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Fórmula del éxito, avatares y cavilaciones de Rosana Rivero

*Tomado del periódico ¡ahora!

Rosana Rivero Ricardo es una joven periodista holguinera que desde el ámbito de la cultura ha entregado en el último lustro, su quehacer profesional a informar al público holguinero de todo cuanto en materia de arte acontece en la provincia.

Con ingeniosidad teje sus textos y busca constantemente crecer, si no en estatura, en lo profesional. En los meses recientes varios premios le han demostrado que sus empeños fructifican, aunque ya sus lectores lo advirtieran antes que los jurados. Aquí cuenta fórmulas del éxito y avatares profesionales. Revelaciones que comparto con los lectores.
 
En los últimos meses recibiste de la vida muchas sorpresas, algunas más tristes, otras pueden considerarse hitos en la vida de cualquier persona. El Premio de Periodismo Cultural Rubén Martínez Villena ¿en qué lugar se ubica en este escalafón?
 
Dicen que la felicidad nunca es completa. En el plano personal hoy siento la ausencia de uno de los pilares fundamentales de mi vida: mi abuelo. No obstante, me reconforta pensar que buena parte de estos resultados se los debo a él, quien me impulsó a superarme siempre.
El Premio de Periodismo Cultural Rubén Martínez Villena se ubica en primerísimo escaño de mis alegrías, junto al resto de los reconocimientos que he recibido en los últimos cuatro meses: Premio Nacional de la Crónica, Premio Provincial La Estrella de Cuba y Premio de la Ciudad 2020.
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El “Villena”, convocado por la Asociación Hermanos Saíz, es un certamen que ha ganado muchísimo prestigio. Esta vez se enviaron más de un centenar de obras.
El concurso realza al Periodismo Cultural, una temática a veces subvalorada en otros certámenes periodísticos, tanto provinciales como nacionales, al equipararlos con textos de Periodismo Económico, Jurídico, de Salud, etcétera.
Asimismo, reconoce la labor de los jóvenes periodistas menores de 35 años, uno de sus requisitos. Cuando lo descubrí ya tenía 27. Había perdido cuatro años. Pensé que iba a llegar a los “ta” sin obtenerlo.
Un premio nacional siempre se recibe con alegría. Le da visibilidad a tu obra más allá de tu zona de influencia, en mi caso, la provincia de Holguín. Para un periodista, aunque lo niegue, el reconocimiento social siempre es importante.
Mas el agasajo no es solo para quien escribe, sino para el medio para el cual trabaja. Esa es otra de mis satisfacciones: insertar el nombre del periódico ¡ahora! en el panorama nacional. Sin las nuevas posibilidades que ofrece la plantilla del sitio web www.ahora.cu, no hubiese logrado este resultado. Tampoco sin el apoyo del Equipo Multimedia, una nueva estructura creada por el director de nuestra Casa Editora, aprovechando las potencialidades de nuestros Recursos Humanos, para estar en la puntera del desarrollo del Periodismo Hipermedia en el país.
 
¿Cómo fue el proceso creativo de esta serie de productos que resultó premiado?
En 2018 se comenzó a gestar, desde la dirección del Complejo Cultural Eddy Suñol, el gran suceso que sería el aniversario 80 del Teatro, celebrado el 2 de junio de 2019. Informativamente la prensa local debía seguir los acontecimientos, pero quise hacer algo distinto para homenajear a la institución y sus protagonistas, a menudo personas desconocidas. Sentía que se lo debía a mi Teatro, donde de pequeña disfruté de puestas infantiles.
 
Permaneció una década cerrado, pero cuando reabrió en 2011 estuve en la gala de apertura, aunque después tuviese que regresar a pie a la casa: cuatro kilómetros con los tacones en la mano. Ahora, como periodista, siempre me tiene reservada una luneta en la fila de la prensa.
No he tenido la posibilidad de visitar todos los teatros de Cuba y no puedo hacer comparaciones objetivas. Mas todos los artistas de convocatoria nacional que han estado en el “Suñol” coinciden en algo: este es uno de los mejores teatros de la Isla, no solo por su confort -aunque la acústica no sea la mejor y el escenario sea pequeño e incompleto-, sino por la calidad de sus trabajadores. Eso quería reflejarlo.
Disfruté mucho las entrevistas que fueron la base sobre la que se sustentó cada producto web. Conocí a Hipólito Velázquez, octogenario tramoyista por varias décadas del “Suñol”, cuya familia se dedicó por entero al teatro. Ellos me abrieron la puerta de su casa. Conversar con grandes personalidades del canto lírico no solo holguinero, sino nacional, como María Luisa Clark, conocida como “La Voz de Oro de Cuba”, fue otro momento único. Me divertí mucho con las anécdotas, que suelen pasarle en plena actuación a estos artistas.
 
Con frecuencia tus textos tienen una vocación historicista, hurgan en el pasado para traer al lector o usuario de las redes, verdaderas revelaciones o encuentros con sus nostalgias, los trabajos que te hicieron merecedora de este premio entran en ese grupo ¿Cómo fue el proceso de investigación y luego el creativo?
 
Siempre tuve afinidad por la Historia. Me gradué como Máster en esa especialidad. El periodista escribe en presente lo que será historia. Pero el Periodismo es también una buena herramienta para traer el pasado hasta nuestros días. He intentado explotar eso del modo más ameno posible, para que los más adultos se encuentren con sus recuerdos y los más jóvenes conozcan lo que fue.
Consulté a personas que pudieran aportarme información, sugerirme temas y personalidades a entrevistar. De ahí salió una larga lista de tópicos, que incluyó los tres trabajos seleccionados para el concurso. Entrevisté a trabajadores del Teatro, ya retirados, y algunos de los que están en activo, como su director Roger Rodríguez, quien mucho colaboró con la realización de estos trabajos. Otro intercambio clave fue con Martín Arranz, intérprete jubilado del Teatro Lírico de Holguín, quien, además, de ofrecerme sus impresiones como protagonista y espectador de las presentaciones en el Teatro, me facilitó su libro sobre la historia del Teatro en Holguín.
Pensé la serie como un trabajo multimedial y me apoyé en un equipo de fotógrafos, diseñadores, videógrafos, editores para que el producto saliera lo más integral posible. Tuve que aprender hasta a hacer los llamados Time Line o Línea del Tiempo, apoyada en las herramientas digitales, que ofrece la web. Hubo cosas que salieron y otras no. Los podcasts, por ejemplo, no pudieron añadirse por detalles de la tecnología.
Gracias a esta serie conocí mucho mejor el “Suñol”. Subí hasta el techo de la Sala Principal. Las bombillas quedaban a mis pies. A esa altura las lunetas parecen sillas de muñecas.
Entre los momentos más divertidos y, a la vez místicos, estuvo el proceso de realización del artículo dedicado a los fantasmas del Teatro, no incluido dentro de las obras premiadas. Dicen que allí habita el fantasma de Raúl Camayd, fundador y director del Lírico holguinero por varios años. Muchos de quienes han “sentido” estas presencias prefirieron no compartir sus anécdotas. Yo, por sí o por no, prefiero no quedarme la última a la salida de cada función.
 
El Periodismo cultural plantea el reto de la especialización en un abanico diverso de expresiones del arte, cuáles consideras los más importantes desafíos de esta forma de ejercicio profesional.
 
Ahí está el reto: saber de todo un poco, porque en una provincia un periodista cultural, para poder emitir criterios válidos sobre todos los sucesos, que acontecen en su territorio, no puede especializarse en una única manifestación artística, como debería ser, por el gran volumen de información, que se debe manejar. Incluso una manifestación artística demandaría una mayor especialización para ser más certeros. Por ejemplo, en la danza podría el periodista centrarse en el ballet o la danza, o en un periodo específico.
 
¿Cómo describirías que debe ser la relación ideal creador-periodista?
 
De amistad, no de enemistad. Ellos, junto al receptor, conforman un “trinomio cuadrado perfecto”, en términos matemáticos. El artista, sin un público que decodifique su obra está incompleto. A su vez, el crítico funciona como una brújula, para indicarle el mejor de los caminos a ambas variables. Por ejemplo, el crítico puede alabar o cuestionar aspectos de una obra basado en sus conocimientos. El creador obtiene así una opinión especializada de su trabajo, para continuar por esa línea, o si lo desea, mejorarla. Al público, por su parte, el crítico puede sugerirle a cuáles hechos artísticos debe prestar mayor atención por sus valores.
Lo que no debe suceder es que el artista vea en el crítico a su enemigo y lo emplace, esgrimiendo argumentos como el desconocimiento de su trayectoria anterior o el esfuerzo realizado, para desarrollar su obra de arte. El público lo que disfruta es el resultado final de la pieza, y eso es lo que también evalúa un especialista.
 
La crítica de arte es uno de los temas más cuestionados dentro del periodismo cultural. Acusados a veces de poco serios, epidérmicos o inexistentes, los textos críticos son manzana de la discordia cuando aparecen ¿cómo has vivido la experiencia de la crítica?
 
No he realizado mucha crítica artística y es algo que, a su vez, se me cuestiona en mi entorno laboral. Solo llevo cinco años de ejercicio profesional y considero, que todavía me falta experiencia, aunque en todo este periodo he intentado especializarme a través de cursos, talleres, diplomados y hasta mi maestría, que es en Historia y Cultura.
 
Es una labor compleja y delicada que tiende a herir susceptibilidades. En todos los encuentros de Periodismo Cultural, que se realizan a lo largo de la Isla se insiste en que Cuba es ínfima la crítica cultural y que los periodistas de la temática debemos potenciarla. Los artistas también han planteado en sus asambleas y congresos la importancia de que resurja la misma. No obstante, algunos se quejan y les parecen mal las opiniones que se emiten acerca de sus obras, sobre todo, si se trata de un periodista joven. Por tanto, un crítico siempre está en el filo de la navaja. Casi nunca queda bien, lo mismo si escribe o no escribe su opinión.
Personalmente tuve una buena experiencia en esa relación creador-crítico. En una ocasión comenté en el periódico ¡ahora! sobre un estreno del grupo humorístico Etcétera. Su director, Eider Luis Pérez, agradeció los elogios y, en la segunda puesta, mejoró los aspectos negativos señalados.
 
Tienes desde hace años el encargo de entregar una página semanal con el acontecer artístico holguinero ¿cómo divides el tiempo para asistir a los incontables acontecimientos que acaecen en la ciudad, escribir, investigar, etcétera.?
 
El Periodismo Cultural es una de las pocas especializaciones periodísticas que te dan la posibilidad de trabajar divirtiéndote. No veo mi labor como una obligación, sino como una posibilidad infinita de recreación, conocer disímiles creadores sin moverme de mi ciudad, disfrutar de espacios, que tienen al buen arte como protagonista. Valorándolo de este modo, las ideas, la escritura y la investigación fluyen espontáneamente.
 
¿Existe una manifestación del arte con la que te sientas más cómoda al escribir?
 
Las artes plásticas. Junto a la arquitectura es la manifestación en la que se enfatiza cuando recibimos Historia del Arte en la carrera de Periodismo. Esto te dota de un conocimiento sistematizado en periodos y figuras, tanto del ámbito universal como nacional. Eso no ocurre, por ejemplo, con las artes escénicas. He estado en un Diplomado de Crítica Artística impartido en la filial holguinera de la Universidad de las Artes y en un curso similar en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí y en ambos se ha prescindido del estudio de la Danza. Esas ausencias curriculares demandan mayor esfuerzo y autopreparación, y uno tiende a escribir en el ámbito que más cómodo se siente.
 
Cuando alguien ha tenido un buen año, todos se preguntan si tuvo una fórmula para el éxito. ¿cuál es en tu caso?
Enviar mis trabajos a los concursos. Nunca creí mucho en mí ni en mi obra, la verdad. Por eso no incursionaba en los certámenes. Rubén Rodríguez, nuestro periodista, escritor y editor, me envalentonó a hacerlo.
Comencé a participar desde el año pasado. Intervienes en los eventos y talleres y aprendes algunos secretos, como comprender su naturaleza y escoger, dentro de tus textos, los que más se ajusten a esta.
Intento ponerle el mejor “sazón” a todo lo que cocino, periodísticamente hablando. Por eso, no escribo un artículo pensando: “este lo voy a enviar a tal Premio”. No obstante, el olfato periodístico te indica el tema que puede convertirse en un buen trabajo y, hasta sin premeditarlo, le pones un poco más de tu tiempo y esfuerzo. En mi caso, hay artículos premiados que han nacido tras un largo proceso creativo. Sin embargo, otros nacen de la casualidad, la espontaneidad. Lo ideal es trabajar lo mejor posible siempre.
Si tuviera una fórmula del éxito diría que esta funciona si, al “despejar la X”, obtengo como resultado la retroalimentación con mis lectores. Sus comentarios en las calles, en la web de ¡ahora!, sus correos electrónicos corrigiéndome datos, sugiriéndome temas o felicitándome: esos son los mejores premios.

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