Siempre me he considerado un narrador visual

El Caribe tiene de magia y de mito, tiene rostros de dioses y voces disímiles, y Edison Montero (Eddaviel) ha intentado atrapar sus esencias, sus rastros. Su memoria espiritual es un mapa de referencias que despliega en sus ilustraciones, en sus cómics, en sus murales, en las múltiples maneras de arte que Eddaviel abarca y contempla. Desde República Dominicana, Eddaviel sabe que el mundo es síntesis y sumatoria de todo lo que somos y de lo que llegaremos a ser.

Muchas veces, las memorias de nuestra infancia, de lo vivenciado en esa etapa de la existencia, acompañan a nuestra creación con el paso de los años, ¿tu infancia ha servido de influencia en tu trabajo?, ¿cuáles son las memorias de ese tiempo que han tenido un impacto en ti?

Claro, las memorias de mi infancia han sido parte fundamental en mi desarrollo personal y creativo. Nací rodeado de los hermosos paisajes del sur de Kiskeya y me adentré en sus montes, ríos, montañas, playas y en su gente, conocí la magia de las tradiciones, los mitos, creencias, leyendas y supersticiones; mis abuelos me contaron grandes historias sobre el bosque, los Bacá, las brujas, galipotes y otros seres que habitaban nuestra tierra; dancé al compás de los tambores en una fiesta de palo, fui monaguillo en la iglesia católica y descubrí los misterios del Liborismo con mi padre; jugué al topao con mis amigos y monté bicicleta por todos los rincones de mi pueblo natal; navegué en las aguas de la literatura con las aventuras de Julio Verne, fui El Principito y me perdí en la Nada de La Historia Interminable, calqué dibujos de Dragón Ball y Caballeros del Zodiaco, aprendí a contar historias con el Cuentacuentos e imaginé el futuro con Back to the Future. Recordar mi infancia es conectar con esas emociones y ver en mi obra la influencia de todos esos maravillosos momentos.

¿Sientes que eres pionero en el trabajo y el género que has seleccionado para encaminar tu creación, dentro del contexto regional y geográfico que habitas?

Mientras más me adentro en la historia de la ciencia ficción y la fantasía en la literatura, la ilustración y la pintura de Kiskeya, me doy cuenta de que son géneros muy poco explorados en nuestra región, a pesar de que tenemos grandes creadores en la literatura especulativa como Francisco Javier Angulo Guridi, Virgilio Díaz Grullón, Virginia de Peña de Bordas (escritora de La eracra de oro, uno de mis cuentos favoritos que explora lo fantástico en el Indigenismo), mi contemporáneo Odilius Vlak; y en la pintura contamos con las mágicas y monstruosas visiones de Vladimir Velázquez, el arte de Samuel Gómez, Welinthon Nommo, AJ Marti y Markus Edgical Goth.

Siento que aún hay muy pocos creadores y que las obras más cercanas en la literatura —y sobre todo en la ilustración y la pintura— se han enfocado en el costumbrismo y la religiosidad popular que en sí mismo es pura fantasía, pero muy pocos han creado un mundo mágico o de ciencia ficción a partir de nuestra realidad mágica-caribeña. Ese es el espacio en donde siento que mi obra se va abriendo un camino con elementos como una intervención extraterrestre en la creación de la mujer en la mitología taína, la búsqueda de un mundo ancestral robótico-mágico caribeño, la creación de un steampunk en nuestra isla o las visiones afrofuturistas plasmadas en mi obra.

cortesía del entrevistado

¿Qué tal la salud del arte vinculado al género fantástico, en cualquiera de sus registros y formas, en República Dominicana? ¿Percibes un cambio, una evolución, en la última década?

Sí, estos años me han llenado de felicidad, sobre todo al poder compartir espacio creativo con mi cómplice en el crimen de imaginar, el escritor Odilius Vlak, con quien desarrollé “Caribe Extremófilo”; el primer congreso de Ciencia Ficción y Fantasía en la República Dominicana, y además publicamos una primera antología de ciencia ficción y fantasía dominicanas titulada Futuros en el mismo trayecto del sol.

Es genial ver cómo ha ido avanzando todo al leer los textos de Junot Díaz o Peter Domínguez, ver las obras de Vladimir Velázquez, Welinthon Nommo, Markus E. Goth y otras en el mundo del cómic como Bacá, de AJ Marti o Duarte como nunca antes visto, un proyecto de cómic histórico-fantástico desarrollado por Moro Studio del que pude ser parte; películas como “Azul Magia” y festivales como La Fiesta del Cómics, SketchDom o MaCo Expo.

Al recordar todas estas acciones y creaciones siento que esta década ha estado aportando mucho a lo fantástico desde todas sus manifestaciones y espero que siga dando mucho más.

cortesía del entrevistado

¿Cómo definirías tu estilo? ¿Qué referencias acompañan la visualidad de tu arte?

Es una pregunta difícil, pero si tuviera que buscar una definición para mi estilo diría “Popsurrealismo Mágico-Caribeño” y “Afro futurismo Caribeño”, ya que ahí estarían abarcados todos los elementos que componen mi obra: surrealismo, realismo mágico, pop art, cómic, ilustración, literatura especulativa, mitología, fantasía, Afro Indigenismo católico, esoterismo, ocultismo y religiosidad popular. Dejo ver en mi arte la exploración sobre la realidad cultural y mágico-religiosa del ser afrolatino caribeño, esa fusión de las expresiones africanas, indígenas y europeas que conforman el Caribe: tres continentes en una sola geografía mágica.

cortesía del entrevistado

Como muralista, ¿de qué manera valoras la intervención de espacios en la ciudad?, ¿sientes que la relativa fugacidad de los espacios intervenidos aportan a tu proceso creativo?

La magia del muralismo radica en lo efímero. Nos hace ver que incluso las obras de arte que pensamos eternas están expuestas a la destrucción en manos del tiempo, en la creación de armonía y embellecimiento de los espacios públicos, y en el poder de comunicación e interacción con el espacio y el público sin necesidad de ser un lugar especializado para el arte. Para mí, el muralismo ha sido un medio más de expresión en donde compartir mis ideas. Nunca me he considerado completamente muralista, sino más bien un narrador visual que usa las paredes como el lienzo, como el papel o un medio más para poder compartir mis visiones con otro público, ese que a veces no tiene el acceso a un museo, una biblioteca, un libro u obra de arte.

A la hora de crear una pieza en las calles y seleccionar el muro se genera una interacción entre idea y espacio sin un orden objetivo. A veces busco un espacio que coincida con lo que quiero plasmar; otras veces creo una obra sugerida por el ambiente en donde estoy pintando, o simplemente adapto mis ideas al espacio encontrado o sugerido por un cliente, un proyecto, un festival.

cortesía del entrevistado

Me fascina cómo haces visible en tu creación los cuerpos y las identidades afro. Lamentablemente, en el género fantástico, casi siempre se sigue un patrón eurocentrista y racialmente exclusivo (y excluyente). ¿Hasta qué punto sientes que esta es una de las líneas de pensamiento (político) que acompaña y guía a tu creación?

Al final del día todo es político. Somos entes que vivimos en sociedad y hemos sido marcados por el espacio geográfico que nos ha concebido. En mi caso, como caribeño y amante de lo especulativo no he buscado como punto principal ser inclusivo, ni tener un pensamiento político enfocado en nuestra herencia afro, indígena o europea, sino más bien capturar la magia que me rodea utilizando todos esos elementos que han construido mi personalidad y mundo creativo. Así puedo reinterpretar con mi arte esas historias que me contaba mi abuelo, visualizar las locuras que habitan en mis sueños, las voces de mis vecinos, el Bacá que tenía Deoleo, la nave espacial qué pasó la noche anterior por el Patio de Pipí, los rituales que hacían antaño en el corral de los indios de Maguana, las almas vendidas en la frontera RD-Haití, la mitología de mi tierra, los misterios de nuestras montañas, los portales y todas las curiosidades científicas y espirituales que viven en mí. Al leer y ver cómo los autores que me encantan han plasmado sus mundos en obras literarias, cinematográficas o pictóricas, al analizar mi mundo e influencias puedo ver que todas, absolutamente todas estas historias tienen rostros: rostros mulatos, negros, indígenas y europeos, esos rostros que crecieron conmigo, que me han acompañado toda la vida y todos los rostros que siguen apareciendo en cada paso, con cada historia.

cortesía del entrevistado

Para el artista joven, ¿cuáles son las principales dinámicas de inserción en el mercado nacional y en el internacional? ¿Existen suficientes oportunidades?

Siempre he sido hiperactivo y he venido creando proyectos artísticos con nada desde antes de empezar la universidad; ya en la universidad empecé a realizar los primeros festivales de cómic, exposiciones de arte estudiantiles, participé en cortometrajes y demás proyectos junto a otros amigos. Poco a poco fui creando un portafolio variado en donde plasmaba todas mis curiosidades y deseos como artista y así creé nuevas amistades. Para mí,  lo principal es tener una base o proyecto creativo que represente lo que eres y quieres para ti. A partir de eso es solo mostrarlo, compartirlo con amigos, con instituciones, festivales, concursos, centros culturales y editoriales que estén acordes a nuestras visiones y, sobre todo, visibilizarte en las redes sociales.

Las redes sociales son la mayor oportunidad que tenemos en la actualidad y mediante ellas he podido proyectar mi arte a nivel nacional e internacional. Me han dado la oportunidad de compartir mis visiones con diversas casas editoriales, centros culturales, me han permitido crear murales y otros proyectos en Argentina, Perú, Estados Unidos, Haití, Puerto Rico, Canadá, Suecia, Francia y otros países. Instagram me permitió ser el artista visual invitado al Afropunk Paris 2015, allí pude compartir espacio con grandes artistas como Lenny Kravits, Zoé Kravits, Willow y Jaden Smith, Lianne La Havas, Leon Bridges y otros, mientras que mediante Facebook pude conectar con algunas personas para desarrollar un proyecto expositivo y crear un mural en Suecia.

Mi recomendación principal es crear nuestra obra y empezar a compartirla en todos los medios ya mencionados, en algún momento encontraremos alguien con interés en lo que estamos haciendo.

cortesía del entrevistado

¿Cuáles son los desafíos que se presentan en el contexto dominicano, caribeño e hispanohablante a los artistas de cómics e ilustradores?

¡Ups!, lo primero es que no tenemos un mercado en nuestros países. Eso nos da tres posibilidades: ser pioneros, enfocar nuestra obra a otro mercado (razón por la cual muchos creadores hispanohablantes siempre publican sus creaciones en inglés) o morir en el intento.

En 2009, junto a otros artistas, creé Moro Studio, una compañía de cómic e ilustración con el objetivo de realizar nuestros propios cómics. Durante años intentamos posicionar nuestras historietas a nivel nacional: el problema principal era que no habían muchas librerías o espacios para la distribución del material, y muy poco apoyo o incentivo institucional a proyectos literarios e historietísticos. Con los años eso ha ido cambiando un poquitito y el mayor de los aportes ha venido de mano de las publicaciones digitales y las redes sociales, que suplen el espacio de distribución y llegan así a un mayor público con un mínimo de inversión monetaria.

cortesía del entrevistado

¿Qué estrategias de conexión, con creadores de otros países, fundamentalmente los caribeños, piensas que podrían facilitar vínculos tanto espirituales como creativos?

Lo primero sería crear puentes, investigarnos más, generar más diálogo, más congresos y festivales sobre nuestro onírico y especulativo Caribe, y convertirlo en un espacio geográfico unido por nuestras voces creativas. Vernos, leernos, escribirnos, filmarnos y dibujarnos más, ya que en el Caribe no tenemos una buena conexión y generalmente no sabemos lo que se está creando en cada país.

Para mí en particular es una sorpresa siempre que encuentro un nuevo proyecto de Martinica, Cuba, Puerto Rico, Haití o Guadalupe, saber cómo nuestros vecinos plasman sus visiones, esas visiones que tienen más conexiones que las existentes actualmente entre nuestros pueblos.

Formas parte del colectivo de literatura especulativa Mentes Extremófilas, ¿qué aporta lo literario a la visualidad de tu quehacer?

Sin la literatura, mi obra no existiría. Siempre me he considerado un narrador visual y uso la ilustración como un medio narrativo para poder contar mis historias. Si nos trasladamos al origen del lenguaje escrito, podemos ver que los primeros textos o formas de comunicación eran una secuencia de imágenes que estaban más cerca del cómic o arte secuencial que de las letras actuales; razón por la cual me es imposible desconectar mis visiones de lo literario.

Desde niño he sido un lector fascinado por la mitología, la fantasía, el ocultismo y la ciencia ficción, siendo estos los puntos de inspiración para mi creación visual, de arte secuencial y literaria que me llevaron a crear el proyecto Mentes Extremófilas junto al escritor Odilius Vlak, un proyecto que busca ante todo mostrar lo especulativo creado en el Caribe desde diferentes medios narrativos.

cortesía del entrevistado

En el Caribe se fusionan tres culturas fundamentales: la africana, la europea y, en menor medida, la taína. Sé que una de tus principales búsquedas es crear una fantasía afrocaribeña, que es también un espacio espiritual y creativo de inclusión y de síntesis. ¿Se ha conseguido ya este bellísimo objetivo? ¿Estamos en vías de llegar a él?

Aún seguimos en el camino creativo y mi obra, junto a la creación del escritor Odilius Vlak, son un vivo ejemplo de exploración a la amalgama caribeña desde el espacio mágico, espiritual o metafísico a través del arte.

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