Centro de Estudios


Martí nos enseña el camino del bien

Por Doctor en Ciencias Históricas Pedro Pablo Rodríguez, intervención en el espacio Dialogar, dialogar, de la AHS

¿Vieron todos en la televisión los personajes que les echaron la sangre a los bustos de Martí? Hay uno de ellos, que dice que él lo hizo porque el otro vino y le dijo que tenía una “pinchita” para ganar dinero. No sabemos cuánto.

Estas personas no tienen realmente ni la menor idea de quién es Martí, no lo sienten, no comprenden su dimensión. Solo así se entiende un poco que hagan semejante cosa.

Entonces yo pienso: ¿y cómo es posible que en Cuba, con todo lo que hablamos de Martí y todo lo que se publica y se hace, pues haya personas que, como esas, no conozcan la obra ni las esencias de José Martí, no sientan suficiente admiración y respeto?

Este es un asunto importante, un asunto central. Debemos entender cada día más por qué Martí resulta importante, por qué resulta significativo para nosotros, y no pensar simplemente que es por sus textos, sino también por lo que hizo. Les voy a poner unos ejemplos de unas personas extranjeras.  Nosotros, en el Centro de Estudios Martianos, recibimos estudiantes extranjeros con frecuencia. Llegó una vez una muchacha japonesa, que quería hacer estudios sobre Martí, a ver si escribía un trabajo, hasta un libro sobre él.

¿Qué sabía del Apóstol? Imagínense ustedes. Había leído textos sueltos, manejaba todavía muy mal el español…, lo cual limitaba sus posibilidades de conocer más sobre él, pero seguía tratando de aprender, siempre con un diccionario en la mano para entender todo.

Ella estuvo casi un año con nosotros aquí, estudiando, leyendo a Martí, nosotros explicándole cosas y demás. Regresó a su país, y poco después nos envió una carta agradeciendo, y diciendo que, cuando llegó a Japón, ella se preguntó: ¿y para que yo he estudiado a Martí, para qué yo lo he leído, qué me enseñó? Y se respondió ella misma: “Martí me enseñó que debo tener una preocupación por los problemas a mi alrededor, por la vida de mi país, por los problemas del mundo, pero desde el ángulo de mi país, que es donde vivo”.

Y entonces llegó a la conclusión de que en Japón hay un problema hace rato: hay sectores de los políticos, incluida parte del propio gobierno que quisieran, con el impulso de Estados Unidos, tener un gran ejército, volver a ser una potencia militar como lo fueron hasta la Segunda Guerra Mundial, en que Japón fue el gran imperialista de su zona geográfica.  Japón dominó Corea, parte de China, llegó hasta las Filipinas, dominó parte inclusive de la Península Indochina; es decir se expandió territorialmente sobre otros pueblos asiáticos, y las tropas japonesas hicieron horrores en esos lugares, horrores de todo tipo contra las poblaciones de esos lugares.

Perdida la guerra, se estableció en la Constitución  que Japón no podría tener un gran ejército; lo que tiene es una cantidad limitada de tropas que ellos les llaman las fuerzas de defensa y que no tienen todo tipo de medios militares, no tienen los cohetes de mayor alcance, mejor preparados, no tienen una gran aviación, no tienen una flota de la marina de guerra, tienen una cantidad limitada de tropas que se supone que sirvan para defender a Japón si alguien los ataca, pero que no pueden convertirse por ellos en una potencia militar, como es Estados Unidos o como pueden hacer algunos países de Europa. No; pero estos sectores aliados a EEUU quieren convertir a Japón de nuevo en una potencia militar, cosa desde luego que como ustedes se imaginarán les preocupa a los países vecinos, porque temen que Japón pretenda expandirse otra vez a costa de otros.

Y esta muchacha, gracias al ejemplo de Martí, entró en un movimiento masivo que cada vez crece más en Japón, contra la militarización. Gran parte de la población no quiere que el país se convierta en una potencia imperial, en una potencia que se expanda, porque eso puede llevar a una guerra. El pueblo sufrió mucho en el pasado.  Es el único país del mundo que ha recibido dos bombas nucleares, y cuyos efectos todavía siguen saliendo; eso fue en 1945 y todavía hay descendientes que tienen consecuencias de aquello.

Cualquier persona racional en Japón, cualquiera que tenga dos dedos de frente, no va a querer que caiga una bomba atómica allá otra vez.

Y esta muchacha nos envió una foto de lo que están haciendo, de cómo escriben sobre eso, de cómo lo tratan en los medios de difusión, cómo hacen manifestaciones y cómo discuten con los políticos.

Esta muchacha sintió la necesidad de preocuparse por un problema importantísimo en su país.  José Martí la impulsó a preocuparse por hacer el bien y no el mal, en primer lugar para su país, su gente, pero en segundo lugar para otras naciones, porque una guerra en Asia afectaría a muchos.

Tuvimos también una muchacha de la India, donde conviven muchas personas de culturas diferentes, se hablan un montón de lenguas distintas.  La India es un país, yo diría, multinacional.  Y ella es de un grupo llamado Los Tamiles, un grupo enorme, son millones Los Tamiles. Hablan una lengua distinta a la de la mayoría o buena parte de la población de la India.

Y la muchacha no hablaba español, pero había oído hablar de Martí, y la pusimos en contacto con algunos textos del Apóstol en inglés, porque sí entendía ese idioma, y se quedó sorprendida, regresó a la India y resulta ser que se ha dedicado a hacer seminarios donde traducen del inglés a la lengua de llos–porque ninguno entiende el Español–. Quiere que otros tamiles conozcan el pensamiento de Martí.  ¿Y saben por qué?  Según ella, porque Martí “nos enseñó la confraternidad entre los seres humanos y el camino del bien”.

Piensen ustedes que en la India hay muchos budistas, mucha gente que cree en el budismo, que es una religión muy distinta a las cristianas.  El budismo no tiene iglesias, hay lugares en que hay un sacerdote, que no trabaja con las personas, las personas van allí a meditar, se sientan tranquilamente allí a meditar y a pensar en sus problemas, y a tratar que el Buda, un personaje que existió en la vida real y enseñó el camino del bien y la felicidad, pues los guíe de alguna manera a ver cómo ellos encuentran solución a sus problemas.

Entonces esa tradición budista esta gente la aplica a Martí. Para ellos el señala un camino parecido al de Buda, es decir, que Martí abre el camino del bien y por consiguiente es necesario que otras personas de su país, de su lengua, de su cultura, pues también aprendan de su pensamiento.

Y si sigo por ahí, les puedo poner muchos ejemplos más.  Hay personas en Yucatán que son mayas. Ahí mismo, al lado de nosotros, en México, hay personas que no hablan español, sino lenguas mayas, otras lenguas.  El maya suena rarísimo, se aspira, tú no te imaginas nada de lo que están hablando, ni te imaginas lo que están diciendo los mayas.  Y hay personas que se han dedicado a traducir la obra de Martí a la lengua maya.  ¿Saben por qué?  Porque dicen que, como los mayas sufren muchas discriminaciones por ser indígenas, Martí puede ayudarlos a comprender de qué manera deben afrontar esa lucha, esa pelea porque su cultura sea reconocida plenamente, sus valores, sus maneras de ser, sus ideas.

El maya, o el indio en América, ha sufrido lo mismo que sufrió el negro que trajeron de África, como esclavo; al indio lo convirtieron en esclavo o rechazaron sus culturas, rechazaron sus ideas, fueron los que trabajaron para los conquistadores y han quedado en líneas generales un poco apartados.

Ahora hemos visto todo el trajín que se ha formado en Bolivia con el golpe de Estado contra Evo Morales, que va dirigido contra la mayoría de la población boliviana, que está compuesta por indios, indígenas, que no son descendientes de españoles ni de europeos.

Uno se pregunta: ¿por qué una persona en Japón –donde son tan diferentes a nosotros en tantas cosas, no solo físicamente, sino en sus costumbres– encuentra un valor en Martí?  Eso a uno le llama la atención.  ¿Por qué una persona en la India encuentra un valor en Martí?  ¿Por qué de pronto personas en países como Nigeria están estudiando a Martí?  ¿Nigeria?  Bueno, de ahí vinieron muchos esclavos, gran parte de las religiones de origen africano en Cuba vinieron de Nigeria.  Es difícil imaginar cómo es la gente en Nigeria realmente, a no ser algún diplomático cubano que vaya a trabajar allá.  Y entonces de pronto dicen: ¿y por qué hay gente empeñada de pronto ahora en estudiar a Martí en Nigeria?  ¿Por qué un poeta paraguayo, que habla guaraní tradujo los poemas de Martí al guaraní?  Porque considera necesario que su pueblo conozca las poesías de  Martí, porque las poesías de Martí enseñan a ser mejor.

Todos coinciden en que Martí enseña valores, cosas buenas.  Y yo creo que ahí está quizás el secreto de esa permanencia de Martí.

Yo pregunto: ¿Hoy tenemos que levantarnos a pelear contra el gobierno español?  ¿Ustedes tienen necesidad de coger un machete e irse a pelear contra los españoles, contra un ejército español?  No tenemos un ejército español en Cuba, por suerte; no dependemos en eso de una metrópoli colonial que tiene un ejército en Cuba.  Martí convocó a los cubanos a una guerra contra el colonialismo español. Ya no hace falta eso, y entonces, ¿es que ya Martí no tiene nada que a hacer, porque se acabó en Cuba el colonialismo?

Martí sistemática y constantemente mediante sus escritos insiste en la necesidad de hacer una persona diferente, preocupada por los problemas de su tiempo.  Él dijo que para ser un hombre de todos los tiempos lo primero es ser un hombre de su tiempo.  No piense usted que en el futuro van a hablar de usted si usted en su época no ha hecho algo valioso.

Martí vivió la época en que los europeos se repartieron África.  ¿Ustedes han estudiado geografía de África? ¿Saben geografía de África?  ¿Se han fijado qué bonitas son las fronteras entre los países, que son rayitas así, muy cuadraditas?  En Europa precisar las fronteras es un lío, pero en África es muy fácil, porque en 1884 se reunieron las potencias europeas en Berlín y se dividieron África, y dijeron: a ti te toca del paralelo tal para allá, y a mí del paralelo ese para acá, y a ti del meridiano ese para allá y del otro meridiano ese para acá.  Los paralelos y meridianos son esas líneas imaginarias. No existen, son las líneas imaginarias por las cuales se divide geográficamente el mundo.  Y entonces, bueno, pues los ingleses dijeron: pues de aquí para acá es mío, y los franceses dijeron: entonces de aquí para allá es mío, y los otros dijeron: de aquí para acá es mío y de aquí para acá es tuyo.

Y el colmo fue el Rey de Bélgica, país más chiquito que Cuba, pero potencia nuclear.  ¿Y saben por qué, entre otras cosas? Porque al Rey de Bélgica le regalaron el Congo.  Si ustedes recortan Bélgica en el mapa y lo pegan encima del Congo, que era colonia de ellos, se darán cuenta de que no sé cuántas veces cabe Bélgica en el Congo. El dueño era el Rey, no era ni siquiera el gobierno de Bélgica.  ¿Y por qué quería ese territorio?  Ah, porque en el Congo se producía caucho, lo cual se utiliza para montones de cosas.

Eso permitió el enriquecimiento de los belgas, de la clase rica, porque los otros eran los obreros que trabajaban en la fábrica. En ese mundo vivió Martí.

Y por eso de pronto uno se sorprende cuando dice: Mira esto: Martí vivió la conquista de Túnez.  Túnez era un país independiente, y los franceses lo atacaron, ¿y Martí qué escribió para sus lectores de América?  Ah, “hay que estar del lado del árabe que, montado en su caballo y con un cuchillo en la boca, pelea contra los franceses por su libertad, por su independencia.

Y de pronto uno dice: Martí, que era un admirador de la cultura francesa; Martí, que había pasado por París; Martí, que leía y escribía en francés; Martí, que sabía de los poetas franceses de la época, a quienes consideró entre los mejores de su tiempo, estuvo del lado de los árabes, porque condenó el imperialismo francés.

Por lo mismo, ¿ustedes saben de qué se llevó una idea exacta Martí? De Hawái. ¿Y qué tiene que ver Hawái?  ¿Qué idea tienen ustedes de Hawái, qué ideas tenemos todos los que estamos sentados aquí de Hawái?  Las que nos dan las películas.  Hawái es la playa, el bailecito ese del Ukelele.  Y fíjense que en todas las películas americanas sale Hawái.  Ah, porque el jefe quiere empatarse con la secretaria y se la lleva para Hawái, o porque al marido la mujer la cogió en un desliz con otra y quiere arreglar la cosa y se lleva la mujer de vacaciones para Hawái.

Claro, eso lo hace la gente que tiene plata, porque Hawái está muy lejos del territorio continental de Estados Unidos y hay que gastar dinerito, y Hawái es caro, porque es una zona turística.  Y resulta ser que Hawái era un país independiente hasta los tiempos de Martí, que tenía su propio gobierno, era una monarquía, tenían una reina, reina que estuvo en los Estados Unidos.

Martí siguió el viaje de la reina, y estaba estudiando y explicando que Hawái podía terminar en manos de los EE.UU., como efectivamente sucedió, y que eso iba a significar un desastre porque iban a desaparecer los elementos de la cultura Hawaiana.  Hoy Hawái, si tiene algún elemento de su antigua cultura, es pura presentación escenográfica para los turistas, porque ya el hawaiano de hoy no tiene que ver nada con aquellos hawaianos de finales del siglo XIX, y donde además se ha llenado de gente va a vivir de EE.UU para allá, y donde casi no quedan verdaderos descendientes de los hawaianos. Se ha perdido una cultura, se ha perdido una nación.

Por eso Martí se preocupó por aquellas islitas en el Pacífico, que estaban en el fin del mundo y que a lo mejor muchos de sus lectores ni sabían bien dónde estaba Hawái.

Y para decirles un último ejemplo:  Martí escribió una cosa interesantísima. Ustedes tienen que haber leído muchas veces la palabra civilización, en historia les deben haber hablado de eso.  La civilización griega ¿han dado Historia Antigua ya? (Le responden que sí), la civilización griega, la civilización romana o latina, es lo mismo.

¿Entonces qué nos meten en la cabeza a veces, en la historia que se escribe fuera de Cuba o en muchos lugares?  Que griegos y romanos formaron la base de lo que llaman la cultura occidental.  La cultura occidental es la de los europeos y la de los Estados Unidos, que son los europeos magnificados, llevados a su grado sumo de expresión, y que están luchando contra los otros, los otros son los salvajes, porque la civilización está en esa cultura occidental.

En primer lugar, nos están enseñando una mentira. ¿Ustedes saben que no había gente más asiática que los griegos de la antigüedad? A los que estudiaron Historia Antigua seguramente les hablaron de la guerra de los griegos contra el imperio persa, y Persia es Irán, lo que hoy se llama Irán, y era un gran imperio en la antigüedad. Y, claro, el temor de las ciudades-estados griegos era que llegaran los persas y se los tragaran.  Su vida transcurría pensando en eso.

¿Y ustedes saben de dónde salieron gran parte de los conocimientos científicos para su época que tuvieron los griegos en la antigüedad?  De Egipto.  Porque tenían mucho comercio e intercambio con el antiguo Egipto.  Egipto era la potencia científica y tecnológica de la época, de la antigüedad.  ¿Cómo se construyeron las pirámides?  Todavía no lo sabemos.  Las famosas pirámides de Egipto todavía no sabemos cómo las hacían.  ¿Pero ustedes se imaginan qué clase de ingenieros tenían que tener para poder construir con unos bloques de piedra enormes; cómo los encaramaban allá arriba si no tenían grúas; de qué manera movían aquello para construir aquello; cuánto sabían los egipcios de la antigüedad del movimiento de los astros?  ¡Muchísimo!  Resulta ser que es una cultura importantísima, y los griegos aprendieron mucho de ellos porque se pasaban la vida intercambiando con ellos y aprendieron de ellos.

¿Cuánto sabían los mexicanos de astronomía cuando llegaron los españoles? Sabían mucho, más que los europeos, porque precisamente en las pirámides mexicanas, en las pirámides del Antiguo México se encaramaban no a mirar el mundo, sino a mirar las estrellas.

Por eso Martí se interesó por las culturas antiguas de América, por eso les escribió en la Edad de Oro a los niños de América un trabajo sobre las ruinas indias, y que hablaba del tremendo poderío, del tremendo alcance, de la tremenda sabiduría que tenían las culturas indias antiguas, las ruinas indias de México, la cultura maya, los pueblos del Valle de México. Y eso es lo que hace que entonces, por ejemplo, los mayas de hoy se preocupen porque, bueno, y cómo Martí sabía esto, y por qué habló esto, y por qué estaba defendiendo a nuestros antecesores.

Y eso explica por qué alguna gente se ha ocupado de traducir a Martí a las lenguas mayas, para que no tengan que pasar trabajo, para que entiendan lo que estaba diciendo ese hombre que pensaba no solo en el bien de los cubanos, sino en el bien de mucha gente, en el bien general, en el bien de la mayor parte de las personas.

Y yo creo que esa es la actualidad de Martí en buena medida, que lo es hoy y lo va a ser siempre.  Porque siempre el ser humano va a tener de alguna manera que tratar de mejorarse.  Si a nosotros nos dejan como un campo silvestre, sabe Dios adónde vamos a parar.  Porque, ¿qué hace el niño cuando nace? ¿Quién tiene un hermanito chiquitico?¿Qué hace el niño? (Le dicen que llorar).  Llorar. ¿Por qué?  Porque tiene hambre, llora cuando tiene hambre, y cuando aprende que llorando consigue comida; él lo aprende, lo va aprendiendo. Y si tú dejas al niño, ¿qué te hace? Te mete el dedo en el tomacorriente y se electrocuta. Tú vas educando a ese niño para que tenga vida social, para que comparta con la familia, en fin, para que no les haga la vida imposible a los demás.

Por consiguiente, la sociedad tiene que vivir sistemáticamente formando a las personas para poder convivir entre nosotros; si no, no podemos convivir.  Y eso les pasó desde la gente de la Edad de Piedra, que a veces nos parece que no eran seres humanos, pero sí lo eran.  Esa gente de la Edad de Piedra eran seres humanos, como nosotros, lo único que vivían en cuevas.  Qué gran diferencia con la nuestra, ¿verdad?

Pero también eran seres humanos y tenían códigos de costumbres establecidos entre ellos para poder subsistir. Si iban a matar un animal para comer, tenían que ponerse de acuerdo en eso.  Por eso es que Martí habla también de los pueblos esos primitivos, habla hasta de la gente de la Edad de Piedra, porque está explicando cómo la sociedad, cómo los grupos humanos, para poder convivir y poder resistir, tienen que adoptar determinadas normas; normas que para Martí deben ser igualitarias para todos.

Y ahí está yo diría el secreto de Martí y su permanente actualidad. Usted tiene que pensar en los demás, y no solo en usted; usted tiene que trabajar de acuerdo con los demás, y no solo para usted; usted tiene que tratar de tener una conducta que no lesione a los otros; usted tiene que comportarse de una manera que no le eche a perder la vida a los demás, si usted está durmiendo y todos los días a las tres de la mañana el vecino le pone la música a todo lo que da, usted termina por querer asesinar al vecino porque te hace la vida imposible y no te deja dormir.

Entonces, por consiguiente, usted tiene que buscar la manera de establecer mecanismos que impidan eso, y usted no le está coartando su manera de ser, lo que está tratando de adaptar la vida de unos con respecto a los otros.

Y ahí está yo diría–vuelvo a decir–, el gran secreto quizás de Martí y que resulta atractivo para gente de culturas tan distintas a las nuestras.  Imagínense que los japoneses se visten con un color para trasmitirles a los demás su estado de ánimo: si están tristes, se visten con un color, todo el mundo sabe que está triste.  Nosotros no, nosotros nos vestimos como quiera, de rojo, de azul, de verde o de amarillo. No pensamos en lo que trasmite el color ni en sentimientos.  Los japoneses sí.  Piensan distinto a nosotros, leen distinto a nosotros, leen de derecha a izquierda, ellos leen al revés, empiezan el libro por atrás, leen de atrás hacia adelante.  Claro, ellos dirán de nosotros: ustedes son los que leen de atrás para adelante, inclusive tienen otra forma de entender muchas cosas de la vida.  Y sin embargo, esta muchacha japonesa encuentra en Martí una sabiduría, un aprendizaje, una utilidad.

Y yo creo que ahí está el camino de nosotros: saber trasmitir cómo siempre en Martí el que empieza, las nuevas generaciones, los niños, pueden aprender de Martí valores, pueden aprender de una vida social distinta y pueden comprender un ejemplo que ponía Martí a cada rato: hay que respetar al indio de América, de los pueblos incaicos que, cuando corta un árbol para construir su casa, le pide perdón al árbol, cosa que les daba risa a los españoles, que decían: ¿Y por qué este tipo le pide perdón al árbol? Porque está matando una vida, porque está matando algo vivo, el árbol es un ser vivo, que usted lo siembra y va creciendo, por tanto, es un ser vivo, como lo es cualquier animal.  Ahora hay mucho lío con los animales, y yo digo: ¿cuándo vamos a defender a las plantas?  Que a veces hay que matarlas o muchas veces, para poderlas comer, desde luego, porque es nuestra subsistencia, pero no me quemes árboles por gusto, no me cortes árboles por gusto.  ¿Para qué? ¿Para tener el placer de que eres un tipo bárbaro con el hacha?

Ahí está ese sentido, que evidentemente los personajes capaces de irrespetar de una manera horrible a Martí, esos que vimos en la televisión, no entienden, no interiorizan. No tienen valores ni moral.  Los valores para ellos son eso: búscame una “pinchita” que me dé dinero.  Hoy es el busto de Martí, mañana puede ser matar a alguien, y te vas a ganar un dinerito, y ahí tendríamos entonces el drama de la sociedad norteamericana, que sale gente a matar gente ya ni siquiera por el dinero, sino porque creen ser los bárbaros.

Hay que pensar siempre en el otro, en respetar al otro. Los pueblos tienen que pensar en cómo respetar a los demás y en no hacerles la vida imposible. Esto es lo que permitiría una humanidad mejor. Martí quería la independencia de Cuba no solo para ser independientes. ¿Cómo termina el Manifiesto de Montecristi, ese documento que él escribió para explicar por qué los cubanos íbamos a la guerra?  La primera razón que da no es la independencia, dice: el bien mayor del hombre.

Los cubanos iban a la guerra por el bien mayor del hombre, por hacer una humanidad mejor; ese era el sentido de Martí. Y yo creo que ahí está la importancia de por qué siempre va a ser actual, porque es un hombre que está predicando un bien en función de la defensa contra aquellos que están llevando un mal. (APLAUSOS).

*Transcripción de la intervención de Pedro Pablo Rodríguez, Premio Nacional de Ciencias Sociales y Humanísticas, en el espacio Dialogar, dialogar sobre José Martí en la hora actual, realizado en el Pabellón Cuba, sede nacional de la AHS, el miércoles 22 de enero de 2020.


Fiesta de la Cubanía: la cultura como escudo y espada de la nación.

“Sin cultura no hay libertad posible”

Fidel Castro Ruz

 

La XXVI Fiesta de la Cubanía que tuvo lugar en la patrimonial urbe bayamesa  ha sido génesis de un nuevo capítulo en la celebración tradicional, convirtiendo la atípica edición en un trascendente espacio que desde escenarios virtuales, desafió las limitaciones por la actual crisis sanitaria que enfrenta el país.

Dedicada al aniversario 125 de la caída en combate de José Martí, al centenario del natalicio de las cubanas Celia Sánchez Manduley y Alicia Alonso, y al primer aniversario de la desaparición física de la Prima Ballerina Assoluta, el festejo incluyó como espacio principal la realización de la XXVIII edición del Evento Teórico Crisol de la Nacionalidad Cubana.

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Sirvió también la festividad como homenaje al aniversario 40 de la instauración del Día de la Cultura Cubana, a los 126 años del natalicio de Miguel Matamoros, los 30 de la fundación del Consejo Provincial de las Artes Escénicas de Granma y la creación de los Centros Provinciales de Cine, al 90 cumpleaños de Omara Portuondo y al aniversario 60 de la creación del Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC.

Durante la apertura se realizó el recorrido del revólver Colt 38 –utilizado por Celia Sánchez Manduley y el pelotón femenino Mariana Grajales– desde el Museo Casa Natal de Carlos Manuel de Céspedes hasta el Teatro Bayamo. El objeto patrimonial tuteló la ceremonia inaugural que contó con la presencia del Primer Secretario del Comité Provincial del PCC Federico Hernández Hernández; Francisco Alexis Escribano Cruz, gobernador de la provincia; Abel Prieto Jiménez, presidente de Casa de Las Américas; Ernesto Limia, vicepresidente primero de la Asociación de Escritores de la UNEAC, y Lorianne Rodríguez, directora de Cultura en Granma.

«Formar consumidores críticos, cultos e inteligentes constituye el único camino para combatir la crisis cultural contemporánea acentuada por el uso de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones», expresó el Presidente de Casa de las Américas Abel Prieto Jiménez, al intervenir en la primera jornada de la Fiesta de la Cubanía.

La conferencia inaugural “Cultura y nación ante los desafíos del presente”, estuvo a cargo de Abel Prieto, que refirió claros elementos de la crisis cultural y la industria hegemónica del entretenimiento como enemigos viscerales de cubanía. El culto a lo pueril, el desinterés por la historia y la política, la cultura chatarra, el dilema de las redes sociales y la sutil manipulación de sus usuarios han creado un espacio de negación de la ciencia, sumado a la actual pandemia y el efecto en los núcleos de resistencia cultural.

El Presidente de Casa de las Américas subrayó además, que el poder de las plataformas privadas es mayor que el poder de los estados, actualmente la estética del show ha contaminado la información, los medios hegemónicos han maquillado sus modelos para seducir y crear un esquema de amnesia inducida en la cultura. El papel que antes jugaban grandes literatos como Émile Zola, Tolstói, Jean-Paul Sartre, está siendo sustituido por youtubers e influencers que inducen a una inevitable hipnosis mediática.

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Sobre estas amenazas al binomio cultura-nación, el ciberbullying, la fragmentación del conocimiento, el consumo cultural y los imperativos de formar consumidores críticos y conscientes reflexionó el público presente en interacción directa con el prestigioso intelectual, y en el que se destacó la significación de la Fiesta de la Cubanía como espacio que salvaguarda la memoria histórica en medio de una guerra mediática que pretende fragmentar la cultura cubana.

Abel Prieto también intercambió con participantes del Evento Teórico Crisol de la Nacionalidad Cubana durante la segunda jornada del festejo, y se presentó el libro de su autoría Símbolos, fogatas y hechizos infernales.

El evento propició un aguzado debate científico que tuvo como premisa la impronta de la mujer en los procesos históricos y culturales en Cuba y Latinoamérica, enfatizando en las luchas independentistas y revolucionarias hasta la actualidad. Se realizaron conferencias virtuales del Dr.C Pedro Pablo Rodríguez, investigador titular del Centro de Estudios Martianos; la Dra. Luisa Campuzano Sentí, quien dirige el Programa de Estudios de la Mujer en Casa de las Américas y Miguel Cabrera, crítico de danza e historiador del Ballet Nacional de Cuba.

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Se desarrolló un panel online a través del Canal Videos Crisol –habilitado para transmitir en redes sobre lo acontecido en la fiesta– con representantes del Frente Feminista de ALBA Movimiento en Venezuela, Argentina y Colombia, profesoras de la Universidad de Granma y la directora de la Casa de la Nacionalidad (institución que auspicia el evento).

La XXVI Fiesta de la Cubanía –que aconteció del 17 al 20 de octubre– contempló también la inauguración de la XXXII Jornada de Cine Cubano e Internacional con la presentación de audiovisuales realizados por el Proyecto Picacho, y se agasajó asimismo a miembros de la filial de escritores de la UNEAC que cumplieron aniversarios cerrados de creación literaria.

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En estricto cumplimiento de las medidas higiénico-sanitarias que exige el actual contexto epidemiológico del país, se realizaron presentaciones teatrales, inauguración de exposiciones de artes plásticas, se develó –como es habitual cada año– una escultura en cera policromada del músico y compositor cubano Miguel Matamoros, y durante el acto se amplificó un mensaje de voz de Martha Beatriz Matamoros Audinot, nieta del trovador santiaguero.

Las jornadas de celebración concluyeron tras haberse lanzado la convocatoria de la XXIX Edición del Evento Teórico Crisol de la Nacionalidad Cubana, próximo a celebrarse en 2021 y dedicado esta vez al centenario de Cintio Vitier, bicentenario de Francisco Vicente Aguilera y a los aniversarios 60 de la Campaña de Alfabetización y de “Palabras a los Intelectuales”. En la mañana del 20 de octubre, en homenaje a los 152 años de la interpretación por vez primera del Himno Nacional, se rememoró en acto solemne el patriótico suceso con la habitual Ceremonia de las Banderas.

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La Fiesta de la Cubanía, en singular edición, llevó su eclecticismo artístico a su máxima expresión. La Ciudad Monumento, ícono de rebeldía, reafirma su identidad cultural y su compromiso con los más genuinos valores sociales. El desafío al recrudecimiento del bloqueo y el enfrentamiento a una epidemia global no han provocado sino el fortalecimiento de la unidad, el hacer de la cubanía nuestro baluarte principal, el patriotismo como esencial arma, y la cultura como escudo y espada de la nación.


En Granma, fiesta virtual de pensamiento científico

A 152 años de la interpretación por vez primera del Himno Nacional, aquel 20 de octubre, sobre los adoquines de la otrora Plaza de la Iglesia Mayor San Salvador de Bayamo (hoy Plaza del Himno) llega la Fiesta de la Cubanía. El año 1994 marca la génesis del festejo de cubanía, a propuesta del entonces Ministro de Cultura Armando Hart Dávalos, con motivo del histórico suceso que marcaría para siempre la historia de la Patria.  

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Librerías: espacios esenciales en las nuevas realidades sociales contemporáneas

“…sólo el júbilo que me produce entrar en una gran librería es comparable al frío que se siente al entrar en un gran arsenal”.

José Martí.

(Diario La Nación El 13 de enero de 1886)

“Las librerías son antros donde se pasean unos tipos raros que ojean lo que no compran, que hojean lo que sólo pueden mirar…”

César Hildebrandt

(Periodista limeño)

Quien se decida a realizar una exhaustiva búsqueda bibliográfica, acerca de temas relacionados con las instituciones culturales en nuestro país, podrá percatarse de siguiente detalle: sobre las librerías resultan, aún, escasos los trabajos que atiendan suficientemente su quehacer y papel, en torno a procesos articuladores como el servicio y la gestión cultural o su participación en la producción de conocimientos e intercambios de información y significaciones de la sociedad.

La necesidad de indagar en estas y otras zonas de profundas connotaciones para estas instituciones, cuya actividad se relaciona con las formas tradicionales del consumo de libros, radica en el largo tiempo que han estado presentes en los itinerarios y prácticas culturales[1] de muchos cubanos. Ocupan un lugar crucial en la memoria colectiva, fundamentalmente, por el interés de los servicios que prestan y de sus usos, servicios que dejaron de ser una práctica de consumo cultural[2] elitista mediado por signos de status, con peso en las competencias económicas o culturales.

Lo antes descrito les ha permitido ganarse cierta distinción y destaque en los distintos momentos histórico-culturales de nuestra sociedad, a partir de interconexiones establecidas en el tejido social, que les imprimen características —quizás las más conocidas— como las de ser soportes estructuradores de barrios y actividades culturales y lugar de afinidades cultivadas de diversas maneras: El lugar “donde a la memoria y la emoción se suma el encuentro, según postulados de la sicogeografía[3]”.   

El periodista, narrador, crítico y editor cubano Imeldo Álvarez García, da cuentas en su artículo «Libros, libreros y librerías”, de la impronta emotiva que estos lugares tienen al plantear “que valdría la pena compilar los criterios y anécdotas de los más importantes escritores, artistas e intelectuales sobre las librerías [donde] Saldría un libro colmado de experiencias incalculables en la memoria de cualquier densidad cultural”. Aunque valdría la pena recoger también las vivencias de otros grupos sociales, pues la permanencia y diversificación de las librerías por todo el territorio nacional[4] patentiza una de las maneras en que se han defendido, nuestros derechos culturales, en tanto, hacer usos de sus servicios,[5] ejemplifica la democratización y acceso a los productos culturales (específicamente los productos editoriales).

II

Urge recuperar y organizar la mayor cantidad de información posible sobre las librerías porque en Cuba, “donde se libra actualmente la más auténtica revolución cultural de estos tiempos, la librería tiene un significado distinto”[6],  al estar sometidas, entre otras mediaciones, a las cambiantes condiciones de la realidad social contemporánea, caracterizada por la diversificación (y nuevos hábitos) de consumo de bienes y servicios culturales que coadyuvan, de una manera u otra, a debilitar su viabilidad.

La diversificación de este tipo de consumo, ya ocupa el centro de disímiles procesos de reproducción social, lo que significa para las librerías, a escala local, según la opinión del pedagogo vazco, experto en politica y gestión cultural, Iñaki López Aguileta, “una dura competencia en el sector del ocio y la cultura, teniendo en cuenta la existencia de muchas ofertas públicas y privadas, en el hogar y fuera de él”[7].

Pese a las amenazas que se derivan de estos contextos, las librerías siguen desempeñando, desde su objeto social, el papel primordial de asegurar la bibliodiversidad y el fomento de la lectura de los niños, jóvenes y adultos, razones que convocan e invitan a reflexionar acerca de su lugar como espacio público que ha de ser promovido y defendido por todos los actores de la sociedad, los que deben (debemos) reconocer los roles y funciones de estas instituciones, para hacer ciertos las distintas proyecciones y asumir la pertinencia de valorizar la oportunidad que representan para el desarrollo cultural.

Este reconocimiento puede catalogarse de estratégico porque, hoy día, sobre las librerías se ciñen no pocos pronósticos oscuros, que guardan relación por una parte —y terreno de agudas polémicas— con el empuje de las tecnologías de la información y las comunicaciones (Tics) consideradas, muchas veces, colaterales a todo el ciclo productivo del libro[8].  y que afecta indiscutiblemente a los actores involucrados en ese proceso, entre ellos el lector y el libro respectivamente.

Por otra parte relacionados con comportamientos culturales,[9] tanto en el ámbito social y educativo, que indican que la práctica de lectura está quedando por debajo de otras prácticas como escuchar música, ver la televisión, escuchar la radio y ver películas en el hogar gracias al amplio inventario de equipos electrónicos para ello. En otros términos: desplazamientos hacia otras zonas «más atractivas” que dan motivos, a veces extremistas, para decir que las librerías “se están vaciando aceleradamente».  

Si bien en ambos sentidos existen verdades (relativas), resulta oportuno señalar que estas son las nuevas configuraciones donde las librerías se están (de)construyendo; asimilando e integrando otras interrelaciones y dinámicas para ampliar sus servicios, que no debe ser exclusivamente la venta de libros. Configuraciones donde las Tics pueden ser, efectivamente, excelentes aliadas ante las oportunidades que ellas proporcionan[10].

III

Datos obtenidos de las encuestas sobre el consumo y prácticas culturales en América Latina[11], apuntan a que la asistencia y/o visitas a librerías están exhibiendo cifras alentadoras lo que corrobora que estos espacios constituyen un incentivo para satisfacer intereses diversos. Cuba no es la excepción.

En los estudios que se desarrollan sobre el consumo de libros (producto cultural líder de la industria editorial), las visitas a librerías poseen una importancia particular, en tanto contribuyen a diagnosticar el sistema de prácticas relacionadas con el mismo. Preguntas diseñadas sobre la asistencia o visitas a librerías se realizan con el propósito de diagnosticar la utilización (uso) de esos espacios, ambos a disposición de las personas durante todo el año, a lo cual se debe agregar que visitarlas y ser socio de alguna es una práctica fácil de realizar y se pondera sobre la base de la importancia, utilidad y promoción de la lectura.

La información de y sobre las librerías, extraídas de estudios que indagan en otros fenómenos culturales vinculados con las mismas, sugiere y  aporta un  material nada desdeñable para el diseño y puesta en práctica de los resultados concretos de las políticas del libro en estos espacios culturales, esfuerzos institucionales a los que se incorporan investigadores de instituciones culturales y académicas, así como los propios  agentes de la industria cultural del libro, preocupados, desde visiones interdisciplinares y la conveniente combinación de recursos metodológicos, en conocer las razones por la que determinados grupos sociales asisten a las librerías y a cuáles asisten.

En perspectiva las valoraciones anteriores contribuyen a bosquejar los actuales derroteros de las librerías, que deben trabajar por superar la representación tradicional como el lugar donde se venden libros, creencias, muchas veces compartidas, entre la población y el personal que labora en ellas[12] y apostar por una  orientación hacia:

  • el servicio caracterizado por la creatividad; la utilización eficientemente de la información aportada por los estudios de la demanda; el sustento en diagnósticos socioculturales y programas de actividades flexibles; por la articulación de la actividad atendiendo a los principales factores que influyen en la conducta del consumidor como: los culturales, sociales y personales.[13] Asirse a la convicción de que presentar un servicio de buena factura contribuirá al aumento de hábitos, necesidades, demandas y expectativas culturales en la población (potencial comunidad de usuarios).

IV

A modo de conclusión, repensar las librerías como espacio público de la cultura, dedicado a la comercialización, posee intereses específicos que no deben dejarse pasar por alto, dígase, las relaciones que se establecen entre el binomio economía―cultura, pues están en el terreno del sector cultural cuyas actividades económicas se vinculan a la producción cultural a partir de ofertas que intentan satisfacer un tipo de necesidad específica: la cultural.  

Desde estas relaciones se visualiza la importante función de las librerías de ser una organización económica proveedora de servicios de distribución, función que las coloca en calidad de sociedad humana que tiene en mente los intereses de ese tipo de organización, situación que, en ocasiones, convierte las ventas al público en obsesión para los libreros,  sin tiempo para reparar en la responsabilidad de lo que representa el producto cultural editorial, de manera general, de otro tipo de producto.

La gestión comercial con enfoque cultural, un tipo de gestión venida a bien dentro del modelo de actualización social y económico cubano, está llamada a solventar las deficiencias generadas por esas posturas y reordenar los procesos en aras de elaborar engranajes más orgánicos. Gestión que está llamada a defender, “la única riqueza renovable (la cultural) y por tanto inagotable que tenemos [la cual] no puede ser sometida a las leyes de la oferta y la demanda”[14].

Así los procedimientos de trabajo a elegir ―o los elegidos―, tendrán inevitablemente que ser consecuentes con la creciente importancia del binomio antes señalado y tener la voluntad por comprender, acompañar y dominar mejor el lenguaje del mercado cultural (armónico y coherente con nuestra política cultural); realidad que exige entrenamientos más sólidos de los libreros y otros gestores para trabajar con recursos científicos de la actividad cultural más complejos, expeditos para estimular el deseo y la necesidad de llegarnos a esos “grandes arsenales” y sentir que tienen definitivamente un protagonismo mayor en nuestra vida cotidiana.

Notas y referencias bibliográficas

[1] Prácticas culturales (PC): se define como conductas y formas de proceder de las personas que expresan cierta relación con los objetos culturales. La acción directa y conscientemente practicada por los individuos, por ejemplo, escribir, asistir a funciones de teatro o visitar galería, bibliotecas y librerías, etc.

[2] El consumo cultural es un concepto estratégico para interpretar hoy día los asuntos culturales. El teórico de la cultura Néstor García Canclini, lo define como “el conjunto de procesos de apropiación y usos de productos en los que el valor simbólico prevalece sobre los valores de uso y de cambio, o donde al menos estos últimos se configuran subordinados a la dimensión simbólicas”. La idea del consumo cultural suele tener un ámbito de aplicación más amplio en el que caben las actividades relacionadas con los servicios culturales.

[3] La cursiva pertenece al escritor, poeta y ensayista español Manuel Rivas, que desde esta disciplina de la psicología, que estudia, entre otros aspectos, los efectos psíquicos que un determinado contexto produce en los individuos o entender los efectos y las formas del ambiente geográfico en el comportamiento y emociones de las personas, aseveró que sin las librerías y las bibliotecas no existiría la ciudad.

[4] Más de 310 librerías en funcionamiento según el Instituto Cubano del Libro.

[5] La respuesta de los usos, a decir del investigador granmense Máximo Gómez Castell, se objetiva en las producciones de sentido, en la actitud creativa de los individuos.

[6] Más información consultar el artículo de Imeldo Álvarez García “Libros, libreros y librerías”. Disponible en http://www.cubaliteraria.cu/artbaul.php?idarticulo=23

[7] Iñaqui López Aguileta (2002). La promoción del libro a escala local. Ponencia presentada en el XVIII Congreso Nacional de Libreros. Orense, Bilbao, Portugal. 1-4 de mayo.

[8] En el esquema del ciclo productivo del libro en Cuba las librerías se destacan como uno de los eslabones esenciales en la distribución. Ellas responden como estructuras comerciales al Instituto Cubano del Libro (ICL) y administrativamente a los Centros Provinciales del Libro y la Literatura.

[9] Entiéndase por comportamiento cultural el comportamiento exhibido por los seres humanos, o sea, la manera de proceder que tienen las personas en relación con su entorno o mundo de estímulos.

[10] El diseño y puesta en práctica de proyectos como los cibercafés, áreas de lecturas en la red o áreas para descargar libros digitales (gratuitamente) de las bibliotecas virtuales son algunos de los ejemplos que ilustran el resultado de estas alianzas.

[11] Refiérase, entre otras, a los datos recuperados de los informes del Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina, el Caribe, España y Portugal (CERLALC) al cual pertenece Cuba, los informes iberoamericanos del libro y a la segunda Encuesta Nacional sobre Prácticas de Consumo Cultural realizada por el Instituto Cubano de Investigaciones Culturales Juan Marinello (ICICJM) en coordinación con el Centro de Estudios de Población y Desarrollo (CEPDE) de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE).

[12] Ver “La Gestión de los Servicios Culturales desde  la perspectiva socio-cultural en Santiago de Cuba. El Caso de las Librerías” de Liudska Guadarrama Álvarez.

[13] Los factores que influyen en la conducta del consumidor cultural serán determinantes en la toma de decisiones para usar o no el servicio que se presta. Según Philip Kotler, economista y especialista en mercadeo, estos son los: Factores culturales, sociales y personales.

[14] Fragmento de una exclusiva de Fornet aparecida en el artículo » Cultura cubana: Nunca respuestas fáciles a preguntas difíciles.» Publicado: en el sitio digital Cubarte el 27 de febrero de 2012.


Premios Antonio Lloga in memoriam 2020 (+ Videos e Infografías)

Los jóvenes Dailene Dovale, radicada en La Habana, y Rolando Limonta Blázquez, de la emisora holguinera Radio Banes, fueron los ganadores del Gran Premio del concurso Antonio Lloga In Memorian 2020, principal evento organizado cada año por la Asociación Hermanos Saíz para jóvenes radialistas en el país.

Limonta obtuvo, además, los premios en Guion, Dirección, Locución Masculina, y el colateral concedido por la Dirección de la Radio en Santiago de Cuba y la Fundaciòn Caguayo. En su caso, Dovale alcanzó también un Premio Especial y el colateral que otorgó el Centro de Estudios Antonio Maceo, de esa provincia.

Otros de los galardonados fueron Carlos Rojas Veliz en Musicalización; Oscar Quintana en Grabación y edición; e Iviana Ortiz en Locución femenina.

Este domingo también fueron otorgados premios colaterales a la periodista Lisandra Gómez, de Radio Sancti Spíritus (Otorgado por Claustrofobias Promociones Literarias), a Leanne Garvey (Universidad de Oriente), a Javier Labrada (Asociación Cubana de Comunicadores Sociales).

A continuación compartimos todos los reconocimientos:

PREMIADOS DE LA TRIGÉSIMA EDICIÓN DEL TALLER Y CONCURSO DE LA RADIO JOVEN ANTONIO LLOGA IN MEMORIAM 2020:

El jurado del 30 Taller y Concurso de la Radio Joven Antonio Lloga in Memoriam decidió otorgar premios a las siguientes especialidades:

Grabación y edición: Oscar Quintana, por la obra “El órgano de la alegría”, de Radio Siboney.

Musicalización: Carlos Rojas Veliz, por la obra “El arte del transformismo”, de Radio Banes.

Guion: Rolando Limonta Blázquez, por la obra “El arte del transformismo”, de Radio Banes.

Locución femenina: Iviana Ortiz, por la obra “Confidencias”, de Radio 8SF.

Locución masculina: Rolando Limonta Blázquez, por la obra “Permiso, llegó la radio”, de Radio Banes.

Dirección: Rolando Limonta Blázquez.

Premio Especial: Dailene Dovale por el podcast “¿Se puede contagiar la valentía?, del apartado “Más que papel” del multimedio Juventud Rebelde.

Gran Premio Compartido: Rolando Limonta Blázquez por la obra «El arte del transformismo» y Dailene Dovale, por la obra «Se puede contagiar la valentía».

PREMIOS COLATERALES

Claustrofobias Promociones Literarias otorga su premio a la obra » Réquiem», de la realizadora Lisandra Gómez de Radio Sancti Spíritus.

La Universidad de Oriente otorga su reconocimiento a al programa «Tu futuro hoy», de CMKW Radio Mambí, de la realizadora Leanne Garvey.

El Centro de Estudios Antonio Maceo reconoce a la realizadora Dailene Dovale, por el podcast “¿Se puede contagiar la valentía?”

La Asociación Cubana de Comunicadores Sociales y la familia Lloga coincidieron en reconocer al realizador Javier Labrada, por la obra «Venciendo el silencio».

Por su parte, la Dirección Provincial de Radio en Santiago de Cuba y la Fundación Caguayo reconocen la obra «El Arte del transformismo», de Rolando Limonta».


Miembros del jurado Congreso de Pensamiento Memoria Nuestra (2020)

Dra. C. Tamara Caballero Rodríguez. Profesora de la Universidad de Oriente (UO),
Santiago de Cuba.

Ha colaborado con instituciones como: Universidad de Chicago; Universidad de Alicante, Ávila y Valencia en España; Universidades de Lisboa, Faro y Coimbra, en Portugal; Universidad de Sucre y Potosí, en Bolivia; Universidad Autónoma de Zacatecas, México; Universidad Katyavala Bwila, Benguela, Angola, Universidad de Dusserdolf, Alemania; Universidad de Zurich, Suiza; Universidades de La Habana, Las Tunas, Villa Clara y
Holguín, en Cuba.
Es miembro comité académico de la Maestría en Ciencias Sociales y Pensamiento Martiano;, convocada por el Departamento de Sociología, de la Universidad de Oriente.
Formó parte de los proyectos de investigación: Proyecto Problemas sociolaborales del territorio, Proyecto Novoa, Proyecto La Ceiba, Proyecto Ismaelillo, Proyecto Mujer de
amor, Proyecto TSOC.SOS. (con resultados científicos relevantes).
Entre sus publicaciones destacan textos como: El problema de la conciencia. Editorial, Academia de Ciencias de la URSS. Leningrado.1988. (Edición en Ruso); La ideología de la unidad martiana: una propuesta de justicia y paz. Memorias del Congreso LASA 98. Chicago. USA. (1999), en el cual participó como delegada y ponente. (Edición en Inglés) (LIBRO de Memorias); La transformación social en Cuba: proyectos innovadores. (Colectivo de Autores). San Juan, Universidad de Puerto Rico, 2010; Bioética y medioambiente. Coautores. Editorial Félix Varela. La Habana. 2008; La sociología de José Martí: una concepción del cambio. La Habana, Editorial Centro de Estudios Martianos, 2017. (Coautora); La cultura preventiva como función de educación de la conducta social Experiencia cubana. Editorial Academia española. 978-620-2-12838-4. 2018. Autora, junto con Omar Guzmán Miranda.
A estos se unen textos como Importancia de la familia en el trabajo social comunitario. Revista Santiago No 101 2004; Proyecto cultural martiano. Revista Santiago No 103, 2004; La concepción martiana de la mujer. En el libro Las mujeres en Cuba. Editorial Oriente, 2001; La incidencia de la selección de los oficiantes en la santería. Revista Santiago No 103, 2004.
Ha coordinado diversos grupos científicos estudiantiles con un amplio horizonte investigativo desde una óptica sociológica. En sus investigaciones ha abordado temáticas como la influencia de las religiones populares en los niños, la formación de valores, equidad de género y varias relacionados con la trascendencia y el legado del ideario martiano, fundamentalmente en aristas poco tratadas.

Dr. C. Omar Guzmán Miranda, profesor Titular, Universidad de Oriente (UO), Santiago
de Cuba.

Coordinador de la Maestría en "Ciencias Sociales y Pensamiento Martiano", del Departamento de Sociología, de la UO, maestría acreditada de Excelencia con 4 ediciones.
Ha impartido diversos cursos de Teorías Sociológicas y Pensamiento Complejo en universidades extranjeras como: Universidad de Chicago; Universidad de San Petersburgo, Universidad de Sucre, Bolivia; Universidad Autónoma de Zacatecas, México; Universidad de Valencia, España; Universidad de Alicante, España; Universidad de Ávila, España, Universidades portuguesas (Lisboa, Coimbra, Faro), Universidad de Katyabala Bwila, Angola.
Entre las tesis que ha tutorado se encuentran: La selección de los practicantes de la Santería
(religión afrocubana); Tipología de la mujer en Cuba; El problema de la identidad en la
comunidad de El Cobre; El patrimonio cultural y la identidad nacional.
Varias de sus investigaciones se ha acercado a la concepción que sobre las féminas se tiene
en la sociedad: Tipología de la mujer en los marcos de una cultura machista (1998-2001).
También entre estas indagaciones científicas se encuentran trabajos relacionados las
prácticas de diferentes denominaciones religiosas: Proceso de selección de los oficiantes en
la Regla de Ocha y La formación de valores en las personas que practican el espiritismo y
la santería.
Coordinó entre los años 2003-2014 el Proyecto Cultural Martiano “Martí Práctico”.
Aplicación del pensamiento martiano a los problemas sociales del territorio santiaguero.
Además ha participado en proyectos de Estudios Comunitarios en asentamientos
santiagueros como La Ceiba y Novoa, este último premiado en Chile.
Cuenta con las publicaciones: El problema de la conciencia. Editorial Academia de
Ciencias de la URSS. Leningrado.1988.(Edición en Ruso); La ideología de la unidad
martiana: una propuesta de justicia y paz. Memorias del Congreso LASA 98. Chicago.
USA. (1999), en el cual participó como delegado y ponente. (Edición en Inglés) (LIBRO de
Memorias); El pensamiento sociológico, filosófico y político de José Martí como un
problema de la conciencia. Sucre- Bolivia, 2005 ISBN 3.1.876.05; La transformación
social en Cuba: proyectos innovadores. San Juan, Universidad de Puerto Rico, 2012.
(Colectivo de Autores); La sociología de José Martí: una concepción del cambio. La
Habana, Editorial Centro de Estudios Martianos, 2017. (Autor); Proyecto cultural martiano.
Revista Santiago, No. 103, 2004; La incidencia de la selección de los oficiantes en la
santería. Revista Santiago No 103. 2004.
Ha participado en eventos como: Congreso LASA 98. En la Universidad de Chicago,
USA. 1998; III Semana Social Católica. Cobre, Santiago de Cuba, 1998; Congreso “Por el
equilibrio del mundo”. Palacio de las Convenciones. Ciudad de La Habana, 2004; Congreso
Iberoamericano de Pensamiento. Holguín, 2006. En el marco de la XIV Fiesta de la
Cultura Iberoamericana; Conferencia de la Casa del África. En Santiago de Cuba, 2001;
Coloquios del Festival del Caribe. Años 93, 94, 95, 96, 97, 98, 99.
Acreedor de varios premios y reconocimientos entre los que destacan: Premio al Mérito
científico otorgado por el Consejo científico de la Universidad de Oriente, 1994;
Reconocimiento de la UNESCO al Proyecto Socio – urbanístico Novoa como una de las 10
mejores prácticas en el área de Ciencias Sociales (2001). Medalla 50 aniversario UO;
Distinción Rafael María Mendive.2013
Entre 1989 y 2010 dirigió la Revista Santiago, de la UO. Presidente de Honor. (Revista
científica de orientación social y humanística fundada en el año 1970 e Indexada en las bases de datos: Historical Live Historical abstract, Latin American Index, Academias de
Ciencias de Gran Bretaña, Alemania y Rusia). Integra además el grupo de expertos del
CITMA en Santiago de Cuba.

Dr. C. Alejandro Torres Gómez de Cádiz Hernández. Profesor Titular. Universidad de
Holguín (UHo).

Coordinador de la Maestría en Historia y Cultura en Cuba. Universidad de Holguín. Cultura e Identidad constituye su principal línea de investigación, desarrolla a través de proyectos y la tutoría de doctorados y maestrías. La labor realizada se puede dividir en las siguientes temáticas: Antropología Social, Estudios Socio religiosos y Pensamiento Cubano.
Ha publicado los textos: Protestantismo y sociedad en el Holguín republicano. Ediciones Holguín. Holguín. 2008. ISBN. 978-959-221-277-0 2008; “Memoria nuestra: contra las infinitas posibilidades del olvido”. En el libro Hacer Memoria. Ediciones La Luz. ISBN 978-959-255-039-1. 2009, Protestantismos en Contexto. Un estudio de casos. Editorial
Academia. España. ISBN. 978-3-659-06320-6. 2012; Protestantismo y Revolución. Ensayo de Historia inmediata. Ediciones La Luz. ISBN: 978-959-704-8855-X. 2015; “Pentecostalismo e identidad cultural: un estudio de caso en Cuba”. En: Género, patrimonio y religión en perspectiva. Brasil-Cuba.Editora UFPE, Recife (Brasil), 2017. ISBN: 978-85-415-0862-9; Terapia y Religión: ensayos antropológicos. Ediciones
Holguín. Holguín. ISBN. 978-959-221-277-0. 2018; Historia Regional. Ensayos
holguineros. (Comp). Ediciones Conciencia. Holguín. ISBN. 978-959-221-277-0. 2018.
Otras de sus publicaciones son Religious Tradition and Consumption: an Anthropological
Look to the Pentecostal Healing in Cuba. The International academic workshop on social
science. IAW-SC2013) http://www.iaw-sc.org/. Indexada por Atlantis. Estudios sobre
Religión en el norte oriental de Cuba: Potencialidades en la enseñanza de la Antropología.
Revista Disdacalia. ISSN 2224-2643. 2014. Vol. III. No. 4. ESCOB, PSICODOC, DOAJ Y
CLASE IRESIE, e-revista, Dialnet, CREI-OEI. “Amigos” en la región norte oriental de
Cuba: Un siglo de presencia. Revista de Estudios de Ciencias Sociológicas. Canadá. DOAJ.
La institución religiosa como alternativa de socialización. En Revista Santiago. ISSN:
2227-6513. Análisis bioético del principio terapéutico en las prácticas de sanidad
pentecostal: estudio en la región norte oriental de Cuba. Correo Científico Médico. versión
On-line ISSN 1560-4381. Indexada en Scielo. La bioética cultural: un recurso
antropológico para la enseñanza de las ciencias sociales. Revista Magazine de las Ciencias
con ISSN 2528-809. Vol. II, No. 4. en Catálogo de Latindex, Open Access Journal Index
(OAJI), Open Aire, Actualidad Iberoamericana, Directory of Open Access Scholarly
Resources (ROAD), Academic Resource Index y Google Académico, entre otras
importantes bases de datos internacionales. Grupo IV.
Ha sido acreedor de los siguientes premios nacionales: Premio Nacional Carlos Valdés
Gárciga. Asociación de Pedagogos de Cuba. 1997; Premio Nacional Memoria Nuestra.
Asociación Hermano Saíz. 2004; Premio Nacional Memoria Nuestra. Asociación Hermano
Saíz. 2006; Premio Academia Nacional. Mención a joven investigador. CITMA 2007;
Premio Nacional “Pedagogo Novel” APC. 2007; Premio Nacional de Edición al libro
Protestantismo y sociedad en el Holguín republicano. 2009 y Premio Nacional de Investigación. José M. Guarch del Monte. Casa de Ibero América. 2014. Ostenta el Premio
Academia Provincial, CITMA en varias ocasiones.
Es miembro del Tribunal Nacional Permanente para Ciencias del Arte en Cuba. Presidente
del Consejo Provincial para las Ciencias Sociales.

 


El ideario del Che en voz de su hija Aleida Guevara

Quizá porque estuvo marcada por la improvisación sobre el conocimiento cabal de lo que expresó, por el ímpetu con que defiende lo que su padre creyó y ella profesa a ultranza, Aleida Guevara March prestó certeramente su voz a Ernesto Che Guevara en la conferencia El ideario del Che y su papel en los procesos de cambios actuales en Cuba, clausura del holguinero XIII Congreso Iberoamericano de Pensamiento.

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