Las alturas de la Danzonera

No sé bailar danzón; y es fácil saber por qué: no vi a mis padres moverse sobre «un ladrillo». En la escuela tampoco me enseñaron, y solo de adolescente supe que Cuba tenía un baile nacional con ese nombre. Lo lamento.

Pero quizás mis hijos sí van a aprender, y hasta yo esté a tiempo. Quizás estemos siendo testigos de cómo los jóvenes asaltan, sin titubeos, la vitrina del género que Miguel Faílde en 1879 nos puso como guirnalda en el sentimiento de esta Isla.

En Matanzas una orquesta dirigida precisamente por el tataranieto del autor de Las alturas de Simpson levanta el blasón, y en Las Tunas, otra voz despereza el apego por lo nuestro: Danzonera, agrupación con promedio de edad de 25 años. Al frente, una muchacha que por su empuje y carisma, Faílde también la hubiera querido en la familia. Conozcamos a la avanzada del Balcón de Oriente.

 OJOS SOÑADORES

El 2013 vio al elenco tunero estrenarse frente a los participantes en el X Festival de Música Popular Barbarito Diez, celebrado cada diciembre en la provincia. Esta reportera estaba allí y fue testigo de la apoteosis del auditorio al constatar la osadía de los bisoños instrumentistas, que rompían esquemas y hacían polvo la condena a muerte del cielo donde reinara quien fuera conocido entre muchos otros epítetos, como El Príncipe del antológico ritmo.  

Todos son egresados de la Enseñanza Artística y profesores en la Escuela Vocacional de Arte El Cucalambé, ubicada en la ciudad cabecera. Guía el navío, la inquieta damisela encantadora Ana Irma Pérez Perelló, graduada de Dirección Coral.  

«Nos unimos para perpetuar el género, para sumar su gusto a las nuevas generaciones, para que durante todo el año se escuche y baile danzón, y no haya que esperar al Festival (Barbarito Diez). Soñamos con que más artistas apoyen la  idea y podamos colaborar entre todos», dijo justo el día de la fundación.

Han pasado casi tres años desde entonces y nadie ha abandonado «el barco». La popularidad comienza a marcar en el cuentamillas y aunque el apoyo institucional ha podido ser mejor, tampoco faltan oportunidades para demostrar el talento.

«Estamos empeñados en seguir creciendo profesionalmente —expone con los labios, los ojos y sus manos, todo en ella quiere hablar— y lo mejor es que somos jóvenes que disfrutamos sobremanera hacer juntos esta música y queremos defenderla y tocarla con mucho sabor, porque la cubana lo lleva. Nos queda bastante por realizar».

La agrupación se sabe exponente de parte de lo más valioso del pentagrama nacional, extendida esa defensa a variantes como el mambo, el cha cha chá, el danzonete, y los boleros son y cha. «Respetamos las partituras originales —prosigue la directora,  a cargo también de los arreglos—, pero las empleamos con armonías contemporáneas, porque son otros los tiempos y no debemos hacerlo como antes, sino como somos y sentimos ahora».

«De igual manera no podemos, si lo importante es impedir su olvido, exigirle a la juventud que practique el baile nacional con vestidos largos y pasos excesivamente lentos, tenemos que cambiar esos enfoques, hacerle cercano el ritmo, sin que pierda su esencia».

Ana Irma vive feliz de cuánto disfrutan ella y sus músicos  tocar lo cubanoAna Irma y sus catorce cómplices han visto que esa estrategia da resultado. En su peña mensual; al «inicio las personas caminaban por allí y se quedaban en la sorpresa, pero ya hemos ido formando un público, hay quienes bailan y entre ellos, algunos jóvenes, los cuales cada vez son más. Abogamos por la tesis de que a la gente hay que darle no lo que pida, sino lo que necesita, y la música cubana más tradicional está entre esas urgencias culturales, aunque a veces el pueblo no lo entienda así».

Con un formato de charanga ampliada, Danzonera comienza a escribir sus notas de conquista, por la energía que desborda y la calidad de la interpretación. Ahora mismo uno de los mayores fan es el maestro José Ramón Artigas, que en su programa De la gran escena las ha promocionado en dos ocasiones.  

Junio del 2015 marcó un momento enaltecedor, pues fue invitada al Festival Internacional Danzón Habana, donde dio fe de cuánto ha madurado en sonoridad, y se probaron frente a numerosos bailadores, algo imprescindible para cualquier colectivo de su corte. En este sentido, otra vivencia enriquecedora la tejieron recientemente en casa, durante el tercer Taller Internacional de Payasos, cuando en una de las actividades nocturnas pusieron a mover el esqueleto hasta al más patón, y en rápida ojeada al auditorio los instrumentistas vieron que un 90 por ciento tenía la misma edad que ellos.  

Composiciones icónicas como Almendra y Bodas de Oro se unen en el repertorio a temas de autores contemporáneos, y la intención es la misma: conservar lo virtuoso y bello de nuestro patrimonio sonoro. «Hemos crecido con temas inéditos de autores tuneros, siempre desde nuestra estética», enfatiza.

EN BUSCA DE SU BOMBÍN

Por estos días la orquesta participa en el primer Encuentro Internacional Danzonero Miguel Faílde in memoriam, que se celebra en Matanzas. «Actuaremos en los bailables finales y sin dudas será una gran experiencia para nosotros, el intercambio con otros colectivos nos ayudará a crecer. También aprovecharemos para tocar en el Pabellón Cuba, en el espacio de la Asociación Hermanos Saíz (AHS), de la que formamos parte y desde ahora le agradecemos la oportunidad».

Seguir perfeccionando su propuesta y presentar un proyecto a las becas de creación de la AHS para grabar un disco se encuentran entre los planes más cercanos de esta cofradía. Pero hay otros, muchos más.

 «Nos gustaría tener un local para impartir cursos sobre el danzón, sobre todo a los niños; donde se proyecten videos, se escuchen grabaciones y la gente pueda compartir, tomarse un café y por supuesto, bailar», concluye jubilosa Ana Irma. 

Danzonera sabe que eso no es cosa fácil, a ella nadie la puede marear con otras historias, cuando a veces tener una guagua que la transporte casi significa encontrar «los aretes de la Luna». Sin embargo, persistirá, se sabe con razón, y la Isla en algún momento se volteará para decirle que está de total acuerdo en gritar: ¡Basta de olvidar quiénes somos!  

Fotos: Costa y cortesía de la agrupación

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  • Tuvieron a su cargo la clausura del evento, que a mi criterio mejor no podía haber sido.
    Qué bueno saber de jóvenes que desde oriente cubano, con su calidad, sonoridad y concepción defienden nuestra cubanía.
    Gracias a estos jóvenes tuneros por regalarnos esa maravillosa noche llena de excelencia!!!!
    El Danzon SIEMPRE!!!!!

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