Virgilio López Lemus


CINCO LIBROS DE ABRIL. LOS PREMIOS CALENDARIO DE 2018

La Editorial Abril y la Asociación Hermanos Saíz tienen anualmente el privilegio de presentar una colección de libros de sumo interés e importancia para las nuevas promociones creativas de la literatura cubana, se trata del conjunto de los Premios Calendario, que este año trae cinco hermosos libros de gentes nacidas tras 1980. Es en mayoría la primera generación del siglo xxi, que ya se expresa con calidad y se abre camino dentro del conglomerado multigeneracional del arte de la palabra en Cuba.

Vengo a saludar con énfasis esta salida magnífica de cinco obras de sendos jóvenes sorprendentes por sus talentos. He venido aquí para elogiar y no para caracterizar lo superable en esta suerte de pentagrama de libros. Y creo sinceramente que hay entre estas obras más grano que paja, más elementos elogiables que mejorables.

El libro de poemas de Moisés Mayán Fernández pareciera obra de persona de mucha más edad, dadas sus opiniones vehementes en torno a la discriminación de minorías étnicas y por la gracia en prosa lírica de sus textos, pero su frescura compositiva dice ser obra de joven de cualquier edad evolutiva. Goza uno leyéndolo, y aprecia cada cual el fervor de sus conceptos. 

El factor discriminante

nos llega con buena altura.

Está escrito con bravura,

con mano no vacilante. 

Pase este libro adelante,

Mayán Fernández, Moisés,

qué buen talento tenés

–dirá Basilia enseguida—

¡Qué tenga buena acogida

y no se olvide después!

El libro que contiene una obra de teatro de Gabriela Balloqui toma como fuente el «Viaje a la semilla» de Alejo Carpentier, pero nadie crea que es una mera adaptación del cuento carpenteriano, porque Un tambor para el viaje es más que una versión, en verdad resulta una recreación llena de fantasía, y de sentido de la religiosidad, amor y contradicciones de sus personajes.

Beruá, Marcial y María,

los tres el tiempo remontan,

algunos santos se montan

y los fantasmas vivían.

Alejo Carpentier querría

aplaudir hoy a Gabriela,

su obra deja secuela

conUn tambor para el viaje.

Tenga el libro buen anclaje

y que también surque vela.

Junior Fernández Guerra tiene una imaginación muy grata para la literatura destinada a los niños, aunque yo leí su libro prendado de alegría. Y eso denota su juego, su relación lúdicra con las palabras, un entero dominio de las formas métricas, sobre todo del romance, y de la diversidad de metros que van desde el hepta y octosílabos hasta el alejandrino. Cantábulas y epopemas del bardo Pul Salalira pudo ser un premio de cualquier concurso de su género en Cuba y más allá de la isla, aunque respira chispa cubana por todos sus poros. Junior ha logrado un pequeño gran libro.

Oye, tú, muchacho Junior,

con tu libro estoy contento,

me has dejado en un lamento

y en un lamento borracho.

Un pedazo, solo un cacho

de tu talento es tu historia,

se me hace muy notoria

la brevedad de tu canto,

por eso lamento tanto

que fuese breve tu euforia.

 

CODA

Ya quisiera yo, ¡cómo no!,

que me ilustrases un libro

Yancarlos, por eso vibro

y vibrando quedo yo.

 

Claudia Damiani Cavero (nombre que ya es un octosílabo) regala Los impares, un libro de cuentos breves y de fuerte signo imaginativo, que cuesta trabajo reseñar, porque hay que hacerlo de cada narración, algunas se me quedaron vibrando, como «¿Sueñan los segmentos con funciones lineales?».Yo siempre había oído decir que en una fábula hablan los animales para que entiendan los hombres, pero nunca vi que hablen las líneas y los puntos de referencia geométrica para que todos entendamos. Damiani Cavero logró un libro rico en matices con historias directas e interesantes, sin regodeos que nos saquen de la linealidad de sus historias.

Esta Claudia contadora

con tal dominio cabrero

nos regala un reverbero

de cuentos en buena hora.

Por aquí nos edulcora,

por allá nos deja ansiosos,

son cuentos muy venturosos:

conLos impares precisos

dejó a los pares occisos

y al lector con muchos gozos.

No por último en mi comentario he disfrutado menos de Cuando despiertes, de Daniel Burguet, de quien dice Eric Flores Taylor, y dice bien, que «es una novela seccionada en relatos». Pero, además, hay aquí cuestiones hondas más allá del divertissement de la ciencia-ficción. Por su extensión, me parecería más una noveleta, pero el autor seccionó no por gusto y cada texto goza de autonomía y belleza.

Cuando despiertes, Daniel,

te hallarás mil dinosaurios,

buenos y malos, tus saurios

se imprimen sobre papel.

Puede un poco sernos cruel

lo que ocurre allí en tus cuentos,

aun escucho los lamentos

de no pocos personajes,

mas todos tienen anclajes

y se desplazan contentos.

En fin, estoy satisfecho por poderles presentar estos cinco excelentes libros, agradezco a la Asociación Hermanos Saíz y a la Editorial Abril que me permitieran saludar con vítores a esta hornada de escritores que ya comienzan a sentirse con paso fuerte en el contexto de la literatura cubana. Bienvenidos muchachos talentosos, llenos de aspiraciones, anhelos, suspirantes ambiciones y gran deseos de crear para mejorar al mundo con la poesía. Ustedes escribirán y sobre ustedes y sus obras se escribirá largamente en el siglo que aún estamos iniciando. Felicidades y adelante.



Atento a Daniel Zayas Aguilera

Tomado de Cuba literaria

Cumple Daniel Zayas Aguilera (Isla de la Juventud, 1987) aspectos propios del ritmo de presentación de la promoción poética de la que forma parte: ganar premios literarios, publicar el resultado de esos lauros, avanzar en un tono conversacional que tiene rasgos narrativos, sin dejar a un lado el lirismo esencial, y buscar temas casi siempre sensoriales (vista, oído…) para expresar el entorno y las circunstancias, la praxis vital. También muestra en sus poemas diferentes el agotamiento de los senderos barrocos, altamente tropológicos, inevitablemente oscuros y hasta herméticos de la poesía cubana de las décadas finales del siglo XX, porque Zayas es un poeta de expresión directa, precisa, atinado en el ahorro de recursos y por ello bien dado a la síntesis. Busca temas sociales y los repasa desde la intimidad. Por ello su poesía sigue una línea «externizadora» que han adoptado algunos creadores cercanos a él por su fecha de nacimiento.

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