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«Longina»: Hasta pronto diosa de lira e inspiración

Durante cinco días Santa Clara celebró la reciente edición del Encuentro Nacional de Trovadores Longina canta a Corona, en esta ocasión dedicada a Lázaro García, a los 50 años del Movimiento de la Nueva Trova y los 25 de La Trovuntivitis. De todas las regiones del país llegaron cantautores a celebrar un estilo de vida único, una idea del mundo fundamentada en la canción como elemento esencial de todo lo que nos rodea, una corriente ideo estética, un sentimiento.

El día 5 se abrían las puertas a los invitados del “Longina” en la Casa del Joven Creador de Villa Clara. De las paredes del patio colgaban los cuadros de la exposición del cantautor Leodanys Castellón, quien realizó y agrupó un conjunto de retratos digitales a exponentes de la trova cubana de todos los tiempos. Yasmany González, escritor y actor “pinaclareño”, dijo las palabras de presentación e invitó luego al propio Castellón para que compartiera su obra musical con los presentes. Cantaron, además, Jesús Pérez y Pedro Zapata, como estaba previsto en el programa; sin embargo, las ganas de trovar subieron al escenario a Nelson Valdés, Amaury del Río, Ariel Barreiros, Freddy Laffita, Alain Garrido, así como al poeta y repentista Marcos David Fernández, el Quíquiri de Cisneros.

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¿La luz, bróder, la luz?

Desde el inicio, el Centro Cultural El Mejunje estuvo a la altura de sus mejores tiempos. En los últimos meses la peña La Trovuntivitis había vivido algún que otro momento de declive. La ausencia temporal de trovadores importantes, los problemas con el audio y la energía eléctrica, por solo mencionar las razones que conozco, amenazaban con pasarle la cuenta a un espacio icónico de la ciudad. Pero La Trovuntivitis, ya lo sabemos, retrocede únicamente para coger impulso. En esta ocasión la presencia de Yaíma Orozco, Yordan Romero, Leonardo García, Roly Berrío, Yatsel Rodríguez, Alain Garrido, Michel Portela y Migue de la Rosa, regaló a los presentes una peña para el recuerdo. Y entre canciones, risas, bailes, invitados, más canciones, improvisaciones, controversias, nos dieron las diez y las once, las doce y la una y las dos y las tres, y juntos al amanecer nos encontró la Luna.

Uno de los periodistas culturales más importantes de Villa Clara, Alexis Castañeda Pérez de Alejo, fue el responsable —en la tarde del viernes 6 de enero— de presentar la ponencia “La Trovuntivitis: algo más que 25 años de historia de canciones”, en la sala Margarita Casallas del propio Mejunje. Como aseguró Castañeda, actualmente existe una necesidad ineludible de estudiar en profundidad un fenómeno tan peculiar como La Trovuntivitis, extraña cofradía de cantautores que durante un cuarto de siglo no han dejado morir el fuego de la canción de autor cubana. El responsable de libros como La vena del centro. Trova santaclareña (Sed de Belleza, 2010) e Introspección detrás del olvido (Editorial Capiro, 2019) se refirió también a la importancia de la relación estrecha que existe entre poetas y trovadores en la ciudad de Santa Clara, un fenómeno que funciona, al decir de Yamil Díaz, como dos caras de una misma moneda o dos monedas de una misma cara.

Ese día se desarrollaron, respectivamente, los conciertos del Dúo Fábula y Maikel Mora, en la Sala Margarita Casallas, y el de la peña La Caña Santa junto al grupo D´Cuba, en la Casa del Joven Creador. Me gustaría que en próximas ediciones La Caña Santa pudiera disponer —porque desde hace años lo merece— de un concierto programado para alguno de los horarios estelares del Longina.

El Parque de Las Arcadas se hizo eco, a las 9:00 pm, de las voces de Eduardo Sosa y José Aquiles. El primero, con sus excelentes cualidades interpretativas, recordó muchas de las grandes canciones de la Trova Cubana, recientemente declarada Patrimonio Cultural de la Nación. El segundo, con una obra no muy conocida por el más joven público santaclareño, aunque muy admirada por los creadores de la ciudad, dejó en los asistentes las ganas de buscar y disfrutar un repertorio que espera, escondido pero vibrante, un más que necesario redescubrimiento futuro.

Junto al aprovechamiento de la todavía inconclusa Luna Naranja, uno de los mayores aciertos de la presente edición del Encuentro Nacional de Trovadores Longina canta a Corona fue, sin duda, el haber traído a escenarios santaclareños a varias generaciones de creadores de las provincias orientales del país. La noche del viernes, por ejemplo, se iluminó con un concierto de artistas mayoritariamente tuneros: Amaury del Río, que además de su proyección escénica, su aprovechamiento de códigos y estilos de la música rock y una voz que lo distingue de entre todos los intérpretes de su generación, cuenta ya con un repertorio sólido, maduro y atrevido; Jesús Pérez, una de las voces más dulces de la reciente hornada de cantautores cubanos; Richard Gómez, trovador de una amplia carrera, pero no tan conocido por estos lares; el manzanillero José Alberto Sánchez, con una obra que ya despierta respeto entre los grandes exponentes de la canción cubana contemporánea y, para finalizar, el inefable Freddy Laffita, creador que desde hace años se ha convertido en imán para trovadictos de todo el país a fuerza de parir canciones que no se parecen en nada a nadie, pero que tienen mucho de Vallejo y mucho del rock que tanto influyó a lo mejor de la trova cubana desde los años 60 hasta la actualidad.

El sábado 7 de enero, la sala Margarita Casallas de El Mejunje acogió la conferencia sobre el trovador cienfueguero Lázaro García a cargo del crítico e investigador musical Joaquín Borges-Triana, quien se valió de su amplio y profundo conocimiento de la canción de autor en la Isla para situar a Lázaro en el lugar que merece: junto a los grandes de nuestra riquísima historia musical. En poco más de una hora, Borges-Triana demostró cuán justificado es el respeto que sintieron y sienten por este trovador sus compañeros de generación, integrada nada menos que por Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Vicente Feliú, Sara González y Augusto Blanca, entre otros.

La celebración por la declaración de la Trova Cubana como Patrimonio Cultural de la Nación ocurrió en el patio de la sede provincial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba. El acto contó con la participación—y perdonen mi estilo notarial— del Trío Palabras, Juan Campos, Yudi Herrera, La Trovuntivitis, Augusto Blanca, entre otros. La Trovuntivitis recibió, casi al finalizar la actividad, la importante distinción El Zarapico.

A las once de la noche vivimos, como en la edición pasada, el concierto de los cienfuegueros Ariel Barreiros, Nelson Valdés y el Quíquiri de Cisneros. La presentación compensó la falta de novedad con un espectáculo bien estructurado. Esas joyas de la canción cubana que son los temas de Ariel Barreiros, la fuerza interpretativa y calidad compositiva de Nelson Valdés, así como las décimas del prodigio de veinte años que todos conocemos como “El Quíquiri de Cisneros”, sin duda uno de los grandes repentistas de Cuba, brillaron en un concierto que reunió a un público numeroso en La Luna Naranja.

Asimismo, el evento llegó hasta el Museo de Artes Decorativas, y allí se pudo disfrutar de la explosión artística incontenible que identifica la peña del trovador Rolando Berrío. La argentina Adriana Martínez y el holguinero y fundador del Movimiento de la Nueva Trova Augusto Blanca, artistas invitados al espacio, regalaron una muestra de sus repertorios. “Amenazo con volver”, bromeó Augusto Blanca al despedirse.

Roly Berrío compartió, mientras lo permitió la lluvia, algunas de sus excelentes creaciones. Su espectáculo es uno de los más atrayentes, como se reafirmó en esta edición XXVII del festival. En uno de los momentos finales de la actividad, varios trovadores cantaron “Gracias a la vida”, de Violeta Parra, como una manera de decir también: “¡Gracias a la trova!”.

La Luna Naranja, frente al Parque de Las Arcadas, fue el lugar de cierre del Longina canta a Corona. En esta ocasión, como en la edición pasada, fue Polito Ibáñez el encargado de abrir las primeras horas de la clausura. Los temas de Polito forman parte de lo mejor de la canción cubana contemporánea. Sin hacer concesiones de ningún tipo, el cienfueguero de nacimiento logró que muchas de sus creaciones se volvieran hits todavía coreados y venerados por cubanos de todas las edades, como se pudo ratificar esa noche.

Tanto él como Hansel Arrocha, la guitarra prima, se encontraban mal de salud desde antes de empezar el concierto. En esas condiciones iniciaron y terminaron su sencilla pero genial presentación.

El cierre estuvo a cargo del trovador Yatsel Rodríguez, presidente de la Asociación Hermanos Saíz en Villa Clara, junto a Yeni Turiño, una de la figuras más prometedoras de la actual generación de trovadores cubanos. Luego comenzaron a sumarse intérpretes como Leodanys Castellón, Ernesto González Choy, Juan Pablo Palmero, el Círculo de Tiza, entre otros, para así articular una descarga final que supo estar a la altura de un evento decoroso, aunque discreto, si tenemos en cuenta factores como: la situación económica del país, el poco o nulo apoyo de organizaciones que antaño habían acompañado más al Longina, el pobre trabajo de difusión en plataformas digitales y la no realización de un concierto homenaje a Lázaro García en el que todos los trovadores participaran, como acertadamente se hizo el año pasado con María Elena Walsh.

También se aprovechó la ocasión para homenajear a destacados cantautores con la entrega de la Moneda conmemorativa Aniversario 50 del Movimiento de la Nueva Trova cubana.

En la última jornada un grupo de artistas viajó hasta el municipio Caibarién, para rendirles merecido tributo a Manuel Corona y Longina O´Farrill. La peregrinación es uno de los momentos más significativos, además de una tradición que, en la medida de lo posible, siempre se ha tratado de respetar.

Parafraseando a Yordan Romero: “Los trovadores son mortales, pero la trova cubana es eterna”. El mejor ejemplo de ello sigue siendo este legendario Encuentro de los artistas de la pluma y la guitarra, porque si algo pudo demostrar la actual edición es que sigue estando en la cima de los festivales de trova del país, ¿o no?


Participan cantautores de Las Tunas en Festival Longina Canta a Corona

Los cantautores de Las Tunas Freddy Laffita, Richard Gómez, Amaury del Río y Jesús Pérez Cecilia participan del 5 al 9 de enero en la edición 27 del Festival Longina Canta a Corona.

Desde Santa Clara dedican el evento, en esta oportunidad, al creador cienfueguero Lázaro García, al aniversario 50 del Movimiento de la Nueva Trova y a los 25 años de La Trovuntivitis, baluarte de la canción en el país.

Los tuneros repiten la visita como habituales del certamen que siempre ha acogido su arte, bajo el auspicio de la Filial de la Asociación Hermanos Saíz en Villa Clara.

El viernes 6, en el patio de la biblioteca provincial José Martí en el occidental territorio se presentan en concierto Freddy Laffita, Richard Gómez y Amaury del Río, mientras Pérez Cecilia lo hizo el día inaugural en la Casa del Joven Creador.

El programa tiene previstas, asimismo, presentaciones de los artistas Eduardo Sosa, José Aquiles, Roly Berrío, Augusto Blanca, así como de Ariel Barreiros, Nelson Valdés y Marcos David Fernández.

Pérez Cecilia compartió en redes sociales: «Casi un año después de mi primera visita, me encuentro con más ganas de echar a volar la guitarra en esa tierra mágica que es Santa Clara, el ‘Longina’ es una fuente de aguas claras, un bálsamo para el oído del alma, algo inefable para quien ha probado sus luces».

El Festival llega a diferentes municipios y cuenta, además, con eventos teóricos como la conferencia sobre Lázaro García, que será impartida por el crítico e investigador Joaquín Borges-Triana, quien durante años acompaña el encuentro de trovadores.

La cita concluirá el 9 de enero con la tradicional peregrinación a la tumba del reconocido compositor y músico Manuel Corona, en el municipio villaclareño de Caibarién.

 


¿La luz, bróder, la luz?

La noche empieza como siempre: las pruebas de audio, la música colándose entre los cigarros y el murmullo, las gradas llenándose de habitués, la felicidad que va contaminando. Pero en esta ocasión algo cambia, algo suena mal: las antaño botellas de matapájaro anuncian un licor rojo con olor a plátano y sabor a ponche aguado. La luna marca un paso lento con su recorrido, pero las gargantas toman vino caliente, o vinagre. Quién sabe. Así: igual, estuvo ayer pasando por detrás de tu conversación. Porque estamos aquí, con la sensación de no ver la luz (sobre todo eso) y de sentir cómo atravesamos, cómo somos atravesados por el recuerdo de los años noventa. A fin de cuentas, luces nunca tuvo nuestra casa.

Es jueves, 22 de septiembre de 2022. La peña de La Trovuntivitis espera por nosotros en El Mejunje de Santa Clara. No están Yaima Orozco, Yordan Romero, Raúl Marchena, Karel Fleites; pero tenemos a Roly Berrío, Leonardo García y Alain Garrido, veteranos de las míticas primeras peñas. Y también a Michel Portela, Migue de la Rosa y Yatsel Rodríguez, quienes sumaron su arte a un proyecto que mezcla, con mucho acierto, diferentes estilos, edades, voces, mentalidades y proyecciones.

Empiezan a sonar las cuerdas, pero el audio, como ya nos tiene acostumbrados, demuestra no estar a la altura de su ubicación. Para que la Luna siga encerrada en el agua, entre todos intentamos convencer al mar. El público no abunda, pero el patio parece lleno, aunque extrañamente tranquilo para quienes han vivido en este lugar la cotidianidad de las más impensables extravagancias.

foto: Melissa Maura

Más o menos todo marcha según lo previsto, hasta que el sonido definitivamente se nos pierde. Sin demasiado nerviosismo, los trovadores agarran unas sillas y las colocan frente al público. Leonardo García pide silencio. Las conversaciones de quienes van a oír la trova, más que a escucharla o cantarla, amenazan con ahogar un concierto literalmente acústico. “Santa, clarísima Santa”, corean los trovadores minutos antes de que también se vaya la corriente. Entonces los teléfonos iluminan como pueden el escenario improvisado. Alguien saca, no sé de dónde, una linterna. En ese momento descubro que mi teléfono también puede aportar y me digo: por qué no, quizás otra golondrina sí anuncie la primavera. Por qué no, me digo.

Aunque no estoy seguro del orden de las canciones, recuerdo que Alain Garrido cantó a petición de Roly ese clásico de Pepe del Valle que se llama “Con tanta presión”. Cantó “María de mi dolor”, su magnífica musicalización de un romance de Yamil Díaz; “Veleidades de la Gloria”, que es un himno absoluto de la trova santaclareña; y cantó “Diario”, que no es, pero se parece mucho a la esperanza que tanto necesitamos.

Michel Portela cantó “La raspadura” e hizo una genial versión de “Quise”, aunque debo confesar que en la memoria me quedará, como un tesoro, su imperfecta pero sublime interpretación de “Será ayer», porque a fin de cuentas siempre hay un sitio al que tengo que volver. Y ese sitio —estoy completamente convencido— es una canción.

Creo que Migue de la Rosa no llegó hasta el final, como tampoco lo hicieron algunos del público. Yatsel Rodríguez cantó varias de sus populares canciones y apoyó haciendo coro en el turno de sus compañeros. De todos me llevo un recuerdo limpio, cargado de agradecimiento y admiración; pero qué decir de Leonardo García. Fue emocionante verlo forzar sus cuerdas vocales con temas que, en sentido general, no acostumbra a cantar los jueves. Sobre todo “Días corriendo”, esa pequeña pieza de orfebrería que dice: hay que morir un poco cada día, para escribir el cuento, para intentar la vida.

Y porque estábamos como atravesando los años noventa, cantó su oda a la alquimia etílica de finales del siglo pasado. Porque estábamos en la inopia, pero en el éxtasis de la fe trovera, cantó “Oración del remanso”, de Jorge Fandermole. Porque estábamos desesperanzados a más no poder, cantó su “Rock and Rap de la esperanza”, porque se nos va la vida, se nos va, sí, se nos va… Porque hay luces… en la distancia, y sin embargo, te quiero, mi SantaPorque puedo verla allí en tu pecho, y puedes verla tú en el mío. Ni vencedores ni vencidos. Y porque si no sueño el país, siento frío. Siento frío…

Después Roly Berrío improvisó. Punto y seguido. Quien ha ido a La Trovuntivitis (según cuenta la leyenda, ese nombre surgió por una improvisación suya), sabe lo que significa que Roly improvise. En estado de trance, habló de los poderes curativos del ron, llegó a las termoeléctricas, volvió al ron, pasó por no sé cuántos lugares, hizo de todo por sacarnos una sonrisa, hasta que por fin lo consiguió. Al menos yo sonreí, aunque también pudo ser la mueca que me produjo el vinagre con azúcar que me estaba tragando. 

Creo que así terminó la noche. Recogimos los bártulos y nos fuimos, pero no sin antes acercarnos a Leo, “ese farol gigante en medio de la oscuridad más plena”, como una vez lo definieran. Recuerdo que le dije: linda peña. Recuerdo que me dijo: gracias. Recuerdo que le dije: lo único que falta es que venga la luz ahora mismo. Pero la broma no pudo ser perfecta: la luz llegó cinco minutos después, cuando ya habíamos salido de El Mejunje y apenas pasábamos frente a la —Santa, clarísima Santa— Catedral de la ciudad.


Vuelve «Longina»: en el lenguaje misterioso de la trova (+spot)

Este 5 de enero llega para los trovadictos la tan esperada edición XXVII del Longina canta a Corona, cita que en esta ocasión estará dedicada al trovador cienfueguero Lázaro García, al aniversario 50 de la Nueva Trova y a los 25 años de la peña La Trovuntivitis.

En reciente conferencia de prensa, Yatsel Rodríguez y Fredy Hernández Martínez, en representación del comité organizador, comentaron que el evento culminará el lunes 9 con la tradicional peregrinación a la tumba de Manuel Corona, en el municipio Caibarién.

“Quisimos regresar al concepto inicial del encuentro, cuando venían trovadores con su guitarra a defender su canción. Por eso prácticamente no hay ningún espectáculo con agrupaciones de gran formato, excepto el concierto de Polito Ibáñez”, explicó Hernández Martínez, artista visual y vicepresidente de la Asociación Hermanos Saíz en la provincia.

“Los espacios que acogerán las actividades serán, principalmente, la Sala Margarita Casallas, el Museo de Artes Decorativas, La Luna Naranja, el Parque de las Arcadas y la Biblioteca Provincial José Martí”, afirmó Rodríguez, que además de presidente de la AHS es integrante de la peña La Trovuntivitis, bastión del movimiento trovadoresco en el centro del país.

El Longina, como en otras ediciones, se extenderá a los municipios y contará además con eventos teóricos como la conferencia sobre Lázaro García, del crítico e investigador Joaquín Borges-Triana, quien durante años ha acompañado el encuentro de trovadores en Santa Clara.

Hasta el momento, entre las actividades del programa se prevé el concierto de Eduardo Sosa y José Aquiles, el de Roly Berrío con Augusto Blanca, el de Polito Ibáñez, el de Freddy Laffita y Amaury del Río, así como el de los cienfuegueros Ariel Barreiros, Nelson Valdés y el joven repentista Marcos David Fernández, el “Quíquiri de Cisneros”.

Yatsel Rodríguez comentó al Portal del Arte Joven Cubano que “es tan importante el que viene por primera vez a hacer su concierto como el que ha venido varias veces. El Longina también es una oportunidad para que los nuevos trovadores compartan con los consagrados. Todo el que tenga una guitarra en la mano y haga una canción merece el respeto del público y de sus compañeros”.

 

El Encuentro Nacional de Trovadores Longina canta a Corona surgió en enero de 1997, cuando Alpidio Alonso, en aquel entonces presidente de la AHS en Villa Clara, y Eliot Porta, músico y promotor cultural, decidieron organizar un evento que reuniera “a la emergente generación de cantautores”, y al propio tiempo estimulara “el intercambio con anteriores hornadas de hacedores de canciones”, como escribió Borges-Triana en su texto “Entre la obra de arte y el producto mercantil: ¡Fresco y sin cortar!”.

Como aclara el trovador Yordan Romero en “Longina canta a Corona. Pensando enero”, en aquel evento fundacional los “trovadores santaclareños fungieron como anfitriones (…), pues algunos gozaban de una obra creciente, como Diego Gutiérrez y Alain Garrido, y otros eran ya reconocidos, como los integrantes de Enserie: Roly Berrío, Levis Aliaga y Raúl Cabrera”.

Esta semana Villa Clara se vestirá de trova, donde seguramente no faltará momentos emotivos, reencuentros y, sobre todo, buenas canciones.


Entre arte y literatura… Casaus

Conversar con Víctor es un deleite, no solo por su elocuencia y facilidad para comunicar, sino por la sensación de cercanía que produce en quienes tienen el privilegio de escucharlo por primera vez.

Un hombre que desborda humildad y sencillez a pesar de que sus logros no caben en su ser; son esas cualidades las que hacen aún más fácil admirarlo y amar su obra.

Durante el encuentro “Estrechando espacios” que organiza la Casa del Joven Creador de nuestra urbe agramontina, el público tuvo la oportunidad de conocerlo y ser partícipes de un encuentro entre amigos, como lo denominó el propio Casaus.

El actualmente director del Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau comentó que encontró en el periodismo las bases para formar su inclinación por la escritura y su desarrollo profesional en general.

«Mis primeras letras fueron a través del periodismo y la poesía… era insoportablemente joven y esas ansias de búsqueda vibraban en mi constantemente», confesó.

Es fundador de El Caimán Barbudo, una generación que marcó pautas y aún mantiene su esencia. ¿Qué significó para usted ser parte de su concepción?

Significó muchísimo por la importancia histórica literaria que posee la revista, es realmente entregador de cosas hermosas continuar la vida de El Caimán Barbudo.

¿Cómo surge su vinculación con la trova a pesar de no tener formación musical?

A pesar de no tener una molécula musical en mi ser, he tenido la suerte de estar cerca de la música, de vivir la música en el sentido de quien trata de apropiarse de ella e insertar parte de lo que uno hace con los trovadores; por eso he promovido siempre esa unión de la poesía con la música. Precisamente es a través concursos, eventos y lanzamientos de discos que se le da continuidad a esa premisa.

En cuanto al Centro Pablo de la Torriente Brau y su vinculación con el arte digital, coméntenos hasta qué punto influyó el Centro en el desarrollo de esa manifestación.

Hubo un tiempo en el que había muy poco conocimiento sobre el arte digital, en un encuentro de varios artistas cubanos y extranjeros nos llamó la atención la muestra de unos artistas boricuas que resultó ser arte digital, los invitamos a exponer en el Centro y así fue como se trazó el camino en el que comenzamos a adentrarnos en esa forma artística de utilizar las tecnologías.

Programas artísticos como «A guitarra limpia» y «Sala Majadahonda» han caracterizado el Centro, que durante los años de su funcionamiento se ha convertido en el espacio donde confluyen juventud y experiencia a favor del arte y la identidad cubana. ¿Que motiva a Víctor y al centro por continuar apostando por el arte joven?

Creo que es un mandato del propio Pablo de la Torriente Brau que hizo tanto por los jóvenes en su tiempo siendo él mismo joven, y que es hoy un ejemplo para los de nuestro tiempo, con esa inspiración considero que le debemos mucho a esos que se acercaron a nuestra institución en el sentido de confiar en aquellos viejos que teníamos la idea de hacer un concurso de diseño de carteles, y a partir de ahí recibimos una energía de esos artistas jóvenes que se conserva hasta hoy.

¿Qué consejo les daría a esos jóvenes artistas, afiliados de la AHS, cualquier muchacho o muchacha que estén buscando un espacio para dar rienda suelta a su creación?

Más que un consejo quisiera compartir algo que por supuesto trataré de hacer cumplir en estos años, y es un texto que redactó Pablo en su exilio neoyorquino, donde definió el valor que veía en la sinceridad, la honestidad y la autenticidad, de la siguiente manera:

«Las cartas son para mí como el acta de nacimiento de mis pensamientos y no tengo miedo a equivocarme en política, porque solo no se equivoca el que no labora, el que no lucha».

Como un bálsamo para el alma llegan las palabras de Víctor Casaus, incansable predicador de la figura de Pablo, amante de las artes y las distintas visiones de los nuevos creadores, alguien que sabe hacer coincidir la sabiduría del pasado con la osadía del presente, y continuará siempre apostando por las maravillas que salen de esa unión.


Jornada Trova de Invierno en Matanzas: un espacio necesario

La segunda edición de la Jornada Trova de Invierno, comenzó  con un concierto del artista Raúl Torres en  la Escuela Profesional de Arte de Matanzas donde  estudiantes y profesores disfrutaron de temas antológicos y otras novedades dentro del repertorio del músico matancero.

Dedicado al 50 aniversario de la Nueva Trova y a la declaración de este género musical como Patrimonio de la nación, se dieron cita en Matanzas ente el 15 y el 18 de diciembre exponente de esta corriente artística tanto en la ciudad como en el país.

Dentro del programa de la jornada , resaltó como novedad el evento teórico impartido por el periodista y crítico de arte Joaquín Borges Triana. Como iniciativa  también hubo presentaciones de  libro y de agrupaciones teatrales , en este caso el espectáculo Todo está cantando en la vida , un recital de afecto para Teresita Fernández de Teatro Las Estaciones.

Con excelente  aceptación los matanceros acogieron también  el concierto de Frank Delgado y Vicente Alejandro Trigo en el Patio Pelusín del Monte de Matanzas como parte de esta edición de la Trova de Invierno ,organizada por la Asociación Hermanos Saíz en Matanzas.

El homenaje al recientemente fallecido Pablo Milanés , figura cimera dentro del movimiento de la Nueva Trova, vino en la interpretación del Dúo Calíope. El Patio Colonial, sede habitual del evento acogió conciertos de otros artistas como William Vivanco, Lien Rodríguez, Rey Pantoja y, la reconocida agrupación La Trovuntivitis , entre otros exponentes de este movimiento en Cuba.

El evento que cierra las actividades de la AHS en la ciudad en este año 2022 logró  llenar los espacios donde confluían artistas jóvenes y  pequeños grupos de la sociedad matancera, amantes de la trova y la música alternativa en general.


Trova para vivir

Parece que la tierra va a temblar, anuncia con voz fuerte Annalie López, “Azucena», en una de sus canciones. La cantautora guantanamera, invitada a la X edición del Festival Nacional “Canto Adentro” de la Asociación Hermanos Saíz en la provincia de Camagüey, lo sabe muy bien y lo grita para que lo escuchen los corazones: sin clave no hay rumba.

Una verdad. Mil ramificaciones.

Un río, cientos de cauces.

Sus palabras retumban cual ecos internos y dejan ver (u oír) cómo crecen y florecen las ramas de un arte que, sin poder verlo, guarda en sí toda la pureza de la naturaleza y las contradicciones de la sociedad. Cuba va en una canción y la humanidad se esconde entre seis cuerdas. Sin uno, no hay otro, y en Canto Adentro, como reza su nombre, esas verdades brotan desde el interior de una isla y se muestran, con todos sus matices, a flor del rasgado de la guitarra. 

foto: Ricardo de la paz

Sin música la vida sería un error

A una década de fundado el evento de música de la filial agramontina de la AHS, resonaron del 24 al 26 de noviembre, entre coros y acordes, las letras de cantautores de diversas provincias (Guantánamo, Las Tunas, Camagüey y Villa Clara), quienes se dieron cita en la urbe principeña para, como desde hace diez años, compartir canciones entre amigos trovadores que defienden la canción de autor. 

“Azucena”, Pedro Sánchez Zapata, Amaury del Río, Yordan Romero, Rolando Berrío, Reinaldo Rodríguez, Adrián Cancino, Dawlyn Aldana, y los dúos Dulce Kpricho y Mantra, acompañados de artistas del patio como Eduardo Campos, Rachel Pérez, Wendy Hernández, Roly Suárez, Breismer Hernández, Joaquín Pérez, Juan Pablo Palmero, Linnet Molina y Yury del Río, participaron de conciertos, descargas y recitales, en los cuales interpretaron temas que forman parte de su repertorio; que, aunque diferentes como sus autores, guardan más de una conexión en contenido, forma y raíz, entre músicos que mantienen estrechos vínculos afectivos entre ellos.

Son estos lazos imperceptibles (junto a la dedicación y amor por la trova) los que han mantenido el latido de este festival de la organización durante dos lustros y los que enlazan el entramado de la joven canción de autor en Cuba, cual cilindro que aúna un caleidoscopio de voces y miradas que se atraen. Parafraseando a Nietzsche: la música, sin amigos, sería un error.

foto: Ricardo de la paz

Sin pasado no hay presente 

Dedicado a los 50 años de la Nueva Trova y a la figura de Miguel Escalona, la presente edición de Canto Adentro también tuvo un acápite, tan necesario, enfocado a la salvaguarda del patrimonio musical e histórico de la nación. Cerebro y corazón se conjugaron en este sentido, principalmente, en dos actividades que realizó la filial de la Asociación Hermanos Saíz en la región.

Por un lado, el Centro de Convenciones Santa Cecilia de Camagüey acogió el panel teórico por el 50 aniversario del Movimiento de la Nueva Trova, con la participación de la profesora del Centro de Estudios de la Fundación “Nicolás Guillén” Ángela Benítez, y la musicóloga del territorio Heidy Cepero, en el que se abordaron temáticas relacionadas con las principales características y representantes del movimiento cubano y su trascendencia para la cancionística nacional. Además, se debatieron aspectos vinculados con la necesidad de la realización de estudios e investigaciones culturales por los musicólogos de la localidad para reconstruir la memoria histórica de los cantautores camagüeyanos.

Por otra parte, como es tradición cada año, los participantes realizaron la peregrinación al cementerio de la ciudad, en tributo a Miguel Escalona, fundador de la Nueva Trova e impulsor del género en la comarca principeña. Igualmente, espacios de reflexión y conciertos fueron dedicados a la figura e impronta del recién fallecido Pablo Milanés; encuentros en los que un hilo invisible unió, en el silencio del camposanto y en la mitad del concierto, el pasado y el presente, en la voz de Harold Diaz, fundador del festival, quien confesó de niño haber conocido a Escalona sin que el músico nunca lo supiera, y en el aletear de una mariposa que revoloteaba mientras Dawlyn Aldana cantaba “Para vivir” de Pablo, como un recordatorio perenne, casi místico, del epitafio del trovador camagüeyano: “No es muerte la del hombre que se queda”. 

foto: Ricardo de la paz

Sin trago se traba

Hasta diferentes espacios de la localidad agramontina arribó la X edición del evento de la AHS Camagüey, con el objetivo de contribuir a visibilizar la obra y los artistas que defienden la canción de autor. El Alberto’s Café, el Bar Katarsis, la Casa Madiba, el Seven Bar, el Melange Club, la Galería “Alejo Carpentier” y, por supuesto, la Terraza Arte Joven de la Casa del Joven Creador, fueron los sitios escogidos para la presentación de los cantautores, en una estrategia que involucró la colaboración con emprendedores locales.

«Dale Cucucun», nueva modalidad de descarga realizada en el evento, aunó en las tardes agramontinas al público, músicos del territorio e invitados, en citas en las cuales la canción y la amistad llenaron el espacio de bares y cafés de la ciudad principeña, con acordes y melodías trovadorescas.

Una práctica que, de sistematizarse, puede, por una parte, revitalizar locales culturales y de esparcimiento y, por otro lado, contribuir a la promoción, desarrollo y sustentabilidad de la obra y los artistas que trabajan la canción de autor, género que encuentra normalmente su talón de Aquiles en la comercialización. Un hecho a tener en cuenta, pues como diría Frank: la trova sin trago se traba.

foto: Ricardo de la paz

«Sin clave no hay rumba»

Aún queda mucho. Demasiado.

A diez años de fundado el Festival Nacional “Canto Adentro”, todavía existen barreras que los trovadores deben derribar a golpes de guitarra, como lo hicieron hace medio siglo aquellos muchachos de la Nueva Trova y como lo realizaron, antes que ellos, Ñico, Sindo y otros tantos que han dejado su vida entre las seis cuerdas. Falta de promoción y comercialización, dificultades para la profesionalización, carencias de instrumentos, desatención por instituciones de la cultura, son algunas de constantes negativas que comparten, tristemente, gran parte de los cantautores del país. Y como “Azucena” tiene claro: el dominó de la esquina queda tablas cada vez que acontece esto.

Sin arte no hay sociedad, y sin trova no hay Cuba. Forma parte del pasado que se une con el presente. Es el pensamiento hecho canción y la canción, en sí, lleva adentro almas enteras de pueblo y nación. Promover esta creación, más que la crítica (y apoyo) a procesos y manifestaciones culturales divergentes, será la mejor manera de contribuir al desarrollo de los cantautores y del arte cubano.   

Mientras tanto, estos jóvenes continúan alzando su voz, en cualquier espacio, con diez o cincuenta personas, al año o una vez al mes, para evitar que la trova no sea invisible a los oídos y al corazón. Sin clave no hay rumba, dice la letra, tan cierta como que la tierra tiembla por un sentimiento, que no se ve, pero que está.

foto: Ricardo de la paz

Realizarán Festival de Teatro en Santiago de Cuba (+Fotos)

Paneles teóricos, puestas en escena y otras actividades colaterales conformarán el Festival de Teatro Experimental Desconectado a 969, a realizarse del 8 al 11 de diciembre próximo, en esta ciudad. 

Según refirió en conferencia de prensa Juan Edilberto Sosa, titular de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) en la provincia, el encuentro homenajeará al dramaturgo Rogelio Meneses, referente de la manifestación artística en Santiago de Cuba. 

Confirmó la participación de nueve conjuntos actorales de todo el país, las presentaciones para públicos de todas las edades y el protagonismo del grupo de experimentación escénica La Caja Negra, anfitrión del evento. 

El también presidente del comité organizador señaló como sedes de la festividad al Cabildo Teatral, el Guiñol, el Centro Cultural El Ingenio y la filial de la AHS en el territorio, y aseguró la inauguración del encuentro en el Teatro Heredia. 

De acuerdo con Sosa, la próxima edición del Festival tendrá un carácter internacional, pues cinco agrupaciones latinoamericanas confirmaron su participación en 2023. 

Por su parte, Erick Pérez, vicepresidente de la organización artística, destacó las descargas de jazz y trova entre las acciones colaterales, en tanto agradeció el acompañamiento del Consejo de Artes Escénicas en la provincia para materializar el evento. 

Santiago de Cuba acoge desde hace un lustro esta fiesta de la experimentación escénica, con el propósito de reunir a los actores noveles, motivar el interés popular por el arte de las tablas y descubrir a jóvenes creadores. 


Confesionales motivos

También las canciones de autor mienten, porque es de humanos, y de trovadores. A veces para bien, otras para mal. Pero mienten. Pongo el ejemplo de esta peña de Santa Massiel Rueda y Motivos Personales en el primer día de septiembre del año en curso.

No era de madrugada, si no, las cinco de una de las tardes más calurosas del mundo. No había fluido eléctrico, mas las voces y liras tuvieron el protagonismo necesario. Y gracias al respeto del público, que pareciera reaparecer luego de dos años y algo de pandemia, no se necesitó alcohol para que la trova fuera como las aguas del río que corren hacia el mar o hacia a puerta de tu casa.

Nadie se trabó a la entrada ni a la salida.

Hubo tragos después, cuando ya la alegría era el nido para nuestros corazones que empollaban el amor y la melancolía. Como debe ser. Los tragos más caros del mundo, verbigracia, un vaso con vino costaba lo mismo que una botella con el preciado líquido, pero en otro sitio.

¡Más increíble que tener los ojos color esperanza o de miel! Como no debe ser.

Pero se hizo la canción, y la candidez de Massiel, a viva voz, era el “amigo” necesario para la mejor de las confesiones. La trova tiene el don de acompañar a los que tienen sed de confesiones o desahogos. Y en esta peña, sobran los motivos para confesarse.

foto: michel guerra martin

Y es que su anfitriona sabe comunicar. Aparece ante el micrófono, segundos antes de decir algo, y ya sus ojos comunican, crean el puente, sostienen la mano de quien necesite el sostén seguro.

También su pareja de banda, Cleilys Aurora Benítez Castro, quien desde la percusión te ofrece una sonrisa halagadora, es responsable del confort y de la puesta en escena.

Así es fácil asistir a ese encuentro semanal, en la recientemente reinaugurada Casa de la trova Miguel Ángel Luna, de Ciego de Ávila, una ciudad famosa por sus portales y por los poetas que la habitan.

De la mano de Roberto Carlos de Armas Díaz, joven escritor y miembro de la sección de Literatura de la AHS, quedó presentado y vendido, el libro Pancho Céspedes: sueños que cuestan vidas, como parte de la sección Los motivos del poeta. Un cancionero necesario que Ediciones La Luz nos pone al alcance de todos, con fragmentos de entrevistas a Pancho, partituras de sus canciones y, por supuesto, su poemas melódicos.

Como en otros encuentros, Massiel concibe su espacio desde un tema central que pareciera hilvanar la sucesión de los momentos y canciones. Así se le ha dedicado el espacio a varias figuras de la cultura cubana, aunque no se trata de biografiarlo. Se le alude, se le rinde tributo en la sección Pa tu consumo, y la cosa fluye de manera casi mágica.

En esta oportunidad, Roberto Carlos De Armas le dedicó atención a una figura distintiva de la música de concierto cubana, el paganini negro, como se le conocía al gran Brindis de Salas (1852-1911), violinista impetuoso. Y se hizo de manera dinámica, con pregunta y una rifa que surtieron efecto entre el público.

También se pensó en Francisco Céspedes, ese cantautor cubano que tanto nos ha puesto a soñar y amar, con sus poemas y canciones de amor, desde la cuerda de un jazz amanecido y febril.

El público asistente no era tan numeroso como en otras oportunidades, pero era juvenil. Aquí es cuando uno que ya peina canas empieza a echarle de menos a los “viejitos” habituales en este recinto, con sus sonrisas y deseos de vivir.

foto: michel guerra martin

Pero tiempo al tiempo. La casa comienza un camino de reanimación que será lento y largo.

Un invitado especial tuvo la peña desde la provincia de Camagüey, Juan Pablo Palmero, con su voz fuerte, profunda, su cuerpo casi fantasmal de lo tan flaco, y la lucida timidez que lo llevaba a entrecortar sus frases en proscenio, y hacer chistes de manera casi silenciosa.

Canciones suyas inundaron el recinto de manera natural, espontánea con reminiscencias a Nino Bravo. Melodías que tenían de Serrat, y de Alí Primera, bañaban el rostro de todos. Y gustó. Ya para este 2 de septiembre tendremos la oportunidad de oírlo, a plenitud, en un concierto en la Casa del Joven Creador, a las nueve de la noche.

Uno de los momentos de más impacto en esta edición de la peña fue cuando Massiel anunció la canción siguiente y contó su génesis. Era un poema de lsu madre Deisy Moreno Gómez, ahora convertido en bolero. “El bolero de mami” (título en construcción), nos dijo, y lo cantó de manera hermosa.

Creo, entonces, que el bolero se le da a Santa Massiel. Podría ser de cosecha fácil en su repertorio. Si se le antoja.

No hizo falta la corriente eléctrica para que la melodía se pegara a nuestros oídos y nos llevara a volar por el recuerdo de esos amores perdidos, como todo buen bolero. La guitarra no se oía todo lo alto que merecía, pero se sintió y estaba siendo bien ejecutada. Ambas manos. Todas sus cuerdas. Cualquier alma vibra con semejante interpretación.

Siguió la tarde.

El boletín promocional Artefacto, de manera impresa, fue presentado por el periodista y Miembro de Honor de la AHS, Damián Betanzos Hernández. Y se le brindó el honor correspondiente porque era dedicado a la figura de nuestro  desaparecido físicamente, poeta y librero Arlen Regueiro Mas (1972-2022).

Este es un suelto que recoge las actividades que propone la Casa del Joven Creador desde cada una de sus secciones, y con el empeño de llegar a todos y tributar al desarrollo cultural del territorio.

Una publicación dual, que también cohabita de manera digital y tiene el poder de ser estable y necesario. Así lo dejó en claro el periodista. Y así pareciera asumirse entre las instituciones de la cultura avileña. Porque la AHS, desde hace bastante tiempo, está dando el ejemplo claro de cómo hacer mejor las cosas en materia cultural.

Las canciones que acompañaron el suceso fueron amplias en la cancionística, desde Nicolás hasta Benny Moré, y Motivos Personales estuvo a la altura de la estancia, del momento, de sus invitados. Como magnífico anfitrión, la banda logra fusionarse en un abrazo de cofradía y respeto, a pesar de que le falta una de sus voces.

Con todo y los tragos, con todo y la hora y media de vida, la peña llegó a su fin cuando todavía no había regresado la corriente eléctrica.

Todos estábamos más embellecidos. Y yo me confesé, ante Santa Massiel, entre sonrisas y miradas cómplices. Como buenos amigos. Como debe ser. Motivos hay para sentirse bien desde la trova en Ciego de Ávila. Lo confieso.