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Gianny Lopez Brito: «El periodismo es una profesión que se lleva en el alma»

Creo que seis o siete años atrás fui por primera vez a Tunas Vision.  Integré un jurado del festival provincial de la TV. Se me acercó un muchacho con nada de Apolo y una voz lejana al tono de Manolo Ortega. El quería que le aconsejara cómo hacer un mejor periodismo. Le hablé de modular mejor la voz y a su jefa le sugerí que no lo sacara en cámara.

El muchacho Gianny Lopez Brito me demostró a mí y a quienes pensaron como yo, que con talento, constancia y buscando la esencia de las noticias, se puede hacer un buen periodismo televisivo. No lo digo por algunos de sus premios: 

-Nacional de Periodismo 26 de julio en los años 2017, 2018 y 2019, por la entrevista Oficio de altura, la serie Historias de vida y la crónica Acompañarte, respectivamente. 

–  Nacional de Periodismo Cultural Rubén Martínez Villena de la Asociación Hermanos Saíz en la  categoría de tv, en los años 2015, 2017 y 2020.

-Periodismo Audiovisual Ania Pino in memorian por los testimonios Vida en El descanso y La luz de las palabras.

-Caracol de la Uneac en 2018 por el documental Colina 79, codirigido con Niúver Rodríguez y en 2019 por el testimonio ¿…encajo?, codirigido con Waldina Almaguer.

– Nacional del Concurso de Crónicas Miguel Ángel de la Torre 2020 en Cienfuegos por la obra Acompañarte

-Provincial de Periodismo2020 Ricardo Varela por la obra del año en varias ocasiones. 

-Nacional Anual de Periodismo Juan Gualberto Gómez que otorga la Upec, por la obra del año 2020. 

Lo digo porque cada vez que veo a Gianny en la TV o en las redes sociales voy a escuchar algo interesante y  se  que encontraré  un  estilo propio y perspicaz,   que a veces me provoca un nudo en la garganta: 

-¿De dónde salió tu nombre? 

– Mi nombre lo escogió mi papá, soy su único hijo. Siempre me cuenta que me iba a llamar Darío, pero un día vio en unas de las páginas del diario Granma, el nombre de Gianni Miná, periodista italiano que entrevistó a Fidel y le gustó mucho, entonces cambió de idea, cosas de la vida. Así nació Gianny, me inscribieron con y al final. 

– ¿Cuando recuerdas que diste la primera noticia? ¿Jugabas a eso? 

– La primera noticia creo que la di bien pequeño. Siempre dormí solo y un día me desperté con la certeza de que me había orinado en la cama por primera vez, lo soñé, pero al amanecer era una realidad latente. Comunicárselo a mami y a papi fue una gran noticia porque me invadieron muchos sentimientos como la angustia y el miedo a su reacción, que por suerte fue positiva. 

Los niños siempre anhelan ser choferes, policías, bomberos o médicos, yo no. Desde siempre quise ser periodista, quizás no de televisión, me apasionaba escribir, por lo tanto, apostaba por la prensa escrita. Cuando en segundo año de la carrera hice mis primeras prácticas en la tv me horrorizaron las cámaras y confieso que hasta lloré, pero el colectivo maravilloso de TunasVisión posibilitó que en solo un mes me enamorara de la magia del medio. 

 – ¿Por qué estudiaste periodismo? 

– Me decidí por la carrera porque era la posibilidad de convertir en realidad mi mayor sueño. Me fascinaban las Ciencias Humanísticas, la literatura, todas las manifestaciones artísticas y tenía muchas inquietudes comunicativas. Tuve la suerte de aprobar los exámenes y optar por el Periodismo que estudié durante cinco años en la Universidad de Camagüey, donde me gradué con Diploma de Oro. 

 – ¿Qué te aportó la carrera?

– Creo que el periodismo es una profesión que se lleva en el alma, que se moldea en la universidad, se enseñan trucos, las diferencias entre los géneros, las formas para narrar, los recursos y normas imprescindibles para la redacción; pero la creatividad, la sensibilidad, viven dentro de uno, y es nuestro deber sacarlas a la luz. No obstante el aula es imprescindible, uno aprende a mirar la realidad de una forma diferente. Tuve profesores muy buenos que recuerdo siempre con muchísimo cariño, que me enseñaron a entrenar el olfato periodístico, a encontrar la noticia a cada paso. 

– ¿Sólo has hecho televisión? ¿Desde cuándo? 

– No, también he incursionado en otros medios como la radio y la prensa escrita. Siempre que puedo escribo para el Semanario 26, el periódico provincial de Las Tunas, y lo hago con muchísimo respeto y entrega porque es un medio completamente diferente. En estas últimas semanas he redactado ya cinco materiales que se han publicado en 26, principalmente historias de vida, una temática que me agrada sobremanera. Desde que me gradué en el año 2012, y aunque soy del municipio de Guáimaro, en la provincia de Camagüey, decidí mudarme al Balcón del Oriente, y ha sido el telecentro TunasVisión mi único centro laboral, hace casi ocho años.

– ¿Qué te ha sido más difícil en ese momento medio? 

– En TunasVisión, desde el primer día, encontré apoyo incondicional. Primero, mi tutora desde que era estudiante de Periodismo, la Corresponsal Cultural Anibys Labarta, me enseñó las particularidades de la redacción periodística para la tv, me exigía para que diera siempre lo mejor de mí. A ella le debo tanto, tanto, ha sido inspiración, faro… guía. Pero no quise quedarme solo en la práctica del trabajo reporteril del día a día. Fui aprehendiendo de tantos directores talentosos que tengo a mi lado, para con humildad, preguntando siempre muchísimo, y trabajando junto a ellos, formarme también como realizador. Quería contar historias, explotar los recursos del medio, materializar los sueños que venían a mi mente en las noches, experimentar, crecer, poco a poco. Con la ayuda de Niúver Rodríguez, Waldina Almaguer, Eddys Crespo, Dalgis Román, Margaret Balanza, y otros, fui aceptando retos para no quedarme detenido, sin olvidar a camarógrafos y editores imprescindibles como Raúl Verdecie, Yunior García, Oscar Güines, Said Vargas, Maikel Rivero, Yovier Serrano, Julio Castelanos y Yoan Bárcena. Y lo más difícil ha sido asumir, desde hace más de cuatro años, la Corresponsalía del Sistema Informativo de la Televisión Cubana en Las Tunas. El tiempo ahora es muy limitado, aunque siempre tengo la oportunidad de crear, gracias, en gran medida, al apoyo de mi Jefa de Departamento, Lianne Gómez Rodríguez, y de la Directora General del telecentro Iliana Toirac. 

 – ¿No temes que al reportar de casi todo puedes no ser lo suficientemente profundo? 

– Al ser el Corresponsal del Sistema Informativo en Las Tunas, realizo materiales de casi todo: zafra, producción de alimentos, salud, educación, industrias… El temor al no ser, en ocasiones, lo suficientemente profundo siempre existe, sobre todo en la tv donde el tiempo es muy limitado, pero ante eso trato siempre de realizar informaciones en las cuales, a pesar de la síntesis, un arma también del Periodismo, los televidentes puedan entender el mensaje y comprender la información. Sin embargo, también he tenido la suerte de lograr muchísimos reportajes investigativos de temas polémicos, en los cuales contrasto fuentes y analizo una realidad determinada desde todas sus aristas, eso siempre lo agradece nuestro pueblo. 

– ¿Qué temas prefieres tratar? 

-Sin duda mis temas preferidos son las historias de vida, mostrar a las personas más sencillas, porque la televisión es para todos. Siempre aprendo con esos personajes, de su naturalidad, su humildad. Por eso han sido protagonistas de mis materiales, sepultureras, carboneros, barredores de calles, pescadores, desmochadores de palmas… También me gusta ejercer la crítica y el documental, como género de géneros, que te permite acercarte a un tema con gran profundidad, plantear un conflicto, emocionar, me gusta eso, tocar el corazón de la gente. 

 – Cuéntame tu momento más feliz en el periodismo 

-Aunque han sido muchos los reconocimientos, soy más feliz cuando estoy en plena grabación o en el proceso de edición. Cuido cada detalle, soy exigente con los demás, pero primero conmigo, y aprendo siempre algo nuevo, eso es lo más importante. Y soy inmensamente feliz cuando me paran en la calle las personas para agradecer un material determinado, uno siente que vale la pena el esfuerzo, ese cariño constante de la gente es inspirador. También soy muy observador y aprendo de mis colegas de TunasVisión, que son talentosísimos, y de otros de toda Cuba que admiro y respeto profundamente como Julio Acanda, Abdiel Bermúdez, Gladys Rubio, Marel González, Ismary Barcia, Milenys Torres, Lázaro Manuel Alonso, Dayron Chang, Cuscó Taradell, Belkys Pérez Cruz, Talía González, entre otros. 

 – ¿Y el más infeliz?

 – El momento más infeliz es cuando no se materializa un sueño, por cualquier motivo, pero eso no me detiene, dificultades siempre existirán, pero uno debe, siempre, tener fuerzas y seguir adelante… 

 – ¿Que le debes a Tunas Visión?

– A TunasVisión le debo todo lo que soy. La mejor decisión de mi vida fue llegar a este telecentro. Aquí tengo mi familia grande, las personas que me ayudan a realizar mi trabajo, que me apoyan y me critican con amor cuando creen que algo que hago no está bien. Soy muy disciplinado con mi trabajo, pero siempre tengo quien me alerta si no voy por el mejor camino, pero lo más hermoso es que lo hacen con cariño.  

– Lo que no te haya preguntado 

 – En este tiempo como periodista he realizado coberturas del paso de ciclones, incluso llegué a Baracoa luego del huracán Matthew, visitas gubernamentales, de primer nivel; pero los mayores retos han sido enfrentarme a la despedida física de nuestro eterno Comandante Fidel y el que vivimos ahora mismo con la pandemia del coronavirus. La compleja situación epidemiológica en todo el orbe es realmente triste y preocupante. Nunca pensé vivir algo así, pero nos ha tocado informar al pueblo. Desde el principio, cuando aún no se había reportado en Cuba el primer caso positivo, hice mis primeros reportes. Después el panorama se fue complicando y desde el principio estuve en centros de aislamiento, en hospitales, buscando historias y siguiendo la información más actualizada sobre el tema en territorio tunero. Una amiga y excelente profesional, la espirituana Lisandra Gómez, me motivó, por todo lo que ella hacía con el uso de las nuevas tecnologías, y me convocó a buscar historias con el empleo de las redes sociales. Así llegué a la primera paciente tunera diagnosticada con la COVID-19, cuando estaba en el Hospital Militar de Holguín y luego desde su casa. Además he podido acceder a integrantes de la Brigada Médica en Venezuela y a Eduardo Brito, el único especialista tunero que llegó a la ciudad de Crema, en la región italiana de Lombardía para combatir la enfermedad. Asimismo, además de los reportes del día a día, trato cada semana de contar historias poniendo todos los recursos del audiovisual en función del periodismo y, por ejemplo, reporté la preparación y el envío de las muestras de exudado nasofaríngeo, en las madrugadas, al laboratorio de biología molecular de Santiago de Cuba, o el homenaje en aplausos al personal médico y de apoyo en mi propia cuadra, o la crónica «La espera», un tributo en imágenes y sonidos a quienes batallan en los centros de aislamiento. Y todo lo hago protegiéndome mucho. Ahora estoy alejado de mi familia que vive en Guáimaro y en Amancio y por el distanciamiento social no puedo verlos, solo hablarles por teléfono, pero por suerte, se encuentran bien, ellos son mi mayor tesoro, por ellos también me cuido, sé que están preocupados por mí, pero me apoyan en todo. Creo que los periodistas cubanos estamos trabajando mucho y con el corazón. Los ejemplos son infinitos. 

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