Un mapa para elefantes solitarios

La Cartografía puede ser una ciencia, un tratado de Geografía náutica o una técnica para trazar mapas de reinos actuales o perdidos en el tiempo. En el mapamundi no existe Elefantolandia; ni los elefantes han dejado de andar en manada. Pero la metáfora es imbatible y la imaginación señorea cuando hablamos de nosotros, los seres humanos que vivimos hinc et nunc. Decía Ortega y Gasset, el filósofo español, que “yo soy yo y mis circunstancias”. ¿Es que, acaso, puedo ser otro? Para reflexionar sobre la existencia humana han ocupado, nuevamente, un espacio en la escena un grupo de jóvenes artistas santiagueros.

Foto 2 Cartel de la obra (Diseño Rainer Cascante)

El jueves 24 de septiembre (2020) en el Cabildo Teatral Santiago, en el inusual pero obligado horario de las 6:00 P.M., el Grupo de Experimentación Escénica LA CAJA NEGRA estrenó Cartografía para elefantes sin manada, de Laura Liz Gil Echenique, con diseño escenográfico y bajo la dirección artística y general de Juan Edilberto Sosa. En el elenco artístico estuvieron Erasmo Griñán, Maibel del Rio y Lisandra Hechavarría, quien alternó con Yanisleidys Laborí. LA CAJA NEGRA, fundada en junio de 2016 como un proyecto de la AHS, ha sido desde entonces un foco de atención permanente para el público y los artistas de la ciudad. Han estrenado, entre otros, El Deseo (otro panfleto escénico); Bonsái; Y los peces salieron a combatir contra los hombres, y Leviatán.

Sobre heridas y nostalgias, aciertos y errores en la búsqueda de la felicidad, memorias, recuerdos y añoranzas trata esta obra. Su tono es altamente lírico, lleno de metáforas contemporáneas, tan hermosas como complejas, tan sociales como existenciales. Y es que no puede ser de otro modo. El mundo ha cambiado y el lenguaje poético y el escénico han de cambiar con él. La subjetividad está presente a todo lo largo de la puesta en escena. El espacio se convierte en una categoría dramatúrgica y existencial. No puede olvidarse la importancia que concedía al espacio el director, profesor y dramaturgo, Rogelio Meneses Benítez, quien consideraba que el espacio determina la dramaturgia. Aquí soledad, incomunicación y actitud de búsqueda de la felicidad, van de la mano.

Foto: Belice Blanco

La acción se desarrolla por confesiones monodramáticas y puede ser vista como circular. Aun cuando ellos se van de sus espacios, todo puede volver a comenzar en otros o por otros protagonistas. Los personajes pueden ser Maibel, Lisandra y Erasmo pero en otros espacios, o ser otros en los mismos espacios que ya han habitado Maibel, Lisandra y Erasmo.

El elenco cuenta con algunas de las figuras más relevantes de la escena santiaguera. Maibel del Rio mostró su talento y versatilidad en dos piezas tan diferentes como Menudos pedazos y La estrella negra. Lisandra Hechavarría deslumbró desde su aparición como una simpática anciana revolucionaria; cederista, federada y miliciana, pero adicta al ron, en ¿Y llegarán los camiones? hasta el trabajo con Alina Narciso como directora a partir de los textos de la poeta Teresa Melo, escritos en La sombra  protectora.

Hay un tercer actor en la puesta en escena. Es graduado de la Academia pero no es un actor académico. El público lo ha visto en espectáculos y presentaciones no convencionales. En Pasaporte (Calibán Teatro) hizo un camarero cubano en EE.UU., en una difícil e intensa pareja con Dalia Leyva, quien siempre se muestra excepcional para elevar el nivel emotivo del público. La labor de Erasmo Griñán resulta válida, nuevamente, como balance actoral y dramatúrgico de esta puesta en escena. Posee carisma, presencia, buena voz y correcta dicción e irrada, además, una energía contagiosa. Posee respeto y fe. La fama habrá de llegarle con el tiempo.

Foto: Belice Blanco

Juan Edilberto Sosa es uno de los creadores santiagueros que ha decidido hacer un camino en el arte de la ciudad. Ha resultado polémico por novedoso y, en consecuencia, atractivo para la juventud y la bohemia de la ciudad. Pero su labor se profundiza por día y sus instrumentos como director se amplían, lo que permite una mejor y más rápida conexión con todo tipo de público. Logra belleza en la transposición de la imagen literaria a la escénica, así como en la creación de la metáfora teatral en sí misma. El espectador percibe dos palabras/clave en el discurso narrativo. De ambas tenemos en común elefantes y seres humanos: memoria y manada, que suponen o se contradicen con otras visibilizadas en el discurso escénico.  

Foto: Belice Blanco

El tema de Cartografía… es de una importancia poco menos que vital para todos los seres humanos. Pero tales disquisiciones transitan por una situación de fondo en las que navegan nuestras angustias más íntimas dado que tendemos a intelectualizarlas, esto es, navegan por el sentido profundo de la cubanía y su relación con el mundo; y de nosotros, con la realidad en la que vivimos. Siempre recuerdo a Martí, todo el que lleva luz, se queda solo.

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