“En el cuento de Andersen se narra la historia de un pino que vive en un bosque y siempre tuvo aires de superioridad. En Navidad es cortado y llevado a una residencia. Esa noche es colmado de regalos y se siente parte del festejo, rey. Luego le son arrancados los regalos y es llevado al desván, donde comienza a secarse. Allà conoce a unos ratoncitos y les cuenta su historia, más tarde es sacado del desván, lo hacen leña y terminan lanzándolo al fuego.
En cuanto a la estructura explica el autor que “está sustentada por dos actos, dos partes. La primera se desarrolla en el bosque Blanco donde vive Hans el Pino, que aún no se llamaba asÃ, y la segunda es en la casa de las personas del pueblo.
“La obra tiene un motivo musical que es Claro de Luna o Quasi una fantasÃa, de Beethoven; tomo la estructura de sonata.â€
Blanco ya ha estado en la escena. “La obra tuvo una especie de lectura en escena y nos dio la posibilidad de experimentar el texto desde una lectura dramatizada que nos permitió confrontar con el público. Esto se hizo con el grupo Medea Teatro, de La Habana, que integramos estudiantes del ISA, y se puso en el Festival de las Artes en 2019.
“Quiero destacar los diseños de Massiel Teresa Borges, estudiante de Diseño de tercer año del ISA, que además interpretó al Pino en la lectura, y la ayuda de las personas de la sala Adolfo Llauradó, la Universidad de las Artes, al profesor Yerandis Fleites, por habernos impulsado a escribir este tipo de textos y apoyado en la escritura, a Iván Fernández, el compositor que a partir del segundo movimiento de Quasi una fantasÃa hizo una reinterpretación.
Nelson Beatón entrega con su texto un recurso para llevar a la escena la mirada del creador que ve al niño desde una relación de horizontalidad en tanto individuo. Del cultivo de relaciones armónicas y de cultivar la sensibilidad desde el respeto.
Por lo pronto queda a los espectadores el deseo latente de que llegue a las tablas este juego melódico que entre apropiación e intertextos, dialoga, según el propio Beatón, con “la voz de Hans Christian Andersen, la sonata de Ludwig Van Beethoven, los colores de Vincent Van Gogh y un haiku de Kobayashi Issa, parte de la sinestesia en pos de visibilizar las nuevas escrituras, la dramaturgia para niños que se reinventa todo el tiempo. Blanco invita a celebrar esas intimidades, esas zonas emotivas que terminamos por perder, por silenciarnos.â€
cortesÃa del entrevistado cortesÃa del entrevistado
Ha participado en diversos festivales nacionales e internacionales de teatro. Como parte de la práctica necesaria en su crecimiento como dramaturgo se ha integrado a con un grupo de estudiantes del ISA al proyecto Laboratorio Fractal, donde destaca por su participación en el Festival de la Artes, ISA, 2015, con su texto Alessandra Makarov, monólogo distópico en V tiempos, en los roles de actor y dramaturgo.
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