El gato más humano del mundo

Es una verdad de perogrullo que el Sistema de Ediciones Territoriales, nacido en el año 2000 permitió la visibilidad de autores de todo el país. Desde el cabo de San Antonio hasta la mismísima Punta de Maisí comenzaron a visibilizarse autores que, sin dudas, enriquecieron el corpus de la literatura cubana.

 

En el caso de los textos para niños y jóvenes, este suceso vino a airear un movimiento que hasta entonces se focalizaba en el occidente, sobre todo en La Habana, Pinar del Río, Matanzas y Villa Clara; al mismo tiempo permitió mostrar una gama de textos y autores que desde diversos ángulos, tendencias y estilos escribían para los niños y ¿por qué no? el resto de la familia. De ahí que florecieran los temas de corte social como el divorcio, la sexualidad, la emigración, el racismo junto a las historias de princesas, dragones y elfos, e incluso, con el transcurso de los años, un género como la ciencia ficción y la fantasía que por momentos estuvo segregado, ha vuelto a alcanzar altos estándares de calidad literaria y de visibilidad dentro de la literatura infanto-juvenil.

Sin embargo, en medio de esa amplia diversidad temática, se resienten las historias protagonizadas por animales, negando quizás la tradición que existe en nuestro país con figuras como Onelio Jorge Cardoso, Dora Alonso, Ivette Vian, Enrique Pérez y otros autores que, usando a la personificación como recurso literario, han dejado más de un referente en la literatura cubana. Hoy, por desgracia, contamos con pocas historias en donde los animales son protagonistas y en la mayoría de los casos estos responden a patrones preestablecidos, estereotipados y a muchas veces sin conflictos interesantes que emocionen a los lectores.

Es por eso que en medio de ese “no decir” se agradecen los libros de Yunier Riquenes en esta serie de animales domésticos que ha venido trabajando en los últimos años. Quizás algunos recuerden a Fiona, la perra de pelea que se rebela a la imposición de los humanos por convertirla en una máquina para matar. Aun siendo un animal, en Fiona florece un lado humano que por momentos se siente resentido en los hombres. He aquí el aporte más valioso de Yunier en ese sentido. Poner en polos apuestos a animales y humanos y tratar de que los lectores tomen partido por uno u otro, mostrando como la humanidad no es una condición impuesta sino adquirida, no importa si eres animal u hombre.

En Cuentos de Tigre, sucede algo similar, pero esta vez es un gato el que defiende esa libertad que a ratos se siente arrebatada y que heredando del valor de los personajes onelianos, sale a conquistarla.

Este año, Riquenes regresa como este mismo personaje como protagonista de un relato: Casa de mascotas, publicado por la Editorial Oriente. De nuevo el valor de la libertad, según mi criterio el bien más preciado del hombre, resalta entre las páginas de esta historia. Pero esta vez no la libertad del propio individuo, que por cierto se llama Tigre pero no es nada fiero, sino la libertad de los otros, esa que muchas veces el otro no sabe que existe porque no la ha experimentado. Tigre deja de ser un gato que maúlla, se las ingenia para caer de pie cada vez que se tira del tejado y le gusta la leche, para convertirse en un símbolo de inconformidad, la rebeldía y el amor. A Tigre que no le importa que los otros gatos no se compadezcan de los perros, los hámster,los pájaros y siente el dolor ajeno como si fuera el más humano de los humanos.

Hay dos momentos neurálgicos en el relato. Primero cuando el protagonista dice Yo soy libre, ninguno de ellos puede salir como yo a las calles. Ninguno puede traspasar sus jaulas, peceras o sus rejas; ni los perros, más tarde hablando de unos colegas comenta Ninguno tenía orgullo. Todos los gatos se rebajaban ante los hombres y las mujeres por irse a cualquier lugar lejos de la casa de mascotas. Mientras se leen estos parlamentos el lector recuerda el valor de la libertad, al mismo tiempo que se entristece por el destino de los que no la tienen. Cuando eso sucede, cando sentimos el ultraje que provoca el encierro, es porque definitivamente al autor ha logrado sensibilizarnos hasta convertirlos en lectores activos, coautores de su historia.

Quizás algunos incrédulos no podrán creer que en tan pocas páginas se encierre algunas de las lecciones de vida más importantes para el hombre. Algunos ni siquiera creerían que para mostrarla un autor suspicaz, inteligente y amante de los animales, solo necesite una casa de mascotas, para nada el sitio ideal imaginado por algunos, y un gato sentimental que apuesta por sus semejantes, quizás Yunier Riquenes, escondido bajo la pelambre de este minino, nos está invitando a nosotros que también hagamos lo mismo.

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