Tomado de Tribuna de La Habana
Una gran “Bienvenida” abrió las alas de La Habana para hacernos volar en su delicada máscara teatral. Inquietaba la pregunta de qué visitar primero de la muestra del 17 Festival Internacional de Teatro de La Habana. Algunas ya las habíamos disfrutado y serían éxito seguro, tal es el caso de: 10 millones, del maestro Carlos Celdrán con su Argos Teatro; el rebelde Harry Potter se acabó la magia, de Carlos Díaz y El Público; las Departures, del Ciervo encantado de Nelda Castillo; o la polémica generada por Osikán Plataforma escénica experimental en su espacio “off Habana” con sus Bakestritbois entre quienes aún buscan significancias en cuadradas formas. Entonces decidí salir un poco del circuito tradicional y aquí algunas de mis experiencias:
Teatro Buendía presentó Éxtasis con dramaturgia de Raquel Carrió y Flora Lauten quien, además, protagonizó la puesta en homenaje a Santa Teresa de Jesús, monja fundadora de la Orden de las Carmelitas Descalzas-, ejemplo de lucidez estética de este grupo que goza de una salud artística indudable.
La maestra Lauten se desdobla con entereza actoral, recorriendo los tormentos, pasiones y peripecias de este místico personaje. La música como aditamento exquisito, una fisicalidad que sobrepasa los límites expresivos y el buen gusto para interpretar cada parlamento, hacen de Éxtasis una referencia en su tipo. Las oportunas actuaciones de los jóvenes pero experimentados Leandro Sen, Jorge Enrique Caballero y Elba Pérez completan la maravillosa experiencia resultante al visitar la sede del emblemático Buendía, fundado en 1986.
De la muestra internacional encontramos There, del colectivo no-ruego Jo Stromgrem Kompani, su tercera vez en La Habana y merecedores del Premio Villanueva de la Crítica a los Mejores Espectáculos del Año. Esta vez personifican -entre el humor de su magnífica gestualidad, diálogos en una lengua imaginaria y conocidas canciones del folklore europeo como Kalinka- las ocurrencias de cuatro rusos emigrantes que en su andar itinerante buscan una vida próspera.
Los actores se adueñan de la escena con total seguridad y habilidad. Danzan, cantan, tocan instrumentos y nos preguntamos: ¿Qué no pueden hacer? El asombro y la maravilla cubrieron la sala Covarrubias del Teatro Nacional, donde hasta los murciélagos del lugar parecieran despertar e incorporarse con una imperiosa necesidad de participar.
En otra parte, se reabrieron las puertas del City Hall, sede de Teatro Caribeño, para demostrar que el agua, la espuma y una bañera pudieran parecerle demasiado a quienes la vida no les promete nada. Pero este corto espacio no resulta suficiente para contener tres universos, individualidades, ideas en movimiento hacia la turbulencia de su edad y tiempo.
Jacuzzi es la propuesta de Trébol Teatro, con texto y puesta en escena de Yunior García, da voz a la generación autodenominada por el autor como los inconformes. Mucho se ha escrito ya sobre esta obra, lo cual da fe de las acertadas actuaciones de Yanitza Serrano, la Susy; Víctor Garcés, Pepe, y obviamente, García como Alejandro. Un elenco pequeño pero efectivo y dinámico, transita desde la medida contención de fumar un cigarro hasta explotar en la emoción como una pompa de champú. El minimalista diseño de luces y escenografía no pretende engañar a su público, más bien acerca, tensiona y sacude la cautela. La meticulosa dramaturgia describe un pensar fragmentado en ideologías, criterios y la necesidad de palpar el futuro.
La fe y el amor como valores en extinción para quienes perdieron la capacidad de creer en su quehacer en contraposición de los que siguen ciegamente lo impuesto por la rutina diaria. Jacuzzi con un tono un tanto pesimista nos cuestiona, alerta e impulsa a romper la inercia.
Este 17 Festival dejó atrás su propia sombra de lemas perdidos en la retórica y el trágico sino de sobrevivir huracanes y tormentas. Con un clima amable atrajo a todo tipo de público a las salas de la capital para habitar, junto a personajes que van desde lo real a lo fantástico, una noble muestra de teatro cubano y universal.
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