Silvio Rodríguez


Otorgan a trovador Silvio Rodríguez Coral de Honor del Festival de Cine

El trovador y compositor cubano Silvio Rodríguez Domínguez recibió este viernes el Premio Coral de Honor de la edición 43 del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano desarrollado en La Habana.

   En el cine Charles Chaplin,  se reconoció el aporte de Rodríguez Domínguez a la banda sonora del séptimo arte cubano en filmes como El hombre de Maisinicú, de Manuel Pérez Paredes, y Elpidio Valdés, de Juan Padrón.

   Acepto este premio en nombre de mis compañeros ausentes del Grupo de Experimentación Sonora del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (Icaic), como Pablo Milanés, Noel Nicola, Sara González,  Leonardo Acosta, Emiliano Salvador, entre otros, afirmó.

   Hizo mención, además, a sus colegas Vicente Feliú, Santiago Feliú y Lázaro García, integrantes del Movimiento de la Nueva Trova que este 2022 celebra medio siglo de existencia.

   Espero que nuestras instituciones sean cada vez más sabias e inclusivas y eso será, sin dudas, lo que nos acercará a lo que queremos soñar, añadió.

   Su intervención al recibir el Coral de Honor culminó con un ¡Abajo el bloqueo!¡Viva Cuba!

Bolivia, Argentina y Brasil, máximos ganadores de festival en Cuba

Las cinematografías de Bolivia, Argentina y Brasil demostraron este viernes su solidez en el séptimo arte latinoamericano al arrasar en varias categorías en el 43 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana.

El realizador boliviano Kiro Russo fue el gran vencedor en el certamen tras coronarse con el Coral al mejor largometraje en tanto también venció en el apartado de dirección, sonido y edición.

Otra de las grandes premiadas de la cita fue la película Argentina, 1985, de Santiago Mitre, cuya historia sobre los juicios posteriores a la dictadura cívico-militar (1976-1983), le valió un Coral al gran actor Ricardo Darín por su papel del abogado Julio Strassera. La cinta también ganó en dirección artística y guión.

Prensa Latina transmite a continuación la lista de premios del certámen habanero, en el que concursaron 103 obras de una decena de países.

Largometraje:

Coral de ficción: El gran movimiento, de Kiro Russo (Bolivia)

Coral especial del jurado: Regra 34, de Julia Murat (Brasil)

Coral de dirección: Kiro Russo, por El gran movimiento (Bolivia)

Coral de actuación femenina: Julia Chávez, por El otro Tom (México)

Coral de actuación masculina: Ricardo Darín, por Argentina 1985 (Argentina)

Coral de sonido: Mercedes Tenina y Mauricio Quiroga, por El gran movimiento (Bolivia)

Coral de dirección artística: Micael Saiegh, por Argentina 1985 (Argentina)

Coral de guión: Santiago Mitre y Mariano Llinás, por Argentina 1985 (Argentina)

Coral de música original: Muleta 100 Calcinha, por Mato seco em chamas (Brasil)

Coral de fotografía: Joana Pimienta, por Mato seco em chamas (Brasil)

Cora de edición: Kiro Russo y Pablo Panigua, por El gran movimiento (Bolivia)

Cortometraje:

Coral al mejor cortometraje: Chao de fábrica (Una historia de obreras), de Nina Kopko (Brasil)

Coral especial del jurado: Estrellas del desierto, de Katherina Harder (Chile)

Ópera prima:

Coral a la mejor ópera prima: Amparo, de Simón Mesa (Colombia) Coral especial del jurado: 1976, de Manuela Martelli (Chile)

Coral a la contribución artística: La jauría, de Andrés Ramírez (Colombia)

Menciones:

Clara Sola, de Nathalie Alvarez (Costa Rica)

Noche de fuego, de Tatiana Huezo (México)

Documentales:

Coral de largometraje documental: Eami, de Paz Encina (Paraguay)

Coral de cortometraje documental: Abisal, de Alejandro Alonso (Cuba)

Coral especial del jurado de largometraje: El silencio del topo, de Anais Taracena (Guatemala)

Coral especial del jurado de cortometraje: Cadé Heleny?, de Esther Vital (Brasil)

Animación:

Coral de animación: Bob escupe, no nos gusta la gente, de César Cabral (Brasil)

Coral de cortometraje: Bestia, de Hugo Covarrubias (Chile)

Coral especial del jurado: Mi casa está en otra parte, de Carlos Hagerman y Jorge Villalobos (México)

Coral de postprodución: La suprema, de Felipe Caro (Colombia)

Mejor cartel: Agua, de Gonzalo Fontao (México)

Guión inédito: Micaela, de José Fernández del Río (Perú).

Otros premios:

Premio Arrecife: Un varón, de Fabián Hernández (Colombia)

Premio Signis: Argentina, 1985, de Santiago Mitre (Argentina)

Premio Fipresci: Mato seco em chamas, de Adirley Queirós y Joana Pimenta (Brasil)


Silvio Rodríguez con Diákara, nuevo álbum del cantautor cubano

Desde este 1ro. de octubre se puede disfrutar, desde las plataformas digitales, del nuevo disco Silvio Rodríguez con Diákara, un fonograma que se comenzaría a grabar hace 30 años en México, resultado de una exitosa gira que el cantautor había estado haciendo junto al grupo de raíces afrocubanas llamado Diákara.

Comenzaría a ser grabado en 1991 en los estudios del sello PolyGram, de la avenida Miguel Ãngel de Quevedo, en Coyoacán, y que luego de décadas y muchas tribulaciones y no pocas aventuras, como el propio trovador afirma, este álbum llega conformado con los registros de aquella gira.

«Llegamos allí algo cansados, con deseos de llegar a nuestros hogares, ya que acabábamos de terminar un periplo por ciudades aztecas. Fueron apenas tres o cuatro sesiones matutinas en las que alcanzamos a grabar 10 temas, gracias al entrenamiento de la gira. En una mañana puse ocho de las voces que aquí se escuchan. Las otras dos conseguí ponerlas 20 años después, en los estudios Ojalá de La Habana, cuando retomé este trabajo para por fin publicarlo», según nos comparte Silvio vía correo a través de la Casa de las Américas.

Diákara era liderada por Oscarito Valdés, uno de los reconocidos percusionistas de Cuba, e integrada por músicos hoy referentes en sus respectivos instrumentos, como Ramón Valle en el piano, Roberto Vizcaíno en la percusión afrocubana, Diego Valdés en el bajo eléctrico, y Ahmed Barroso en la guitarra.

«La razón que durante 30 años me ha animado a volver una y otra vez a este trabajo ha sido su calidad musical. Diákara fue un grupo excepcional que en no poco meses consiguió una solidez y originalidad notables», reconoció Silvio.

Con grabaciones pendientes, y ante las limitaciones en la tecnología de aquel entonces en la isla, el álbum quedó inconcluso. Luego de un sinnúmero de contratiempos y gestiones no materializadas, «un día nos hablaron de un flamante estudio, en otro país, que tenía de todo, pero carecían del reductor de sonidos. Sin embargo, nos prometieron alquilarlo en un tercer país y que lo tendríamos cuando llegáramos. Entonces hablé con Chucho Valdés, que debía poner el piano en Venga la esperanza, ya que estábamos usando su arreglo, y le propuse que viajara con nosotros para culminar la grabación», recuerda.

«Pero la alegría a nuestra llegada se desvaneció cuando en el estudio nos dijeron que aún no tenían el equipo prometido, aunque lo esperaban para el día siguiente. Aquella conversación se repitió, idéntica, durante 10 días consecutivos hasta que, en el onceno, ya sin recursos para continuar allí, tuvimos que regresar a Cuba con nuestras cintas de dos pulgadas sin tocar.

«Después de 30 años sin cejar en la realización de este proyecto, al fin lo puedo dedicar a la memoria del fundador de Diákara –uno de los más grandes bateristas que ha dado Cuba–: Oscarito Valdés (Jr.). A él, en su eternidad, agradezco el haberme invitado a inaugurar esta rica experiencia», concluyó.

Silvio Rodríguez con Diákara tuvo un previo lanzamiento, el pasado 10 de septiembre, con Variaciones sobre un viejo tema, segundo adelanto del fonograma.


Nelson Valdés camina confiado por los surcos de la historia

 El popular cantante y trovador cienfueguero Nelson Valdés presenta este martes el videoclip de su versión del épico y clásico tema Girón: la Victoria (1973), inmortalizado por la irrepetible Sara González (1951-2012).

En conversación con la ACN, el autor del contagioso y esencial Te doy otra canción, dijo que hacer el tercer tema de la trilogía Girón: Preludio (Silvio Rodríguez), La Batalla (Eduardo Ramos) y La Victoria (Sara González), constituye primero que todo un homenaje a un gran tema.

Fue un reto, porque versionar a Sara es muy complicado, por la fuerza, el empuje, y porque además no hay muchas versiones de su música en la historia. Precisamente porque es muy difícil. No es más que un homenaje para revivir esa canción y un acercamiento a las seis décadas de la batalla de Playa Girón, añadió.

Valdés, miembro de la Asociación Hermanos Saiz (AHS), e impulsor de las buenas iniciativas artísticas de la joven vanguardia desde su terruño, también quiere significar cierta laguna que existe en muchos al referir que las legendarias arenas siempre fueron matanceras.

En 1961, Girón pertenecía a la provincia de Cienfuegos, dijo, «el Batallón 339 y el 326 fueron los primeros en llegar y eran cienfuegueros. Así que la versión es también un homenaje a mis hombres y mujeres cienfuegueros que dieron sus vidas en ese primer momento de la historiaâ€.

Por supuesto, sostuvo, «cantar Girón: La Victoria, supone un reconocimiento a Sara González, que es una de las cantautoras más importantes dentro de la Revolución y de la gente que alzaron su voz para defender la Patria».

Justamente, el arreglo hecho por Luis Miguel Sánchez para el tema tuvo en cuenta muchos de los elementos y el espíritu con que Sara lo defendió en su momento.

La nueva versión, por más señas, forma parte de la banda sonora de la miniserie Nuestra Primera Victoria, producida por el Telecentro Perlavisión, y que transmite por estos días el Canal Educativo en ocasión de la efeméride de la primera derrota del imperialismo en América Latina.

Bajo la dirección de Jorge Luis Marí, el material de 10 capítulos se adentra en los hechos, y recoge el testimonio de combatientes, familiares de mártires y de testigos de aquellos sucesos que estremecieron a la nación cubana.

Auspiciado por la AHS, y con la colaboración de un grupo numerosos de instituciones del territorio, así como Bis Music, y los estudios Eusebio Delfín, entre otros, la serie constituye un testimonio invaluable de la significación del hecho, no solo para la Perla del Sur, sino también para Cuba.

Nelson Valdés roba horas al sueño, ya que se encuentra organizando la edición 22 del festival Al Sur de mi Mochila, el cual acontecerá del 16 al 18 de abril próximo en los escenarios virtuales.

Ya se ponen a punto todas las coordinaciones para transmitir, como parte de la amplia programación, conciertos, videoclips, documentales y entrevistas.

Por último, el trovador significó que el videoclip de Girón: La Victoria, disponible desde hoy en el canal oficial de YouTube de la AHS, supone una oportunidad para mostrar el tema íntegramente e independiente de la serie, y además para contar la historia desde una perspectiva diferente: demostrar la vigencia del hecho en medio de un contexto difícil.

Vísperas de un Congreso del PCC que pondrá nuevos caminos a la patria de hoy, es también una canción que de alguna manera viene a traer la experiencia de lucha a la contemporaneidad. Es el homenaje más digno que pudimos hacer, enfatizó el cantautor.


Cantar a la Patria, no contra ella (+Videos)

Desde La Bayamesa, de Céspedes, Castillo y Fornaris, escrita en 1851, hasta Me dicen Cuba, en la que Alexander Abreu insertó, en medio del son trepidante, las notas del Himno de Bayamo, la Patria ha sido cantada una, diez, mil veces, en sus más limpias y entrañables esencias. Porque un pueblo con música en el alma expresa su sentido de pertenencia en el arte que mejor lo representa.

Contra esa tradición, permanentemente actualizada, se estrellará todo intento de pervertir sentimientos y erosionar convicciones mediante operaciones como la que, desde Miami –¡dónde si no!– hace pocas horas comenzó a circular.

No hay intenciones ocultas. El texto apuesta sin disimulo por la restauración capitalista y el derrocamiento del poder revolucionario. Al reseñar el lanzamiento, servido por los canales de comunicación al servicio de la subversión, la agencia EFE resaltó esos objetivos: «La canción es abiertamente contraria al Gobierno de Cuba y a sus políticas».

No hay argumentos, sino una retahíla de lugares comunes al discurso anticubano: una Cuba dictatorial donde predominan la mentira, la represión, la tortura; una dictadura sin apoyo popular («ya ustedes están sobrando, ya no les queda nada, ya se van bajando, el pueblo se cansó de estar aguantando»).

No hay siquiera el más mínimo atisbo de ingenio, ni una pizca de inteligencia en la burda conversión del lema Patria o Muerte, en Patria y Vida, título de la diatriba. Como si la defensa de la vida, de la libertad, de la resistencia, no encarnaran en la consigna que nos acompaña desde la despedida a las víctimas del sabotaje al barco La Coubre.

Tampoco sorprende la alianza de los protagonistas. Famosos, alguno que otro con talento formado en nuestro sistema de enseñanza –aunque se sabe que la fama y el talento no son sinónimos–, aupados por las corrientes de moda dentro de esa franja que se ha dado en llamar música urbana, tuvieron éxitos comerciales en Cuba.

Hasta que, deslumbrados por el afán de mayores réditos, seducidos por la farándula floridana vinculada a la industria anticubana, y con cuentas mal sacadas acerca de la capacidad de resistencia de los suyos ante las brutales embestidas del trumpismo contra nuestro pueblo, rasgaron sus vestiduras y evidenciaron la precariedad de sus principios éticos, si es que tuvieron.

Entonces, cómodamente instalados en Miami, comenzaron a vociferar, denostar, despotricar y reescribir sus historias personales. Uno de ellos borró de su memoria los versos que cantó en 2016: («regreso a la cuna que me vio nacer / regreso a ese barrio que me vio correr / lo que fui, lo que soy y seré por mi isla bella»); otro, como para no dejar dudas de su catadura moral, renegó de haber saludado en un concierto al Presidente de la República de Cuba («fue un error… sentía miedo»), y un tercero, alentado de seguro por un subidón alucinógeno, amenazó con venir a «dar machete» contra los gobernantes.

En esto último se emparenta con un invitado a participar en el show: el delincuente que en La Habana pidió a Trump «fuego, fuego y fuego pa’ que esto se acabe»: bloqueo e invasión contra Cuba. El fuego que en el video quema una bandera cubana. El fuego de la vileza con que intentan enlodar en la letra la memoria de Martí y el Che. El fuego contra la Patria, contra la vida.

Bueno será retener en el corazón las palabras escritas por Martí a un compatriota en 1886: «La Patria necesita sacrificios. Es ara y no pedestal. Se le sirve, pero no se la toma para servirse de ella». Y hacerlas acompañar por una banda sonora que incluya, entre otros temas, la Pequeña serenata diurna, de Silvio Rodríguez.


La inagotable búsqueda de la belleza

Escuché su música por primera vez el día que estuvo de invitado en el espacio que conduzco en el Centro Dulce María Loynaz, y confieso que lo que más cautivó mi atención fue la forma en que dialogaba con el instrumento, el modo sutil con que intentaba llegar a cada sonido, como si fuese un tesoro que podría escapársele de las manos en cualquier momento, como si cada vez que se enfrentase a la guitarra tuviese que seducirla para, junto a ella, habitar el espacio de la próxima canción.

Aunque Carlo Fidel Taboada (Matanzas, 1989) transitó por otros caminos, desde el ajedrez hasta sus estudios universitarios en Ingeniería Civil, y le tomase un tiempo decidirse, la música en él era un terreno inevitable. Podría ser el espejo frente al que se asoma para observar sus propias realidades, desde esa aparente calma con la que persigue incansablemente la sencillez de lo pequeño, lo esfímero y hermoso de todas las emociones que envuelve el sonido en las diversas experiencias de la vida.

Trovador, cantautor, músico, guitarrista…, ¿cómo te defines?

Definir cada uno de estos términos es sin duda una tarea para musicólogos e investigadores. En algún momento me he propuesto desentrañar esta problemática y cada vez que emprendo dicha labor, quedo insatisfecho. La verdad no me siento cómodo con ninguna etiqueta. En algunos contextos me viene mejor el término trovador, en otros cantautor y en otros simplemente músico.

Mi esencia es muy trovadorezca, pero no encajo totalmente en ese término. Exploto el máximo de mis posibilidades en la guitarra, es un elemento clave en mi quehacer, pero también lo es la armonía, la experimentación, el uso de texturas disonantes, etc. Además, hago orquestaciones para mis canciones. En fin, no me agradan las etiquetas.

Es evidente que la música ocupa un lugar inevitable e importante en tu vida, pero exactamente, qué significa la música para ti.

De acuerdo con mi experiencia y desde mi visión como compositor, la música es un lenguaje para compartir nuestra espiritualidad, existen muchos lenguajes para esto, la religión, por ejemplo, es uno de ellos. El elemento sonoro está en nuestras vidas desde que entramos al mundo, pero nos demoramos un poco en descubrir que los sonidos están estrechamente relacionados con las emociones.

Para mí la música es la mejor forma que he encontrado para compartir mi espiritualidad a través de las emociones que despierta una canción, y digo canción a conciencia. Porque la canción es la manera en que pienso la música, en términos estructurales y desde el punto de visto creativo. Me gustaría moverme hacia otras zonas como el trabajo instrumental pero es inevitable para mí ir primero a la canción de forma natural, después entran todos los matices del universo sonoro, cada sonido es bienvenido, no discrimino.

Durante tu infancia y adolescencia tu vida estuvo intensamente vinculada al ajedrez, luego cursas tus estudios universitarios en la carrera de Ingeniería Civil. Ambos mundos giran en torno de la precisión, la disciplina, la matemática…, elementos que también podrían desbordarse en tu creación musical. ¿Cuánto queda del ajedrecista y del ingeniero civil en el Carlo Fidel que hace música?

El ajedrez fue algo que llegó a mi vida en la niñez. Vino de la mano de mi padre que es un ferviente aficionado del juego ciencia. Crecí en la academia de ajedrez de Matanzas, no solo en estatura, también como ser humano. Conocí casi toda la isla en topes y competencias nacionales y pude conocer temprano como la competitividad puede convertirnos en seres tóxicos e infelices. Tuve algunos buenos resultados y parecía que mi vida iba en ese rumbo, hasta que decidí estudiar Ingeniería Civil en la Universidad de Matanzas.

Para ese tiempo ya había escrito mi primera canción (Giselle) y otras que al parecer eran muy malas, porque no trascendieron, de aquellos tiempos solo sobrevivió esa canción. La he intentado borrar muchas veces del repertorio pero a la gente le agrada y además me ha dado muchas alegrías, le tengo mucho cariño.

Estudiar Ingeniería fue una mala decisión, es algo de lo que me arrepiento, era muy joven, a veces repetimos patrones de comportamiento sin ser conscientes de lo que somos en esencia. Del ajedrez queda mucho en mí, la disciplina, la certeza de que las habilidades se adquieren con estudio y entrega. Del Ingeniero queda la lección de estar atento a no perder el camino, algo que, peligrosamente, puede suceder en cualquier momento.

cortesía de carlo fidel

¿Cuáles son tus referentes musicales, literarios y artísticos en general?

Me es dificil hablar de mis referentes, tengo muchos. Hay muchos músicos que me han marcado pero creo que hay algunos que han llegado a calar profundo en mi espiritualidad, te hablaré de algunos de ellos. Silvio Rodríguez llegó en mi niñez, por mi madre, cuando descubrí la guitarra, esta me llevó a la obra de Silvio de inmediato. Despúes, cuando empecé a estudiar con profundidad descubrí la obra de Leo Brouwer. Él fue la introducción a esa parte de la música que es casi críptica para quien no viene de una educacón musical formal, donde el universo tonal desaparece y son otras los medios expresivos para comunicar. Recuerdo que iba de Matanzas a La Habana solo para los conciertos y las clases magistrales de aquellos festivales que organizaba Leo, a veces no tenía claro dónde pasaría la noche, pero lo que sí estaba claro era que tenía que escuchar esas músicas, me seducían.

Otro músico que me ha marcado profundamente es Egberto Gismonti. Gismonti tiene como base de su obra el folclor brasileño, juega con las diferentes formas de su folclor y utiliza elementos provenientes de muchas músicas.

Me gusta mucho Jacob Collier, Marta Valdés, Nick Drake, Damien Rice, Badi Assad, Bartock, Pedro Luis Ferrer y muchos más. En la literatura siento una atracción fuerte por la obra de Digdora Alonso, poeta de mi ciudad, una mujer callada, tranquila. En su obra encuentro la profunda belleza de lo breve, de lo pequeño, de lo inadvertido.

En otras ocasiones has dicho que no sabes qué es lo que te inspira a escribir canciones, en tal caso, sucede que tus períodos creativos son fluctuantes y a veces puedes demorar más de un año en terminar una canción. ¿Qué es lo que más disfrutas dentro de ese proceso creativo? ¿Tienes algún ritual que facilite el acto de concebir tu arte?

Realmente no tengo ninguna rutina para componer. Sí tengo la disciplina de sentarme a trabajar, pero cada encuentro con la guitarra y el papel en blanco es un inicio, un bautismo. Sé que a otros les funciona la rutina para la creación, en mi caso no es así. Precisamente el hecho de variar la manera en que estudio genera ciertas sorpresas que a veces se convierten en canciones.

Me gusta torcer las cosas, abrirlas, tentar el azar, hallar el patrón en lo amorfo, todo esto con absoluto sentido lúdico, que es lo que me permite disfrutarlo a sobremanera. Yo decidí vivir en torno a la música porque me divertí muchísimo con la guitarra en mis manos, eso es lo que persigo siempre, quiero que sea así hasta el final, hasta el último acorde.

En 2019 obtuviste el Primer Premio en el XVIII Festival Internacional de la Canción de Autor Abril para vivir, en Granada. Háblame de la canción galardonada y de esta experiencia.

En realidad fueron dos canciones las premiadas. El festival consistía en enviar dos canciones y luego, si eras seleccionado para la final, defender las dos canciones ante un jurado integrado por músicos y poetas, así no solo es premiada la composición, también lo es la interpretación.

Las canciones premiadas fueron “Frente al Espejo†y “Giselleâ€, la última canción que había escrito hasta ese momento y la primera, respectivamente. Ambas canciones son bastante exigentes en la guitarra, en el caso de “Frente al Espejoâ€, tiene pasajes en la voz que también tienen cierta complejidad. La primera es una canción que describe la sensación de tristeza, de depresión profunda, y la segunda es una canción de amor hacia una mujer.

Sé que los premios son solo reconocimientos de acuerdo con las sujetividades de los jurados, pero de algún modo nos hace sentir dichosos, nos legitiman en ciertos ámbitos. Ese concurso me permitió entrar en cierto circuito de la canción de autor en España, conocer a otros cantautores con canciones impresionantes, hacernos amigos. Fue una experiencia maravillosa.

Actualmente cuentas con dos proyectos discográficos: Resiste mi vida y En los brazos del mundo, a la espera del apadrinamiento de algún sello discográfico. Háblanos un poco de ambos proyectos.

Resiste mi vida fue un primer intento de disco. Yo andaba trabajando en la Dirección Provincial de Planificación Física por aquellos tiempos, terminando el servicio social y tenía algunas horas ociosas de escritorio. Aproveché y escribí todos los arreglos de ese disco, me sirvió de mucho porque en el proceso tuve que estudiar bastante, además, tenía la intención de presentarme a las pruebas del ISA por composición (hecho que no pude concretar por no tener título de nivel elemental ni nivel medio), por lo que estaba trabajando realmente duro en el piano y la armonía. Al final el disco no se grabó con las condiciones óptimas de sonido y su factura estuvo bastante lejos de los estándares discográficos. También hubo muchas dificultades en cuestiones de producción, lo que al final terminó manchando un proceso que, por definición, tiene que ser esencialmente de gozo.

El segundo disco, En los brazos del mundo, fue una alegría de principio a fin, con algunos momentos tensos en el proceso, claro, pero eso es normal. En general fue muy gratificante el trabajo de mesa y las sesiones de estudio, lo disfrutamos muchísimo todos los implicados. Repetí la misma experiencia de escribir los arreglos y esta vez no me preocupé por convocar a super músicos, llamé a mis amigos, a los que sabía que se iban a involucrar emocionalmente en el proyecto. Eso es fundamental, porque el resultado del estudio es el trabajo de todos, lo que suena en ese recinto no es propiedad de nadie, es el conjunto y las energías de varias personas, si esas personas lo disfrutan, es muy probable que nazca la belleza. Ahí conté con la participación de un ser extraordinario, Noslen Porrúa, una persona a la que le debo muchísimo, tanto como el hecho de no haber abandonado la música en un momento crucial de mi vida.

cortesía de carlo fidel

¿Cómo armas el cuerpo de tus discos? ¿Es una recopilación de canciones aleatorias, o todas entre sí cuentan fragmentos de una misma historia?

Trato de que exista una conexión delgada entre los temas, implícita. No solo desde lo letrístico, también desde el discurso musical. Me gusta que el disco suene sobrio, que no se convierta en un taller de experimentación. Pero no me puedo resistir a la idea de probar algunas bondades que te permite el estudio. No creo que el disco sea una recopliación de canciones lo más fiel posible a la propuesta en vivo, pero tampoco abogo por el exceso desde el punto de vista orquestal. Siento que debe existir un término medio. En el disco En los brazos del mundo hay arreglos para tríos de cuerda, y percusión, piano solo. Es muy probable que yo no cuente con estos instrumentos en la mayoría de mis presentaciones en vivo, pero tanto en el disco como en vivo la guitarra es eje central de la propuesta, por lo que no creo que exista contradicción.

Has vivido la mayor parte de tu vida en Matanzas, tu ciudad natal y lugar donde resides actualmente, un contexto de una vasta riqueza en las diversas manifestaciones artísticas. ¿En qué medida crees que la condición de ser matancero ha influido en tu obra?

Matanzas es mi lugar. Es a donde pertezco. Creo que existe una conexión, una raíz misteriosa que nos conecta a la tierra que uno identifica como suya. Entre esos rasgos comunes que tenemos Matanzas y yo se encuentran la introspección, ese universo puertas adentro. Imáginate, todos mis comienzos están en sus calles, en su bahía. Puedo vivir en cualquier otro lugar, pero no voy a sentir ese lazo de serenidad que siento cuando estoy en Matanzas, ese “estar a salvoâ€.

Has estado de gira en España y Argentina, ¿cómo sientes que fue la acogida de tu música en esas latitudes? ¿Estos intercambios culturales que le aportaron a tu obra?

Argentina fue el primer país que visité, he estado dos veces. Es un país maravilloso, existe una cultura de amor profundo por la canción de autor, por el folclor. Imagínate, es un país con una enorme extensión territorial, su riqueza cultural es increíble. Y sucede algo extraordinario, además de tener ese vasto patrimonio musical autóctono han hecho suyo el rock como ningún otro país de Latinoamérica. Fueron pioneros en abordar el rock and roll desde una identidad propia, ahí tenemos a Charly García, el flaco Spinetta, Fito Páez, León Gieco, Pedro Aznar, Soda Estéreo, y muchísimos artistas increíbles.

Mi primer viaje fue una aventura personal, recuerdo que coordiné un par de conciertos y me lancé con la esperanza de encontrar otras oportunidades una vez que estuviera allá, estaba completamente solo. En esa oportunidad conocí de primera mano la dinámica de los cantautores de allá, lo difícil que es para los jóvenes, los peligros tentadores que existen, los desastres del sistema económico, político y social, las bondades. Fue aleccionador.

La segunda vez fue maravilloso. Fui con Noslen Porrúa en una gira coordinada por el Centro Pablo de la Torriente Brau. Tuvimos más de 30 conciertos. Cantamos con Liliana Herrero, compartimos escenario con Peteco Carabajal, Teresa Parodi, algo de ensueño.

En el caso de España fue todo a raíz del concurso. Eso me regaló experiencias tremendas, por ejemplo, cantar en el mítico café madrileño Libertad 8, sentir la energía de ese lugar. Recuerdo que de más jóven miraba videos de Pedro Guerra cantando ahí y pensaba que ojalá un día yo pudiera dar un concierto en ese sitio. Bueno, pasó.

Lo más interesante de la experiencia de viajar a otros países es lo que uno aprende sobre otras realidades, así como la percepción que existe de Cuba en otras latitudes. Es sumamente interesante y aleccionador.

Háblame de Atemporal Trío.

Atemporal trío está integrado por el cantautor Noslen Porrúa, la cantante Jessica Zequeira y yo. Conformamos un repertorio con canciones mías y de Noslen. Hacemos trabajo a tres voces y dos guitarras, fundamentalmente. Nosotros tres tenemos una relación muy cercana, Noslen y Jessica son esa familia que uno escoge. Nos conocemos desde hace varios años y prácticamente no podemos estar un día sin hablarnos. También debo decir que esto no es algo muy común dentro de la canción de autor cubana, salvo el colectivo de La Trovuntivitis en Santa Clara, no ha existido un espíritu fuerte de unión entre cantautores cubanos, al menos en tiempos recientes. Es muy frecuente que los egos aislen a los artistas. Yo he sido víctima de mi propio ego. Pero asumo Atemporal Trío como una manera de contener a ese peligroso animal que debe mantanerse lejos de nuestra vida, tanto en lo personal como en lo artístico.

A finales de 2019 obtuviste el Primer Premio en el certamen Una Canción para Teresita, que convoca el Centro Pablo de la Torriente Brau. Háblanos de esta sorpresa.

Concursé con una canción titulada Nostalgia cuya temática central es la mirada que puede tener un adulto hacia su niñez. De las canciones que he escrito, es una de las que más quiero. En su estructura es arriesgada, tiene una sección instrumental bastante dilatada al final y transita por caminos armónicos poco comunes, realmente me sorprendió que el jurado tomara en cuenta una canción como esta para el primer premio.

Un valor agregado del concurso fue participar en el concierto final. Sentí una energía hermosísima en el tan querido Patio de las Yagrumas del Centro Pablo de la Torriente Brau. El lugar estaba lleno de público y al final todos terminamos con una canción de Teresita, los niños presentes se sumaron al escenario y todo el público cantó. Fue un tributo verdaderamente amoroso.

Recientemente grabaste tu primer video clip “En los brazos del mundo†¿Qué importancia le confieres al audiovisual dentro de la promoción de la obra de un cantautor? ¿Te sientes conforme con el resultado final? 

El mundo de hoy es esencialmente para mirar. Gran parte del contenido que se genera va orientado primero hacia lo visual. No creo que que sea algo negativo, simplemente es así y eso nos obliga a dominar ciertos códigos y herramientas. En mi caso asumo el video clip como un medio expresivo más, no creo que sea una simple herramienta de promosión para el músico.

Me gusta que la visualidad de mi obra tenga mucho de arte, y utilice criterios estéticos creativos. Para este clip le di la libertad al director, Leomar González, de construir una visualidad a partir de su propia interpretación de la canción, muchas cosas cambiaron a partir de la primera propuesta de él, pero al final ambos estuvimos conforme con el resultado.

Fuiste semifinalista del concurso International Songwriting Competition, con la canción No se hablará. Háblame de esta experiencia. ¿Qué importancia le confieres a los concursos y festivales dentro de la carrera de un joven cantautor?

La participación en concursos es algo que he ido descubriendo sobre la marcha. Creo que es una manera de dar a conocer mi trabajo y que llegue a otro de público. También es una manera de incertarse en ciertos ámbitos que son vedados para artistas noveles que no gozan de un círculo de amistades influyentes. Ayudan a que la gente se fije más en la obra, aunque resulta un poco incómodo cuando solo te conocen por el premio, pues es un hecho que el arte muchas veces está contaminado por una jerarquización absurda.

¿Cuál crees que sea la misión del cantautor en estos tiempos?

No me creo una voz autorizada para hablar por todos los cantautores, mucho menos en términos de misión o cuaquier tipo de compromiso estético. Sí puedo hablar de mi próposito. Yo necesito ser sincero, ser real, urgar siempre hasta la última fibra de mi esencia y estar atento a todo lo que sucede fuera, para luego devolver un testimonio, un soplo de amor que vaya directo a la sensibilidad de quien me escucha. Si en algún momento he logrado conmover, entonces en ese instante se ha cumplido mi propósito en este mundo.

¿Dentro del contexto musical, qué experiencias te gustaría vivir, algún sueño por cumplir?

La próxima canción. Siempre. Ese es el sueño más grande. Tengo otros “pequeños sueños que también ayudan a vivirâ€, pero la próxima canción siempre será mi siguiente proyecto a corto o largo plazo.

¿Qué rasgos crees que identifican a Carlo Fidel?

Siempre me resulta difícil hablar de mí. Creo que lo que más me distingue es la inagotable búsqueda de la belleza. Eso, la belleza real, la que obliga a crecer, la que duele.


Raúl Prieto entre la trova y el rock

Raúl Prieto asegura que es esencialmente un cantautor que se mueve entre la trova y el rock, aunque se siente cercano a géneros como el pop rock, la balada, el bolero, el son… Su obra viene a ser el resultado de múltiples referencias: “Trato de interactuar con todos estos géneros, defendiendo determinados valores estéticos, un cuidado por las letras, las armoníasâ€. Por eso asegura que su “música no es necesariamente trovadoresca al estilo de los viejos juglaresâ€, aunque durante varios años se trasladara desde su natal Báguanos con el instrumento al hombro, interpretando sus temas a guitarra limpia.

Este año Raúl Prieto celebra su aniversario 41 de vida artística, pues marca el inicio de su carrera con la entrada al Movimiento de la Nueva Trova, en 1979, con el grupo Latinoamérica. Surgida después de un concierto de Silvio Rodríguez, Pablo Milanés y Noel Nicola, en Casa de Las Américas, en 1968, y constituida en Manzanillo, en diciembre de 1972, la Nueva Trova tenía entonces varios exponentes en Holguín: Ramiro Gutiérrez, Aramís Mojena, Yaguajay… “En 1979 yo estaba en noveno grado y tocábamos música folclórica latinoamericana, desde Báguanos, un municipio con un potencial fuerte en la trova, aunque también hacíamos temas de la Nueva Trova y algo de sonâ€.

foto adrián aguilera

“Estando en Latinoamérica formé parte de un grupo de pop rock llamado Kontakt, perteneciente al movimiento de aficionados, que tributaría después a la entonces Brigada Hermanos Saíz. Tocábamos esencialmente rock: Aguas claras, The Beatles, The Rolling Stones… Ahí no creábamos una obra propia, era más músico que cantautorâ€, dice.

“Al lado de mi casa en Báguanos vivía un marinero y crecí escuchando a Queen, The Beatles, The Rolling Stones, The Jackson 5, y de esa música es imposible no influenciarse. Además, parte de la trova tradicional cubana: Sindo Garay, Manuel Corona; la Nueva Trova desde el Grupo de Experimentación Sonora del Icaic para acá, principalmente Silvio, Pablo, Carlos Varela y Santiago Feliú, que me han influido mucho. Y Fito Páez, Miguel Ríos, Víctor Manuel, Joan Manuel Serrat, Joaquín Sabina, Queen, Toto, Tierra, Viento y Fuego; la generación de los 80, que realmente marcó la vida de muchos músicos. Me gusta también la música clásica, y los temas de Alejandro Sanzâ€.

Otro giro en su carrera llegaría con la fundación en 1986 de la Asociación Hermanos Saíz que agrupó a jóvenes escritores, artistas y promotores. Además, se vinculó al surgimiento en Holguín de las Romerías de Mayo, Festival Mundial de las Juventudes Artísticas.

“Cuando empecé a componer me moví más por la trova, pero siempre tuve el incentivo de crear un grupo musicalâ€, asegura el autor de temas como “Sin tanta filosofíaâ€, “Para darte másâ€, “A esta horaâ€, “En las alturas de la tardeâ€, “Capitán en tierra†y “Un disparo de amorâ€. Por eso, entrado el nuevo milenio, crea “Raúl Prieto y su grupoâ€, su agrupación acompañante profesional que pertenece a la Empresa Comercializadora de la Música y los Espectáculos “Faustino Oramasâ€. “Estamos cumpliendo 20 añosâ€, subraya, y destaca que su hijo, Raulito Prieto, excelente bajista y uno de los jóvenes representantes de la trova en la ciudad, está al frente de la dirección musical del mismo, “compuesto principalmente por piano, teclado, batería, bajo, guitarra eléctrica, guitarra electroacústica, coro, percusión menor y trompetaâ€, añade.

foto adrián aguilera

Además de la música, Raúl Prieto se ha desempeñado como constante promotor de la trova: “He centrado mi trabajo en los últimos años en el desarrollo de peñas destinadas a proteger y promover la nueva trova cubana, con un poco de énfasis en el trabajo de los jóvenes. Siempre he tenido como inquietud abrirle espacio a las nuevas generacionesâ€.

En el Hotel Brisas Guardalavaca, con el dramaturgo Carlos Jesús García, realizó la peña “De John Lennon a la trova cubanaâ€, “en la que queríamos mostrar la herencia de The Beatles en la música cubana, pues muchos trovadores tenemos influencia de ellos, de Bob Dylanâ€. Protagonizaría, además, “Tocando fondoâ€, en el patio de la Empresa de la Música, y “A esta horaâ€, espacio característico en la Casa de la Trova “Faustino Oramasâ€.

A partir de esta peña, fundada en 2006, nacería su primer disco: A esta hora, licenciado por Bis Music en 2008. “Es un disco bien variado, que tiene trova, son, bolero, rock… Ahora acabo de grabar mi segunda producción, que será patentada por la Egrem: Rostro de nadie. Es un disco con una sonoridad mucho más amplia, un formato de agrupación grande, pues contiene baladas, boleros, algo de flamenco, country…â€, asegura.

Ahora sus empeños están encaminados al desarrollo de la Feria de los Trovadores, “una especie de cofradía, un gremio que incluye a trovadores de las nuevas generaciones. Así surgió la Feria: una plataforma donde podemos interactuar todos los trovadores, con una agrupación que funciona como el Grupo de Experimentación y acompaña a todos los artistas, para que puedan tener la posibilidad de enriquecer su espectro armónico, darse a conocer desde el inicio con una propuesta musical más amplia. Pusimos mi grupo en función de eso y empezamos a llamar a los creadores que profesionalmente estaban en la Empresa de la Música con la idea de que se fueran sumandoâ€.

foto adrián aguilera

La Feria, realizada por la Dirección Provincial de Cultura de Holguín, “que la ha sostenido de forma ininterrumpida, con crecesâ€, y con el apoyo de otras instituciones, ha consolidado espacios en El Callejón de los Milagros, del Complejo Cultural Plaza de La Marqueta, la Casa de la Trova “Faustino Oramasâ€, de Artex, y el Ãlbum-Café “El Chorritoâ€, de la Egrem, donde trovadores como Fernando Cabreja, Manuel Leandro Ibarra, Lainier Verdecia, Raulito Prieto, y Tony Fuentes, intercambian con un público cada vez más creciente. La Feria realizó, además, el concurso para trovadores noveles “Para una imaginaria María del Carmenâ€, ganado en esa ocasión por Oscar Sánchez.

La Feria, añade Raúl Prieto, quien es miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, “ha sido una especie de cantera, una plataforma interactiva para darles la posibilidad a los jóvenes y además, retroalimentarnos con las nuevas tendencias, porque creo que quien no se sume a las nuevas generaciones y a las tendencias contemporáneas, retrocede. Uno mantiene su estilo, su escencia, su concepto, pero aprendeâ€.

Mientras espera la salida al mercado por la Egrem de su disco Rostro de nadie, Raúl Prieto explota su línea de autor, escribiendo para varias voces interesadas en interpretar sus textos. Además, ve elevarse a sus hijos, también en el mundo del arte, y se sabe un cantautor –además de un creador tremendamente sencillo y talentoso– que desde la trova y las raíces encuentra amplios horizontes donde crecer como músico.


iBauticémonos con Aguas de Marzo!

Hace muy poco supe de estas dos muchachas que conjugan el laúd y la guitarra para alegramos la vida. Sofía Pedrera y Patricia Díaz Mora se unieron con el fin de explorar nuevas melodías, salpicar espacios de espiritualidad y dulces melodías. De La Habana y amantes de la música, Aguas de Marzo trabaja para insertarse en el panorama artístico cubano con delicadeza y sin pedir permiso.

¿Cuándo surge la idea de crear Aguas de marzo y lograr la conversación de dos instrumentos melódicos que muchas veces fungen como acompañantes?

SP: La idea surgió en nuestro segundo año en el ISA, debido a la amistad q nos une. Un día experimentando con los instrumentos, nos dimos cuenta que la sonoridad que se lograba era muy agradable y que se le podría sacar provecho. Este es un formato que ya se ha visto antes pero que no es muy común y lo estábamos descubriendo personalmente en ese momento.

PD: La idea inicial fue hacer arreglos de canciones de la trova cubana y latinoamericana, para este formato. Y gentilmente un amigo compositor, Noel Gutiérrez nos hizo nuestro primer arreglo de Alfonsina y el mar.

Ahora son solo dos con laúd y guitarra. ¿Hay posibilidad que ese formato cambie en busca de nuevas experimentaciones? ¿Prefieren que solo el laúd y la guitarra lleven el hilo musical que las mueve?

cortesía de Aguas de marzo

SP: Por lo pronto el formato original lo queremos mantener, pero hemos colaborado con otros artistas, por ejemplo, montando obras con otros instrumentos como el tres, y otra laudista. Además nos encantaría que eso siguiera sucediendo.

PD: En nuestro repertorio además combinamos obras solo para laúd y guitarra con obras que llevan voz y percusión. La voz y la percusión la hacemos nosotras mismas, apoyándonos en las cajas de madera de ambos instrumentos. Pero si un día necesitamos la colaboración de cualquier otro instrumento, estamos abiertas a hacerlo y lo disfrutamos mucho.

¿Qué grupos, tendencias musicales influencian a Aguas de marzo? ¿Cómo es el proceso creativo del grupo?

PD: Lo del nombre surge como un juego de palabras, dado que comenzamos el proyecto de manera seria en marzo del 2018 y nuestras primeras obras tenían algo referente al agua en el título: Alfonsina y el mar, Agua de beber y Agua y vino. Y al mismo tiempo hacemos referencia a una de las obras más icónicas del repertorio brasileño y latinoamericano.

Nuestras influencias vienen de la trova cubana y la canción latinoamericana, como por ejemplo Tom Jobim de Brasil, los temas emblemáticos cantados por Mercedes Sosa, también los tangos de Astor Piazzolla, y por supuesto en Cuba a Sindo Garay, Pepe Ordás, Silvio Rodríguez, Liuba María Hevia, Pedro Luis Ferrer y toda la trova en general. También nos llama la atención la música afrocubana y cómo podemos explotar al máximo las posibilidades de los instrumentos en este sentido, así como las voces.

cortesía de Aguas de marzo

¿Han pensado en la posibilidad de componer sus propias canciones? ¿Cuál es el propósito en cuanto a lo conceptual de Aguas de Marzo? ¿Qué debe tener un tema para que ustedes le pongan música y voz?

PD: En cuanto a componer nuestras propias obras y canciones, sí lo tenemos como una posibilidad, aunque aún no lo hemos intentado. Creemos que defender una obra original y propia es muy importante y puede ser una nueva vertiente artística en el futuro.

SP: Nosotros somos un formato relativamente joven en cuanto a tiempo de trabajo. Creo que estamos en ese proceso de descubrimiento de un concepto o una estética propia. Pero por lo pronto, nuestro trabajo está encaminado en la cancionística, lo trovadoresco, la musica cubana, y dentro de esta, explorando sonoridades afrocubanas. Estamos abiertas a la creatividad, por ejemplo tenemos un amigo que nos acaba de regalar una obra inédita para el formato que podría decirse que roza lo minimalista y el impresionismo. Creo que lo fundamental está en la sonoridad y en respetar las posibilidades del instrumento. El trabajo del artista evoluciona, y seguramente el nuestro no será la excepción.

¿Consideran que existe una promoción que favorezca la inserción de Grupos como Aguas de Marzo en los principales espacios culturales y medios de comunicación del país? ¿Deben nadar contracorriente o el panorama es favorable?

SP: Creo que hay posibilidades. Estemos claros de que eso siempre ha dependido también de la habilidad que tenga el artista de buscar siempre una oportunidad de promocionar su arte. Pero sí, llegan ofertas, sobre todo gracias a organizaciones como la AHS que busca espacios para la promoción de jóvenes artistas que comienzan. La AHS promueve becas, como El Reino de este Mundo que te da la posibilidad de grabar un disco.

Los amigos ya asentados y con más experiencia en este mundo ayudan. Te brindan la posibilidad de presentarte. Aunque toques una o dos piezas, ya te vas dando a conocer y eso es fundamental.

cortesía de Aguas de marzo

¿Por qué el nombre Aguas de marzo?

PD: Lo del nombre surge como un juego de palabras, dado que comenzamos el proyecto de manera seria en marzo de 2018. Nuestras primeras obras tenían algo referente al agua en el título: Alfonsina y el mar, Agua de beber y Agua y vino. Y al mismo tiempo hacemos referencia a una de las obras más icónicas del repertorio brasileño y latinoamericano.

¿Hay posibilidad entonces de que tengan su primer álbum en cualquier momento?

SP: Una de las posibilidades que ofrece la AHS es la beca de creación El Reino de este Mundo, a la que estamos pensando postular nuestro trabajo. Y uno de los reconocimientos que ofrece esta beca es la de grabar un disco. En todo caso, es una idea que ya va rondando nuestra mente y nos estamos proyectando.

Además de grabar un disco ¿Que otras perspectivas tienen para el futuro?

PD: Pues lo que más nos urge es poder profesionalizar el proyecto, una vez que nos hayamos graduado del ISA. Y por lo demás, sumar a nuevos amigos compositores a que colaboren con nosotras para ampliar nuestro repertorio y poder visualizar más nuestro trabajo.

cortesía de Aguas de marzo

«Sin la guitarra me siento desnudo» (+Fotos y video)

Casi siempre anda acompañado por su guitarra o la letra de una de sus canciones en los labios. Este muchacho, aparentemente tímido, de pelo enroscado y hablar pausado, también saca melodías de una pianola hasta tarde en las noches. Gran parte de su vida, gira en torno a la música, una pasión que sorprendió a todos en la familia, porque es el primero en dedicarse al arte.

Carlos Fidel Taboada Petersson, nacido en Matanzas en 1989 e hijo de matemáticos, abandonó su profesión de ingeniero civil para perseguir su anhelo más verdadero, el de ser músico, y así da pasos con esmero, sin afectar su alma de joven sensible y enamorado de las esencias, las mismas a las que les canta desde la sinceridad y la pretensión de eterna belleza.

Con humildad asegura que en su casa nunca ha faltado el bienestar espiritual. “Siempre hemos escuchado a intérpretes como Silvio Rodríguez. La guitarra llegó a mi vida en los primeros años de la década de los 90, tiempos muy difíciles; sin embargo, recuerdo esa etapa con cariño, era pequeño y no percibía el sacrificio de mis padresâ€.

Durante los largos apagones, su madre sacaba la guitarra del closet (la guardaba en un estuche de tela) y entonaba las canciones que más o menos recordaba de su adolescencia, y otras que entraban armónicamente en los tres o cuatro acordes que se sabía.

“Yo quedé hechizado. Comencé entonces a aprender cuando tenía 12 ó 13 años y nunca más me pude separar del instrumento. Rápidamente fui desarrollando una curiosidad que abarca la génesis misma de la música. Abandoné mi estudio del ajedrez, colgué el título de ingeniero después de dos años de servicio social, y aquí estoyâ€, expresa quien ha obtenido varios reconocimientos, como el premio Abril para Vivir en España.

— ¿Cómo es tu proceso creativo? ¿Hay alguna relación entre la trova y el ajedrez, deporte que practicaste durante 14 años?

— El ajedrez me enseñó a trabajar con calma, a ser paciente y esperar a que el trabajo dé sus frutos. Lo más importante es la disciplina, sentarse todos los días y estudiar al menos un par de horas. Para mí eso es fundamental. Sé que cada artista desarrolla su propio sistema, no hay recetas ni teoría para eso. En mi caso, cuando paso uno o dos días sin tocar la guitarra (y desde hace algún tiempo el piano) me siento mal, me deprimo porque me dan muchas ganas de tocar. Yo necesito tocar todos los días.

“La composición siempre es un misterio. Cuando termino una canción me quedo vacío, siento que lo he dicho todo, y hasta que no tengo la necesidad de volver a expresarme no compongo másâ€.

— ¿Cuán difícil es ser trovador en la actualidad, cuando gran parte del público se decide por el reguetón y otros ritmos?

— Hoy la canción cubana se mueve en ámbitos muy pequeños, el público es cada vez más reducido. Las causas, en mi opinión, descansan sobre fenómenos sociales. El reguetón no es un problema en sí mismo, es una consecuencia. El deterioro del sistema de valores de la sociedad cubana es evidente, probablemente es subproducto de un sistema educativo deficiente, que no es capaz de crear en los niños y los jóvenes el culto hacia lo bello.

“El amor por la belleza tiene que nacer en la casa y en la escuela, es fundamental para el ser humano la búsqueda del crecimiento interior, hoy no es así en parte de nuestra sociedad. El reguetón, por ejemplo, tiene una gran pegada porque en su discurso utiliza recursos expresivos extramusicales, este fenómeno (no prefiero llamarlo género) representa el culto por lo material, es la práctica de la filosofía epidérmica del bienestar. El público no “escucha†reguetón, si fuera así pasaría de moda un una semana, pues musicalmente es demasiado básico, la gente más bien “consume†reguetón. Consumen una propuesta sonora, y sobre todo visual, que les habla del placer de la carne, no del espíritu.

â€En este contexto es muy difícil ser cantautor, pues no hay igualdad de condiciones en cuanto a espacios con respecto a las propuestas que antes describí. Hay que mostrarle a la gente que lo esencial es el amorâ€.

— ¿Qué se siente en el escenario, acompañado solamente con tu guitarra y las canciones?

— Es algo mágico, hay una desnudez artística que atrapa al público. Cuando se produce esa conexión misteriosa entre el cantautor y el público surge algo íntimo, un manto de complicidad que cubre todo el lugar. Cuando eso me sucede (que no son muchas veces) tengo la sensación de dejar de existir, hace poco escribí una canción sobre eso. Creo que es lo que persigo cuando estoy ante el público, debo desaparecer, abandonar el ego, echarme a un lado para que pase la músicaâ€.

— ¿En Cuba, país con una larga tradición trovadoresca, de la Vieja y la Nueva Trova, de Sindo Garay, Silvio Rodríguez, Teresita Fernández y Pablo Milanés, acaso es posible proponer algo realmente nuevo en ese aspecto o cada autor debe conformarse con adaptaciones y simulaciones creativas?

— Lograr una voz propia dentro del discurso artístico es lo más difícil, es lo que marca la diferencia. Estas personas que mencionas han dejado un legado trascendental para la cultura cubana porque logran trasmitir al público un mensaje útil de una manera muy singular, cada uno con su estética pero con un modo de decir auténtico y particular.

“Nosotros, los músicos que decidimos seguir por los caminos de la canción, debemos buscar una voz propia. Los temas siempre serán los mismos porque la esencia espiritual del ser humano jamás cambiará, el asunto siempre será el cómo. Al menos en mi caso, estos son los fantasmas que me rondan a la hora de componer: ¿cómo le digo a la gente lo que necesita escuchar? y, sobre todo, ¿acaso yo sé lo que necesita la gente escuchar? Estos ´monstruos´ de la canción lo tenían muy claro, pero estoy seguro de que convivieron (y conviven) con los mismos fantasmasâ€.

Gran parte de mi vida, gira en torno a la música, una pasión que sorprendió a todos en la familia, Carlos Fidel. (Cortesía del autor).

— ¿Cómo tu pasión por la música, a veces “desmedidaâ€, ha afectado o enriquecido tu vida?

— Hay momentos en la vida de cualquier ser humano en que ocurren definiciones, puntos de inflexión. Un momento de esta naturaleza lo tuve después de un concierto. Recuerdo que ahí me planteé que mi vida sería cantar mis canciones, arreglarlas, grabarlas…

“Entonces, no dejé espacio para más nada en mi vida que no fuera la música. Imagínate, eso fue muy bueno para mi formación porque aprendí mucho. Estudié armonía, piano, guitarra clásica, escuché música todo el tiempo, pero acabé perjudicando mi relación con las personas, con la familia, con mi pareja. Por eso suelo decir que la música me ha dado tanto como me ha quitado, es como la vidaâ€.

— Vicente Feliú ha dicho que para ser trovador no basta con dominar la guitarra y cantar, “es un modo de vidaâ€. ¿Qué piensas?

— Vicente Feliú es un artista admirable, es uno de esos imprescindibles. Él sacrificó parte de su carrera para dirigir el Movimiento de la Nueva Trova, además ha dejado canciones que son estandartes de la música cubana. Cualquier cosa que hagamos en nuestra vida con cierto grado de periodicidad y con entrega sincera y absoluta es “un modo de vida.

“Para mí, un trovador o un cantautor es un artista cuya estética no le hace el juego a las corrientes de moda introducidas por un mercado musical cada vez más intrascendente para el espíritu. Es un músico que cultiva un modo de decir singular. Ni siquiera tiene que dominar la guitarra, puede acompañarse de otro instrumento.

â€Algo que me molesta a veces es el matiz político oficialista que en Cuba se le da a la trova y a ciertos trovadores. Es verdad que desde los tiempos en que nuestros padres trovadores en el oriente hacían sus canciones, nunca la trova ha estado ajena al contexto político cubano, pero no podemos olvidar que los trovadores estamos comprometidos con nuestra verdad, es algo que nos define, por lo tanto, debemos ser reconocidos y respetados, no solo cuando esa verdad comulgue con otras verdades, sino también cuando las cuestioneâ€.

— ¿Cuánto te ayuda la guitarra para vencer tu timidez? ¿Es tan buena aliada, como muchos piensan, para conquistar chicas?

— Confieso que mientras aprendía a tocar tuve la esperanza de que la guitarra me serviría para conquistar muchachas. Pero, imagínate, las primeras canciones que me aprendí eran de Silvio, de Santigo Feliú, en aquel entonces no sabía que esas canciones no sirven para ligar en una secundaria común, si no tocaba alguna bobería de moda estaba frito, y como no lo hice, siempre estuve pasma’o. Sin embargo, la guitarra sí me ayudó mucho a vencer la timidez, todavía me ayuda, es mi aliada, sin ella me siento completamente desnudo. Yo sería incapaz de pararme en un escenario sin mover los dedos, es una maldición.

— En 2019 ganaste el concurso internacional de cantautores Abril para Vivir, que desde hace 18 años se realiza en España, ¿cómo fue la experiencia?

— El concurso Abril para Vivir es un certamen muy prestigioso en el mundo de la canción de autor en España. Participaron más de 100 cantautores de todo el mundo, por lo que me da mucha alegría que el jurado haya encontrado ciertos valores en mi música, que la hiciera merecedora de un reconocimiento.

“Sin embargo, lo mejor (además de conocer un país extraordinariamente hermoso) fue coincidir con los demás finalistas, hacernos amigos, comprobar que la canción de autor sufre en el mundo entero. Las principales diferencias entre la canción de autor cubana y la española está en las apropiaciones que hacen ambas de elementos autóctonos culturalesâ€.

— ¿Cuán difícil es para un joven músico ascender en su carrera sin tener “padrinos†que lo ayuden en ese sentido?

— No se llega a ningún sitio caminando solo. Nos necesitamos unos a otros para poder marchar, es natural buscar el apoyo, y si es de alguien que conozca las interioridades de la profesión, mejor. Eso no me parece en lo absoluto mal. Lo que pasa es que siempre hay gente astuta que vive por atajos y desarrolla el oficio de caer bien, en vez de hacer el bien. Eso es una mentira, y a la mentira, mientras más lejos, mejor. No importa cuánto brille, en el fondo siempre será una mentira.

— ¿Cómo debe ser un joven creador en la Cuba de la actualidad?

— Debe ser sincero, siempre.

— ¿Qué otros trovadores jóvenes recomiendas?

— La verdad, los recomiendo a todos. La gente debe aprender a escuchar, es fundamental. En las condiciones que estamos, pretender que la gente vaya a un teatro a escuchar a un cantautor es ambicioso, por lo tanto, lo que recomiendo es que apaguen la bocina portátil y salgan a un teatro a ver lo que sea, que le dediquen un tiempo de paz al arte. Cuando toda la sociedad sea capaz de hacer eso, entonces hablaremos de preferencias.

— ¿Momentos de más tristeza y alegría? ¿Sueños en el arte?

— La alegría mayor es ver nacer una canción y la mayor tristeza es sentir que al público no le dice nada. Mi sueño más grande es no cansarme, mientras no me venza el cansancio todo estará bien.


Abierta convocatoria al Concurso Primera Base

Desde este 28 de enero y hasta el 8 de marzo estará abierta la convocatoria al concurso Havana World Music-Primera Base 2020, certamen que tiene como objetivo promover el conocimiento y difusión de la música creada por los jóvenes en Cuba.

Los ganadores formarán parte de las bandas participantes en el Festival Havana World Music (HWM) que se realizará entre el 19 y el 21 de marzo de 2020 con la presencia de reconocidas agrupaciones a nivel internacional.

Conferencia de prensa sobre la convocatoria Havana World Music-Primera Base 2020 para nuevas propuestas musicales. Foto tomada del perfil de Facebook de la Asociación Hermanos Saíz

Según explicó en conferencia de prensa Eme Alfonso, directora artística del HWM, podrán participar todos los músicos cubanos o extranjeros residentes en Cuba, en formato de banda o solista, que tengan edades comprendidas entre los 16 y 32 años, y sin compromisos discográficos anteriores.

VER CONVOCATORIA COMPLETA AQUÃ

Explicó que se concursará en tres categorías: Dj productores (formatos que trabajen con música electrónica); juveniles (banda o solista con edades entre 16 y 23 años); mayores (banda o solista con edades entre 24 y 32 años).

  • El jurado, compuesto entre otros por antiguos participantes en el evento y musicólogos de la Asociación Hermanos Saíz, preseleccionará nueve bandas, tres por cada una de las categorías, las cuales se presentarán el 18 de marzo en showcases (presentaciones de 20 minutos) en el Pabellón Cuba, precisó Abel Pons, productor del concurso.
Conferencia de prensa sobre la convocatoria Havana World Music-Primera Base 2020 para nuevas propuestas musicales. Foto tomada del perfil de Facebook de la Asociación Hermanos Saíz

Destacó que las bandas preseleccionadas participarán los días 16 y 17 de marzo en talleres con profesionales de la industria musical cubana y británica, quienes los asesorarán en materia de creatividad, identidad y puesta en escena.

Los interesados podrán entregar sus solicitudes en cada filial de la AHS o enviarlas mediante Whatsapp al +5358872171.

Minerva Rodríguez, directora del Consejo Británico en Cuba; y Rafael González, presidente nacional de la AHS, expresaron la satisfacción de ambas organizaciones por apoyar la promoción de los jóvenes artistas cubanos.

Las tres bandas ganadoras formarán parte del cartel de HWM, evento que tendrá como apertura en esta edición un concierto del reconocido trovador Silvio Rodríguez, así como también la participación de bandas de ocho países.

Entre los premios también se incluyen la difusión en medios de comunicación nacional y local durante el Festival, sesión de fotos profesionales, asesoramiento de imagen y presencia en redes sociales y facilidad para la afiliación a la AHS.

 

Conferencia de prensa sobre la convocatoria Havana World Music-Primera Base 2020 para nuevas propuestas musicales. Foto tomada del perfil de Facebook de la Asociación Hermanos Saíz