Una descarga a Tempo de Bouncing

Celebrar el Día Internacional del Jazz, y tener el privilegio de que Cuba fuera el escenario para dicho festejo, ha sido para los cubanos un verdadero lujo. Muchas fueron las actividades que se llevaron a cabo en todo el país, y por supuesto, los guantanameros también nos sumamos a este acontecimiento.

El pasado 28 de abril presenciamos en uno de los espacios de la filial de la UNEAC un concierto, a manera de descarga, de Bouncing Tempo, que ya va dando de qué hablar en el panorama musical guantanamero. Una agrupación, integrada en su mayoría por jóvenes, que ha decidido seguir los caminos del jazz y representar dicha manifestación en nuestra provincia.

Son jóvenes, que desde el año 2011, se juntaron para potenciar esas ganas de improvisar y mostrar sus inquietudes a través del género, y de esta manera celebrar su quinto aniversario como cultivadores de esta creación. Liderada por Julio Ávila -clarinetista y saxofonista-, acompañado por Ernesto Benítez -arreglista, pianista y compositor-, Eudis Morales -bajista y compositor-, George Pulsan Heredia -tumbadoras-, Junior Pérez -drums- y Dalia Mestre -cantante-, Bouncing Tempo se ha superado en estos cinco años para mostrar la madurez y calidad interpretativa, a través de un repertorio variado que ya va perfilando las presentaciones del grupo. Temas como My Funky full, Contratiempo, de Ángel Ramos, y otros como Snarkee, de Eudis Morales, Espiralismos y El chisme de Ernesto Benítez, subrayan la presencia de improvisaciones jazzeadas, con reiteraciones rítmico-melódicas y tensiones que van discursando en cada uno de los intérpretes, y decodificando nuevos derroteros a medida que avanzan en su creatividad musical.

En esta ocasión incluyeron también temas del panorama musical cubano y universal como Hojas Muertas de Johnny Mercer, Contigo en la distancia de César Portillo de la Luz, Oye como va de Tito Puente, Drume Negrita, de Eliseo Grenet y Guaguancó para Daniela, de Luis Alberto Barberia, en los que se desdobló la agrupación al recrear la música vocal-instrumental, que de igual manera los ha caracterizado desde sus inicios.

Una noche donde compartieron escenario varios invitados, músicos del contexto guantanamero que plasmaron sus inclinaciones hacia esta manifestación, como Rubén Matos, quien tocó los tambores batá en el tema Drume Negrita, en el que se combinan elementos jazzísticos con la música afrocubana. Resaltaron además la presencia del trovador Miguel Ángel López, autor del tema Ciudad Moderna; así como la presencia de Sigfrido Borbón en las tumbadoras, el trompetista Carlos Pérez y el saxofonista Héctor David Duvergel -laureado en la categoría de menores, en la modalidad de pequeño formato durante el Jojazz 2016- quienes mostraron sus posibilidades de improvisación, combinando los códigos de la música popular con elementos del jazz.

Un total de doce temas sonaron esa noche, en la que Bouncing Tempo logró ir consolidando un estilo y cohesión en la concepción jazzística del grupo. Solo les queda continuar fomentando esos deseos y explotar más sus posibilidades interpretativas, teniendo en cuenta la escucha grupal e individual de las ideas musicales en el arte de improvisar, para que, en las brechas de la música cubana, dignifiquen este género en la órbita guantanamera.

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