Una semana de reflexiones…

La 10 Semana de Arte Contemporáneo transcurrió en Ciego de Ávila con una magistral muestra fotográfica de Giulio Di Melo (Capua, 1976) en el galería del Consejo de las Artes Plásticas. Esta muestra, llamada Reflexiones Antagónicas, tiene la posibilidad de ser interesante y de interesar al espectador para que se detenga, entre a la galería, y establezca su diálogo con las imágenes.

Fotos en blanco y negro. Expresión de la dialéctica. Ángulos complejos, horizontes difusos. Luces y sombras que dialogan desde la profundidad y la emotividad humana. Fotografía documental, como bien expresa su autor en las palabras del catálogo y nos documenta la esencia de 55 años de lucha cubana contra el bloqueo norteamericano, a brazo partido y a camisa quitada.

Fotos que recogen la esencia de la cubanidad, ese ajiaco de individualidades que dieron con la ventura de un Hombre-Patria como lo es el cubano. El cubano de hace 10, 20, 30, 40 y más, años atrás. Porque en esencia somos lo mismo, repito, un Hombre-Patria. Es lo que capta, con el lente de su cámara Giulio Di Melo.

Una manera provocadora de comenzar una semana de arte que, supongo sin pretenderlo, es contemporánea porque es de ahora mismo, y refleja la Cuba del arte de ahora mismo. Y es también el reflejo del alma del cubano artista o no, de ahora mismo.

Es contemporánea sin pretenderlo, porque ya lo es, irremediablemente. Pero pudo ser una mejor noche, a pesar de la lluvia que nos cambió el momento verdadero, inicial, de esta semana. Pudo haber más presencia de artistas, periodistas, dirigentes; más respeto al suceso que se inició desde el arte de vanguardia juvenil, bastaban unas palabras de inauguración pensadas, escritas, leídas con toda intención. Unas palabras que sintetizaran el espíritu de esta semana de arte contemporáneo que es útil y es bella. A veces lo simple puede ser una quimera.

Bastaba, también, con darle las dimensiones que aquello merecía y convocar no solo a algunos amigos si no, además, a la presidencia de la UNEAC, la dirección de cultura, entre otras instituciones, porque vivimos tiempos en que la unión es la clave para el éxito. Tiempos en que la desunión está dañando al hombre común.
Bastaba con un espectáculo que marcara la pauta y subiera el nivel de la creatividad. Bastaba…

Este es un suceso artístico que recoge lo más juvenil de la expresión artística cubana. No hay límites para la creación, para las muestras. Música, danza, literatura, artes plásticas, videodanza, exposiciones, performance, intervenciones, charlas; todo cabe en su esencia renovadora y verdaderamente revolucionaria. En su espíritu están los límites sin fraguar de lo que es arte y de lo que es cotidianidad. Vivencia para el artista, trozo de vida con un significado propio, individual, que asume otras connotaciones mientras se funde con las vivencias de los otros.

Todo lo que desde el arte se convierte en verdadera joya tiene cabida en esta semana. No importa el lugar de la isla de donde provenga. Todo es la isla. A ella nos sumamos.

Así, esta 10 Semana de Arte Contemporáneo fue también la celebración en el momento y espacio adecuados, de los 30 años de nuestra organización y fue, también, el Felicidades gigante para el líder histórico de nuestra Revolución, Fidel Castro, por su 90 cumpleaños.

Noble es el empeño de los realizadores de la 10 Semana de Arte Contemporáneo. Ayudarlos, desde mi escritura y mi visión de las cosas es lo que pretendo. Las representaciones sociales de los artistas avileños es inadecuada con respecto a lo que se busca desde la política cultural, la AHS y la UNEAC, que tienen, también, su propia representación social que es más abarcadora, más «con todos y para el bien de todos».

Propongo valorar cada jornada y sacar provecho de lo mal hecho para volverlo virtud. Solo así, creo yo, se consigue el mejoramiento artístico y humano que para el caso es la misma cosa. La cultura avileña tiene que hacerse grande después que concluyan eventos como este.

Preví, exposiciones bien logradas, mágicas y estremecedoras como esta de Giulio Di Melo, o como la de Adrián Socorro que se inauguró en la galería Azagaya de la UNEAC avileña por la noche del miércoles 22. Una serie de acrílicos con espátula que nos dejó un sabor extraño en los labios y un deseo incontenible de opinar y de hablar.

Navegamos por esa semana que rindió tributo al arte que se gesta desde la ternura y la consistencia, desde la AHS o desde la continuidad de la vida misma, o tal vez desde la acera del frente, tristemente. Disfrutemos el arte que nos regalan los jóvenes vanguardia de la AHS y seamos capaces de agradecer hasta lo indecente que puedan parecernos. Seamos el mejor receptáculo para el mensaje que ellos nos quieren dar. Viva el arte.

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