Los recuerdos de un soñador llamado Evangelista

Conocí a Evangelista —¿cómo olvidar a un personaje así aunque el libro esté cargado de otros personajes singulares y también memorables?— en Mi patio guarda un secreto, antología publicada también por La Luz a propósito del aniversario 20 del Premio Calendario. El libro obtuvo el galardón en el apartado infantil en su primera edición (1999) y esta antología nos adelantaba los relatos Evangelista, Las cotorras cantoras, Estrellita, Evangelista, el arte y la política, El Tren y “a Gloria.

A estas se suman las narraciones Lela, El Mensaje, Evangelista no tiene… y ¿…y Estrellita?, para conformar una “historia inclasificable, con bastante de saga vivencial� que “recrea el particular universo de un pueblo imaginado, con originales personajes que trazan su ruta al amor, la aventura, los valores y esa añorada posibilidad de redención para quien se asume en tanto se sueña a sí mismo�, añade Enrique Pérez Díaz.

Son precisamente los sueños, los afanes y sinrazones que mencionaba Pérez Díaz los que hacen de Evangelista y los recuerdos un libro cercano y necesario: “Si alguien adora este batey, se llama Evangelista. Nadie como él le ha visto tan cerca, o tan lejos, pues cuando le dio por la cartografía, cada cinco segundos miraba el mapa grandísimo del mundo y decía: Dentro de este puntito está San Francisco. Y realmente es pequeño San Francisco, aunque tiene un central, a veces pasa el tren, y sobre el puente de su arroyo�.

Soñador como pocos, Evangelista ha sido cartógrafo, maestro de canto para aves, proyector de películas y hasta político demagogo que planea modernizar San Francisco… Pero con la misma agilidad con que urde los planes, cambia y se inventa un sueño nuevo.

Nos cuenta Maylén: “Había tenido tantas novias como oficios, y todas le habían dejado una tristeza enorme, porque solía enamorarse muy en serio aunque después creyera que no tenía sentido�.

Sin embargo, la tarde que conoció a Estrellita supo que era la dueña de su vida. Por ella —llevando como amuleto su pañuelo— se fue conquistar el mundo, pues ¿qué puede hacer una doncella sin un héroe? Y cuando regresó —y mira que el amor puede ser injusto—, ya Estrellita no estaba en el batey y casada con el dueño de una finca, soñaba que era reina…

Maylén, dueña de una prosa ágil, fluida, sencilla, sin malabares técnicos y portadora de ese “no sé qué� decisivo en la literatura infantil, nos reafirma la sensibilidad de una narradora que, desde lo vivencial, allí donde se esconden las mejores historias, nos conduce por caminos universales.

Otro de los “amuletos� del libro —eso que lo convierte además en una obra de arte— son las ilustraciones realizadas por Anabel Medina y Dieiker Bernal, quienes logran insuflarle vida al personaje de Maylén en un texto que destaca por el colorido de su diseño, a cargo de Frank Alejandro Cuesta, con edición de Luis Yuseff y corrección de Yailén Campaña.

Entre los otros libros de Maylén Domínguez Mondeja se encuentran: A San Francisco no llegan los aviones (2005), Pero fue culpa del cuento (2007), Los poderes de Antonina (2008, mención en el concurso Ismaelillo, 2006), Último circo (2009, premio Eliseo Diego, 2008), Un circo de papel (2010), Carpa de ensueño (2011), Pasiones marineras (2012, premio Fundación de la Ciudad de Santa Clara, 2010) y Mi amigo el corredor (2015).

¿Quién no ha conocido a un Evangelista? ¿Quién no está a riesgo de convertirse un día en alguien como él? ¿Quién no ha leído un libro que un día quisiera leerles también a sus hijos? ¿Y quién —como nos dice Onelio Jorge Cardoso en el pórtico del libro— no prefiere creer en algo que sea bonito aunque no lo sea? Por eso, bienvenidas las “locuras� que nos hacen vivir.