Yudarkis Veloz


El arte y la literatura seguirán existiendo

Una de las grandes satisfacciones que me ha dado mi trabajo fue la edición de Boán, la danza, un libro con el que queríamos inaugurar la nueva imagen de nuestra colección Cuadernos Tablas. Enamorada del reto, largos meses transcurrieron entre escoger fotos, formatos, textos y consolidar una estructura que le permitiera al lector encontrar cada brillo sin que se le escapara uno. Marianela y Alejandro estaban ya fatigados de mis correos y consultas, Annelis me traía propuestas que discutíamos y discutíamos apasionadas las dos. Nos vimos todos, y en las largas seis horas, de las que habla Alejandro, dimos a luz un hijo hermoso. Limamos cada detalle como si nos fuera la vida en ello, y Boán, la danza ocurrió.

cortesía de Marianela Boán

Premio Raúl Martínez del Arte del Libro 2018, Boán, la danza es una de las joyas de Ediciones Alarcos. Hoy, que acudimos a los autores de nuestro catálogo para que nos cuenten de sus experiencias con nosotros, en una especie de ciclo de entrevistas en el que nos hemos enfrascado para franquear cualquier distanciamiento, nos cuenta Alejandro Aguilar, su compilador y autor del capítulo «Vivir», sesión biográfica del libro:

«Escribir, compilar, estructurar Boán, la danza fue un proceso largo, difícil y muy complejo. La idea fue impulsada por la necesidad de ir rescatando la historia y la vida de Marianela Boán como bailarina, coreógrafa y maestra de la danza contemporánea que ha dejado y sigue marcando una huella imperecedera en la historia de la danza y la cultura cubana e hispanoamericana. El vehículo ideal para este trabajo era la revista Tablas, publicación insignia de Ediciones Alarcos, editorial de gran prestigio en Cuba y más allá de sus fronteras. La oferta de publicación de Omar Valiño, quien entonces dirigía la editorial, fue un regalo, y el que rediseñaran la colección a partir de ese número, un privilegio que fue muy bien honrado con esa foto de Marianela en la portada, autoría del famoso fotógrafo argentino Daniel Mordzinski.

cortesía de Marianela Boán

«A pesar de todas las dificultades, incluyendo las económicas, en poco tiempo logramos aunar esfuerzos y sacar una coedición con mucha calidad, en la que, con Tablas, participaron la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (en la que trabajo) y el Fondo Solidario por la Educación y la Cultura, ambas instituciones dominicanas, para conseguir una producción de gran calidad y trascendencia.

«Ya el proceso mismo fue una experiencia deliciosa, no exenta de rigor y exigencias. Si algo me gustaría resaltar fue el encuentro con Yudarkis Veloz como editora y Annelis Noriega, la diseñadora, en una visita corta que hicimos Marianela Boán y yo a La Habana. Seis horas de encierro en la sede de Tablas, en las que nos olvidamos hasta del almuerzo. Seis horas de minucioso trabajo en las que, gracias al profesionalismo y la entrega del equipo, dilucidamos todo lo fundamental de lo que sería la publicación. Ese momento de colaboración presencial, en tremenda sintonía y eficiencia, casi en estado de gracia, ya hicieron valer el intenso trabajo de meses a distancia.

«Cuando finalmente nació el libro/cuaderno y lo recibimos en Santo Domingo, la expresión de satisfacción de Marianela coronó todo el esfuerzo. Luego las presentaciones que se hicieron en Casa de Teatro en Santo Domingo, y en el lobby del Gran Teatro de La Habana, así como en las Ferias Internacionales del Libro en ambos países, fueron bellos encuentros, emotivos, tan concurridos, que vinieron a confirmar la importancia de esta publicación, dada la relevancia y la calidad humana de la figura de la Boán.

cortesía de Marianela Boán

«Vivimos hoy un punto de quiebre en el devenir de la humanidad, que está exigiendo cambios de paradigmas, de modos de hacer y de ver la vida. El arte, la literatura seguirán existiendo y quizás hasta recuperando importancia en la sociedad que ahora parece ralentizar el ritmo frenético que llevaba, acercarse más al lado humano de la existencia. Pero inevitablemente cambiarán las formas de crear y comunicar, cambiarán los vehículos de entregar y consumir arte. Ese es un desafío para el que Tablas-Alarcos está preparado, partiendo de la calidad humana y profesional de su equipo. Falta que dispongan de las condiciones para producir esa transformación. No tengo dudas de que a este equipo nadie lo detiene, y de que su público lector siempre estará ahí para ustedes, por la calidad del producto que brindan.»

Una vez más mi admiración y cariño para Alejandro Aguilar y Marianela Boán, dos personas inmensas y hermosas que esta mañana me decían «Cuídate, aquí estamos bien, por suerte no es tanto el encierro porque estamos frente al mar».

cortesía de Marianela Boán