Pabellón Cuba
Décima dedicada a los Premios del «Villena»
Es un desafío el
periodismo cultural.
Lo cotidiano, lo actual
corre tras otro nivel.
Cuba se impregna en la piel
lo histórico de un mañana.
El patrimonio es quien gana
y en los renglones mejores
el ‘’Villena’’ ofrece honores
para la prensa cubana.
Este 2023
marzo huele a premiación,
a trabajo y a mención,
cultura esta tierra es.
Los medios, el ajedrez
del tiempo, fiel candidato
para contar el relato
de un mundo nuevo y urgente,
y la juventud el lente
que hace a la era el retrato.
El premio de prensa escrita
es para el lenguaje inmenso
de las ‘’grietas en el lienzo’’
de Ailén Castilla. Bendita
invitación a esta cita,
cuanto talento y confianza
para continuar la andanza
de ciertos tiempos futuros,
y premiar los ‘’claroscuros
de la artística enseñanza’’.
La mención para un Miguel
Ángel Castineira por
ver ‘’el deshollinador’’
de un encumbrado nivel.
Cuando a la línea se es fiel
es la palabra sencilla
y qué grata maravilla,
¡qué perfect language, qué lexis!
Nos regaló con su Alexis
García Somodevilla.
Un radiodocumental,
caudal de sabio meandro,
le otorga el premio a Alejandro
Lóriga Santos, puntal
para el periodismo actual.
Fortaleza, nuevo cencio
que a la historia le evidencio.
Merece lauro, corona
y premio por ‘’Angerona’’,
por ‘’nunca más el silencio’’.
La radio otorga mención
para Dayron Caballero.
El periodismo es sendero
de esfuerzo y consagración.
Cada obra es una intención
de futuro, de experiencia,
y se menciona su esencia
llevada a grandes artistas
por su serie de entrevistas
a Flora Fong. ¡Qué excelencia!
El premio en televisión
es para Leandris Noa
por su serie ‘’Baracoa’’.
¡Qué grata esta profesión!
Y se ofrece una mención
de lenguaje claro, orondo,
que llega a pintar lo hondo
de la esencia de un artista
a Esther Díaz y la entrevista
que le hace a Omara Portuondo.
El periodismo hipermedia
premia a Rosana Rivero.
La fortuna del esmero
es quien el tiempo remedia.
El destino nos acedia
y hay que contar un sinfín
de historias que no hayan fin,
por eso premia el lenguaje
Su excelente reportaje
‘’el videoclip en Holguín’’.
Premios del Taller y Concurso Rubén Martínez Villena
Durante los días 11, 12, y 13 de marzo de 2023 la Asociación Hermanos Saíz colocó en el centro del debate al periodismo cultural cubano. Una veintena de talleristas dirigieron una mirada crítica hacia el quehacer de los medios de comunicación y al trabajo de quienes tienen la tarea y el deber de informar, analizar y escrutar en torno a esta temática.
En esta edición concursaron más de un centenar de obras en el Taller y Concurso de Periodismo Cultural Rubén Martínez Villena, el cual contó con un jurado conformado por prestigiosos periodistas del gremio. En esta ocasión, se otorgaron cuatro premios y tres menciones en las siguientes categorías:
Prensa Escrita:
Ailén Castilla Padrón, por Grietas en el Lienzo y Claroscuros de la enseñanza artística.
Mención: Miguel Ángel Castiñeira García, por Alexis García Somodevilla, el deshollinador.
Radio:
Alejandro Lóriga, por el radiodocumental Angerona: nunca más el sielncio.
Mención: Dairon Caballero Heredia, por Flora Fong: viaje a sus realidades.
Televisión:
Leandris Noa Faez, por la serie Encantos de una Villa.
Mención: Esther Díaz Pérez, por la entrevista Omara es Cuba.
Periodismo Hipermedia:
Rosana Rivero Ricardo por el reportaje El videoclip en Holguín.
Periodistas de la talla de Joaquín Borges Triana, Joel del Río y Rafael Grillo impartieron conferencias en el Salón de Mayo del Pabellón Cuba, sede de la Asociación Hermanos Saíz, que sirvieron como punto de arranque para debatir entre jóvenes periodistas de todo el país en cómo construir narrativas más atractivas y hacer de la profesión un ejercicio en concordancia con sus públicos.
Sin dudas fue un espacio oportuno para reunirse con directivos del ICRT, la UPEC, el ICAIC y la ACCS, en el que se abordaron las complejidades por las que atraviesa la prensa cubana y las posibles estrategias para darles solución.
En la jornada también se realizaron recorridos por lugares de interés para la cultura cubana, entre los que se destacaron la casa de Eusebio Leal, la Sala de Arte Cubano del Museo Nacional de Bellas Artes, y el teatro Trianón con la presentación de la obra “La zapatera prodigiosa”.
El evento sirvió también de pretexto para homenajear a los periodistas Paquita de Armas Fonseca y Rolando Pérez Betancourt, en el que se recordó con cariño y admiración a estos pilares del periodismo cubano. En la ocación se disfrutó del talento de Ernesto Oliva al piano y las décimas del repentista Alex Díaz, del proyecto Oralitura Habana.
¿Qué sucederá ahora? Resta que este grupo de profesionales, exponentes del periodismo cultural de todo el país, regresen a sus redacciones cargados de energías positivas e incorporen las herramientas obtenidas durante el encuentro. Por nuestra parte, la Asociación Hermanos Saíz nuevamente invita a que el próximo año periodistas, realizadores y comunicadores de la novel vanguardia vuelvan para continuar haciendo del “Villena” uno de los eventos de pensamiento más importantes para el joven periodismo cubano.
Nuestra querida Anamarys Gil nos regala un resumen en versos; que esta décima estimule igualmente a nuestro ganadores:
Es un desafío el
periodismo cultural.
Lo cotidiano, lo actual
corre tras otro nivel.
Cuba se impregna en la piel
lo histórico de un mañana.
El patrimonio es quien gana
y en los renglones mejores
el ‘’Villena’’ ofrece honores
para la prensa cubana.
Este 2023
marzo huele a premiación,
a trabajo y a mención,
cultura esta tierra es.
Los medios, el ajedrez
del tiempo, fiel candidato
para contar el relato
de un mundo nuevo y urgente,
y la juventud el lente
que hace a la era el retrato.
El premio de prensa escrita
es para el lenguaje inmenso
de las ‘’grietas en el lienzo’’
de Ailén Castilla. Bendita
invitación a esta cita,
cuanto talento y confianza
para continuar la andanza
de ciertos tiempos futuros,
y premiar los ‘’claroscuros
de la artística enseñanza’’.
La mención para un Miguel
Ángel Castineira por
ver ‘’el deshollinador’’
de un encumbrado nivel.
Cuando a la línea se es fiel
es la palabra sencilla
y qué grata maravilla,
¡qué perfect language, qué lexis!
Nos regaló con su Alexis
García Somodevilla.
Un radiodocumental,
caudal de sabio meandro,
le otorga el premio a Alejandro
Lóriga Santos, puntal
para el periodismo actual.
Fortaleza, nuevo cencio
que a la historia le evidencio.
Merece lauro, corona
y premio por ‘’Angerona’’,
por ‘’nunca más el silencio’’.
La radio otorga mención
para Dayron Caballero.
El periodismo es sendero
de esfuerzo y consagración.
Cada obra es una intención
de futuro, de experiencia,
y se menciona su esencia
llevada a grandes artistas
por su serie de entrevistas
a Flora Fong. ¡Qué excelencia!
El premio en televisión
es para Leandris Noa
por su serie ‘’Baracoa’’.
¡Qué grata esta profesión!
Y se ofrece una mención
de lenguaje claro, orondo,
que llega a pintar lo hondo
de la esencia de un artista
a Esther Díaz y la entrevista
que le hace a Omara Portuondo.
El periodismo hipermedia
premia a Rosana Rivero.
La fortuna del esmero
es quien el tiempo remedia.
El destino nos acedia
y hay que contar un sinfín
de historias que no hayan fin,
por eso premia el lenguaje
Su excelente reportaje
‘’el videoclip en Holguín’’.
Libros del talento joven
Como cada año, son diversas las propuestas que llegan a la Feria Internacional del Libro de la mano de la Asociación Hermanos Saíz (AHS). En su sede del Pabellón Cuba, la organización, junto al Centro Provincial del Libro de La Habana, ha preparado, además de la venta de importantes obras de la literatura, actividades recreativas y culturales para niños, adolescentes y jóvenes.
Momentos claves de la jornada serán las presentaciones de las editoriales de la Asociación: La Luz (Holguín), Sed de Belleza (Villa Clara), Reina del Mar (Cienfuegos), Aldabón (Matanzas) y Áncora (Isla de la Juventud), que adornarán la feria con libros inéditos dedicados a figuras de la literatura cubana como Delfín Prats y Miguel Barnet.
Y un encuentro especial será la entrega de los Premios Calendario 2023, en alianza siempre con la Casa Editora Abril, a obras de los más jóvenes literatos cubanos. Ello ocurrirá el día 15, a las 4:00 p.m., en la Sala Nicolás Guillén de la Fortaleza San Carlos de la Cabaña, según declaró Ana Irma Pérez Pereyó, vicepresidenta de la AHS. Además, precisó que durante estas jornadas se presentarán los seis libros galardonados en el certamen el pasado año.
Para los más pequeños de casa, Armando López Carralero viene con su propuesta Duende del Agua, un libro compuesto por romances y décimas, cuyo tema recurrente a lo largo del texto es el agua como símbolo de lo cotidiano, y a partir de ahí se abordan con sencillez situaciones y problemáticas de la vida diaria.
Bestia Contextual, del dramaturgo trinitario Darién Peña Prada, es uno de los títulos que, mediante un soneto con magistral manejo del endecasílabo, logra inmiscuir al lector en un viaje por los avatares de la vida contemporánea. Esta poesía de inminente carácter humano incita a obviar el camino de la apatía y a ponerse en el lugar de los otros para llegar a producir cambios en esta bestia contextual que es el ser humano.
Otro de los premios Calendario 2022 es El Padrino (según Doubrovsky). Esta propuesta, del egresado de la Universidad de las Artes Manuel Hurtado, hace un contraste entre la ficción y la realidad, actualizando el tratamiento de la familia en la dramaturgia cubana contemporánea. El texto, que además constituyó la tesis de grado del autor, es una propuesta atrayente para las nuevas generaciones.
Los amantes de las novelas de ciencia ficción, con El tapiz del tirano, del joven tunero José Alejandro Cantallops, podrán adentrarse en un viaje fantasioso por la ciudad de Laedas, donde una hechicera tejedora de tapices tiene el encargo de asesinar al nuevo tirano de la urbe, sin embargo, se ve influenciada por sentimientos y emociones que cambiarán el curso de los acontecimientos.
Mucho, señora, daría… Las fibras eróticas de José Martí es uno de los títulos más sugerentes a presentarse en la feria. Este ensayo, de Lázaro Abrahan Pérez, hace partícipe al lector de una cronología de los más íntimos sentimientos del Apóstol y sus historias de amor y desamor, una arista poco abordada e interesante de la vida del Maestro.
El premio David, en la modalidad de cuento en 2017, trae una narrativa atrayente, principalmente para el público joven con Triple C. La historia que David Martínez Balsa recrea no solo alude a las vueltas que da la vida, sino que además logra empalmar la ficción con la realidad, al narrar vicisitudes que jóvenes de una unidad militar pasan durante la pandemia de la COVID-19 en Cuba.
Nota del Comité Organizador de la feria Arte en la Rampa
Abrió Arte en La Rampa en el Pabellón Cuba
Con un concierto homenaje por el 60 aniversario del sistema de escuelas de la enseñanza artística se inauguraró este viernes la XXI edición de la feria de la cultura cubana Arte en La Rampa.
El escenario central del habanero Pabellón Cuba, sede del evento acogió el espectáculo a las 18:00 y tuvo por protagonistas a jóvenes talentos de las escuelas de arte.
Con la presentación inicia el programa de conciertos en los que el público pudo disfrutar de las actuaciones de agrupaciones y artistas de la música popular y las peñas de jazz, trova y repentismo.
La feria estará abierta al público hasta el cuatro de septiembre y el recinto será espacio para la venta de artesanías, la promoción literaria, presentaciones de obras de danza y teatro, espectáculos infantiles, y exposiciones de artes plásticas, entre las que destacan la muestra bipersonal 2 y punto, y la colectiva Hápax.
Creaciones de 83 artesanos estarán expuestas entre estas la orfebrería, el calzado, los textiles, la cerámica y el vidrio, precisó la Directora de Artesanías del Fondo Cubano de Bienes Culturales (FCBC), Mercy Correa.
En esta edición la cita también rendirá homenaje al Movimiento de la Nueva Trova en sus cinco décadas, a los poetas Nicolás Guillén, Carilda Oliver y Jesús Orta Ruiz, y al bailarín y coreógrafo Ramiro Guerra, considerado el padre de la danza moderna en Cuba.
Arte en La Rampa es convocada por el Ministerio de Cultura de Cuba y el FCBC, con el apoyo de otras instituciones como la Asociación Hermanos Saíz, la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales, y el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos.
Sandunga promueve en feria cultural a músicos cubanos de su catálogo
La plataforma de música Sandunga promueve desde este lunes una estrategia de verano orientada a los artistas presentes en el sitio digital y su participación en la Feria de la Cultura Cubana Arte en La Rampa.
Feria de la Cultura Cubana regresa al Pabellón Cuba
El próximo día 22 abrirá en el Pabellón Cuba la XXI Feria Arte en la Rampa, que estrena otra visualidad gráfica y se extenderá hasta el 4 de septiembre.
El Fondo Cubano de Bienes Culturales, ARTEX, la EGREM, el ICAIC y la Asociación Hermanos Saíz -junto a otras entidades- renuevan su alianza para conformar un programa que abarca la comercialización de bienes y servicios y diversas actividades artísticas.
La también llamada Feria de la Cultura Cubana celebrará significativos aniversarios del sistema de la enseñanza artística, el movimiento de la nueva trova, Nicolás Guillén, Carilda Oliver, Jesús Orta Ruiz “El Indio Nabiorí” y Ramiro Guerra.
Producciones artesanales, exposiciones de artes visuales, peñas y presentaciones de discos traerá de nuevo Arte en la Rampa, cuyos primeros conciertos los ofrecerán los grupos Síntesis y Toques del Río.
Alegría de siempre desde la cultura
Llegó el verano y con él un amplio despliegue de propuestas destinadas al entretenimiento y sano disfrute de la población, más allá de playa, piscina y sol. Se trata de apelar al arte y al conocimiento compartido entre todos, para lo cual el sistema institucional de la cultura desempeña un papel esencial.
Las primeras actividades que han tenido lugar, como la Fiesta Ciudad del Mar en Cienfuegos o el Festival Habana Ciudad Electrónica, auguran que pese a las carencias y los retos que afronta el país este será un verano de sorpresas, o al menos es el espíritu con el que se trabaja desde el entramado cultural de la nación y otros sectores.
«Este verano tiene que ser un espacio para el abrazo. Nuestra meta es llegar a todos los públicos y que participen junto a nosotros». Así lo asegura Lizette Martínez Luzardo, directora de Políticas Culturales del Ministerio de Cultura (Mincult), quien añade: «hemos trabajado en un diseño a partir de los intereses y las necesidades de la población, y pensando en todos los grupos etarios.
«Este es un verano atípico, el primero sin mascarillas luego de dos años de pandemia.Queremos fortalecer sobre todo la programación los fines de semana para los más jóvenes y entre semana estaremos trabajando para el adulto mayor», explica la funcionaria, quien en medio de estos días de arrancada se ha acercado a Juventud Rebelde para ofrecer algunos pormenores del plan de actividades.
El trabajo de los jóvenes ha sido fundamental, puntualiza la responsable de Políticas Culturales del Mincult, pues para la concepción de este plan se tuvo en cuenta la participación directa de la población en la conformación de las opciones. La mayoría de los promotores culturales, instructores de arte y artistas que han intervenido son jóvenes.
«Nuestros promotores culturales e instructores de arte trabajan cotidianamente en las escuelas y en las comunidades, pero además contamos con más de 500 proyectos socioculturales reconocidos por el sistema institucional, que participan activamente en la vida cultural del país. Pretendemos que en este verano, los espacios donde funcionan esos proyectos y otros se conviertan en focos de socialización para compartir el arte y el conocimiento», explicó.
Gracias a esa labor se prevé la realización del 14to. Festival Internacional Timbalaye: La Ruta de La Rumba, festivales provinciales de ruedas de casino, rutas patrimoniales desde las casas de cultura, la activación nacional de la Guerrilla Cultural 50 Aniversario de la Brigada de Instructores de Arte José Martí, así como los festivales zonales de Música, Caña y Azúcar, promotores de la expresión cultural de cada territorio.
Celebraciones hacia dentro
El Movimiento de Artistas Aficionados de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), la Brigada de Instructores de Arte José Martí, la Asociación Hermanos Saíz, así como la Unión de Jóvenes Comunistas son parte ineludible de un plan de celebraciones que mira hacia adentro, a explotar las potencialidades de cada territorio y donde la comunidad está puesta en el centro de dicha planificación.
«Una de las experiencias que queremos desarrollar es la organización de conciertos de graduación de la enseñanza artística en las comunidades, para que los niños, jóvenes y adolescentes que forman parte de ese tipo de enseñanza puedan presentarse en su barrio, con sus vecinos, con el concurso también de la población, para compartir lo que han aprendido en este tiempo», comenta Martínez Luzardo, quien apela a la vocación de servicio de nuestros artistas y recuerda que es un principio que proviene de nuestras escuelas de arte, paradigmas dentro de cualquier diseño que se pudiera realizar para esta etapa estival.
«Para nosotros no es raro que el verano inicie con las acciones que hemos realizado, por ejemplo en la comunidad de Romerillo o en La Habana Vieja, con los pasacalles, talleres y cursos de verano que se impartirán en las 37 escuelas de arte del país y no solo dentro de esas instituciones, sino que llegarán a muchas comunidades», puntualizó.
Otros acontecimientos culturales que tradicionalmente acompañan a esta etapa podrán su atención en que las distintas manifestaciones culturales lleguen a regiones más intricadas, como la Cruzada Artística Literaria por el Escambray, o la Jornada 13 de Agosto, dedicada a recordar a los hermanos Luis y Sergio Saíz Montes de Oca, en el aniversario 65 de su vil asesinato.
El Instituto Cubano del Libro trae sus propuestas de Lecturas de Verano, con especial atención en los gustos de niños y jóvenes, así como novedosas alternativas para descarga online desde el sitio web de Cubaliteraria. Además, se realizarán exposiciones transitorias a lo largo del país, celebrarán la Jornada Arte Comic en Camagüey, y los cines se vestirán de gala con el 5to. Festival de Cine de Verano.
Regresan los festivales provinciales de ruedas de casino, proyectos socioculturales, que juntan la voluntad de promotores culturales e instructores de arte con la musicalidad y la iniciativa de la gente del barrio.Foto: Calixto N. Llanes/Archivo.
«Tenemos este año más de 106 rutas culturales agrupadas en el concepto Cuba: Historia y Cultura, que es una opción en la que integramos a la gran mayoría de nuestras instituciones. En estas la población puede acceder a la biblioteca, la galería, el museo, sitios históricos de la comunidad…, pero también disfrutar de otras opciones que no están necesariamente vinculadas a organismos de cultura», precisa la funcionaria, y asegura que en las plataformas digitales de las direcciones provinciales de Cultura y en cada institución cultural se presenta una actualización de las carteleras territoriales para consulta del público.
Martínez Luzardo confiesa que aún queda pendiente mucho trabajo para que las propuestas convenidas salgan adelante, para lo cual, asegura, cuentan con el apoyo y entusiasmo necesarios desde el inicio. «Esperamos lograrlo en la mayoría de los lugares, porque sabemos que todavía hay limitaciones; hay lugares donde todavía no tenemos ese nivel de actividad que se necesita en estos tiempos y creo que debemos reconocer ese activismo natural que surge en muchas partes del país.
«Hay muchos lugares donde los promotores culturales son personas que no perciben un salario por eso, y sencillamente tienen esa vocación de departir con la comunidad, y para nosotros esos líderes naturales son parte de nuestro sistema de instituciones de la cultura. Junto a ellos, nuestros creadores y el pueblo disfrutaremos, sin duda, de este verano con la alegría de siempre».
Estado de Espíritu
En el mes de diciembre se inauguró la exposición colectiva «Estado de Espíritu» en el Pabellón Cuba, muestra que me generó un sinfín de sentimientos encontrados en torno a la dinámica del joven arte contemporáneo en la escena cubana, principalmente la habanera, y los que de una forma u otra se saben (o se espera sean) encargados de velar por su higiene y salud. Decenas de artistas se congregaron en este espacio expositivo para conseguir una suerte de «muestra generacional»; una cartografía posible y deseada, una especie de narrativa de cómo se va desarrollando el nuevo contexto artístico dentro del marco de creadores asociados o cercanos a la Asociación Hermanos Saíz.
En la selección de obras y en su antojadiza disposición en el espacio de las diferentes áreas utilizadas, fue donde hallé el mayor desliz y agravante de esta propuesta curatorial. Obras agazapadas, otras invisibilizadas por la magnitud de sus adyacentes, algunas tan ocultas que necesitarían señaléticas para ser encontradas. Hallé piezas maravillosas, entre las que figuran el imponente tríptico de Miguel Machado, una solitaria perteneciente a una serie de Rafa Villares y su profundidad en azules, la materia gris de Yunior La Rosa, la colorida y peculiar de Lancelot Alonso, la de Miriannys Montes de Oca y su todo lúgubre, las muy bien ubicadas y adecuadas de Adonis Muiño y Alejandro Jurado, y unas interactivas de Dennis Izquierdo que regularon el paso y atraparon toda la visualidad del pasillo; entre otras que aunque mal ubicadas o carentes de información poseían un ánima de coloquio y penetración, llegando a ser consideradas por mí como buenas.
Otras tantas me parecieron quizás insuficientes, desfasadas, inacabadas, crípticas, pretenciosas, sin contundencia y carentes en muchos sentidos. El diálogo con las obras se tradujo en una situación engorrosa dado que no estaban las condiciones creadas, no existía un ambiente de estrechez entre el público y las obras. La intimidad visual, el cortejo, el deleite, la cercanía, la compenetración y lo más importante: la conversación se me volvió cuando menos difícil en la dramaturgia de la muestra. El intercambio siempre quedaba inconcluso por los miles de elementos distractores y posicionamientos. Careció el espacio del espíritu hondo de una exposición de artes. Demasiadas páginas ilegibles de un libro que presenta otras de tanta fuerza que el desnivel se empodera plúmbeo de la escena. Un espacio de actitud sinestésica –como me figuro se intentó en esta exposición por la carencia de información fuera de lo visual– no puede permitirse obras crípticas, tan enrevesadas que ni el más fino ojo, ni la más sensible alma pudiera llegar a su intríngulis y menos pudiera extraer su savia. El público pasó, mirañó y siguió; no había más para leer.
Me recorrí «Estado de Espíritu» dos veces y mi corazón lo mismo se me quería salir del pecho que me procuraba un rechazo estomacal, aunque la mayor parte del tiempo se mantuvo estático en su uniformidad latente. No me sentí abrasado por la muestra, no me sentí pleno, realizado. Desde su majestuosa individualidad muchas piezas me enervaron, pero la generalidad me conllevó a no asumirme parte de ese medio, no me dejó asirme a ella, no me absorbió. Nunca logré imbricar mi latido plano de ese día a la arritmia artística que encontré, el cuerpo que la provocaba no era más que las cromas que rompieron la armonía, detalles turbadores de la escala de la funcionabilidad y el empaste.
Parafraseando escritos de las curadoras de la muestra –las que sin duda asumieron una tarea titánica, siempre bañadas por la dulzura, la bondad y el empeño que les caracteriza–, esta exposición nació exenta de pretensiones y ambiciones, potenciada por amor a un arte curatorial, buscando un diálogo sincero y la transmisión de ideas. Pero el error primario estuvo ahí, en la poca pretensión. Ninguna práctica artística es ingenua; la curaduría menos. Una muestra donde esté la firma de Villares o Machado, no puede carecer de pretensiones, porque ya de por sí las obras de portentos como estos lo son, además de imponentes, dignas del mejor espacio y de las mejores miradas. Esta muestra reunió a muchos de los centellantes nombres, menores de cuarenta años, de la escena del arte contemporáneo que aún queda en Cuba, ya era pretenciosa de por sí. En “Estado de Espíritu” estalla el rejuego de una voz generacional, y ya esto es magnificencia. La muestra necesitaba ser pretenciosa, asumirlo, y esto la hubiera ayudado a ser más limpia, imponente, transitada, avasalladora, así como lo son muchas de las piezas que ostenta.
Coincido en la totalidad de sus argumentos con el crítico y curador Jorge Peré, cuando escribe: «Es aquí donde me lanzo a pedirle a todos esos jóvenes que hoy ven posar sus obras en algún rincón del Pabellón: aprovechen este momento y está oportunidad más que para hacerse selfies, para intentar redefinir las reglas del juego; tomen este preciado filón y desbórdense como generación; discutan con todo lo que estuvo antes… Planten bandera.» Dentro de esos jóvenes aludidos se encuentran, y espero no equivocarme, algunos de los que tendrán una firma de peso en un futuro no demasiado distante, por eso el enfoque y el compromiso con esa bandera contextual que menciona Peré es tan necesario. La valía y valentía del artista está siendo probada y avalada hoy más que nunca para estas generaciones que tienen actualmente una voz firme, pero necesitan «desbordarse», necesitan ser el torrente, la fibra que, imantada a una consistencia de espíritu, logrará redefinir, acomodar, reconceptualizar y darle un derrotero al arte cubano del mañana. Sus banderas deben ondear enérgicas y los espacios expositivos tienen la tarea de hacerles el asta más alta e impulsarles el viento. Muchos están escuchando, es hora de que esa generación que colmó las paredes del Pabellón, hable.
“Estado de Espíritu”, a pesar de sus precariedades, logró reunir en un mismo espacio a muchos artistas esenciales para las más jóvenes generaciones del arte contemporáneo cubano. Ese, seguramente, fue su gran acierto.