escritora


«Debían morir y yo les di vida»

Su obra La que debe morir ganó el premio Reina del Mar Editores, que otorga la AHS de Cienfuegos. A pesar de residir en Canadá, no ha cejado en su afán de escribir. Luego de incursionar en poesía y narrativa, precisamente en relato, género con el que obtuvo el premio en cuestión en 2017, se le publica el libro. Sobre él y aspectos de su vida literaria nos habla en esta entrevista la escritora cienfueguera María Karla Águila Díaz (1995).

¿Cómo llega María Karla a la escritura?

Creo que la escritura en mi vida comenzó con la lectura. Sin embargo, no fui una niña lectora. Por supuesto, ahí estuvo Martí con La Edad de Oro, pero, fuera de las lecturas obligatorias de la primaria, no hubo otros libros, solo mucho teatro y danza. Después, mucho tiempo después, vino el amor y conocí la poesía de Dulce María (Loynaz) en sus Poemas sin nombre. Hubiera querido escribirlos. En algún momento me llené de valor y empecé a escribir poemas de amor muy cursis, para imitar los de Dulce. Cuando estaba en el preuniversitario, la hija de una profesora me presentó a Ariel López (El Gato). El Gato me enseñó a leer, por así decirlo. Y desde ahí la vida me cambió. Mientras leía, seguía escribiendo poemas y cuentos. Luego vino Ian; él me enseñó a confiar en mí. En su compañía escribí los dos libros que hasta ahora se han publicado.*

Tengo entendido que eres miembro de la AHS de Cienfuegos. ¿Ganar su premio Reina del Mar Editores en 2017 te permitió integrar su membresía o ya formabas parte de esta institución?

Llegué a la AHS antes. No recuerdo en qué año exactamente. Sin embargo, sí recuerdo que fue con un poemario que escribí en el taller literario que ofrecía Ian. El cuaderno se llamaba Adagios de una Isla. Esos poemas los deseché, pero algunas de sus imágenes luego formaron parte de Punto Rojo

¿Qué caminos anduviste hasta concertar los cuentos reunidos en el volumen premiado?

Los textos fueron concebidos en casa de Ian. Yo escribía sin parar. Llegaba de la universidad y me sentaba a la mesa a escribir. Ian me alimentaba, me hacía café y me compraba los cigarros. Pudiera decir que, en menos de un mes, ya había terminado todos los cuentos. Llegaron así, apresuradas, estas mujeres que debían morir o ser condenadas de alguna manera por la sociedad. Debían morir y yo les di vida. Resultó fácil hablar de ellas y hacerlas hablar; más que fácil, divertido.

En tus cuentos se percibe determinado realismo en el tratamiento de las situaciones y en los personajes. Incluso, por momentos se podría hablar de demasiado detallismo en la narración.

Si en mis cuentos hay cierto realismo o no resulta, en el momento de escribirlos, poco relevante. De hecho, nunca pienso en quién va a contar la historia o qué detalles son imprescindibles. No funciona así en mi caso. Voy por la calle y pienso en algo; entonces, eso me atormenta. Puede ser una frase, un nombre o un final. Cuando el tormento es demasiado, tanto que me impide hacer mi día, lo llevo al papel. De esta manera, el cuento sale solo. La que debe morir se escribió rápido porque eran historias que tal vez estaban reprimidas. Normalmente, la idea de un cuento me visita varias veces en mi mente. Sin embargo, cuando me siento a escribirlo, todo se va tejiendo en la hoja como dictado por otra persona.

Como mismo el realismo, el tratamiento de estas mismas situaciones y actitudes de los personajes me hacen recordar a Émile Zola y Guy de Maupassant** y el naturalismo que practicaron. ¿Hay cierta influencia explícita en tu prosa nacida de lecturas muy personales o de estos propios escritores franceses?

No podría decirte, específicamente, el autor que haya marcado más mi manera de escribir. Sin embargo, por supuesto que hay cubanos. Escritores muertos como Virgilio Piñera, y vivos como Marcial Gala. Los escritores franceses no me han visitado tanto como crees. Sin embargo, ellos han influenciado autores que me han influenciado a mí. Pudiera decirse que, en este mar angustiado de influencias, he recibido algo de ellos de manera indirecta.     

Punto rojo, perteneciente a la joven perlasureña María Karla Águila Díaz, título merecedor del premio El girasol sediento, de la AHS en 2017.

Los relatos de La que debe morir sorprenden por su brevedad, agilidad de la prosa y por su ingenioso final. Y si mal no recuerdo, cuando te otorgaron el premio por esta obra, el jurado señaló lo corto de las narraciones y te aconsejaron que podías desarrollarlas más.

Está bien que las personas expresen lo que sienten. Es como decirte que tu cabello lucía mejor cuando lo tenías largo. Cuando recibo una crítica, reflexiono, pero eso no significa que iré corriendo a cambiarlo. En mi caso, yo nunca cambié los cuentos. Nada más que decir.

¿Por qué elegir acciones crueles por lo que las decisiones de tus personajes los muestra negativos? ¿O acaso están siendo sinceros consigo mismos?

Mis personajes hicieron lo mejor que pudieron según sus maneras de ver la vida. La reflexión pudiera estar si uno hubiera hecho lo mismo. Si tu novia hace todo lo posible por tener sexo contigo cuando tu hermano está presente, ¿no la empujarías? Si tu perro está muriendo ahogado, ¿no le harías un masaje cardiaco externo? Responderías que tal vez no o que depende de las circunstancias. Por mi parte, conté eventos que me parecieron interesantes. La vida está llena de conflictos, situaciones horribles, eventos traumáticos; no tenemos ni idea. Por eso, la gente cree en lo que lee; la realidad supera la ficción, en mi opinión. 

Según conozco, tu primera obra fue Punto Rojo, poesía, así como otras producciones anteriores a la que Reina del Mar Editores hace ahora con La que debe morir, la primera entrega narrativa. ¿Hay una gran sima entre la María Karla poeta y la narradora?

La Karla poeta y la Karla narradora son las mismas. Nunca me he dicho «estás narrando, así que no debes construir imágenes». Me sale natural. Empecé a escribir poemas y cuentos casi de manera simultánea. De hecho, creo que los dos libros ganaron en el mismo año; pero, por problemas editoriales, salieron separados. Siempre escribí poemas y cuentos. Ahora, si me preguntas, me siento más narradora que poeta.   

¿En qué estado está tu carrera como escritora, dado que resides en otro país, y eso te coloca fuera del ámbito artístico cienfueguero? ¿Estás al tanto del desarrollo de la AHS y de los noveles escritores?

Vivir en Canadá me ha separado indudablemente de la AHS. Cuando voy a Cuba, visito a mi familia y amigos, pues no hay tiempo para más. Sí pertenezco todavía a la organización y cotizo cada año en ella. Salgo en sus publicaciones, por ejemplo, en el boletín La última playa. Trato de mantenerme al tanto de lo que se hace en la organización porque muchos de sus integrantes son mis amigos.

Por otro lado, pienso que es importante que la gente joven siga escribiendo o, al menos, se interese por la literatura. Ian tiene una tropa de muchachos bien motivados que hace hasta competencias. No creo que se deba escribir todo el tiempo, como si fuera un oficio. Ya dije una vez en otra entrevista que, para mí, escribir no es necesario. Es un acto de placer, placer de liberar gente que vive en la cabeza de uno; es entretener y hacer reflexionar a quien lee.

*La que debe morir y Punto rojo. Textos de narrativa, cuento, y poesía, respectivamente.

** Escritores franceses del siglo XIX. Ambos formaron parte del círculo de Medan, liderado por Émile Zola. Los integrantes de este cenáculo postulaban y practicaban una creación naturalista.


«En Rostros está la magia»

El escritor es un artista que expresa en sus obras literarias lo que el pintor hace en su lienzo, lo que el fotógrafo capta con sus ojos mecánicos, lo que el actor expresa con su cuerpo.

Tal vez nuestra cercanía disfraza lo trascendental de su obra ante mis ojos. La reciente publicación de su primer libro “Rostros” desató en mí esa sed periodística de indagar, descubrir y compartir. Una genuina joven santiaguera, mujer de avanzada, y no sólo en la literatura, es Lisbeth Lima Hechavarría. 

De bióloga a escritora en Santiago de Cuba

cortesía de la entrevistada

En mi vida siempre primero fue el arte. Ni siquiera la literatura, sino el arte en toda su expresión. De niña quería ser bailarina, bailar me apasiona, me relaja, incluso me ayuda a encontrar la inspiración. Luego la música me cautivó por completo y comencé a tomar clases de canto. Formé parte durante un tiempo del prestigioso coro Orfeon Santiago bajo la dirección del maestro Electo Silva.

Ya en la secundaria la literatura fue ganando terreno, pero no me aparté nunca de la música ni las demás manifestaciones del arte, incluso en noveno grado intenté entrar en la Academia de Teatro Joaquín Tejada. Recuerdo que convencí a mi madre después de mucho diálogo, que casi siempre terminaban en un clásico “te dije que no”, y me llevó a hacer las pruebas, pero no fui seleccionada.

Aquello no amilanó mis ganas de ser artista, sino todo lo contrario, aunque nunca me aparté de los estudios, por ello seguí cursando el pre universitario, comencé entonces las clases de guitarra en la Lauro Fuentes y junto a mi amigo Yohan Bulgar Munder, hoy arreglista musical, compositor y bajista del grupo D’Nova, pasé a formar parte de un grupo musical de aficionados con el que nos presentábamos los fines de semana en las actividades de la ciudad y algunos jueves o viernes en la Casa de la trova. Fue una etapa linda que disfruté muchísimo.

A los 17 años escribí quince páginas de una historia (hoy proyecto de novela) para entrar al Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso, convocatoria que conocí gracias al maestro Reynaldo García Blanco en su taller de los sábados: Aula de poesía. Nunca antes había ni siquiera tecleado en una computadora mis creaciones, y en una de las salas del Palacio de Computación preparé aquellas cuartillas de Reencontrándome para la Onelio. Ya por aquel entonces había terminado de escribir Alexa, a los catorce años, mi primera obra. La emoción que sentí cuando supe que había quedado seleccionada, fue inmensa. Comenzaba a sentirme parte de algo dentro del mundo literario.

cortesía de la entrevistada

La Biología fue algo con poco tiempo de análisis. Digamos tal vez un año antes de las pruebas de ingreso a la universidad. Quizá unos meses más, pero poco en comparación a mi vocación por el arte. No obstante, sentía que de todas las opciones que ofrecían los estudios en el nivel superior, las ciencias me apasionaban, a pesar de las matemáticas. Las letras también, pero no les auguraba un futuro próspero en Cuba a las ramas sociales y humanísticas, proyectaba menos lúcida esa opción a pesar de mi amor por la literatura, además de que siempre me ha gustado ponerme retos y superarme constantemente así que hacer bifurcar mis vocaciones sería sólo el comienzo de ello. 

Hoy felizmente soy Licenciada en Biología por la Facultad de Ciencias Naturales y Exactas de la Universidad de Oriente en Santiago de Cuba. Trabajé biodiversidad los primeros tres años de la carrera, luego comencé a especializar en Antropología Física y es la línea investigativa que trabajo y en la que realizo la maestría y proyecto el doctorado.

Lo que sí puedo asegurar es que ambas profesiones me apasionan inmensamente y me creo capaz de poder llevarlas a la par. Tal vez un día me toque decidir, pero por el momento espero seguir siendo can de varios trillos.

La Asociación Hermanos Saíz y sus oportunidades

A la AHS entré en abril de 2016. Una vez terminada la Onelio (2014) y avanzado un poco la creación literaria, quien por aquella época fuera el Jefe de Sección de Literatura: el amigo y colega Rodolfo Tamayo Castellanos, me habló del crecimiento y me creyó con potencialidades para integrar las filas de la organización. Desde entonces puedo admitir que he sido estimulada como creadora en numerosas ocasiones con la invitación a eventos dentro y fuera de la provincia, a peñas literarias, he formado parte del programa de la Feria Internacional del libro y de programas colaterales de otras importantes actividades en la ciudad.

cortesía de la entrevistada

Como parte de los objetivos implementados para la promoción de los asociados he contado con capsulas promocionales y siempre con la bienvenida para la realización e integración a novedosos y entusiastas proyectos. Tal es así que hoy cuento, entre otros, con el proyecto de espacio literario El Escriba, peña y página web que ayuda a la promoción y comprensión de los géneros literarios en Cuba, así como de sus principales exponentes, a través de entrevistas y debates temáticos.

Ser miembro de Asociación que integra a la joven vanguardia artística en el país es y siempre será un honor para mí pese a cualquier contratiempo. Sentirnos parte de algo que mueve los sentimientos de una nación, como lo es el arte, siempre valdrá la pena, y por ello hoy, en mis funciones desempeñadas como Jefa de la Sección de Literatura y actual Vicepresidenta de la filial santiaguera, siento que puedo retribuir un poco de todo ese apoyo que he recibido e impulsar la carrera artística de muchos otros desde el apeo al funcionamiento orgánico de la institución.

Madre, esposa, hermana, hija, escritora, editora, antropóloga, vicepresidenta… ¿Cómo te la ingenias para llevar todo a la par?

cortesía de la entrevistada

Me las apaño. No sé cómo, la verdad, pero lo consigo. Sobre todo, con mucha disposición, mucha fuerza de voluntad, mucho amor por lo que hago. Decirte que lo llevo fácil sería a todas luces una gran falacia, me cuesta, me cuesta mucho, pero siempre pienso en que nada se logra sino con sistematicidad y entrega. «Constancia es resultado», me dice siempre un buen amigo.

Ser madre desde hace un año y medio me ha impuesto retos adicionales con los que he tenido, como toda mamá trabajadora, que aprender a lidiar. Todos sabemos lo que impone la responsabilidad de una casa, la familia, quien también demanda atención, sobre todo en los tiempos que corren, tan convulsos, tan sufribles… pero siento que el trabajo es mi vía de escape; que yo no lo llamaría trabajo, un poco por los significados de impostura que se le han asignado a ese término, pues lo que hago me genera un inmenso placer, me siento dichosa al poder desempeñarme en lo que me gusta, poder vivir de las profesiones para las cuales estudié. Puedo decir sin miedo a equivocarme que ese privilegio no todos lo conocen.

En esto de ingeniármelas para repartirme las funciones, pues también creo que juega un papel importante el que me he acostumbrado a trabajar bajo presión. Ya no sé hacerlo de otro modo. Dicen que todos tenemos mañas, una especie de rutina, a veces hasta morbo a la hora de escribir, de crear, en mi caso ya es ese: el trabajar bajo presión. Escribo en las notas del móvil mientras balanceo al niño a las doce de la noche, mientras remuevo el sofrito de los frijoles, me ejercito mientras le invento historias al niño y aun cuando no estoy frente al papel en blanco igual estoy creando. Busco en cada cosa que hago retazos de historias.         

Rostros y las publicaciones anteriores…

cortesía de la entrevistada

Siempre me será infinitamente grato volver a las páginas de mi primer libro publicado y redescubrirme en ellas. Los cuentos compilados en ese volumen llevan mucho de mí, la mayoría tienen más de seis años. Significan inicio, crecimiento y por qué no, también escuela. Rostros tiene la magia, diría yo, de hacer que nos miremos desde adentro. A fin de cuentas, sus personajes no son más que el reflejo de nosotros mismos en situaciones cercanas, situaciones que escuchamos en boca de uno, de otro, que nos llegan y nos conciernen a veces más de lo que creemos o queremos admitir. Erotismo, sexo, amor, desamor, es el convite entre esas páginas, donde pongo fin a una etapa creativa inicial de mi carrera como escritora y doy paso, feliz ante lo concebido, a una nueva fase escritural.

Respecto a mis otras publicaciones: desde mediados del pasado año 2020 hasta la fecha no han sido pocas todas las publicaciones que he logrado obtener. Ya sobrepasan las veinte y cinco, entre cuentos, poesía, artículos, reseñas y entrevistas en disímiles revistas de México, España, Colombia, Ecuador, EE.UU etc. Ha sido una etapa muy fructífera. También he logrado publicar en revistas cubanas como Claustrofobias, Isliada, El Caimán Barbudo y La Jiribilla, y eso me ha hecho muy feliz. 

Hablemos de tu peña literaria El Escriba

Una mañana de julio del pasado año el presidente de la filial santiaguera de la Asociación Hermanos Saíz, Juan Edilberto Sosa, me contactó para ayudar a idear algunos proyectos con el fin de retomar en la etapa postcovid la vida orgánica de la organización y levantar de nuevo la programación en la sección de literatura. Así surgió la Peña Literaria “El Escriba”, espacio concebido para la apreciación y promoción de escritores y sus obras, siempre debatiendo sobre un género o subgénero literario distinto a través del intercambio con los principales exponentes jóvenes del país, la cual tuvo su primera edición en agosto y se mantiene mensualmente siempre los primeros viernes de cada mes a las cinco de la tarde.

cortesía de la entrevistada

Desde el mes de enero del presente año, ante la agravante situación epidemiológica en la provincia y luego en todo el país, nos ha tocado reinventarnos la programación de la Asociación desde las redes, y como siempre digo: debemos aprender a sacar de todo, incluso de lo malo lo mejor, por ello siento que esta etapa nos ha hecho crecernos.

El Escriba no se ha quedado atrás, ya este mes de marzo será la octava edición del espacio y la tercera realizada de forma online, lo cual ha sido una experiencia enriquecedora que me ha permitido llegar a un público más amplio y diverso con el cual la interacción a través de las redes ha sido fortuita y retroalimenta la peña de un modo muy dinámico a través de entrevistas por video llamadas y streaming subidos directamente a la página de Facebook de la peña, y luego compartido y reseñado en todos los demás espacios de la AHS de Santiago de Cuba.

Hasta el momento escritores de la talla de Rodolfo Tamayo castellanos, Juan Edilberto Sosa Torres, Yunier Riquenes García, Yansy Sánchez, Reynier Rodríguez, María de Jesús Chávez Vilorio, Abel Guelmes Roblejo y ahora en marzo, dedicado al Día internacional de la mujer, la joven y multilaureada escritora habanera Barbarella D’ Acevedo será la próxima invitada. Realmente me siento muy feliz con los resultados del proyecto y agradezco a la Asociación Hermanos Saíz por la oportunidad de llevarlo a cabo bajo su producción y asesoría en materia de comunicación.

Proyecciones futuras

Trabajo en dos proyectos de libros, que como ya mencionaba al inicio de la entrevista, no tienen mucho que ver con este libro inicial Rostros, es el caso de un compendio de cuentos que posiblemente lleve el título de su primera obra: Cifras, sobre historias de vida y muerte en varias partes del mundo durante tantos meses de pandemia. El otro en proceso creativo es un proyecto de cuentos que hacen alusión a enfermedades mentales raras el cual tentativamente puede llamarse Nece(si)dades, nombre del segundo relato.

cortesía de la entrevistada

Matices de Vida, mi tercer libro, está bajo evaluación editorial en México, ojalá y sea positivo el dictamen. También estoy a la espera impaciente de que salga ya al mercado De amor y otras aberraciones bajo el sello editorial Letra Latina. Estoy terminando de editar ahora el que sería mi cuarto libro: Bestias Interiores, para el cual acaban de mandarme una propuesta editorial en Ecuador, con contrato anexado para posibles reediciones traducido al italiano, el inglés y el rumano.

Las plumas que entre sus dedos desliza, su inseparable compañera, la tinta, y entre hojas, entreteje historias fascinantes que asombran a un lector sediento, como yo. Cada día nos impresiona más, nos transporta a un mundo mágico lleno de fantasías y de tantas historias que nos enriquecen la vida.

Gracias Lisbeth, en tus obras has expresado los sueños, vivencias, ilusiones e inspiraciones de tu vida y la de otros, expresiones que perdurarán a través del tiempo y que se quedarán en los libros que pasarán de una generación a otra, aunque siempre afirmemos que En Rostro está la magia.

cortesía de la entrevistada

cortesía de la entrevistada


De Los años del silencio, de Elaine Vilar

No hay un personaje de Los años del silencio que no cautive y permanezca.

Kiandara niña. Pajarito de un padre que de dulce solamente tenía la sangre y que después de quemar su niñez en forma de muñecas está  destinada a convertirse en pájaro de un marido que ella no eligió. Kiandara Reina. Ave rapaz que todo lo destruye pero que esconde, bajo los polvos de arroz, su sed de ternura.

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Te celebro y te canto Mario Benedetti

Conocí a Mario Benedetti de forma casual en la mañana del 17 de mayo de 2009, conocí su fallecimiento y significación poética, ensayística, teatral, novelística y literaria de su obra, que abarcó disímiles temas como el amor, la muerte, la vida, las mujeres, el hombre, el pueblo, el montevideano de clase media, la Revolución cubana. Vino a florecer en mí ese sueño utópico de ser escritor-ensayista, poeta. Ese deseo de dibujar versos en un papel, en una imitación humilde a los primeros poemas suyos que mis ojos tocaron y fomentaron esa osadía de celebrarte con las palabras maestro y guía.

Recuerdo como si fuera ayer descubrir tus Poemas de la oficina, la novela la Tregua, el primer encuentro con la escritura coloquial de tu magno trabajo que ha sido traducido a más de 20 idiomas tocando puerta a puerta la sensibilidad del hombre y mujer común, reafirmando que tu poesía es pueblo y fecunda sencillez que no necesita de tus detractores académicos que han querido encasillarte nombrándote como un poeta menor.  

Quien ha leído y estudiando su obra reconoce esa perseverancia de escribir, releer, editar los manuscritos buscando la perfección. Y que no sería hasta su octavo libro cuando alcanzaría llegar a ese público joven que lo consagraría como uno de los escritores latinoamericanos más leídos y editados internacionalmente debido a la generosidad de brindarle al lector emociones, plantearle interrogantes, trasmitirles la luz que necesita la poesía y que otros autores no han sabido explotar enmarcándose en métodos académicos de selectos grupos que no representan el canto general de los lectores.

Mi compromiso es con la literatura y la memoria de un escritor pertenece a sus lectores expresos. Benedetti reconoce la sinergia que debe existir entre el escritor-literatura y el lector. La unidad dialéctica de estos factores está implícita en su labor literaria y ahí radica su legado, su leyenda. Este año 2020 se cumplirá 100 años de su nacimiento (Paso de los Toros, 14 de septiembre de 1920-Montevideo), tierra de grandes escritores que te acompañaron en la generación del 45 como integrante indiscutible e insoslayable a la memoria de los leyentes. 

Cuba, como segunda patria, conoció sus pasos y ese vínculo afectivo con Casa de las Américas al ser miembro del Consejo de Dirección de Casa de las Américas y fundador del Centro de Investigaciones Literarias de la institución en 1968. Tu accionar como exiliado uruguayo en Cuba marcaria para la historia el amor incondicional y recíproco con los intelectuales y lectores cubanos, que agradeceremos por siempre su presencia y compromiso con la Revolución cubana.

La escritora Nancy Morejón, Premio Nacional de Literatura, expresaría sobre Benedetti:

«Tanto hemos aprendido con Mario que los que hoy cantamos y escribimos, con su lengua hablamos. Mario no asimila retóricas posibles por eso es que no cabe, no puede ser tronchado en partecitas para ser entregadas a un Olimpo de dioses trasnochados. Mario viviendo con su asma, con esa misma Luz en un breve balcón, escribiendo poemas sin cesar, burlando el rastro de sus fracasados perseguidores, oyendo siempre el grito ahogado de aquel torturador, disfrazado de fantasma azul. Mario, triunfando siempre con la verdad en la mano y, escondido, tal vez, en el capítulo inicial de una novela inconclusa donde lo espera, sentada, la marioneta de trapo con la que Gabriel García Márquez quiso pintar un poema de Mario con un sueño de Van Gogh… y sobre las estrellas montevideanas… un 17 de mayo de 2009. Ahora, sus lectores vamos a entrar, con mucho gusto, en los preparativos de su primer centenario.»

El mejor homenaje en su centenario es releerlo con la promesa de hacer un trato codo a codo con su obra. Con la estrategia simple de siempre necesitarlo.


«Trato de complacerme como lectora»

Evelin Queipo es esa joven que se mueve por varios campos dentro del extraordinario mundo de la literatura. Nacida en Camagüey ha sido ganadora del Premio Celestino de Cuento en Holguín con La Máquina de recordar, así como de otros importantes reconocimientos.

Sin embargo, su sencillez trasluce su talento al escribir. La dirección de la Editorial Ácana es un vehículo eficaz que le posibilita seguir construyendo puentes.  

–Coméntame un poco acerca de los libros recientemente publicados por la editorial Ácana…

Presentaremos Kukuy no quiere perder el tiempo; es una historieta de Ángel Velazco. Es una saga y tiene la particularidad de que fue concebida a líneas sin colores para que los niños puedan colorear la historieta, ajustándose al sistema de impresión que tiene una editorial territorial. Tenemos también Cuentos Patatos, libro de Niurkis Pérez García, una escritora camagüeyana que ha tenido mucho reconocimiento entre ellos Puerta de espejo, que es el Premio más importante que otorga la Biblioteca Nacional. Es una reedición a color y ha sido muy trabajado por los narradores orales.

tomada del perfil de facebook de evelin queipo

–Ya eres una escritora con varios premios importantes, ¿cómo es tu proceso creativo?

Me he propuesto firmemente, más que una narradora, poeta o escritora para niños, ser una escritora, y en ese sentido trabajo todos los días. Por eso trato de conquistar géneros, formas escriturales que no había explorado antes. Entonces cultivo varios géneros aunque siento esta preferencia por la literatura infantil, pues siento que es la que me permite hacer realmente una labor formativa con el lector.

–¿Escribes partiendo de la niña que está todavía, de la niña que fuiste o de la niña que construyes?

Mi universo lectivo en la infancia versaba fundamentalmente acerca de textos donde el niño es el héroe. No un Julio Verne, no otros autores que partían desde un universo adulto y le servía al niño para su entretenimiento, más bien me gustaba un Pipa medias largas, un Tom Sawyer que eran niños héroes, protagonistas audaces en su aventura.

Entonces casi siempre construyo historias así, donde trato de entretener la niñez que tuve. También los textos que hubiese yo querido leer y no estaban a mi alcance; tal vez porque no se habían escrito, pero más seguramente porque simplemente no tuve acceso a esa literatura.

Entonces trato de complacerme como lectora solo desde el motivo, porque desde el tema, desde el tratamiento de un valor de formación sí me gusta que haya cierta didáctica escamoteada y casi invisible dentro de cada texto. Ahí sí lo miro con la frialdad del adulto que quiere educar, que quiere instruir, que quiere formar un individuo capaz de ser independiente y de tener una serie de valores, insisto siempre, que son los que deben estar en cualquier sociedad que prepara un adulto para el futuro.

tomada del perfil de facebook de evelin queipo

– ¿Conversa la poesía, la literatura infantil y la narrativa en ti? ¿Se trastocan? ¿Cómo juega Evelin Queipo con ellas?

Es complicado. Hasta que aprendí las reglas para la poesía solo escribía narrativa. Me resultaba relativamente fácil construir un texto narrativo, aunque eso no quiere decir que lo hiciera bien. Pero bueno creía poder hacerlo con cierta facilidad.

Después que conocí la poesía, o sea, una serie de elementos que conocí desde el punto de vista teórico tales como el hemistiquio, la sílaba métrica, en fin, las cuestiones de la rima, ya me es difícil. Es como quitarse el abrigo despacio, escribir la narrativa y entonces ponerte el traje de la poesía. Y a veces entre un proceso creativo de narrativa y de poesía pasan años, porque es difícil desprenderse de la poesía después que uno la conoció.

–¿Cómo es la lucha contra el papel en blanco?

Ya no, ya lo tengo como hábito y como oficio. El horario del que pueda disponer en mi apretada agenda de trabajo y de madre, me siento a llenar el papel. La idea se ha ido cocinando a veces meses, a veces horas, a veces años, y la plasmo. Porque también hago radio y requiere de oficio. Puedo no tener deseos o la musa, pero definitivamente hay que llenar la página.

–¿Cómo la radio alimenta tu vocación como escritora?

tomada del perfil de facebook de evelin queipo

En la emisora provincial Radio Cadena Agramonteescribo una revista cultural, que se transmite de 1:30 P.M. a 3:00 P.M., de lunes a viernes. Tiene un nivel alto de audiencia y escribir cada uno de esos guiones me toma hasta cuatro horas al día. Pero me ha permitido una superación tremenda.

Estar en la radio es aprender a redactar de una forma increíblemente útil para escribir cualquier género literario. Además, la búsqueda de temas que puedan ser interesantes, agradables a un público en su mayoría de la tercera edad, te permite explorar muchas cuestiones interesantes.

La radio me enamoró hace seis años y aunque todo conspira y es antagónico al proceso de creación, uno siempre trata de ir colando esos intereses personales que uno cree que tiene el oyente.


Rechazo la idea de la inmovilidad

La idea de hacer esta entrevista surgió a partir del éxito editorial que mantiene la joven escritora cubana Elaine Vilar Madruga. Es un hecho raro que alguien publique un libro tras otro en nuestro entorno literario, y ella incluso va más allá de nuestras fronteras y empieza a ganar terreno en editoriales de Canadá, Italia, Estados Unidos, Chile y otros países.

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La metralla poética de Zulema Gutiérrez

La joven escritora holguinera Zulema Gutiérrez Lozano obtuvo con su cuaderno Metralla el Premio Nacional de Poesía Adelaida del Mármol en su 30 edición. Tras un debate minucioso, los miembros del jurado coincidieron por unanimidad otorgar el galardón a “un libro que busca conseguir un lenguaje personal que con desenfado y eficacia le permita abordar sus asuntos”.

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Martha Acosta y la narrativa como adicción

Martha Acosta Alvarez (Sibanicú, 1991) sabe que detrás de cada triunfo literario hay horas de trabajo dedicadas a la escritura y la corrección, y muchas emociones sumergidas en el acto creativo. Ello lo confirma su reciente Premio Calendario con el libro Paraísos perdidos y el Celestino de Cuento, auspiciado por Ediciones La Luz, con Cuarenta días y cuarenta noches.

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Premio Guamo 2017 para la joven escritora Yecenia Ramírez Sosa

El 2017 fue un año exitoso para la joven escritora guantanamera Yecenia Ramírez Sosa: publicó su libro Coleta corazón de papel por la editorial El Mar y la Montaña, obra teatral con la que estuvo presente en la Feria Internacional del Libro en La Habana; Ediciones La Luz edita otro de sus libros, destinado también al público infantil; el Proyecto de Promoción Literaria Grafomanía, que Yecenia coordina, organizó el IV Premio Abriendo Puertas, único concurso internacional que se realiza desde Guantánamo, que obtuvo, además, varios reconocimientos, entre ellos el Premio Memoria Nuestra, en las Romerías de Mayo…

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