Jazz Plaza


Jazz Plaza también en Santiago de Cuba

Desde hoy y hasta el 29 de enero espacios distintivos de Santiago de Cuba abrirán sus puertas para que instrumentos y voces, con la improvisación como pauta, atrapen al público seguidor de este estilo de música.

En conferencia de prensa para dar a conocer el programa del Festival, el presidente del Comité Organizador en predios santiagueros, Rodulfo Vaillant, presidente del comité provincial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), ofreció pormenores del evento y ponderó la decisión de llevar hasta comunidades urbanas en transformación presentaciones jazzísticas.

Sin lugar a dudas atractivas se anuncian las actuaciones de artistas de la talla de la española Pilar Boyero, los cubanos Robertico Fonseca, Emilio Morales, o Muñequitos de Matanzas, junto a anfitriones como Zulema Iglesias, Quinteto de Saxofones Confluencia, Vocal Adalias, entre otros.

El teatro Martí, el patio La Jutía Conga, en la sede de la Uneac, el Café Teatro Macuba y el Iris Jazz Club son las locaciones escogidas para que palpite a todo jazz la ciudad santiaguera, la misma en la que dicho género tiene seguidores y realizaciones que colocan al género en un lugar preponderante.

Entre ellos figuran los encuentros Amigos del Jazz, organizado por la Uneac, y Jazz Namá, que auspicia la Asociación Hermanos Saíz.


JazzNamá, un espacio para complacer

La ciudad de Santiago de Cuba es una de las urbes de gran relevancia cultural de Cuba. Su historia ligada a muchos procesos de la identidad nacional la hace sitio de visita permanente para muchas personas que desean conocer una parte importante del legado patrimonial de la nación cubana. Uno de los elementos distintivos de esta ciudad es la música como elemento fundamental de la idiosincrasia de los hombres y mujeres que viven en esta región del oriente cubano.

El jazz es una de los géneros musicales que ha calado hondo en el alma cultural de la urbe. Son muchos los eventos donde el jazz tiene un papel preponderante. El primero de su tipo y el que abrió la puerta para que muchos disfrutaran de este género fue el Encuentro Amigo del Jazz, protagonizado por la sede del Comité Provincial de la UNEAC y que fue el evento que permitió que el Jazz Plaza llegara a Santiago de Cuba. Pero es el JazzNamá, cita organizada por la Asociación Hermanos Saíz, el que aglutina a la mayor cantidad de jóvenes exponentes de este género después del Jojazz en el territorio nacional.

Festival Jazz Namá en Santiago de Cuba

Como cada año regresa a los escenarios santiagueros el Festival Jazz Namá, propuesta de lujo para los amantes de este género.

Publicada por Asociación Hermanos Saíz en Viernes, 21 de febrero de 2020

El JazzNamá es un espacio cultural que en esta edición estará dedicado a los 60 años del Conservatorio Esteban Salas, lugar de formación de los grandes jazzista santiagueros. Al cuarteto de Saxofones Magic Sax, uno de los grupos musicales de mayor relevancia en la ciudad y que han trascendido al plano nacional para convertirse en una de las grandes agrupaciones de jazz de Cuba, así como a los 505 años de la fundación de la ciudad, a celebrarse el próximo 25 de julio.

Entre conciertos, paneles teóricos e intervenciones comunitarias, el JazzNamá inundará varios espacios del 21 al 24 de febrero, lo que convertirá a la ciudad de Santiago de Cuba por estos días en el epicentro de la promoción de un género musical hecho por los jóvenes cubanos. Muchas son las sorpresas que depara esta edición pero destacar la participación de los más recientes ganadores santiagueros del Concurso de Jóvenes Jazzista Jojazz y un concierto de la Jazz Band del Conservatorio, la única dirigida por un estudiante de las tres existentes en el país.

JazzNamá 2020 en Santiago de Cuba. Foto tomada del perfil de facebook de la AHS

Otro valor añadido de este evento es su preponderancia para la conformación del expediente que pretende incluir a Santiago de Cuba en el listado de las ciudades creativas del mundo, en el apartado de Ciudad Musical. Por eso es loable el empeño que ha puesto la filial de la Asociación Hermanos Saíz en la Ciudad Héroe, para mantener y siempre promover las jóvenes promesas del jazz en el oriente cubano. Posibilitando de esta forma una plataforma alternativa de intercambio con el público interesado y de educación musical para las futuras generaciones.

JazzNamá 2020 en Santiago de Cuba. Foto tomada del perfil de facebook de la AHS

Esta edición del 2020 se prevé ser mejor que las anteriores porque el clima del Festival Internacional Jazz Plaza todavía se respira en la urbe y las personas buscan nuevas sonoridades para contentar sus noches con los conciertos que muchos jóvenes y artistas consagrados pretenden brindar en el contexto de este festival que nació para quedarse eternamente en el alma musical de Santiago de Cuba.


Capítulo # 1: Ciudad musical

¿Es Santiago de Cuba una ciudad para el jazz?

La respuesta es concreta: SÍ.

Santiago es una ciudad multicultural donde la buena música y el buen arte es percibido y recibido de formas muy sui géneris. En estos días en que está de moda el término de Ciudad Creativa, y donde los santiagueros nos hemos propuestos ver a la ciudad bajo los resortes de este concepto, distinguir a nuestra urbe como una ciudad musical es una mirada válida y consecuente con las acciones diarias que se acometen para promover, divulgar y crear desde la perspectiva de la música, que provoca la expresión genuina/corporal del santiaguero.

Más de una decena de festivales y eventos adornan la sonoridad de la cartelera cultural de la provincia; entre ellos destacan algunos del sistema institucional de la cultura como el Matamoros Son, los festivales de la Trova Pepe Sánchez y el Internacional de Coros Electo Silva In Memoriam, además del Jazz Plaza; este último genera una conexión entre las dos ciudades más importantes del país, donde la música se muestra como un elemento unificador desde lo cultural aunque se revierte en intercambio y simbiosis de los valores más característicos de la nación. La UNEAC provincial también sostiene jornadas legítimas de señalar: El Festival de Boleros y El Amigos del Jazz, ambas jornadas con un marcado arraigo por parte de los ciudadanos. A todo esto, hay que sumarle la evidente y auténtica perspicacia de la Asociación Hermanos Saíz como parte de ese sistema y su labor en pos del desarrollo de los jóvenes baluartes de la creación artística.

Momentos del Jazz en Santiago. Foto: Frank Lahera O´Callaghan

La AHS responde a una diversidad que hoy, en Santiago de Cuba, solo puede encontrarse en sus filas y en los proyectos que se generan desde allí. Los festivales y eventos responden a una estrategia para visibilizar aquellos nichos de la creación donde sus exponentes tengan mayores resultados con su obra. Ese arcoíris se matiza con los festivales: Rockevolution, Festival de Música Electrónica Playarte, Festival de Hip Hop Palabras y el Encuentro de Jóvenes Intérpretes del Jazz JazzNamá. Espacios que son necesarios en materia de política cultural, aportándole calidad y diversidad a la programación cultural de la provincia, la cual se resume en una cartelera enorme que necesita de elementos como los aportados por la asociación para dinamitar sus espacios y revolucionarlos.

En una ciudad donde todas las semanas hay un evento importante, que genera plazas múltiples para el diálogo y la superación, la AHS emerge como un punto de resistencia cultural, no solo a la chatarra que algunos pretenden nombrar como arte y que cada vez gana más sitio en los círculos sociales más vulnerables, sino también a esa propia programación cultural a la que responde y con la que entra en constante incompatibilidad.

Momentos del Jazz en Santiago. Foto: Frank Lahera O´Callaghan

Lo antes dicho parece una contradicción, y en esencia admito que lo es, pero nuestras instituciones aun no actúan con toda la coherencia política, cívica y estética necesaria. Llevan años inmovilizadas desde su quehacer y son (hoy) víctimas de sus propias incapacidades. Las grandes citas que emanan de su funcionamiento son sostenidas por un impulso otro, que responde a una integración momentánea (efectista e inorgánica) y que no desprende saberes visibles a ese funcionamiento.

Se hacen visibles notables incongruencias: una planificación que no organiza el proceso, la no jerarquización, la programación de artistas que contradicen el objeto social de quien lo programa, así como divulgación de acciones culturales sin una proyección desde la comunicación especializadas, entre otras que harían extensa esta lista. En medio de todas estas contradicciones, la AHS entra, participa, se compromete, pelea y se responsabiliza con ideas y acciones concretas. Un ejemplo auténtico es el ya mencionado Encuentro de Jóvenes Intérpretes del Jazz: JazzNamá 

Momentos del Jazz en Santiago. Foto: Frank Lahera O´Callaghan

Esta cita entre artistas del género se piensa como plataforma para la superación, viéndola como creación pura por parte de los noveles cultores del género, así como plataforma para el diálogo generacional. El encuentro que siempre es en febrero, en esta ocasión se celebra entre los días 21 y 25, busca el reconocimiento a aquellas entidades y personalidades que permiten un desarrollo teórico-práctico del género.

En esta edición se reconocerán al Conservatorio Esteban Salas, escuela que ha formado durante 60 años un sinfín de generaciones y con la cual la AHS en la provincia sostiene acciones sistemáticas conjuntas en pos del desarrollo de los jóvenes músicos en formación; y también la dedicatoria llega al cuarteto de saxofones Magic Sax Quartert, agrupación santiaguera de referencia ineludible para nuestros jóvenes músicos y que han contribuido a la formación de muchas generaciones, algunos de ellos hoy participantes del evento.   

Para esta ocasión se escucharán sonoridades provenientes de varios proyectos creados dentro de la propia enseñanza, los cuales intercambiarán con distintas agrupaciones del país. Destacan el cuarteto de viento Confluencias, galardonado en la más reciente edición del JoJazz. Asimismo se prevé que el encuentro se extienda por varios centros culturales del territorio, dígase el Iris Jazz Club, la sala de conciertos Dolores, el Museo de la Música, el patio de la Casa del Joven Creador y el Conservatorio Esteban Salas.

Momentos del Jazz en Santiago. Foto: Frank Lahera O´Callaghan

JazzNamá 2020, contará con un apartado dedicado a la teorización entorno al género nacido en New Orleans y llegado a Cuba a inicios del siglo pasado. De esta forma, el evento prevé la presentación de libros, ponencias, conversatorios con protagonistas, entre ellos se destaca la del musicólogo y periodista Joaquín Borges Triana. Contará también con un panel dedicado a la promoción y producción musical del género y las posibilidades que ofrece la AHS como un camino útil para transitar.

Cuando aun se escuchan los ecos de la pasada edición del Jazz Plaza, Santiago de Cuba abrirá sus puertas a un festival que está llamado a fomentar el gusto musical, además de servir de laboratorio para la experimentación en un género caracterizado por la improvisación del ritmo y la libertad creativa de sus exponentes.

Con estas premisas pudiéramos volver a la esencia de la pregunta inicial.

¿Por qué la cuna del son es un espacio real para el jazz?

¿Cómo entroniza un género foráneo en una ciudad tan tradicional?

¿Por qué tantos jóvenes en formación apuestan por este género?

Hay que entender a Santiago de Cuba como una ciudad que está experimentando cambios gigantescos en toda índole. Una ciudad que se desmarca y dentro de la propia inmovilidad que en algunos sectores se aferran para sostenerla, la ciudad fluye y se busca así misma. Es Santiago un espacio para la trova, el rock, el hip hop y el jazz. Es Santiago un espacio para hacer converger lo tradicional y la vanguardia, en esa búsqueda encontrar los modos institucionales es de una importancia capital incluso para esa tradicionalidad que nos identifica en cada sector.

Debemos estar prestos para dialogar con todo lo que culturalmente nos permita crecer. La apuesta de los más jóvenes por este género forma parte de esa resistencia cultural de las nuevas generaciones a códigos gastados, y al mismo tiempo la participación junto a los referentes directos del jazz en la isla, en la programación ya referida.

¿Qué pasaría si esta programación fuera totalmente eficiente?  

 Esta pregunta es solo para generar un punto de análisis en otro comentario. El potencial institucional y humano (a pesar del éxodo) es suficiente para convertir a Santiago en una Ciudad Creativa, como urbe cuyo patrimonio musical es incomparable. Ajustar esos recursos a través de un diseño afín con el contexto permitiría visualizarla, compartirla y renovarla desde una impronta universal, necesaria como ciudad de futuro y presente.

Descargue el Programa del Encuentro de Jóvenes Intérpretes del Jazz JazzNamá 


Jam Session: Notas para una descarga

Si este libro en manos de los lectores se sumara al concierto jazzístico, ganaría la música cubana. A pesar del desarrollo histórico del género en nuestro país, su paralelo teórico no observaba una dedicación en similares proporciones, muy a pesar del ejercicio de nombres como los de Leonardo Acosta, o los valiosos aportes no publicados de Danilo Orozco y la contribución de trabajos de Borges-Triana, Claudia Fallarero, entre otros autores más o menos noveles que se han dado cita en números de la revista Clave dedicados al tema y en otras publicaciones aisladas.

Unido a esto está el hecho de que investigadores y periodistas muchas veces concentraron su pensamiento en el panteón sagrado de este hacer musical. Solo en tiempos cercanos y gracias a las arenas esparcidas por unos pocos jóvenes investigadores, es que se intenta visualizar en letra impresa o digital la obra de las nuevas promociones de jazzistas.

A partir de los 2000 se observa un ambiente cognitivo creador en los predios académicos a favor de los procesos que rodean la jazzista creación. Tal efervescencia ha brotado en la Universidad de las Artes y en los centros universitarios del país, con la emergencia de tesis de grado desde disciplinas como la musicología, Historia del Arte, Comunicación Social y Periodismo, fundamentalmente. Tales estudios, salvadas las excepciones, perecen justo al momento de la celebrada cuantificación del ejercicio. Unas pocas ven la luz de alguna publicación y en algunos casos, cuando más, se han socializado sus saberes en los espacios teóricos de eventos culturales afines.

También es cierto que muchos de los autores de tesis en opción al grado de esto o aquello, luego de descubrir el agua fría, ignoran el cómo trasladar la redacción académica al discurso del ensayo, artículo, testimonio o cual sea el lenguaje de la publicación dirigida al amplio lector, más allá de las geografías de las altas casas de estudio.

Por todo lo anterior me atrevo a aseverar que los exiguos resultados aparecidos en el surrealista rublo de “tiempos recientes” intentan cubrir un vacío de varias décadas. Sin embargo, Jam Session. La Nueva Generación, páginas que hoy coloco a consideración de posibles lectores, de ninguna manera presenta una historiografía sobre el género, sino que ofrece desde la multiplicidad de enfoques un retrato aproximado de una franja de las jóvenes generaciones de jazzistas cubanos. Lo recibo como una compilación de enfoques que tienen como sedimento común una sociología musical del modo jazz.

Creo que este creciente interés por el estudio del entorno jazzístico cubano, sobre todo a partir de los 2000, pudiera obedecer a un panorama más optimista, no en cuanto a creación y calidad musical harto probada, sino en cuanto a los aspectos sociomusicales, socioculturales, institucionales y de promoción que han posibilitado una mayor visualidad a escala social.

Ya hemos conversado en otros espacios de la escritura y la oratoria sobre el rol de festivales y eventos nacionales como el Jazz Plaza a partir de 1980, y desde 1998 el Jojazz, unido a otras paradas organizadas por la UNEAC y la AHS como el Amigo del Jazz y el Jazz Na Má en las respectivas filiales santiagueras, entre otros espacios isla adentro. Estas celebraciones devienen momento de reconocimiento y legitimación para sus participantes.

La creación de clubes para la promoción del género unido al talento de jóvenes que entrecruzan las fuentes del jazz con los afluentes que provienen del acervo musical cubano de raíz, despiertan la inquietud en quienes cartografían el universo sonoro en la Cuba de hoy. Las más insospechadas posibilidades de hibridación que signa la emancipación del jazz con músicas y estilos varios –que van desde la médula ósea de géneros etiquetados como “música cubana”, cruzan puentes de múltiples vías hasta llegar incluso a la electrónica– le garantiza nuevos y también heterogéneos públicos.

Estos discursos de lo jazzístico se reciben por vías como la radio o TV, spots televisivos para eventos de disímil naturaleza, lo cual redunda en canales informativos que de modo paulatino pudieran contribuir a la formación de audiencias. Las plataformas de Internet y el uso de las redes sociales colocan a los músicos ubicados en la diáspora al alcance de una tecla, se difuminan los límites geoculturales, lo que simboliza parcela de cultivo para los investigadores sociales.

Los jóvenes jazzistas y procesos sociomusicales que trae a su escenario Jam Session…, forman la continuidad de una tradición musical, a la que imprimen sus propios aportes y estilos, con lo cual contribuyen a delinear la historia del género en lo que va de siglo XXI.

Los cuatro ensayos convocados comparten el interés por la revisión del movimiento de jóvenes jazzistas. Quienes estudian cada una de las temáticas son o se convirtieron en practicantes del espacio que analizan, lo que les posibilita abordar la creación, la interpretación y el consumo del jazz desde el centro de la tierra.

La presente compilación propone un espacio de debate, a partir de la muestra de resultados obtenidos por estudiosos noveles. El punto de mirada recae en promociones cercanas aun en el tiempo de compositores e instrumentistas, que en la mayoría de los casos visibilizaron su obra preliminar a partir de la participación en el concurso Jojazz.

Para esta publicación fueron seleccionadas tres tesis de grado en las especialidades de Musicología y Comunicación Social. Camila Cortina desde la historiografía y los estudios culturales estudia las formas en que se conserva la “cubanidad” en la vida y obra de músicos radicados en España.

Pedro Sureda se detiene en las particularidades que individualizan la interpretación de dos jóvenes músicos, a partir del estudio de los procesos de síntesis musicales que identifican sus estilos personales. Es el caso de Harold Lopez Nussa y Rolando Luna.

Reinier Aldazabal propone un análisis de los usos sociales que vivencian los públicos que asisten a los conciertos realizados en La Habana que tienen como núcleo el jazz hecho por recientes promociones de músicos. A partir de la descripción de las principales prácticas comunicativas consustanciales a dichas audiencias durante las presentaciones, son objeto de análisis aquellos elementos que actúan como mediadores individuales e institucionales entre el público y la música, y que transversalizan los usos que se hacen de ella.

A ellos concurre como portada un texto de la musicóloga Claudia Fallarero publicado en la revista Clave que resultó ser el punto de partida de varias aristas de estas investigaciones y que aborda, desde criterios  generacionales, los elementos musicales que caracterizan la novel creación jazzística.

Concluye la descarga un catálogo que recoge parte de las producciones discográficas de jóvenes exponentes del género desde 1998 hasta fechas cercanas a la publicación del título.

Aun cuando los autores en congregación apelan a la mención de nombres de la actual escena jazzista, el principal logro del volumen reside en la triangulación de métodos y procesos de la investigación cultural. La revisión de estas páginas propuestas por la colección d’ Música del sello CIDMUC (¡2012!!!!) –que como muchos otros títulos perdieron el sello de garantía como “novedad literaria” y hoy habitan su madurez en más de una librería cubana– bien pueden significar una invitación para que otros críticos, periodistas e investigadores del país se ocupen de visibilizar las omisiones y zonas no constreñidas en este volumen, con el fin de la prolongación de la descarga desde una mirada contextualizada a cada territorio.


Como todo un quinceañero

Para los latinos los festejos por los 15 años son de gran relevancia. Con la misma elegancia que caracteriza a estos jolgorios juveniles arribó a su XV edición el Coloquio Internacional de Jazz ¨Leonardo Acosta in memoriam¨. Cuatro días en los que su directora y coordinadora general Neris González Bello llevó a cabo un interesantísimo programa académico.

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Una plaza para el jazz en Santiago de Cuba

Ya se escuchan los sonidos del Festival Internacional Jazz Plaza que por cuarta ocasión tiene como sede a la ciudad de Santiago de Cuba, la ciudad musical por excelencia de Cuba. Muchas son las agrupaciones noveles y consagradas que se encuentran en cada concierto o presentación en espacios públicos de la urbe. Entre las tantas agrupaciones que se dedican al cultivo del género sobresalen los jóvenes estudiantes y graduados del Conservatorio “Esteban Salas”, materia prima fundamental del jazz en la Ciudad Héroe.

Si hacemos un poco de historia podemos comprender que sin el empuje de muchos jóvenes que ya son importantes músicos de Cuba y del mundo no existiría el panorama del jazz que muestra la ciudad. Desde David Virelles, que fue uno de los primeros en ganar el concurso de jóvenes jazzista conocido como el Jojazz hasta el cuarteto de saxofones “Confluencias”, los ganadores del primer premio en pequeño formato en la más reciente edición. Por esta lista también hay que mencionar agrupaciones como Influencia y Okan Jazz, de la cual muchos de los integrantes de esta última fueron los ganadores de Santiago y Guantánamo del concurso televisivo La Gran Banda.

Publicada por Yasel Toledo Garnache en Miércoles, 15 de enero de 2020

La impronta de los jóvenes en el jazz es tan grande que el II Evento Teórico de Jazz “Leonardo Acosta in memoriam», celebrado en esta provincia oriental, en su segundo día de sección estuvo dedicado a este grupo, donde los ganadores y participantes del Jojazz darán sus impresiones sobre la importancia de este evento para su desarrollo profesional. Encuentros que estará acompañado con la conferencia de la investigadora musical Yorisel Andino sobre la cronología de los participantes santiagueros en el Jojazz y las presentación de Nelo González, vicepresidente de la AHS, acerca de la promoción del género que hace esta organización para los jóvenes y el público en general.

Una de las sorpresas del Jazz Plaza en Santiago ha sido poder escuchar a la agrupación Dejazzvi, conformada por jóvenes músicos estudiantes del Conservatorio “Esteban Salas”. Todos estos muchachos dirigidos por el saxofonista David Gómez conforman un elenco de primera línea. La entrega en el escenario y el virtuosismo de los músicos es una impronta que marca su presentación, en la primera noche, el emblemático Iris Jazz Club. Otra cuestión de está agrupación es que está integrada por tuneros y guantanameros, lo que posibilita una mirada más amplia y disfunción del jazz en otras regiones del oriente cubano.

Otra alegría de esta 35 edición del Jazz Plaza, es la presencia de la Jazz Bad del Conservatorio “Esteban Salas”, siendo la tercera agrupación de este tipo que existe en el país además de la que dirige el maestro y Premio Nacional de la Música Joaquín Betancourt, en La Habana, y la del joven director de orquesta Edel Almeida, en Holguín. La peculiaridad de la jazz Bad de Santiago es que está dirigida por Marcos Padres, un estudiante de tercer año de saxofón y que en la pasada edición del Jojazz cosechó sus primeros frutos obtenidos una mención en agrupación de gran formato.

Por todo esto no se puede hablar sobre el desarrollo reciente del jazz en Santiago de Cuba sin tener en cuenta a los jóvenes y sus grandes aportes al desarrollo del género en esta parte del país. Ellos son la fuente de agua viva que siempre cubren espacios como este Festival u otros como el Jazznama de la Asociación Hermanos Saíz y el Encuentro Amigos del Jazz que realiza la  sección de música de la Unión de Escritores y Artistas. Y es por esta razón que el futuro del jazz está asegurado, para seguir alimentando en las futuras generaciones el buen gusto por la música donde el género también tiene un espacio ganado en el alma musical de Santiago de Cuba.


Jazz 2019 en Santiago de Cuba

Fuente: Sitio web del Granma

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Este 18 de enero se presentaron dos producciones del sello discográfico Abdala en el marco del XVI Coloquio Internacional de Jazz.

En la mañana del 18 de enero, en el marco del XIV Coloquio Internacional de Jazz se presentaron dos producciones del sello discográfico Abdala. La Fábrica de Arte Cubano acoge este evento, como parte del Festival Jazz Plaza. La defensa de la vanguardia del jazz cubano fue el hilo conductor de los comentarios a estos fonogramas, en una mesa integrada por las musicólogas Neris González, Gloria Ochoa, el jazzista Marcos Morales y la gerente de Abdala Mabel Muñiz. Este espacio sesionó como homenaje a la labor de esta casa discográfica. [+]


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