Luis Álvarez Álvarez


¿El periodismo narrativo en peligro de extincion?

Omada de Internet “En ninguna profesión es más importante el arte de escribir que en el periodismo, que diariamente está produciendo literatura—efímera, es cierto, y en gran parte mala, pero sin embargo, la literatura de millones”.
Joseph Pulitzer.

La narración es un acto fundamental para el surgimiento de la civilización humana. Desde los tiempos ancestrales seguimos narrando en muchos de los ámbitos de nuestra vida.
Cuando hablamos de periodismo narrativo, pienso en la emoción que me provoca al leer un buen reportaje o una crónica, esa misma emoción que experimentó el autor cuando escribió esas líneas. Y es que el buen periodista es un hacedor de sentimientos, aunque todavía hoy carecemos mucho de esa pasión que le da vida propia a un género que describe y narra de forma coherente desde la humildad y el acompañamiento del lector.

Tomada de internet

Para muchos nos encontramos en marcha reversa donde el periodista perdió u olvidó su habilidad de contar historias y dejó su lugar como mediador en una sociedad a la que le han dejado de interesar los hechos contados a la manera del periodismo narrativo. Y es que el periodismo está tratando de encontrar su camino en medio de una situación cultural, histórica, social, política, económica compleja donde es necesario que los profesionales del gremio tengan sentimientos, ideas políticas, ideologías, impresiones sociológicas, filosóficas y un estilo propio.
Desde el punto de vista del receptor, el periodismo narrativo se presenta como un nuevo abordaje de la información. Recordemos que la narración periodística es una forma de transmisión de conocimientos y que va desde la selección del tema para narrar, su enfoque, la selección de fuentes y las preguntas a esas fuentes basadas en el qué, cuándo, por qué, dónde, cómo y quién
Enriquecer el periodismo desde la investigación es el eslabón principal para que se enriquezca la narrativa, porque “mientras más información se recopile, mejor se escribe”. Pero aún así, el periodismo es también una actividad interpretativa, la visión y la relación del reportero con los hechos es incuestionable por definición. No se trata de contactar a la fuente, pedir sus declaraciones y transcribirlas sin confrontación o contexto, sino de compartir con ellas. Un buen periodista no prescinde de su público y narra los hechos guiado por la necesidad de que sus lectores lo entiendan.
La narración es también la herramienta que orienta, transforma conciencias e ideas a nivel social, ya sea con un lenguaje poético o literario pero que denota, sobre todo, la personalidad del escritor y el cómo realiza una valoración propia de los hechos. Y es precisamente ese carácter interpretativo lo que le otorga al periodismo su potencial narrativo y lo lleva a abordar nuevas dimensiones de la realidad de una forma novedosa, con elementos que pueden embellecer un texto demostrando que es también un género literario.
Todavía hoy, la calificación de periodismo como literario o narrativo puede suscitar algunas controversias. Esa polémica es tan antigua como gastada y, por suerte, ya se ha superado, considerándose al periodismo como “el hijo moderno de la literatura”.
Hoy más que nunca, en el estado actual del periodismo, necesitamos recurrir a nuevos paradigmas teóricos y a nuevos conceptos para describir, analizar, narrar y crear textos periodísticos que abran las puertas hacia la narrativa. Lo cual demuestra que a veces nos encasillamos en poner etiquetas o clasificaciones, cuando es más importante narrar los hechos y romper con los clichés tradicionales que etiquetan al periodismo.
La narrativa caracterizada por una amplia información recopilada, detalles, personajes, hechos relatados fieles a la realidad circundante y unido al compromiso profundo con el tema a tratar, con sus impresiones sobre los acontecimientos y con sus lectores y audiencias es, en sí mismo, un requisito de la labor ética, el estilo, identidad e individualidad del periodista que narra historias, describe, informa y sobre todo interpreta y reflexiona.
Con la era de Internet y su hipermedialidad, el periodista ha encontrado herramientas más asequibles y económicas para publicar sus trabajos, con la creación de nuevos medios digitales que sirven de plataforma para la difusión de los textos narrativos. A nuestro entender, el periodismo narrativo incorpora hoy enfoques y perspectivas nuevas que amplían el campo de visión y de análisis de los hechos, situaciones y acontecimientos de naturaleza periodística. En la opinión del Miembro de Honor de la AHS, Maestro de Juventudes y Premio Nacional de Literatura, Luis Álvarez Álvarez, en su conferencia “Narrar es una cuestión humana”, impartida como una de las actividades del IV Coloquio Nacional de Periodismo, “sin subjetividad, sin la voz personal del periodista no existirá jamás una verdadera narración periodística, porque faltará lo esencial de la técnica personal, que es el motivo libre, el motivo introducido por las perspectiva personal de quien lo escribe”
Sin dudas, es necesario valorar e interpretar la realidad desde puntos de vistas diferentes, matizando las posibilidades expresivas del periodismo y de la información con profundidad, coherencia, con una interpretación creativa que no desplaza u obvia el hecho informativo, sino que lo complementa. Pero es labor de los periodistas encontrar ese equilibrio, para que no desaparezca la esencia del periodismo narrativo.


Todo en la cultura es vital

Desde los mismos orígenes del periodismo como fenómeno de comunicación social, la cultura ha sido uno de sus campos temáticos de mayor interés.

 El concepto de periodismo cultural trasmitía temas sobre literatura, música, artes plásticas, pero luego asumió la difusión de expresiones sobre historia, filosofía y el pensamiento humano; medios que orientaron al periodista de hoy a asumir su rol de investigador, redactor y jerarquizador de la información cultural, desarrollando de esta manera competencias que le permitieron realizar un tratamiento periodístico adecuado de estos espacios.

Msc. Luis Álvarez Álvarez, Premio Nacional de Literatura 2017, Maestro de Juventudes y miembro de Honor de la AHS (tomada del periódico Trabajadores)

En la actualidad no existe revista, periódico, emisora radial o canal de televisión que no contenga una sección para la difusión de la actividad cultural, ya sea en espacios informativos o no. La especialización de “periodismo cultural” supone hoy nuevas formas de comunicación que trascienda la mera divulgación de las carteleras o las coberturas a las distintas manifestaciones artísticas y sus eventos.

Las ganas de hacer, el esfuerzo individual, el sentido crítico y espiritual, el apoyo institucional y la  defensa de la imagen de la nación cubana son claves infalibles hacia un periodismo cultural capaz de generar los cambios necesarios desde el respeto al quehacer de los artistas.

Por lo que el periodista debe ser capaz de insertar a la población en toda la dinámica socio-cultural de la ciudad en la medida en que este sea capaz de recrearse y apreciar lo que les proponemos formando parte también de esos acontecimientos.

 El uso oportuno de la tecnología y la gestión de proyectos con discursos críticos son, sin dudas, las herramientas claves para conectar a ese público con los productos culturales.

Yanetsy León González, coordinadora del III Coloquio Nacional sobre Periodismo Cultural/ tomada de radio rebelde

En este sentido, la filial principeña de la Asociación Hermanos Saíz en conjunto con la Unión de Periodistas de Cuba en Camagüey desarrollará el venidero 16 de junio, de manera virtual, el III Coloquio Nacional sobre Periodismo Cultural, ocasión para el debate colectivo sobre la formación del periodista cultural y de quienes asumen ese rol en los medios de comunicación masiva.

Esta tercera edición propiciará el intercambio en las plataformas digitales sobre la ética y la responsabilidad social del periodista. Oportunidad ideal para resaltar el aprovechamiento necesario de las nuevas tecnologías frente a las limitantes del aislamiento social provocado por la Covid-19 y los retos y desafíos que ello supone para visibilizar el arte y a los artistas de Cuba en tiempos de pandemia.

 Además, se pondrá “sobre el tapete” temas de interés como la desaparición paulatina de los suplementos culturales en los semanarios cubanos o la inexistencia de espacios en los medios de comunicación, tanto nacionales como en los regionales, para la confrontación y el debate cultural.

El periodismo como práctica especializada en la divulgación, información y crítica de los productos culturales de una sociedad, debe tener en cuenta todos los modos en que se construye, se lee y se interpreta la cultura en todo su abanico de posibilidades.

Participantes del I Coloquio Nacional sobre Periodismo Cultural/ Tomada del Portal Cubarte

Al decir del Msc. Luis Álvarez Álvarez, Premio Nacional de Literatura 2017, Maestro de Juventudes y Miembro de Honor de la AHS, “todo en la cultura es vital, un artista que no se autoevalúe, que no se enfrente a sí mismo no llegará realmente a aportar mucho a la cultura, y es rol del periodista cultural ser un gestor de conocimiento para interpretar mejor la realidad desde una perspectiva cultural más allá de la búsqueda de información”.

Y es esta precisamente la esencia de un proyecto que con tres años de creado y organizado por la periodista camagüeyana y vicepresidenta de la filial camagüeyana de la AHS  Yanetsy León González, “continua apelando a la integración de la Unión de Periodistas de Cuba y de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba”.     


Promover el hábito de la lectura

“La literatura también tiene sus días de fiesta y Camagüey es hoy su principal escenario”, así expresó el historiador Desiderio Borroto Fernández al pronunciar las palabras inaugurales de la XXIX Feria del Libro en esta provincia, que llega con más de 350 títulos como principal atractivo para la familia camagüeyana.

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Reconocen legado “guilleniano” de Luis Álvarez

En la patrimonial Sala de concierto José Marín Varona, de Camagüey, el pedagogo e investigador Luis Álvarez Álvarez fue reconocido con la condición de Miembro de Honor de la Fundación Nicolás Guillén, la cual fue otorgada por la institución de igual nombre.

El también Premio Maestro de Juventudes, en 2012, que otorga la Asociación Hermanos Saíz, fue uno de los primeros en divulgar la obra del Poeta Nacional de Cuba, con el propósito fundamental de mantenerla viva en la nación.

Denia García Ronda, directora académica de esta fundación, elogió a Luis Álvarez por su trascendencia académico-científica y por su impronta, nacidas de sus estudios desarrollados sobre uno de los más grandes poetas y periodistas que ha tenido esta Isla, Nicolás Guillén.

“La presencia de Luis como estudioso de Guillén es notable. Es uno de los principales impulsores de trasmitir la obra guilleniana a las nuevas generaciones; a los jóvenes, y de mostrar sus diferentes aristas”, aseguró García Ronda.

Durante la ceremonia de reconocimiento, la directora académica, llena de afecto expresó: “Gracias, Luis, por mantener actuante la impronta y el legado de Guillén”.

Se recordó que el acucioso texto del notable investigador Álvarez Álvarez, Nicolás Guillén. Identidad, diálogo, emergió precisamente de sus tesis en opción al segundo doctorado, entre otros aportes que han vindicado valores de la producción literaria “guilleniana”.

Álvarez Álvarez agradeció humildemente la distinción, y aseguró que tenemos que volver a imaginar a Guillén, porque es pilote de mar y tierra, y rostro de la nación que somos, de esta Cuba secreta, la Cuba que soñamos y la Cuba que tenemos que defender.

Durante la ceremonia no solo se presentó, por la académica Denia García Ronda, el libro que une los poemarios Motivos de son (1930) y Sóngoro cosongo (1931), publicado por el sello editorial de la Fundación Nicolás Guillén, Sensemayá, sino también se disfrutó de la Orquesta de Cámara perteneciente a la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey, la cual interpretó bajo la dirección de Yalieski Guilarte, Suite para orquesta de cuerda, de Leos Janácek; Tema de amor, de Ennio Morricone; Suite de tres piezas, de Edwar Grietg; y La comparsa, de Ernesto Lecuona.

Entre las investigaciones desarrolladas por Luis Álvarez destacan Nicolás Guillén: identidad, diálogo, verso, publicada por la editorial Oriente, en 1998; su compilación del 2002, Para adelantar el día de Nicolás Guillén, de la editorial Ácana; Hispanidad y vanguardia en Nicolás Guillén –en colaboración con Olga García Yero–, publicada en 1994; e Identidad y comunicación en la poesía de Nicolás Guillén, desarrollada en el periódo 1995-1996.

Asimismo, posee en su haber más de 50 textos, seis de ellos laureados con el Premio Nacional de la Crítica, 70 ensayos publicados y más de 100 cursos de posgrado impartidos.