para no

descender

a

la

virtud

y

olvidar

que aún tengo

un cuerpo

que

se

desangra.

(P. 34)

Luego siguen poemas que reafirman la tesis de la imperfección como enfermedad divina. En ese viaje colectivo hacia la muerte, todos los cuerpos se desgastan/sangran y no tienen forma de negarlo. Así la realidad se convierte en un acertijo donde toda imagen constituye una pieza de un concepto mayor.

Los miedos son recurrentes desde lo temático pero también desde lo sensible. Aun cuando cuestiona “al trabajar” como un mero entretenimiento de la realidad que percibimos, los miedos suelen modificar/movilizar esa necesidad social que es el trabajo. Para la autora, todo ejercicio social es una huida/enajenación del viaje del cuerpo.

Las velas desaparecieron.

También el mar.

(P. 39)

Esta parte del cuaderno es una reflexión sobre el destino cíclico de la existencia, el poder de lo humano, las posesiones, las influencias, el destino y la vergüenza. Todo esto visto desde las acciones colectivas cuyo fin es la contradicción. En ese juego trágico con la existencia, nuestra capacidad de asombro es puesta a prueba como escarmiento celestial.

El día de la destrucción está cerca

basta con encender la rama

Y se quemará todo el bosque.

(P. 44)

 

IV

“Roca de escape” es la tercera parte del libro,un segmento que funciona como adición del espacio simbólico donde pueda estar encallado el lector. Dianet no propone otros caminos para su reflexión sino que enfatiza en la existencia trágica como inevitable. Nacer ya es un fracaso, de ahí que el nacimiento y la muerte sean la misma imagen.

Creo que nací muerta.

Siempre estuve

al final

Del abismo.

(P. 47) 

Paisaje es uno de los poemas que reafirma la cosmovisión filosófica de la autora: el paso del tiempo es el verdadero poder y la memoria una respuesta inservible. Para ella todo cambia, recordamos para engañarnos, para no aceptar que el olvido siempre llega.

El tiempo como noción filosófica es la gran búsqueda de esta parte. El tiempo subvierte nuestra identidad y es testigo de la trasformación física de las cosas. El tiempo todo lo organiza, todo lo cubre con su manto indetenible.Es el tiempo quien nos regala la muerte como escape a una existencia de imperfección. La muerte empieza a tomar forma a partir del olvido tras los efectos del tiempo sobre nuestros cuerpos. En esas interrogantes se expone el dolor de vivir y ser consecuente con ello.

Me duele la cabeza.

No sé si estoy en el principio

o si hay principio.

¿Dónde comienza las úlceras

el cáncer los dolores

los deseos de morir?

(P. 51)

fotos del perfil de facebook de dianet espinosa

La enfermedad es un concepto que rige su obsesión por encontrar nuestros límites. Un dominio desde el cual intenta definir la mirada del otro sobre su ser y su mirada interior. Para ella aguantar el golpe es igual a darlo. Su sentir es un ejercicio de autoflagelación, un manotazo de la muerte como castigo.El futuro es aterrador. Vamos muriendo durante el viaje. Nuestro cuerpo (bendito) es un sacrificio en vano. 

Látigo/ serpiente/ úlceras. Todo se acumula y no encuentro respiración.

(P. 54)

Un aparte merece la utilización de la palabra patria y su implicación en este tratado existencialista que termina siendo Las herrumbres dormidas. La patria de Dianet es su cuerpo transformándose en pez, agua, tierra y olvido. Un paisaje también dañado por la memoria.

La patria continúa estando lejos. Nosotros seguimos por el camino contrario.

(P. 58)

Ese transitar hacia un paraje desconocido y equívoco es la memoria, es su sacrificio mayor por no olvidar su identidad, su imagen imperfecta, su muerte en vida. Si la memoria es la gran mentira del viaje, también es la gran motivación.

Edwar no imaginó

Cuánta mentira

Nos rodearía hoy.

(P. 59)

 

“Somos seres diminutos en el infinito”, es el subtexto del poema Roca de escape. Reconoce que el juego delazar o lo divino, es una imagen superior dominada por el imán que atrae todo a su gravedad. Somos específicos y a la vez: colectivo de voces, de cuerpos. Es el infinito lo único que domina al tiempo, lo único superior al olvido/la muerte. Es entonces cuando en el libro llega el po

fotos del perfil de facebook de dianet espinosa

ema Despedida, un último aliento para sobre-morir a la densidad de la imagen poética. Desde lo desconocido el cuerpo saluda y cae, como si reír no fuera una opción posible.

son mis ojos

que desconocen

el paisaje.

(P. 61)

Parece que al final todo es estático, que el tiempo también es una excusa. Que todo seguirá en su lugar aunque diferente. La muerte es para todos pero es un proceso individual. La existencia es una condena inexplicable, un viaje donde algunos van de salida y otros vienen de regreso.

Volverán los días de apuntes

de no hacer nada.

Puede que no sean los mismos

pero caeremos siempre

en el mismo error.

(P. 62)

fotos del perfil de facebook de dianet espinosa

 

A Dianet Espinosa Barbán le sangran los ojos. No se esconde para sentir y aguantar los golpes. Su escritura funciona como un movimiento regulador de su propia existencia. No quiere mentirnos con ella, no quiere obedecer la imagen humana que nos conforma con el régimen de lo cotidiano. Todo es cíclico, todo vuelve y debemos reconocer que el error es el mismo.

¿Será esto existir?

¿Puede el tiempo hacer sangrar la poesía?

Desde la colina se observa el color rojizo en la superficie de nuestros cuerpos. Dicen que es la herrumbre a causa de la humedad y el tiempo. Que estamos corroídos en la superficie, que la enfermedad terminará perforándonos. Dicen que la herrumbre aun dormida es letal: no descansa, no pide permiso, no perdona. Dicen que la existencia, es un cuerpo a merced de su dominio.  

fotos del perfil de facebook de dianet espinosa

Internet, entre espejismos y realidades: Desafíos para Cuba (+ Videos y tuit)

El ser humano, jinete y no corcel del destino, impulsa el desarrollo industrial y tecnológico hasta los límites de lo impensable. El dominio absoluto de los medios tradicionales es polvo en el camino del olvido. Internet y las nuevas tecnologías imponen una nueva realidad. ¿Te incluyes o pereces? Esa es la máxima en la contemporaneidad de internautas y amantes de lo digital.

La huella de la tecnología asoma por todos lados, como símbolo ubicuo de universalidad con diversos rostros, receptores convertidos en disparadores de información, redes sociales, naciones en hemisferios diferentes a la distancia de un clic, abruman o motivan sonrisas, dividen al planeta en tecnófilos o tecnófobos. Otros, los menos, intentan mantenerse al margen, lo cual resulta casi imposible.

La red de redes es un país gigantesco, con miles de millones de usuarios, sitios web y perfiles. El idioma inglés campea, con la mayor cantidad de contenidos, seguido del chino y el español. Nadie se queda como estatua frente a los dispositivos. Cada quien recibe y emite información, incluso sin pretenderlo. El simple hobby de compartir fotos, videos, poemas, libros… forma una especie de biblioteca borgeana dentro de la pantalla, pero poco depurada. Posicionar los contenidos es cada vez más difícil, porque la competencia crece, lo mismo desde una oficina en las alturas que desde una PC en la sala de cualquier casa, a lo cual se suman otras particularidades.

Internet estremece los cimientos de los medios tradicionales. Rompe paradigmas de comunicación y hace años terminó con el “nosotros hablamos, ustedes escuchan”. Esos cambios requieren el desarrollo de habilidades. No basta con impulsos, páginas oficiales de medios ni instituciones.

Todo esto forma también una especie de selva digital en lo ideológico, campo de batalla o cancha deportiva moderna, en que los internautas más inteligentes, preparados, intencionales, rápidos y con los recursos materiales indispensables tienen ventaja. Muchas de las estrategias políticas tienen como escenarios principales esas plataformas, con gran influencia en la conciencia de la gente; por eso toda la ética y formación moral y profesional de los ciudadanos será siempre base importante de cualquier comportamiento en las plataformas hipermediales.

Más allá de lo novedoso tecnológicamente, esos espacios virtuales se sustentan en particularidades de las relaciones entre los seres humanos, por lo que varios investigadores, incluidos Samuel Martínez, José Luis Orihuela e Ignacio Ramonet, coinciden en definirlos como comunidades digitales.

Verdaderamente los cibernautas se agrupan según gustos, conversan mediante chats y foros e intercambian fotografías y videos. Con frecuencia, planifican encuentros en espacios físicos y hasta acciones en beneficio o no de la sociedad.

El carácter empírico o no de internautas y la atracción por el intercambio y la información caracterizan al nuevo entorno. Lo cultural y los recursos tecnológicos influyen en la fuerza que pudiera alcanzarse. Internet constituye un sistema complejo, que no alcanza total autorregulación porque es sensible a la información de medios tradicionales y de la sociedad en general.

Debemos estar conscientes de que suministrar constantemente información personal, incluida la psicológica, implica muchos riesgos, pues facilitamos nuestra propia manipulación con fines económicos, políticos o de otro tipo. Internet es también una megaempresa y una plataforma sin precedentes para recopilar datos y lograr grandes impactos en la política y la cultura. Es preocupante que sus hilos sean dirigidos mayormente desde EE. UU. (donde fue creada y permanecen la mayor cantidad de servidores y otros soportes), cuyos gobernantes reconocen el propósito de terminar con la Revolución cubana y destinan cada año millones de dólares a la subversión con ese fin, especialmente mediante las redes.

¿Cuáles son las peculiaridades en nuestro país? ¿Cuánto se potencia la participación ciudadana en esos espacios? ¿Cuáles son las dinámicas de debate? ¿Cuánto más podemos aprovechar las particularidades de los blogs y las redes sociales para tomar decisiones y trazar estrategias gubernamentales, para construir entre todos y enriquecer las agendas mediáticas y políticas? ¿Cómo contrarrestar la campaña de descrédito e intimidación que se impulsa contra Cuba especialmente desde Estados Unidos?

La navegación en el ciberespacio ya forma parte de la cotidianidad de las mayorías aquí. Los niveles de acceso rebasan el 80 % de la población. Las personas se conectan mediante redes wifi, datos móviles, navegación en escuelas, hogares y centros laborales…

Verdaderamente, Internet pudiera contribuir a la construcción de sociedades más democráticas, como socializadora de experiencias, expresión de ideas cotidianas y de sentimientos de los pueblos, reveladora de la opinión pública, especie de imprenta y papel en época digital, en manos de muchos.

Varios internautas exponen sus criterios y refieren su desacuerdo con políticas gubernamentales mediante análisis profundos y pleno conocimiento de las problemáticas o desde el ímpetu, la inconformidad y el propósito de crear caos. Economistas, juristas, cineastas, historiadores del arte, ingenieros, campesinos, amas de casa, literatos… están en esa amalgama emitiendo y recibiendo ideas, informaciones, historias…

Pero cuidado, esa aparente democracia suele ser espejismo, pues esas plataformas y redes tienen sus propios algoritmos de funcionamiento, los cuales suelen privilegiar la hegemonía capitalista, con mayor alcance de sus contenidos. Quienes tengan más dinero poseen también una ventaja indudable con la posibilidad de pagar para que sus publicaciones sean vistas por millones de internautas con las edades preferidas, países y hasta ciudades determinadas. Sin embargo, otros contenidos pueden ser encerrados en burbujas digitales específicas.

Con buscadores como Google pasa similar, al poderse pagar por el posicionamiento web. Así, por ejemplo, un post cualquiera desde otra nación podría ser configurado para que sea visto por millones de personas en diferentes provincias de Cuba, mientras que otro con una visión diferente del suceso podría ser limitado hasta el punto de ser prácticamente invisible.

En la situación de nuestro archipiélago influyen muchos aspectos desfavorables, incluida la deficiente infraestructura. Otra de las desventajas es que el posicionamiento de nuestros sitios web, páginas y perfiles es solamente natural, o sea, fruto del trabajo, por eso resulta fundamental comprender mejor las dinámicas de las diferentes plataformas, conocer su funcionamiento y las maneras de llegar a sectores de internautas más diversos, a partir de lo atractivo de las publicaciones y alternativas sin pagos para rebasar nuestras burbujas, en lo cual las formas creativas y sugerentes son primordiales.

El país enfrenta obstáculos adicionales. Rema desde hace más de medio siglo contra problemas de diversas índoles y recibe altas dosis de castigo por su herejía revolucionaria. Como parte del bloqueo económico, desde 1962 se le prohibió el acceso a las telecomunicaciones y a equipos de computación de cualquier compañía o subsidiaria estadounidense. Solo a partir de 1996 se permitió el uso de Internet con fines de penetración ideológica y subversiva, como resultado de la Ley Torricelli. A eso se unen dificultades económicas para invertir en grandes dimensiones en la tecnología y el acceso a la red, más allá de todos los avances.

Tenemos mucho por hacer. Aquí ninguna página o perfil institucional en redes llega, por ejemplo, al millón de seguidores. A eso sumamos que muchos de esos contenidos suelen lograr débil alcance en otras regiones, y son consumidos casi totalmente por el público cubano, aunque resulta justo reconocer las buenas experiencias impulsadas en el sector de la cultura, especialmente durante los meses más recientes, con conciertos online y una presencia más intencional en el mundo hipermedia.

Debemos continuar diseñando más y mejores campañas comunicacionales también para el exterior, realizar más alianzas con artistas y organizaciones de otras partes del mundo que nos permitan llegar más lejos. Es preciso compartir más contenidos en otros idiomas, además del español, analizar estadísticas y readaptar el trabajo en función de lo que queremos, tener en cuenta los horarios más pertinentes para publicar según la hora a la que acceden nuestros públicos… En correspondencia con nuestros objetivos, se pueden tener en cuenta otros elementos como sus edades, sexo, ciudad donde residen…, información que brindan con facilidad las administraciones de páginas en las redes.

En todo ese contexto la fuerza de los argumentos y las formas atractivas de presentar los contenidos son indispensables. Desafortunadamente, en el caso cubano suelen apreciarse dos bandos opuestos, en el que algunos responden, sobre todo, con ofensas y visiones catastróficas y otros con criterios triunfalistas. Algunos hasta reciben dinero de fondos federales de EE. UU. para lanzar su veneno.

Proyectos gestionados y sustentados económicamente desde el exterior, incluidos diferentes sitios web con sus correspondientes extensiones en redes sociales, mantienen una activa labor alejados de la ética que debe acompañar siempre el ejercicio periodístico y comunicacional en general. Empeñados en mostrar una Cuba negra, tergiversan la realidad y presentan partes hiperbolizadas en su afán de cumplir una agenda impuesta sobre todo desde aquella nación norteña.

Son muchos los ejemplos de mentiras, ofensas y hasta amenazas en las redes contra líderes, artistas u otros profesionales. Nadie tiene el derecho de asumir ese tipo de actitudes en plataformas digitales, como tampoco en espacios físicos. La crítica, el debate o el criterio diferente nunca debieran ser confundidos con la bajeza ni el propósito de dañar.

Poco a poco, deberán ser más crecientes las estrategias de participación, gobierno y control popular en línea aquí, lo cual tendrá que ser acompañado por mayor infraestructura y un pensamiento más distante de lo tradicional.

Las ideas y los modos de hacer deben seguir renovándose, según los nuevos retos. El continuar atados, de forma excesiva, a ciertos convencionalismos es negar las nuevas potencialidades. La web y todo lo que implica se unen a viejos desafíos, que exigen pasos seguros, pero valientes. Tampoco se trata de intentar correr, sin tener la base necesaria.

Resulta esencial formar una mayor conciencia crítica sobre las dinámicas y formas de funcionamiento de las redes sociales, lo cual debe comenzar desde edades tempranas. Nuestros planes de estudios y todo el sistema de enseñanza en la nación debieran tener en cuenta esos elementos.

Conscientes de las campañas realizadas desde esas plataformas en contra del país, se necesita un protagonismo siempre creciente de los intelectuales, artistas, maestros, profesores universitarios, másteres y doctores en ciencias, periodistas, historiadores…, que aporten con sus criterios. Los medios tradicionales, con gran impacto en la sociedad, deben mostrar análisis cada vez más coherentes y desenmascarar con inmediatez los shows que suelen montarse de manera intencionada en esos espacios contra Cuba y algunos de sus hijos.

También puede leer “Las nuevas generaciones en América Latina deben conquistar la soberanía también en el ciberespacio” (Dialogar, dialogar + Fotos, video y tuit)

Aquí, como en todo el mundo, resulta necesaria la implementación de leyes para sancionar conductas en el entorno digital, teniendo en cuenta que las restricciones de las propias redes suelen ser indefinibles en muchos casos o demasiado generales. El hecho de que los comportamientos ocurran en esos espacios no exime a nadie de cumplir la ley en su Nación–Estado. Si bien al principio muchos defendieron el criterio de que el ciberespacio sería capaz de conformar su propia estructura regulatoria con eficacia, no ha sido así, en cierta medida por las dinámicas de funcionamiento que lo caracterizan.

Desde 1998, el investigador Jack Goldsmith indicó que los problemas legales planteados en Internet son, en esencia, iguales a los presentes en el espacio físico, los que además han sido solucionados por el campo jurídico, por lo tanto, el tratamiento no debe ser diferente. En ese sentido, varias naciones tienen sus marcos regulatorios definidos. ¿Acaso se permitiría un crimen, solo porque sea mediante Internet? ¿Por qué permitir entonces ofensas, amenazas y ataques a las personas o lo que representan, lo cual podría provocar daños de diversas índoles? Cualquier paso en ese sentido debe ser con mucha inteligencia, flexibilidad y fruto de la construcción de las amplias mayorías.

En las redes pululan los jóvenes y adolescentes. A los códigos hipermediales se suman también los predominantes en esas etapas, elementos importantes a la hora de concebir y compartir contenidos. Algunos internautas reflejan lo personal casi sin límites, de manera consciente o no, al compartir o consumir imágenes, música, videos…, sus momentos o motivos de más alegría y tristeza, y a la vez suelen segmentarse a partir de esos gustos, amigos en común y actitudes como en comunidades, a veces con muchas de las mismas personas que comparten en espacios físicos. Las explicaciones de por qué ocurre eso están en las propias dinámicas sociales y en los aspectos generales y particulares de los individuos. Facebook, por ejemplo, para muchos suele convertirse en una especie de barrio digital, con todo lo que eso implica en cuanto a comportamientos, reacciones, opiniones…

Resaltamos que los criterios de los ciudadanos en el mundo hipermedial, incluidos no solo los comentarios, deben ser tenidos en cuenta para el desarrollo de políticas en el país o su perfeccionamiento. Es posible continuar incrementando los canales de comunicación entre los diferentes niveles de dirección y los ciudadanos.

Para Cuba, Internet es también la posibilidad de aplastar mentiras y mostrar a internautas de todo el mundo su realidad. Eso no se logra con solo estar. Es importante situarse en la parte superior del iceberg.

Necesitamos articular estrategias a nivel de país con ese objetivo, incluyendo el aporte de la mayor cantidad de personas posible. La izquierda internacional tiene también en las redes una oportunidad tremenda para fortalecer vínculos y trazar caminos de conjunto. Líderes de movimientos sociales y otras personas progresistas de todo el planeta pudieran mantenerse comunicados por esa vía e impulsar más acciones colectivas. Sin dudas, Internet es fuente o reflejo de realidades, pero también de espejismos construidos en correspondencia con objetivos específicos, de lo cual debemos estar conscientes siempre.

 

*Publicado en Cubaperiodistas


Primer Festival Clip COVID por la Vida nomina 30 obras (+Audio)

El primer Festival Clip COVID por la Vida ya se vislumbra como una experiencia sin precedentes en el panorama cultural cubano post COVID-19.

Con la cercanía de las galas de nominación y premiaciones, los días 25, 26, 27 y 28 de septiembre, el jurado ha desempeñado una exhaustiva labor para seleccionar las creaciones más sobresalientes en las diferentes categorías.

La periodista y promotora cultural Hilda Cárdenas Conyedo, la directora de la orquesta sinfónica provincial Irina Toledo, el radialista Eloy Montenegro, el doctor en ciencias de la comunicación Kirk Díaz-Guzmán, la escritora Lidia Meriño, el documentalista Rolando Rodríguez Esperanza y la destacada locutora de radio y televisión Misladys Zamora son los encargados de decidir entre más de 300 obras.

Escuche en este reporte en audio las declaraciones de César Irigoyen Milián, vicepresidente de la Asociación Hermanos Saíz en la provincia y coordinador del evento.


Roberto Ráez: Periodista escritor… y también viceversa

La edición 21 del Premio Celestino de Cuentos, uno de los principales eventos literarios del país convocado por la AHS holguinera, dejó esta vez una alegría para festejar en casa. De manera extraordinaria, el jurado decidió conceder un lauro compartido entre dos autores con trayectorias diferentes.

Junto a Elaine Vilar, reconocida escritora habanera, resultó premiado Roberto Raéz, estudiante de cuarto año de Periodismo en la Universidad de Holguín, quien se desempeña, además, como diseñador en Ediciones La Luz, sello editorial de la AHS en nuestra provincia.

El cuaderno presentado por Raéz, bajo el título de Boustrophilia, fue uno de los dos escogidos por un jurado integrado por Rubén Rodríguez, Mariela Varona y Adalberto Santos. En esta edición los concursantes participaron de modo virtual utilizando diversas herramientas digitales de acuerdo con las exigencias actuales por la pandemia que atraviesa nuestro país y el resto del mundo.

Aunque he coincidido con él en varios espacios, no lo conocía personalmente y quise indagar en su relación con la Asociación Hermanos Saíz

–Sí, soy miembro de la AHS desde el año pasado a partir de que comencé a trabajar en la editorial. Ese año había sido escogido para pasar el curso en el Centro Onelio.

Roberto Raéz, ganador del XXI premio Celestino de Cuentos. Foto: Yusmel Perez

Para conocer sobre la obra narrativa de este joven creador que aún transita por las aulas universitarias, decidí comenzar por el curioso título de Boustrophilia.

–El nombre procede del personaje de una novela que me atrajo: Tres tristes tigres. Este era un hombre al que le gustaba fabular e inventar palabras y era escritor. Por ahí va el tema del texto, tres muchachos que quieren ser escritores.

Al preguntarle sobre su acercamiento inicial a la creación literaria y cómo le había ayudado esta afición por la literatura en su vida universitaria comentó:

–En la universidad he participado en algunos festivales de artistas aficionados en literatura. En el del año pasado obtuve Medalla de Oro. Allí no he estado en ningún taller, de hecho, al principio no sabía que existían talleres literarios. Después con Luis Delfín –instructor de arte en la modalidad de literatura– me entero que existen y participo en algunas actividades, sobre todo en presentaciones de libros. Antes de entrar a la universidad sí asistía al taller que impartía Moisés Mayán.

A partir de esta respuesta, la conversación derivó hacia la relación entre el arte y la técnica del periodismo.

–Las dos aficiones van juntas. Entré a la carrera porque me gustaba escribir, haciendo periodismo quería llegar a la literatura. Y la literatura complementa, a su vez, al periodismo. Todo está muy relacionado. Desde que recibí Periodismo Impreso me gustaba mezclar las dos cosas, o sea, hacer un reportaje que parezca un cuento, y en el cuento mis personajes son periodistas o tienen que ver con el mundo editorial.

Sobre su actividad en el diseño y su relación con su especialidad se mostró complacido de responder.

–Primero quería ser pintor, cuando era más muchacho, pero nunca entré a la academia de artes plásticas. En la universidad cuando daba Diseño con el profesor Adrián Fernández me gustó la asignatura. Él mismo fue quien me comentó sobre esta oportunidad en la editorial.

Más adelante continuó conversando sobre sus aspiraciones en su especialidad:

–Lo que deseo hacer es periodismo, el escrito es lo que me gusta hasta ahora, pero ambos se complementan. En la universidad a veces no encuentro toda la motivación. Todo se queda en lo que tenemos que hacer en las diferentes asignaturas y ya. Uno como estudiante se acomoda a hacerlo porque debe, no porque quiere hacerlo. Una vez graduado me gustaría dedicarle más tiempo a escribir que a otras vertientes del periodismo. Por ahora, diseñar y escribir van complementándose.

Sobre su relación con la lectura y sus preferencias en la escritura fue enfático:

 –Para poder escribir hay que leer primero y bastante. No solo eso, sino leer con ganas, ver lo que estás leyendo para poder sacar lo que te aporte. Si no lees así, no te pongas a escribir…

Luego de una breve reflexión prosiguió: 

–Admiro a los autores recientes, de los 90 hacia acá, sobre todo en América y España. Me atrae la novela: Bolaños y Junot Díaz son algunos de los autores que más admiro. Este libro lo llevo trabajando cerca de dos años y en él trato de jugar con lo que he percibido de esas lecturas.

Para poder disfrutar de la lectura de Boustrophilia tendremos que esperar algún tiempo. Por ahora, Roberto Raéz va haciendo su tarea. 

 


Los que nos quedamos a soñar por la oreja

  • – En esta casa no se oye a Willy Chirino, dijo él.

Esta también es mi casa. Y qué puedo hacer yo si en mi memoria emotiva están los sones transculturados del susodicho; si mi cuerpo, incapaz de moverse a ningún ritmo con cierta organicidad, insiste en dejarse llevar por su versión de Medias negras, más que por el original de mi amadísimo Joaquín Sabina.

  • – En esta casa no se oye a Willy Chirino.

Tápese entonces los oídos. Porque los que soñamos por la oreja no escogemos lo que nos mueve o conmueve. No destiñe mi ideología lo que piense Willy, ni cualquiera que se haya ido con su música a otra parte, algunos suenan más cubanos desde fuera que ciertos intérpretes del patio, y digo esto desde el reconocimiento de que sonar cubano no es ser una estampa inmóvil de mogotes, malecón, playa, mulatas, tabaco y ron. Que esta isla está hecha de influencias y mixturas.

Yo digo como cierto amigo, que la diáspora no la inventamos nosotros, para más información remitirse al Antiguo Testamento y ver al pueblo judío atravesando el Mar Rojo, o al menos el sendero abierto entre sus aguas por la gracia de su Dios. Sin embargo, quiere la criatura de isla adueñarse del sentimiento confuso de la emigración como exclusivo padecer de sus orillas, pero no, el mundo está hecho de y por los que vienen y se van, y así sus muros, calles, versos, melodías.

Hoy pienso en José María Heredia, parado frente al Niágara, obnubilado ante la cortina interminable de agua, el torrente maravilloso que lo sedujo, grandeza inesperada que impresionó el alma del poeta; o en José Martí, adolescente expulsado de su patria como quien arranca a un hijo del abrazo materno. Pienso en esos hombres que invirtieron fuera de Cuba la mayor parte de sus vidas y nadie duda de la cubanidad de sus creaciones (tampoco se ha inventado dispositivo alguno capaz de medir este indicador que abale cuán cubana es o no la creación de algún artista en dependencia de la distancia a la que se encuentre respecto a la patria en el momento de la creación).

“Yo no he dejado de ser amigo ni de comunicarme con quienes han decidido radicarse en muchos sitios de la infinita geografía con que se dibuja nuestro planeta.” Aclara desde el principio Joaquín Borges Triana en las páginas de Nadie se va del todo. Músicos de Cuba y el mundo. Viene con una advertencia, una declaración de principios, para algunas mentes de sinapsis defectuosa, un desafío.

El libro de Joaquín Borges Triana, publicado por Ediciones La Luz, es de una transparencia avasalladora, el autor dice lo que piensa, o mejor, lo escribe a veces con un tono cáustico, y resulta que su opinión es muy cercana a la de tantos que están convencidos de que un país no termina en el borde exterior de las 12 millas de aguas territoriales: ¿acaso pueden sal y espuma limitar la pertenencia?

El periodista aborda la emigración de los músicos cubanos como principio y no fin, investiga, según él mismo afirma, la dimensión social de los cambios musicales, cuestiona fenómenos y construcciones sociales como el nacionalismo cultural y la exclusión del panorama artístico cubano de aquellos que decidieron un día partir, no importa con qué motivo, pues ¿acaso importan los de los millones restantes que se van de sus países de origen alrededor del mundo? Política, economía, amor, búsqueda, sueños, vocación trashumante, todos valen lo mismo.

Quiero confesar que antes de leer el resto del libro fui al final. No es hacer trampas, porque en este caso el final es el principio, en las últimas nueve páginas previas al índice y bajo el subtítulo: índice de agrupaciones y músicos diaspóricos citados en el libro, Borges Triana compila una realidad cambiante. Me divierte un poco que el primero en la lista sea Alito Abad, trovador holguinero, no fue culpa de un supuesto chovinismo de los editores, que son sus coterráneos, la lista está en orden alfabético, pero ese muchachito a quien escuché sentada en los neumáticos que hacían de palco las tardes de la primera década de este siglo en el Caligary en los altos del Centro Provincial de Artes, y que decía: “con tanto de sed, tanto de sed y tanta sal, dentro de ti, un manantial”, ese muchachito, también se fue.

Sin embargo, algo como irse no es inamovible o una condición definitiva, porque ha vuelto y ha cantado en Holguín, a unas cuadras del mencionado Caligary, como tantos nombres en este índice, Descemer Bueno, Isaac Delgado, Telmary, Virulo, Alain Pérez, Habana Abierta, y así hasta sumar, entre los que conozco, más de una decena de artistas y agrupaciones.  

Las páginas citadas trajeron a mí una nueva certeza, entre imágenes borrosas de una Celia Cruz dibujada en Delirio Habanero o las manos larguísimas, infinitas de Bebo Valdés sobre el marfil: La música es un código similar al ADN, un nexo inquebrantable, un ancla, una atadura perpetua. Nadie se va del todo. Nadie, todo. Voces de un valor absoluto. Puede ser que uno se vaya de Cuba, pero Cuba no se va de uno. Tan simple como eso, o tan profundo como el decir de Cintio Vitier:

“Del estado podemos disentir; de la nación, en cuanto es un pueblo asentado en un territorio, podemos alejarnos, pero la nacionalidad, que en definitiva es cultura en su más amplio sentido, nos une a todos.”