Fotografía Subacuática Cubana: ¿Arte o Ciencia?

Tomado de Revista Cartelera

Desde la Antigüedad, los hombres anhelaron descubrir lo que se ocultaba en el fondo del océano y documentarlo. Los primeros vestigios históricos que revelan actividades de inmersión se remontan a la Edad Antigua, pero no fue hasta finales del siglo XIX que se realizó una fotografía en el medio acuático. Ya en el siglo XX la modalidad se convirtió en el recurso que tenían los científicos para legitimar sus hallazgos en el entorno marino. Paralelamente, su carácter documental facilitó el estudio y salvaguarda del Patrimonio Cultural Subacuático.

En el contexto cubano, la fotografía submarina tuvo entre sus cultores iniciales a Alberto Korda, Alfredo Martínez, Nelson García Portillo y Carlos Fonseca. Los tres últimos fueron galardonados por la notable calidad estética de sus obras, durante la celebración del Primer Festival de Fotografía Submarina: FOTOSUB 1982, que constituyó un hecho de vital importancia para la evolución del género a nivel nacional

Sin lugar a dudas, la celebración de estos encuentros hasta la fecha actual,  ha permitido a los representantes nacionales mostrar las riquezas naturales de nuestros fondos marinos, amén de enaltecer una manifestación que históricamente había sido despojada de sus valores artísticos. Hoy en día, las valoraciones sobre la vertiente subacuática se han diversificado, pues esta especialidad comprende las imágenes de buzos/fotógrafos cuya labor está encaminada a la documentación arqueológica y la salvaguarda del patrimonio bajo el mar, mientras otros se encuentran orientados a la experimentación visual en pos de la creación artística. Cabe destacar la obra de Vicente González,  Sandy León de Armas, Maickel Cáceres, Víctor Isla, José A. Cañibano, Héctor Sardiñas, así como Daniel G. Pérez y Carlos Otero Blanco.

Cada día se va incrementando el campo de interés de la manifestación, por lo que definir la labor de estos fotógrafos, sólo como aquella que se apega a la ortodoxia documental, constituye una injusticia. Si se analizan las propuestas actuales de los cultores del género, se puede apreciar un perfeccionamiento de las técnicas compositivas en aras de provocar una experiencia estética en el espectador. Ello se debe, a las pretensiones de algunos creadores por reorientar la concepción de la modalidad fotográfica, para lograr una mayor aceptación dentro del circuito artístico cubano contemporáneo.

Finalmente, la maestría alcanzada se refleja a nivel internacional con la presencia de nuestros fotógrafos en los Campeonatos Mundiales de Fotografía Submarina, donde nuestros representantes se enlistan entre los primeros lugares. A pesar de los resultados alcanzados y la existencia de un buen número de cultores del género, es un hecho verificable la carencia de lugares en el sector artístico nacional que promuevan la manifestación.  En tal sentido la fotografía submarina adolece de canales de divulgación que complementen la actividad creativa con espacios para la exposición, proyección y debates teóricos.

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