De Guantánamo a La Habana, por la ruta del Periodismo y el Arte

Roylan es sencillamente un joven cubano de estos tiempos.

Los quehaceres del periodismo, que asume desde hace una década como ejercicio cotidiano de compromiso y responsabilidad social, le han permitido desempeñarse, con soltura y reconocimiento, en los medios de comunicación.

Primero desde la emisora CMKS y el telecentro Solvisión en su Guantánamo natal y más recientemente, en medios capitalinos como CMBF Radio Musical Nacional, el Canal Educativo 2, Cubavisión Internacional y el Noticiero Cultural de la Televisión Cubana, donde se le ha visto mostrar su desempeño creativo, que pone en prácticatambién desde el Departamento de Comunicación de la sede Nacional de la Asociación Hermanos Saiz.

¿Cómo llega Roylan Pardo al mundo del audiovisual?

El acercamiento al audiovisual vino después de iniciada mi labor en la radio. Los primeros pasos fueron en Por Ahora -un programa de la Asociación Hermanos Saiz con un enfoque cultural para la intelectualidad joven- que durante 8 años escribí, conduje y en algunas oportunidades dirigí desde la Emisora CMKS.

Mi primera experiencia en la TV fue con el programa Con el Pie Derecho, una propuesta de debate que sostuvimos también desde la AHS en Guantánamo con la colaboración del Telecentro, donde me desempeñé como guionista y presentador, y que estuvo al aire durante tres años seguidos como parte de la programación de verano. Posteriormente, aparecieron otras propuestas como Perspectivas, un programa con enfoque social-alejado ya del arte y la literatura- que pretendía, a través de entrevistas, conocer cómo las personas asumen determinados problemas y conflictos en sus vidas. En ese tiempo también inicié mi trabajo como conductor de la revista televisiva Quinto Día, un informativo resumen de la semana. Al mismo tiempo fui realizando mi labor como periodista cultural de la emisora CMKS.

Has llevado en paralelo tu trabajo en el periodismo cultural tanto para la radio como para la televisión, pero… ¿tienes alguna preferencia entre estos dos medios?

Ambos complementan mi vida profesional. La radio fue el inicio, el medio que me propició adquirir las herramientas necesarias, la síntesis, la inmediatez, la sensibilidad. La radio ayuda en eso, desde cada uno de sus recursos. La televisión es más recreativa y tiene otras ventajas desde el punto de vista estético y por su alcance. No tengo preferencias, creo que por igual son medios muy necesarios para mí. En este momento, por determinadas circunstancias, dedico más tiempo al trabajo en la televisión, pero los fines de semana estoy también en la radio, dirigiendo espacios informativos.

¿Qué criterios te merece el periodismo que se hace hoy en los medios audiovisuales cubanos?

Hoy encontramos a muchos profesionales ejerciendo el periodismo desde los medios de comunicación audiovisual. Pienso que en la mayoría de los casos se hace necesario un ejercicio más crítico; se hace mucho periodismo de promoción, notas, espectáculos, carteleras. Hay buenos colegas con un trabajo más serio, pero son los menos. Un periodismo que vaya más a lo explicativo, lo cuestionador, la investigación, esa es la ruta. Desde el punto de vista cultural se hace necesaria una mayor indagación; en todo el país hay excelentes proyectos que no siempre encuentran el amparo de la institución y merecen hacerse visibles; esa es una de mis mayores intenciones.

Estás vinculado a la AHS como miembro, incluso antes de comenzar a desempeñarte profesionalmente. ¿Qué relación ves entre Arte y Periodismo Audiovisual?

Toda propuesta audiovisual debe ser arte y el periodismo desde esta plataforma también. No puede justificarse un producto determinado y su mala calidad con los problemas tecnológicos y las rutinas productivas, ya sean de un canal nacional o de un telecentro. Es algo que va más allá de lo material o las condiciones de trabajo. Se trata de la capacidad creativa del periodista o realizador, de la estética con que acompaña el discurso, del cuidado de la fotografía, la limpieza de la edición, el sonido, del uso coherente de los recursos y la dramaturgia con que se cuenta la historia; en fin, de la belleza y la intencionalidad.

El pasado Día de la Prensa Cubana, durante la entrega de los Premios Rubén Martínez Villena, salió tu nombre a relucir en el apartado de Periodismo Audiovisual. ¿Qué significan los premios para ti?

Nunca me han preocupado los premios. De hecho, en mi tiempo de trabajo he participado en muy pocos concursos, siempre dejo vencer las convocatorias o no me entero de las oportunidades; pero sí reconozco que ayudan a la visibilidad de los creadores e indudablemente estimulan a continuar con el trabajo.

Has sido receptor además de dos becas de creación…

Las becas son otra cosa, a diferencia de los premios, más que reconocimiento te dan la posibilidad de materializar un proyecto, una obra, porque otorgan un financiamiento para ello. Propiamente, la AHS me ha otorgado dos becas El Reino de este Mundo para un proyecto que me seduce y que lleva por nombre Zona de Creación: un paquete de cápsulas promocionales a jóvenes artistas; un proyecto que me alegra sobremanera y tambiéna sus protagonistas, porque constituye una plataforma de visibilidad desde el audiovisual. Realizamos diez inicialmente, en estrecha colaboración con la productora guantanamera Charabia Production y el realizador Pedro Gutiérrez. Ahora iniciamos el rodaje de otras veintitres por todo el país.

Formas parte de esa miríada de jóvenes profesionales que han decidido marchar a la capital en busca de nuevos horizontes ¿Crees en el fatalismo geográfico?

No. El sitio donde vives te marca; lo que te rodea, las circunstancias influyen en tu obra. Pero hay buenos ejemplos de personas que viven en provincia y tienen una obra de repercusión nacional o extranjera, y eso sólo tiene que ver con el talento y el pensamiento, con la capacidad de no volverse un simple provinciano. Mi decisión de venir a La Habana fue por cuestiones personales más que profesionales. No soy de permanecer mucho tiempo en un mismo sitio; de hecho asumo estos casi dos años en la capital como un período de prueba: aún no me acostumbro a la idea de que vivo acá. A lo mejor en un tiempo Guantánamo vuelva a ser el escenario, se me hace difícil no pensar en los amigos, la ciudad, los proyectos.

Hablas de Guantánamo con orgullo y precisamente desde allí comenzaste a cosechar éxitos y reconocimientos en tu carrera. ¿Crees que fuiste profeta en tu tierra?

Nunca había pensado en eso de ser profeta en mi propia tierra hasta ahora. Lo cierto es que una de mis mayores satisfacciones en Guantánamo fue que la gente me reconociera por mi trabajo, no las instituciones y los artistas, sino el pueblo, su gente, los que nunca tuvieron contacto profesional conmigo. Aun en La Habana algunas personas se me acercan y me dicen: «¿así que te fuiste?», y yo les digo: «¿Eres de Guantánamo?». Eso me da mucha alegría.

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