Tomado del Periódico26.cu
Desde la clausura del Tercer Congreso de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) la noticia circula por todas las plataformas mediáticas posibles: la escritora tunera Liliana Rodríguez forma parte de la recién electa presidencia nacional de esa organización.
Es la primera vez que un creador de esta provincia se integra a la máxima dirección de la joven vanguardia artística cubana. Por eso, en el breve regreso a casa de la ahora vicepresidenta de la AHS, 26 Digital halló la excusa para el diálogo.
«Pienso que la elección fue más por mi trabajo en Puerto Padre, que por el tiempo en la presidencia provincial. Resulté electa este mismo año. Acá fueron solo cuatro meses de labor. Creo que a pesar del poco tiempo, mi equipo y yo trabajamos bastante en función del arte joven y del cumplimiento de la política cultural de la nación. Tuvimos muy buenos resultados en los eventos y las actividades organizadas.
«Durante dos años me había desempeñado como coordinadora de la célula de la AHS en la Villa Azul, presidí el hacer allá. Hicimos muchas cosas. Lo mismo eventos, la construcción de la Casa del Joven Creador y ya tenemos una sede decorosa. Considero que eso contó para llegar hasta la boleta y ser electa por la membrecía del país».
Al asumir un cargo de dirección muchos artistas se encuentran en la encrucijada del tiempo para dedicar a la creación personal, ¿no le tienes miedo a esa realidad?
«Los días del Congreso fueron muy intensos. Teníamos la cabeza en constante traslación, generando proyectos e ideas. Y creo que en ningún momento dejé de improvisar. En cada espacio que había, cantaba, estaba concibiendo algo. Esa es la cuestión. No dejar de hacer.
«Ahora voy a estar mucho más vinculada con la creación artística. No solo de mi género, sino de otros. Voy a poder intercambiar con artistas de toda Cuba y de cualquier tipo de trabajo dentro del gran ajiaco que es la cultura en el país.
«Además, si no tienes una obra que de verdad te comprometa con lo que haces y los demás no puedan ver en ti una guía, un referente, definitivamente no puedes dirigir bien de ninguna manera.
«Nunca podré dejar mi arte en segundo plano. Si un día hago eso no seré la buena dirigente que se espera de mí. Lo primero que debemos tener claro para asumir una labor como esta de guiar artistas es que el arte tiene que estar en primer lugar».
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