IV Congreso de la AHS: En la unión está… el reto

Algo transcendental “cocina” la organización de la joven vanguardia artística cubana. Entre los 3000 asociados “se sazona” el IV Congreso de la Asociación Hermanos Saíz sin más recetas que las que se establecen en sus 16 filiales provinciales y 18 células municipales. Pero, antes de saborear el resultado, hay que pasar por un proceso que incluye las reuniones por secciones (que se efectuaron en febrero pasado) y las asambleas en cada territorio (a efectuarse en junio próximo).  

“No tenemos más que nuestras vidas y una obra inmensa que realizar”, eso lo saben los artistas, tanto como el mártir Luis Saíz Montes de Oca cuando lo expresó. Sin embargo, en el camino hacia el cónclave, específicamente en las reuniones por secciones, han salido varios “buches amargos” que hay que atender con urgencia. Basta con hacer un recorrido por varios reportes de prensa sobre los encuentros, conversar con afiliados y repasar el acta tras el intenso debate.

Reflexionemos. En el local que ocupa la Casa del Joven Creador, se reunieron el 18 de febrero pasado las secciones de la filial de Ciego de Ávila, con la presencia de Rafael González Muñoz, presidente de la AHS nacional, y Santa Massiel Ruedas Moreno, presidenta de la AHS en el territorio. Allí, durante casi cinco horas, se leyeron, discutieron y aprobaron los informes de cada sección, se eligieron sus jefes y se hicieron las propuestas a miembros de la Presidencia Provincial, la Dirección Nacional y a delegados al IV Congreso.

“Toca identificar las principales fortalezas, las debilidades que persisten y los “cuellos de botella” por resolver. Por eso la presencia de las principales autoridades del territorio acá, porque la organización sola no puede. Es un gran sistema de trabajo en todo el país”, así rompió el diálogo Rafael González Muñoz, en aquel momento.

Obviamente, fue una tarde sabatina para hablar sin tapujos, pero con la claridad de qué es lo que los une, con qué identificarse y cómo actuar en las condiciones actuales. Tomarse con seriedad y responsabilidad lo que se vive este año en la AHS, es proyectar el trabajo de los próximos años. ¿De qué hablan los asociados? ¿Cuáles son esos “cuellos de botella” por resolver?

Reunión de secciones en la filial de Ciego de Ávila, el 18 de febrero pasado.

Primeramente, demandan mayor y mejor inserción en la programación cultural de los territorios, más allá de la planificación propia de las filiales o células. Se refieren, por ejemplo, a los bares y proyectos de fiesta conducidos por nuevos actores económicos, que pagan músicos “de moda”, con precios difíciles de costear por la población. Artistas foráneos se ponen, incluso, en las mejores plazas; y, los del patio, en cualquier lugar, hasta con mala técnica.

Debiera pre-ocupar más (en las reuniones de programación provinciales) la existencia de intérpretes en los catálogos de las empresas de la Música… y en la AHS, que no se promocionan como debiera en su propio terreno. No pocos asociados pertenecen al sector profesional, pero hay que tener claro que la organización impulsa, promociona, pero no comercializa.

Uno de los que no está de acuerdo con que se tenga mayor número de artistas foráneos que locales en un evento organizado en el territorio, como tampoco está de acuerdo con que se programen espacios sin tenerse todos los recursos asegurados, es Juan Germán Jones Pedroso, director provincial de Cultura en Ciego de Ávila. “Queremos que se abra la programación hasta donde se pueda, respetando siempre las jerarquías”.

En tal sentido, corresponde reunirse con los nuevos actores económicos, para presentarles los catálogos del territorio y definir de conjunto una programación. Sería liderado por instituciones creadoras, instituciones acompañantes y autoridades políticas. Se sumaría los sectores de la Gastronomía y el Turismo, que tiene un presupuesto que puede ponerse en función de mejorar los servicios que prestan.

Por otro lado, ¿qué se va hacer para que los miembros hagan más vida en la Asociación? ¿Cómo se va a hacer una peña donde los músicos, los artistas escénicos, los escritores… no están? La situación con el activismo de los afiliados hace años viene saliendo en informes, situacion a resolver, pues de esos vínculos dependen los nuevos derroteros, mecanismos de gestión y formas de relación con la creación, así como la circulación y la comunicación, ante las plataformas digitales y novedosas formas de la producción artísticas.

Hay que movilizar a los que están, conquistar a otros y abogar por la formación del relevo en todas las manifestaciones. Propiciar la superación de seguidores y cultores del arte, con espacios también teóricos. Pensando en los espacios escénicos y musicales, en la creación audiovisual, en la comunicación institucional, por ejemplo, se requiere de más y mejor técnica, lo que puede empujarse con iniciativas institucionales locales.

Promover el intercambio de ideas entre artistas de diferentes provincias. Incentivar la presentación a Becas y Premios de la AHS. Sostener la diversidad en la programación. Consolidar la fusión de las secciones. Pensar y materializar espacios y talleres en los que se vean reflejados la mayor cantidad de asociados posible. Perfeccionar el vínculo con la Brigada José Martí y otras organizaciones (politicas y de masas) e instituciones culturales.

Defender en las redes sociales el sentimiento de pertenencia hacia los proyectos que defiende la organización y centrarse en la conservación de la memoria escénica, musical y audiovisual, así como el estado constructivo de las sedes. Estos estuvieron (y están) entre los temas analizados.  

La etapa a evaluar, de 2018 a 2023, ha estado marcada por la pandemia de la COVID-19, con sus consecuencias en la creación artística, las programaciones fijas, los eventos… y también en el componente económico que mantiene la organización; por la existencia de una planetaria crisis financiera, por un recrudecido bloqueo comercial de Estados Unidos contra Cuba y por la emigración de jóvenes. Ahora bien, en medio de una necesaria revisión de la membresía y una jerarquización de eventos, no se ha dejado de hacer.   

Aunque la deuda es profundizar en el estado del arte, de lo anterior depende seguir disfrutando de lo más genuino de la cultura hecha por jóvenes. No es el IV Congreso el fin de un largo camino, más bien será el principio de una etapa retada desde dentro y fuera. Sin embargo, como manifestó el ministro de Cultura, Alpidio Alonso Grau, “los retos del presente parecen hechos a la medida de esta organización que se niega a envejecer”.

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