Décima
Con la Décima cuerda al brazo
¿Qué cosa es el repentismo?
¿Acaso no sabes bien?
Si es ese tu caso ven,
tienes que verlo tú mismo:
Tradición y modernismo
en una misma batalla.
En “Décima cuerda” estalla
el arte. ¿Qué te parece?
No faltes a la Ahs.
Rainer Nodal
Cada vez que llego a la Casa del Joven Creador en Ciego de Ávila sé que estoy en el momento y lugar adecuados. Sea para una reunión, encuentro entre amigos, o una actividad determinada. Pero cuando se juntan deber y placer en una peña campesina, me siento mucho más afortunado.
La AHS siempre ha apostado por la renovación de la tradición. Y como tal, defiende nuestros valores y la cultura que somos. Así se plantea, año tras año, hacer actividades donde lo heredado por nuestros mayores se destaque por su impronta y por necesario.
Por eso, en la peña Décima cuerda, de puro repentismo con los anfitriones Rainer Nodal y Yeinier Delgado, ambos con doble membresía en la AHS y Uneac, fue especialmente mágica para mí.
Primero, mi aversión por la música campesina es solo comparable con lo que siento por el reguetón. Segundo, Rainer y Yeinier son dos tipos con un carisma increíble y un talento que motiva a ser amistoso. Tercero, cuando la AHS invita, es un deber acudir a su encuentro.
La peña empezó unos minutos antes de la hora prevista. Quiere decir, que cuando llegué, unos minutos antes de las 10 de la noche, ya estaban tocando y haciendo de las suyas en proscenio. Pero no me perdí nada, prácticamente, porque, como que era “haciendo tiempo” en lo que llegaba Yeinier.
Con todo y eso se puso de manifiesto algo que me parece genial, pero que tiene sus dos caras. Lo contemporáneo marca el ritmo a lo que la tradición ya entonaba. ¿Tanta modernidad podría desviar el normal curso, el color o sabor de una peña campesina que se vende como tal? A mí me suena que sí. Pero no es un delito ni una desviación cultural.
Lo veo como un envoltorio donde se guarda la esencia. Lo novedoso nos presenta, y a la vez resguarda, lo que ya es histórico. Y si se hace con respeto, cariño y pleitesía, pues ganamos todos.
Nadie asiste engañado ni se siente como tal una vez que la peña arranca. Son jóvenes de menos de 30 años. Son casi niños jugando su papel en la cultura y haciéndoles a todos, el mejor regalo: la décima.
Que haya baches en el espectáculo debido a imperfecciones técnicas, es algo entendible y hasta normal. Mas se consigue que todo parezca parte de la misma concepción escénica.
Aunque pareciera que Rainer es el conductor de la peña, por momentos no queda claro que es así, porque los momentos culturales van sucediendo como sacados de una improvisación que no es tal.
Hay un guion bastante bien pensado. Mas no una persona determinada en proscenio que lleve la voz cantante.
Así se consigue la más efectiva conexión con el público joven y esto es, a mi entender, algo más que loable. Tener un patio lleno de jóvenes que ríen, tararean, aplauden y hasta ovacionan el arte de la tierra y tradición, es decididamente genial. Por ese solo detalle ya la peña tiene todo mi cariño y respeto.
Muy bien el momento en que Rainer nos declama una décima que es la llamada que le hace a alguien que está “afuera”. Bien por el contenido que no deja de reflejar nuestra realidad y sacar chistes de lo que es desgracia, hasta ofrecernos algún tipo de consuelo o de esperanza.
Queda bien en claro la capacidad histriónica que posee este multilaureado repentista y que bien podría seguir explotando, pero a otro nivel. La cosa está en que se lo proponga en serio.
Todo conjuga de una manera especial en este show cultural. Hay canciones pop, décimas, improvisaciones, poesía, teatralidad, entrega de reconocimientos. Hay gusto por el buen arte y la canción de la tierra. Hay color de vida. Hay AHS y con letras bien grandes.
Hay Cuba en cada rincón, en cada cuerpo.
Del proyecto Décima Cuerda también se presentan otros que vienen a ser como sus ramificaciones. Es el caso de Somos armonía, que desde la guitarra de Danieves, pero también de Amanda Beatriz Ortega, y sus voces cristalinas, nos llegan canciones pop y con sabor cubano. Pero que cada interpretación está permeada por una o dos décimas en el intermedio, improvisadas por las mismas integrantes y sueltas a modo de abrazo cultural. Las llamadas “contralecturas”.
Válida, también, la invitación al joven poeta Leo Buquet a que declame sus décimas en este espacio, como eco de lo logrado en la más reciente edición de la Cruzada cultural Siguiendo la Trocha y de la que todos formaron parte indisoluble.
Es la última peña del 2022 que ya está viviendo sus últimas semanas. La AHS avileña se va a despedir de estos 365 días como mismo los inició, con arte del bueno, vanguardia pura, motivada y revolucionaria.
Décima Cuerda o el arte de la improvisación
Cuando Rainer Nodal y Yeinier Delgado se propusieron crear un espacio atractivo y diferente, en el que el verso improvisado fuese carta de presentación, ya habían recorrido camino suficiente en los géneros de la música campesina como para augurarle un éxito rotundo a su empeño.
Siete meses después, Décima Cuerda ha superado las expectativas. Es una cofradía de amigos y un proyecto pleno, que marca un ritmo cadencioso y sutil para sumar público y deconstruir estereotipos, sobre todo, ese que señala al repentismo como un fenómeno social exclusivo de las áreas rurales y de los más viejos.
Por lógica, el primer reto de los muchachos fue demostrar que existen maneras novedosas de hacer y que hay un movimiento de jóvenes a lo largo y ancho del país removiendo los cimientos de lo que hemos asumido como tradicional y, por tanto, menos popular.
De hecho, ya le hemos seguido la pista al “neorrepentismo”, a las cibercompetencias y al certamen Oralitura Habana, que ha tratado de mezclar estilos e innovar sobre el concepto del punto cubano para ensanchar su espectro de posibilidades creativas. Sin embargo, cómo se mueven las iniciativas en el resto de las provincias del país es un camino zigzagueante, que no siempre ha encontrado la luz.
Fue Rainer quien llegó, hace alrededor de tres años, a las filas de la Asociación Hermanos Saíz y notó el vacío. Con la incorporación reciente de Yeinier, el binomio de trabajo fraguó. El “fogueo” de uno en los más importantes certámenes de repentismo de la Isla y la experiencia del otro con el laúd y en la nómina de agrupaciones musicales del terruño fueron complementos indispensables para enrumbar la creación, convencidos de que valía la pena intentarlo. Y no se equivocaron.
Desde entonces, la Casa del Joven Creador ha sido puerto seguro para que, una vez al mes, lo tradicional y lo contemporáneo converjan con abrumadora naturalidad sobre el escenario. De paso, usan las posibilidades de la red de redes para la promoción, desempolvan la obra de insignes cultores del género, rinden homenajes a figuras cimeras, estimulan el gusto por esta manifestación artística, y derrumban los muros entre los artistas y el público.
Podría decirse que cada presentación ha superado a la anterior, que cada vez son más los espectadores embebidos por la magia de la improvisación, y que a cada décima, pie forzado, tonada o guajira le sucede el aplauso desmedido, que compensa el esfuerzo y ensancha horizontes.
No son pocas las alegrías ni menos los retos, pero que una cita cualquiera adquiera ribetes de espectáculo, sin grandes artilugios, nos da la medida de la madurez de la que goza ya Décima Cuerda.
Precisamente, fue eso lo que marcó la diferencia el pasado sábado, con un elenco de lujo, que fue desde el reconocido poeta camagüeyano Nelson Lima Chaviano, hasta otros como Michel Ruiz, Lázaro Hernández, Guillermo Blanco y Armando Alfonso Padilla, ese maestro de generaciones que no ha perdido talento ni ganas, a pesar de los años.
Entre los más jóvenes estuvieron Diana Rosa Bonilla, Amanda Beatriz Ortega, Elena Sardiñas Padilla y Alexander Santiesteban Delgado, mientras que con el escritor Leo Buquet se abrieron paso las “contralecturas”, propuesta novedosa que consiste en la lectura de décimas dentro de la interpretación de una canción.
Las “contralecturas”” son una exclusividad de Décima Cuerda
Otras noches han liderado las presentaciones el pie forzado móvil, cuando es el público quien decide en qué verso debe estar, y el sordo de cañón, una tradición muy antigua, en la que uno de los poetas contesta en la controversia sin escuchar a su contrincante.
Por más que la sabiduría popular insista en que “la improvisación no se enseña, sino que se nace con el don”, hay una escuela de repentismo que sienta sus bases en estos muchachos, en los talleres diseminados por el país y en la Casa de la Décima Raúl Rondón. Los resultados desafían cualquier verdad absoluta, con tal de construir la suya sobre la marcha.
Captar el talento, moldearlo desde las primeras edades e insertarlo de manera natural en la programación cultural es una apuesta a la que no renuncian y con Décima Cuerda se concretan muchas de las aspiraciones. De momento, nos alegramos porque se visibilice el arte de la improvisación.
Proyecto Casa de la Décima convoca concurso de verano
El proyecto Casa de la Décima en Camagüey convoca a la segunda edición del concurso “4 x 10 Verano” con el objetivo de estimular la creación literaria, especialmente, el cultivo de la décima escrita en esta provincia.
El aspirante concursará con una obra de tema libre, conformada por cuatro estrofas en décimas espinelas (octosílabas) Sea o no miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba o de la Asociación Hermanos Saíz, debe residir en Camagüey.
Remitirá el texto firmado por un seudónimo o lema a la dirección casadeladecimacmg@gmail.com, y otro archivo con los datos personales que incluya el título de la obra y el seudónimo. El asunto precisará: Concurso 4 x 10 Verano. Ante cualquier duda puede llamar a (+53) 59946671.
El plazo de admisión vencerá el miércoles 24 de agosto, a las 8:00 p.m. Los resultados se darán a conocer en una de las actividades previstas por el cierre de la programación de verano del Centro Provincial del Libro y la Literatura (CPLL).
Tanto el CPLL de Camagüey como el Centro de Promoción Literaria Gertrudis Gómez de Avellaneda coauspician el certamen, dedicado al centenario del natalicio de Jesús Orta Ruiz, el Indio Naborí, y como saludo al 1er Congreso Iberoamericano de la Décima y el Verso Improvisado, anunciado para septiembre.
El jurado otorgará un Premio, Primera Mención y Mención, y el seleccionado recibirá diploma de reconocimiento, libros, publicaciones relacionadas con el género y otros estímulos, además será invitado a lecturas y dispondrá de promoción virtual.
En la primera edición ganó el lauro Yadira Troche Nerey por el texto Apostasía por un Dios-Numen en mi cintura; ella gana visibilidad en la vida social literaria, pues recientemente sumó el Premio Cucalambé en Décima Escrita 2022.
El esquema que deben cumplir los concursantes es el siguiente:
1-____________________
2- ____________________
3- ____________________
4- me retornan los veranos
5- ____________________
6- ____________________
7- que vino a soltar palomas
8- ____________________
9- ____________________
10- ___________________
1- ________________osa
2- ____________________
3- ______________umbre
4- ____________________
5- ____________________
6- _________________ero
7- ____________________
8- ____________________
9- ________________ana
10- ___________________
1- d___________________
2- a___________________
3- q___________________
4- e___________________
5- v___________________
6- p___________________
7- g___________________
8- l___________________
9- n___________________
10- s__________________
1- renuncia___________
2- ____________________
3- ________________dos
4- ____________________
5- ____________________
6- ________habrá______
7- ____________________
8- bajo________________
9- ___________responda
10- ___________________
Quinta Studio ya le da la vuelta al mundo
Un homenaje a la trova, una de las raíces de la auténtica cultura espirituana, resultó la primera transmisión de Quinta Studio, equipo audiovisual del sector cultural de la provincia de Sancti Spíritus,
AHS crece en membresía (Décimas + posts)
Con estas maravillosas décimas compuestas por nuestro especialista de Literatura Roly Ávalos -escritor, repentista y corrector-, dimos la bienvenida a los nuevos asociados a la AHS de La Habana.
Aquí se las compartimos con inmenso orgullo, anhelando que cada verso marque la ruta de la membresía de los jóvenes artistas en nuestra Asociación.
DÉCIMAS DE BIENVENIDA A LOS NUEVOS ASOCIADOS.
Asociada y asociado,
vengan a esta cofradía,
a la nueva membresía.
Más de un joven del pasado
hoy se encuentra consagrado,
más de una obra incipiente
no es raro que en el presente
ya haya madurado en cientos
de inolvidables eventos,
sea memoria en la gente.

Asociada y asociado,
bienvenidos a una era
mágica en La Madriguera,
un espacio diseñado
a tu medida, a tu agrado
para y por tu vocación.
Aquí la mayor misión
es apoyarte en tu vida
de artista. Esta es tu guarida,
casa de tu creación.
Pintar, escribir, grabar,
filmar, bailar, cuanto quiera
tu alma, sin coto o frontera,
ya puedes, en este hogar.

También vas a interactuar
en esta meca inclusiva
con libertad exclusiva:
sí a las vanguardistas estéticas,
sí a las licencias poéticas,
sí a la verdad creativa.
Seamos francos, directos:
no va a haber paternalismo
ni aceptamos facilismo,
no serán caminos rectos
para sacar los proyectos
con limitados recursos,
no, se medirán transcursos,
carreras, y entre otras cosas,
habrá becas numerosas
y numerosos concursos.

Son duros estos momentos,
pero incluso con pandemia
habrá divina bohemia
en los virtuales eventos.
Armemos con los talentos
un clan hiperconectado.
Mil gracias a ese jurado
que evaluó la calidad,
pues por unanimidad
hoy estás de nuestro lado.
Qué paradoja, ¿verdad?
En cuanto a lo establecido
la Asociación ha cumplido
35 años de edad.
¡35!, cantidad.

Tiempos duros y gloriosos.
Y en 35 años mozos
creando en este país
ojalá que Sergio y Luis
nos contemplen orgullosos.
Desde esta o desde otras sedes
compártannos sus urgencias,
sus quejas y sugerencias
porque el futuro es de ustedes.
Asóciense hasta por redes
–lienzo, escena, acorde, plano,
libro–, y el carné en la mano
para que canten victoria
y escriban la nueva historia
del arte joven cubano.
La Habana, 31 de marzo de 2021.
Decimalex, la hora joven del repentismo
Aquella tarde noche de 2019, más de 500 personas -casi todas jóvenes-, vitoreaban eufóricas frente al escenario. Las luces, los flashes de los celulares, el ir y venir mientras se buscaba espacio para un mejor ángulo visual; todo ese conjunto y esa energía simbolizaban a la multitud que disfrutaba las décimas, las controversias, las redondillas o las improvisaciones del más auténtico repentismo nacional.
«Soy un arquitecto de mi propio infierno o paraíso»
Rolando (Roly) Ávalos Díaz recibió la herencia familiar, el don del arte, y lo transformó en su propia materia de expresión, en su tuétano creativo. La ciudad de su poesía forma ya parte del amnios que le regala nuevas preguntas al mundo. Y son esas preguntas (y sus respuestas) las que hoy el poeta nos ofrece.
Hablemos primero de la tradición poética que es parte de tu ADN, que constituye una particular herencia simbólica. ¿Hasta qué punto sientes que tu necesidad de entender la poesía parte de este legado?

En efecto, existe una tradición poética en la familia, el arte del repentismo, que viene de mi abuelo materno fallecido, Jesús Díaz Martínez; primero, la heredaron algunos de sus hijos (mis tíos y mi madre), y después la hemos practicado varios primos. Esta vertiente de la oralidad, más que una tradición poética, la veo como un ritual entrañable y ocurre cuando coincidimos todos o casi todos en reuniones familiares, como los cumpleaños.
Desde niño escucho décimas, desde adolescente las improviso. También a partir de los 11 años, aproximadamente, empecé a escribir, y entonces me pareció natural ser como Alexis Díaz-Pimienta (uno de mis tíos por parte de madre), escribir e improvisar, y llevar esas dos carreras al unísono. En muchas ocasiones, por la admiración que le tengo, me he sentido influido por la obra de mi tío, me he descubierto tics en mis procederes que homenajean pasajes de su obra, maneras de construir semejantes, y luego he advertido el peligro. Ha sido una relación muy cercana también, de familiaridad, de trabajo, de lector, de espectador.
He debido desligarme a propósito para crecer, para hallar mi camino, y en ello ando todavía. Pero creo que uno al final le pone su voz y su sello; con sus propias lecturas se va perfilando y adquiere una personalidad, construye otro itinerario poético, aun cuando no se lo proponga, y aunque se haya heredado de alguna manera una determinada tradición gracias a parentescos familiares.
En algunos de tus libros, la anatomía de la ciudad es un tema recurrente que distingue y define al sujeto poético. ¿Este mapeo lo entiendes como una geografía espiritual de la ciudad que el poeta refleja, o que al menos intenta reflejar en su trabajo?

Sí, me atrae reflejar el accidente de nacer en una ciudad, de criarse en un barrio y no en otro, la gitanería de las mudanzas por municipios periféricos, la mitología de la urbe y cómo esta produce metáforas, cómo genera lenguajes, cómo acoge con hospitalidad o desampara al emigrante o al habitante, dejándolo en brazos de la orfandad más terrible, quiénes fueron sus personajes históricos, quiénes sus celebridades. Como dijera un personaje de Celebrity, la película de Woody Allen, y cito de memoria: “A una ciudad se le conoce por sus celebridades”.
Me interesa el modo en que nombramos una piedra inanimada que nos ve crecer, enamorarnos y morir mientras continúa viva, bajo la lluvia de la erosión de los siglos; el afecto particular que le tenemos a un árbol, a una esquina, a un monumento, al segundo piso de un edificio en un reparto llamado El Roble, en Guanabacoa, al banco roto de un parque, a los baches de la cuadra de una barriada marginal o a los ruidos nocturnos de una bronca.
¿Qué es el hábitat urbano, cuánto condiciona o define en quienes la padecemos y vivimos, qué significa, quiénes son mis coterráneos, mis vecinos, en qué consisten sus vidas, sus sueños, sus realidades? Igualmente son bienvenidos los arquetipos, estereotipos o ciencias sociales, así como los vocablos identidad, idiosincrasia, y cada elemento que me sirva para dar con los contornos del mapa de esa geografía espiritual.
¿De qué manera congenias el ejercicio más mediato del repentismo y la improvisación con el hecho de concebir la dramaturgia particular de un libro de poesía?
Son hogares a los que uno entra por puertas distintas. Cuando improviso no hago literatura escrita, y cuando escribo un libro de poesía no me apuro en acabar una décima, ni tengo delante un público esperando, ni un laúd y una guitarra secundando mi proceso creativo y presionándome para que en pocos segundos responda a mi adversario repentista. Incluso, cuando escribo, no solo escribo décimas, sino sonetos o poemas en verso libre.

Son procesos diferentes que responden a circunstancias creativas específicas, pero tampoco es que sean demasiado opuestos. Por ejemplo, la narrativa, la poesía, y aun la dramaturgia pura, dotan a la mente del improvisador de códigos y elementos que enriquecen su vocabulario, su alcance, su imaginario, su proyección; y al escritor, ante el Word o ante el papel, le ofrece cierto ritmo de hallazgos para dar con las palabras exactas y construir, a modo de guion, la escaleta de su libro y el campo semántico de su poemario. Son ejercicios que no se repelen, te aseguro que se alimentan, aunque se busquen otros resultados y sea otro el receptor.
En el proceso creativo, ¿a qué paso le confieres mayor importancia?
Les doy importancia a todos los pasos, me parece. Soy feliz cuando consigo respetarlos, cuando la fase de corrección no interrumpe al germen, al balbuceo de las ideas iniciales ni al brote de las primeras oraciones. Pienso que tampoco es recomendable detener abruptamente la investigación porque nos morimos de ansiedad por escribir el capítulo de una novela. Casa paso posee un encanto y nos prepara para el siguiente.
Desde luego que cada cual tiene su propia metodología y todos los libros no se escriben del mismo modo ni en un periodo más o menos comprobable; a veces se abandonan proyectos durante meses o años, parece que van a morir y sin embargo resurgen con más bríos, o resulta que sí, que somos más maduros y así lo mostramos a la hora de abordarlos, tenemos una mayor perspectiva. Aunque, ojo, esto también puede funcionar como autoengaño o pretexto para la procrastinación o miedo a enfrentar el momento decisivo de concretar la obra.

¿Entiendes la poesía como un acto divino o mundano, o una mezcla de ambos registros?
Como es arriba, es abajo. Lo divino está conectado con lo mundano, son el anverso y el reverso, la cara y la cruz de una misma moneda que lanzamos al aire. Aunque estamos hechos más de mundo que de divinidad y lo que escribimos tiene la última palabra. Me parece que los autores, salvo los políticos o los religiosos, no estamos para dar lecciones de moralidad o de civilidad, no en primera instancia, sino para plasmar inquietudes más humanas y veraces.
¿El poeta tiene un papel definido en el mundo, más allá de la esfera del arte?
Si tiene algún papel o algún compromiso social, si algo nos define, es el propio acto creativo, es el de hacer lo más poéticamente posible nuestro trabajo, para lo cual no nos alcanzará la vida entera. Llevar y traer palabras, metáforas, sinestesias, símiles… y el solo hecho de hacernos querer y entender gracias a lo que enunciamos o callamos, puede ser una carga terrible o un argumento tan legítimo que se debe valorar en su justa medida, y no debe ser puesto en las manos de cualquiera.
Puede pensarse que el trabajo de un poeta consiste en sacudir, como un relámpago, las conciencias de sus lectores, más allá de la transmisión lírica/empática de sentimientos, reflexiones y emociones. Esa es una posible forma de entenderlo. Pero otra puede ser la de emplear con sabiduría y responsabilidad el poder de las palabras. Un poeta nombra y le regala nuevas preguntas al mundo. Estamos hechos de preguntas. El arte de gozar estéticamente, tratando de responderlas, es uno de los juegos más serios que existen.

¿Cómo manejas el mundo de la autorreferencialidad a la hora de escribir? ¿Es la poesía, por necesidad, un ejercicio de autorreferencia?
Antes, muy en los inicios, creía que a la hora de escribir, si utilizaba escenas de mi propia vida estaba siendo, sin duda, autorreferencial; pero luego he comprendido que desde el mismo momento en que uno escribe, sea narrando o poetizando, ya es otro, un personaje o un sujeto lírico… aunque hable de su propia biografía, que de algún modo casi siempre está.
En mis libros la autorreferencia, cuando la hay, es un añadido, un recurso, uno de sus colores, una de mis herramientas creativas. En mi primer libro, Mundo pañuelo, la mayoría de los poemas aluden a experiencias o visiones propias acerca de la existencia, no hay pretendidos enmascaramientos o la gestación de heterónimos; da la impresión, tras una lectura rápida, y parafraseando a Ortega y Gasset, de que soy yo mismo hablando de mí mismo y de mis circunstancias aunque, claro, esto puede leerse como una verdad o una mentira a medias. En mi segundo libro, Boca de lobo, en parte también, pero no siempre.
Por tanto, no creo que la poesía sea necesariamente un ejercicio autorreferencial, entre otras cosas porque mirar a los ojos a un sujeto lírico es dar con un espejismo, o con un juego de espejos que se repite hasta el infinito. Además, no sé quién soy cuando escribo (muchas veces quienes pregonan autoconocimiento promueven su arrogancia), escribo para descubrirme. Y no solo porque pongo pensamientos por escrito, sino incluso para averiguar cuánto me desconozco o qué podría estar pensando, o cuántas personas soy.
¿Crees que los propios escritores tienen un conocimiento verdadero de la literatura que se gesta más allá del contexto regional limitado en el que viven? ¿Cómo romper esos moldes preconcebidos? ¿Cómo hacer que la literatura cubana eclosione y rompa finalmente el cascarón de su zona de confort?

En general creo que es algo superficial el conocimiento que tenemos los propios escritores acerca de otras literaturas allende los mares, y las razones pueden ser varias, aunque se ha ido reduciendo poco a poco la falta de acceso o contacto —al menos electrónicamente— con libros y autores que se han editado o reeditado poco o nunca por acá, por ejemplo.
Existen maravillosas bibliotecas virtuales que se abastecen gracias a las donaciones que hacen los usuarios con títulos digitalizados que antes compraron en formatos Word, Epub o PDF, y deciden compartirlo. También hay títulos de autores cubanos, por cierto. Tarde o temprano, de alguna manera, siempre nos encontramos con lo que más vale y brilla universalmente en materia de arte y literatura, ya sea a través de publicaciones nacionales (revistas, tabloides, suplementos en periódicos, blogs, etc.) que nos enteran (también es su deber) sobre cuán ancho y ajeno es el mundo de las letras fuera de Cuba; igual mediante el catálogo de Arte y Literatura, que con cierta regularidad reimprime clásicos; o directamente a través de enlaces en las redes sociales, las verdaderas ladronas del show en lo que va de siglo XXI.
¿Cómo romper estos moldes y dejar de, solamente, leernos los unos a los otros con riesgos de acabar en la endogamia creativa? Supongo que estando atentos a la lectura o relectura de obras maestras que han vencido al tiempo, en vez de fijar la atención solo en la mesa de novedades. No conozco reglas únicas ni los criterios que manejan o el verdadero poder que tienen quienes dirigen las políticas editoriales y deciden qué se distribuye y se vende o no. Por otro lado, cada cual arma su propia brújula lectora y su canon individual. Opino que deben potenciarse más los intercambios en eventos internacionales.
Eres uno de los uno de los directores del grupo poético-teatral-musical RolleX, ¿cómo entender el acto performativo cuando se tiene a la comunicación de la poesía como el primer escaño de sentido?
Cuando el acto poético se enfrenta al espectador, ¿qué resortes se disparan en ti?

Ya hace más de dos años que existe RolleX. Alex Díaz Jr., mi primo, y yo, lo dirigimos y todo el tiempo expandimos, a través de los medios a nuestro alcance (espectáculos, talleres, redes sociales, etc.) el concepto de neorrepentismo, un término que acuñara hace años Alexis Díaz-Pimienta en ese ensayo investigativo para eternas consultas que es Teoría de la improvisación poética.
En este libro se definen las proyecciones de una nueva generación de improvisadores formados gracias los Talleres Especializados de Repentismo en todo el país a partir de la década del 2000 y que, por otra parte, aparecen en su total dimensión gracias a puestas en escena que, ya de por sí, engloban las otras manifestaciones artísticas; el repentismo en medio de un diálogo interdisciplinario. Debo decirte que un espectador amante de la poesía, cuando tiene la oportunidad de disfrutar de cerca un arte tan antiquísimo de la oralidad como es la improvisación poética, devuelve enseguida, con sus reacciones a flor de piel, con sus gestos, con su risa, en los casos favorables, una adrenalina muy agradecida, muy generosa, que los escritores —después del acto solitario de la escritura— desconocemos de una manera tan tangible.
Hay más gente que ama la poesía de la que suponemos. Por supuesto, habrá algunos que disfruten más la llamada poesía culta y otros la llamada poesía popular, ambas expresiones legítimas de la cultura. Si a nuestros espectáculos, con fines poéticos que oscilan de un lado a otro, les agregamos dosis de acompañamiento musical (con músicos, instrumentación y géneros variopintos), dosis de teatro y algo de performance, además de la proyección de un corto audiovisual en torno al desarrollo de una acción poética, entonces el favor del público es mayor, la buena vibra y la energía que recibimos de vuelta superan las expectativas.
Pocos momentos, por no decir ninguno, son tan gratos (tan gratos y tan arriesgados) para un hacedor de versos, para un repentista, en suma, que ese acto creativo de protagonizar un espectáculo cuya trama suceda en versos, tanto desde la declamación (que es lo típico) como desde la improvisación.
Tu libro Mundo pañuelo fue publicado en 2016 por el sello español Guantanamera, y en 2018 fue traducido al idioma inglés bajo el título Small World. ¿Cómo ha resultado la experiencia de apreciar tu poesía en una lengua para la cual no fue originalmente concebida? ¿Sientes que la poesía trasciende la experiencia limitada de un idioma?
Lo he recibido con alegría y extrañeza, consciente de que definitivamente la poesía es políglota y al mismo tiempo tiene muchas capas intraducibles, o que habría que traducir en bloque y no literalmente. Se precisa un rigor, una sensibilidad y un conocimiento de la lengua que merece muchísimo respeto. Los lectores que desconocemos otros idiomas y queremos leer a Flaubert, Dostoievski, Brecht o Cesare Pavese, los amantes de esas grandes cimas de la literatura, dependemos de los grandes traductores del francés, del ruso, del alemán o del italiano.
Small world, según me han explicado algunos conocedores del inglés, no significa precisamente “mundo pañuelo”, ni siquiera como una interpretación de la idea global del poemario. Es una aproximación y, diría, una traducción quizás más en serie que en serio. De cualquier modo lo agradezco y me siento honrado de haber visto, antes de lo que suponía, mi primer libro traducido, ¡vaya honor!, ¿no?, con unas luces y sombras todavía intraducibles para mí.

¿Cómo construyes, desde lo emocional, lo espiritual y lo racional, tu propio ejercicio creativo?
De tantas maneras, querida Elaine. Trabajo mucho con la nostalgia, los sueños, las pesadillas, los recuerdos que obsesionan y atormentan, inmediatos o lejanos, las supersticiones, los miedos, los símbolos, secuencias cinematográficas y bandas sonoras, la violencia del paso del tiempo, los textos y las vidas de los otros. Trabajo con el dolor, los destellos y los espejismos. Así, con esa masa informe y aparentemente intangible, construyo mis universos, soy un dios por un rato cada día, arquitecto de mi propio infierno o paraíso. Emocional y espiritualmente me involucro y, sobre todo, incubo, bendita fiebre, la materia incognoscible con la que me conecto de forma subterránea, así escriba sobre mi vecina de enfrente o en torno a cualquier asunto trivial o vida ajena íntima.
Me apoyo de la buena o la mala memoria, esa que modifica las reminiscencias. El subconsciente es un pozo bastante hondo. Suelo anotar ideas, pasajes descriptivos, frases u oraciones que escucho o me llaman la atención y alimentan la obra que ande pariendo. Los canales de inspiración me atacan por la espalda, se me insinúan de sinuosas maneras o se me desnudan nítidamente. Después tengo que sentarme a trabajar con ello, sudar esa orfebrería y conseguir un arte final publicable.
¡Nuestra Maestra Juventudes está de cumpleaños!
Cuando se piensa en la historia de la música cubana muchos son los nombres que regresan de la memoria. Gracias a la labor y obra de numerosos artistas, músicos y estudiosos, Cuba posee todo un acervo documental que respalda el hecho de ser reconocida como “la isla de la música”. Creadores e intérpretes como Ernesto Lecuona, Rita Montaner, Niño Saquito, Celeste Mendoza, Miguel Matamoros, Benny Moré, sumado a otro tantos que se desempeñaron en el terreno del conocimiento como Fernando Ortiz, Alejo Carpentier, Argeliers León, Danilo Orozco, entre otros, conforman esa comunidad indispensable en la historia y el desarrollo por nuestra cultura musical.
Pero sin dudas, en este 2020 hay un nombre que cobra singular importancia para todos, porque justamente en esta ocasión nos regala cien años de su compañía. Y es que nuestra María Teresa Linares está de cumpleaños.
Resultaría imposible pensar o hablar de los estudios relacionados con la historia de la música cubana sin mencionar de manera indiscutible el nombre de María Teresa Linares. De igual modo, no se puede explorar la musicología de Cuba y Latinoamérica sin que su obra sea un referente obligado. ¿Cómo quedar inerte ante su generoso saber, puesto al servicio la cultura musical de un país y de un continente?
Al acercarnos a todo su quehacer y ser testigos de la vasta obra emanada de sus manos, parecería que son dos los siglos vividos por Teté. Siendo una musicóloga 360, María Teresa Lineras supo involucrarse en todas las aristas de la profesión. Solo existen elogios para contar su desempeño en áreas como la investigación, la docencia y la producción discográfica.
Su labor investigativa recorre todo tipo de procesos musicales gestados en la isla. El interés por el antecedente hispano en la música cubana devino una amplia producción de títulos como “El punto guajiro” (1949), “La décima en el cancionero campesino” (1957), “Influencia española en nuestra música” (1958), “Antecedentes hispánicos en nuestra música” (1964), “Algunos elementos hispánicos en la música cubana” (1989), “La décima como viajera peninsular y su regreso aplatanado” (1995), La música entre Cuba y España (1998), El punto cubano (1999). Todos estos devienen textos medulares para el estudio y entendimiento de esta área temática.
Por otra parte, escritos como “Música popular en la Revolución” (1970), La música popular (1970), La música y el pueblo (1974), “La guaracha cubana, imagen del humor criollo” (1999) son el resultado de su afición por los fenómenos propios de la música popular cubana.
¿Qué decir entonces de esa Teté Linares, Maestra Juventudes? Fue formadora de generaciones y generaciones de músicos y musicólogos cubanos. Más allá de su labor como maestra de música en varios conservatorios y universidades, su faena educativa trascendió las aulas para llegar a enseñar desde la práctica misma la esencia y la ética de la investigación. En sus trabajos de campo, junto a su esposo Argeliers León, transmitió este conocimiento a las próximas camadas de musicólogos en el país. De igual modo, su solo presencia impartiendo conferencias y su papel como interlocutora en las más cotidianas conversaciones fue también parte de esa labor formadora que nunca dejó de ejercer y que los más jóvenes agradecemos.
A María Teresa también debemos numerosas colecciones fonográficas que preservan y difunden el imaginario musical cubano, entre las que destacan La música del pueblo de Cuba y Antología de Música Afrocubana. De igual modo, admiramos su ejemplo de dirección y gestión cultural en instituciones como el Museo Nacional de La Música (1984-1997) y la Fundación Fernando Ortiz, desde las que supo guiar disímiles procesos de conocimiento e intervenir en la formación de nuestros investigadores.
Su labor fue reconocida con las máximas condecoraciones que otorga el estado cubano, incluida La Orden Félix Varela, Héroe del Trabajo de la República de Cuba y Premio Nacional de la Música.
Por todo esto, hoy celebramos los 100 años de una mujer cubana, madre y esposa abnegada; hoy festejamos una vida de trabajo al servicio del pueblo y la cultura, llena de logros y sacrificios. Hoy agradecemos el legado que María Teresa Linares pone en nuestras manos y aceptamos el compromiso de honrar su empeño por la cultura nacional. Hoy Cuba celebra la vida y obra de nuestra Maestra Juventudes.
La cultura en Manacas no se detiene ante el coronavirus
«Si se cierra una puerta, se abre una ventana» reza un viejo proverbio, enseñanza puesta en práctica muy bien por los instructores de la casa de cultura José Antonio Cepero Brito, en el poblado de Manacas, municipio de Santo Domingo, Villa Clara, quienes no han dejado de crear y acercar el arte al pueblo durante la difícil etapa que vive el país a causa de la pandemia del nuevo coronavirus.

Cumpliendo con las medidas higiénico-sanitarias establecidas, los protagonistas trazaron un plan de acción en equipo para llegar a la comunidad con sencillas, pero hermosas artesanías creadas por ellos mismos, a trabajadores de Salud y Educación que laboran en el centro mixto Félix Álvarez Soto, del central George Washington, así como al personal de la farmacia y el cuerpo de guardia del policlínico de la localidad.
Asimismo, han regalado sus creaciones a los abuelos que reciben apoyo del Sistema de Ayuda a la Familia (SAF) y a todos los que, de una u otra forma, contribuyen al enfrentamiento a la pandemia.
Sailí Martínez, directora de la casa de cultura, explicó:
«En el proyecto participan tres instructores, dos de Literatura y uno de Artes Plásticas, quienes reparten los obsequios. Las artesanías se confeccionaron desde casa y con poco material, del que salieron flores de papel, cajitas de regalos y pergaminos con décimas hechas por un aficionado del taller de literatura, todo muy bien acogido por las personas».

Según Sailí, ella expuso la propuesta a los instructores, los que estuvieron inmediatamente de acuerdo. Entre otras iniciativas, hay además una minibiblioteca en el portal de la casa de Miguel Ángel Tamayo Alba, especialista de Literatura y miembro de la Asociación Hermanos Saíz (AHS), espacio a donde pueden acudir los interesados en el arte de la expresión verbal.
Recientemente, inició la Jornada de la Cultura en Manacas con la conmemoración del aniversario 102 del natalicio del inolvidable locutor y presentador José Antonio Cepero Brito, oriundo de esa localidad, y el pasado 21 de mayo se celebró el Día del Artista Aficionado, en el que no se dejó de reconocer la labor de los talentos de la casa de cultura, quienes fueron agasajados en sus propios hogares por parte de la dirección de la institución cultural e instructores.
Escritor con alma de pez (+Fotos, video y poesía)
La literatura circula por la marea de sus venas. Desde niño se alimenta del ambiente creativo reinante en su familia, entre versos e improvisaciones. En sexto grado escribió sus primeras redondillas, coplas y cuartetas, las cuales aprendió de su madre a la luz de una vela durante un apagón. En esa etapa ya redactaba también algunos cuentos.
Licenciado en Comunicación Social, instructor de arte en la especialidad de Teatro y egresado del Centro Nacional de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso, Roly Ávalos Díaz ya tiene dos libros publicados y una lista de premios como poeta y narrador. Miembro del grupo Ala Décima y de la Asociación Hermanos Saíz, es uno de los directores del grupo poético-teatral-musical RolleX.
Textos suyos de diversos géneros aparecen en revistas y antologías de países como España, Colombia, México, Argentina, Ecuador, Estados Unidos, Venezuela e Italia. Entre sus reconocimientos se incluyen el primer premio en la categoría Lengua Castellana del concurso internacional St. Paul’s School, en Barcelona (2003).
También, el premio en el certamen internacional de décima Espinela Tuineje, en Santa Cruz de Tenerife (2011); premio en el Certamen Poético de la Orden Literaria Francisco de Quevedo (España, 2014); premio Ala Décima (Cuba, 2018); el de Décima Escrita Francisco Riverón Hernández (Cuba, 2018) y el premio Toda Luz y toda mía (Cuba, 2019).
Autor de los libros Mundo pañuelo y Boca de lobo, este joven inquieto recuerda con agrado su infancia en Alamar y Guanabacoa, en La Habana, cuando jugaba ajedrez y béisbol. Sin embargo, sus mejores travesuras fueron imaginarias, según narra. Se disfrazaba de personajes célebres, y le fascinaba leer.
«Sabía que tenía un tío poeta y famoso, quien cantaba unas vertiginosas seguidillas y enseñaba a improvisar décimas, Alexis Díaz-Pimienta. En las visitas a su casa, siempre aprendía algo junto a mi primo Axel, su hijo mayor. Hasta las rifas en los cumpleaños había que ganarlas mediante juegos de rimas. Recuerdo la explosión de creatividad, las ocurrencias, la alegría y el ingenio constantes, que solían terminar en guateques y controversias entre mis tíos», rememora quien también se desempeña como editor y corrector.
—¿Cómo asumes el proceso creativo?
—Busco siempre el equilibrio. Jugar mientras creas es un acto muy serio. Me exijo la consagración a esa ambivalencia. En mi opinión, un creador llega a la verdadera madurez cuando se integra tanto al proceso creativo que, incluso en las horas de mayor incertidumbre o angustia, escribe sin pensar demasiado, pinta, baila, canta, graba, le improvisa a la posteridad un destello, un rasguño de luz.
—¿Cuánto de tus vivencias hay en las historias?
—Casi todo (por la biografía que autorizo cuando me desnudo o se desnudan a través de mí los personajes), y casi nada (porque también hay distancia y fría inteligencia). Igualmente robo ademanes y sicologías a las vidas de los otros. La realidad puede ser más ancha y más ajena que la imaginación. Preferiría que mi estilo y mi voz mutaran de libro en libro, aun cuando el cambio sea leve. Lo contrario se parece al estancamiento y la mediocridad.
—¿Todavía se puede aspirar a lo verdaderamente nuevo en la literatura o los autores deben conformarse con dominios de técnicas y abordajes de historias de alguna manera reflejadas por otros?
—Lo verdaderamente innovador suele ser un enigma. Y en los tiempos actuales todo parece ya escrito, refrito… No obstante, nunca debemos conformarnos, a no ser que rendirse sea también una acción poética, un acto creativo. Mientras vivamos debemos explorar nuevos abismos, leer y estudiar con atención el arte que se gesta en otras latitudes, alimentarnos de otras miradas, darle otra vuelta a la búsqueda.
«Aun cuando parezca que vivimos en permanente fase de alarma apocalíptica, cada autor puede traer un nuevo universo, el suyo, por muy minimalista que parezca, y defenderlo con las fuerzas de su talento y audacia. Toda aldea puede volverse un cosmos».
—¿Cómo surgió la idea de RolleX? ¿Cuáles son sus dinámicas y sueños?
—Mi primo Alex Díaz Jr. y yo somos amantes y defensores del repentismo, por convicción, por necesidad y tradición familiar. Lo consideramos una riqueza siempre en peligro de extinción, y no de extensión, como debería ser. Muchos no valoran la fuerza de la oralidad y la improvisación poética, que tan vitales son para el alma de la humanidad.
«RolleX surgió por el deseo de revertir esa realidad, y oxigenar, a través de vías frescas, joviales, dinámicas y espectaculares, ese arte que en cierta medida se ha empolvado, por infinitas razones, en todos los niveles, desde algunos repentistas hasta las instituciones.
«Favorecemos la transmisión de décimas a través de puestas en escena, acompañadas por géneros musicales, poemaciones, performances y diversas modalidades de la improvisación. Insistimos en el término neorrepentismo y sus múltiples usos, para potenciar un sistema poético que debe llegar a las mayorías. Pretendemos maximizar su alcance, mediante shows y también a través de métodos más docentes: conferencias y talleres intensivos, por ejemplo».
—¿Te preocupa el futuro de la poesía improvisada en Cuba?
—Hay buena salud en la poesía improvisada aquí, pero necesitamos expandirnos y potenciar eventos como Oralitura, realizado por primera vez en el año 2019 con el apoyo de la AHS y de diversas instituciones. Necesitamos más iniciativas que consigan el cambio de percepciones erróneamente incrustadas, por prejuicios, en el imaginario popular. Es imprescindible la convivencia entre artistas de varias manifestaciones en una gran fiesta del idioma y a favor del buen gusto.
—Algunos consideran que la literatura cubana no vive un buen momento. ¿Comparan a los autores actuales con los de otras generaciones? ¿Qué piensas?
—Los problemas de la literatura cubana son otros, y muy diversos. Las comparaciones existen para bien y para mal. Resulta esencial una crítica más abundante, más ética y profunda, así como la edición o reedición de algunos autores cubanos y extranjeros, cuyas lecturas fomentarían bases más enriquecedoras.
«Necesitamos incrementar los intercambios y un plus más atractivo en los espacios literarios. Una tertulia no tiene por qué ser solo para minorías muy interesadas: periodistas, poetas, editores, narradores, ensayistas, dramaturgos… Debemos preguntarnos por qué no predominan más lectores comunes, ajenos a la intelectualidad. ¿Es demasiado utópico aspirar a eso?
«En ese sentido se asemeja al repentismo. Parece que hay un desdén social ante el arte, pero sabemos que no es así. Somos muchas voces abriéndose paso e inaugurando caminos y mundos que a veces se entrecruzan y otras veces ni siquiera llegan a conocerse. Hay grupos, subgrupos, sectas, saraos, exclusiones, electrones sueltos, una flora y una fauna, y en general el mundillo literario, o artístico, puede llegar a ser competitivo, selvático, un auténtico nido de serpientes.
«Pese a ello, el panorama tiene aspectos positivos, ciertas alianzas, eventos, festivales, editoriales (aun con crisis de papel), concursos, pocos lectores pero fieles, creadores de pura raza, de talento indiscutible y oportunidades para crecer. De esos asideros nos sostenemos desde dentro. Con innumerables escollos (tangibles y subjetivos) crece y se construye el corpus de nuestra literatura. Y hay zonas salvables, recomendables. Lo peor que veo es cierta imposibilidad de darnos a conocer a un gran público, y no digo internacional, sino primeramente nacional».
—¿Cuán difícil o fácil es publicar hoy en Cuba para los jóvenes, más allá de la falta de papel?
—Depende del vaivén de muchos factores. En teoría parece fácil, en la práctica puede suponer un jeroglífico, salvo para unos pocos privilegiados que obtienen los premios en los certámenes que incluyen la publicación. Gracias a que gané un concurso pude publicar mi primer libro en Cuba. La vía de enviar a los planes editoriales es sencilla: la espera del dictamen y la impresión es un poco más engorrosa y una carrera de obstáculos. Requiere de armarse de una paciencia, en ocasiones, sobrehumana.
—¿Cómo te defines como escritor y persona?
—Pez de ciudad, ratón de biblioteca y librerías, animal civil, soñador impenitente, «letraherido». Soy un curioso ávido de sensaciones, rincones y destellos, un aprendiz eterno en busca de la palabra exacta, alguien que quiere continuamente mejorar como persona y escritor.
—¿Referentes en la literatura, cubanos y extranjeros…?
—Los menciono en el orden caótico de los recuerdos y las nostalgias de sus lecturas: José Martí, César Vallejo, Eliseo Diego, Alejandra Pizarnik, Jorge Luis Borges, Cervantes, Rainer María Rilke, Hemingway, García Márquez, Carpentier, Pessoa, Cortázar, Lorca, Vargas Llosa, Oscar Hahn, Ricardo Piglia, Roberto Juarroz, Enrique Vila-Matas, José Emilio Pacheco, Luis García Montero, Anne Carson, Alexis Díaz-Pimienta, David Mitrani, Alberto Guerra, Andrés Neuman, Natalia Litvínova…
—¿Sueños en el mundo creativo?
—Que mis textos sean buscados, leídos. Terminar mis novelas, los libros de cuentos, mis proyectos de otros géneros. Viajar por varios escenarios. Sorprenderme, superarme, consagrarme en cuerpo y alma, aprender siempre.
Afrorretrato
Yo
poeta negro
con 1,81 de estatura
62,5 kilogramos de peso
con ojos negros
manos negras
pies negros
espalda negra
de abuelos y padres negros
hermanos negros
novia y exnovias negras
yo
negrito
negrón
pasudo
bembón
tinto
retinto
nigger
black
yo
vestido de negro
soy un papel en blanco