Viaje a la fantasía

Es la juventud el relevo, en esta etapa de la vida los artistas crean con ímpetu sus obras. En la literatura, por ejemplo, casi todos comienzan a esbozar sus primigenios poemas, cuentos o novelas antes de cumplir las 35 primaveras.

No fue diferente para Abel Guelmes Roblejo, quien ya anda con paso seguro en la narrativa. A pesar de su corto bregar en el mundo de las letras, ha tenido el placer de recibir dos galardones en concursos especializados: el primero fue el de la revista Juventud Técnica, en el año 2017, con un cuento de ciencia ficción; el segundo, el Oscar Hurtado, hace dos años, en la categoría de fantasía. Su último y no menos importante lauro fue el premio La Gaveta, del año pasado –un certamen organizado por la revista homónima, de la Asociación Hermanos Saíz en Pinar del Río, y no especializado en estos subgéneros–, en el apartado de cuento.

En entrevista exclusiva con BOHEMIA nos habla sobre sus primeras experiencias en el mundo de la creación literaria, así como sus éxitos actuales; la importancia de los talleres para los escritores y lo más importante: no dejar nunca de leer y nutrirse de los más sabios.

“Comencé a escribir en el año 2013 –rememora–. Desde ese entonces me acerqué al taller Espacio Abierto y al proyecto Dialfa, ya que eran los únicos lugares afines a mis gustos literarios, además tenía conocimiento de que en ellos se reunían escritores. Estaba prácticamente como una página en blanco y quería nutrirme de sus conocimientos.

Viaje a la fantasía.

En 2017 vio publicado su primer libro.

“Al inicio creía que narrar era fácil. Un día me senté y tecleé en la computadora 12 páginas de mi primer cuento. Aún lo tengo, es desastroso; solo que en aquella época no lo veía así, incluso lo envié a un concurso. Sin proponérmelo, su género era la fantasía; en aquel momento no sabía la existencia de estas diferenciaciones, para mí era solo escribir un texto.

“En mi primera sesión de Espacio Abierto, escuché algunas narraciones con los mismos errores que la mía, y me di cuenta de que necesitaba más lecturas. Debía respetar este oficio que recién había descubierto y hacerle honor a quienes me estaban enseñando”.

– ¿Personalmente, en qué devino ese taller?

-Es mi casa, mi familia. Allí sigo aprendiendo en cada encuentro y he puesto en práctica todo lo asimilado en el Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso. He crecido en la literatura y como persona. No fuera lo que soy hoy, como escritor, si no existiera Espacio Abierto. Para mí sí resulta imprescindible.

“Es literal y literariamente mi taller, aunque no de forma exclusiva, es tan mío cómo de cualquier escritor que se le acerque, a fin de cuentas, es un espacio accesible para todos. Ha ayudado, ayuda y ayudará a muchísimos literatos, no solo de La Habana, también de otras provincias”.

-¿De qué manera el Centro Onelio contribuyó en tu formación?

-Entré en el propio año 2013. Allí aprendí las técnicas narrativas, a amar y respetar el oficio de la literatura, a cuidarlo y atenderlo a diario. Cambió mi forma de ver todo. Está entre las mejores experiencias de mi vida. No solo conocí gente maravillosa y me integré a esa hermandad, también a magníficos escritores”.

-¿Por qué escribes ciencia ficción y fantasía?

-La afición al género fantástico en general (lo que incluye a la ciencia ficción) viene de las lecturas que tuve en la infancia. Entre mis autores preferidos en esa época se encontraban Julio Verne y Poe, por mencionar sólo dos.

“En la actualidad sigo sin proponerme escribir un género en específico, más bien hago un cuento o una novela, en resumen, una historia. Eso no niega que tenga preferencia por lo fantástico al escribir y al leer, porque es una literatura que no tiene límites preestablecidos, es libre, solo la restringe la imaginación del autor, quien crea un mundo nuevo. No es como en el realismo, donde se recrea una historia ya con reglas estrictas en un universo conocido”.

Viaje a la fantasía.

Además de este volumen, incluido en la colección Hojas de Hierba, de Ediciones Loynaz, sus obras en integran varias antologías.

-¿Qué te aportó haber obtenido el premio en el concurso de la revista La Gaveta?

-Gané el primer premio en este certamen con el libro Menú Completo. Fue maravilloso que reconocieran de esta manera mi trabajo. “He cumplido así varios sueños: publicar en mi país, ser leído por mis amigos, emocionarme porque algunos desconocidos me digan que les gustó y verlo en un stand en la Feria Internacional del Libro de la Habana.

“Es un volumen de cuentos, donde los relatos se centran en el absurdo. Creé una serie de historias, en apariencia comunes, que se van desarrollando hasta llegar a niveles irracionales. Quería demostrar que los géneros literarios pueden utilizarse como pretexto, porque lo que importa es lo que cuentas; por eso en mi libro encontrarás cuentos humorísticos (o rayando el humor), de suspense y románticos.

“Recibir ese premio es una prueba de que en Cuba hay quienes ven más allá de los géneros literarios y se fijan en lo que uno quiere decir como creador”.

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