Exposiciones


Artes visuales tuneras: ¿Cerrando ciclos?

En los últimos meses del ya pasado 2023 las artes visuales tuneras estuvieron en el centro de las noticias culturales: exposiciones, salones, reapertura de galerías, proyectos colectivos que empiezan a materializarse y hasta críticas en las redes sociales. Muchas miradas apuntaron hacia allí, miradas que por tiempo se tornaban esquivas. Un repaso por esas muestras, gran parte de ellas todavía abiertas al público, permiten visualizar un camino, que no exento de tropiezos, parece al fin encontrarse.

El mes de octubre traía la esperada reapertura de la galería Fayad Jamís del Fondo Cubano de Bienes Culturales, luego de dos años de cerrada al público; para ello se reservó una expo que suscitó varios análisis y opiniones de artistas y especialistas. Aquí Estamos fue el nombre elegido, como para reafirmar que los artistas tuneros están haciendo arte en medio de un panorama galerístico que se vislumbraba desalentador. Unos días antes el Salón UNEAC, quizás sin saberlo, nos daba una pequeña muestra de lo que sería.

Más de una veintena de artistas de diferentes generaciones se reunieron en la citada galería. Conceptos vanguardistas afianzados en el paisaje artístico tunero, desde Jesús Vega Faura, Yamila Coma, Alexis Roselló o Rogelio Ricard,o acompañados de una generación pujante que revierte códigos y hace de la posmodernidad su bandera. Luis Antonio González, Liset Gutiérrez o Jarol Rodríguez demuestran el talento y empuje de los más jóvenes que apuestan por la experimentación sin abandonar las técnicas tradicionales. Diversidad de estilos y lenguajes en grabados, esculturas y fotografías coexisten en la Fayad Jamís. Sinergia que se siente a ratos forzada y en la que se respira cierto ahogo por la cantidad de obras en un espacio que les quedó pequeño. Solo gracias a la curaduría y disposición oportuna de tantas piezas se logró atraer y dialogar con los visitantes, que felizmente no han sido pocos. Y ese es otro de los méritos de la exposición, la capacidad de convocatoria y promoción que tuvo al incentivar a los críticos a emitir análisis en torno a la muestra.

Noviembre nos sorprendía con la grata noticia de que se retomaría el Salón de Pequeño Formato José Antonio Díaz Peláez, en el Centro de Desarrollo para las Artes Visuales. Tras varios años de ausencia llegó nuevamente para revitalizar esta manifestación en una provincia en la que, más allá de un epíteto, el arte escultórico echó raíces. 

Mucho se extraña la escultura en la mayoría de las exposiciones y amén de conceptos reiterativos e inacabados, el Salón demostró que al convocar y motivar a los artistas, unido al aprovechamiento de recursos no convencionales, se pueden lograr trabajos dignos y provocadores. Paralelo se realizaron otras iniciativas como conversatorios y espacios teóricos que, sin tener el alcance de antaño, dio indicios de un interés por reanudar las inolvidables Bienales de Escultura.

Por su parte la expo colectiva Año Cero sorprendió con su lenguaje provocativo, arrollador. Las instalaciones artísticas, propias del arte contemporáneo conceptual, proponen la intervención de espacios mediante la utilización de diversos materiales, medios físicos visuales o sonoros. Sin dudas el espectador tunero estaba ávido de disfrutar este tipo de propuestas.

En la galería del Consejo de las Artes Plásticas encontramos siete artistas, siete voces, a veces gritos que invitan al diálogo más que a la contemplación. Llega como parte del proyecto Zona Creativa, que bajo la guía del artista Leonardo Fuentes Caballín pretende incentivar la creación al apostar por espacios y recursos alternativos.

Por último se nos presenta Selfie como ese espejo donde nos autodescubrimos y revelamos nuestra esencia. Veintisiete autorretratos de varios creadores que desde sus particulares estilos dibujaron más que al artista al ser humano que son. Pinturas, fotografías y dibujos componen la exhibición tan atrevida como sugerente y que dio espacio a varias voces que llevaban tiempo fuera de las galerías, en la que se recogen nombres como Yamila Coma, Alexander Lecusay, Damayanty Mena, Gustavo Polanco.

Aunque cada obra posee el encanto de atrapar el gesto del artista desde su propia mirada e introspección, vale resaltar el trabajo de dos mujeres cuyos lenguajes van ganando fuerza en el circuito galerístico. Daimí Silva con la belleza y pureza de sus trazos nos revela la mujer-artista desde una visión hedónica en la que se sabe libre y talentosa, gustosa de su condición. Y Liset Gutiérrez, quien prefiere desdibujar el rostro, presentarlo como un todo en el que cada mujer puede pintarse y encontrarse a sí misma. Su obra se alza como denuncia por tantas veces que a las mujeres les ha tocado esconderse, callar. Todavía está a tiempo de visitar esta exposición en la sede de la Fundación Nicolás Guillén y disfrutar de una muestra original y convincente.

Me gustaría pensar que más que cerrar, los últimos meses del año abrieron ciclos creativos, de dinamización, en los que finalmente los artistas y públicos se encontraron, se generaron debates profundos y analíticos sobre los procesos creativos, donde las instituciones cumplieron su objeto social y convocaron a sus artistas, convirtiéndose las galerías en ese espacio vital que necesita hace mucho el arte tunero.


FotoFest 2021, ventana a la fotografía en las Romerías de Mayo (Convocatoria)

El Comité Organizador de las Romerías de Mayo y el Club de Fotógrafos en Holguín convocan al Festival Internacional de Fotografía Autodidacta FotoFest 2021, del 2 al 8 de mayo desde las plataformas digitales, como parte de la XXVIII edición del mayor evento de juventudes artísticas en Cuba.

“Con una participación de ocho países aproximadamente, la décima muestra FotoFest de centrará sus debates en torno a la importancia de la fotografía en la protección y la defensa de los animales, a través de exposiciones, conversatorios, talleres y una muestra audiovisual”, comentó el fotógrafo Kevin Manuel Noya, miembro del comité organizador del evento.

Desde la plataforma virtual www.fotofest-holguín.com se desarrollarán las actividades programadas, además de la página en Facebook Festival Internacional de Fotografía FotoFest.

Entre los invitados se encuentra el fotógrafo cubano Gabriel Guerra Bianchini, con su propuesta Tal vez ahora puedan vernos, y las exposiciones colaterales Galápagos Islands, una colaboración de varios países, y del Proyecto Fotográfico para la Protección de los Animales.

Se incluyen también las muestras La mirada Taxativa, del italiano Angelo Selvaggi; Manos de apoyo, de la española Ela Rabasco; Miradas alternativas, un proyecto cubano-chileno a cargo de Gonzalo Vidal; Diez fotos en cuarentena, de Jorge Ricardo Ramírez; y Cuerpos, de Maité Fernández Barroso, estos dos últimos creadores cubanos del lente. También se presentará una Muestra Colateral del Festival Internacional de Cine Animal Ambiental de México, con la proyección del documental ¡Toros sí, toreros no!, del realizador azteca Zaizar Habacuc.

“Desde la fotografía se abordará la necesidad de intensificar un compromiso internacional de protección a los animales y su bienestar, así como el respeto a sus derechos”, precisó Kevin Manuel.

“Este certamen, explicó, nació del trabajo mancomunado de los fotógrafos autodidactas Raiko Reynaldo Cuenca y Miroslava Gutiérrez, con su proyecto comunitario expositivo e itinerante Sembrando arte en las comunidades, en 2002; y en 2012 se integró al sistema de eventos que componen las Romerías de Mayo. Desde entonces se ha convertido en una herramienta de transformación, reflexión, cambio social y confrontación artística, con actividades de extensión en varios sitios de Cuba, y países como Ecuador, Portugal, España, Italia y Suiza”.

“Además, ha promovido durante toda una década la práctica del arte y la técnica, para obtener instantáneas inteligentes que, sustancialmente, han validado el Festival como una respetable y admirada elección dentro del orbe cultural nacional”, añadió Kevin Manuel Noya.


Celebran en Cienfuegos aniversario 34 de la Asociación Hermanos Saíz

La filial cienfueguera de la Asociación Hermanos Saíz celebró el aniversario 34 de esta organización. Conciertos, exposiciones, puestas teatrales, colmaron las jornadas de actividades, protagonizadas por la vanguardia del arte joven en la Perla del Sur.

El primer homenaje fue para la Tía Rosa, esa cantautora que ha marcado nuestra infancia con sus canciones y que fue, justamente reconocida con el premio Maestra de Juventudes, un galardón que reconoce a quienes constituye referentes para las nuevas generaciones de creadores, no solo por su obra, sino también por sus cualidades humanas.

“En todas las peñas de la Asociación esta semana, hemos estado festejando también la semana de la cultura cubana. Estuvimos en el Parque de Diversiones para compartir con nuestra Rosa Campos, este homenaje que le tributamos todos los jóvenes creadores de Cuba”, comentó Diana Padrón Castillo, vicepresidenta de la AHS en Cienfuegos.

Todas las manifestaciones artísticas se sumaron a esta fiesta que incluyó a reconocidos trovadores como Nelson Valdés y Rolo Rivera. Por su parte varios artistas visuales inauguraron una muestra colectiva que sobresale por la variedad de temas y técnicas presente en las más de 30 piezas.

Alberto Veloz Fonseca, uno de los expositores nos comentó sobre esta idea, que vincula a jóvenes artistas visuales con estéticas similares, y con ganas de colaborar, para despejar de alguna manera las tristezas que ha dejado en las personas la pandemia de coronavirus

La Asociación Hermanos Saíz en Cienfuegos sigue dando muestras de unidad, madurez y por supuesto de compromiso con los mejores valores de la cultura cubana.

*Tomado de Perlavisión


Un santiaguero en el Salón de Arte Contemporáneo Post-it

Con regocijo para los santiagueros llegó la noticia de que Alejandro Lescay Hierrezuelo ha sido seleccionado en el Salón Post-it 7. Arte Cubano Contemporáneo. Este evento tiene como principal fin otorgar protagonismo a los artistas que, con corta edad, sobresalen por su creatividad y talento. De manera que, se ha convertido en una plataforma para lo múltiple y lo heterogéneo dentro del panorama de las artes visuales contemporáneas cubanas.

Obra Pubertad. Acrílico, carboncillo sobre lienzo. 2019. Perteneciente a su última exposición personal Silencio, realizada en julio del 2019 en la galería Arte Soy de Santiago de Cuba, durante la 39 Edición del Festival del Caribe.

Este suceso promulga una ganancia por partida doble para la ciudad. Primeramente, el satisfactorio resultado personal de quién ha sido formado en el seno de esta urbe. Alejandro Lescay, graduado de la Academia Profesional de Arte José Joaquín Tejada, ya posee numerosos reconocimientos tanto en su provincia como en la esfera cultural nacional. Con una activa labor creativa también se ha insertado en el circuito internacional del arte contemporáneo. Su participación en exposiciones como «Identity & difference. Utopia Horizons. Contemporary Cuban Art In Venice» (2019), demuestran que su trabajo transita por un camino ascendente lo cual es fruto de su incansable empeño y talento.

Por otra parte, esta novedad tributa directamente al sistema de experiencias artísticas que componen la “institución arte” en la ciudad. Los salones, desde su surgimiento en el siglo XVIII, han contribuido a enaltecer el trabajo de los artistas. La dramaturgia ejercida en tales ambientes ha sido crítica en la valorización de los creadores y su establecimiento en el mercado. Además, han asistido a una construcción diacrónica de una tradición visual propia de la cultura occidental. Hablar de los salones es intervenir en el núcleo mismo de la historia del arte.

En Cuba, la realización de estos concursos ha contribuido al desarrollo de la esfera cultural en sus diversas etapas. Poseen la función de aquilatadores del buen arte. En esta línea, el Salón Post-it desde el año 2014 se ha presentado como una iniciativa que el sistema de galerías del Fondo Cubano de Bienes Culturales, particularmente la galería Galiano, ha expandido a un nuevo horizonte dentro del conjunto de acciones para promocionar la actividad cultural en el país.

Imagen del artista Juan Salazar tomada del catálogo de la primera edición del Salón Post-it realizado en 2014.

Este es un proyecto que sugiere impulsar lo más actual de la creación artística cubana sin exclusión de tipologías discursivas. Tras seis entregas ha logrado legitimarse a nivel de país. Se coloca en una posición de avanzada y la experiencia demuestra que como todo evento institucional de elevada calidad, el haber sido seleccionado para la muestra final de este concurso, se convierte en carta de presentación para los noveles artistas.

No obstante, estas cualidades, que solo suman garantías para los creadores, no han sido tan bien aprovechadas por los naturales de Santiago de Cuba. En las pasadas entregas solo se ha contado con la participación del artista Juan Salazar Salas, joven promesa, tristemente abrazada por una muerte precoz, quien participara en la primera entrega del Salón en 2014. Con una obra prominente de la serie «Contracorriente S/T» (2014) colocó bien en alto al grabado santiaguero.                            

Esta vez, Alejandro Lescay, inconforme ante la pasividad y ávido de explorar nuevos espacios ha hecho posible que hoy su ciudad natal cuente con la representación certera en un concurso que crece constantemente. Con su obra «La espera» (2020) propugna nuevos códigos para la visualidad contemporánea cubana.

Solo queda esperar con ansias la muestra final y por supuesto los resultados del evento que ya llena de regocijo a Santiago de Cuba en el 505 aniversario de su fundación. El joven creador evidencia que la ciudad cuenta con buen arte y jóvenes artífices dispuestos a defenderlo.

imagen de los salones post it pasados/ cortesía: galería Galiano

imagen de los salones post it pasados/ cortesía: galería Galiano


Capítulo #8: La técnica del acueducto (+ galería)

  • (aproximaciones a la obra de Alejandro Lescay Hierrezuelo)

I

  • ¿Cómo entender el valor de una idea?
  • ¿Dónde nos convertimos en parte de la imagen?
  • ¿Cuántos cuerpos hacen una imagen?
  • ¿Cómo escenificar el silencio?

Algunos artistas están condenados a vagar en la limitada extensión de sus ideas/de sus imágenes. No conocen la técnica del acueducto. La simple maniobra de abrir o cerrar una llave.

En un mundo tan contaminado y accesible, donde todos quieren ser “el artista”, sin conocer la técnica del acueducto y sus interioridades; hay que aprender a ver-nos frente a la llave. Una maniobra tan simple posee significados absolutos.

Alejandro Lescay/ Foto de Eugenio Pastó/Cortesía de Lescay

Al recorrer la obra de Alejandro Lescay Hierrezuelo (Santiago de Cuba, 1987) podemos encontrar-nos frente a la perturbadora situación de observar-nos a partir de un gesto insospechado. Un espejismo interior que no puede negar-nos la representación de nuestra imagen.

En su obra se evidencia un conflicto ineludible: la imagen generacional vs la imagen deteriorada en el fondo. Ambas actúan como una sentencia. Colisionan en un discurso dialéctico donde se revitalizan las emociones/la memoria/identidad/el discurso. Se trata de una búsqueda autorreferencial en el cuerpo colectivo. La mutación de los rostros según la idea, según la plasticidad del contexto. Todo dentro del propio vacío existencial que lo creó. Todo desmaterializado y definido. Presente.

de la serie Los hijos de Matías Pérez/ Foto de Eugenio Pastó/Cortesía de Lescay

   Graduado de Pintura y Dibujo en la Academia Profesional de Artes Plásticas José Joaquín Tejada (Santiago de Cuba, 2007), Alejandro parece estar colocado frente a la llave. Ha conseguido hacer alrededor de 12 exposiciones personales y tener presencia en más de 45 exhibiciones colectiva. Posee una producción amplia y rigurosa que lo sitúan como uno de las nombres a seguir en los próximo años del arte cubano. No solo por el elemento cuantitativo, sino también por su exploración pictórica y conceptual.

Gaviotas (de la serie Los hijos de Matías Perez)/ Foto de Eugenio Pastó/Cortesía de Lescay
  • ¿Es un artista experimental?
  • Sí.

Desde sus primeras piezas se ha comprometido en la búsqueda de modelos renovadores. Su profanación estilística es el culto al arte vivo. Con sus fondos oscuros y complejos, nos invita a penetrar en un universo próximo. Pues las figuras que se superponen a esos oscuros son identificables en el mundo actual. Se trata de imágenes que atraviesan diversas etapas y estados del individuo.

de la serie Los Hijos de Matías Pérez III/ Foto de Eugenio Pastó/Cortesía de Lescay

II

En la serie Los hijos de Matías Pérez (la cual a mi opinión representa el desprendimiento de una adolescencia creativa), el artista encuentra una conexión con los elementos de la naturaleza. Aire/cielo/agua/nieve/ y el mundo animal/ todos en diálogo con la inventiva humana. La naturaleza vs las máquinas. El mundo de las cosas vs el mundo natural.

de la serie Los Hijos de Matías Pérez /Foto de Eugenio Pastó/Cortesía de Lescay

En ese vínculo yacen sus deseos y angustias por construir nuevas exploraciones en su pintura. Una mezcla de lo onírico/el lienzo/la aventura/el acrílico/el descubrimiento de lo humano/el artista y la llegada a zonas que coquetean con lo inentendible.

Esta es una serie para vivirla similar a la práctica del deporte extremo. La construcción de pasajes inusuales/anónimos también nos muestra el potente imaginario del autor.

de la serie Los Hijos de Matías Pérez III/ Foto de Eugenio Pastó/Cortesía de Lescay

Alejandro necesita jugar con lo abstracto. Encuentra la convergencia necesaria entre el color, los elementos figurativos (con trasfondo en la gráfica), y la abstracción como dispositivo definitorio. Desde allí maneja los significados. Desde ese escaparate experimenta y muestra, lo que a mí entender, es el gran tema de la serie: el viaje.

de la serie Los Hijos de Matíaz Pérez/ Foto de Eugenio Pastó/Cortesía de Lescay

Pudiéramos decir que es un tema recurrente en todo el arte, tal vez incluso demasiado recurrente. Pero en su hacer, el artista nos muestra el viaje con sinceridad e inspiración locuaz. Es indiscutiblemente creíble. Su viaje es el destino humano. Es el fracaso de Matías y la dicha de sus hijos. Es la actualización de nuestros recursos comunicativos/políticos/migratorios.

  • ¡Somos los hijos de Don Matías Pérez!
  • ¡Vamos a volar/soñar/transitar el espacio fuera de nuestra atmósfera!
  • ¡Nadie puede detener a los hijos de quien inventó la técnica del acueducto!
Se permuta (de la serie Lps Hijos de Matías Pérez)/ Foto de Eugenio Pastó/Cortesía de Lescay

III

Alejandro Lescay es capaz de generar dentro de un mismo concepto la representación del individuo como ser múltiple y específico. A eso le añade significados conductuales que complementan figuras ensombrecidas.

Individuos todos marginados desde la representación. Desde el inacabado retrato de la vida.

Lo anterior expuesto responde a su serie Silencio. Un capítulo creativo que denota su interés por dejar las parafernalias visuales fuera y ahondar en lo oculto.

En busca de fe (de la serie Silencio)/ Foto de Eugenio Pastó/Cortesía de Lescay

La serie hace referencia directa al silencio como sonido/comunicación/ostracismo/incapacidad/imagen. Todos los rostros sin boca.

Cada pieza es un tratado sobre lo oculto del ser. Creo que en este punto radica el valor ideológico de la serie como puesta en escena. A veces el individuo prefiere no decir, y otras, no puede; una responde a la voluntad/capacidad de lo biológico y otra a lo social/lo político.

Esas cuestiones norman el comportamiento. Hacen de los seres humanos un concepto desde el ojo que lo observa. Los silencios en esta muestra son más que físicos, inclusos más que decisiones conscientes. Se trata del rostro interior.

La piel que habito (de la serie Silencio)/ Foto de Eugenio Pastó/Cortesía de Lescay

Como individuos en sociedad vivimos tras la imagen que los otros fabrican cuando nos interpretan, en lo que reprimimos y ocultamos. Somos máscaras. Personajes que viven bajo el sentido de la verdad que practican, pero que no representa ni exhibe ese rostro interior.

Nuestra expresión/comportamiento/carácter responde a una construcción social. La psiquis duerme nuestros impulsos y emociones cuando creemos que no es afín con la imagen que presentamos. En ese ejercicio (ya perenne), nuestros rostros verdaderos hacen silencio.

Sobre esa tesis descansa (también) la obra del artista. Los silencios de las personas constituyen (en este caso) una exploración de lo abyecto contra su propia naturaleza.

Silencio (de la serie Silencio)/ Foto de Eugenio Pastó/Cortesía de Lescay

En esta serie podemos ver a un creador posicionado frente a la llave, y también con la capacidad de abrir y cerrarla.

Su obra mantiene una conexión visible con toda su producción precedente, pero nada indica inmovilidad creativa. Los elementos sufren la desmaterialización que invade (incluso) el área conceptual. Sus fondos complejos evocan al encierro y el vacío material de cada figura. Lo figurativo nos conduce por áreas regidas por lo emotivo y sensorial.

Tras apoderarse de imágenes reales, busca re-significarlas/re-interpretarlas a través de las penas, la desesperación, la edad, los miedos, el anonimato y la aceptación de la condena.

La luz de Victoria (de la serie Silencio)/ Foto de Eugenio Pastó/Cortesía de Lescay

Cada obra desde una intención fotográfica, vincula a estos seres con el mundo real, pero desde esa realidad otra que los hace permanecer vivos e inexistentes. Una dualidad que corresponde a la psiquis, que nos habla desde una conducta extra-verbal/extra-física. La actuación implícita en la obra Sin respirar da fe de ese agobio e incapacidad del individuo por imponer su (verdadero) lenguaje.

Sin respirar (de la serie Silencio)/ Foto de Eugenio Pastó/Cortesía de Lescay

Con un marcado interés en el dibujo, Alejandro investiga a través del carboncillo y el lienzo. Ejercicio que desde lo pictórico naturaliza y hace más orgánica su investigación. Utiliza además, el acrílico y la técnica Scratchboard para buscar el efecto preciso en la textura. Todo esto desde una paleta reducida que deviene en armonía visual.

IV

  • ¿De qué le sirve a un creador como Alejandro Lescay la técnica del acueducto?
  • ¿Qué importancia tiene esa maniobra?   
Alejandro Lescay/ Foto de Eugenio Pastó/Cortesía de Lescay

 El mundo de los artistas es interpretación. Tener la facultad para desnudar al otro tras la exégesis de lo que esconde, es un don poco común. El acueducto es la máquina para regular el agua/idea/concepto a gran escala. La llave por el contrario, es una maniobra que permite la regulación desde lo micro/lo preciso.

En esos bordes transita Alejandro y su obra. Conoce cómo atrapar un concepto y desplegar micro-acciones para nutrirlo de manera endógena. Encuentra la diversidad en lo singular de cada gesto. No desmaya en abrir o cerrar la llave para dar paso a sus contradicciones, luego se expresa. Sabe que la técnica del acueducto no es la reproducción mecánica del gesto, sino la vía consciente por donde circula lo que callamos. 

Alberto Lescay/ Foto de Eugenio Pastó/Cortesía de Lescay

  


Capítulo #7: Frank Lahera: el artista total (+ fotos y video)

  1. I

Making Off: El artista

El arte (verdadero) es pura experimentación. Nada que no lleve implícito una investigación de fondo, puede sostenerse en la creación contemporánea. Desde ahí nace la defensa del arte. Sin ingenuidades ni falsos significados.

  • El artista que mira por los bordes de su obra.
  • El artista como contenido para una metáfora.
  • El artista on-line/personaje/conflicto.
 

Para Frank Lahera O´Callaghan (Santiago de Cuba, 1988) el arte es lo contrario a lo reglamentado, incluso si dicha regulación la impone el propio arte. Su trabajo se basa en lo plural, lo interdisciplinario, lo colaborativo.

Hablamos de un artista que no descansa. Graduado primero de la Universidad de Oriente (Estudios Socioculturales, 2013) y luego de la FAMCA en su sede holguinera (Dirección, 2019).

Para un artista como él, la superación está implícita en la realización de su obra, la cual es un proceso de aprendizaje armónico.

Imagen del artista trabajando en el performance Bonsái junto al Grupo de Experimentación Escénica LA CAJA NEGRA

No es de extrañarnos entonces las distintas zonas de exploración que toma como suyas. Su labor es la del artista total. Todo lo que impulse a crear algo nuevo, o a resignificar algún contenido es terreno ambicionado por él.

Director de cine ante todo, también ejerce como guionista, editor, productor, diseñador gráfico, fotógrafo, video-artista, performer, y artista visual multidisciplinar.

Con el fin de canalizar todos sus materiales cinematográficos creó ProbetaFilms, su productora. Desde la cual ha concretado 28 materiales que responden a esa esencia multidisciplinaria que lo mueven.   

  1. II 

Un hombre, una cámara

Como director de cine posee una producción anómala con relación al circuito cubano. Los referentes más necesarios para él se encuentran en el cine impresionista francés, la nueva ola francesa, el cine underground norteamericano, el Dogma 95 danés, el movimiento del cine ensayo y del cine de contemplación. Todos vinculados a líneas de pensamientos de vanguardia, que son cardinales en su proyección como director cinematográfico. 

Cartel del filme Palabras para un suicidio

Cartel del filme Presencia

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Al recorrer su obra se pueden encontrar trabajos (que si bien son) de iniciación, ya marcan su necesidad de expresarse a través de un discurso atípico. Una pequeña selección de sus trabajos afirma lo antes dicho.      

+ de 3 (animación, 2012). Se trata de corto de ficción que tiene un ejercicio crítico hacia el uso y abuso del poder. Realizado con la técnica del stop motion, el material elude a un poder superado ideológica y físicamente tras la unión de los más damnificados. Lahera muestra el horcón fundamental de su obra: la experimentación.

A Destiempo (ficción, 2015). Es otro ejemplo digno de traer a debate. Un joven espera en un café. Tiene una cita con ella/con el tiempo/con la espera. Hasta que el tiempo hace su trabajo sin que nadie se lo impida. En este material aparece un elemento que será una constante en toda su obra: el tiempo.

Palabras para un suicido (ficción, 2015). Es una muestra donde poderosa, donde nace otra línea de investigación del artista: la existencia. José esta frustrado y llega a la conclusión de que no merece vivir. Decide quitarse la vida frente a una cámara, mientras se desahoga buscando la salvación.

IN-Timidad (ficción/ transmedia storytelling, 2019). Es su trabajo cinematográfico más ambicioso hasta la fecha. Nos muestra las relaciones interhumanas como epicentro de su exploración. El material es una storytelling donde se experimenta con la Narrativa Transmedia y los Nuevos Medios. Utiliza esos preceptos teóricos/artísticos y los adapta al contexto cubano. Busca un consumo más activo por parte de su público, y a la vez direcciona el diálogo hacia zonas importantes de su ensayo conceptual.

Videoarte Abducido

En este trabajo (que le sirvió como tesis de graduación en la FAMCA), Lahera se introduce en el cine expandido. Cada escena y personaje están en una pantalla individual, con el montaje paralelo. En esta propuesta el espectador tiene que ubicarse en el centro de las dos pantallas para poder seguir el transcurso del diálogo y la historia. Debe unir los dos acontecimientos a través de una activación física como los llamados “efecto ping pong o ventilador”. De forma que al culminar el metraje, el espectador puede sentir que es parte indisoluble del mismo, pues no puede dejar de estar lúcido y concentrado, ya que un detalle perdido provocaría la posible incomprensión de la historia.

III

Anatomía Intelectual

Cartel del cortometraje (In)Timidad

Varios son los puntos que caracterizan su obra: La experimentación, la obsesión con tiempo, la existencia, las relaciones interhumanas, el arte en los nuevos medios, el consumo del arte, la formación de públicos, y la adaptación de códigos contemporáneos en los preceptos del arte cubano.

La mutación de Frank Lahera O´Callaghan a otras experiencias creativa tiene su causa en sus necesidades materiales y estéticas. El cine es muy costoso y demanda esfuerzos que superan al artista como individuo. Una exploración eficaz ha sido para él, sus videoarte/video-danza/video-poesía.

Abducido (Videoarte, 2015). Es un material para exponer al hombre en medio de su dependencia tecnológica. Los ciudadanos están abducido por el ciberespacio, según el artista, esa condición regula la existencia/las relaciones/y el comportamiento.

El discurso cinematográfico es el hábitat natural de Lahera. Desde ahí se encomienda a una lucha por encontrar un lenguaje definitivo. Sus videoartes y cortometrajes abren el diapasón de la búsqueda y le exigen nuevas fórmulas.

Su afán por romper con las zonas pasivas lo vuelven performer. Necesita la acción, el contacto sensorial directo. Su trabajo como miembro del proyecto Fractura (2015-2019) es muestra indiscutible de su necesidad por ejercer el performance como práctica de lo real.

Performance escénico Nada =Todo (colaboración entre Ad Livinntum y Fractura

Su vínculo con otras expresiones y otros artistas lo sometieron a procesar el conocimiento desde ángulos distintos. Con Fractura hizo más de 20 performance, 10 exposiciones y diversas intervenciones públicas. Durante este período tuvo mayor contacto con la imagen. Entendiéndola como núcleo de sus atisbos creativos más consiente. Así encuentra una nueva aventura: la fotografía.

Evento de intervenciones públicas Cuerpo y Espacio organizado por la AHS en la filial Santiago de Cuba

IV   

Cuerpo & Espacio

Sus andanzas por el performance y su colaboración con acciones teatrales le han permitido entender el cuerpo y el espacio desde otra óptica. Se trata de dos territorios amplios y visibles en su obra fotográfica.

Ambas nociones son exploradas por Frank Lahera desde su contexto. El cuerpo como espejo del espacio y el espacio como lugar múltiple para la representación.

Emoticon popular (muestra de su expo Teatro de lo Cotidiano)

Personaje perseverante (muestra de su expo Teatro de lo Cotidiano)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ambiciona encontrar rostros. Se mueve en el teatro de lo cotidiano para encontrar la belleza. Atado a sus circunstancias se vuelve un poeta del lente y atraviesa el entorno. Su condición de performer le anula algunos resortes que serían evidentes para un fotógrafo común, pero le muestra luces donde los comunes hubieran asumido la muerte de la imagen.

Imagen del artista durante su participación en una obra del Grupo de Experimentación Escénica LA CAJA NEGRA

En la cosmovisión del mundo según su lente, Lahera nos iguala a la naturaleza/ nuestros desechos/todo lo que nos parece contrario y enfermo. Su mirada es infatigablemente humana y defectuosa. Una tesis sobre la belleza como tabla de salvación. Una tesis sobre la existencia que moldea la esperanza.

Angel metálico (muestra de su expo Teatro de lo Cotidiano)

Su entendimiento con las prácticas sociales alcanzan un nivel sensorial. Cada paisaje es una metáfora abierta. Su interpretación de los fenómenos socioculturales posee un punto de gravedad medio y se desplaza entre lo imaginario y lo habitual. Es fácil reconocer un estilo, una práctica consiente y desprejuiciadas de criterios estéticos anquilosados. Su obra posee signos visibles que lo caracterizan: la utilización de los grises/los objetos ordinarios/los cuerpos que se revitalizan dentro de la imagen/y la ejecución del arte como ejercicio problematizador.       

Estamos echo (…) Instalación en la expo Homenaje con Libre Acceso

No renuncia a la galería en su sentido espacial, pero su investigación lo llevan a una práctica de desalojo. El edificio para el arte como estructura social. El edificio para escenificar lo humano. Su presencia en más de 40 muestras expositivas confirma su interés por intervenir esa estructura.

Todo se hace simbiosis en el trabajo de Frank Lahera O´Callaghan. Nada escapa a un perfil estético que se rige coherentemente por un mismo ojo. Los elementos que utiliza como aliados poseen una sinceridad absoluta.

Su obra es un viaje que apenas empieza. Una búsqueda tensada por sus inquietudes y su proyecto de arte. Su peregrinaje conlleva a un ciclo infinito. En ese viaje la imagen se hace del hombre y el hombre se transforma en el artista total.


Connecticut en Holguín

El proyecto Arte y poesía está compuesto por artistas visuales y escritores que desde Stamford, Connecticut, Estados Unidos, insisten en el intercambio cultural entre nuestros países.

Vinieron por primera vez en los agitados días de las Romerías de Mayo en 2018 y ahora regresan como parte de las actividades que anticipan el aniversario 300 de la ciudad de Holguín.

Mayelín González (Mayole), artista visual nacida en esta urbe; Fabián Cortéz, pintor y poeta mexicano, y José Antonio Alcayaga, escritor guatemalteco, integran esta vez Arte y poesía. Todos forman parte de la amplia comunidad latina en Estados Unidos, pero priorizan la importancia de sus raíces latinoamericanas, cuestión palpable en sus obras.

Las miradas (atemporales) de Fabián Cortéz

Fotos: Wilker López.

Miradas. Tratado absurdo de lo temporal, exposición personal del mexicano Fabián Cortéz, se exhibe en las paredes de la galería de la Casa del Joven Creador en la AHS holguinera.

Fabián toma del dibujo y sus variaciones para conformar estas múltiples “miradas” y lo hace siendo, sobre todo, un mexicano que defiende la esencia más profunda y vital de sus raíces. Esas que son símbolos de toda una nación.

Fabián es, sin dudas, un buen dibujante, cuestión ligada, además, a su formación como ingeniero, pero su mérito principal no consiste en ello: sino en desbordar las posibilidades del dibujo y arriesgarse por otros asideros, también posibles dentro de los trazos y las líneas de sus piezas.

“Cuando traje mi primera exposición a Holguín llamó la atención la técnica de algunos de mis cuadros y es por eso que muchos están incluidos en esta nueva muestra. La idea era presentarlos otra vez en la ciudad y es muy probable que después en New York busquemos otra galería.

“Son 16 trabajos que muestran un arte muy conceptual y desde el punto de vista plástico, muy minimalista, con figuras muy puntuales. Las obras tienen símbolos muy recurrentes como esferas, colibríes, elementos que desde una mirada conceptual representan los ciclos de la vida, el movimiento, porque la vida la integran ciclos que se repiten, son cosas muy definidas”, comentó el artista en la inauguración.

Fabián se apropia de la tradición mexicana, pero con una visión contemporánea que lo hace explorar el cuerpo femenino y los movimientos de la danza; aquí la desnudes es asociada a la pureza, pero también al sacrificio, y palpamos cuestiones relativas a la naturaleza, la ascensión del ser, la libertad como conquista individual pero también social, colectiva.

“La propuesta de Fabián es muy abocetada: el dibujo es la base de todo, pero él se arriesga y coquetea con un dibujo que a la vez es desenfadado. Es emblemático que venga desde México y nos proponga su discurso: el arte tiene que ser sugestivo, sugerente, que lo complete el espectador”, comentó el curador y crítico Danilo López.

Miradas. Tratado… nos habla de identidad, permanencia, fidelidad, incluso de la necesidad de seguir siendo parte de una Latinoamérica unida, como asegura finalmente Fabián Cortéz: “Leemos y pintamos en español con los colores de nuestra tierra y hemos venido a representar también a nuestra comunidad, pues, aunque vivimos separados de nuestra tierra, seguimos siendo parte de ella y creo que Cuba es uno de los lugares que siempre ha sido bastante receptivo con la identidad latinoamericana”.

Café del Arte Joven, donde es posible la poesía y la amistad

Fotos: Wilker López.

Cuando José Antonio Alcayaga custodiaba La joven de la perla, del holandés Johannes Vermeer, que había viajado desde su sede permanente en la Galería Real de Pinturas Mauritshuis, en La Haya, Países Bajos, para integrar una muestra temporal en la neoyorquina Colección Frick, la musa, en forma de inspiración poética, parecía visitarlo a menudo.

Entonces, nos dice, escribía muchos versos, lo hacía casi a diario. Al parecer, la íntima mirada de la chica del turbante – quizá la más conocida de las piezas de Vermeer de Delft–, los labios a punto del diálogo, la típica tranquilidad barroca de la pieza, le inspiraban.

Pero antes, en su natal Guatemala, José Antonio había descubierto su vocación literaria: en el colegio sus amigos le pedían poemas y cartas para enamorar a las muchachas. Y al parecer acertaba con sus versos, pues sus compañeros acababan conquistándolas.

José Antonio Alcayaga visita Holguín como parte del proyecto Arte y poesía. Junto a él viene Mayole y Fabián. Todos pertenecen a la amplia comunidad latina en Estados Unidos.

Ella es holguinera, y él nació en el D.F. mexicano, pero desde hace 20 años se unieron en la vida, que es, de alguna manera, unirse también en el arte. Mayole y Fabián expusieron en las Romerías de Mayo del 2018 las muestras Retrospectiva 2016-2017 y Expresiones, en el Centro para el Estudio y el Desarrollo Sociocultural y el Centro Provincial de Patrimonio Cultural, respectivamente. Ambos regresan con otras muestras, expuestas en la Galería Holguín y en la amplia galería de la Casa del Joven Creador.

Como parte del intercambio cultural, además de las exposiciones, han compartido con creadores holguineros, como sucedió en el intercambio poético en el Café del Arte Joven.

“En Estados Unidos se suelen restringir ciertas áreas en cuestiones de cultura, lo que hace imposible que la comunidad latina interactúe entre sí. Pero en Cuba la cultura es como el pan de cada día, por eso es necesario abrir estos espacios”, comenta Cortéz.

“Es necesario pelear con las palabras, con la letras…”, añade José Antonio Alcayaga, para quien Cuba era un sueño, hoy palpable gracias al intercambio. “Desde pequeño siempre quise venir, pues mi abuelo era de origen cubano, pero todo llega a su tiempo”.

“Me enamoré de Holguín”, subraya antes de leer Mi querido Holguín, escrito la noche anterior. Fabián comparte “un poema que intuye mucho dolor”, de su libro Adentro.

Por la parte holguinera, entre otros asistentes, compartieron el escritor Ronel González, quien leyó varios de sus poemas, y el humorista Onelio Escalona, miembro del dúo Caricare. Y así fue llegando la noche en la intimidad claroscura del Café, entre anécdotas, poesía y amistad, para reafirmar que América es una sola.


Fiesta de la Cubanía: sello de identidad cultural

Caminar por las calles adoquinadas de la Plaza del Himno en la ancestral ciudad bayamesa, alzar la vista y encontrar —colosal e imponente— el campanario icónico de la patrimonial urbe justo al pórtico de la Iglesia, contemplar orgullosos la parroquia de San Salvador y saber que cada esquina de la villa fue testigo, hace ya 150 años, de la historia del nacimiento de nuestro Himno Nacional estremece y, sobre todo, emociona tanto al ignoto visitante como al más raigal cubano.

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Como capas de un posible palimpsesto

La exposición personal Capas, del joven dibujante Ramón Jesús Pérez de la Peña, expuesta en la sala principal del Centro Provincial de Arte de Holguín, se nos muestra como las múltiples “capas” de un antiguo palimpsesto que nos permite adentrarnos en aquello que ha sido “grabado nuevamente” y observar las múltiples variaciones de una pieza.

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