Rendir homenaje desde la utopía…

Cuando Thomas More, el pensador, teólogo, político, humanista y escritor inglés escribió en el siglo XVI su obra más famosa Utopía, sabía que conceptualizaba el término: plan, proyecto, doctrina o sistema deseables que parecen de muy difícil realización. Y a esto se enfrentaron los realizadores Carlos Gómez y Manuel A. Rodríguez Yong en su reciente puesta Romerías, la utopía.

El largometraje a cargo de las productoras independientes WajirosFilms y i4films, ha rendido merecido homenaje a este evento de multitudes que no ha sido fácil definir.

Mi comentario parte desde la experiencia. La posición de enfrentarse a una película que he vivido desde fuera y hace varios años desde dentro. Quien ha trabajado en las Romerías de Mayo, solo así puede emitir un criterio acertado, porque el espectador, de las Romerías o de la película posee, sin temor a decirlo, lagunas de información que lo harían ser injusto o demasiado halagador.

en la filmación del documental romerías, la utopía

No me dedico cabalmente a la crítica cinematográfica, mi acercamiento a esta muestra es basado en principios técnicos, meramente razonables, y una mirada oficiosa que en gran medida trata con optimismo la obra del otro, porque cualquier acción donde medie el arte, es bien recibida, aunque exista una fina línea divisoria entre el bien y el mal.

Si de recursos visuales se trata, creo que la muestra representa con veracidad la estética de tratar de absorber el espíritu de fiesta y el poder de atracción, un evento que revoluciona y pone a toda la ciudad a su disposición.

En conversación privada con Ana María González, quien estuvo a cargo de la dirección de fotografía, me explica que para lograr ese efecto se usaron entre tres y cinco cámaras simultáneamente, con la idea de que se visualizara la cantidad de eventos dentro de un mismo evento, que satisface varios públicos a la vez. Fundamentalmente persiguen la algarabía, porque ese sin dudas es el espíritu romero, una especie de catarsis colectiva, donde los jóvenes confluyen en las plazas y se avisan de las presentaciones y las horas, porque el Programa, a veces impreso y escaso, pierde veracidad, al punto de infartar a un inglés. Obviamente estos detalles de los planos, un plano americano y un fondo difuso, un plano medio corto, que resalta en varias ocasiones la figura de su fundador o padre de las Romerías de Mayo, Alexis Triana, propone una mirada polémica y apasionada de su organización.

equipo de filmación del documental romerías, la utopía

Otras veces, cuando el lente se abre y resalta a la ciudad desde la cima, siento, como holguinera al fin, que este pueblo es demasiado grande culturalmente para poder abordar todas sus aristas en apenas siete días. Vemos también, esas zonas de claroscuro, donde se desvanece la imagen con la sensación, de que esta fiesta, tiene sus momentos de muerte, de desgaste.

Hay un abanico de entrevistados, los imprescindibles, y otros que debieron estar y no voy a mencionar por tratarse de subjetividades. Hay una diversidad de criterios que se contraponen como en las Romerías mismas. Y si a usted, que me está leyendo le parece exagerado, como dijera otro romero fundador, que haya que tener en determinado momento cierta “masa testicular” para no salir dañado de unas Romerías, créame que no exagero. Hay opiniones en boca de sus interlocutores bastante sinceras, otras no tanto, pero el documental viene siendo una verdad, y los protagonistas dejan entrever sin esfuerzo alguno de qué está hecho un evento que trata de aunar y no de dividir.

en la filmación del documental romerías, la utopía

Obviamente sus directores estarán en tela de juicio por mucho tiempo, esto garantiza que el material posee las características que requiere el arte, la polisemia a la que nos han expuesto, a la controvertida aparición para muchos de una actriz superflua, para mí tan necesaria, porque me vi retratada en su piel, fugándome de la Universidad de La Habana justo en el mes de mayo, deseosa de ver a los míos en ese mes donde todos confluyen; quizás la dramaturgia de ese personaje se centre en la visión de que no todo es desorden y desenfreno, tratándose de una madre que conjuga todas sus pasiones, al mismo tiempo queda aislada, no logra concomitar el discurso poético de su imagen con la historia que se narra, y mucho menos el final, dejando al espectador más allá de un suspenso, en una duda, careciendo de un significado semiótico.

fotograma del documental

Otros puntos pudieron ser abordados con más intensidad, pero habría que ver la real intención de sus realizadores porque se trata de un largometraje que exhibe y enamora una vez más a los artistas de Cuba y el mundo. No estamos ante un panfleto politizador. El mensaje de amor se transmite y llega con fuerza mediante un guion, que si bien es cierto que tiene mucho de principiantes, resume y concisa la tradición de un pueblo confinado a ser capital del arte joven.

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