Una mirada a la identidad

Hasta el próximo 16 de noviembre de 2018 se exhibe en el Pabellón Cuba, sede nacional de la Asociación Hermanos Saíz (AHS), la muestra colectiva La tierra dada de unos 73 creadores cubanos. La exposición que abrió sus puertas como parte de las actividades del 3er. Congreso de la organización, invita a reflexionar sobre el concepto Territorio y Territorialidad, así como de lo nacional y el mundo a nuestro alrededor.

Cine, performance, mediometraje, grabado, instalación, escultura, fotografía y pintura, son algunas de las artes visuales que se presentan en la exposición. Entre los exponentes del arte contemporáneo que participan en la cita se encuentran estudiantes y graduados de las Escuelas de Artes, miembros de la AHS y artistas que pasaron por sus filas, junto a creadores que sin pertenecer aún a la organización destacan por su talento.

Adislén Reyes, Carlos Zorrilla, Elizabet Cerviño, Marcel Molina, Miriannis Montes de Oca, Rezak & Totem, Susana P. Delahante, Rewel Altunaga, Yaily Martínez, Henry Crespo, Jassiel Palenzuela, Greta Reyna y Andy López Montoya, son algunos nombres de quienes regalan su arte en la muestra.

Bajo el auspicio de un equipo de especialistas del Fondo Cubano de Bienes Culturales, el Consejo Nacional de Artes Plásticas y el Centro de Desarrollo de las Artes Visuales, el proyecto tuvo la curaduría de Estela Ferrer, Evelyn Álvarez y Liesther Amador, estos últimos artistas colaboradores también en la exposición.

De acuerdo con Liesther Amador, La tierra dada es una exposición macro, donde se representan los conceptos del territorio dado como espacio, más allá del físico, el lugar como huella e identidad. “Los micro-relatos coexisten en el espacio del Pabellón Cuba. Es una muestra desde el punto de vista museográfico pretenciosa, ya que tratamos de ocupar la mayor cantidad de áreas. Es una curaduría en la que revisamos muchísimos dossiers de artistas de toda Cuba”, señaló.

Sobre su obra Reality Show, afirmó que físicamente asume los 25 metros cuadrados, y agregó que no es más que una estructura de cristal y polietileno donde se encuentran diez peces peleadores conviviendo. “De cierta manera alude a este sentido de territorio y territorialidad usando el pez peleador como código y símbolo, dijo.

Por su parte, Estela Ferrer Raveiro, manifestó que una de las proyecciones de la exposición era yuxtaponer los territorios de los artistas desde las diferentes latitudes y hacer que todo confluyera; pues el objeto de la AHS es abarcar la pluralidad de las manifestaciones y poéticas a nivel nacional.

La también curadora discursó sobre El paisaje está aquí mañana, de Maikel Sotomayor, quien mediante una instalación realizada con madera e intervenida a través del texto y la pintura dialoga sobre el desplazamiento y el retorno. La pieza, una especie de bumeranes remite a la imagen propia de la luna cuando está en cuarto menguante y es el resultado de mover la museografía del artista, pues es resultado de su propio proceso pictórico y sus investigaciones.

De igual manera, Ferrer Raveiro, comentó acerca de la obra Pueblo desnudo, de Pablo Villalobos, la cual es un mediometraje de casi 30 minutos que recrea la historia de un personaje que se debate entre su propia vida y la de su hija. La pieza resuelta a través de la sensibilidad plástica logra una dramaturgia coherente con muchos signos de la historia del arte y de su evolución y utiliza un montaje adecuado, pero sin dejar el ritmo o tempo de la historia, resaltó la artista.

UNA DEUDA CON LOS ASOCIADOS

En tanto, Evelyn Álvarez Rodríguez, expuso que La tierra dada era una deuda con los asociados, quienes pedían una suerte de Salón Nacional donde existiera una representatividad territorial. Aunque destaca que esta no es la respuesta más eficaz, la exhibición trató de aunar la esencia del Congreso como un espacio para discutir “la pertinencia del sistema ideológico que nos define como nación” mediante el lenguaje de las artes visuales.

Álvarez Rodríguez resalta que se asumió el tema de territorio y territorialidad teniendo en cuenta las directrices de los teóricos que definen que “pensar el territorio es pensar la sociedad y viceversa”. A su vez, reflexionó que la inclusión de los artistas se atendió a su trayectoria y proyección y no a la mera imposición; pues su estilo y poética podía tributar a una perspectiva de territorio.

La creadora también dialogó sobre su propuesta denominada Patakín de una esponja que sobrevive, la cual se materializa en un texto. Rememoró que Patakín es una parábola de creencia afrocubana exactamente de la religión yoruba, la cual a través de animales personificados transmite una enseñanza.

En este caso la pieza parte de su experiencia en la religiosidad afrocubana como practicante tratando de mantener la esencia de un Patakín, pero sin un referente real. “Está pensada para que tribute al tema de la territorialidad y trata sobre una esponja inconforme que cuestiona la naturaleza que la compone, pues dialoga con el «yo» sin una visión pesimista”, destacó.

Asimismo, el artista visual Oslendy Hernández Basallo mencionó que su obra Deidades es una trilogía de pequeñas esculturas, y destacó que empleó como materiales predominantes la ceniza, la madera, la güira y los inciensos, entre otros. “Es una pieza que se apoya de una serie de rituales que he venido preparando desde el año 2015, donde son representados tres personajes. Hay una pieza que alude a Sudor Ceniza, Sobrecarga y Ayuno Ceniza”, señaló.

Las piezas están inspiradas en personajes rituales que traducen aspectos de la realidad a un imaginario nucleado por mitos. Esas Deidades, constituidas por fragmentos y elementos restantes de otras obras, como la ceniza-cargada de energía simbólica en ritos-, accionan a modo de incensarios, despidiendo una fragancia densa de sentido que convierte el espacio expositivo en una zona sagrada.

También Nicolás Sánchez Noa explicó que su obra Esto y otro, valora multicenter, y fue su proyecto de tesis para graduarse del Instituto Superior de Arte (ISA). “La pieza tiene que ver cómo se establecen las relaciones artista-institución, y en mi caso el artista joven, el artista emergente con la institución, que de alguna manera puede ser como una especie de relación con tirantés, y a veces el creador asume esta posición de enfrentamiento, de reto hacia la institución”, agregó Sánchez Noa.

Al final el artista debe ser amparado por esa institución para poder coexistir con el medio, y básicamente en su obra ese joven artista intenta establecer un adentro y un afuera. “El grafiti está escrito en japonés, es una frase bastante desafiante, pero el hecho de que esté en otro idioma evidencia un acto de encubrimiento, aunque al final lo está diciendo. Es como una especie de acto vandálico con una buena causa detrás”, agregó.

OTRAS OBRAS SORPRENDENTES

El artista de la plástica Jassiel Palenzuela detalló que participa en la exposición con un tríptico llamado Rizoma, que pertenece a la serie Horizontes verticales. “Rizoma es una especie de metáfora de lo que estamos viviendo y Cuba se está acercando con la Internet, la conectividad y las redes sociales. La pieza es como un código de barras que hace alusión a la manipulación de las imágenes en la internet por intereses políticos o comerciales”, subrayó Palenzuela.

Usando acrílico sobre lienzo, el artista presenta en la pieza una imagen debajo de otra que al final da paso a cómo desconoces un poco la realidad, la verdad de las cosas. “Siempre he trabajado con la estética del video-juego o juegos infantiles didácticos y mi obra tiene que ver un poco con eso también”, dijo.

Chuli Herrera asiste también a la muestra colectiva Tierra dada, con su obra #zelfportret, título en Holandés. Presentada por primera vez en una exposición personal en Villa Manuela, la pieza está basada en la serie Crónicas sentimentales.

“Fue a partir de una búsqueda que hice para el público sobre el autorretrato holandés en Rembrandt y Vincent van Gogh específicamente, que creé mi obra. Seleccioné los retratos que más me interesaron y entonces los recreé de una manera más agresiva, sentimental, que es como veo la pintura de esos grandes exponentes”, aseveró.

#zelfportret se muestra con un video que se encuentra reproduciéndose en un móvil como parte de la obra. La pintura está hecha en óleo sobre lienzo, y son seis piezas pequeñas de 30×30. “En muchas de las piezas hay selfies como retrato, y bueno es una instalación con video, tecnología y pintura”, aseguró Chuli Herrera.

El expresidente de la AHS en Matanzas, Adrián Socorro, también colabora en este gran evento con su obra Líder contemporáneo, de su serie La Jungla de azúcar, en la que exhibe su vasta experiencia visual. La obra de Socorro, acrílico sobre lienzo, incita a reflexionar sobre el papel del héroe y el desgaste que a veces se produce de su imagen.

“En Líder contemporáneo se detalla un árbol que asume un color rojo que puede ser interpretado como ira o frustración. Es el líder con una serie de árboles talados, como si le faltaran seguidores”, advirtió.

Graduada del ISA en 2015, Dania González Sanabria presenta la primera idea que le surgió de una serie de animales que tienen que ver con la reconstrucción. “Este es el primer animal, de hecho lo proyecté en 2011 y lo terminé de realizar en 2016 y se llama Remanente. Estas series de animales son a partir de huesos encontrados y cómo remiten a formas específicas de lo que fue la vida”, enfatizó.

González Sanabria trata de generar estados específicos que puede aludir a determinados estados humanos. “Mi trabajo aborda la imagen natural como metáfora de los estados personales o los estados personales en función de estados naturales. Es como ese equilibrio, pero siempre buscando como una sensibilidad del hombre ante su medio tanto social, natural, universal como interpersonal. Es una manera de lograr esa espiritualidad”, aseguró.

En su escultura utilizó un hueso encontrado y lo aglutinó con una resina y armazón metálico para armar el espinazo, y reunió polvo ceniza y arena como materiales simbólicos: arena que tiene que ver con el tiempo y la ceniza y el polvo con lo degradado, lo ya inerte.

LO AUDIOVISUAL Y EL PERFORMANCE

Tirando piedras, del profesor Aluan Argüelles Leal, es un video que reproduce la acción repetida de lanzar piedras al mar. La pieza discursa sobre el concepto del isleño de estar rodeado de agua por todas partes, de la migración y las frustraciones que podemos tener diarias.

“Tirando piedras hace referencia a esa situación de no poder cambiar, y cómo quizá se puede modificar la geografía en ese caso. Es la acción meditativa de estar lanzando piedras que también provoca un estado de relajación y de escapatoria de preocupaciones”, aludió.

Aunque también existe un trasfondo dado por el mismo título de la obra que hace referencia a una frase popular, la cual expresa que al final no encuentras una solución o respuesta.

Dayana Trigo Ramos, graduada de San Alejandro y del ISA, dijo que en primera instancia presentaría una pieza que estaba haciendo en una residencia en España, pero al ser complicada la producción y corto el tiempo decidió coger un fragmento de su experiencia. Rememoró su participación en la Fiesta Mayor, donde se realizaron diferentes noches temáticas, y una de ellas fue el trabajo con fuegos artificiales.

“Cuando me iba acercando sentí un sonido que parecía una guerra, ya que el sonido de los fuegos artificiales es muy fuerte. Entonces hice una grabación de todo eso y luego cuando regresé aquí empecé a seleccionar unas fotos que tienen que ver con esa noche que le llamé Rituales de noche”, expresó.

Trigo Ramos mencionó cómo empezó a investigar sobre otros videos que se habían realizado de acciones bélicas en la calle, en manifestaciones contra determinados gobiernos por algún descontento social. Por ello decidió hacer una instalación con video, y un mueble que tenía una cartera.

“La pieza son dos carteras iguales con objetos similares dentro, excepto el video que se estaba reproduciendo en los móviles. En uno hice la edición de toda la fiesta en que había participado en España, y en el otro presenté fragmentos de acciones bélicas que bajé por internet de diferentes lugares como Turquía, Barcelona y Cataluña”, reveló.

Significó que uno de los bolsos estaba en el piso al inicio de la galería como abandonado que alguien dejó desprovistamente abierto, donde podías ver el video; y el otro se encontraba sobre un mueble, pero ya en una situación específica. “Tiene un poco que ver cómo de cierta manera pasamos de un evento a otro, incluso sin darnos cuenta. De repente una cosa bélica puede ser algo parecido al esparcimiento y viceversa”, recalcó.

El performance de Amanda Alonso del Río, Hors d´oeuvre, frase idiomática que significa entremés, deleitó a los visitantes en la inauguración de la muestra La tierra dada, en el Pabellón Cuba. La idea del catering que se hace en la inauguración de una exposición es algo que se utiliza para prolongar la estancia de los invitados y así compartir un momento especial y memorable.

En ese sentido, Alonso del Río diseñó un menú para la ocasión. Realizó unos tostones rellenos de congrí, carne de cerdo y ensalada, y lo brindó a todos los invitados ese día. “Como la exposición habla del territorio y de todas las cosas que forman parte de una cultura y que marcan nuestra identidad, creé ese platillo para que la gente se sintiera bien y compartiera a gusto”, recalcó.

UNA Y MIL MANERAS

Tomando como referencia para su trabajo el cine, la literatura y los libros de cuentos, Alina Águila Ferrer propone diferentes maneras en que el espectador puede interpretar la obra.  Su pieza Una y mil maneras, de 2017 está relaciona, como todas las que realiza su creadora, a lo absurdo.

“La obra se dirige hacia una narración absurda e indeterminada, empleé madera, plástico, tela carbón e incienso. Puede sugerir quizá los tres reyes magos, siempre con una narración muy idílica muy surrealista. Sitúa al espectador en una posición en que recuerdan cosas de la literatura, la infancia, libros de cuentos”, precisó.

Trapiche, de Aldo Soler Pérez, es un objeto interactivo compuesto por un faro con mecanismo de dinamo que está manipulado para que solo funcione cuando el espectador actúe sobre él. “Es como una metáfora con respecto al trabajo. Quiero que el espectador trabaje con esa idea de que el faro se prende, la pieza funciona si el espectador trabaja sobre ella”, indicó.

En una esquina del Trapiche se visualiza las instrucciones para que el público interactúe con el objeto, elemento sugerente que atrapa y pone en práctica la dicotomía sujeto-objeto.

Al adentrarse al túnel del Pabellón Cuba, un sonido de respiración hace parar el paso. Amalia Echemendía, en su pieza In/out parte de la relación que tiene el sonido con el espacio en que se genera. “Utilizo el sonido de una respiración, específico para generar nuevas lecturas sobre el espacio que vendría siendo el túnel y el título hace referencia a una relación de intercambio, teniendo en cuenta la respiración como proceso”, aludió.

En tanto, la graduada del ISA Evelyn Aguilar Sánchez explica que su pieza Qué hacer con una casa sin alma es una video instalación que recopila fragmentos de imágenes que tienen que ver con su familia. “La primera idea es la fragmentación del recuerdo, presentar el recuerdo fragmentado o distorsionado la manera en que recordamos no es a veces como pasaron los sucesos, son como fragmentos que van pasando que te vienen de momento”, aseguró.

Qué hacer con una casa sin alma es la segunda obra de un conjunto de piezas que tienen relación con las medidas del cuerpo a partir de estructuras de vidrio. Esta vez, la artista toma la disposición de su busto como algo único, algo que la caracteriza. “La idea no es que se entienda, es que la imagen se distorsione y se convierta en otra cosa”, proviene del interés de la creadora de hacer una semejanza entre la persona y el material, particularizó Aguilar Sánchez.

De igual manera, Mario Enrique Briño Álvarez graduado de la Academia Nacional de Bellas Artes San Alejandro dialogó sobre su pieza titulada Loophole la cual hace referencia a la territorialidad desde la frontera. Comentó que en la obra se aprecia al mar como un símbolo de la sociedad cubana actual desde la base de las tradiciones, lo popular, la religiosidad y la geografía cubana.

“Es una brecha a la realidad cubana por eso el término Loophole que se utiliza en programación para determinar una brecha, un agujero en medio de lo que sería una pared de la programación”, apuntó.

También los estudiantes del ISA Diesbel C. Roque y Eileen F. Almarales expusieron en La tierra dada su obra Microtopía. F. Almarales manifestó que la pieza reproduce patrones de celosías que se utilizaban como decoraciones en la arquitectura del realismo socialista y su objetivo es un diálogo entre arquitecturas. Agregó que esta es la segunda edición de la obra porque la primera se hizo en un parqueo al aire libre cuando Cuba “estaba en aperturas y se estaban haciendo actos de reafirmación como sistema y país”.

En aquel momento no se impidió la función del parqueo; sino que se trató de reafirmar el patrón que se convertía en amorfo a la hora de que los carros y las personas transitaran sobre él, subrayó. La artista explicó que en esta oportunidad no se reafirma el patrón; sino que la obra se adapta al espacio porque es un pretexto para hablar de muchas otras cosas.

“Al final se trató de recoger toda esa estructura y amontonarla como en pequeños montículos dada la necesidad de cambiar el patrón para empezar a buscar y aportar cómo jóvenes”, subrayó.

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