Virgilio López Lemus


Poemas que testifican el clamor de las piedras (+Videos)

“Este mosaico no pretende ser una antología ni un panorama, sino un sondeo desvelado sobre poemas cubanos contemporáneos que presentan, de forma más o menos evidente en el propio texto, los numerosos temas íntimos, familiares, sociales y culturales relacionados con la experiencia vivida por la comunidad y los individuos LGBT+ tanto en Cuba como en el resto del mundo”, aseguran Jesús G. Barquet y Virgilio López Lemus, compiladores de Las piedras clamarán. Poesía cubana contemporánea de temas LGBT+, publicada por Ediciones La Luzsello de la Asociación Hermanos Saíz en Holguín.

El libro —perteneciente a la colección Capella de La Luz, con edición de Luis Yuseff, diseño de Robert Ráez y Armando Ochoa, y cubierta e ilustraciones interiores de Zaida del Río— se promociona en estos meses por las diferentes redes sociales de la casa editorial, principalmente mediante lecturas de poesía enviadas por los autores antologados en formato audiovisual.

“De ninguna forma es esta una colección de autores con tales orientaciones o condiciones personales: es una colección de textos cuyos sujetos líricos se abren a la expresión palmaria de dichos temas, los cuales incluyen tanto lo erótico-afectivo como otros aspectos generales de la vida y la sociedad humanas. (…) Con esta compilación no pretendemos reducir, compartimentar o etiquetar la poesía de los autores incluidos —ni la poesía en sí misma—, sino recoger con énfasis prioritario lo que de sus respectivas y diversísimas obras cumple con los objetivos de esta muestra”, leemos en el prólogo.

Las piedras clamarán reúne poemas enfocados en el “tratamiento de las identidades no solo homosexuales y bisexuales masculinas y femeninas, sino también de género, transgénero e intergénero”, así como “textos que registran formas transgresivas de homosocialidad”, añaden. Además de ser el primer libro de poesía cubana de este tipo, resulta continuación y complemento —a través de numerosas variaciones y adiciones, especialmente de una buena cantidad de autores residentes en la Isla— de la publicada bajo el título Todo parecía (2015), en Las Cruces, Nuevo México, Estados Unidos, por Ediciones La Mirada, también bajo el cuidado de Jesús G. Barquet y López Lemus.

“No nos interesa definir la orientación sexual de los autores, en su mayoría provenientes de diferentes promociones y tendencias estéticas desde la segunda mitad del siglo XX hasta nuestros días. Nos interesa observar directamente en los poemas aquí agrupados cómo el sujeto deseante LGBT+, celebrado o denostado desde la más remota antigüedad, se revela textualmente con menos aprensiones —e incluso contra estas— en una nueva etapa de la comprensión del ejercicio pleno de la personalidad”, se lee en el prólogo de volúmen poético.

Con antecedentes —algunos directos y otros de forma “sospechosa”— que se remontan a textos de Mercedes Matamoros, Regino Boti, José Manuel Poveda, Emilio Ballagas, José Lezama Lima, Virgilio Piñera, José Mario, Reinaldo Arenas, Antón Arrufat, Severo Sarduy y César López, los temas LGBT+ comienzan a ser tratados en la década de 1980 con mayor frecuencia y explicitud, tanto dentro como fuera de Cuba, mientras que en el consiguiente decenio se convierten en algo sistemático no solo en nuestras letras.

El libro inicia con el especial homenaje (“In memoriam”) a Alberto Acosta-Pérez (1955-2012), uno de los precursores de la nueva mirada lírica homoafectiva en Cuba, y a Alina Galliano (1950-2017), quien desde Nueva York participó en Todo parecía. Durante el proceso de impresión del libro falleció la poeta Lilliam Moro, quien vivía en Estados Unidos.

Le siguen, en orden cronológico, reconocidos autores de nuestras letras residentes en Cuba y fuera del país, así como jóvenes bardos, entre ellos: Miguel Barnet, Antón Arrufat, Delfín Prats, Lina de Feria, Gerardo Fulleda León, Abilio Estévez, Odette Alonso, Norge Espinosa, Achy Obejas, Alfredo Zaldívar, Anna Lidia Vega Serova, Lourdes González, Luis Manuel Pérez Boitel, Pedro de Jesús, Reinaldo García Ramos, David López Ximeno, Nelson Simón, Frank Padrón, Mae Roque, Ghabriel Pérez, Luis Yuseff, Abel González Melo, Elaine Vilar, Legna Rodríguez, Milho Montenegro y Yunier Riquenes.

Estos poemas —subrayan en el prólogo los antologadores— permitirán al lector “descubrir entre ellos un metaforismo peculiar, redes compartidas de confraternidad y autorreafimación con figuras icónicas internacionales (Safo, Tennessee Williams, Anne Sexton, Oscar Wilde, Virginia Woolf, Pier Paolo Pasolini, Yukio Mishima, Jean Cocteau, Miguel Ángel) y cubanas (Ballagas, Piñera, Arenas, Sarduy), así como recurrentes motivos y vivencias afines a estas orientaciones sexuales y manifestaciones de género”.

Ya circulan en las redes sociales —alojados en el canal de Youtube de Ediciones La Luz— videos con varios de los autores incluidos en Las piedras clamarán, entre ellos Norge Espinosa y su icónico “Vestido de novia”, Yoandra Santana, Norge Luis Labrada, Arlen Regueiro, Gleyvis Coro, Frank Padrón y Alfredo Zaldívar. Estos se mantendrán los próximos meses como parte de la campaña de promoción de la lectura “Leer nos acerca, leer sana”, que desde las plataformas digitales acerca al público lector, principalmente a los jóvenes y adolescentes, a una parte del catálogo del sello.

Las piedras clamarán. Poesía cubana contemporánea de temas LGBT+, libro hermoso en su hechura y en su cuidado editorial, resulta además de una selección necesaria, como subrayan Barquet y López Lemus, un “documento de atención y reflexión sobre estos diversos grupos minoritarios cuya visibilidad ya no penalizada y su expresión honesta dentro de la sociedad forman parte también del diverso desarrollo de la humanidad”.

 

*Publicado originalmente en La Jiribilla


Cronología poética de La Luz (Fotos, videos + podcast)

Dentro del panorama de las editoriales territoriales cubanas destaca por la eficacia comunicativa de sus diseños, la singularidad de sus gestión y promoción de la literatura a través de campañas publicitarias, los numerosos premios obtenidos y la dedicación de su equipo creativo, Ediciones La luz.

Próximo a cumplir 23 años, el sello editorial de la Asociación de Hermanos Saíz en Holguín tiene en la poesía pilar fundamental para su catálogo. De hecho, su génesis fue poética, Con bufón de dios, de José Luis Serrano, el 7 de mayo de 1997, acompañados en la edición por Reina del Mar Editores. Aquel día el libro fue presentado por Ronel González en el salón de última espera del aeropuerto Frank País, en la ciudad de los parques.

cubierta BUFON de dios/ Fotos cortesía archivo de Ediciones La Luz

Los títulos que siguieron a esta fueron también de poesía, Sitios y quimeras, de Orestes González Garayalde; El último dios, de George Riverón; Zona franca, de Ronel González, y luego una colección de minilibros, todos de poesía, entre ellos Lunas de papel, de Elena Guarch; Pájaro de la tarde, de Belkis Méndez, y Estado de gracia, de José Poveda.

Después de publicar varios títulos en el formato tradicional de libro comenzó una etapa de creación de plaquettes, hechos en papel artesanal elaborado en Cuadernos Papiros. De este modo llegaron Secretos del monje Louis, de Luis Felipe Rojas; Ítaca, de Jorge Ribaíl y Los navíos de Pavel Horov, de Luis Yuseff Reyes.

Otro momento importante es la colección de libros ganadores del premio El árbol que silva y canta, cuya primera entrega fue en coedición con Ediciones Holguín. Para 2006 ya comenzó a salir como una producción exclusiva de Ediciones La Luz, y el resultado fue El síndrome de Estocolmo, de Adalberto Santos.

En 2008 La Luz se inserta en el contexto nacional con un poemario de Lina de Feria, La rebelión de los indemnes, que marca un antes y un después dentro del catálogo de poesía de la editorial, donde seguirían apareciendo autores de todo el país en antologías y proyectos individuales en la Colección Abrirse las constelaciones. En esta se nuclean mayormente autores inéditos que son miembros de la AHS. Así llegaron Herederos de la culpa, de Lisandra Navas; Muchacha de helio, de Alina Alarcón; Música de fondo, de Yanier H. Palao, como primeras entregas.

En el año 2009 nace la antología El sol eterno, con la intención de reunir la obra de poetas holguineros de la sección de literatura de la AHS. Fue prologada por Manuel García Verdecia. A decir de Luis Yuseff, director de Ediciones La Luz, se trató de “un libro con voces de diversos orígenes y aspiraciones poéticas. Confluyen en un mismo volumen autores que luego fueron labrándose un camino bastante interesante dentro de la poesía cubana y muchos tienen más de tres libros publicados e importantes premios”.

Con esta publicación surgieron también las campañas promocionales. Además, el texto que fue el primero de esta naturaleza, abrió la colección Quemapalabras.

También con la poesía como centro emergió la Mar por medio. Colección de antologías concebidas para hacer coincidir a autores cubanos y de algún país escogido. El primero en surgir de este proyecto fue Ciudades bajo un mismo cielo, que reunía a holguineros y vizcaínos.

analektas/ Fotos cortesía archivo de Ediciones La Luz

En 2011 se crea la colección Analekta. Entre sus primeras apariciones la poesía tuvo un rol esencial, y el primer volumen fue justamente en versos: Los mundos y las sombras, con textos inéditos de Delfín Prats. En un segundo momento 15 nuevos títulos salieron acompañados por Lina de Feria con Recorrido por una ciudad interna y Las quejas.

También en 2011, para celebrar el centenario del nacimiento de Virgilio Piñera y el aniversario 25 de la AHS, se creó la antología La isla en verso, presentada por Roberto Manzano, con un centenar de poetas de todo el país. Con él la editorial se posicionó de forma definitiva en la vida literaria de autores nacidos a partir de 1970. La isla… se configura como el momento en que comenzó a crecer exponencialmente el catálogo que hasta entonces había sido discreto.  

Con la antología recorrieron la isla los poetas en una gira que llevó a La Luz y la poesía por las Casas del Joven Creador de numerosas provincias como Guantánamo, Santiago de Cuba, Camagüey, Ciego de Ávila, Santa Clara, Cienfuegos. Surgió en medio del periplo la idea de publicar dentro de la colección Quemapalabras un audiolibro con 25 poetas de esta compilación.

Fotos cortesía archivo de Ediciones La Luz

Bajo la dirección de Pablo Guerra cada autor grabó dos poemas, uno de ellos ya parecía en La isla en verso, el otro se incluiría en la reedición. Este es de los primeros libros que la editorial inserta dentro de los planes especiales del Instituto Cubano del Libro, y tiene un plus con las presentaciones hechas por todo el país.

Desde entonces siguieron naciendo antologías y se enriqueció la Colección Abrirse las constelaciones. Además, se abrió la colección Roseta, con El mar como un cielo, traducción de Saint-John Perse, hecha por Manuel García Verdecia. Le siguen títulos de Emily Dickinson, Allens Ginsberg, Robinson Jefferson y Jacque Prévert. Algunas de ellas fueron ediciones bilingües.

Cubierta Los poemas de teor house/ Fotos cortesía archivo de Ediciones La Luz

En vísperas del centenario de Gastón Baquero, vio la luz Poderosos pianos amarillos, en 2013. En este se reúnen 120 poetas cubanos radicados dentro y fuera del país que asumían la presencia en su obra de una influencia, a veces indirecta de la obra de Gastón Baquero. Estuvo a cargo del prólogo Virgilio López Lemus. Como parte del homenaje, en 2015 se publica la poesía completa de Baquero, Como un cirio dulcemente encendido.

Con el verso siempre como centro de la creación, Ediciones La Luz publica La isla de los peces blancos, antología por el aniversario 20 del Premio Calendario.

En 2017 surge la Colección Espejo, para leer y colorear, donde se han recogido textos poéticos de autores como Ronel González y Rafael González Muñoz.

En 2019 las nuevas tecnologías y modos de lectura imponen el reto de insertarse en el universo del libro digital. Surge bajo esta exigencia del contexto el primer ebook de la editorial, La joven luz: entrada de emergencias. Selección de poetas en Holguín. Este ha tenido dentro de la campaña de promoción de 2020 un lugar de privilegio porque a la par se han publicado spots de radio y televisión, carteles, postales, y marca la inserción de La Luz en este campo en expansión, pues tras él continúa engrosándose la lista de libros digitales con los más recientes títulos de la colección Abrirse las constelaciones: Laminarios, de Camilo Noa; Poses, de Norge Luis Labrada; Puentes de plata, de Pedro Evelio Linares; Carne roja, de Reynaldo Zaldívar; y Yo es otro, de Frank Alejandro Cuesta.

cubierta Poderosos pianos amarillos. Poemas cubanos a Gastón Baquero/ Fotos cortesía archivo de Ediciones La Luz

Desde el ensayo también se ha abordado el género en títulos como Complexidad de la poesía, de Virgilio López Lemus, y Anatomía del trabajo artístico, de Roberto Manzano.

De manos de la poesía han llegado los más importantes lauros que ha obtenido la editorial holguinera, como han sido La puerta de papel, Premios de Edición, y en 2019 el Premio de la Crítica, con la antología de poesía infantojuvenil Dice el musgo que brota. Así “se establece a la poesía dentro del catálogo de la editorial como un género de privilegio, no solo porque sea el más representado sino por premios de esta categoría”, afirma Luis Yuseff.

En 2020 Ediciones La Luz dedica su campaña de promoción del libro y la lectura a la poesía y al centenario de Eliseo Diego. Porque apuntalados por los versos de decenas de poetas de la isla y el mundo, La Luz se ha multiplicado en miles de ases que iluminan el horizonte literario cubano.


Memoria Nuestra 2020, oportunidad para los jóvenes investigadores

La AHS en Holguín y el comité organizador de las XXVII Romerías de Mayo convocan al Premio y Congreso Memoria Nuestra 2020, considerado la columna vertebral del Festival Mundial de Juventudes Artísticas, a realizarse en esta ciudad del 3 al 7 de mayo.

“Este importante evento tiene como finalidad el rescate de la memoria regional, histórica y cultural, así como la detección y reconocimiento de valores endógenos que fortalecen a las naciones en este momento de progresiva despersonalización cultural. El Premio, por su parte, promueve la discusión acerca de las identidades y culturas regionales en su más extensa acepción, a partir del debate sobre el quehacer de los intelectuales en la sociedad actual, así como la presentación de aquellos proyectos comunitarios que defiendan estos valores”, explicó Lilién Aguilera, presidenta de la AHS en Holguín.

En este sentido se proponen diversas líneas temáticas como el papel del intelectual en la sociedad contemporánea, las culturas regionales e identidades, la formación y consolidación de la cultura nacional, experiencias comunitarias y los 300 años de fundación del pueblo de Holguín, al cual dedicará también parte de su amplio programa.

Pueden participar en esta edición del Memoria Nuestra todos los investigadores jóvenes menores de 35 años, sean miembros o no de la AHS. El plazo de admisión de las ponencias cierra el primero de abril y los autores aceptados serán notificados antes del día 10 de ese mes. Las exposiciones de las ponencias se realizarán en forma de paneles, integrados por investigaciones o proyectos similares, o relacionados por su objeto de investigación, resultados, época u otros criterios que el tribunal considere pertinente.

Los interesados deben enviar sus ponencias a las siguientes direcciones electrónicas: mnuestra05@gmail.com y ahs@baibrama.cult.cu La hoja de presentación debe incluir: Título, Nombre y apellidos, carné de identidad, provincia, centro o institución al que pertenece, correo y teléfono. Además, un resumen de no más de 250 palabras y palabras claves. La ponencia no debe exceder las 15 cuartillas, incluyendo bibliografía, imágenes, tablas u otros recursos, y debe estar en formato Word, tamaño carta (8 ½ x 11), Arial 12, interlineado 1,5. Las citas y referencias bibliográficas se realizarán según las normas APA.

Un jurado, integrado por catedráticos, profesores e investigadores de reconocido prestigio, otorgará dos premios, uno de investigación y otro de proyecto sociocultural comunitario, consistentes en certificado y mil pesos cubanos, así como las menciones que estime.

Cada año, en las Romerías de Mayo, se realiza este certamen de pensamiento, que por su importancia y aportes al conocimiento y a las tradiciones de los pueblos se ha convertido en columna vertebral de este megaevento, que es el Festival de Juventudes Artísticas.

Reconocidos investigadores, académicos y creadores han realizado su conferencia inaugural y sido miembros del jurado, entre ellos Natalia Bolívar, Eduardo Torres Cuevas, Olga García Yero, Fernando Martínez Heredia, José María Vitier, Virgilio López Lemus y Luis Álvarez.


Con Virgilio López Lemus en complexidad poética

Virgilio López Lemus nos entrega en Complexidad de la poesía (Ediciones La Luz, 2018) un libro de fascinación por el verso. Virgilio se sabe deslumbrado por sus arcanos, pues cada capítulo de este texto destila seducción prístina por la escritura lírica, por los secretos de la poiesis, a la que ha dedicado buena parte de su vida, para reafirmarnos que “todo misterio es de raíz poética”.

El Virgilio investigador, el Doctor en Ciencias Filológicas, el miembro de Mérito de la Academia de Ciencias de Cuba, el ensayista, crítico literario, compilador y prologuista que desde las rigurosas metodologías de la ciencia y el ejercicio de la docencia nos tiene acostumbrados a valiosos textos para comprender y analizar la literatura no solo cubana, sino hispanoamericana y universal, como El siglo entero. El discurso poético de la nación cubana en el siglo XX y Métrica, verso libre y poesía experimental de la lengua española, busca aquí el goce, la mirada íntima y reflexiva, al reunir varios artículos escritos en diferentes momentos en complexidad, o sea, en laberinto, embrollo, diversidad, pluralidad, acopio, complejidad (y complicidad) de la poesía.

Él mismo asegura que estos textos “buscan placer de lectura, no ensayismo de tesis académica o reunión de máximas”, pues, añade, “hemos ido perdiendo un poco el goce de la lectura de textos ensayísticos como si leyésemos novela, poesía, pasión de lector que degusta más que aprehende. No se espera en estas páginas el entramado de la crítica estudiosa y docente, científica, o el análisis por completo racional de los ejercicios académicos; reunidos en torno a la percepción poética, si ofrecen vibración, fruición, ya es suficiente”.

Para ello aquí se entrecruzan literatura y ciencia, cosmología y crítica literaria, reflexiones sobre la poesía, textos sobre autores y una fuerte carga de sabiduría implícita, pues “ciencias y técnicas y religiones y credos de todo tipo, incluso los políticos, encierran dosis elevadísimas a veces (véase las utopías) de poiesis”. Una bella especulación científica puede contener tanta poesía como Los elementales de Paracelso, asegura Virgilio. Y “una maquinación técnica, de sentido práctico puede ser tan poética como las Centurias de Nostradamus”. Virgilio escribe, incluso, como si reflexionara ante un barril de pólvora, que “sin poesía no hay ser”, pues ella “nos identifica”. “La manera en que una nación, un pueblo, un grupo social o una persona manifiestan poesía, es un claro índice de su identidad. La poesía es identidad, identifica”, añade.

En estas páginas nos adentramos –desde la reflexión que se sostiene en un vivaz estilo, en la voz de un ensayista que domina la palabra con la elegancia de un miniaturista medieval– en la poesía como objeto; las cuestiones relacionadas a la versificación y la métrica hispánica, de la cual Virgilio es uno de sus principales estudiosos; el hecho poético; líricas y autores como José Martí, “el Apóstol, la estrella humana de la patria nuestra”; la filósofa malagueña María Zambrano, autora de El hombre y lo divino y La agonía de Europa; el irlandés Oscar Wilde, donde escribe que la poesía “está dentro y fuera del poeta, porque él es una suerte de pararrayos, un médium singular, una fuente”; el español Antonio Machado y su Juan de Mairena, desde la intimidad del ser reflexivo; Francisco de Oraá; el neorromántico José Ángel Buesa, del que incluso rescata un raro poema de corte social que podemos leer íntegramente, o Alberto Acosta-Pérez, su compañero, a quien califica como “poeta esencial, cuya labor perdura”, pero también como poeta fatal al decir de Juan Ramón Jiménez, pues para él la poesía “no era solo una expresión artística, sino una necesidad ineludible, al grado de que él no podía ser otra cosa que poeta. La obra que legó, da el mejor testimonio de tal afirmación”, escribe sobre Alberto, a quien le dedicara esa triste y hermosa elegía que es el poemario Hipno.

Virgilio se detiene en el sentido poético de ciertas utopías (Thomas Moro, Tomasso Campanella y Francis Bacon) para reafirmarnos que tres o cuatro siglos después aún seguimos buscándolas; se apasiona con las Confesiones de San Agustín de Hipona y San Anselmo de Canterbury, manantial de “poesía ardiente” y, para mí, uno de los capítulos más hermosos del libro; se detiene en los arcanos del universo, pues “también desde el lado de la poesía se puede explorar el cosmos, definir al Universo, aprender de la teoría de las cuerdas y especular acerca del Big Bang”, pues, añade, “hay fronteras para las ciencias que la poesía puede sobrepasar”. “La especulación es poesía”, nos dice mientras se sienta a “pensar y poetizar”.

Recordándonos, como escribió Robert Graves, que “el lenguaje de la verdadera poesía” está asociado a los viejos mitos, López Lemus nos devuelve en enjundiosos textos la leyenda de Prometeo, un signo inagotable de la eterna poesía de la praxis y la creatividad; la de Narciso y la idea del juego en la lírica, y la de Perseo, quien nos enseña que también se puede vencer a los monstruos mediante la imagen, pues esta “surca el piélago de la poesía y surge el poema, sea piedra o flor”; o la leyenda del santo católico San Sebastián, cuya historia, nos dice, se convirtió en poesía, mirada desde las artes visuales, pero también en la obra del cubano Eugenio Florit o su siempre admirado autor de Elegías de Duino, de quien publicara recientemente Umbral para una era imaginaria. Acercamientos a Rainer Maria Rilke, e incluso tradujera para el lector cubano –que es de alguna manera versionar– la poesía del bardo checo.

Varias “noticias líricas” –canciones populares cubanas, una mirada a los antecedentes de la poesía social en Cuba, el poema del Himno Nacional cubano, un contrapunteo entre el barroco y el neoclásico a partir de la ceiba y la palma real– concluyen este libro de libre reflexión, de vinculación entre el ensayo y poesía: el ensayo como placer discursivo, como ejercicio dialógico y por demás, poético. En otras palabras: el ensayo como poesía, porque Virgilio López Lemus es, sobre todo, un poeta. Ahí están Hacia la luz y hacia la vida, Aguas tributarias, El peldaño, Cuerpo del día y su antología Un leve golpe de aldabas, entre otros títulos.

Virgilio conversa, pero también versa. ¿Qué es sino “La música de las esferas revisitada”, “Tonto o poeta”? o “Puntas de lo diverso”. Estos textos –y otros tantos– más allá de lo meramente ensayístico o reflexivo, poseen un valor poemático y ahí es donde Complexidad de la poesía seduce y enamora, y recuerda, por ejemplo, los ensayos del poeta mexicano Octavio Paz, quien partía de la necesidad de una “pasión crítica” en este tipo de textos sobre literatura.

Virgilio es nuestro cómplice en los caminos de la percepción poética. Siempre al lado de los jóvenes, quizás para mantenerse lozano en pensamiento y acción, Virgilio sabe que “la poesía vibra en la esencia inteligente del cosmos, en el planeta vivo, en el ser humano reflexivo y pasional” y por eso “goza de la eternidad”. Siempre he creído que Virgilio López Lemus –un ensayista e investigador que desde el verso trabaja con el infinito, un alquimista del saber– porta la luz y la comparte; por la utilidad de esa luz le agradecemos y además, por la fe en la poesía.