trova
Manuel Leandro: Confesiones de un Mortal
Hace dos años leà en el perfil de Facebook del cantautor holguinero Alito Abad unas palabras sobre los inicios de Manuel Leandro Sánchez (Manolito) en la música, una especie de pórtico y exhortación a escuchar una de sus canciones, de esas que se desgranaban entre trovadores en las tardes bohemias del parque Calixto GarcÃa o en las peñas de la Casa de la Tova de HolguÃn: “Manu sabe como pocos de amor y de la ira que se esconde en un acorde, de lo mal que le quedaban esos 15 años para tanta belleza, lo avergonzábamos siempre presentándolo asÃ, él reÃa con su timidez caracterÃstica y subÃa a entregar el pechoâ€, dice.
Aferrándose a la belleza cruel de la poesÃa, con acordes de fondo, Manuel Leandro compone desde los 15 años, cuando empezó a interesarse por la música y la literatura. “A esa edad comencé a componer mis propias canciones y descubrà en la música una forma poderosa para expresar mis emociones, un lenguaje inmenso y emocionanteâ€. A menudo, me comenta, le inspiraban cosas que habÃa escrito anteriormente, o textos de otros autores que lo marcaban de algún modo. Componer es la forma que le permite conectar profundamente con los demás y, sobre todo, con él mismo.
De la escualidez, lo triste y lo conmovedor han salido sus canciones. Su delgada figura, con la guitarra en ristre, las gafas oscuras casi siempre y el cabello largo, no oculta poses. Es parte de su esencia, de la timidez sincera y de su fuerza poética, que como un dios iracundo lanza en cada verso, en cada acorde, desgarrado por motivos que le punzan y laceran… el Alma.
El año 2007 supuso un giro importante en su inicios al obtener el Premio “Del verso y de la miel†en el apartado de Trova, galardón que se entrega como parte del certamen organizado por la célula de la Asociación Hermanos SaÃz en el municipio de Báguanos. “Fue un momento importante en mi carrera. Ser reconocido por este concurso significó mucho para mà en términos de validación de mi trabajo y fue una oportunidad para darme a conocer en la escena musical local. Además fue la gran motivación para seguir explorando y creciendo como compositor. Por otro lado recuerdo que con el dinero que otorgaba el premio grabé mi primer demo, con el que me presenté para entrar a la Asociaciónâ€, comenta.
A partir de 2008 el auge de la trova en HolguÃn es notorio, a este movimiento te vinculas junto a Alito Abad, Fernando Cabreja, Raúl Prieto, Edelis Loyola… ¿Qué supuso para ti formar parte de la canción de autor y la trova holguinera?
“Crecer durante esos años fue una experiencia muy enriquecedora. Me permitió conocer a otros artistas talentosos y apasionados por la música, nutrirme de ellos. Además, la trova y la canción de autor son géneros que se centran en la poesÃa y en la composición cuidadosa de letras, lo que me llevó a explorar más a fondo la escritura y a mejorar mi habilidad como compositor.
“Ser parte de este movimiento también me permitió acceder a un público maravilloso, primero en la ciudad de HolguÃn, y luego en el resto del paÃs gracias al sistema de eventos y festivales que promueve la AHS.â€
Muchos jóvenes y seguidores que escuchaban en las tardes de trova a estos cantautores quedaron prendados de sus versos, pues fueron ellos quienes marcaron momentos importantes en la vida del público y de la ciudad. La trova en HolguÃn fue, en esos años, un fuerte movimiento que agrupó a varias generaciones de artistas y poetas, y entonces la ciudad fue más bohemia y la trova fue una especie de reliquia, un objeto sagrado de su cultura.
Para no dejar morir ese empeño surge en 2016, por iniciativa del cantautor Raúl Prieto, la Feria de los Trovadores “avizorando en los músicos de su entorno un crecimiento orgánico que podÃa ser potenciado mediante la unidadâ€. Hasta hoy la Feria reúne a trovadores con diferentes estéticas, discursos y maneras de hacer.
¿Cuánto crees que aporta la Feria, como cantera de noveles músicos, al desarrollo del género?
“La Feria es lo que ha mantenido unidos a los cantautores holguineros. Es algo que debemos agradecerle a Raúl Prieto por soñarlo y desarrollarlo hasta hoy; y también, por supuesto, a las instituciones que han contribuido a que se sostenga cada mes. Espacios como este son una forma también de encontrar nuevas voces. Asà como me sentà inspirado en mis inicios por esa magia, otros jóvenes descubren hoy la necesidad de compartir sus experiencias a través de la música gracias a estos encuentros, y por eso me siento agradecido de poder formar parte.â€
Manolito se ha nutrido de lo mejor del arte y la música de sus coterráneos, asimismo ha dejado su huella en varios espacios, materiales audiovisuales y libros como su cancionero Del aire soy, publicado por Ediciones La Luz en 2018, sus peñas en la Casa de la Trova, el espacio “Quiero una canción†en las RomerÃas de Mayo, y su sitio más asiduo y cercano “El Club de los Neciosâ€, en el café de la AHS holguinera, donde se presenta y comparte con su público.
“En el Club de los Necios no intento salvar el género musical como tal, sino al público que se reúne alrededor de él. La gente que asiste habitualmente allÃ, mayormente jóvenes, no tiene muchas opciones, ya sea por limitaciones económicas o por identidad estética. Hemos creado una especie de familia que intento proteger a pesar de todo. Esa es la razón fundamental por la que ha perdurado durante tantos años.â€
Recientemente su disco Mortal, producido por el sello discográfico Bis Music, ha sido nominado al Premio Cubadisco 2023 en la categorÃa de Trova, junto a La ruta del esclavo, de Gerardo Alfonso, y Vida a vida, con varios intérpretes, producido por Nelson Vila.
¿A esta altura de tu carrera qué connotación adquiere la nominación de Mortal, tu primer álbum de estudio, al Cubadisco?
“Fue una gran sorpresa. Esta nominación representa el reconocimiento al esfuerzo y talento de cada uno de los artistas y miembros del equipo técnico que trabajó en su producción. Además, estoy feliz de compartir este certamen con artistas a los que admiro y respeto profundamente.
“Por otro lado, agradezco inmensamente esta oportunidad, porque gracias a esta nominación Mortal ha conseguido maximizar su alcance, y eso, a fin de cuentas, siempre fue el objetivo principal: que la música llegue a la vida de todos los que la necesiten.â€
Este álbum, confiesa, no es más que el reflejo de una importante etapa de su vida, preguntas que quizás siguen sin respuestas. “En el álbum se reúnen nueve canciones que compuse en mis primeros años como cantautor. Grabarlas era una deuda pendiente conmigo y con las personas que comenzaron a escucharme en esa época. También por eso no fue difÃcil encontrar una coherencia conceptual; en general, todas giran en torno a las mismas preguntas o inquietudes que me acompañaron durante esos añosâ€.
¿Cómo valoras la producción del disco cubano y cuánto crees que influye en la obra de un joven trovador?
“La realización de un disco es importantÃsima en la carrera de un músico. En primer lugar, porque brinda la posibilidad de compartir el resultado de su trabajo con un número inmenso de personas, y es un proceso increÃble de aprendizaje y crecimiento. Construir un disco es una asignatura completamente nueva y compleja; es necesario observar tu propia obra desde muchos ángulos diferentes y eso hace que descubras un universo de posibilidades. También es una gran responsabilidad saber que cada decisión que tomes, cada acorde, estará ahà para siempre.
“En Cuba, a pesar de no contar con un gran mercado discográfico, producir música es tan importante como en cualquier otra parte del mundo, e incluso podrÃa tener una importancia aún mayor debido a las limitaciones de movilidad que tenemos los músicos aquÃ.
“A pesar de todo, cada año se presentan discos increÃbles y a medida que el acceso tecnológico se hace más potente y accesible, también aumenta la calidad de las producciones en términos técnicos, tanto en sellos oficiales como en el florecimiento creciente de productos independientes.»
Manuel Leandro Sánchez se aferra cada vez más a lo sincero, aunque eso implique arriesgarse, sumergirse en zonas dolorosas o incómodas de su propia conciencia, porque es ahà donde habita quizás una verdad un poco más limpia. En cada nueva canción intenta, dice, ir un poco más profundo en ese sentido, aunque no cree que lo consigue siempre. Es un camino de aprendizaje, no sólo como creador sino como ser humano, como mortal; y eso es en definitiva lo más importante. Por eso siente que su música se parece a él, cada vez más.
Santa, clarÃsima canción
Pensar en el Encuentro Nacional de Trovadores Longina Canta a Corona es recordar descargas, confluencias, descubrimientos; es evocar los nombres de quienes han decidido compartir su obra con el público de Villa Clara (quiero decir: del mundo entero); es lamentar el manto de silencio que se extiende como un sudario sobre festivales verdaderamente valiosos. Pensar en el Longina es recordar la locura de nadar a contracorriente en tiempos que nos lanzan por el barranco de las candilejas.
Juan Carlos Travieso y su muy diligente equipo de trabajo lo saben mejor que nadie. Por eso, cuando llega el Longina, aprovechan cualquier rincón de la ciudad de Santa Clara para grabar entrevistas y conciertos que luego disfrutaremos en el nunca suficientemente bien ponderado espacio televisivo Entre manos. Y quién mejor que Travieso y su equipo para romper (otra vez) la barrera del silencio, para contarnos la historia completa de un encuentro que ha sido escuela de casi todos los trovadores del paÃs.
“El dÃa que se cuente con un poquito de más seriedad, el Longina va a tener que ser Patrimonio de la Cultura Cubanaâ€, dice el trovador Ariel Barreiros en Santa canción, el documental que intentará saldar esa deuda ya histórica. La obra, además de repasar los momentos más significativos de esta fiesta, se propone diseccionar el presente a partir de las ideas de quienes viven, sueñan, analizan y, sobre todo, defienden la trova, en sentido particular, y la canción cubana contemporánea (el término es de JoaquÃn Borges-Triana), en sentido general. Cuestión de tiempo para que se anuncie su estreno.
A propósito de Santa canción, las historias que narra y los temas que aborda, el Portal del Arte Joven Cubano conversa con su director, Juan Carlos Travieso.
¿Cuándo empiezas a interesarte por la trova?
“Desde la infancia, pero los dos momentos más importantes en mi vÃnculo con la trova tienen que ver con Argentina: el primero fue cuando vi la pelÃcula Darse cuenta [Alejandro Doria, 1984], que terminaba con la canción `La masa´, de Silvio RodrÃguez. El segundo fue cuando Silvio dio un concierto multitudinario en Buenos Aires, en los 80. Entonces me digo: ¿qué pasa con esta música?, ¿qué tan importante es? y ¿por qué no la conozco? A partir de ahà empezó una motivación por conocer a Silvio y a todos los trovadores de Cuba. Fue tan fuerte que, años más tarde, cuando a partir del 87 comencé a trabajar en una emisora de radio como guionista y director de programas, difundà la trova en mis espacios. HacÃa programas de hit parade, donde colocaba temas de trova aunque no estuvieran en la preferencia generalizada.
“Luego estudié en el Instituto Superior de Arte. Mi tesis fue un documental sobre Frank Delgado, trovador que habÃa descubierto en mis andanzas por la radio, en una época en que su obra no se difundÃa en ningún medio masivo de comunicación. Me fascinaron sus canciones underground, conecté con su discurso, y por eso me propuse hacer ese trabajo. De ahà en lo adelante, mi amor por la trova ha sido totalmente declarado.Â
“Un poco después de que se funda Canal Habana, comienzo a dirigir Entre manos. El programa nació —por cierto— en El Mejunje de Santa Clara. Visité la ciudad, invitado por Yamil DÃaz, para hacer un documental sobre El Mejunje. Pasé como una semana conociendo el lugar, fascinado con todo ese mundo… Por muchas razones, el proyecto no se realizó. Sin embargo, estando en la descarga del jueves de La Trovuntivitis, le digo a Yamil: `no voy a parar hasta hacer en la televisión eso que estoy viendo aquÃ. Me encantarÃa llevar ese espÃritu de descarga a la televisión´. Y asà surge Entre manos, que va a cumplir 15 años al aire y ahora finalmente está realizando el objetivo de llegar a la pantalla de Cubavisión. En eso estamos.
“Bueno, con 15 años haciendo un programa de trova, es muy difÃcil que no conozca a un trovador en la Isla, su obra, su nombre y muchas de sus canciones. Lo mejor es que la trova es una fuente inagotable: cada dÃa aparecen nuevos, cada dÃa aparecen mejores. Una fuente inagotable de la que siempre estoy bebiendoâ€.

¿Cuándo empezaste a asistir al Encuentro Nacional de Trovadores Longina canta a Corona?
“Creo que en 2016 o 2017 nos invitan por primera vez al evento. Incluso, Raúl Marchena y el resto del piquete proponen que hagamos un programa con público. Descubrir el Longina, vivir tantos dÃas de actividades y, a la vez, tener la posibilidad de hacer ese programa, fue una novedad para nosotros. Espectacular, la verdad.
“Desde ese momento aproveché para grabar muchos de los conciertos con la colaboración de sonidistas y realizadores de la provincia. Todo lo que nos ha hecho falta, siempre lo hemos encontrado en esos amigos y colaboradoresâ€.
¿Qué importancia tiene la ciudad de Santa Clara para la trova cubana?
“Bueno, creo que hoy la ciudad es, sin dudas, la cuna de la trova joven. La trova transgresora, que intenta romper esquemas, que busca estéticas nuevas y vÃnculos con referentes de la cultura cubana y universal. En Santa Clara hay un diapasón muy amplio: se pasean por el jazz, el blues, el rap, incluso hasta por el reggaetón. Es un lugar donde todo el tiempo están creando, compartiendo y consultando sus canciones. No viven en una burbuja: siempre se están inyectando vitaminas nuevas al invitar al Longina a creadores de todo el paÃs. Hay eventos en otras provincias que son más parcializados, pero el Longina ha intentado romper esa barrera, con la ventaja de estar en el medio de la Isla, donde el viaje a nadie le resulta demasiado largoâ€.

¿Cómo surge la idea de hacer un documental sobre el Longina?
“Nace de los propios realizadores del festival. En algún momento Yordan Romero y Marchena se sientan conmigo y me hacen la propuesta. Ciertamente, yo tenÃa una buena colección de archivos que me permitÃan ya hacer un balance del evento y no quedarme en las vivencias de un solo año. Cada vez que voy, grabo muchos conciertos y hago muchos programas. Eso me ha permitido hacer un documental lo más equilibrado posible. Después he tenido que acudir a los mismos trovadores, a periodistas de Villa Clara como Hilda Cárdenas Conyedo, quienes me han facilitado materiales de archivo para el trabajoâ€.
En Santa canción prescindes del narrador tradicional y la voz en off para que los protagonistas cuenten su propia historia. ¿Cómo viviste el proceso de montaje?
“Me gusta recurrir a esa estética. Pocas veces, cuando me ha sido estrictamente necesario, he utilizado el narrador. Fundamentalmente trato de que los personajes cuenten su historia. En este caso tenÃa muchas entrevistas: cuando las unÃ, sumaban siete horas. HabÃa para escoger, y eso me permitió darme cuenta de todo lo que me faltaba. También influyeron otros factores en su realización: el hecho de no hacer el trabajo con apuro, el que viniera la pandemia de Covid 19, la posibilidad de entrevistar a algunas de las grandes figuras que habÃan participado en el festival para que me hablaran especÃficamente del Longina… Todo eso llevó a que el documental tuviera testimoniantes de peso como Silvio RodrÃguez, Silvia Pérez Cruz, Pedro Pastor. Pude filmar a muchos trovadores, tanto cubanos como extranjerosâ€.

El documental, además de hablar del Longina, aborda la canción cubana contemporánea y la propia sociedad en la que se desarrolla. ¿DesearÃas que Santa canción propiciara un debate sobre las maneras de optimizar los procesos de promoción y comercialización que giran en torno a la trova cubana?
“Mi propósito no fue nunca hacer un documental que recogiera solamente la historia del evento. Me interesa mucho el porvenir, el futuro, y todo lo que pasa hoy con la trova, que es Patrimonio, pero todavÃa no está lo suficientemente cuidada. Falta mucho para que haya un trabajo consecuente a favor de su promoción y la preservación. Hoy en dÃa los problemas tecnológicos y materiales nos ocupan y complican demasiado el tema de patrimoniar algo. Llevo 15 años realizando Entre manos, y todos los programas que se conservan del espacio es porque los tengo guardados en mi casa o los subà a YouTube. Algunos que se guardaron en el Canal Habana, por ejemplo, se borraron porque dio problemas un servidor. De esos no me quedé con ninguna copia.
“Creo que no ha sido coherente el sistema de conservación de los materiales fÃlmicos. Si hoy uno hace un levantamiento de los documentales que se han hecho sobre la trova, puede que te encuentres cinco o seis, siete, ocho. Y yo estoy seguro de que hay muchÃsimos más. Pero no existe una preocupación por saber dónde están esos materiales, a quién se les dedicó, cuál es el archivo. Todo eso tiene un valor inigualable, y se pierde porque no se le brinda la atención que deberÃa tener. Es lamentable.
“Hoy declaramos a la trova Patrimonio Cultural de la Nación, y puede que existan algunas acciones en las disqueras, en el Icaic [Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos]; pero a nivel de telecentros y trabajadores independientes faltan muchas puertas por tocar. Falta un trabajo sistemático. No puede ser que hoy sÃ, y mañana no. Tiene que ser todos los dÃas y a toda horaâ€.
Una pregunta casi obligatoria: ¿Te sientes satisfecho con el documental?
“Siempre uno se queda con la idea de que serÃa bueno que la gente conectara con la obra. Ahora que estoy terminando el documental —viene un proceso de posproducción; de sonido, sobre todo—, mi sueño es estrenarlo en Santa Clara, por supuesto. No hay sitio mejor para exhibirlo. Lo más importante es que quede como registro, como testimonio, como provocación, incluso, para entender lo que ha venido pasando con la trova y lo que puede significar a nivel internacional.
“Cuando pienso en trova, pienso en la canción de autor: un movimiento que trasciende nuestras fronteras. En esa internacionalización tiene que proyectarse el festival Longina, y cualquier otra cosa que intente mostrar la trova como un fenómeno cultural. Hacia ahà me gustarÃa que apuntara el documental: hacia la idea de que la trova es, como dice uno de mis entrevistados, un suceso que atrae a muchos públicos; y culturalmente deberÃa potenciarse también para el turismo, para lo que de Cuba se enseña al mundo. Generalmente no es asÃ: desde las altas esferas en ocasiones se piensa a los trovadores solo para eventos polÃticos. Sin embargo, existe un trasfondo cultural muy fuerte y muy desaprovechado. Nos hace falta traer gente a la Isla, y la cultura tiene que ser un puente para establecer esos vÃnculos».
Al sur de mi mochila: refugio para la trova cubana en Cienfuegos
Cuatro dÃas de guitarras y voces hermanadas, esa es la identidad de Al sur de mi mochila. Cienfuegos recibió a noveles y experimentados cantautores en la edición número 24 de una cita que se fortalece con un fuerte movimiento defensor de la trova cubana.
El Bartolo, nombre con el que se le conoce al Centro Cultural de las Artes Benny Moré, envuelve. Imposible salir cuando al traspasar el umbral te reciben más de una decena de imágenes, fotos inéditas del rey de la canción en Cienfuegos, por no decir en Cuba. Cada instantánea presenta a un Lázaro GarcÃa real, ese al que cada participante del evento tiene algo que agradecer.
Es por ello que padre fue la palabra más mencionada cuando confluyeron en el escenario varias generaciones durante la trovada realizada en su honor, sÃmbolo del relevo que Lázaro dejó con su impronta y enseñanzas. A un año de su desaparición fÃsica, la noche de sábado se convirtió en una velada con la participación de artistas que defienden los más diversos géneros. Sin embargo, el denominador común fueron las letras del querido viejo. El emblemático Parque MartÃ, segunda sede del festival acogió una noche donde la música fue el eje central.
La Asociación Hermanos SaÃz también dedicó momentos para el audiovisual y desde la imagen en movimiento brilló también la canción de autor a través del documental La otra Trova de Daniel DÃaz, exhibido en la Sala Teatro A Cuestas de la ciudad.
Entre las potencialidades del evento resalta el apoyo y dedicación de espacios a los más jóvenes cantautores de varias provincias del paÃs. Asà vimos transitar en la escena al Dúo Mantra, Yeni Turiño o Amaury del RÃo, quienes que desde sus canciones rasgan en la guitarra las más diversas experiencias que en esta época vivimos.
Encuentro de colegas, colisión de amigos, asà se define cada momento, donde crecer devino término imprescindible para mantener un género que hoy está vivo, para volver a las raÃces. Transitaron, además de la nueva generación, los consagrados, y se escucharon temas como “El centinela de Pompeyaâ€, de Ariel Barreiros, “Amigosâ€, de Yatsel RodrÃguez, o “Mi casaâ€, de Tony Ãvila.
Entre los artistas del patio se presentaron Nelson Valdés, Fary Calderón, Danaisy Brito, el dúo Asà Son, y otros. Desde las 3 de la tarde y hasta la madrugada de cada dÃa, el pequeño escenario de la sede cienfueguera de la AHS no tuvo descanso. Se notó en las sillas desordenadas, en las ojeras y hasta en el desgaste de algunas voces; aunque no faltó la alegrÃa.
La Trovuntivitis coronó la última noche. Ni la lluvia ni la media luz de un apagón pudieron con un concierto en el que vibraron nuestras más genuinas tradiciones. En una especie de descarga se sumaron voces e instrumentos. Y luego de un momento dejó de existir guion, la improvisación marcó la pauta y el goce reinó en los asistentes. Cada sonido salió del alma y llegó como si estuviera destinado a ser.
La trova se renueva en estos predios cada año y en el centro del paÃs algo se siente diferente. Un compás de cuerdas inunda las calles, un compás que se escucha Al sur de mi mochila.
Cienfuegos: otra vez al sur de mi guitarra
Esta semana comenzará en Cienfuegos la edición XXIV del Festival Al sur de mi mochila. En esta ocasión, la escasez de recursos ha llevado a los organizadores a hacer de la necesidad, virtud, como en aquellos tiempos iniciales cuando las cosas eran tan recientes que para nombrarlas habÃa que señalarlas con el dedo, se apostará por un regreso a las raÃces: el arte joven ocupará los espacios que por derecho propio le pertenecen.
“Van a ir llegando los participantes del evento en la medida en que vaya transcurriendo el festival. Todos los dÃas tendremos actividades, generalmente en las tardes y las noches; a excepción del sábado, porque a las 10:00 a.m. de ese dÃa planificamos la proyección del documental La otra trova, del realizador Daniel DÃazâ€, asegura Selena Ferrer Llanes, afiliada a la Asociación Hermanos SaÃz e integrante del comité organizador de Al sur de mi mochila.
Dedicado a Lázaro GarcÃa, el festival contará con las presentaciones de los tuneros Amaury del RÃo y Jesús Pérez. Desde Camagüey llegarán los muchachos del Dúo Mantra. Por Villa Clara, Yeni Turiño, Pedro O’Reilly, Yatsel RodrÃguez y los integrantes de La Trovuntivitis compartirán sus creaciones con el público perlasureño. Por la casa, los cantautores Ariel Barreiros, Nelson Valdés, el dúo Como 2 manda y los artistas agrupados bajo el nombre de Los juglares de Aida serán los responsables de defender la canción contemporánea cienfueguera.
“El viernes tendremos la inauguración de una exposición fotográfica en homenaje a Lázaro GarcÃa, que agrupa fotos suyas en eventos culturales, con amigos y en su dÃa a dÃa. La idea surgió de la Asociación, pero también contamos con el apoyo de los familiares de Lázaro. Las palabras de presentación estarán a cargo de Roberto Novo. A partir del 14 de abril, las imágenes permanecerán durante tres meses en el patio de la AHSâ€, comenta Ferrer Llanes al Portal del Arte Joven Cubano.
Una de las actividades que más llama la atención en el programa es la Trovada Homenaje a Lázaro GarcÃa, planificada para el sábado, 15 de abril, a las 9:00 p.m. en el Parque José MartÃ, donde los artistas locales e invitados interpretarán las composiciones más significativas del repertorio del extraordinario creador cienfueguero.
“El domingo cerraremos el evento en el patio de la AHS con la presentación de Yeni Turiño y Jesús Pérez. Pretendemos hacer un brindis en el que nos acompañará Habana Club. Pero Al sur de mi mochila cierra oficialmente a las 9:00 p.m., con el concierto en el Parque Martà de La Trovuntivitis junto a los creadores que habitualmente participan en el espacio El patio de mi casaâ€, agrega Ferrer.
Otro de los momentos más importantes del programa es un concierto de Tony Ãvila en el patio de la Asociación, ubicado en el Centro Cultural Benny Moré, justo al frente del Parque MartÃ. Aunque se pretende Ãntimo, sin otra compañÃa que la de su “guitarra limpiaâ€, sabemos que en un festival de trova cualquier cosa puede suceder.
Sorprende que a nivel logÃstico no se apoye lo suficiente un evento como este, sobre todo cuando todavÃa está “caliente†el nombramiento de la trova cubana como Patrimonio Cultural de la Nación. La situación está difÃcil; pero a veces parece que, para la trova cubana, más. Sin embargo, los cienfuegueros pretenden hacer un evento que centre su atención en los creadores jóvenes, sin renunciar al talento de los ya consagrados. Al sur de mi mochila intentará la sencillez, sin renunciar a la dignidad. Aspira a ser un justo homenaje a ese grande de la cultura cubana que se llama Lázaro GarcÃa. ¿Existirá aspiración más noble?
El ingeniero automático que arma canciones (+ Video)
Entre proyectos de desarrollo y soluciones tecnológicas transcurren los dÃas laborales de Mario. Tiene 28 años y trabaja en la empresa Copextel, en La Habana. A ese sitio llegó hace cuatro primaveras y desde entonces no ha parado de crecer. Carga consigo conocimientos, oportunidades y experiencias diversas. Sin embargo, no está “completo†del todo.Â
Mientras gestiona el diseño, la programación, montaje y mantenimiento de sistemas automáticos para instalaciones de pequeña y gran magnitud, piensa en tener ese pequeño espacio de tiempo en el que pueda sacar acordes a su guitarra.Â
Mario Sergio Mora RodrÃguez es ingeniero automático, pero también trovador.Â
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Mario aprendió a tocar la guitarra de manera autodidacta. Foto: Areté.
“Cuando era niño, mis padres no podÃan comprarme un instrumento musical. Mi mamá me confesó que ellos notaban mis aptitudes, pero no podÃan permitirse un gasto asÃ. Tampoco me llevaron a una escuela de música.
“En el preuniversitario hice una gran amistad con un muchacho que tocaba la guitarra y tenÃa buen oÃdo. Era capaz de acompañarme en la canción que yo quisiera. Con él aprendà acordes y otras cosas muy elementales.
“Empezando en la carrera de Automática, para sorpresa mÃa, también habÃa un guitarrista en el aula. Hicimos dupla y participamos en festivales. En una semana de vacaciones me prestó la guitarra. Estuve tocando sin parar todo el tiempo, sentà que podÃa, logré tocar acordes básicos y cambiarlos fluidamente.
“Durante la universidad, vinieron otros amigos que me prestaban la guitarra para practicar, hasta que en cuarto año de la carrera, la novia de uno de ellos me vendió una vieja que tenÃa guardada en su casa. Le faltaban varias cuerdas. Ahà empezó la verdadera etapa de aprendizaje, de manera autodidacta por YouTube, libros y manuales. Al dÃa de hoy sigo estudiando todo lo que puedo, porque se ha vuelto una necesidadâ€.

Mario Serio Mora es miembro de la Asociación Hermanos SaÃz y se ha presentado en varios espacios. Foto: Areté.
Mario Sergio nació en la provincia de Villa Clara, pero fue en Ciego de Ãvila donde creció y comenzó a jugar a ser músico desde temprano. Su madre le recuerda que, con apenas tres años, andaba con un palo de escoba cargado, a modo de guitarra, entonando una canción muy popular por aquellos dÃas: Sentimientos ajenos, de David Torrens.
A Villa Clara regresó cuando decidió estudiar IngenierÃa Automática en la Universidad Central Marta Abreu. Intercaló los aprendizajes con sesiones en el coro de la institución, con visitas a El Mejunje y el adictivo consumo de la Trovuntivitis. Para entonces, ya creaba sus propias composiciones, pero no se atrevÃa a mostrarlas.Â
Hasta que perdió el temor. Comenzó a tocarlas dondequiera que iba.
Luego le puso “seriedad†a la cuestión cuando decidió ingresar a la Asociación Hermanos SaÃz tras mudarse a la capital del paÃs. Aquà “se fueron abriendo puertas y encontré a personas que me han hecho parte de su espacioâ€, dice.
¿Cómo es el proceso para la creación de tus canciones?
−Por lo general, las canciones salen de un juego con la guitarra. Intento explorar con el ritmo y la armonÃa. Mi mente va creando melodÃas, a veces con letra y a veces con sonidos raros a los que después debo poner texto. Cuando aparecen ideas que pueden “llegar a algoâ€, las grabo en el celular, previendo que no pueda desarrollarlas en el momento.Â
“Algunas canciones han venido directamente con la melodÃa, sin usar el instrumento. Después se hace un acompañamiento y el resultado es distinto. Es bueno imponerse un cambio de método de vez en cuando. Unas salen de un tirón, otras me toman mucho tiempo y debates con mi esposa, que tiene puntos de vista que son muy importantes para mÃ, aunque la composición es algo que me gusta hacer en soledad.
“Tengo unas 20 canciones. No desarrollo ideas que sé que no van a ir a ningún lado. A veces guardo cosas que empezaron muy bien, pero no he sabido cómo darles continuidad. Intento buscar temáticas poco usuales o un enfoque distinto de las cosas. Lo que más disfruto −y siempre me sucede− es el momento en que termino la canción. Me entra una alegrÃa enorme y la canto una y otra vez. La grabo y escucho muchas veces seguidas. Me da mucho placerâ€.
¿Cómo compaginas las dos facetas? Automática y música…
−Siento que la carrera y mi formación del preuniversitario me dieron muchas herramientas para buscar soluciones y enfrentar problemas de todo tipo. Mis métodos de estudio me han ayudado a aprender rápido elementos de música. He ido creando herramientas y mecanismos que me ayudan a componer, tener mi propia visión de los elementos artÃsticos que investigo y desarrollo.
“La carrera que estudié me gusta. Mi empleo me mantiene creativo y me da una formación integral. Trabajamos en equipo y hacemos una cadena de valor completa: desde el proyecto hasta la programación y la puesta en marcha de soluciones de automatización. Cuando me gradué, yo tenÃa claro que querÃa dedicarme a algo que demandara de mi creatividad.Â
“En Copextel, además, siempre tengo momentos para hacer algo con la guitarra. Ya no hay evento o espacio cultural, dentro de la empresa, para el que no me llamen. En estos tiempos en los que hay tanta emigración en Cuba, creo que es importante que las personas encuentren en el centro de trabajo otras actividades que aporten a su calidad de vida.Â
“Además, en la sala de casa está colgada una guitarra que toco todos los dÃas a cualquier hora, por mero hábito. Es la manera de mantenerme siempre estudiando. Los fines de semana son para la música, siempre aparece algún espacio para tocar, interactuar con público, compartir con amigos y trovadores.
“Creo que el reto está en buscar los espacios para la creación musical, hacer de la casa un lugar para aislarme un poco y desarrollar ideas, dejar dÃas para la lecturaâ€.

Mario tiene la aspiración de continuar preparándose para desarrollar su carrera musical. Foto: Areté.
¿Qué es la música para ti?
−Aunque soy ateo, siento que la música es una especie de destino y que las cosas van a ir sucediendo. No sé si es optimismo o demasiada fe. No sé si llegue el momento de decidir entre una carrera o la otra cuando las cosas se pongan un poco más serias. Para mÃ, serÃa muy satisfactorio poder vivir de la música, para vivir para ella.Â
“El amor por la música es algo más fuerte que yo. Me ha terminado persiguiendo en todas las facetas de mi vida. Cuando he intentado apartarme de ella, siempre aparece algo o alguien que me anima a retomarla.
“Creo que te permite acercarte a las personas sin que se sientan invadidas. Te conecta fraternalmente con la gente sin barreras de idioma o cultura. Te permite ser escuchado, incluso, antes de comenzar a cantarâ€.
En video, La música de Mario
Viaje imaginario al centro de la Tierra
Cada vez que escucho el disco, no dejo de imaginar cómo será el concierto de presentación en Santa Clara.
Frente al Centro Cultural El Mejunje, imagino que a las nueve de la noche nos impiden el paso mientras la lluvia nos bendice con una debilidad que no atenúa la impaciencia de los potenciales espectadores.
De repente, silencio: por la puerta aparece uno de los artÃfices del milagro. Dicen —a mà no me crean— que Diego Gutiérrez vino por el placer de regresar al centro de la Tierra. Dicen que en el concierto lo acompañarán Merlin Lorenzo, Rolando Morales, Armando Osuna y Raulito Prieto, además de miembros de La Trovuntivitis y algunos de los autores de los poemas musicalizados en el disco.
Casi a las 10 de la noche entramos a la Sala Margarita Casallas. La lluvia amenaza con volver, pero ahora tenemos un techo para protegernos. En asientos frente al escenario se ubican Edelmis Anoceto, Alexis Castañeda, Ricardo Riverón, Yamil DÃaz y ArÃstides Vega Chapú. Por algún lugar del público vemos a Alain Garrido, YaÃma Orozco, Roly BerrÃo y Leonardo GarcÃa.
Los poetas, que ya no son los veinteañeros o treintañeros de cuando Diego erraba elegantemente por Santa Clara, matando el tiempo y componiendo algunas de las canciones más eminentes de su generación; los poetas, que ya no son los de entonces, comienzan a manifestar la incomodidad y el cansancio de quien hace tiempo desacostumbró su cuerpo a estos lances. Por aquÃ, por allá, se mueven los encargados de ajustar los recién trasladados equipos de audio. Y justo cuando parece que el concierto va a terminar sin haber empezado, aparecen Diego Gutiérrez (nariz de águila, pelo largo recogido en un moño) y su banda.
Para presentar el acto surge de entre la multitud nada menos que Samuel Feijóo, quien vino “de un paÃs lejano […] / con bellas noches / y árboles […] / amigos, / vocesâ€.
Y asà comienza, al menos en mi imaginación, lo que será la presentación del disco Viaje al Centro de la Tierra, musicalización de textos de poetas villaclareños, que tiene como antecedente el concierto Comité Central, realizado en junio de 2008 en el Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau.[1]
Avanza la noche, y Diego invita al escenario a ArÃstides Vega Chapú, quien lee un poema desgarrador, de ritmo diluviano, que pone a todos a sufrir el gran dolor que últimamente nos visita con la insistencia de los malos presentimientos. Acto seguido, Diego canta “Definición del cariñoâ€: “La suerte de tus manos / me está cubriendo el pecho de vicarias, / me está cubriendo el pecho de vicariasâ€.
Asà va recorriendo autores, desde Yamil DÃaz hasta Pedro Llanes, desde Alexis Castañeda hasta Ricardo Riverón, desde Carlos Galindo hasta Edelmis Anoceto. Entonces los poetas por fin entienden, o vuelven a entender, que un dÃa, “sin sospecharlo siquieraâ€, escribieron la melodÃa misteriosa que jamás planificaron para acompañar sus versos.
Y al mismo tiempo que Diego evoca un Ulises que ya no es el de Homero ni el de Dante, porque es el de Edelmis y viene desde la mirada aleccionadora de Penélope, asegura que “nadie te mata, sino la propia gloriaâ€.
“Tu risa de entonces era, / casi anuncio de un conviteâ€, canta Diego, y enseguida pienso en ti, “mi novia primera / —casi alondra, casi beso—â€. Y también pienso en el amigo sincero / que me dio su mano franca.
Luego “pasa flotando en las aguas la casa de la muerteâ€, e imagino que junto a Feijóo (arrinconado en una de las gradas de la sala) se sientan Carlos Galindo, Sigfredo Ariel y Frank Abel Dopico. Este último un poco más cerca de Roly.
En mi imaginación, la incomodidad inicial se trasmuta en calma. La voz de Merlin es un embrujo que de a poco se apodera del ambiente. Armando Ozuna marca el ritmo con una precisión carente de estridencias. Raulito Prieto se muestra seguro tras el bajo a la par que se deleita con cada verso de los poetas homenajeados. Mención aparte merecen los riffs de Rolando Morales, sobre todo cuando interpreta “A many splendored thingâ€, de Sigfredo Ariel. Quiero decir, cuando Diego canta:
Que has sido o eres el amor
el gran amor de dos o tres personas
te lo han dicho en momentos
suficientemente graves
esas dos o tres personas.
Entonces despierto. Entonces descubro que en realidad viajo al centro de la Tierra en el ómnibus que me conduce a Santa Clara. Miro por la ventana. Los campos de mango, las lomas del camino y las pequeñas casitas aisladas se trasmutan en el escenario donde imagino que ocurrirá la presentación del más reciente álbum del autor de “Sabor saladoâ€.
Asà lo imagino todo mientras escucho Viaje al Centro de la Tierra. Asà lo imagino mientras los acordes se apoderan, se van apoderando de esta voluntad de imaginarlo todo. Asà lo imagino mientras deseo secretamente que algún dÃa Diego vuelva a presentarlo en Santa Clara. Quiero decir, que vaya a presentarlo en ese lugar que lo vio nacer por segunda vez. Ese lugar que nos une a todos en procesión milagrosa, en un viaje que va desde la raÃz hasta el mismÃsimo centro de la Tierra.
***
[1] Asà como antecedente de este texto es “Diego Gutiérrez, por el centroâ€, del poeta y ensayista santaclareño Yamil DÃaz Gómez, Presidente de Honor de la 31 Feria Internacional del Libro en Villa Clara.
Yeni, una guitarra y sus canciones (+Audio)
Una guitarra y sus canciones acompañan desde la secundaria a la trovadora villaclareña Yeni Turiño.
Todos los detalles en el siguiente reporte radial:
Imagen: del perfil del Facebook de la entrevistada.
«Longina»: Hasta pronto diosa de lira e inspiración
Durante cinco dÃas Santa Clara celebró la reciente edición del Encuentro Nacional de Trovadores Longina canta a Corona, en esta ocasión dedicada a Lázaro GarcÃa, a los 50 años del Movimiento de la Nueva Trova y los 25 de La Trovuntivitis. De todas las regiones del paÃs llegaron cantautores a celebrar un estilo de vida único, una idea del mundo fundamentada en la canción como elemento esencial de todo lo que nos rodea, una corriente ideo estética, un sentimiento.
El dÃa 5 se abrÃan las puertas a los invitados del “Longina†en la Casa del Joven Creador de Villa Clara. De las paredes del patio colgaban los cuadros de la exposición del cantautor Leodanys Castellón, quien realizó y agrupó un conjunto de retratos digitales a exponentes de la trova cubana de todos los tiempos. Yasmany González, escritor y actor “pinaclareñoâ€, dijo las palabras de presentación e invitó luego al propio Castellón para que compartiera su obra musical con los presentes. Cantaron, además, Jesús Pérez y Pedro Zapata, como estaba previsto en el programa; sin embargo, las ganas de trovar subieron al escenario a Nelson Valdés, Amaury del RÃo, Ariel Barreiros, Freddy Laffita, Alain Garrido, asà como al poeta y repentista Marcos David Fernández, el QuÃquiri de Cisneros.
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Desde el inicio, el Centro Cultural El Mejunje estuvo a la altura de sus mejores tiempos. En los últimos meses la peña La Trovuntivitis habÃa vivido algún que otro momento de declive. La ausencia temporal de trovadores importantes, los problemas con el audio y la energÃa eléctrica, por solo mencionar las razones que conozco, amenazaban con pasarle la cuenta a un espacio icónico de la ciudad. Pero La Trovuntivitis, ya lo sabemos, retrocede únicamente para coger impulso. En esta ocasión la presencia de YaÃma Orozco, Yordan Romero, Leonardo GarcÃa, Roly BerrÃo, Yatsel RodrÃguez, Alain Garrido, Michel Portela y Migue de la Rosa, regaló a los presentes una peña para el recuerdo. Y entre canciones, risas, bailes, invitados, más canciones, improvisaciones, controversias, nos dieron las diez y las once, las doce y la una y las dos y las tres, y juntos al amanecer nos encontró la Luna.
Uno de los periodistas culturales más importantes de Villa Clara, Alexis Castañeda Pérez de Alejo, fue el responsable —en la tarde del viernes 6 de enero— de presentar la ponencia “La Trovuntivitis: algo más que 25 años de historia de cancionesâ€, en la sala Margarita Casallas del propio Mejunje. Como aseguró Castañeda, actualmente existe una necesidad ineludible de estudiar en profundidad un fenómeno tan peculiar como La Trovuntivitis, extraña cofradÃa de cantautores que durante un cuarto de siglo no han dejado morir el fuego de la canción de autor cubana. El responsable de libros como La vena del centro. Trova santaclareña (Sed de Belleza, 2010) e Introspección detrás del olvido (Editorial Capiro, 2019) se refirió también a la importancia de la relación estrecha que existe entre poetas y trovadores en la ciudad de Santa Clara, un fenómeno que funciona, al decir de Yamil DÃaz, como dos caras de una misma moneda o dos monedas de una misma cara.
Ese dÃa se desarrollaron, respectivamente, los conciertos del Dúo Fábula y Maikel Mora, en la Sala Margarita Casallas, y el de la peña La Caña Santa junto al grupo D´Cuba, en la Casa del Joven Creador. Me gustarÃa que en próximas ediciones La Caña Santa pudiera disponer —porque desde hace años lo merece— de un concierto programado para alguno de los horarios estelares del Longina.
El Parque de Las Arcadas se hizo eco, a las 9:00 pm, de las voces de Eduardo Sosa y José Aquiles. El primero, con sus excelentes cualidades interpretativas, recordó muchas de las grandes canciones de la Trova Cubana, recientemente declarada Patrimonio Cultural de la Nación. El segundo, con una obra no muy conocida por el más joven público santaclareño, aunque muy admirada por los creadores de la ciudad, dejó en los asistentes las ganas de buscar y disfrutar un repertorio que espera, escondido pero vibrante, un más que necesario redescubrimiento futuro.
Junto al aprovechamiento de la todavÃa inconclusa Luna Naranja, uno de los mayores aciertos de la presente edición del Encuentro Nacional de Trovadores Longina canta a Corona fue, sin duda, el haber traÃdo a escenarios santaclareños a varias generaciones de creadores de las provincias orientales del paÃs. La noche del viernes, por ejemplo, se iluminó con un concierto de artistas mayoritariamente tuneros: Amaury del RÃo, que además de su proyección escénica, su aprovechamiento de códigos y estilos de la música rock y una voz que lo distingue de entre todos los intérpretes de su generación, cuenta ya con un repertorio sólido, maduro y atrevido; Jesús Pérez, una de las voces más dulces de la reciente hornada de cantautores cubanos; Richard Gómez, trovador de una amplia carrera, pero no tan conocido por estos lares; el manzanillero José Alberto Sánchez, con una obra que ya despierta respeto entre los grandes exponentes de la canción cubana contemporánea y, para finalizar, el inefable Freddy Laffita, creador que desde hace años se ha convertido en imán para trovadictos de todo el paÃs a fuerza de parir canciones que no se parecen en nada a nadie, pero que tienen mucho de Vallejo y mucho del rock que tanto influyó a lo mejor de la trova cubana desde los años 60 hasta la actualidad.
El sábado 7 de enero, la sala Margarita Casallas de El Mejunje acogió la conferencia sobre el trovador cienfueguero Lázaro GarcÃa a cargo del crÃtico e investigador musical JoaquÃn Borges-Triana, quien se valió de su amplio y profundo conocimiento de la canción de autor en la Isla para situar a Lázaro en el lugar que merece: junto a los grandes de nuestra riquÃsima historia musical. En poco más de una hora, Borges-Triana demostró cuán justificado es el respeto que sintieron y sienten por este trovador sus compañeros de generación, integrada nada menos que por Silvio RodrÃguez, Pablo Milanés, Vicente Feliú, Sara González y Augusto Blanca, entre otros.
La celebración por la declaración de la Trova Cubana como Patrimonio Cultural de la Nación ocurrió en el patio de la sede provincial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba. El acto contó con la participación—y perdonen mi estilo notarial— del TrÃo Palabras, Juan Campos, Yudi Herrera, La Trovuntivitis, Augusto Blanca, entre otros. La Trovuntivitis recibió, casi al finalizar la actividad, la importante distinción El Zarapico.
A las once de la noche vivimos, como en la edición pasada, el concierto de los cienfuegueros Ariel Barreiros, Nelson Valdés y el QuÃquiri de Cisneros. La presentación compensó la falta de novedad con un espectáculo bien estructurado. Esas joyas de la canción cubana que son los temas de Ariel Barreiros, la fuerza interpretativa y calidad compositiva de Nelson Valdés, asà como las décimas del prodigio de veinte años que todos conocemos como “El QuÃquiri de Cisnerosâ€, sin duda uno de los grandes repentistas de Cuba, brillaron en un concierto que reunió a un público numeroso en La Luna Naranja.
Asimismo, el evento llegó hasta el Museo de Artes Decorativas, y allà se pudo disfrutar de la explosión artÃstica incontenible que identifica la peña del trovador Rolando BerrÃo. La argentina Adriana MartÃnez y el holguinero y fundador del Movimiento de la Nueva Trova Augusto Blanca, artistas invitados al espacio, regalaron una muestra de sus repertorios. “Amenazo con volverâ€, bromeó Augusto Blanca al despedirse.
Roly BerrÃo compartió, mientras lo permitió la lluvia, algunas de sus excelentes creaciones. Su espectáculo es uno de los más atrayentes, como se reafirmó en esta edición XXVII del festival. En uno de los momentos finales de la actividad, varios trovadores cantaron “Gracias a la vidaâ€, de Violeta Parra, como una manera de decir también: “¡Gracias a la trova!â€.
La Luna Naranja, frente al Parque de Las Arcadas, fue el lugar de cierre del Longina canta a Corona. En esta ocasión, como en la edición pasada, fue Polito Ibáñez el encargado de abrir las primeras horas de la clausura. Los temas de Polito forman parte de lo mejor de la canción cubana contemporánea. Sin hacer concesiones de ningún tipo, el cienfueguero de nacimiento logró que muchas de sus creaciones se volvieran hits todavÃa coreados y venerados por cubanos de todas las edades, como se pudo ratificar esa noche.
Tanto él como Hansel Arrocha, la guitarra prima, se encontraban mal de salud desde antes de empezar el concierto. En esas condiciones iniciaron y terminaron su sencilla pero genial presentación.
El cierre estuvo a cargo del trovador Yatsel RodrÃguez, presidente de la Asociación Hermanos SaÃz en Villa Clara, junto a Yeni Turiño, una de la figuras más prometedoras de la actual generación de trovadores cubanos. Luego comenzaron a sumarse intérpretes como Leodanys Castellón, Ernesto González Choy, Juan Pablo Palmero, el CÃrculo de Tiza, entre otros, para asà articular una descarga final que supo estar a la altura de un evento decoroso, aunque discreto, si tenemos en cuenta factores como: la situación económica del paÃs, el poco o nulo apoyo de organizaciones que antaño habÃan acompañado más al “Longinaâ€, el pobre trabajo de difusión en plataformas digitales y la no realización de un concierto homenaje a Lázaro GarcÃa en el que todos los trovadores participaran, como acertadamente se hizo el año pasado con MarÃa Elena Walsh.
También se aprovechó la ocasión para homenajear a destacados cantautores con la entrega de la Moneda conmemorativa Aniversario 50 del Movimiento de la Nueva Trova cubana.
En la última jornada un grupo de artistas viajó hasta el municipio Caibarién, para rendirles merecido tributo a Manuel Corona y Longina O´Farrill. La peregrinación es uno de los momentos más significativos, además de una tradición que, en la medida de lo posible, siempre se ha tratado de respetar.
Parafraseando a Yordan Romero: “Los trovadores son mortales, pero la trova cubana es eternaâ€. El mejor ejemplo de ello sigue siendo este legendario Encuentro de los artistas de la pluma y la guitarra, porque si algo pudo demostrar la actual edición es que sigue estando en la cima de los festivales de trova del paÃs, ¿o no?
Participan cantautores de Las Tunas en Festival Longina Canta a Corona
Los cantautores de Las Tunas Freddy Laffita, Richard Gómez, Amaury del RÃo y Jesús Pérez Cecilia participan del 5 al 9 de enero en la edición 27 del Festival Longina Canta a Corona.
Desde Santa Clara dedican el evento, en esta oportunidad, al creador cienfueguero Lázaro GarcÃa, al aniversario 50 del Movimiento de la Nueva Trova y a los 25 años de La Trovuntivitis, baluarte de la canción en el paÃs.
Los tuneros repiten la visita como habituales del certamen que siempre ha acogido su arte, bajo el auspicio de la Filial de la Asociación Hermanos SaÃz en Villa Clara.
El viernes 6, en el patio de la biblioteca provincial José Martà en el occidental territorio se presentan en concierto Freddy Laffita, Richard Gómez y Amaury del RÃo, mientras Pérez Cecilia lo hizo el dÃa inaugural en la Casa del Joven Creador.
El programa tiene previstas, asimismo, presentaciones de los artistas Eduardo Sosa, José Aquiles, Roly BerrÃo, Augusto Blanca, asà como de Ariel Barreiros, Nelson Valdés y Marcos David Fernández.
Pérez Cecilia compartió en redes sociales: «Casi un año después de mi primera visita, me encuentro con más ganas de echar a volar la guitarra en esa tierra mágica que es Santa Clara, el ‘Longina’ es una fuente de aguas claras, un bálsamo para el oÃdo del alma, algo inefable para quien ha probado sus luces».
El Festival llega a diferentes municipios y cuenta, además, con eventos teóricos como la conferencia sobre Lázaro GarcÃa, que será impartida por el crÃtico e investigador JoaquÃn Borges-Triana, quien durante años acompaña el encuentro de trovadores.
La cita concluirá el 9 de enero con la tradicional peregrinación a la tumba del reconocido compositor y músico Manuel Corona, en el municipio villaclareño de Caibarién.
¿La luz, bróder, la luz?
La noche empieza como siempre: las pruebas de audio, la música colándose entre los cigarros y el murmullo, las gradas llenándose de habitués, la felicidad que va contaminando. Pero en esta ocasión algo cambia, algo suena mal: las antaño botellas de matapájaro anuncian un licor rojo con olor a plátano y sabor a ponche aguado. La luna marca un paso lento con su recorrido, pero las gargantas toman vino caliente, o vinagre. Quién sabe. AsÃ: igual, estuvo ayer pasando por detrás de tu conversación. Porque estamos aquÃ, con la sensación de no ver la luz (sobre todo eso) y de sentir cómo atravesamos, cómo somos atravesados por el recuerdo de los años noventa. A fin de cuentas, luces nunca tuvo nuestra casa.
Es jueves, 22 de septiembre de 2022. La peña de La Trovuntivitis espera por nosotros en El Mejunje de Santa Clara. No están Yaima Orozco, Yordan Romero, Raúl Marchena, Karel Fleites; pero tenemos a Roly BerrÃo, Leonardo GarcÃa y Alain Garrido, veteranos de las mÃticas primeras peñas. Y también a Michel Portela, Migue de la Rosa y Yatsel RodrÃguez, quienes sumaron su arte a un proyecto que mezcla, con mucho acierto, diferentes estilos, edades, voces, mentalidades y proyecciones.
Empiezan a sonar las cuerdas, pero el audio, como ya nos tiene acostumbrados, demuestra no estar a la altura de su ubicación. Para que la Luna siga encerrada en el agua, entre todos intentamos convencer al mar. El público no abunda, pero el patio parece lleno, aunque extrañamente tranquilo para quienes han vivido en este lugar la cotidianidad de las más impensables extravagancias.

Más o menos todo marcha según lo previsto, hasta que el sonido definitivamente se nos pierde. Sin demasiado nerviosismo, los trovadores agarran unas sillas y las colocan frente al público. Leonardo GarcÃa pide silencio. Las conversaciones de quienes van a oÃr la trova, más que a escucharla o cantarla, amenazan con ahogar un concierto literalmente acústico. “Santa, clarÃsima Santaâ€, corean los trovadores minutos antes de que también se vaya la corriente. Entonces los teléfonos iluminan como pueden el escenario improvisado. Alguien saca, no sé de dónde, una linterna. En ese momento descubro que mi teléfono también puede aportar y me digo: por qué no, quizás otra golondrina sà anuncie la primavera. Por qué no, me digo.
Aunque no estoy seguro del orden de las canciones, recuerdo que Alain Garrido cantó a petición de Roly ese clásico de Pepe del Valle que se llama “Con tanta presiónâ€. Cantó “MarÃa de mi dolorâ€, su magnÃfica musicalización de un romance de Yamil DÃaz; “Veleidades de la Gloriaâ€, que es un himno absoluto de la trova santaclareña; y cantó “Diarioâ€, que no es, pero se parece mucho a la esperanza que tanto necesitamos.
Michel Portela cantó “La raspadura†e hizo una genial versión de “Quiseâ€, aunque debo confesar que en la memoria me quedará, como un tesoro, su imperfecta pero sublime interpretación de “Será ayer», porque a fin de cuentas siempre hay un sitio al que tengo que volver. Y ese sitio —estoy completamente convencido— es una canción.
Creo que Migue de la Rosa no llegó hasta el final, como tampoco lo hicieron algunos del público. Yatsel RodrÃguez cantó varias de sus populares canciones y apoyó haciendo coro en el turno de sus compañeros. De todos me llevo un recuerdo limpio, cargado de agradecimiento y admiración; pero qué decir de Leonardo GarcÃa. Fue emocionante verlo forzar sus cuerdas vocales con temas que, en sentido general, no acostumbra a cantar los jueves. Sobre todo “DÃas corriendoâ€, esa pequeña pieza de orfebrerÃa que dice: hay que morir un poco cada dÃa, para escribir el cuento, para intentar la vida.
Y porque estábamos como atravesando los años noventa, cantó su oda a la alquimia etÃlica de finales del siglo pasado. Porque estábamos en la inopia, pero en el éxtasis de la fe trovera, cantó “Oración del remansoâ€, de Jorge Fandermole. Porque estábamos desesperanzados a más no poder, cantó su “Rock and Rap de la esperanzaâ€, porque se nos va la vida, se nos va, sÃ, se nos va… Porque hay luces… en la distancia, y sin embargo, te quiero, mi Santa… Porque puedo verla allà en tu pecho, y puedes verla tú en el mÃo. Ni vencedores ni vencidos. Y porque si no sueño el paÃs, siento frÃo. Siento frÃo…
Después Roly BerrÃo improvisó. Punto y seguido. Quien ha ido a La Trovuntivitis (según cuenta la leyenda, ese nombre surgió por una improvisación suya), sabe lo que significa que Roly improvise. En estado de trance, habló de los poderes curativos del ron, llegó a las termoeléctricas, volvió al ron, pasó por no sé cuántos lugares, hizo de todo por sacarnos una sonrisa, hasta que por fin lo consiguió. Al menos yo sonreÃ, aunque también pudo ser la mueca que me produjo el vinagre con azúcar que me estaba tragando.Â
Creo que asà terminó la noche. Recogimos los bártulos y nos fuimos, pero no sin antes acercarnos a Leo, “ese farol gigante en medio de la oscuridad más plenaâ€, como una vez lo definieran. Recuerdo que le dije: linda peña. Recuerdo que me dijo: gracias. Recuerdo que le dije: lo único que falta es que venga la luz ahora mismo. Pero la broma no pudo ser perfecta: la luz llegó cinco minutos después, cuando ya habÃamos salido de El Mejunje y apenas pasábamos frente a la —Santa, clarÃsima Santa— Catedral de la ciudad.