Es posible que sobrevivamos al mar

Nota al programa de mano

Dos mujeres se encuentran al filo del mar. Su tierra, su isla, es una cama rodeada por botellas rotas. El escape es la claustrofobia, la escena, lo que comienza en el vidrio que corta pie, corta mano, corta sangre y abre a la posibilidad infinita del teatro como catarsis, lugar de encuentro y de memoria.

Es este un ejercicio de dramaturgia donde dos actrices se trasmutan en Alfonsina Storni y Frida Kahlo —fantasmas ellas, presencias, incidencias— para contar una historia que parte del principio del melodrama y que toma como punto de partida un texto de Farhad Lak. Pero los nombres han dejado, aquí, de tener importancia. Los arquetipos de la mujer (tormenta y atormentada) sí existen: forman parte de la trayectoria teatrológica de Perséfone Teatro y de Adonis Milán, su propio mapa de referencias.

En el abrazo de las tragedias personales —donde las memorias individuales de las actrices juegan importante papel— se asoman los referentes de, acaso, dos de las suicidas más conocidas de la historia de la cultura: Alfonsina y Ofelia. Se habla de un ahogo, varias muertes, un asesinato, una Medea que aparece como el fantasma de las evocaciones, un duelo de pensamiento que encuentra como su piel idónea el filo de una cama y la suavidad de los cristales.

Se despierta del coma y se camina entre botellas rotas. Se despierta del coma y una mujer muere entre un mar de botellas rotas. Se despierta del coma y la loca, la tullida, la asesina, la chica espejo, la muchacha tragedia se abraza a sí misma al verse junto a la otra. Incapaces son de mirar la monstruosidad que las habita, el eco de aquella sentencia bíblica (y no cito, ejemplifico): más fácil es ver la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio. Por eso, Ofelia y Medea están —y estarán— condenadas a la eternidad de una mirada, de una incomprensión, de un reflejo (in)completo.

En este juego donde coexisten alfa y omega, mujer alfa, mujer omega, mujer isla, mujer mar de botellas rotas, es que Perséfone abre la garganta de su teatro. Nos amenaza con el hundimiento.

Es posible que sobrevivamos al mar. ¿Es posible que sobrevivamos al mar?

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