Un conversatorio por la rumba patrimonial

Cuando el año en el Pabellón Cuba —sede de la Asociación Hermanos Saíz Nacional— comienza con un encuentro celebrando la declaración de la rumba patrimonio inmaterial de la humanidad, todo parece irá mejor de lo esperado. Por eso este 6 de enero nos reunimos para escuchar las anécdotas, confesiones y expectativas luego de este premio a la cultura cubana.

Muchos se preguntan a menudo sobre las propuestas a la UNESCO para expedientes. Otros sencillamente asienten, ante la necesidad de nuevos reconocimientos de ancianas tradiciones, que pululan en la cultura y, sencillamente, una vez que el tiempo y las condiciones generacionales se encargan de ellas, desaparecen. Por eso fue importante este reconocimiento, porque ubica a la herencia africana más allá de la cultura determinante en lo que somos; en el centro de los procesos actuales de la danza y problemáticas afrocubanas asimiladas.

Miguel Barnet, presidente de la Unión Nacional de Artistas de Cuba (UNEAC); Gladys Collazo, presidenta del Consejo Nacional de Patrimonio; Millo, importante rumbero y director del Grupo Iyerosu, dos de los organizadores del Festival Internacional de la Rumba Timbalaye y dos representantes de la rumba desde sus más ancianos momentos, compartieron junto a los presentes sus visiones desde el principio, cuando se decidió elaborar el expediente de la rumba.    

La iniciativa fue erigida por el autor de Biografía de un cimarrón, aunque muchos otros componentes de nuestra cultura merecen tal distinción, pocos se mantienen tan vivos como la rumba. Por eso había que reconocerla ahora, pues camina entre nosotros, se respira en el Canal del Cerro y se recibe como educación en Hamel.        

La candidatura fue presentada por Gladys Collazo en Etiopía y el expediente sería elaborado por Gómez Cairo y Jesús Guanche, entre otros investigadores; partieron de las investigaciones que realizara Don Fernando Ortiz y del concepto de la rumba como festividad, como síntesis del legado africano más allá de lo litúrgico.

En el conversatorio que presentara el periodista Pedro de la Oz, el director del Festival Timbalaye reveló la fecha de agosto para la edición que se avecina del evento, unido a la dedicatoria de este año a Fidel Castro como figura central. Se lanzó además, la convocatoria a las becas Timbalaye para investigadores y artistas. Finalizó su intervención exponiendo algunas de los retos que presenta la rumba, ahora que está en un nivel superior.

La distinción de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad no dista de los espacios más trascendentes de la cultura reconocidos. Por ello hoy la rumba es más vista como un ente vivo que como una parte del país en reposo tras su esplendor. Para demostrar a los incrédulos su salud, el grupo Iyerosu ofreció un rumbón a los presentes en el patio central del Pabellón. Porque para todos, la música y el baile son parte inseparable de los cubanos y ahora la UNESCO lo demuestra ante el mundo.  

Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Lo más Leído

Lo lamentamos. No hay nada que mostrar aún.

Suscripción

Para recibir nuestro boletín ingrese su dirección de correo electrónico