ilustración


Buscar una pizca de oscuridad en la belleza

Si digo su nombre completo, Silvia María Becerril Guillermo, quizás no tengas ninguna referencia que te permita saber de quién hablo. Pero si vas a las redes sociales, fundamentalmente Instagram, y buscas a @draw_my_journal, te aseguro que quedarás extasiado ante la belleza, las sombras y luces de la obra de Silvia. Ella es una joven artista visual cubana y una fabulosa ilustradora que vale la pena conocer. ¿Me acompañas en este viaje?

¿Hasta qué punto han influido en tu concepción de hacer arte el uso de las redes sociales? ¿Cuán útiles pueden resultar para un creador?

Las redes sociales brindan posibilidades que están al alcance de la imaginación de un artista. En mi caso constituyen una herramienta fundamental de inspiración, interacción y difusión de mi arte. Me considero una persona introvertida, que hasta cierto punto le cuesta establecer una relación interpersonal de la manera tradicional y, en ese sentido, la pantalla de mi móvil me facilita esa comunicación. Por otra parte, las redes permiten que se establezcan relaciones con otros ilustradores y que se gestionen ofertas de trabajo. Sin embargo, tienen en mi opinión un lado oscuro, pues muchos llegan a desanimarse si no llegan a conseguir suficiente apoyo o seguidores. Por esta razón es importante estar centrado e ir creando una propia comunidad que se identifique con nuestra obra, saber hacia dónde nos dirigimos y ser constantes.

¿Cuáles son tus principales influencias creativas?

Me inspira casi todo lo que me lleve a mi infancia, a las memorias y los sueños que tenía en la etapa más inocente de todo ser humano. Entre los artistas de la animación que más tomo como referente puedo destacar a Don Bluth, Tom Moore, Satoshi Kon, Tim Burton y las producciones del Estudio Ghibli. Recuerdo los primeros libros ilustrados que mis padres me leían y por los que sentía gran fascinación, los cuentos folclóricos y con referencias a sirenas y otras criaturas formaron mi identidad como creadora. Por aquel entonces también llegaba mucha mercancía a Cuba proveniente de Rusia, incluso a nivel audiovisual, por lo que las ilustraciones a acuarela de Nika Goltz u otros ilustradores soviéticos influyeron en mi estilo. Pero sin lugar a duda fueron los cuentos de Andersen y de Oscar Wilde los que claramente me llegaron al alma: esa pizca de oscuridad en la belleza o ese destello de luz en la sombra forman parte de la identidad que he logrado crear como ilustradora.

Soledad. Draw my journal/ cortesía de la entrevistada

¿Cómo definirías tu estilo?

Nostálgico, narrativo y onírico. En los comienzos me enfocaba en realizar ilustraciones estéticas, en tomar muchas referencias de otros artistas o tendencias del momento, creo que con el fin de aprender nuevas técnicas digitales e ir ganando popularidad. Afortunadamente siempre existía una esencia en la mayoría de mis primeros trabajos como ilustradora que fueron imponiéndose a todo y lograron fusionarse en un estilo más propio. Formas anatómicas muy sencillas, el énfasis en la iluminación y en el uso del color son de suma importancia en la conformación de mi estilo de ilustrar. Con el tiempo he creado una paleta de colores propia que toma como referencia los contrastes y destellos sutiles de la ilustración tradicional al óleo y que se focaliza en los detalles de la iluminación presente en la naturaleza. La presencia femenina es casi una constante en mi obra.

¿Cómo transcurre tu proceso creativo?

Me siento ante la computadora o el papel con un café y música, esta última casi siempre expresa mis estados de ánimo. Intento pensar en qué quiero transmitir y voy bosquejando infinitamente hasta que llego a un resultado que, aunque para mi sea un garabato, lo visualice como una imagen. Luego pienso en el aura cromática y comienzo a dibujar sobre ello y a dar detalles directamente, pues soy un poco impaciente y caótica y me gusta ver resultados inmediatos en algunas de las partes, es un proceso que hago de manera desenfadada.

Como dibujante e ilustradora tienes una formación autodidacta, ¿sientes que existen iguales oportunidades para los creadores formados en academias que para aquellos que llegan al mundo del arte por sus propios medios de aprendizaje?

En nuestro contexto nacional creo que no, y esto precisamente está propuesto por el tipo de sociedad que tenemos. Como autodidacta me ha resultado muy complicado darme a conocer, y cuando lo he logrado, en ocasiones confunden mi formación con la del Instituto Superior de Diseño o piensan que mis méritos los tengo porque me formé en alguna academia; simplemente lo asumen. Igualmente, el acceso a medios de trabajo o exposiciones personales, incluso al mundo audiovisual o editorial es juzgado por la procedencia del artista o por sus contactos, en mi opinión, muchas veces sin valorar la calidad del trabajo. Aun así, nada de esto me detiene.

¿Por qué has encauzado tu vida creativa hacia el dibujo y la ilustración? ¿Cómo descubriste que este sería tu camino como artista?

Desde pequeña nació esa admiración por todo lo visual, inspirada por los dibujos animados y también por el hábito de la lectura, cosa que agradezco a mis padres. Ellos sin saberlo fueron de cierta manera mis primeros referentes, aunque sus profesiones nada tienen que ver con el arte (mi madre es microbióloga y mi padre ingeniero eléctrico), ambos tienen habilidades para el dibujo y muy pronto se percataron de las mías y las incentivaron. Desde que logro recordar, fui creciendo como una persona que plantea sus ideas y pensamiento a partir de las imágenes. Como suele suceder en muchos casos, las personas cercanas a mí lo veían como un simple pasatiempo, la idea de no ser práctico o no tener una formación universitaria, la presión del exterior, me hizo poco a poco tomar ese pensamiento. Estudié informática en el preuniversitario y luego comencé la carrera de arquitectura, en la que tenía espacios donde podía seguir refugiándome dentro de la creación, pero no era suficiente. 

Entre el momento en que el artista descubre el llamado de la vocación y ese otro momento en el que el artista sigue sin frenos su llamado puede transcurrir un buen tiempo. ¿Sucedió así en tu caso?

Efectivamente. Luego de mi graduación como arquitecta estuve un buen tiempo desarrollando mi labor como profesora en la disciplina de diseño. Inspirar los primeros años de los estudiantes, que en mi opinión es la etapa más importante de cualquier profesión, me hizo descubrir que faltaba esa chispa en mi vida. Una serie de trabajos técnicos y de situaciones complejas a nivel personal sucedieron en los siguientes años, tiempo en el que prácticamente cualquier bosquejo que salía de mi mano era para fundamentar un trabajo, hasta llegar a un momento de reflexión, de ser impulsiva.

Volver al dibujo fue casi un acto de auto aceptación y una lección crucial sobre la importancia de ser honesto con uno mismo en el arte. Un amigo me prestó mi primera tableta digital hasta que pude comprar la mía propia y así recomenzar algo que nunca debía haber terminado. Convertir la ilustración en una carrera de tiempo completo requiere aprender a personalizar nuestro enfoque creativo.

cortesía de la entrevistada

¿Qué tipo de colaboraciones con otros artistas te interesarían en tu vida creativa?

Me encantaría tener la oportunidad de colaborar con cineastas y escritores. El mundo de la animación requiere de una etapa de diseño conceptual que se adecua a mi estilo, que es más desenfadado. También me gustaría trabajar ilustraciones para el ballet.

¿Has pensado en la ilustración de libros?

Realmente mis deseos radican en esta interrogante. Crecí en un mundo lleno de historias, leí muchísimo en mi adolescencia y aunque actualmente lo hago menos, porque el dibujo ocupa gran parte de mi tiempo, siempre me doy una escapada y al menos busco algún escrito que me motive. En muchos de mis trabajos pueden verse algunas frases que los inspiran o acompañan la ilustración, lo cual para mí es el comienzo de todo, como lo son esas imágenes que hice para el #folktaleweek2020. Ilustrar libros y crear mis propios álbumes ilustrados es mi sueño futuro, transmitir esa sensación que me hizo enamorarme de este universo artístico.

El mundo de lo fantástico y lo onírico forma parte indiscutible de tu trabajo como dibujante, ¿por qué sucede así? ¿Qué es lo que más te atrae de esa mirada a lo extracotidiano y a lo extraordinario?

Al principio de mi incursión en la ilustración digital traté en vano de ser más comercial, entonces quizás mi trabajo llegaba o gustaba más al público, pero yo quedaba rara vez satisfecha con el resultado. Las escenas cotidianas, los autorretratos son imágenes que están presentes en mi vida, pero que no me definen como persona. Como dicen mis amigos, estoy siempre en la luna. Fue asimilar este concepto y comenzar a dibujarlo lo que realmente me hizo desbloquear ese mundo de sueños. Cuando dibujo soy yo y al mismo tiempo soy quien quiera ser, me refugio en mi mundo de historias y personajes, viajo a todas partes desde mi silla de escritorio.

El mundo de Instagram ha sido una plataforma donde expones, a modo de nuevo tipo de galería, tu trabajo como dibujante. ¿Son las redes sociales nuevos espacios de exhibición del arte?

Lo son. ¿Qué mejor manera de mostrar tu trabajo que cuando puede ser accesible a todos? Aun así, desgraciadamente encontramos personas que en ocasiones quieren adueñarse de tu arte y no tienen reparo en hacerlo, por eso es importante establecer límites y con el tiempo poder crear nuestra propia plataforma independiente donde podamos hacer valer nuestro derecho de autor.

Más allá del dibujo, ¿quién es Silvia?

Silvia es una mujer soñadora que intenta vivir el presente sin descuidar sus propósitos futuros. Hija, hermana y sobre todo amiga. Ilustradora comprometida con su trabajo y en ocasiones artesana. Amante de los simples placeres cotidianos como la lectura, el café y el té, los animales, la cocina y los audiovisuales. Caminante urbana empedernida. Curiosa incansable de nuevos desafíos.


Carlos Daniel Rivero y la conexión sagrada del arte

Conocí a Carlos Daniel Rivero hace ya varios años. Tuve el privilegio de que este joven artista ilustrara mi novela La última aurora y que, sin que mediaran largas horas de diálogo entre él y yo, supiera concretar con total naturalidad todas mis ideas creativas en sus ilustraciones y en el diseño del libro. Desde entonces he tenido la oportunidad de colaborar con Carlos en no pocas ocasiones y he descubierto, además, el calor espiritual y artístico de este joven creador que ha sabido forjar, sin concesiones, su propio camino.

¿De qué manera confluyen y se sintetizan en tu creación los oficios de músico, ilustrador y artista visual? ¿Hasta qué punto dicha sumatoria de saberes simboliza al artista que eres o deseas ser en el futuro?

Cada forma de decir o de crear, cada saber que aprehendemos, ya sea que salgamos a buscarle o que nos llegue por causalidad, viene a enriquecer nuestra visión del mundo y, con ello, nuestro modo de hacer. Soy un pintor que he tenido la suerte inmensa de chocar con otros lenguajes, de los que no he podido ni he querido desprenderme y a los que agradezco todo cuanto puedan aportarse el uno al otro.

¿Piensas que el arte es un campo de especialización o que existe un camino más abarcador de los procesos creativos, así sean de manifestaciones artísticas diferentes? ¿Qué reto entraña ese horizonte de posibilidades en ti?

Aunque no creo que como creador vaya a revolucionar totalmente discursos o visualidades ya marcados (tampoco me urge), francamente no soy de los que cree que en el Arte “ya todo está dicho”. Cada nuevo tiempo impone nuevos retos y con ellos nuevas soluciones, tanto a nivel social como a nivel creativo. Los años han sido fieles testigos de ello y creo que negar que existe aún mucho camino por recorrer y mucho que aportar al Arte, sería cerrar puertas a generaciones y generaciones que vendrán, con inquietudes, modos de pensar y formas de hacer completamente nuevos.

La música es un lenguaje abstracto que, al menos yo, siento que viertes también en tus ilustraciones. ¿Te sucede así o tratas de que tus procesos creativos transcurran por vías diferentes, sin contaminar unos con otros?

Una vez que te encuentras con nuevos discursos, se vuelve muy difícil desprenderte de ellos cuando trabajas. Sin embargo, nunca intento distanciar o juntar los procesos a la hora de crear y, aunque realmente me encanta cuando se mezclan, solo dejo que manen y fluyan a placer.

¿Cuánto te aporta, espiritual y humanamente, compartir vida con otra artista? ¿Es tan difícil la colaboración entre dos espíritus creativos más allá del ámbito doméstico?

Desde el principio hemos forjado una relación de apoyo más allá de lo sentimental, en la que cada uno intenta brindar una visión enriquecedora sobre los procesos del otro. Y aunque sinceramente soy yo el que pone la parte testaruda cuando trabajamos juntos o se trata de recibir una opinión, es maravilloso compartir con alguien que, más que familia, más que amiga y esposa, es una persona muy creativa, con una gran sensibilidad y que tanto puede aportar, desde una visión más crítica, al trabajo que realizo.

¿Cómo transcurren tus procesos creativos?

Por varias razones, gusto de que mis procesos transcurran en solitario, siempre he visto el hecho de pintar como un acto muy íntimo y personal. Intento que esa conexión sagrada que se establece entre pieza y creador no se afecte por nada, que solo exista el diálogo.

Desde hace ya casi un año colaboras con un equipo creativo que ha llevado a cabo diversas cápsulas de videopoemas con diversos temas que aúnan el espíritu simbólico de la nación ibérica y el de Cuba. ¿Qué tal esta experiencia? ¿Cómo ha transcurrido este diálogo? ¿Qué imágenes o ideas creativas han primado en tu concepción escénica y visual de los videopoemas?

Entré con algo de temor en un campo del que no tenía más conocimiento que la cercanía con el trabajo de un par de amigos realizadores. Chocar con otros presupuestos estéticos, otro soporte y otra forma de decir distintos de aquellos con los que ya trabajaba, ha sido una experiencia genial y que mucho agradezco a ti y a los que han tenido que ver con esta idea. Me parece un gran proyecto con alas que pueden extenderse aún más y que mucho aporta a la promoción de una parte de la literatura joven cubana. Siento que la idea del audiovisual que transgrede la fría imagen del escritor que lee frente a cámara brinda la oportunidad de llegar a un público menos cercano a la poesía o la narrativa.

En la labor de un artista, ¿qué importancia le confieres a las redes sociales y al networking?

Siento que juegan un papel muy importante dependiendo, por supuesto, de los intereses de cada uno. Sobre todo, creo que las redes han venido a proporcionar la visualización a artistas con mucho talento que quizás quedaban ocultos tras el telón de aquellos que dominaban el acceso y la atención de los medios. Además de haber logrado, sobre todo en los días que vivimos, acortar distancias y facilitar el trabajo a personas desde y hasta cualquier parte del mundo.

Ser un artista joven, en Cuba, en los tiempos que actualmente corren: ¿desventaja, ventaja o camino intermedio entre las dos posibilidades anteriores? ¿Por qué?

Existe una muy delgada línea entre lo fácil y lo difícil que puede resultar ser un joven artista en la Cuba de hoy. Persiste aún mucho de lo que no sé si definir como temor, prejuicio, ignorancia o total desinterés por el arte y los artistas jóvenes en Cuba. Creo que indiscutiblemente la Asociación Hermanos Saíz ha realizado desde sus inicios un intenso trabajo para inclinar la balanza hacia una mayor promoción del arte joven; sin embargo, resulta incómodo el hecho de que en ocasiones se torne imprescindible usar a la AHS como bandera o como llave para abrir puertas a la hora de gestionar determinados proyectos. Peor aún para aquellos a los que no ampara organización o institución alguna.

En 2015 tu carrera como músico tuvo un parteaguas y, de una manera u otra, dejaste un poco atrás este tipo de creación para enfocarte en nuevos perfiles de trabajo. ¿Sientes que tu relación con la música ha concluido o solo esperas por nuevas ideas y proyectos que puedan tocar a tu puerta? ¿Cuándo y cómo entiendes/asumes que un proyecto ha llegado a su concreción?

Como bien dices, en 2015 comienzo, por varias razones, a separarme de la experiencia de estar en un escenario cantando y/o tocando. Sin embargo, no creo haberme alejado de la música. Siento (casi como dependencia) que mi relación con la música corre más allá de poder o no interpretarla. Por otra parte, creo que los procesos varían de un creador a otro, incluso en una misma persona pueden transcurrir de formas muy distintas. Por lo general, me cuesta asumir que un proyecto acabó del todo y suelo quedar un tanto inconforme con mi trabajo, sin embargo, casi todos (creo yo) tenemos esa especie de campana que avisa cuándo acabar o al menos cuándo tomar distancia.

¿Cuáles son los proyectos artísticos que más atrapan tu atención? ¿Con qué voces del panorama creativo nacional te interesaría colaborar?

Siempre hay proyectos, más o menos cercanos a nosotros o a lo que hacemos, a los que miramos con cierto interés. Siempre me llamaron la atención la Trova y la escena del Rock, dos géneros que siempre he sentido muy cercanos. Pero, sin duda, los proyectos que más me atrapan son aquellos que de alguna forma me sorprenden, los que suponen un reto, esos que sirven de escuela; como lo fue en su momento “Ni de cartón”, o “Chaman”, como lo hizo luego “Evacuación” y más tarde el mundo de la ilustración, y como la han hecho más recientemente los proyectos audiovisuales “España: raíz y ruta”, “Dramatis Personae” y “Encrucijada: diálogo y creación”.

¿Quién es, más allá de una partitura musical, un dibujo o un diseño, Carlos Daniel Rivero?

Aunque creo que hablar sobre quién soy no corresponde más que a los que me rodean, siento que soy como una roca que los años forjan lentamente a golpes de lluvia y sol; soy lo que el tiempo ha querido hacer de mí. Soy el resultado de las buenas y malas experiencias, de los dulces y ásperos momentos que me ha regalado la vida.

Soy una persona de pocas palabras, que gusto mucho de reír, me encanta el Rock and Roll y el olor de los óleos. Para bien o para mal no tardo en brindar mi amistad a cada persona que tengo cerca. Intento que todo lo que hago me brinde placer, no me gusta emprender proyectos que no siento que puedo disfrutar.

Me gusta creer que cada experiencia, por buena o mala que resulte, tiene mucho que enseñarme. Siempre he sabido que prefiero conocer, más que a grandes artistas, a grandes personas sin importar lo que hagan. Soy el que agradece cada día a la vida por una familia a la que adoro, y por regalarme el inmenso placer de contar con buenos amigos.


Víctor Bordón: «El arte es la máxima expresión de la esencia humana»

Conocí primero a la obra que al artista, y la oportunidad vino de la mano de la editorial panameña DMCPherson, que reeditaría mi libro de poesía para niños Las criaturas del silencio. Los dibujos de Víctor Bordón llegaron a mi correo electrónico un día como otro cualquiera y fue entonces que sentí ese guiño cómplice, ese guiño que conecta a un autor con un ilustrador en particular. Mientras el proceso de trabajo de Víctor avanzaba, mientras mis criaturas comenzaban a adquirir bosquejo, silueta, contorno y vida, fui incubando estas preguntas.

—¿Por qué la ilustración?

—Siempre me resultó fascinante el hecho de poder plasmar la realidad, las ideas y hasta las emociones en un papel. Desde que tengo uso de razón dibujo por entretenimiento, a pesar de que no tuve estudios especializados en Artes Plásticas pues, en su momento, decidí inclinarme por un perfil más técnico.

—¿De qué forma influye tu formación como arquitecto a la hora de diseñar e ilustrar un libro?

—Bueno, el tema de la expresión gráfica y la arquitectura son prácticamente inseparables pero especialmente —en ese tiempo en el que practiqué el dibujo a mano, afín a la especialidad— descubrí estilos de representación en los que se combinaba el dibujo técnico con el artístico y se lograba sintetizar las ideas de manera muy práctica y, a mi entender, elegante. Y creo que esa influencia me ha acompañado desde entonces a la hora de dibujar o ilustrar, y también creo que constituye una forma de equilibrar mis carencias artísticas en cuanto a academicismos. Además, fue en esta etapa que empecé a conocer sobre softwares de diseño que potenciaban considerablemente la capacidad física a la hora de dibujar o diseñar, y sobre las posibilidades creativas que estos ofrecen.

—¿Cómo transcurre tu diálogo con los autores u otros creadores literarios? ¿Qué buscas a primera vista en una obra?

—La función de la ilustración en la literatura es la de reforzar las ideas de los autores, así que eso es lo que busco: la idea esencial, lo que ellos quieren trasmitir, y de ahí parte mi trabajo.

—¿Cuán difícil puede resultar, a tu criterio, que un autor quede satisfecho con tu trabajo?

—Bueno, la satisfacción con mi trabajo en esta rama de la ilustración es muy subjetiva, por lo que las probabilidades de que a un autor en específico le guste lo que hago es de 50-50. También es posible que el autor busque algo muy alejado de mis capacidades o intereses, así que supongo que es medianamente difícil.

—¿Cómo ocurre tu proceso creativo?

—Mi proceso creativo parte de una necesidad tanto en la arquitectura como en la ilustración. En último caso es la necesidad de trasmitir algo, ya sea una idea mía o de otra persona. Creo que la ilustración es un lenguaje, tal vez el más fácil de comprender.

—¿Piensas en el arte como un trabajo colectivo, que ocurre en estrecho contacto con otros creadores, o apuestas por un arte independiente donde puntualmente un creador se nutra del otro?

—El arte en sí es tan complejo que no me atrevería a encerrarlo en una u otra modalidad. Personalmente me siento cómodo trabajando en equipo, sobre todo porque es una forma de complementar y potenciar las capacidades creativas. Pero también me interesa la creación independiente esporádica. 

—¿Quiénes son tus principales referentes visuales o artísticos?

—Supongo que no tengo un referente específico porque me gusta mucho la diversidad. Además, mis referentes han cambiado a lo largo del tiempo: comencé por el dibujo académico y anatómico, aunque luego me interesó más el mundo de la animación y las historietas. Mis primeros referentes definidos fueron el manga y el anime japonés cuando era más pequeño y, posteriormente, el estilo más occidental de cómic, la novela gráfica y la animación francesa. En la actualidad, utilizo como referentes a todos los ilustradores independientes que pueda, porque en internet hay tantos trabajos buenos que es muy difícil escoger alguno. Pero, por ejemplo, me gusta mucho la obra de Randy Bishop, Superani y Jamie Christopher Hewlett.

 

—Como ilustrador, ¿qué buscas en específico con tu trabajo? ¿Hasta qué punto te interesa una imagen comercial atractiva? ¿Piensas que lo comercial, en tanto concepto, ha sido malinterpretado dentro de la creación artística? ¿Es lo comercial una concesión creativa?

—Como ilustrador me gustaría alcanzar una imagen capaz de transmitir las ideas de una manera clara y atractiva sin que sean realistas. Me interesa bastante lo comercial en su sentido positivo. Pienso que lo comercial no tiene necesariamente que ser opuesto a la creatividad artística, ya que se puede ser creativo y a la vez aprovechar el know how que hay detrás de tantos años de evolución de la imagen. El problema pienso que surge cuando se entiende, como sinónimo de comercial, el hecho de copiar lo existente sin aportes y posiciones propias, o dejarse arrastrar por la moda y lo que más se vende.

—¿El artista joven se parece al tiempo que le ha tocado vivir o tiene la meta de transformar ese tiempo a través del ejercicio artístico?

—Un poco de ambas cosas, ya que la realidad contemporánea es innegablemente diferente a la de épocas pasadas y eso influye en el autor. Pero también creo que uno de los principales deberes del artista es cuestionarse la realidad desde su posición, e intentar mejorarla o al menos concientizar de esta a la sociedad.

—¿Cómo definirías tu estilo?

—Preciso…, pero libre.

En los tiempos inciertos que vivimos, ¿tiene el arte un lugar, una utilidad en el mundo? ¿Cuál?

—Pues sí, tanto el arte aplicado a otras especialidades como el arte en estado puro, porque es una forma de cuestionar la realidad, porque es la forma de salir de la reproducción masiva de productos y contenidos estandarizados. Creo que el arte es la máxima expresión de la individualidad y de la esencia humana.


Siempre me he considerado un narrador visual

El Caribe tiene de magia y de mito, tiene rostros de dioses y voces disímiles, y Edison Montero (Eddaviel) ha intentado atrapar sus esencias, sus rastros. Su memoria espiritual es un mapa de referencias que despliega en sus ilustraciones, en sus cómics, en sus murales, en las múltiples maneras de arte que Eddaviel abarca y contempla. Desde República Dominicana, Eddaviel sabe que el mundo es síntesis y sumatoria de todo lo que somos y de lo que llegaremos a ser.

Muchas veces, las memorias de nuestra infancia, de lo vivenciado en esa etapa de la existencia, acompañan a nuestra creación con el paso de los años, ¿tu infancia ha servido de influencia en tu trabajo?, ¿cuáles son las memorias de ese tiempo que han tenido un impacto en ti?

Claro, las memorias de mi infancia han sido parte fundamental en mi desarrollo personal y creativo. Nací rodeado de los hermosos paisajes del sur de Kiskeya y me adentré en sus montes, ríos, montañas, playas y en su gente, conocí la magia de las tradiciones, los mitos, creencias, leyendas y supersticiones; mis abuelos me contaron grandes historias sobre el bosque, los Bacá, las brujas, galipotes y otros seres que habitaban nuestra tierra; dancé al compás de los tambores en una fiesta de palo, fui monaguillo en la iglesia católica y descubrí los misterios del Liborismo con mi padre; jugué al topao con mis amigos y monté bicicleta por todos los rincones de mi pueblo natal; navegué en las aguas de la literatura con las aventuras de Julio Verne, fui El Principito y me perdí en la Nada de La Historia Interminable, calqué dibujos de Dragón Ball y Caballeros del Zodiaco, aprendí a contar historias con el Cuentacuentos e imaginé el futuro con Back to the Future. Recordar mi infancia es conectar con esas emociones y ver en mi obra la influencia de todos esos maravillosos momentos.

¿Sientes que eres pionero en el trabajo y el género que has seleccionado para encaminar tu creación, dentro del contexto regional y geográfico que habitas?

Mientras más me adentro en la historia de la ciencia ficción y la fantasía en la literatura, la ilustración y la pintura de Kiskeya, me doy cuenta de que son géneros muy poco explorados en nuestra región, a pesar de que tenemos grandes creadores en la literatura especulativa como Francisco Javier Angulo Guridi, Virgilio Díaz Grullón, Virginia de Peña de Bordas (escritora de La eracra de oro, uno de mis cuentos favoritos que explora lo fantástico en el Indigenismo), mi contemporáneo Odilius Vlak; y en la pintura contamos con las mágicas y monstruosas visiones de Vladimir Velázquez, el arte de Samuel Gómez, Welinthon Nommo, AJ Marti y Markus Edgical Goth.

Siento que aún hay muy pocos creadores y que las obras más cercanas en la literatura —y sobre todo en la ilustración y la pintura— se han enfocado en el costumbrismo y la religiosidad popular que en sí mismo es pura fantasía, pero muy pocos han creado un mundo mágico o de ciencia ficción a partir de nuestra realidad mágica-caribeña. Ese es el espacio en donde siento que mi obra se va abriendo un camino con elementos como una intervención extraterrestre en la creación de la mujer en la mitología taína, la búsqueda de un mundo ancestral robótico-mágico caribeño, la creación de un steampunk en nuestra isla o las visiones afrofuturistas plasmadas en mi obra.

cortesía del entrevistado

¿Qué tal la salud del arte vinculado al género fantástico, en cualquiera de sus registros y formas, en República Dominicana? ¿Percibes un cambio, una evolución, en la última década?

Sí, estos años me han llenado de felicidad, sobre todo al poder compartir espacio creativo con mi cómplice en el crimen de imaginar, el escritor Odilius Vlak, con quien desarrollé “Caribe Extremófilo”; el primer congreso de Ciencia Ficción y Fantasía en la República Dominicana, y además publicamos una primera antología de ciencia ficción y fantasía dominicanas titulada Futuros en el mismo trayecto del sol.

Es genial ver cómo ha ido avanzando todo al leer los textos de Junot Díaz o Peter Domínguez, ver las obras de Vladimir Velázquez, Welinthon Nommo, Markus E. Goth y otras en el mundo del cómic como Bacá, de AJ Marti o Duarte como nunca antes visto, un proyecto de cómic histórico-fantástico desarrollado por Moro Studio del que pude ser parte; películas como “Azul Magia” y festivales como La Fiesta del Cómics, SketchDom o MaCo Expo.

Al recordar todas estas acciones y creaciones siento que esta década ha estado aportando mucho a lo fantástico desde todas sus manifestaciones y espero que siga dando mucho más.

cortesía del entrevistado

¿Cómo definirías tu estilo? ¿Qué referencias acompañan la visualidad de tu arte?

Es una pregunta difícil, pero si tuviera que buscar una definición para mi estilo diría “Popsurrealismo Mágico-Caribeño” y “Afro futurismo Caribeño”, ya que ahí estarían abarcados todos los elementos que componen mi obra: surrealismo, realismo mágico, pop art, cómic, ilustración, literatura especulativa, mitología, fantasía, Afro Indigenismo católico, esoterismo, ocultismo y religiosidad popular. Dejo ver en mi arte la exploración sobre la realidad cultural y mágico-religiosa del ser afrolatino caribeño, esa fusión de las expresiones africanas, indígenas y europeas que conforman el Caribe: tres continentes en una sola geografía mágica.

cortesía del entrevistado

Como muralista, ¿de qué manera valoras la intervención de espacios en la ciudad?, ¿sientes que la relativa fugacidad de los espacios intervenidos aportan a tu proceso creativo?

La magia del muralismo radica en lo efímero. Nos hace ver que incluso las obras de arte que pensamos eternas están expuestas a la destrucción en manos del tiempo, en la creación de armonía y embellecimiento de los espacios públicos, y en el poder de comunicación e interacción con el espacio y el público sin necesidad de ser un lugar especializado para el arte. Para mí, el muralismo ha sido un medio más de expresión en donde compartir mis ideas. Nunca me he considerado completamente muralista, sino más bien un narrador visual que usa las paredes como el lienzo, como el papel o un medio más para poder compartir mis visiones con otro público, ese que a veces no tiene el acceso a un museo, una biblioteca, un libro u obra de arte.

A la hora de crear una pieza en las calles y seleccionar el muro se genera una interacción entre idea y espacio sin un orden objetivo. A veces busco un espacio que coincida con lo que quiero plasmar; otras veces creo una obra sugerida por el ambiente en donde estoy pintando, o simplemente adapto mis ideas al espacio encontrado o sugerido por un cliente, un proyecto, un festival.

cortesía del entrevistado

Me fascina cómo haces visible en tu creación los cuerpos y las identidades afro. Lamentablemente, en el género fantástico, casi siempre se sigue un patrón eurocentrista y racialmente exclusivo (y excluyente). ¿Hasta qué punto sientes que esta es una de las líneas de pensamiento (político) que acompaña y guía a tu creación?

Al final del día todo es político. Somos entes que vivimos en sociedad y hemos sido marcados por el espacio geográfico que nos ha concebido. En mi caso, como caribeño y amante de lo especulativo no he buscado como punto principal ser inclusivo, ni tener un pensamiento político enfocado en nuestra herencia afro, indígena o europea, sino más bien capturar la magia que me rodea utilizando todos esos elementos que han construido mi personalidad y mundo creativo. Así puedo reinterpretar con mi arte esas historias que me contaba mi abuelo, visualizar las locuras que habitan en mis sueños, las voces de mis vecinos, el Bacá que tenía Deoleo, la nave espacial qué pasó la noche anterior por el Patio de Pipí, los rituales que hacían antaño en el corral de los indios de Maguana, las almas vendidas en la frontera RD-Haití, la mitología de mi tierra, los misterios de nuestras montañas, los portales y todas las curiosidades científicas y espirituales que viven en mí. Al leer y ver cómo los autores que me encantan han plasmado sus mundos en obras literarias, cinematográficas o pictóricas, al analizar mi mundo e influencias puedo ver que todas, absolutamente todas estas historias tienen rostros: rostros mulatos, negros, indígenas y europeos, esos rostros que crecieron conmigo, que me han acompañado toda la vida y todos los rostros que siguen apareciendo en cada paso, con cada historia.

cortesía del entrevistado

Para el artista joven, ¿cuáles son las principales dinámicas de inserción en el mercado nacional y en el internacional? ¿Existen suficientes oportunidades?

Siempre he sido hiperactivo y he venido creando proyectos artísticos con nada desde antes de empezar la universidad; ya en la universidad empecé a realizar los primeros festivales de cómic, exposiciones de arte estudiantiles, participé en cortometrajes y demás proyectos junto a otros amigos. Poco a poco fui creando un portafolio variado en donde plasmaba todas mis curiosidades y deseos como artista y así creé nuevas amistades. Para mí,  lo principal es tener una base o proyecto creativo que represente lo que eres y quieres para ti. A partir de eso es solo mostrarlo, compartirlo con amigos, con instituciones, festivales, concursos, centros culturales y editoriales que estén acordes a nuestras visiones y, sobre todo, visibilizarte en las redes sociales.

Las redes sociales son la mayor oportunidad que tenemos en la actualidad y mediante ellas he podido proyectar mi arte a nivel nacional e internacional. Me han dado la oportunidad de compartir mis visiones con diversas casas editoriales, centros culturales, me han permitido crear murales y otros proyectos en Argentina, Perú, Estados Unidos, Haití, Puerto Rico, Canadá, Suecia, Francia y otros países. Instagram me permitió ser el artista visual invitado al Afropunk Paris 2015, allí pude compartir espacio con grandes artistas como Lenny Kravits, Zoé Kravits, Willow y Jaden Smith, Lianne La Havas, Leon Bridges y otros, mientras que mediante Facebook pude conectar con algunas personas para desarrollar un proyecto expositivo y crear un mural en Suecia.

Mi recomendación principal es crear nuestra obra y empezar a compartirla en todos los medios ya mencionados, en algún momento encontraremos alguien con interés en lo que estamos haciendo.

cortesía del entrevistado

¿Cuáles son los desafíos que se presentan en el contexto dominicano, caribeño e hispanohablante a los artistas de cómics e ilustradores?

¡Ups!, lo primero es que no tenemos un mercado en nuestros países. Eso nos da tres posibilidades: ser pioneros, enfocar nuestra obra a otro mercado (razón por la cual muchos creadores hispanohablantes siempre publican sus creaciones en inglés) o morir en el intento.

En 2009, junto a otros artistas, creé Moro Studio, una compañía de cómic e ilustración con el objetivo de realizar nuestros propios cómics. Durante años intentamos posicionar nuestras historietas a nivel nacional: el problema principal era que no habían muchas librerías o espacios para la distribución del material, y muy poco apoyo o incentivo institucional a proyectos literarios e historietísticos. Con los años eso ha ido cambiando un poquitito y el mayor de los aportes ha venido de mano de las publicaciones digitales y las redes sociales, que suplen el espacio de distribución y llegan así a un mayor público con un mínimo de inversión monetaria.

cortesía del entrevistado

¿Qué estrategias de conexión, con creadores de otros países, fundamentalmente los caribeños, piensas que podrían facilitar vínculos tanto espirituales como creativos?

Lo primero sería crear puentes, investigarnos más, generar más diálogo, más congresos y festivales sobre nuestro onírico y especulativo Caribe, y convertirlo en un espacio geográfico unido por nuestras voces creativas. Vernos, leernos, escribirnos, filmarnos y dibujarnos más, ya que en el Caribe no tenemos una buena conexión y generalmente no sabemos lo que se está creando en cada país.

Para mí en particular es una sorpresa siempre que encuentro un nuevo proyecto de Martinica, Cuba, Puerto Rico, Haití o Guadalupe, saber cómo nuestros vecinos plasman sus visiones, esas visiones que tienen más conexiones que las existentes actualmente entre nuestros pueblos.

Formas parte del colectivo de literatura especulativa Mentes Extremófilas, ¿qué aporta lo literario a la visualidad de tu quehacer?

Sin la literatura, mi obra no existiría. Siempre me he considerado un narrador visual y uso la ilustración como un medio narrativo para poder contar mis historias. Si nos trasladamos al origen del lenguaje escrito, podemos ver que los primeros textos o formas de comunicación eran una secuencia de imágenes que estaban más cerca del cómic o arte secuencial que de las letras actuales; razón por la cual me es imposible desconectar mis visiones de lo literario.

Desde niño he sido un lector fascinado por la mitología, la fantasía, el ocultismo y la ciencia ficción, siendo estos los puntos de inspiración para mi creación visual, de arte secuencial y literaria que me llevaron a crear el proyecto Mentes Extremófilas junto al escritor Odilius Vlak, un proyecto que busca ante todo mostrar lo especulativo creado en el Caribe desde diferentes medios narrativos.

cortesía del entrevistado

En el Caribe se fusionan tres culturas fundamentales: la africana, la europea y, en menor medida, la taína. Sé que una de tus principales búsquedas es crear una fantasía afrocaribeña, que es también un espacio espiritual y creativo de inclusión y de síntesis. ¿Se ha conseguido ya este bellísimo objetivo? ¿Estamos en vías de llegar a él?

Aún seguimos en el camino creativo y mi obra, junto a la creación del escritor Odilius Vlak, son un vivo ejemplo de exploración a la amalgama caribeña desde el espacio mágico, espiritual o metafísico a través del arte.


«Cada ilustración es una parte de mí que le entrego al mundo»

Recuerdo, o al menos eso creo, que nos conocimos en el año 2010. Hugo Abeis Ruiz Toranzo era un joven artista escénico con el que compartía la afinidad del teatro, ese vínculo poderosísimo que el teatro es en todos los órdenes de la vida. Desde entonces, su obra ha caminado por diversas rutas, por la infinita senda del arte, con los pasos firmes de quien sabe que una ilustración contiene no solo al mundo, sino también al pensamiento.

¿Cómo nace tu interés en el Diseño Escénico? ¿Qué aporta a tu visión como artista de cómic, el concepto y la comprensión de la teatralidad?

Hugo Abeis Ruiz Toranzo_retrato/ cortesía del entrevistado

Recuerdo que desde niño me sentía atrapado por el magnetismo que ejerce el teatro cuando se ampara por una elaborada escenografía. Tal espectáculo solo podía ser descrito como mágico. ¿Cómo hacen para esconder la hoja de la espada cuando apuñalan al actor? ¿De dónde viene esa sangre? ¿Cómo es que se mueve eso que parece una montaña en el horizonte? ¿Cómo es que en un momento parece que estoy presenciando un campo al mediodía, y de pronto me transportan a una ciudad a medianoche? Todas estas preguntas y más rondaban mi cabeza, y siguiendo ese impulso de curiosidad infantil, quería desentrañar el misterio de cómo se elaboraban esos trucos. Ese afán por convertirme en un mago de los bastidores fue lo que impulsó mi interés por el Diseño Escénico. La capacidad de transformar y manipular la realidad , y condicionar una experiencia donde el espectador se siente inmerso en la dramaturgia, sumado a los elementos técnicos como la iluminación, ambientación, maquillaje y vestuario, son las herramientas que he extrapolado de mi entrenamiento escenográfico y he utilizado para nutrir mi quehacer como ilustrador e historietista.

¿Hasta qué punto impacta, positiva o negativamente, una formación académica en el desarrollo de la libertad creativa del artista visual?

Considero que una formación académica no es indispensable para el desarrollo de la libertad creativa del artista visual. Indiscutiblemente aporta y hasta diría que pone al estudiante en una posición aventajada ya que se le inculca los complejos aspectos técnicos y teóricos de la manos de mentores experimentados; además de que entran en contacto con otros intelectuales de disímiles procedencias, estéticas, y afiliaciones, lo cual es influyente en una proyección más universal del panorama artístico, y estimula la creatividad. Las escuelas de arte auspician una serie de eventos: dígase coloquios, bienales, concursos, convocatorias y becas que sirven para catapultar la labor artística de los jóvenes creadores.

Sin embargo, la Historia nos ha demostrado que de entre las filas de los autodidactas, también han surgido brillantes artistas que enfocaron todo su tiempo y atención en desarrollar sus aptitudes artísticas, concentrándose únicamente en asignaturas que podrían aportar a su obra, y descartando otras, no tan imprescindibles, que son impartidas por defecto en el entorno académico.

A tu criterio, ¿qué tal la salud del cómic nacional? ¿Cuáles son sus principales carencias, tanto materiales como estéticas y espirituales? ¿Cuáles son sus puntos fuertes?

Este es un tema que me apasiona. Podría escribir todo un ensayo, por lo ligado que está la historieta a la Historia de Cuba, y su triste deterioro con el devenir del llamado Período Especial, pero para los propósitos de estas cuartillas trataré de limitarme y ser lo más preciso posible.

En mi opinión, el cómic nacional está herido, pero no muerto. Su principal carencia es que no hay una industria como tal. Es decir, no tenemos una plataforma editorial (ya sea particular o gubernamental) donde se pueda divulgar periódicamente la obra de nuestros creadores. Al no existir esta, tampoco hay una manera de remunerar satisfactoriamente a nuestros artistas, por lo cual muchos de ellos optaron por mudarse a diferentes sectores del arte. Otros, en el mejor de los casos, fijaron su mirada más allá de nuestras fronteras, y se lanzaron a la aventura de intentar ganar renombre y prestigio en los mercados extranjeros.

cortesía del entrevistado

Como toda obra artística, la creación de una historieta requiere de materia prima de difícil alcance para los cubanos, dada su escasez y, en ocasiones, alto costo.

Como resultado de las carencias materiales sufridas en la década de los 90 y principios del milenio, nos sobrevivieron las revistas Pioneros, Zunzún, Palante, Mar y Tierra y Caimán Barbudo, las cuales incluían entre sus páginas uno que otros ejemplares de muñequitos (como también se le conocen a los cómics en nuestro país). Desde el punto de vista dramatúrgico, sus temáticas, salvo pocas excepciones, son de corte didáctico, humorístico o épico, donde resalta la falta de matices en los personajes, impera el maniqueísmo de estos, y se enfatiza la deificación de la Historia y los héroes.

Esto mantuvo al cómic cubano fuera de las llamas, pero desafortunadamente ayudó a arraigar en el subconsciente popular, el anticuado estigma de que la historieta es para un público infantil y adolescente. Lo que es peor, hay quienes aún la ven como un subgénero donde solo habitan superhéroes que sirven para exportar la ideología capitalista yanqui, y corromper la mente de nuestros jóvenes.

Quisiera aprovechar este espacio para dejar algo en claro: ¡la historieta no es un género! La acción, el drama, la comedia, la tragedia, la fantasía o la ciencia ficción son géneros. La historieta es una manifestación artística; es considerada el noveno arte. Para muchos sigue siendo la hermana bastarda del cine o la fotografía, cuando en realidad es más vieja que ambos, y por ende se merece el respeto y admiración que, me temo, le hemos negado últimamente en nuestro país. Los superhéroes no son más que un subgénero de esta manifestación artística. Parafraseando al gran escritor Neil Gaiman: es un vaso donde puedes echar cualquier tipo de líquido; no el líquido en sí.

cortesía del entrevistado

Si bien existen reconocidos autores como Paquita Armas Fonseca, Caridad Blanco y Antonio Enrique González Rojas que han investigado sobre la historieta en nuestro país, no contamos con una crítica especializada que otorgue validez a esta manifestación artística en las más altas esferas del sector intelectual.

Ahora hablaré de sus puntos fuertes. La primera virtud del cómic cubano es que existe, en yuxtaposición a otros países del mundo, donde nunca gozaron de un movimiento de historietistas, o existieron pero están muertos y enterrados. Con el paso de los tiempos, nuestros creadores han sabido adaptar los códigos estéticos del cómic al criollismo cubano. Tenemos muchos jóvenes creadores que se sienten con genuinas ganas de contar sus historias a través de esta expresión artística. La evidencia de ello está en los talleres de la Vitrina de Valonia, y los concursos anuales auspiciados por los eventos Behíque y Arte Cómic. Contamos con talentos en el dibujo que están a la par de los mejores artistas internacionales. De hecho, tenemos la dicha de que algunos hasta trabajan para ese mercado, y nos han transmitido sus experiencias para ponernos al día con el resto del mundo.

Anualmente, durante la Feria del Libro, vemos en creciente número, publicaciones de cómics por autores cubanos y foráneos que rápidamente desaparecen de las taquillas debido a la alta demanda del público. Y aunque aún cojeamos en los guiones, por lo menos la variedad de géneros y temáticas es cada vez más diversificada.

Con el devenir del Internet y las redes sociales se han abierto nuevas posibilidades para la historieta en Cuba. Para los creadores, esto ha significado que hemos podido acceder con mayor facilidad a las obras de reconocidos autores foráneos, y su influencia se ve reflejada en la creciente calidad artística de nuestros productos. Nos ha dado la posibilidad de promover nuestros trabajos y darnos a conocer, no solo en el resto del mundo, sino también en casa. Otro aspecto que va de la mano con la informatización de la sociedad cubana es que ahora, más que nunca, existe una red de artistas de todo el país que, por las redes sociales, dan a conocer su obra, debaten, comparten gustos en común y crean puentes para colaboraciones.

Sí, el cómic cubano está herido, pero tengo fe de que pronto tendrá una sana inyección de innovaciones y reformas que lo harán volar al infinito y más allá.

¿Existe en la historieta cubana una tendencia hacia el localismo? ¿Acaso desde lo local se puede accederse a lo universal? ¿Cómo?

Pienso que sí. A nivel provincial, el afán creativo de los artistas emergentes los conduce a publicar en las editoriales provinciales más cercanas. No son pocos los ejemplares del Centro y el Oriente del país que han visto la luz del día, cuya calidad en general, en muchas ocasiones, ha superado la de sus contrapartes occidentales. En ese sentido, creo que existe un aura de competencia sana, que no veo con malos ojos, puesto que fomenta la creación de productos más refinados y en mayor cantidad. 

Aunque las influencias extranjeras son algo evidentes en nuestros cómics, cierto es que, en su mayoría, abordan elementos de puro criollismo cubano que nos permite identificarlas como nuestras, ya sea en el habla coloquial, los paisajes autóctonos, el vestuario o los escenarios históricos que se ven ilustrados.

Para los extranjeros, Cuba siempre ha estado bajo un velo de misticismo y misterio que forma parte de su encanto. Nuestras historietas pueden ser una vía para apartar ese velo y proyectar un poco de luz sobre la visión que tenemos los nativos de nuestro entorno a partir de nuestro arte.

cortesía del entrevistado

¿Piensas que existe una saludable emulación estética entre los jóvenes referentes del arte del cómic o hablamos acaso de un vacío de sentido en nuestra producción nacional?

Existe un relevo de artistas muy talentosos, que poco o nada le tienen que envidiar a sus contrapartes extranjeros. El problema es que solo son conocidos por los miembros del gremio de historietistas, ilustradores y escritores de nuestro país. Las escasas publicaciones, la falta de promoción y el desestímulo económico (entre otros) son factores que contribuyen a que permanezcan en el anonimato público.

¿Qué particularidades presenta tu proceso creativo?

En mi trabajo trato de utilizar elementos propios de la estética del grabado o trabajos con pluma. A pesar de que utilizo soportes digitales, trato de reproducir una variedad de líneas con diferentes grosores para enmarcar los elementos, el contraste del blanco y negro para aludir a la iluminación de los personajes y su entorno, y el uso de tramados para dar valor y volumen. Últimamente he experimentado mucho con el uso de texturas que, pienso, enriquecen considerablemente mis obras.

Cuando trabajo con colores, trato de evitar a toda costa paletas monocromáticas. Me gusta trabajar con un esquema de colores complementarios, variando la saturación según lo que demande la emoción que estoy tratando de inspirar en los espectadores, además de la temática de la obra.

¿Cómo definirías tu poética?

Si tuviese que definirla en dos palabras: “mitología moderna”. En mis obras trato de exponer personajes heroicos, fuertes, titánicos… a semejanza de cómo los antiguos grecolatinos representaban a sus figuras mitológicas. Cuando trabajo, siempre trato de infundir una buena dosis de dinamismo y acción en lo que dibujo, de forma tal que los personajes parezcan que van a salir del marco de la página hacia la vida real. Para lograr esto, me apoyo en un lenguaje visual dotado de elementos caricaturistas, pero que se inclinen más hacia el realismo.

¿Te consideras un artista abierto a la colaboración creativa o prefieres trabajar selectiva e independientemente?

Me considero alguien flexible y abierto a la colaboración. Si bien es cierto que trabajo individualmente y me he dedicado a desarrollar mi técnica en todos los perfiles de la historieta (guion, dibujo, entintado, color, letrado, etc.), reconozco que el trabajo en equipo acorta considerablemente los tiempos de producción, lo cual es un factor indispensable en la industria del cómic.

¿Crees que solo puede hacerse arte cuando se entra en contacto con otros creadores?

Es algo muy relativo porque depende de cuál es la definición de cada cual de lo que es arte. Según mi concepción, sí considero que uno debe entrar en contacto con otros creadores para enriquecer su obra.

Siento que cada ilustración que hago es una parte de mí que le estoy entregando al mundo. Cuando dibujo, no puedo evitar canalizar mis emociones hacia el soporte. Son horas de mi vida que impregno en la tinta, junto con una mezcla de pasión que se ve reflejada en el producto final.

¿Cómo ocurre la inserción del arte joven dentro de los circuitos nacionales e internacionales? ¿Sientes que existen barreras o condicionantes?

cortesía del entrevistado

En ambos casos es muy difícil. Por lo general, los realizadores de cómics a nivel nacional empiezan a darse a conocer a través de talleres o concursos donde ponen a prueba sus habilidades y las van desarrollando. A partir de ahí, los ganadores tienen la dicha de ser publicados como parte del premio. Otra vía es que presentan sus proyectos, ya sea parcialmente o totalmente concluidos, a casas editoriales como Abril, Gente Nueva (con su colección Ámbar) o Pablo de la Torriente, entre otras; de ser estos proyectos aprobados, se demoran aproximadamente un año en salir a la venta, sumado a otros varios meses para recibir el pago. Otra alternativa es tratar de insertarse en la plantilla de realizadores de las revistas mensuales, las cuales son bastante exclusivas. En caso de que no busque remuneración monetaria, está la alternativa de trabajar en los llamados fanzines, que son auto publicaciones sin fines de lucro, o publicar directamente en plataformas digitales.

Trabajar “para afuera” no es menos difícil. Existen un sinfín de editoriales especializadas, pero todas son muy competitivas, por lo que se demanda una calidad técnica extraordinaria. Además de las barreras idiomáticas, el artista tiene que demostrar que tiene la capacidad de narrar una historia de manera secuencial, además de una buena habilidad en el dibujo.

Hay quienes han tomado ventaja de las nuevas tendencias de Internet y han logrado exponer sus obras satisfactoriamente en sitios como Webtoon que, a mi entender, es como un YouTube para los cómics; pero en este caso, el lastre principal es la accesibilidad a las conexiones, a la cual ningún cubano residente en Cuba está ajeno. Otra posibilidad es entrar en contacto con otros creadores internacionales a través de grupos afines en las redes sociales, díganse Facebook, Instagram, Twitter, etc., y dar a conocer su disponibilidad para colaborar. En este caso la traba sería buscar la forma de recibir el sueldo, y es ahí donde se ponen en práctica los efectos crueles y reales del bloqueo hacia nuestro país.

El acceso a premios dedicados a tu perfil creativo, ¿es suficiente en Cuba? ¿Qué necesitarían los artistas visuales y de cómics para que su trabajo sea más difundido dentro y fuera de nuestros márgenes geográficos?

Al final del día, no son los premios lo que realmente cuentan, sino la obra en sí. Es lo primero que te piden cuando entras a una editorial o estás solicitando un trabajo. Eso es lo que es realmente imprescindible para que salga a la luz y sea más difundido.

¿Qué buscas en otros artistas cuando decides trabajar en colaboración? ¿Cuáles son las historias y las visiones que te atraen?

Profesionalismo ético, creatividad, buen dominio de la técnica y amabilidad.

Soy un fiel defensor del potencial que tiene el cómic para crear historias para un público maduro. Me interesa crear historietas que aborden temas políticos, psicológicos, filosóficos y sociales de gran complejidad, sin importar el género que utilice para canalizar estos aspectos. Me gustaría colaborar con otros creadores que apoyen estas ideas, y me ayuden a llevar a cabo ese fin.

En el ejercicio de tu creatividad, ¿qué consideras elemental y qué imprescindible?

Lo elemental vendrían siendo los aspectos técnicos de mi obra. Ahora bien, lo que para mí es imprescindible es la emoción que quiero evocar en el espectador o lector al verla.


Capítulo #9: Geometría Interior

(apuntes sobre la poesía de Yainier Salazar Benítez)

La joven literatura cubana es un Cubo de Rubik. Un rompecabezas mecánico tridimensional que posee seis colores uniformes. Donde un mecanismo de ejes permite mezclar y girar de manera independiente sus caras. El objetivo: las caras deben volver a quedar en un solo color.

De esta manera se articula la escritura contemporánea cubana. Los mismos colores y los mismos propósitos. Un resultado que marca una pluralidad de voces similares sin la intención juiciosa de marcar estilos ni vanguardia. Un buen amigo me dice que es el resultado de nuestra amplia gama de concursos y las bondades del sistema editorial cubano, y que de esa mezcla deben surgir voces para la posteridad.

Durante este debate diario entre colegas del gremio me he asomado con ahínco a la obra de algunos escritores de mi generación. Una búsqueda que me ha traído grandes sorpresas.

Entre mis asombros está Geometría interior, el primer poemario de Yainier Salazar Benítez (Manzanillo, 1987) publicado por la editorial Sed de Belleza en 2018. El libro editado por Idiel García y con diseño de cubierta de Héctor Gutiérrez es un golpe al facilismo. Entre sus páginas aparecen tres conceptos contundentes: la introspección como recurso del lenguaje, la sencillez como hábito y lo infinito como representación.

Cubierta del Libro Geometría Interior (diseño de Héctor Gutiérrez)

Yainier es una anomalía en el engranaje literario de la Cuba actual. Sus caras y colores representan un catálogo espiritual de las acciones del individuo. La poesía no es un juego, es un llamado singular y persigue las normas sensibles de la memoria. Ve el mundo a través de figuras vivas. Porque para él todo puede engendrar y poseer la vida. No circunscribe el concepto de la vida a ningún otro, su percepción es ilimitada al igual que sus definiciones.   

No es de extrañarnos que su intuición lo lleve a involucrarse con normas conceptuales que rigen el infinito. Su poesía son cuerpos geométricos sincronizados desde las matemáticas. En su libro los números nombran lo insospechado, habitan como seres de permanencia eterna y modifican cada valor. Yainier no puede escapar de las disposiciones conceptuales de su escritura y se arrastra junto a ellas en una dinámica afín con la meditación. Se re-interpreta, acude a la experiencia de los sentidos y explora. No hay victimización, se asume. Entonces presenta lo insólito como un milagro poético.    

Geometría interior se estructura en tres partes: AB Lluvia poligonal, BC Vegetación y CA Vértigo de las aguas. Tres momentos que denotan las condiciones: autor vs memoria/autor vs contexto/autor vs espíritu.

Al nombrar cada uno de los segmentos del libro, saltan a la vista los enunciados: AB, BC y CA. Elementos que hacen referencia a conceptos básicos y criterios de congruencia en la geometría. En esta ocasión nos remite a un triángulo isósceles. Una figura con dos lados iguales y un tercero desigual. Una figura imperfecta y a la vez armónica/virtuosa.

El triángulo constituye por su naturaleza, la primera de las superficies geométricas y la base adoptada para conocer todas las medidas. Nuestros antepasados consideraban de origen sagrado las propiedades de esta figura. Su simbología tiene un lugar de preferencia en los preceptos filosóficos y esotéricos.

¿Dónde radica la geometría de este cuaderno?

¿Transcurre al interior de un triángulo?

¿Por qué isósceles?

¿Cómo leer más allá de las palabras?

Yainier Salazar nos muestra las dos primeras partes del libro como líneas de pensamientos paralelos. Ambas conceden la misma longitud pero distintos rostros del autor.

AB Lluvia poligonal posee la duda del acróbata. Está contaminado por parajes existenciales e imágenes concretas. Voces del hombre que es y del dibujo que será. Hay pena pero no lamento.

1011

Minuto de silencio. Una cruz en cada ojo. Nubes que parten hacia parajes oscuros. ¿Fumar salva del marasmo? Toda esa furia es hambre. En el cenicero caen dientes como pétalos. Cadalsos. Irreversiblemente cadalsos. (P. 13)    

Imágenes de Manzanillo (por Rubén Aja Garí)

BC Vegetación milita en sucesos destilados por la experiencia poética. Son motivos que no puede evadir en medio de su tratado existencial. Motivos que rellenan espacios sensoriales desde su explicación franca. Un ejemplo es el poema Instalación.

III

Bajo el océano

permanece

el árbol de los cosenos.

En los cables de alta tensión

crecen las azucenas.  (P. 53)

Imágenes de Manzanillo (por Rubén Aja Garí)

Al final el poeta nos deja una gran metáfora: CA Vértigo de las aguas. Un fragmento del libro que complementa las partes anteriores. Se trata de la base del triángulo isósceles. Esta fracción denota una consecuencia de la primera parte del libro. Parece un mismo cuerpo. Pudiera ser el principio como mismo ejerce de final. A este momento se le adhieren búsquedas más genéricas. Intenta que el universo entre en el ojo de una aguja, un ojo triangular.

000011

Cada segundo vamos hacia la tierra. Cada segundo, la tierra viene un poco hacia nosotros. (P. 69)

Geometría interior puede leerse de manera intuitiva. Pero una lectura ejercida desde todos los significantes que componen el libro podría abrirnos a un sinfín de interpretaciones. En su composición habitan elementos (transcendentes) que no pueden ser comprendidos a plenitud, sin la aprehensión previa de las normas conceptuales que lo regulan. Esta es una capacidad que viene implícita en su exploración.    

Su ejercicio exige conectar/ascender/fluir. Transita por áreas que serían desdeñables para otros poetas y sobrevive. Se desmarca a través de conceptos amplios/ideológicos/ ¿metafísicos? No evade la construcción sociocultural del mundo pero su búsqueda pertenece a otro estado.

Algunos de los preceptos más determinantes de la poesía metafísica se pueden encontrar en su escritura. Donde tanto la naturaleza como el arte son desnudados/desmantelados en busca de la ilustración, la comparación y la alusión.

Sin llegar a ser páginas abstractas, sí hay un componente visible de esta categoría entre sus versos. Una herramienta que utiliza para filtrar la realidad.

00011

¿Existe el salto? ¿Las cárceles son tan estrechas? La flotabilidad de los peces continúa siendo gris. (P. 15)

Imágenes de Manzanillo (por Rubén Aja Garí)

El poeta no oscurece. Hay una variedad de colores que matizan las imágenes dentro de la metáfora. No le basta con la identidad visual de cada elemento de la naturaleza, necesita agregarles otros relieves.

Mandarria

Dicen que la noche no es azul.

¿Qué saben los sabuesos

de atrapar un conejo?

Dos golpes sobre la testa

y bailar.

Pero la expansión ocurre adentro.

La mandarria es una mancha.

El conejo persiste. (P. 36)

Como una pintura íntima, su paleta se compone de aquellos pigmentos más personales. Sus dudas nacen de aquello que solo ofrece perplejidad por su estatus, pero que convida a re-interpretar/codificar. En ese dilema todo elemento adquiere una nueva voluntad y con esta un nuevo color. 

010101

Arroyos de sangre bajo la piel del universo. Piedra azul. Los cúmulos son historia. Caen hacia la gravedad. (P. 69)

Geometría Interior es un paisaje poético donde los elementos de la naturaleza, encuentran significados filosóficos. En él convergen distintos modos de relación/interpretación/obsesión del autor con los hechos que lo circundan. Sus influencias provenientes de las artes visuales y cinematográficas son evidentes. Desde ahí puede guiar al lector, por un espacio donde el tiempo se expresa a otro ritmo. No es difícil leer este libro y sentirse en una película de Terrence Malick o de Carlos Reygadas. ¿Poética de la contemplación? El ciclo natural de las cosas. La edad como una estación inmortal.

111101

El señuelo del pescador es un regaliz envuelto en capas infinitas y doradas. El pescador es un niño. (P. 69)  

Imágenes de Manzanillo (por Rubén Aja Garí)

El poeta necesita encontrar una explicación a la existencia de la belleza. Medita sobre la extensión humana del mundo/el cosmos/el tiempo. Lo atormenta la modificación de los objetos (piezas sensibles). ¿Qué es la existencia? ¿Cómo sobrevivimos a ella? En esas interrogantes se puede descubrir que todo lo que existe es bello por condición natural. La existencia es la palabra que utilizamos para eternizar la belleza. Un gran poeta debe platearse la eternidad desde la belleza, nada compite con semejante sentencia.

001111

Los barrotes no son de acero. Más bien de inercia. (P. 72)

Imágenes de Manzanillo (por Rubén Aja Garí)

Otro elemento perceptible, es la sintonía con el yo espiritual. Un término delicado a la hora de definir debido a sus diferentes acepciones. Pero que conjuga cuatro conceptos ineludibles en Geometría Interior: psique, ser, alma y conciencia.

Se trata de uno de los cuestionamientos más antiguos de la humanidad y que Salazar Benítez introduce desde pequeños detalles. ¿Ambiciona? Claro que sí. Pero a partir de su relación espacial con los objetos/la memoria/la naturaleza. Así provoca un lenguaje simbólico y concluyente.

El agua, los peces, los colores, la lluvia, un niño, un árbol, la cárcel y la tierra, son conceptos repetitivos. En su conjunto crean imágenes poderosas y auto-referenciales. No son de naturaleza externa al autor, más bien actúan como representación de sus estados emotivos-conscientes.

Para Yainier Salazar Benítez, la poesía puede ser un gesto instintivo. Un instrumento capaz de echar abajo los límites mientras su expansión lo trasciende todo. Sus vivencias habituales son traducidas en figuras, cuyos significados necesitan explicarse mediante la palabra. No miente. Transgrede categorías científicas y de asociación. Intenta re-orientar la percepción lógica, sensible y emocional en un mismo discurso. Lo sublime y lo ordinario asumen la misma presencia/permanencia. Se muestra próximo y sincero, aunque en su poesía todas las orillas son equidistantes.


La fantasía ilustrada

Tuve el placer de dialogar artísticamente con Yasser Curbelo Rego, por primera vez, gracias a la coincidencia que nos ofreció mi libro Dime, bruja que destellas; el cual, en su segunda edición, será publicado en Panamá en fechas cercanas. Fue mío el privilegio: las ilustraciones de Yasser llegaron para acompañar mi viaje literario. A través de diversos emails comencé a (re)conocer más del trabajo de este increíble artista visual, quien conjuga una obra donde arte, fantasía y vida tienen la primera —y última— palabra.

¿Cómo llegas al mundo de la ilustración y qué te parece es lo más atractivo de él?

Yasser Curbelo
Yasser Curbelo

Llego a ese mundo cuando todavía era estudiante en la Escuela Profesional de Artes Plásticas Carlos Hidalgo Díaz de Pinar del Río, que comprende la etapa del 2003-2006. En un taller de creación, el profesor que impartía la clase en ese momento introdujo un ejercicio, a modo de juego, relacionado con seleccionar un texto al azar de un libro de poemas e ilustrar el fragmento que te tocara. A partir de ahí comencé a dibujar imágenes vinculadas con la literatura y me sentí atraído por ese universo que era totalmente nuevo para mí.

Luego por mediación de un amigo visité la Editorial CAUCE de Pinar del Río y comencé a trabajar con ilustraciones para adultos que posteriormente salieron publicadas en varias ediciones de su revista cultural. Al poco tiempo recibí mi primer texto infantil y comencé a ilustrar para la colección Rehilete y Fililí, también colaboraba para el Suplemento Infantil “Chinchila”, todos propios de CAUCE.

Lo más atractivo de este campo es poder dar vida, mediante las imágenes, a un juego de palabras o de pensamientos que tuvo el escritor(a) en su momento de creación y tratar de acercarme lo más posible a cómo quisieran que se vieran reflejadas sus ideas.

¿Un buen ilustrador tiene que ser, por necesidad, también un buen lector?

Primero tiene que ser un buen dibujante, luego por necesidad debe ser un buen lector. En mi caso particular, debo admitir con sinceridad que no soy un lector excelente. Y no por falta de interés, porque sí he leído; en mi época de Servicio Militar, por ejemplo, me interesaba mucho la literatura rusa y otros libros clásicos de diversos géneros.

Ilustraciones de Yasser Curbelo
Ilustraciones de Yasser Curbelo

Sin embargo, desde niño me sentía mucho más atraído por los dibujos interiores, al punto de pedirle casi llorando a mi mamá que me comprara el libro Amadís de Gaula —aún recuerdo el título— solo por ver las ilustraciones de dragones y caballeros.

Con el tiempo sí he tenido que leer bastantes textos y en mi caso siento la necesidad y el cuidado de ser responsable con lo que voy a ilustrar. Siempre investigo para que las imágenes se correspondan con el contexto de la historia, los lugares, la cultura, trato de llevar una coherencia para que no se desligue una cosa de la otra.

¿Cuáles son los autores y libros que te interesan?

No quiero citar a ningún autor en específico porque el trabajo que hago es por encargo, es decir, la editorial me contacta y me comenta quién va a ser el escritor a ilustrar. En algunos de los casos no conozco su obra; sin embargo, al leerlos me siento identificado y las ilustraciones fluyen con mayor facilidad porque me gusta lo que va surgiendo.

Claro, no siempre me sucede así, no todas las historias suelen cautivarme pero igual debo hacer el trabajo con la calidad que requiere. De manera general me gustan los libros que me hagan saltar la imaginación, que me brinden y me sugieran imágenes interesantes, que sean textos ingeniosos, que me motiven a trabajar en ellos sin llegar al tedio.

El mundo de la fantasía tiene un inmenso valor en tu trayectoria, ¿de qué maneras piensas que lo fantástico es capaz de dialogar con lo real a través de la imagen?

En mi obra siempre ha existido un marcado interés por lo fantástico. Será que en mi mente siempre he vivido una fantasía llena de sueños desde el punto de vista de la creación, pero esa fantasía la he tratado muy apegada a la realidad.

Me caracterizo por ser observador, me fijo mucho en los detalles. Salgo a la calle y las situaciones cotidianas me brindan ideas. A la hora de crear una obra hago mis apuntes y en el proceso de trabajo voy cambiando cosas, voy centralizándolas más en lo que quiero.

Al final, el resultado es una mezcla de elementos fantásticos que se refieren a los personajes que construyo, los cuales aparecen fusionados con fragmentos de una realidad inmediata. Es decir, construyo mis escenas en ámbitos reales, mi obra refleja las cosas que me son cercanas. Todo ese cúmulo de artilugios los pongo en función de sugerir un pensamiento estético transformado en imagen.

¿Hasta qué punto los libros son capaces de promover la obra de los ilustradores?

Las publicaciones son muy importantes tanto para el autor como para el ilustrador. Esos libros llegan a disímiles manos de niños, jóvenes y adultos. Claro, todo depende de la distribución, de la cantidad de ejemplares de impresión —a mayor tirada, más visualización de tus ilustraciones; y esto conlleva a que te conozca mayor cantidad de público y autores que aprecien tu trabajo y te soliciten a la editorial para futuros proyectos—, también influye la magnitud del alcance de esos libros.

¿Quiénes, en el mundo de las artes visuales, constituyen tus principales referentes y por qué?

Pienso que casi todos los artistas que crean dentro del amplio mundo de lo fantástico han tenido que hojear en algún momento de su vida un catálogo de arte surrealista.

Yo lo hice en mis tiempos de estudiante y quedé fascinado con la obra de Salvador Dalí, de René Magritte y, si me remonto hacia el Renacimiento, tengo que mencionar a Pieter Brueghel llamado el Viejo. En mis comienzos tuve mucha influencia del surrealismo, sobre todo cuando realizaba mis dibujos y pinturas.

Ilustraciones de Yasser Curbelo
Ilustraciones de Yasser Curbelo

Con el paso del tiempo fui desarrollando más las artes gráficas y una manera nueva de adoptar la figuración. Sin abandonar los rasgos surrealistas me fui adentrando más en lo grotesco, en lo expresionista, incluso llegué a tocar lo caricaturesco. También me gusta mucho la obra de Francisco de Goya, sobre todo sus grabados sobre metal; me encantan las ilustraciones del ilustrador francés Gustave Doré, considerado en su país el último de los grandes ilustradores.

Admiro la obra de José Luis Posada, conocido como “El Gallego Posada”, pintor y grabador español exiliado en Cuba. Me retroalimenta en gran manera ver la obra de estos grandes dibujantes con los que me identifico desde el punto de vista estilístico; en fin, que soy un amante fiel del dibujo.

¿Con cuáles libros estableces una conexión más hermosa?

La verdad es que establezco una excelente conexión con los libros que no me aburren, con los cuales no paso trabajo para crear un ambiente dentro de la historia que me cuentan. Lo voy a repetir cada vez que tenga oportunidad: es importante la imaginación del escritor, la cual se denota mediante las palabras y provoca una chispa que no se apaga en el proceso de creación de las ilustraciones. Esto me permite disfrutar cada imagen que realizo sin tener que ceñirme solamente a un compromiso editorial. 

¿Cuál es el valor de la formación académica? ¿Qué puede ofrecer la formación que el talento no, y viceversa?

La formación académica es de mucho valor para un artista. Es la que te moldea y te da las herramientas de aprendizaje para dar tus propios pasos en el camino que decidiste escoger. Pienso que algunos seres humanos vienen al mundo con habilidades especiales; otros las van adquiriendo, y algunos poseen un talento innato o, como decimos a veces, un don.

Ese talento te permite llevar ventaja desde que comienzas como estudiante: haces cosas de manera natural mientras que otros necesitan de una orientación. El talento, vinculado a la academia, da como resultado la formación de un artista más completo, ya que se adquieren conocimientos que luego se pueden utilizar para un mejor enfoque en la carrera artística.

¿Cuál es la mejor forma de dialogar con un público lector a través de la imagen? ¿Hasta qué punto piensas que una ilustración puede enriquecer o desfavorecer al mundo ya contenido en el libro?

Se dialoga al crear imágenes que no pierdan relación con el contenido de la lectura. He visto libros donde el texto no resulta interesante, simplemente porque no todas las obras que se realizan son geniales, hay unas muy buenas y otras no tanto; pero, al final, las ilustraciones le dan vida a ese libro.

También existen textos con historias muy buenas y una excelente edición; sin embargo, las ilustraciones no están a la altura o existe mala calidad de impresión, fallo que nos golpea en muchas ocasiones.

Yo mismo he tenido mis decepciones cuando he realizado ilustraciones de calidad y el resultado final ha sido malo por este motivo. Sé que a veces las condiciones no son óptimas por la escasez de recursos, también reconozco el esfuerzo de las editoriales, pero creo que hay que velar por lo de uno… me refiero a que debe haber un representante de la editorial en el momento de la impresión y no solo enviar el paquete.

En el campo de la promoción, ¿cuáles son las principales herramientas de un artista visual? ¿Cómo se promociona la obra de un ilustrador, más allá del libro como objeto artístico?

Ilustraciones de Yasser Curbelo
Ilustraciones de Yasser Curbelo

Es muy importante la promoción en las redes sociales, la creación de un sitio web donde puedas mostrar tu trabajo y así compartirlo con los demás. Además, también se puede realizar promoción a través de las instituciones que nos respaldan con sus circuitos galerísticos, como el Fondo Cubano de Bienes Culturales y el Consejo de las Artes Visuales.

Pienso que las editoriales nacionales deberían trazarse nuevas estrategias para la promoción de sus ilustradores porque, en la mayoría de los casos, se quedan en la simple presentación y en la distribución de los libros que, en muchas ocasiones, no llegan a cubrir todos los espacios, se quedan en un circuito reducido; sí, escuchas hablar de ellos pero no tienes la oportunidad de adquirirlos.

En mi experiencia personal, desde que estoy en este medio he tenido muy pocas oportunidades de conocer personalmente al autor del libro que voy a ilustrar y eso no debería suceder: el trabajo fluiría más si el autor y el ilustrador tuvieran un contacto cercano.

No quiero decir que esto es algo que no se hace nunca, pero sí creo que la editorial es la encargada de propiciar esos encuentros y de promocionar con más fuerza la obra de sus ilustradores. Las editoriales no deben conformarse con ver solo una impresión en papel o cumplir con el plan editorial del año; al final, este es un trabajo muy serio al que uno le pone el corazón y le dedica su tiempo.

En cuanto a visualidad, ¿crees que nuestros libros se encuentran actualizados, que sobreviven a una comparación estética con los libros de otras geografías? ¿Qué puede ofrecer la ilustración cubana al mundo?

En nuestra geografía existen excelentes dibujantes e ilustradores, dotados con suficiente talento para trabajar con cualquier editorial. Lo que nos golpea siempre por cuestiones de recursos es la calidad de impresión de los libros.

Muchos ilustradores se quedan insatisfechos porque los filtros que aplicaron no se ven, las imágenes van descargadas de tinta o aparecen ilustraciones quemadas. Los equipos de imprenta ya no dan para más, aunque también debo destacar el esfuerzo de nuestras editoriales para que estos libros salgan a la luz y se muestren a todo tipo de público en nuestras Ferias del Libro cada año.

Todavía en ese sentido no podemos competir con la impresión de editoriales extranjeras. Como ves, no estoy hablando de la calidad de ilustración, pero evidentemente si imprimes una imagen a color en óptimas condiciones materiales, esa ilustración gana mucha visualidad.

Por otro lado, pienso que la ilustración cubana puede ofrecer al mundo rasgos de nuestra cultura que, traducida en imágenes, muestra una manera particular de hacer. Eso sin adoptar completamente las influencias foráneas; es decir, puedes nutrirte de las nuevas tecnologías e informarte de lo que se hace en el mundo en cuestiones de arte digital —que es lo que más se está manejando en el campo de la ilustración actual— pero sin dejar a un lado la estética que nos identifica.

En el amplio campo de la ilustración de la isla, ¿qué piensas puede ofrecer tu obra?

La verdad no sé hasta qué punto sea novedosa. Al menos creo que he aportado un granito más en este mundo de la ilustración del cual sigo aprendiendo, en el que me perfecciono día y día y al cual trato de aportar una obra de calidad, que pueda ser del disfrute del público que la consuma. Sí puedo asegurar que mientras esté trabajando en el campo de la ilustración, lo haré con la entrega que me caracteriza y el amor inseparable que tengo hacia la creación.


“Es el texto el que pondrá límites siempre”

Desde que conocí la obra de Yancarlos Perugorría Díaz sentí encantamiento. Palabra en desuso esa que habla de magia, de ese proceso que es emocional a la vez que intelectual, de ese proceso que visibiliza acción y reacción. El ejercicio del talento de Yancarlos es una de sus bazas de triunfo. Esta entrevista busca identificar la fórmula de su creatividad.

¿Existe una fórmula que explique el talento?

Personalmente no creo que exista fórmula alguna. Cualquier proceso de creación debe partir siempre desde la sensibilidad. Para esta última sí puede existir en parte una fórmula: un fragmento nace con el individuo y es inherente a él, y el resto consiste en la idea de que en donde pudiese existir una fórmula hay también una vinculación y una disposición del individuo por extenderla o elevarla. Estas son tareas que debe estar dispuesto a llevar a cabo durante su mortal existencia.

¿Cómo transcurre tu proceso creativo? ¿Tienes algún método específico para crear?

Me considero demasiado emocional, de ese estado parte mi proceso creativo. Utilizo el dolor, el rencor, la esperanza, la vergüenza, el amor, la ira, el enojo, el pasado, el presente, el futuro, los errores, los aciertos… Son ellos los medios que empleo para enfrentarme a la obra de un autor. Debo hacerla personal para traducirla en una especie de huellas visuales que están en función siempre de complementar al texto.

FOTOS: CORTESÍA DEL ENTREVISTADO
FOTOS: CORTESÍA DEL ENTREVISTADO

En tu labor como ilustrador has tenido la oportunidad de colaborar tanto con autores noveles como consagrados. ¿Es difícil trabajar por encargo o forma parte del oficio y la disciplina?

Pienso que las lecciones nos llegan desde cualquier dirección, solo debemos educarnos en ser receptivos, en saber que nunca tendremos un conocimiento absoluto sobre nada. Un niño me ha enseñado tanto acerca de la ilustración como los grandes maestros, un animal me ha enseñado más sobre el amor y la sensibilidad que lo que he visto en muchas personas. Es cuestión de estar dispuesto a aprender a cada segundo.

Has recibido algunos de los premios más importantes de ilustración de nuestro país. Pienso en La rosa blanca y en el Premio Anual de Diseño del Libro Raúl Martínez. Dicen algunos que los reconocimientos, cuando se reciben a edades muy tempranas, solo envanecen al artista y cortan su desarrollo, ¿qué opinas de esto?

He tenido la gran alegría de recibir importantes reconocimientos por mi trabajo, que en gran medida han posibilitado la visibilización de mi obra. Eso es algo que agradeceré siempre a cada persona que me ha apoyado, desde jurados hasta ese lector que vive en algún lugar recóndito. Sí, por supuesto que es muy fácil permanecer a la sombra de lo ya hecho y vivir relamiéndote de los logros obtenidos.

Para mí lo obtenido ya pasó, ya quedó atrás, me concentro en lo que hago en el presente que es lo que importa, igual mañana ya no me va a interesar ni recordaré lo que estaba haciendo hoy. Es fácil regodearse en el ego de los lauros obtenidos, esto conlleva a dejar de superarte y crear. Yo no trabajo para ganar premios, nunca lo hice y espero no fracasar tanto como para que en un futuro ese sea mi único objetivo. Trato de hacer lo que me gusta lo mejor que puedo, pensando siempre en regalárselo a mi pequeña hija. ¡Yo solo dibujo para ella!

En la vida creativa de todo artista, hay un momento que marca un antes y un después, ¿cuál es el tuyo?

Como ser emocional al fin, he tenido momentos que han marcado el antes y el después de muchas etapas por las que he pasado, por las que ha pasado mi trabajo, pero si tuviera que ser más preciso y nombrar uno sería sin duda el regalo que me hizo la vida de ser papá. Hay un antes y un después a partir de ese punto.

Me gustaría que me conversaras un poco sobre el valor, positivo o negativo, que le otorgas a la influencia artística. ¿Qué voces o visualidades han impactado en tu imaginario?

Sería injusto mencionar nombres de personas que han influido en mi trabajo y forma de pensar porque correría el ingrato error de no recordarlos a todos. Mejor quisiera aprovechar esta oportunidad para agradecer a todo el que se acercó a mí e influyó intelectual y visualmente en cada una de las etapas de mi vida: la lista iría desde el trabajo de un niño de unos pocos años hasta grandes obras nacionales y universales.

La influencia artística es un fenómeno común a lo largo de la historia del arte. Un valor positivo de la apropiación visual ocurre cuando el motivo es el estudio y la superación, los cuales conducen al individuo a la realización de un estilo influenciado, en cierta medida, a la hora de proponer un discurso visual pero aportándole características y elementos desde el enfoque personal. Esto puede culminar en la creación de una nueva identidad. Un valor negativo de la apropiación radica en llegar hasta un estilo visual, asimilarlo y quedarte estancado en él, es un peligro inminente. Hay que exigirse.

Soñemos: si tuvieras la oportunidad de que un autor, nacional o internacional, te pidiera le ilustraras un libro, ¿a quién elegirías?

He tenido el inmenso placer de trabajar con grandes autores nacionales y del extranjero, y aunque eso no se compara con todos los que me restan y con los que también quiero trabajar, sería injusto mencionar nombres, porque cada autor es como un universo con su obra. No prefiero nombres y, como tenemos la posibilidad de estar soñando en esta pregunta, el lugar de origen no es importante; importante para mí sería que ese autor me propusiera ilustrar un libro de esos que, al leer la primera línea, sabes es un libro mágico. Sin duda ese sería el autor que elegiría.

FOTOS: CORTESÍA DEL ENTREVISTADO
FOTOS: CORTESÍA DEL ENTREVISTADO

Uno de los saltos más deseados por los artistas jóvenes hoy día es el reconocimiento internacional, ¿crees que es sobrevalorado?

El reconocimiento siempre es positivo en cualquier ámbito. La aceptación acentúa la creación aunque no es totalmente imprescindible para la realización de la obra. En lo personal tiene tanto mérito y vitalidad el reconocimiento obtenido dentro como el que se obtiene fuera. Al final, sin importar el orden, uno siempre acaba condicionando al otro, por lo cual no se debe correr el riesgo de subestimar a ninguno.

¿Cómo promocionas tu trabajo?

Trato de promocionarlo a través de cualquier medio posible. A través de los mismos autores, mediante la creación de un perfil social específicamente de trabajo y utilizándolo en todas las redes y plataformas posibles.

Y por último, si tuvieras que definir tu estilo, ¿qué palabras escogerías?

A pesar de ser graduado en Artes Plásticas, nunca tuve ningún roce con la ilustración. Este programa fue desconocido para mí hasta que tuve la oportunidad de realizar mi primer trabajo. Por ende me siento más como autodidacta, y como tuve que iniciar mi preparación como ilustrador el mismo día de la primera prueba para un libro, me dediqué a la investigación profunda de todo lo que tuviera que ver con esta variada y difícil especialidad.

Todo lo anterior me sirvió para mantener una identidad y tratar de adaptarme visualmente a lo que necesita el libro, a ese estilo que le aportará más. No adapto el libro a mi estilo, mi habilidad la pongo en función de lo que el texto necesite. Voy desde el collage al dibujo a líneas, y luego a un estilo más gráfico, etc. Es el texto el que pondrá los límites siempre.


La adversidad te hace competente

Nunca he tenido la oportunidad de conocerlo cara a cara. Sin embargo, su creación es más que una buena carta de presentación. He seguido la obra de Noel Antonio Cabrera Hernández a través de libros y antologías en los que su trabajo, sin dudas, resalta por su diferencia y por su lucha contra la inmovilidad. Como todo hijo, su obra respira más allá de las páginas ilustradas. No se trata solo de que la adversidad —humana, espiritual o geográfica— te haga competente. El arte requiere más. El arte pide más y Noel lo sabe. [+]