Arte Joven
En Holguín se reúne el Teatro Joven
El Festival Nacional de Teatro Joven, evento organizado por la AHS en Holguín, regresa del 21 al 24 de septiembre en su XIII edición, con un programa que incluye la confluencia de diversas poéticas en la escena, un encuentro teórico y presentaciones literarias.
Están invitados en esta edición, dedicada a la dirección y producción teatral los colectivos: Teatro La Proa (La Habana) con Amelia sueña mariposas, texto de Erduyn Maza Morgado con dirección artística del propio Maza Morgado y Arneldy Cejas Herrera; Oficio de Isla (La Habana) con Asesinato en la Mansión Havershan, dirigida por Ledier Alonso; Alas Teatro (Pinar del Río) con No, en cuya dirección se encuentra Doris Méndez Lanza y Arasay Suarez Padrón; y El juglar del cisne (Pinar del Río), con la obra Monólogo de la soledad, dirigida por Yadian Padrón Pérez. Se incluyen en el programa de presentaciones escénicas: I Want Teatro (Matanzas), proyecto de María Laura Germán con la obra I Want; y Teatro Alas D´Cuba (Granma) con Por gusto de Abel González Melo, con dirección artística de Juan Alberto Ante Ramírez y general de Fernando Muñoz.
“El Festival se realizará durante tres días y fuera de marzo, la fecha habitual desde su fundación”, comentó Yasser Velázquez, miembro del Comité organizador, en conferencia de prensa realizada en la AHS. Sin embargo, “resulta una proeza mantenerlo con este empuje y su concreción responde, en buena medida, al apoyo institucional del Consejo Provincial de las Artes Escénicas (CPAE) y la Dirección Provincial de Cultura”, añadió Yasser.
A las habituales salas Alberto Dávalos y Raúl Camayd, del Complejo Cultural Teatro Eddy Suñol, se suman el Café Tres Lucía, sitio para la presentación los días 22 y 23 de I Want, y la Casa del Joven Creador-AHS, con las puestas de El juglar del cisne y Alas Teatro.
“El público podrá disfrutar de poéticas diversas, entre ellas las siempre esperadas funciones infantiles”, explicó Velázquez. A las puestas en escena se potencia un espacio teórico, con el título “XIII años de Teatro Joven, de Holguín a Cuba” y la participación de los directores y productores de las compañías invitadas, quienes abordarán los desafíos de estas especialidades en el contexto cubano contemporáneo. También en la Casa del Joven Creador se presentará parte del catálogo de teatro de Ediciones La Luz, con Outsiders de Alessandra Santiesteban y Ludoteca, de Leonardo Velázquez, por Adalberto Santos.
Palco 13, boletín de crítica teatral que ha caracterizado el Festival, mantendrá su circulación, digital e impreso, durante esos días, con firmas reconocidas y varios jóvenes autores.
La inauguración oficial del XIII Festival Nacional de Teatro Joven, este 21 de septiembre, en la Raúl Camayd del Teatro Eddy Suñol, estará a cargo del Grupo Humorístico Etcétera con su espectáculo DesTintos y DifeRíentes, que cuenta con dirección artística y general de Eider Luis Pérez Martínez. Aunque, a manera de jornada pre-Festival, Etcétera y Yuri Rojas (Zoila) se presentan en este escenario desde el lunes 18.
Premian a jóvenes artistas en el 30 Salón Provincial de Holguín
La entrega del Premio del XXX Salón Provincial al joven artista visual Cristhian Escalona Herrera y el colateral de la AHS a Roger David Remón Fuentes marcó las jornadas de este certamen que se realizó del 13 al 17 de septiembre con un amplio programa y la finalidad de visibilizar propuestas estéticas e intereses artísticos diversos, propiciando, asimismo, espacios para la promoción, difusión y estímulo a la creación artística.
El grabado “Condición”, de la serie “Paralelismos”, fue la pieza que le hizo merecedor de tan importante reconocimiento. Al respecto comentó Cristhian: “Mi obra es fruto de elementos conceptuales, más contemporáneos. Esta pieza, xilografía sobre lienzo, fue creada a partir de la escena de una película, para exponer en el Festival Internacional de Cine de Gibara. Para un artista joven es fundamental la promoción y llegar a las personas”.
Auspiciado por el Centro Provincial de Artes Plásticas (CPAP) de Holguín, el Salón Provincial rememoró los 30 años de permanencia en el contexto cultural holguinero, mostrando, a su vez, los retos y perspectivas del evento en el ámbito artístico-visual contemporáneo no solo local. Para el desarrollo de este evento se desplegó una campaña de promoción sustentado en un diseño visual atractivo, con imagen del artista y diseñador Javier Erid Díaz Zaldívar y spot audiovisual del joven realizador Gerardo Perdomo.
Entre las propuestas de estas jornadas sobresale la muestra en concurso con el título “Calendario 30. ¿Te acuerdas de…?” que incluyó, también, un hecho instalativo a partir de la utilización de artículos de uso cotidiano enmarcados en la década de los 80, como leitmotiv para la contextualización en la etapa fundacional del certamen y apelando a la memoria nostálgica y afectiva que subsiste en el imaginario popular de muchos cubanos.
Bajo estas premisas, se incluyeron en el programa, además de esta gran muestra en concurso, tres exposiciones colaterales: Del espanto a la ternura, de Welis Peña, Muda desesperación, de Anibal de la Torre, y Piensa fuera del marco, de Julio César Cisneros. Y se realizaron espacios teóricos en la sede del CPAP y en la Academia El Alba, con presentaciones de libros, paneles, conversatorios y conferencias, a cargo de especialistas y artistas del panorama artístico-visual contemporáneo cubano; además actividades de extensión en municipios, centros de enseñanza, comunidades y espacios públicos.
Como parte de estos encuentros teóricos sesionó el panel “Contexto cultural holguinero en la década de los 80”, con Isabel García Granados, Jorge Hidalgo y José Rojas Bez; los conversatorios “Gestión comercial de las artes visuales cubanas en la contemporaneidad”, con Abram Bravo Guerra, artista visual y vicepresidente de la Fundación Caguayo, en Santiago de Cuba; y “Relevancia de los Salones Provinciales como medio de visibilidad e inserción artística regional para artistas emergentes”, con Ronald Guillén, Magalys Reyes, Leticia Leyva, Dayamí Pupo, Gretell Arrete y Alejandro Lescay. Se presentó, además, Memoria de los 80. Una década cultural, libro publicado por Ediciones Holguín que recopila testimonios sobre ese fructífero período cultural. Asimismo la entrega de la Distinción Electa Arenal al artista naif mayaricero Julio Breff y al holguinero Roy González, fue otro de los momentos importantes del Salón.
Surgido en 1984, el Salón Provincial de Artes Visuales de Holguín se reafirma, con frecuencia bienal desde 2009, como uno de los principales espacios de las artes visuales en este territorio, por la tradición que enarbolan sus 30 ediciones y ser escenario legitimador donde confluyen reconocidos artistas con noveles creadores. Junto al Salón de la Ciudad, cada enero, constituye un enclave necesario para pensar cómo se desarrollan los caminos que recorre y hacia qué sitios enfoca su mirada el arte en la provincia.
La literatura como salvación
Shabely Botello ha encontrado salvación en la literatura. En la creada por otros, en la que nace de sus propias entrañas. Tomar la decisión de enfrentarse al oficio creador no fue una decisión simple: llevó tiempo, paciencia, dedicación y un enorme salto al vacío. Desde entonces, Shabely Botello construye su voz sin temer al alcance de sus palabras. Espera que, con el susurro y el grito, el mundo se transforme.
¿Hasta qué punto una información vocacional puede encauzar la vida de un joven artista?
Siempre estuve rodeada de arte, aunque no lo sabía. Desde la música hasta las artes visuales, mi infancia estuvo llena de influencias de las cuales yo no era consciente: las canciones de mi abuelo en el portal, las clases de baile a las que me llevaba mi abuela, los filmes que me mostraba mi papá, las historias que me contaba mi bisabuela o las incontables veces en las que mis padres me acercaron a la lectura. Pero, en algún punto, el arte abrazó mi vida y yo lo elegí como mi salvación. Recuerdo que solía escribir cartas a mis amigos y familiares y que, en la escuela, en las actividades de la mañana, escribía poemas y textos para las presentaciones de alguna fecha importante. Todo comenzó con el baile, luego llegó el canto y escondida, siempre, estuvo la escritura como una sombra.
Yo no sabía que podía ser escritora, sentí muchas veces que era una profesión para pocos escogidos, no por talento, sino por las oportunidades. No encontré información al respecto, nunca fue una opción para mí. Cuando crecemos, estamos todo el tiempo viendo a otros cumplir sus metas profesionales, aprendemos de nuestra familia, de otras familias, de nuestros amigos, de los maestros, de los vecinos. Sin embargo, cuando no vives en un ambiente donde existen artistas, es difícil sentir que es un camino. Hace poco tiempo descubrí que no era una meta inalcanzable y me tocó, en ese momento, enseñarle a mi familia —porque ellos tampoco sabían— que la escritura es un oficio del cual se puede vivir. Sería incorrecto decir que perdí el tiempo, aprendí mucho durante las primeras etapas de mi vida y fui capaz de acumular experiencias increíbles. Sin embargo, la preparación desde edades tempranas hace que las decisiones que vamos tomando estén dirigidas a la meta correcta para cada uno.
El covid marcó un parteaguas en tu vida, tanto desde el punto de vista profesional como humano. ¿Qué saldo te dejó esa época tan difícil para todos?
De todas las preguntas esta es la más difícil. La más amarga. En plena pandemia decidí que iba a ser escritora. Me senté un día frente a mi novio y le confesé que eso era lo que quería hacer. Por primera vez en mi vida, después de mucho tiempo escondida, encontré la escritura. La encontré inocente y penosa, me empujaron hacia ella, me obligaron. Hasta que todos enfermamos. Hasta que pasó el primer año de pandemia y sentimos en carne propia la desesperación de la enfermedad. Lo que había sido un miedo se convirtió en una realidad y para mi desgracia, la inspiración de muchos de mis textos viene de ese dolor. Toda mi familia estuvo enferma a la vez. Gracias a los que estaban fuera del hospital, mi papá desde otro país, mis tíos, mis primos, mis amigos, mis maestros, mis compañeros escritores y mi pareja, logramos salir adelante. Todos menos uno. La muerte de mi abuelo me enfermó más que el covid. No volví a ser la misma persona después de ese momento.
Escribir, ¿un don, una disciplina, o la mezcla de ambas cosas?
El talento es la magia que todos tenemos dentro. Algunos lo descubrimos a los quince años, otros a los ochenta, pero en algún punto nos damos cuenta de que existe algo que sabemos hacer de una manera diferente. Ahora, la pregunta interesante viene después de conocer este talento y es: ¿qué hago con esto? No existe grandeza sin práctica ni experiencia. Para poder escribir es necesario escribir. Así de simple y difícil como suena. El sacrificio está en tomar la decisión de continuar siendo lo que elegimos, aun cuando el futuro se vea borroso. La disciplina es clave para lograr esta voluntad y es la única vía auténtica que tenemos. Para el escritor no existe la suerte. Para el escritor existe la miopía, las horas fijando la vista, tecleando, leyendo, estudiando, escuchando y sintiendo.
¿Cómo defines tu literatura?
Escribo desde lo más profundo y desgarrado de mi ser. Mis textos son cortos. Por lo general, uso un lenguaje directo. Desde la narrativa siempre intento dar imágenes exactas y guiar al lector hasta un punto donde debe elegir, por sus propios medios, qué es lo siguiente que debe pasar en la acción. Por otra parte, en el teatro creo desde la imagen cinematográfica. Siento gran influencia del teatro post dramático en algunos de mis textos y disfruto crear personajes que no se alejen de la realidad que vivo. Cuando creo, lo hago a través de mi entorno. Luego está la poesía, que es mi perdición. Me desbordo en ella, me transformo en ella, me vuelvo esclava de su ritmo y de su imagen. Trabajo con ideas profundas, sin filtros, con palabras que se pueden considerar duras, pero que cuando están acompañadas de versos limpios se convierten en balas disfrazadas de flores.
Los géneros breves forman parte inseparable de tu escritura, ¿qué te ofrece la brevedad que una literatura de más largo aliento no te permite?
Vivimos en un mundo apurado, desesperado, y eso se refleja en muchas de las acciones que realizamos todos los días. Sin embargo, hay sentimientos, etapas e instantes que, aun dentro de la rapidez del tiempo, se sienten como una eternidad. Eso intento mostrar con mi literatura: lo eterno que esconde un punto final, el sabor de un cuento breve que se queda dando vueltas en tu mente, no por lo largo que fue, sino por todo lo que desató en el lector a solo minutos de haberlo leído. Busco esa sensación que es tan humana que no se necesita mucho espacio para describirla, que no se necesita detalle para mostrarla.
Trabajas múltiples géneros literarios, tales como novela, cuento, poesía, crítica, periodismo cultural, teatro, literatura para jóvenes. ¿Crees que la variedad incorpora quehacer a tu vida literaria e impide la búsqueda de la perfección en un género determinado? ¿La ves como un hándicap o como una oportunidad de indagar en nuevas fronteras artísticas?
¿Podrías imaginar que dentro de ti se esconde un gran dramaturgo y no lo sabes? ¿Cómo puedes conocer qué es lo que amas, si no lo has probado nunca, si no has experimentado lo que se siente crear una obra de teatro o un poema? Identificar aquello en lo que podemos trabajar consta de darle la oportunidad a la equivocación de aparecer. Probar varios géneros es necesario. Luego de un tiempo, si decides concentrarte en uno habrá sido por tu decisión propia, pero antes debes saber qué puedes dar y qué no. Tampoco se trata de abarcar todo a la vez, es más bien un camino, un experimento: algunos te darán resultado, otros se contarán como experiencias. El hándicap sería, por el contrario, desde el inicio solo trabajar en un género, sin permitirme la posibilidad de jugar, al menos, con la riqueza de otros caminos de la literatura.
En 2022 fuiste becaria de Can Serrat en Barcelona, ¿qué experiencias aporta, para un joven artista cubano, ser reconocido en una tierra allende a la propia?
Es una oportunidad extraordinaria la de conocer otras culturas y nutrirse de ellas. En Can Serrat pude compartir con artistas muy talentosos que no solo aportaron a mi obra, sino que me mostraron sus procesos creativos y sus influencias, todo lo cual redireccionó mi punto de vista por completo. También fue impresionante el hecho de saber que pude, a través de mi escritura, mostrarme como artista cubana y entregar una parte de mí a cada persona que me acompañó en ese viaje. Es reconfortante encontrarse en un ambiente que te has ganado, con tu esfuerzo y con tu obra. Ese espacio se convierte en un impulso, en un escalón para la creación.
¿Cuáles son los principales desafíos del arte joven en Cuba?
Regresaría a una de las primeras preguntas para responder esta cuando digo que es la falta de información y de caminos a elegir. El sentir que solo existe una manera, que solo a través de ciertas vías puedes llegar al arte, es un obstáculo para los jóvenes creadores. Debemos mostrar que es posible, que no existe una sola manera y que ser autodidacta es también válido. Crear más espacios de desarrollo, hablar más de la profesión desde el punto de vista de la autogestión y no juzgar a otros por no haber conocido a tiempo estas oportunidades.
¿Cómo transcurre tu proceso creativo?
Escribir es un desafío. Vengo de una familia numerosa, por lo tanto, estoy acostumbrada al ruido, a las habitaciones llenas. Por esta razón escribo donde esté, como esté y en cualquier dispositivo. Puedo caminar por la calle y de repente perderme del grupo porque me quedé tecleando en mi celular alguna idea. Sin embargo, para crear el hábito de escribir sí construí mi propio rincón. Una mesa y una silla cómoda, una iluminación correcta y un poco de música. Suelo dar vueltas antes de escribir y cierro los ojos para concentrarme en el pensamiento. Una vez mis manos están en el teclado, el mundo se hace una imagen borrosa y solo existen las palabras y mis dedos.
¿Existen suficientes oportunidades de inserción y profesionalización para los artistas jóvenes en nuestro país? Desde tu perspectiva, ¿cuáles otras podrían sumarse?
Existen, pero no desde una temprana edad. Creo que la creación literaria es la que menos se desarrolla en talleres, círculos sociales o escuelas. No deberíamos encerrar la oportunidad de escribir solo hasta que seamos adultos y podamos conocer sobre las carreras del ISA o el Centro de Formación Literaria “Onelio Jorge Cardoso”. Para desgracia de muchos, esta tardanza hace que se llegue a la decisión de escribir en momentos que pueden ser inadecuados. Si existen otras vías, no las conozco, y este es otro obstáculo: siento que se debe dar más promoción a estas oportunidades y de esa manera romper con el mito de que ser escritor es inalcanzable.
¿Cuáles autores son tus referentes?
En esta pregunta no puedo hablar solo de autores. Existe una influencia muy grande de la literatura latinoamericana en mí: desde la obra de Samanta Schweblin, que logra ahogarme con cada historia que cuenta, o la magia de Gabriel García Márquez, las metáforas de Dulce María Loynaz, Virgilio Piñeira y Fina García Marruz, el teatro desgarrador de Agniezka Hernandez, hasta la nostalgia de Osvaldo Doimeadiós y de la fortaleza de Taimí Diéguez Mallo. Busco mucho en la fotografía de Lisbet Goenaga, la poética de Anyel Diaz Goenaga y el lente de Jennifer Albín Betancourt, mujeres a las cuales considero amigas y también grandes fuentes de inspiración. No puedo dejar de mencionar el trabajo de la artista Erika Ivacson, el actor Arnaldo Galbán y el director de cine Fernando Muraca, a través de los cuales descubrí espacios donde el arte se transforma en espíritu. Libros como Las edades de Lulú, de Almudena Grandes, La novia de Sandro, de Camila Sosa Villada, Ensayo sobre la ceguera, de José Saramago, y Sacrificios humanos, de María Fernanda Ampuero.
A tu criterio, ¿qué de nuevo aporta la literatura joven cubana al panorama de la escritura canónica de nuestro país?
Estamos conociendo una generación que cada vez tiene menos filtros, que no teme mostrarse vulnerable, real y diferente. Estamos frente a autores que reciben constantemente información y se interesan por experimentar con la escritura y llevarla hasta límites desconocidos. Artistas con menos pelos en la lengua y con muchas ansias de gritar lo que se esconde en sus almas (y en las de aquellos que no se atreven). La literatura joven se está formando desde el dolor de muchos cambios y pérdidas. Cada vez se siente más la fortaleza de una generación que no le teme a sus lágrimas.
¿Quién es Shabely Botello, más allá de la página en blanco?
Creo que soy por etapas, como todos, de alguna manera. Hoy puedo describirme como una mujer con fantasmas y hojas en blanco. Un baúl lleno de recuerdos y abrazos. Una fotógrafa de lágrimas, de lágrimas de luz, a las cuales no temo.
De la luz y el observador
La luz y el observador, exposición del proyecto Ciprés, integrado por jóvenes artistas formados en la Academia Profesional de Artes Plásticas El Alba, de Holguín, con piezas relacionadas al séptimo arte, a manera de homenaje, apropiación y cita, se exhibe en el Hotel Ordoño de Gibara, como parte del programa del 17 Festival Internacional de Cine de la Villa Blanca.

¿Qué es el proyecto Ciprés y quiénes lo integran? Su directora, Yudit González, explica que es “una exploración artística que busca rescatar y revitalizar las tradiciones académicas en el campo del arte contemporáneo. En un mundo donde la experimentación y la innovación son valoradas, se ha vuelto cada vez más importante reflexionar sobre nuestras raíces artísticas y encontrar formas de mantener vivas las técnicas y los enfoques clásicos”. Pertenecen al proyecto, además: Alain Velázquez, Cristhian Escalona, Harold Peña, Ignacio Rodés, Leduart González, Osvaldo Santiesteban, Raudel Sentmanat, Roger David Remón y Sarisbel Probance.
Tienen en común –además de este interés por el rescate de las tradiciones académicas– una misma escuela, donde se forman jóvenes de varias partes del Oriente del país, y que ha potenciado esta búsqueda, pues cada escuela, sabemos, influye decisivamente sobre en la línea de trabajo de un creador, al aportar las herramientas, tanto técnicas como teóricas. Los autores de estas obras trabajan, mayormente, el óleo sobre lienzo, pero también la xilografía, el óleo sobre tabla y el grafito sobre cartulina. Las obras dialogan, de manera más o menos explícita, con determinados filmes; algunas reproducen fotogramas, otras reinterpretan escenas, se apropian de personajes, los citan. Ahondan en el celuloide para crear una nueva pieza.

Apreciable creatividad –pero no desde otras artes al cine sino desde el cine a la pintura y el grabado– es la que aflora en esta exposición, comenta el investigador y ensayista José Rojas Bez en las palabras del catálogo. “El universo de imágenes filmadas ya existentes ha inspirado imágenes pictóricas y del grabado que adjuran del «traslado» o la «traducción»; logrando auténtica creación plástica bajo motivaciones de filmes muy específicos. El ciudadano Kane, Alicia en el País de las Maravillas, Gran Hotel Budapest, Los sobrevivientes, Juan de los Muertos y otros filmes han fecundado el imaginario de estos jóvenes artistas para la creación de obras visuales que, sin negar patentes vínculos con las imágenes motivadoras, no dejan de ser creaciones muy propias, con autenticidad e innegable valía”.
El objetivo del proyecto –añade Yudit y es algo que palpamos al recorrer la muestra– es “generar un discurso entre lo clásico y lo contemporáneo, fomentando la apreciación de las técnicas y los valores tradicionales en el arte actual”. A través de exposiciones, talleres y charlas, “los artistas involucrados en Ciprés buscan educar y sensibilizar al público sobre la importancia de mantener vivas las tradiciones académicas en un contexto artístico en constante evolución”. Además, se “espera que Ciprés inspire a otros artistas a explorar las prácticas y perspectivas clásicas en sus propias experiencias artísticas, creando así una comunidad comprometida con el rescate y la preservación de los mismos”, subraya en sus palabras.

FICGibara arriba a su XVII edición
El Festival Internacional de Cine de Gibara regresa a esta ciudad de Holguín del 1 al 5 de agosto, con un programa que refuerza su carácter de encuentro de las diferentes manifestaciones artísticas con el cine como eje central y celebrando los 20 años de su creación.

En conferencia de prensa realizada en la Villa Blanca se conoció que se entregará en esta XVII edición el Premio Lucía de Honor al actor, productor y realizador cubano Jorge Perugorría. Perugorría, quien a partir de esta 17 edición se convierte en su Presidente de Honor, estuvo al frente del evento de 2016 a 2022 y fue clave en su relanzamiento y reanimación, de manera significativa desde 2019, durante la crisis sanitaria por la Covid-19.
Los temas de género tendrán este año una presencia especial que trasciende la filmografía, pues se abordarán en el evento teórico, exposiciones, obras teatrales y otras actividades. La inauguración –comento Josué García, su productor– contará con la presencia de Toques de Río, y entre los músicos invitados estará Luis Barbería y Fígaro Jazz Club. La compañía infantil La Colmenita se presentará por primera vez en este municipio costero y realizará presentaciones en los barrios; y el Festival mantiene la costumbre de llegar con las diferentes personalidades invitadas a la comunidad, para compartir con los gibareños.
Además regresarán las proyecciones al aire libre y en dos tandas nocturnas se proyectarán películas que forman parte de la selección oficial, gracias a una pantalla gigante facilitada por la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación, y el Festival de Cine de La Habana.
Asimismo, tras el cierre del resto de las actividades, se celebrarán cada noche espectáculos musicales, una cita habitual que mantendrá la interacción con los habitantes de Gibara y el público asistente, en el que se realizará un homenaje especial a la Nueva Trova.
En la conferencia, el director del Festival, Sergio Benvenuto, dialogó sobre las posibilidades de un evento que estimula la creación con bajos presupuestos, iniciativa de su fundador, el cineasta, productor y guionista cubano Humberto Solás, quien falleció en 2009.
Rodolfo Marrero entre mundos paralelos
Rodolfo A. Marrero Tamayo nació en Holguín en 1990 y se formó como instructor de arte, en la especialidad de Artes Plásticas. A la par que trabajaba como especialista en artes visuales en la Casa de Cultura Manuel Dositeo Aguilera, mantuvo un creciente trabajo creativo, como lo evidencia la exposición personal Mundos paralelos, exhibida en el espacio galérico El Zaguán, perteneciente al Fondo Cubano de Bienes Culturales (FCBC) en Holguín.
A Rodolfo le interesa la anatomía humana, cuestión difícil de dominar, mucho más cuando su abordaje mueve los hilos y la estructura del relato sobre el que gravita la pieza. Aquí no encontramos un cuerpo apacible, sosegado, en pose, presto para la contemplación (salvo la serenidad que emanan los retratos de Martí titulados “Utopía”, “Viví en el monstruo y le conozco las entrañas” y “Romance”; y la pieza “Entre dos mundos”). Los rostros, en cambio, están en rebeldía. Son cuerpos contorsionados, amordazados y en lucha con sus miedos (como sacados de los círculos del infierno dantesco o de la parte inferior de El juicio final de Miguel Ángel, donde habitan las almas atormentados, condenados, en penitencia). Son seres en catarsis, que reflejan el dolor y la soledad, el vacío existencial y lo arduo que resulta salir del círculo donde el yo se debate consigo mismo, pero irradia sus dudas a los demás.
Basta con detenerse en piezas, mayormente en técnica mixta, en las que predominan los tonos ocres, terrosos, sepias, muchas veces sobre el papel envejecido; apenas las figuras humanas, algunos objetos que refuerzan los aspectos psicológicos, y un contorno difuminado, rojizo, que hace a los cuerpos gravitar en la nada, perderse, como en “El silencio de la verdad” II y II, “El náufrago” (de la serie Desmanes de la tierra), “El grito del silencio”, “Para ti que no me entiendes”, “Como marioneta dirigida por manos inexpertas prosigue su camino silencioso” e “Ilusión de un náufrago del tiempo (Sueños de papel)” I y II.
Rodolfo –que trabaja actualmente como atrecista de la Compañía de Narración Oral Palabras al Viento– tuvo una formación autodidacta, aunque de niño participó en talleres en la Casa de Cultura Manuel Dositeo Aguilera, en la que luego se desempeñó como especialista en artes visuales. Al no ingresar en la Academia Regional de Artes Plásticas El Alba, cuenta, “me tocó seguir el camino más largo, visitando galerías, buscando libros e información por la mayor cantidad de vías, hasta que tuve la suerte de conocer a Carlos Gámez de Francisco unos pocos meses antes de partir a Estados Unidos. Me dio pautas y guías, y de ahí en adelante comencé a buscar y experimentar. Luego la universidad de dio otras pautas en cuanto a concepto para seguir esa experimentación y tratar de encontrar mi camino en las artes”.
Cuando le pregunto por su interés en la figura humana, el dibujo anatómico y el retrato, que muchas veces se convierte en autorretrato, Rodolfo asegura: “Desde niño visitaba las galerías y tuve la suerte de crecer viendo las obras de artistas como Cosme Proenza, Miguel Ángel Salvó, Julio César Rodríguez, Víctor Manuel Velázquez, Carlos Gámez de Francisco, entre muchos otros, pero fundamentalmente la obra de ellos en Holguín. Me llamó mucho la atención los escorzos y distorsiones en la figura humana que lograban. En su mayoría eran figuras que tomaban de la historia del arte que incluían en su discurso. Eso me gustó bastante”.
“Trato de reflejar en mi trabajo algún sentimiento, estado de ánimo o pensamiento que en muchas ocasiones me cuesta exteriorizar de otra manera. Cuando fui encontrando el por dónde quiero llevar mi trabajo utilicé referentes de la historia del arte universal, tanto contemporáneos como del barroco principalmente. Pero sentía que no llegaba a lo que deseaba y ahí es cuando comienzo a trabajar con autorretratos y con retratos de familiares y amigos, que les he pedido posen para hacer alguna foto. Y las poses van entre lo que deseo trasmitir y ese reto personal por superarme en cuanto al dibujo anatómico que es bien difícil”.
Las obras que integran Mundos paralelos –una exposición atractiva en su sencillez, con curaduría de Danilo López Garcés y dirección general de Manuel F. Hernández; y con unas 16 piezas que nos muestran el trabajo de un artista joven en crecimiento y aprendizaje a la par del trabajo– dialogan con las dos obras de Oscar García González como artista invitado: “A través de la ventana” y “A través del alma” (bolígrafo/papel) que se muestran en El Zaguán.
“Rodolfo explora en las diferentes técnicas de la pintura y el grabado, aprendiendo sobre la marcha, tomando un poco de aquí y de allá (…) para así ir armando como decimos en buen cubano su muñeco, contextualizando al aquí, al ahora como tantos otros, en la incesante búsqueda de mundos paralelos”, comenta la artista Rosa Leticia Leyva Azze en las palabras del catálogo de una muestra que nos abre la puerta a esos mundos paralelos –que son los territorios poblados de voces y silencios, de cuerpos en trance y sobrecogimiento– en los que también habita Rodolfo Marrero Tamayo. Mundos para creer o descreer, pero mundos posibles.
Aquafest electrónico para refrescar el verano en Holguín
Organizado por la AHS en Holguín se realizó del 8 al 10 de julio, el Festival de Música Electrónica Aquafest.cu, con amplia presencia de jóvenes DJs productores de varias provincias.
Este evento, que parte de la iniciativa de promover el talento joven en torno a la música electrónica, se desarrolló en dos espacios de la provincia: el Club Náutico de Gibara, en este municipio costero, y el Gabinete Caligari de Holguín, reuniendo a artistas como Carmen Crown, de La Habana; Okonan, de Santiago de Cuba; y Quantum Project, de Guantánamo.

Además participaron los DJs locales Rakxo, The Tony´s Scream, Assler, Electrozona, Acid Seduction, Ksebastian, Lheo, Luis Santana, Santi di Cruzz y Axennar, primera mujer DJ en el territorio, quienes dieron a conocer sus producciones más recientes; así como Alexei Parra (alex6music), anfitrión del certamen, quien estrenó “Electrónica batida-Volumen 2”.
Alexei comentó que “este evento constituye una excelente oportunidad para impulsar a las noveles figuras y cultivar al público desde una de las provincias más destacadas en este género”.
En esta sexta edición, además de las presentaciones, se realizó una exposición de tatuajes en Gibara, por los proyectos AA Ink, Barreta Ink y Lemoine Tattooart, añadió Alexei.

Fundado en el año 2018 como espacio inaugural del verano en la provincia de Holguín, el Festival de Música Electrónica Aquafest destaca entre los certámenes del género en el país que, aun con sus pocas ediciones, aglutina varias expresiones artísticas en su programación, como el baile, que está representado por el break dance, el grafiti y la fotografía.
Este año Aquafest.cu estuvo auspiciado también por el Laboratorio Nacional de Música Electrónica, la Empresa Comercializadora de la Música y los Espectáculos Faustino Oramas, la Dirección Provincial de Cultura, la Casa de Iberoamérica y el Grupo Hotelero Cubanacán S.A.
El arte se niega a encerrarse dentro de un diccionario
Conocí a Fernando Fernández Tito gracias a las redes sociales y a una persona a la que quiero mucho, la cual fue la primera en llamarme la atención sobre su trabajo. “Estoy segura de que te va a encantar”, me dijo, y no se equivocaba ella. La obra de Fernando es una búsqueda de sentido, una exploración mágica sobre los sentidos y las cosas, un giro de tuerca al mundo que nos ha tocado vivir. Este joven artista, graduado de la Academia Nacional de Bellas Artes de San Alejandro, se niega a encerrarse dentro de un diccionario, pero nos abre las páginas de su libro de vida a través de estas preguntas.
¿Cómo llegas a la creación? ¿Tuviste siempre claro que ese sería tu camino?
No sabría decir con exactitud, creo que desde pequeño sentía comodidad dibujando e interactuando inconscientemente con las artes. Es decir, todo provenía del instinto y el ocio; supongo que dibujaba no para ser dibujante sino más por la simple distracción de hacerlo. Considero que es algo común para casi todos cuando evocamos la infancia.
Decidir mi camino hacia la creación es algo que lleva poco tiempo conmigo, a pesar de no haberme dedicado a nada más en estos últimos años. La decisión ha sido gradual y principalmente ha estado motivada por la diversión que encuentro al crear. De niño estuve muy influenciado por los dibujos animados, el baile y la música; con esta última aún tengo un vínculo bastante especial.
Me gustaban mucho las canciones que se ponía mi abuela en la radio, al punto de llegar a reinterpretar muchas de ellas. Artistas y bandas como Soda Estéreo, Maná, Charlie García, Polo Montañez y Shakira son de los que más recuerdo; e incluso hoy, muchas veces, sus letras me sirven de apertura para nuevas ideas. Por aquel entonces, cuanta cosa veía era un detonante a la curiosidad y por consiguiente al aprendizaje. Considero que los períodos en mi vida han transcurrido con evidentes diferencias: en la niñez y la adolescencia existió mucha incertidumbre, pero el tiempo es quien crea patrones y nos define a través de aquella idea que se repite en nuestra mente, a veces sin explicación, a veces por pura pasión. Entiendo que me era imposible tomar otro camino distante a la creación, de haber sido así, ahora mismo no podría sospechar siquiera qué hubiera sucedido conmigo. Aseguro haber confiado en esa verdad que está dentro del instinto de cada uno y he podido ver como se ha vuelto algo más grande que cualquier conocimiento.

¿Con qué palabras defines a las artes visuales?
Si tuviera que definir a las artes visuales con una sola palabra, sin duda usaría “juego”. Opino que en general lo que ocurre en las artes y en casi todos los aspectos de la vida se puede equiparar a un juego. Ya lo que existe se nos presenta con una serie de reglas establecidas y las artes visuales no son una excepción, sus esquemas dependerán de lo que nosotros mismos seamos capaces de hacer con lo ya establecido. Cada artista puede desempeñar su propio arquetipo, con lo cual se puede llegar a influir sobre el rumbo que tomen las cosas desde nuestra propia mentalidad. Es un ámbito tan versátil y dinámico que definirlo sería igual que matarlo. Justo pensaba en el jugar porque es un espacio donde caben nuestros propios códigos, lo cual siempre está sujeto a reflexión o adaptación. A veces es tan abarcador que resulta hasta fácil perder el control, por eso creo que el discurso de un artista debe poseer un grado importante de responsabilidad y constancia a la hora de conectar con un público; ya que, dentro de todo juego, hay atajos para subir rápido de nivel, hay trampas y evidentemente muchos caminos, que más que nada, obtendrán sentido según nuestras propias decisiones. Un artista debe ver sus propios actos como una gran pieza para sí mismo y tratar de mantener su obra en evolución, más que todo. El arte se niega a encerrarse dentro de un diccionario, incluso para los más escépticos, aquí se juega con lo que cada uno diga que es arte.
Por estos motivos, intento no descartar ninguna posibilidad a la hora de crear. Claramente tengo predilecciones, la poesía, la música y las conversaciones son ingredientes fundamentales en mi proceso de creación, pero trato de mantener mi mente disponible a todo cuanto me rodea. De hecho, después de cada día, tengo un espacio conmigo mismo donde repaso lo ocurrido, a veces subordino hechos a ideas que conservo ya dentro de mi obra, otras veces exploro nuevos caminos que rozan la utopía, la reflexión, la crítica y, en especial, cosas que no he experimentado; en un principio todo aplicado a mi persona.
En su mayoría entiendo el arte como la traducción de lo explícito de la vida, a una posición metafórica que puede hacernos ver los momentos más oscuros a lujo de claridad, los días más felices a lujo de sus colores, la realidad más cruda a lujo de todo un manjar, a veces más visual o intelectual, da igual. Para los sensibles es un escape, para los no tan sensibles, un paso más para moldear una sensibilidad.
Citando al escritor de comics Allan Moore: “No es el trabajo de los artistas darle al público lo que quieren. Si el público supiese lo que quiere, no serían el público, sino serían el artista. El trabajo del artista es darle al público lo que necesita”. Me atrevo a afirmar que necesitamos jugar a aprender, a reflexionar sobre lo ya reflexionado y a divertirnos con el conocimiento a favor de una constante superación.
¿Qué es, para ti, lo trascendente en el arte? ¿Importa en realidad la trascendencia?
Entiendo lo trascendente en el arte como la vida que puede llegar a adquirir una obra dentro de una generación, aquellas pautas que pueden marcar la memoria colectiva a punto de ser referentes para nuevas obras. En todos los tiempos queda mucho arte bajo las sombras de los hitos y esto no significa que sea de mayor o menor calidad. Creo que es misión del artista adentrarse a descubrir más allá de lo trascendente. Qué más distinguido que La Fuente de Marcel Duchamp, qué más notable que los estudios anatómicos de Leonardo Da Vinci, a día de hoy seguimos enlazados a su sombra, desde lo filosófico, hasta incluso en otros campos, como la medicina y la sociología. Considero que lo trascendental es una condición que puede adquirir cualquier obra de arte según el contexto que la rodee.
De cierto modo todo artista busca trascender, entiendo que es algo necesario para dejar constancia, o bien de un artista, o bien de un momento. Abre muchos caminos para las nuevas generaciones, para que existan nociones de todo aquello que se ha hecho y del papel que deben jugar los artistas a partir de eso. Personalmente no creo que tampoco la trascendencia deba limitar las ideas, decir que “ya todo en el arte está hecho” me parece que es negar el propio acto de la creación, con lo cual se debe concebir la trascendencia como un desafío hacia la propia creatividad.

¿Sientes que el llamado “arte joven” es joven por su naturaleza o espíritu artístico, o solo por la condición biológica de los creadores?
Realmente creo que el llamado “arte joven” es eso que representa el arte en sí mismo. Si un artista con varios años de experiencia es capaz de afrontar riesgos conceptuales y visuales en su obra; creo que su arte es joven por igual. Para que exista un arte joven basta con trabajar sobre lo que aún desconocemos. Por consiguiente, los jóvenes artistas toman referencia de los más experimentados para simplemente conocer, y muchas veces habrá tiempo antes de dar a luz una idea novedosa. Creo que a lo que llamamos arte joven hoy día es a la condición biológica de los creadores, existen artistas con varios años de experiencia que aun poseen el arrojo hacia lo desconocido y están en constante búsqueda de nuevas formas de llegar a su público. Es precario pensar que un artista debe ser solo un instante, cuando puedes renacer con tu arte en todo momento.
¿Tienen los jóvenes suficientes oportunidades de llegar a un mercado nacional o internacional?
Creo que el mayor desafío en Cuba parte de cómo el artista debe insertarse dentro del medio. A veces es más importante tener también buenas relaciones que obra y ganas. Es una verdad que todos conocen, pero que a la vez no se expone a diario. Sería bueno arriesgarse un poco más con aquellos artistas que muchas veces quedan en silencio, así sea por introspección o porque simplemente el mismo medio ya establecido los inhibe. Creo que la creación cubana debe tener en cuenta que también hay obra más allá del espacio de las galerías, de San Alejandro y el ISA. Considero que no se debe caer en la saturación de un pequeño grupo de creadores y por consiguiente en la marginación de otros. La historia del arte a cada rato nos da lecciones sobre esto, cuando reconocemos la obra después de la muerte de su creador, algo que en mi opinión debe ser desmitificado a favor de un mayor interés sobre lo que está pasando a diario con cualquier tipo de autor.
Por otra parte, está el tema del mercado, creo que todo artista busca vivir de su arte en algún momento y, siendo honesto, aquí en Cuba el mercado no es algo que tengas a la vuelta de la esquina. Definitivamente es un circuito cerrado, donde se mueven piezas con nombres consagrados y acceder a él tal vez no sea imposible, pero sí es algo engorrosamente afortunado. Normalmente quienes se dedican a mantener su obra deben tener otra ocupación que le genere algún tipo de ingreso. En este punto el artista se vuelve autogestor en cuanto a fondos y promoción de su trabajo. Es algo que igual he tenido que ejercer: mantener siempre actualizado el dossier de obra, mover el trabajo por las distintas galerías e indagar a su vez por las claves del mercado internacional. Por otro lado, las oportunidades son de quien permanece en el medio, un arqueólogo descubre algo inédito cuando trabaja a diario para ello, no hay muchas diferencias en el arte. Siempre las oportunidades exigen eficacia y una entrega a tiempo completo. Citando a Picasso: “Cuando llegue la inspiración, que me encuentre trabajando”.

Entonces, ser un artista joven, ¿es un hándicap o una oportunidad en los tiempos que corren?
En estos tiempos ser un artista en evolución es todo un privilegio. El canalizar opiniones a través de la creación es algo que para mí posee un valor cultural gigantesco, de alguna forma todo cuanto hacemos es el reflejo de lo que se vive, tanto a nivel mental como real. Considero que la parte de hándicap es el momento donde existe la lucha entre los dogmas de la realidad y lo que realmente podemos querer. Depende de uno mismo la tolerancia y la motivación que se pueda tener. El arte exige mucho de sus creadores y por muy adversas que sean las circunstancias, como creador, siempre trato de enfocarme en los detalles que de una forma u otra pueden brindar una imagen más optimista de las cosas. Siempre me funciona como apertura al conocimiento, es un espacio para decir la verdad y plantear nuevas ideas, nuevas visiones, esa utopía que cada uno puede formular a su manera y que nadie nos puede quitar. Hoy en día debemos saber evolucionar, no solo como artistas, sino más como personas, entender que todo viene con matices y equilibrar la dificultad todo cuanto podamos.
¿Cómo transcurre tu proceso creativo?
Intento generar ideas prácticamente a tiempo completo, cosa que a su vez me resulta bastante ambiciosa y algo que no he podido conseguir del todo. Muchas veces repaso experiencias, conversaciones, instantes que por retentiva se han quedado en mi mente, lo mismo personas, canciones, escritos, películas y a veces hasta otras obras. Pienso que, si han quedado en mi mente entre tantas, ha sido por algún enlace en especial. Desde ese inconsciente nace el punto de partida para la mayoría de mi trabajo. Me resulta imprescindible experimentar cualquier tema en cuestión mucho antes de trabajarlo, y de no conocer ni siquiera una parte, pospongo el trabajo para otro momento. De igual manera me dedico a escuchar todo tipo de respuestas de la gente sobre cualquier cosa y a experimentar con lo que percibo. Soy muy fan a trabajar por las noches, encuentro ahí un espacio de meditación bastante curioso, e incluso prefiero andar las calles cuando la gente se va a dormir, me asienta aún más las ideas y puedo concentrarme mejor. Pero entonces aprovecho la luz del día para hacer eso que pensé en la noche, principalmente en forma de fotografías y dibujos. Me he dado cuenta que ambos momentos están en perfecto equilibrio y trato de obtener partido de ello: de día ocurren cosas que no me dejan indiferente, me he inspirado mucho en el comportamiento rutinario de las personas, lo que esto genera y en especial cómo afecta en la vida de otros.
A rasgos generales, mi proceso creativo es algo que tengo en constante reinvención, está integrado a mi persona. A veces vivo a tope con el tiempo y mucho después revivo todo en recuerdos como si fuera un filme en cámara lenta. De igual manera no es mi objetivo únicamente hablar de mí, al final busco poder empatizar con las personas, lo mismo a través de poesías que escribo para canalizar un momento determinado, que a través de cualquier otra obra. Debo decir que en ocasiones tengo la sensación de estar escribiendo un libro junto con cada obra que hago, entiendo el llamado statement como un spoiler de todos los trasfondos que pueden quedar plegados dentro.
¿Qué valoras, por encima de todo, a la hora de crear?
Realmente a la hora de crear cualquier obra lo que más valoro es ese acto de empatía que puede existir con el público. De pronto, a través de nuestra obra, tenemos pues la gran posibilidad de conectar con muchas personas al mismo tiempo, de dialogar con ellas y de algún modo intercambiar experiencias. El acto de comunicación se vuelve un instante donde puedes hacer llegar al espectador a muchas reflexiones, como artistas podemos dirigir esa conversación a caminos estéticos y conceptuales. Esto es, para mí, toda una cualidad extraordinaria del arte. También es bastante difícil encontrar a un público que no reaccione y permanezca indiferente hoy en día; tal vez no se exponga a los cuatro vientos, pero confío en que el arte cambia internamente al público que lo aprecia. Esa comunicación es el mayor objetivo que persigo a través de mi obra, pero al mismo tiempo, valoro mucho la capacidad que puede tener el acto de creación para utilizar todo tipo de situaciones para procesarlas y mucho después devolverlas a las personas que tal vez forman parte de ellas, con un giro de diferencia, así sea respondiendo a patrones estéticos, utópicos o poéticos. El hecho de brindar ese nuevo acercamiento a algo que percibimos prácticamente a diario es un proceso que, para mí, ha adquirido un valor incalculable: me mantiene activo saber que por difícil que pueda ser cualquier situación, siempre que existe un espacio para dirigirse hacia ella con otros ojos. Esa retroalimentación con las adversidades es lo que me hace crear a través de ellas, enfrentarme a ellas y encima hacer que la gente empatice con ellas.

¿Hay temas o motivos que obsesionen tu creación, o estos fluyen y mutan en ti?
Sí, considero que mi obra es una completa obsesión, o sea, yo mismo estoy obsesionado todo el rato con el acto de estar generando ideas. Me interesa mucho la imagen cotidiana, sus estéticas e improntas, y he concluido en una serie de constantes que a cada rato evolucionan según mis propias motivaciones. Traduzco de esa cotidianidad, de las mismas texturas en las calles, de los ambientes de barrio, de los comentarios en el argot popular, fenómenos que están inscritos en la identidad y que muchas veces pasan inadvertidos. Ya ninguno de nosotros debería poder pintar un escenario de rosas cuando realmente debemos concientizar ciertas realidades y avanzar a partir de ellas. Tal vez no a modo de denuncia, ni a modo de un extremo crítico, sino más bien a las puertas de una reflexión que nos ayude a crecer, en principio desde la individualidad y, por qué no, a abstraernos en ciertas ocasiones. Es innegable que mi principal obsesión radica en las problemáticas sociales que nos inundan, en ese segundo mundo que existe en los ojos del cubano más común y corriente; y muy en especial el mundo religioso. Ya es algo que llevo investigando desde hace varios años y se ha convertido en el centro de atención de mi obra. Me he dedicado a consultar fuentes orales, contrastar información, documentar mucho de sus cultos más comunes, coleccionar inclusive varios de sus artilugios y en especial corroborar cómo, desde, ahí se desprende otra infinidad de temáticas.
A día de hoy me obsesiona entender cómo ha funcionado la fe sobre la mente del ser humano; más aún me domina conocer cómo en un momento dado se puede llegar a radicalizar ese pensamiento. Me refiero a este último punto ya que me ha llamado mucho la atención cómo a lo largo de la historia hemos sido víctimas de nuestros propios dogmas, así sean políticos, o así sean puramente religiosos, todo cuanto hacemos está iniciado por un sentimiento de fe… es entonces donde no podemos perder el criterio ante el fanatismo. Está muy de moda en la política moderna propiciar el no cuestionar, la escasez de sentido crítico y callar ante la imbecilidad del prójimo; personalmente opino que sin crítica y cuestionamiento no puede existir avance. Los mecanismos de control y la mentalidad de rebaño son cosas difíciles de admitir para cualquiera; y pienso que la mayoría de los problemas que hoy padecemos están derivados de ahí. Aun así, me motiva mucho saber que existe el día a día y que lo podemos usar como una gran oportunidad para hacer que las cosas cambien.
¿Crees que las redes sociales pueden impactar en el futuro a corto o mediano plazo en la forma en que consumimos arte? ¿Impactarán también en la forma en que se crea?
Opino que las redes sociales forman parte de un mecanismo de control, que ya a estas alturas es algo que está implícito en la vida de todos, desde las altas esferas hasta el ciudadano más común. Es ya prácticamente imposible escapar de su alcance. En política, los twists han ganado peso mediático, en el arte los perfiles de Instagram casi se han convertido en la certeza de existencia de un artista, la compra y venta existe ya dentro del ambiente digital; y todo eso me hace pensar que el uso de la red trae consigo una gran responsabilidad.
A través de las redes, una vez más nos ponen a prueba los extremos. No podemos remplazar el ir a una exposición, por ir a un sitio web de la exposición, a pesar de sus facilidades, nos estamos perdiendo de un sinfín de detalles que existen y solo son perceptibles con el contacto directo. Dentro de todo este instrumento mediático intento hacer prevalecer mi propio proceso de creación, es decir, no trabajo con el fin de llenar un perfil en primera instancia y mucho menos soy sincero con las redes. Fácilmente puedo postear una imagen del proceso de una obra ya realizada y encontrarme trabajando en una nueva serie completamente diferente. Si soy franco, manejo las redes con el cinco por ciento de lo que realmente hago, e incluso me gusta pensar que lo que se ve en las redes de mi obra es solo una de las visualidades de la misma. Al mismo tiempo creo que cada artista puede lidiar con las nuevas tecnologías a su gusto, pero es importante ser consciente de cómo esto puede llegar a incidir sobre su persona y sobre su propia obra.
Me resulta curioso como tristemente hoy en día vivimos envueltos en sociedades machistas, racistas, clasistas, muy atrasadas culturalmente, pero con tecnologías muy avanzadas que se han encargado de propagar las ideologías enfermas de nuestra cultura a través de un tipo de arte; es entonces donde las redes pueden hacer sombra sobre esa mayoría que ignora la importancia que tiene el arte en sus vidas. Toda obra de arte refleja la cultura que la creo y la cultura que la consume. A través de las redes esto queda más que claro cuando vemos cómo los artistas, en esta era de extrema comunicación, pueden ser distinguidos como influencers cuyo valor radica únicamente en cuantas cosas te pueden llegar a vender. Debemos saber convivir con este fenómeno y hacer que nuestro trabajo prevalezca, moldeando la cultura con los nuevos medios a favor.
En materia creativa, ¿qué te da miedo y qué te enciende?
Bueno, en cuanto a la creación debo decir que mi mayor temor es el tiempo en sí, el hecho de por algún motivo no poder crear más, o peor aún, no poder cumplir todo lo que quisiera cumplir. Creo que eso sería muy frustrante ya que, hasta el día de hoy, en su mayoría, mis ideas por muy disparatadas o atrevidas que resulten en un momento determinado, las he conseguido llevar a cabo con todo tipo de experiencias guardadas en ellas. Pero a la par estoy constantemente motivado, en especial cuando encuentro empatía con mi trabajo, cuando sé que no estoy completamente solo en esto y puedo acceder a compartir puntos de vistas con mis amistades. El debate en sí me mantiene activo, el contraste con opiniones que no necesariamente deben estar al corriente con las mías son detalles que me encienden a la hora de seguir adelante. Le debo mucho a mis amigos y familia, que han sido siempre el primer público al cual me he tenido que enfrentar.
Verano junto a la joven vanguardia artística de Holguín
Talleres, brigadas artísticas, festivales y presentaciones literarias, escénicas y audiovisuales conforman la programación que desarrollará la filial en Holguín de la AHS en la etapa de verano, que se realiza en el país del 1ro de julio al 2 de septiembre.
Estas actividades, dedicadas al IV Congreso de la Asociación y al aniversario 36 de la AHS holguinera, tienen la finalidad de compartir en este período en comunidades montañosas y con el público general, arte de vanguardia desde las diferentes manifestaciones.

Yaylín Ojeda, vicepresidenta de la AHS en Holguín, comentó que destacan los talleres sobre realización audiovisual, artes escénicas y música que tendrán como sede el Café de la Casa del Joven Creador todos los viernes, así como el Festival de Radio Joven.
Por otra parte las Brigadas de Arte Rebelde arribarán a las comunidades montañosas de Pinares de Mayarí y Sagua de Tánamo los días 25, 26 y 27 de ambos meses, para compartir con la familia del Plan Turquino holguinero.
Uno de los momentos más especiales de esta etapa estival –añade Yaylín– será la celebración del aniversario 36 de la filial holguinera de la AHS, el 13 de agosto. Para ello se desplegará una jornada a partir de las diferentes manifestaciones y el talento joven.

Además, el Festival de Música Electrónica Stéreo G, evento que convierte a Holguín en el epicentro de la música electrónica en Cuba, celebrará del 18 al 20 de agosto su XII edición, en la playa Caletones, en el municipio de Gibara. Además de la presentación de varios proyectos de Dj productores de todo el país, este certamen incluirá otras acciones en esta comunidad costera, incluida la protección del medio ambiente.
La organización suma también sus espacios habituales, tanto en el gabinete Caligari como en Ediciones La Luz, y el Café de la Asociación, además de su vinculación en los diferentes espacios y proyectos culturales de la ciudad durante la etapa estival del año.
El poeta es un provocador
Yanetsy Ariste es la voz suave con la que hablo de Historia del Arte, de Dante Gabriel y Elizabeth Siddal. La voz con la que comparto el amor por la poesía y la pasión por hacer de la poesía una llave para abrir puertas y mundos. Entrevistarla es como escuchar su voz una vez más a través de la palabra escrita.
¿El arte tocó a tus puertas o tú tocaste las puertas del arte?
Yo toco antes. Una no puede dejarle sus sueños al tiempo.
¿Qué es lo significativo en la poesía, al menos, en la poesía que creas?
Me gusta mucho lo onírico, las imágenes surrealistas, pero creo que lo más significativo en mi poesía es el vínculo a la historia del arte y a los artistas cuyas biografías me resultan reveladoras. En este último periodo, por ejemplo, he instaurado lazos emocionales con Alejandra Pizarnik, Unica Zürn, Séraphine Louis, que además tienen la doble condición de ser mujeres creadoras.
Tienes una estrecha vinculación con el mundo de las artes visuales. ¿Hasta qué punto concibes tu literatura en relación con ese universo que es colateral al nuestro, y muchas veces conviviente?
Ahora mismo los siento como un solo camino. Acabo de inaugurar mi primera exposición, “Ensoñaciones”, una serie de monotipias inspiradas en uno de mis poemarios, aún inédito. A la par realizo una investigación sobre los colores en la obra de distintos poetas cubanos: dos de esos ensayos que conformarán el libro ya están publicados en la revista El Caimán Barbudo, uno dedicado a la poética de Carilda Oliver Labra, y otro a la de Fina García Marruz.
En mis textos los amigos han visto mucho de plasticidad. Soy y seré una historiadora del arte, no puedo desligarme de la formación que la carrera modeló en mí. Cada poema o narración es un lienzo y los personajes, con sus luces y sombras, están signados por un color.

La literatura inspira respeto en algunos autores. Temor a la página en blanco en otros. ¿Cómo te sucede a ti?
Respeto la literatura, obviamente, si no respetara el oficio no podría entregarme a él. Todo ejercicio de creación demanda rigor; la búsqueda de un discurso “distinto” es siempre un camino brusco, pero satisfactorio.
No le temo a la página en blanco, entiendo que forma parte del proceso creativo también. Ella te permite “respirar” entre proyectos, o replantearte la dirección del texto.
¿Cómo transcurre tu proceso creativo?
Asumo la creación como un oficio al que se va todos los días, al margen de estados de ánimo. Es cierto que algunas jornadas son más productivas que otras; pero aquellas que no lo son también pueden aprovecharse para organizar nuevos proyectos, leer, investigar. Trabajo bien temprano, hasta el alba.
Eres una autora interesada por el mundo de la literatura infantil y juvenil, y por la literatura inclusiva, para niños con capacidades diversas, ¿puedes conversarnos un poco sobre algunos de los proyectos que te hayan llevado hacia ese camino? En sentido general, y sin didactismos, ¿cuánto puede aportar la literatura a un niño y qué caminos puede facilitar a familias de niños con capacidades diversas?
Trabajo en un videolibro con lenguaje de señas para niños cubanos, El caballero y la novia retrato. Es un proyecto para redes sociales. En estos canales circulan poquísimos materiales para niños con discapacidades auditivas, y no pensar en ellos es contribuir también a levantar barreras. Este cuento ya había sido publicado por Ediciones Loynaz, ganador del Premio Chicuelo en 2018. Es uno de mis textos más queridos, ya no está disponible en formato físico y quería retomarlo como animación. Gracias a la beca El Reino de este Mundo, que otorga la Asociación Hermanos Saíz, puedo materializar ese deseo.
La literatura le permite a un niño soñar y lo prepara mejor para enfrentar su realidad. No hay distinciones entre un niño con discapacidades y otro que no las tiene, solo hay limitaciones en el acceso a la información. Este tipo de proyectos puede ser un apoyo para que las familias y los centros educativos puedan, a través de la literatura, darles nuevas herramientas para aprender del mundo.
Hay temas que, en nuestra poesía, son constantes, ondas de sentido que nos acompañan a lo largo de toda nuestra vida como creadoras, ¿te sucede así? ¿Los calificas como obsesiones?
Quizás. En todo caso, asumo la obsesión como algo pasajero, que nos transforma y se marcha. Mi último poemario aborda la Locura, cómo se traduce el universo de las ensoñaciones ante los ojos de quien no la padece, pero la acompaña. Es un tema que me ha trasfigurado, como toda buena obsesión. Ya llegarán otras.
En un mundo cultural como el nuestro, donde la diáspora intelectual es una constante del día a día, ¿cuáles son los desafíos principales, en cuestiones de orden intelectual y humano, que enfrenta el país artístico llamado Cuba?
Hoy día el mayor desafío para un artista dentro de la Isla es crear: crear sin disponibilidad de recursos materiales, crear en medio de fracturas económicas que lastran y enfrentar la desmotivación que eso conlleva. Por tanto, quien asume el oficio lo hace porque ama verdaderamente su vocación y cree en el poder sanador del arte.
La posibilidad de que el escritor establezca contacto con otras realidades más allá del contexto geográfico que habita ha sido, desde siempre, un motivo para iniciar —cuando menos— nuevas exploraciones en torno a temas, lenguaje, discurso, sujeto poético, forma, etc. ¿Las limitantes que condiciona la realidad del poeta joven cubano, de la mayoría de estos, son limitantes también para la creación o se gestan otras estrategias que pueden permitir el mismo resultado en cuanto a exploración estética?
Si te dejas condicionar por las limitaciones, desiste antes de empezar. Una buena carrera se hace con esfuerzo y no está exenta de obstáculos. Si no puedes viajar a Ferias Internacionales, costear becas en el extranjero, pagar inscripciones, etc., aprovecha el acceso a la información digital y aprende del mundo que te es desconocido hasta que ya no lo sea, aprovecha tu entorno y aplica a sus becas y premios. Crece. Siempre hay un plan B, y ese puede llevarte al A.

En los tiempos que corren, ¿quién es el poeta?, ¿qué lugar tiene en el mundo?, ¿por qué escribir?
El poeta es alguien que cree puede cambiar el mundo con la palabra. Es un provocador. Escribe para alimentar a otros.
En el proceso de escritura uno se trasforma, evoluciona, saca todo de sí, convierte el dolor o la emoción en algo útil. Los provocadores tienen la función de suscitar, cuestionar, remover. Nunca escribimos para nosotros, sino para ese alguien o algo que nos atrae; y luego servimos los versos a merced del hambre de otros (los lectores) con ganas de marcarles la vida.
¿Es mesurable la levedad o la calidad de los libros de poesía que hoy se escriben en Cuba? ¿De qué manera contribuyen, a una cosa o a otra, el sistema de premios de nuestro país y los jurados que lo integran?
Por lo general combino generaciones de autores en mis lecturas, aunque estoy muy al tanto de la poesía que escriben y publican los jóvenes, para saber buscar una voz propia. Las editoriales en Cuba suelen ser estrictas en sus planes, así que por regla general publicamos buena poesía. Por supuesto, en cada apreciación también ronda un factor subjetivo que tiene que ver con el gusto personal, por eso, a veces llegan a nuestras manos libros que no nos satisfacen.
Los premios son muy importantes. Puedes tropezarte con alguien que te diga que no le importan (ese miente). Es cierto que un premio no define la calidad de una obra completa, y que en certámenes algunos cuadernos vitales no llegan al lauro, pero los que llegan tienen asegurado el camino. Se puede tener talento sin premios; pero donde hay premios, siempre hay talento.
Más allá de la página en blanco, ¿quién es Yanetsy Ariste?
La madre de Dariana. Una mujer de muchos colores.