Eusebio Leal
Eusebio, nuestro Maestro de Juventudes
Sus pasos se sentirán siempre en su Habana. La voz pausada, la capacidad para convertir sueños en realidades gravitan en esta urbe de retos y esencias, en toda Cuba.
Este 31 de julio se cumple el primer año del fallecimiento de ese hombre tremendo, que logró un estilo tan propio como intelectual y ser humano, ese Quijote humilde que despertó el cariño de millones de personas en gran parte del mundo, pero especialmente en su Patria, por la que tanto hizo. Eternamente habrá sábanas blancas para él en La Habana, en el alma de este pueblo, que lo deberá evocar y querer siempre.
Eusebio, Maestro de Juventudes de la Asociación Hermanos Saíz (AHS), nos hablaba a los jóvenes creadores con un cariño especial, nos aconsejó y alertó, nos explicó y convocó a ser constantes soñadores. Es inevitable recordar, por ejemplo, algunas de sus palabras en el tercer congreso de nuestra organización, realizado en octubre de 2018, cuando aseguró que “quien no ama a su barrio, el pedazo de tierra donde nació, nunca amará lo grande. Así, conociendo, amando, se hará mejor arte”.
Él siempre fue consecuente con eso, y nunca se dejó llevar por los éxitos ni los aplausos, no olvidó sus raíces. En su libro Hijo de mi tiempo, compilación de discursos, intervenciones, conferencias, entrevistas y prólogos, nos alerta: “Nunca uno debe olvidar sus orígenes; los orígenes son muy importantes. Mi origen está en mi ciudad; está en la memoria de los que me quisieron, de mi familia; está en mi madre, Silvia Spengler, en lo que aprendí de ella, y está en su terca voluntad: ‘Estudia, para que no pases lo que yo pasé’”.
En aquel encuentro, en el cual debatíamos sobre desafíos de la cultura y la sociedad cubana, con voz de hermano grande nos dijo que también tenemos una responsabilidad con la unidad de los cubanos, la cual “no puede ser vista solo desde los hechos históricos sino también desde la poesía”. Y mencionó a Carlos Manuel de Céspedes y a José Martí. Indudablemente en esa alma poética de Cuba tiene un lugar importante también Eusebio Leal Spengler, quien cultivó los versos desde las acciones y la pasión, desde el decoro y la fidelidad a la nación y a Fidel.
Solemos hablar del Eusebio, historiador de La Habana, Doctor en Ciencias Históricas; Doctor Honoris Causa de varias universidades, gran intelectual con una lista enorme de reconocimientos.
En lo particular lo que más me solía llamar la atención era su vocación de servir, la pasión con que asumía los retos e intercambiaba con personas diferentes, ese encanto para despertar aplausos con facilidad, para cautivar a campesinos, músicos, escritores, maestros…, al pueblo en general.
Me impresionaba mucho su capacidad para contribuir al consenso, a la unidad, que defendió. Tenía el don de emplear siempre las palabras adecuadas. No importaron nunca los esfuerzos personales, su estirpe, su pensamiento y voluntad estaban más allá de lo individual.
Debemos recordar siempre también a Eusebio, el niño, el adolescente de formación autodidacta, el discípulo apasionado que tanto aprendió de su maestro Emilio Roig.
Casi nunca se dice que Eusebio tenía apenas sexto grado escolar, y que se presentó a exámenes de suficiencia académica en la Facultad de Filosofía e Historia de la Universidad de La Habana, cuando ya pasaba los 30 años de edad. Comenzó a estudiar en ese centro académico en 1974 y se graduó en 1979. La superación fue constante en él.
Él compartió varias veces con miembros de la AHS en espacios como el Congreso de Pensamiento Memoria Nuestra, dentro de las Romerías de Mayo, y el Dialogar, dialogar. Precisamente en este último Eusebio expresó: “nunca me preparo para las cosas porque creo que el que no esté preparado siempre, que no vaya”. Obviamente él no se preparaba para algo en específico, pero esa voluntad de aprender siempre le permitió ser manantial de conocimientos sobre temas diversos.
Esa vez habló también del significado en su vida del Pabellón Cuba, actual sede nacional de la AHS, un lugar que él quería mucho. Fue ahí donde sintió su destino, según sus propias palabras. Ahí conoció a intelectuales cardinales, como a su querido amigo Alfredo Guevara.
En agosto de 2019 Eusebio estuvo otra vez con nosotros en el Pabellón, conversó, sonrió, hizo chistes. Percibimos nuevamente esa armonía entre sus gestos, las palabras y la pasión con que soñaba siempre. Luego, escuchamos varias veces rumores sobre su muerte, pero el 31 de julio del 2020 se convirtió en verdad. Ya no está físicamente, no estará más, pero nos deja una obra y un ejemplo que deberá acompañarnos siempre.
Su dimensión como intelectual y sus valores como ser humano le permitieron representar a Cuba en importantes espacios académicos de diversas partes del mundo. Fue y es un símbolo del país también a nivel internacional.
Quiero terminar con una frase de Eusebio en un Dialogar, dialogar dedicado a Alfredo Guevara. Esa vez dijo: “Aquí para el olvido nada más hay que morirse, por eso este acto tiene un gran valor, por ahí van del brazo dos malos sentimientos: la ingratitud y la envidia que constituyen una serpiente bicéfala. Por eso es tan importante insertar la memoria, construir el legado y darnos cuenta de que no nos hacen falta seguidores, nos hacen falta discípulos”.
Debemos aspirar a ser siempre discípulos dignos de Eusebio. Nuestro abrazo eterno a ese Maestro.
Eusebio Leal Spengler: Verba volant, opra manent
Este 16 de noviembre de 2020 se cumplieron 501 años de la fundación de San Cristóbal de La Habana. Ciudad de leyendas, enigmas, religión, mestizaje y cubanía, que conoció los pasos del Maestro de Juventudes Eusebio Leal Spengler. Para departir sobre esta ciudad maravilla, debemos fecundar y evocar las figura del eterno y querido historiador de La Habana; Leal es un ente vivo que nos acompaña en las obras urbanísticas, históricas, sociales, culturales que conocieron sus manos, su intelecto y tiempo de vigilia a la conservación del patrimonio histórico de la nación cubana.
Al cubano más útil de su tiempo, le debemos la monumental obra de restauración de las obras del centro histórico de La Habana, declarado por la UNESCO en 1982 Patrimonio de la Humanidad. Aunque su sencillez formada en los duros avatares de su vida de infante, que esbozo en el libro Fiñes, dedicado a su amor verdadero, su madre Silvia, lo conducen a no prevalecer sus méritos sobre su llaneza, reconociéndose como un servidor público que cumplía con el deber impostergable de defender la obra de la revolución desde su puesto de trabajo.
Hombre de enseñanza empírica, autodidacta, fue soñando y señalando su camino con el valor de la perseverancia, acompañado con horas de estudio y desvelo que lo consagraron de un conocimiento vasto que hacia germinar a disposición de su pueblo habanero y cubano.
En una entrevista que le realizo Ángel Calcines, Eusebio expreso: “Tuve que superar mis grandes limitaciones intelectuales, pues escribía con faltas de ortografías y me veía obligado a buscar soluciones alternativas para intentar suplir esa deficiencia, priorizando la palabra oral. Tuve que llenar grandes vacíos porque leía y estudiaba lo que me gustaba.”
Lo importante de estas afirmaciones es que reconocía que su abnegación y superación a todaacosta le permitieron ir evolucionando en su peregrinaje.
Qué decir de su oratoria elocuente, sensible, tierna, ferviente e inflamable, que hacia enamorar y enarbolar la conciencia histórica y revolucionaria de nuestra población. Disímiles fueron sus reconocimientos internacionales y nacionales en toda su vida, premios que son el reflejo de año de energía, atrevimiento y unidad colectiva para hacer prevalecer la historia.
Como apasionado martiano, Eusebio rememoró las enseñanzas de Martí y las trasmitió en su oratoria, escritos y acciones. Como fiel estudiante del legado del nuestro Héroe Nacional, llevo en su pecho una máxima martiana: “En la cruz murió el hombre un día; pero se ha de aprender a morir en la cruz todos los días. Todas las grandes ideas tienen su nazareno.”
Las grandes ideas de restauración del patrimonio histórico tenían su nazareno, y el de La Habana, era Eusebio Leal. Por eso nuestro pueblo reconoce fielmente lo pulcro de sus actos, de su obra al servicio de la Historia.
¿Pero cómo juzgará la historia y las nuevas generaciones a Eusebio Leal Spengler?
La propia respuesta fue dibujada en la entrevista: “Un día en la historia con Eusebio Leal Spengler.”
- “Siempre será una incógnita el cómo seremos enjuiciados por las futuras generaciones. ¿Sobre qué fundamentos establecerán su juicio? ¿Mirarán hacia su pasado con la suficiente amplitud de matices para entender que cada cual es hijo de su tiempo y, como tal, sucumbe a sus contradicciones y desvelos?”
Temo afirmar que las nuevas generaciones y la historia lo juzgarán por sus obras. Verba volant, opra manent*.
Nota:
*Las palabras vuelan, pero la obra permanece
Eusebio Leal, nuestro Maestro de Juventudes
Sus pasos se sentirán siempre en su Habana. La voz pausada, la capacidad para convertir sueños en realidades gravitan en esta urbe de retos y esencias. Hoy cumpliría 78 años de edad ese hombre tremendo, que logró un estilo tan propio como intelectual y ser humano, ese Quijote humilde que despertó el cariño de millones de personas en gran parte del mundo, pero especialmente en su Cuba, en esta ciudad por la que tanto hizo. Eternamente habrá sábanas blancas para él, en el alma de este pueblo, que lo deberá evocar y querer siempre.
Eusebio, Maestro de Juventudes de la Asociación Hermanos Saíz (AHS), nos hablaba a los jóvenes creadores con un cariño especial, nos aconsejó y alertó, nos explicó y convocó a ser eternos soñadores. Es inevitable recordar, por ejemplo, algunas de sus palabras en el tercer congreso de nuestra organización, realizado en octubre de 2018, cuando aseguró que “quien no ama a su barrio, el pedazo de tierra donde nació, nunca amará lo grande. Así, conociendo, amando, se hará mejor arte”.
Él siempre fue consecuente con eso, y nunca se dejó llevar por los éxitos ni los aplausos, no olvidó sus raíces. En su libro Hijo de mi tiempo, compilación de discursos, intervenciones, conferencias, entrevistas y prólogos, incluso nos alerta: “Nunca uno debe olvidar sus orígenes; los orígenes son muy importantes. Mi origen está en mi ciudad; está en la memoria de los que me quisieron, de mi familia; está en mi madre, Silvia Spengler, en lo que aprendí de ella, y está en su terca voluntad: ‘Estudia, para que no pases lo que yo pasé’”.
En aquel encuentro, en el cual debatíamos sobre desafíos de la cultura y la sociedad cubana, con voz de hermano grande nos dijo que también tenemos una responsabilidad con la unidad de los cubanos, la cual “no puede ser vista solo desde los hechos históricos sino también desde la poesía”. Y mencionó a Carlos Manuel de Céspedes y a José Martí. Indudablemente en esa alma poética de Cuba tiene un lugar importante también Eusebio Leal Spengler, quien cultivó los versos desde las acciones y la pasión, desde el decoro y la fidelidad a la nación y a Fidel.
Solemos hablar del Eusebio, historiador de La Habana, Doctor en Ciencias Históricas; Doctor Honoris Causa de varias universidades, gran intelectual con una lista enorme de reconocimientos. En lo particular lo que más me solía llamar la atención era su vocación de servir, la pasión con que asumía los retos e intercambiaba con personas diferentes, ese encanto para despertar aplausos con facilidad, para cautivar a campesinos, músicos, escritores, maestros…, al pueblo en general.
Me impresionaba mucho su capacidad para contribuir al consenso, a la unidad, que defendió. Tenía el don de emplear siempre las palabras adecuadas. No importaron nunca los esfuerzos personales, su estirpe, su pensamiento y voluntad estaban más allá de lo individual.
Debemos recordar siempre también a Eusebio, el niño, el adolescente de formación autodidacta, el discípulo apasionado que tanto aprendió de su maestro Emilio Roig.
Casi nunca se dice que Eusebio tenía apenas sexto grado escolar, y que se presentó a exámenes de suficiencia académica en la Facultad de Filosofía e Historia de la Universidad de La Habana, cuando ya pasaba los 30 años de edad. Comenzó a estudiar en ese centro académico en 1974 y se graduó en 1979. La superación fue constante en él.
Él compartió varias veces con miembros de la Asociación Hermanos Saíz en espacios como el Congreso de Pensamiento Memoria Nuestra, dentro de las Romerías de Mayo, y el Dialogar, dialogar. Precisamente en este último Eusebio expresó: “nunca me preparo para las cosas porque creo que el que no esté preparado siempre, que no vaya”. Obviamente él no se preparaba para algo en específico, pero esa voluntad de aprender siempre le permitió ser manantial de conocimientos sobre temas diversos.
Esa vez habló también del significado en su vida del Pabellón Cuba, actual sede nacional de la AHS, un lugar que él quería mucho. Fue ahí donde sintió su destino, según sus propias palabras. Ahí conoció a intelectuales cardinales, como a su querido amigo Alfredo Guevara.
En agosto de 2019 Eusebio estuvo otra vez con nosotros en el Pabellón, conversó, sonrió, hizo chistes. Percibimos nuevamente esa armonía entre sus gestos, las palabras y la pasión con que soñaba siempre. Luego, escuchamos varias veces rumores sobre su muerte, pero el 31 de julio del actual año se convirtió en verdad. Ya no está físicamente, no estará más, pero nos deja una obra y un ejemplo que deberá acompañarnos siempre. Su dimensión como intelectual y sus valores como ser humano le permitieron representar a Cuba en importantes espacios académicos de diversas partes del mundo. Fue y es un símbolo del país también a nivel internacional.
Quiero terminar con una frase de Eusebio en un Dialogar, dialogar dedicado a Alfredo Guevara. Esa vez dijo: “Aquí para el olvido nada más hay que morirse, por eso este acto tiene un gran valor, por ahí van del brazo dos malos sentimientos: la ingratitud y la envidia que constituyen una serpiente bicéfala. Por eso es tan importante insertar la memoria, construir el legado y darnos cuenta de que no nos hacen falta seguidores, nos hacen falta discípulos”.
Debemos aspirar a ser siempre discípulos dignos de Eusebio.
-
*Tomado de Cubarte. EL Portal de la Cultura Cubana
Leal en nuestra memoria
A solo unos días de la desaparición física de Eusebio Leal Spengler, El Historiador de la Ciudad, como todos lo conocían, la nación cubana comparte el duelo por este hombre que era de todos, porque su vida era Cuba.
El Centro de Convenciones de Santa Cecilia será, hasta el 8 de agosto, el lugar de ofrenda pública y de muestras de gratitud para quien definió a la cultura como “la escama metálica, la coraza moral, la defensa de todo país, porque los valores se defienden con una armadura cultural sólida”.
Su pasión para las artes hizo que su apoyo al desarrollo de la cultura fuera visible e imprescindible para la vanguardia artística e intelectual de la isla. Por lo que los miembros y trabajadores de la filial principeña de la Asociación Hermanos Saíz rindieron homenaje al hermoso legado de su memoria viva en cada cubano agradecido.
Cuba pierde con su muerte a uno de sus más ilustres hijos, a ese virtuoso de mente brillante, prolífica, con una oratoria encendida de palabras profundas, capaz de sumergirte con el mismo ímpetu en su visión del arte auténtico.

Nos mostró el camino acertado para defender nuestra historia como parte de nuestro presente y de hacer de Cuba un Patrimonio Cultural de la Humanidad, donde el entorno urbano se transforma en paisaje cultural en armonía con los valores patrimoniales y la modernidad.
“De pensamiento se ha forjado la nación cubana”, frase que se refleja en la vida de Eusebio quien fue uno de los hombres que en los últimos tiempos aportó más a la reafirmación de nuestra identidad nacional.
Un titán de uniforme gris que no solo ha trascendido en el gremio de la intelectualidad antillana, sino que se convirtió en un hombre de su pueblo y con una obra que va más allá de la mera escritura, materializándose en cada uno de sus proyectos sociales y de restauración.
¿Cuánto amor y dedicación se necesitó para ver resurgir desde las ruinas a las iglesias, las casas, calles, paredes y castillos de su Habana adorada? Tengo la certeza absoluta de que tu “novia” perenne extrañará siempre tu caminar diario por sus trechos adoquinados rescatando un patrimonio que hoy despide a su quijotesco andante con sábanas blancas colgadas en sus balcones.

Gracias a él, a su inspiración y liderazgo existen en el país ejemplos modélicos para la recuperación de las ciudades históricas y una voluntad política y gubernamental en la atención a la salvaguarda de nuestras esencias culturales.
Mi ciudad también llora su muerte, su relación con la tierra agramontina estuvo marcada por la admiración a su historia y por lo que en ella hoy se hace. Aún recuerdo su visita a la comarca de pastores por el XVIII Simposio Internacional “Desafíos en el Manejo y Gestión de Ciudades Patrimoniales” donde nos habló sobre la eminente necesidad de aprender cómo intervenir en un centro histórico de manera sustentable y positiva para lograr así esa comunión espontánea entre el habitante y la historia.
En sus palabras, “la historia del Camagüey es abarcadora, es lo que ya ocurrió y sigue ocurriendo y no se detiene en el tiempo. La historia requiere de la experimentación, la arqueología, el monumento, la prueba, la arquitectura, el valor inmaterial, una forma de vivir, de habitar y de amar que quizás han tenido algunas personalidades.
“Tomaríamos a Ignacio y Amalia como símbolos de ese espíritu del Camagüey, el espíritu que se motiva en sentimientos, en valores muy altos, pero al mismo tiempo está cimentado en el amor profundo, en la comunicación de espíritu, en la vocación. Esto es lo que flota sobre nosotros y queda en la memoria”.
Hoy Leal trasciende en el tiempo y quedará indudablemente en nuestra memoria.
Eusebio Leal en el pincel de la vanguardia artística espirituana
No aspiró a la posteridad, según sus propias palabras; mas Eusebio Leal Spengler late en el recuerdo de los espirituanos. El Novio de La Habana también conquistó el corazón de la única provincia de Cuba compuesta por dos villas fundacionales: la Santísima Trinidad y el Espíritu Santo.
Si hoy el patrimonio de más de medio siglo luce vigoroso entre la modernidad, se debe en buena medida al legado y la lucidez del historiador y prolífico intelectual. Eusebio Leal vive en el recuerdo de los agradecidos y como honra a su memoria, artistas de la Asociación Hermanos Saíz quisieron dibujarlo para siempre.
Yosvani Suárez Lee y Alexander Hernández Chang unieron pinceles para dedicarle apenas un «hasta luego». Tomaron por asalto el bulevar espirituano, a pocos metros del Centro de Interpretación de la ciudad de Sancti Spíritus, donde permanece un libro de condolencias en honor al fallecido director de la red de Oficinas de las Ciudades Patrimoniales de Cuba.

Dos retratos componen la intervención pública que evoca los últimos pasos del amante de la Historia cubana por estos lares. A decir de Hernández Chang, presidente de la filial espirituana de la AHS, “el legado de Eusebio Leal trasciende espacio y tiempo porque pensó no ya en quienes conocieron las obras paradigmáticas de una época; sino en quienes también pudieran disfrutarlas, las noveles generaciones».
Para Suárez Lee, estampar con la técnica de acrílico sobre lienzo la utilidad de Eusebio, esa por la que él apostó a lo largo de su vida, “resultó la mejor manera de rendirle homenaje». No por gusto la acometida a cielo abierto tiene por nombre Leales a Leal.
La vanguardia artística espirituana ha querido que su Maestro de Juventudes contemple satisfecho la cotidianidad de un pueblo aferrado a sus raíces. Con este designio, la obra de 2X1.50 metros de longitud será donada a la Oficina del Conservador de la ciudad de Sancti Spíritus.
El abrazo eterno de los jóvenes creadores a Eusebio
Lamentamos profundamente el fallecimiento de nuestro Maestro de Juventudes Eusebio Leal Spengler, un cultivador permanente de la belleza como intelectual, historiador, cubano y hombre de profunda sensibilidad.
Junto a nosotros estará siempre su imagen con pasión inusual en las palabras, las alertas, la crítica necesaria y esa capacidad para enamorar y hacer soñar. Eusebio, el orador, el patriota, el profesor, el amigo, el admirador de Fidel, el ser humano extraordinario…, seguirá siempre en La Habana y todo el país, en la conquista de aparentes imposibles. La Habana nunca olvidará sus pasos.
Los jóvenes creadores compartimos muchas veces con él. Nos acompañó en diferentes espacios como Dialogar, dialogar, Memoria Nuestra, el tercer congreso de la organización y en otros intercambios, en los cuales nos habló como un hermano grande.
Siempre tendrá nuestro abrazo sincero. Gracias Maestro.
Presidencia AHS
Memoria Nuestra: un espacio para el debate, pero también para la amistad
Entrevista con la profesora e investigadora Yuleidys Gonzálesz Estrada, ganadora del “Congreso de Pensamiento y Premio Memoria Nuestra 2019” de la Romerías de Mayo
Las Romerías de Mayo son el epicentro de los jóvenes creadores más inquietos de la Isla de Cuba. El “Congreso de Pensamiento y Premio Memoria Nuestra” es su arista más teórica. Convoca a los jóvenes investigadores de las Ciencias Sociales y Humanísticas sobre temas y problemáticas de interés para la cultura nacional. Es una especie de simbiosis entre jóvenes y grandes intelectuales que asisten como conferencistas o jurado a sus sesiones de trabajo. Entre los que han asistido se puede mencionar Eusebio Leal, Fernando Martínez Heredia, Eduardo Torres Cuevas, Natalia Bolívar, Abel Prieto, entre otros.
La edición anterior, correspondiente al año 2019 fue premiada en la categoría de investigación la joven Yuleidys Gonzáles Estrada, profesora de la Universidad de Granma y asociada de la AHS en la sesión de Crítica e Investigación, en la cual ha ocupado funciones como Jefa de Sección y Vicepresidenta. Yula, como muchos la conocen, es especialista en el pensamiento filosófico cubano y latinoamericano de la de la década de 1960-1970 y actualmente una de las activista e investigadoras de género más relevantes en la región oriental, con su proyecto de reanimación socio cultural “La Cuarta Lucía”.
Actualmente se encuentra en casa, como la inmensa mayoría de los cubanos ante la pandemia de la COVID 19. Inquieta y creativa sigue profundizando sus trabajos académicos y su incesante bregar en el activismo desde las redes sociales. Nos comunicamos con ella vía WhatsApp y gustosamente conversamos sobres sus experiencias en el Memoria Nuestra.

Has asistido varias oportunidades al Memoria Nuestra, desde tu trayectoria científica. ¿Qué distingue a este espacio teórico de los demás?
He tenido la suerte de asistir a las dos últimas ediciones del evento. Desde la primera vez se quedó muy cerca de mi corazón. He participado en varios eventos nacionales e internacionales dentro y fuera del país, pero Memoria Nuestra es diferente. Como dije en una entrevista anterior, es un espacio para el debate, pero también para la amistad, por eso crea una suerte de comunidad “nuestromemoriana”. Es cierto que dan un premio en metálico y eso es atractivo, pero el verdadero premio es poder participar y dialogar con tanta juventud comprometida con la difícil tarea de crear.
Fuiste la ganadora de la edición de 2019 en la categoría de investigación. ¿Cuál era la esencia de tu investigación? ¿Porque crees que fuiste elegida entre una veintena de ponencias?
Así es. Tuve el altísimo honor de recibir el Premio de Investigación del 2019. Mi investigación se tituló: “La teoría de la Revolución Social Latinoamericana en las publicaciones periódicas cubanas 1960-1970”. Tuvo como objetivo demostrar la existencia de una teoría de la revolución social para América Latina en las Revistas Casas de las Américas, Cuba Socialista y Pensamiento Crítico. Ya era una investigación concluida con la que obtuve el título de Doctora en Filosofía, el Premio CITMA y el Premio al Mérito Científico. Creo que estos fueron aspectos que pesaron en la decisión del tribunal, pero había ponencias de muchísimas calidad.

¿Desde tu perspectiva cuáles son las mayores ventajas de este evento? ¿Qué piensas que se deba mejorar?
Para mí una de las mayores ventajas constituye una oportunidad para los investigadores de mayor y menor experiencia debatan sobres sus temas de investigación pero también sobre los problemas más latentes de nuestra realidad. En eso ayuda mucho la convivencia pues las sesiones de trabajo no terminan con las ponencias. Me gustaría que se incluyeran en el tribunal a jóvenes investigadores de la AHS y que las editoriales de la organización publicaran libros con los resultados de las investigativos más relevantes.
Yula, un mensaje que quieras trasmitirles a los romeros y el colectivo asiduo del Memoria Nuestra que están en casa.
Para terminar, quiero agradecer a las y los organizadores por no darse por vencidos. Por asumir con responsabilidad el enorme legado del Congreso y Premio Memoria Nuestra. Creo que esta es una oportunidad única para hacer un evento que late con el espíritu de las vanguardias. A toda la gente romera que cada año espera ese encuentro fenomenal sepan que en esta ocasión no nos abrazaremos ni compartiremos por los café y los parques de Holguín, pero estaremos en esa conexión inquebrantable creada por el arte. ¡Hagamos de estas Romerías las más grandes de todos los tiempos!
Conociendo, amando, se hará mejor arte
De cómo la juventud tiene que hacer sus propios caminos, de la importancia de mantener la memoria y las tradiciones en el arraigo popular, así como del valor de la Asociación como la joven vanguardia artística de la Patria, se habló este martes en la segunda jornada del 3er. Congreso de la Asociación Hermanos Saíz (AHS), que concluye hoy en la capital.
Danzar de generaciones
Los próximos días 24 y 25 de marzo a las 5:00 p.m. tendrá lugar en la Sala Covarrubias del Teatro Nacional de Cuba, la primera presentación de los talleres vocacionales, taller infantil y presentación de la Escuela de Formación Profesional de Danzas Españolas de la Compañía Irene Rodríguez, que hoy tiene su sede, gracias a la Oficina del Historiador de la Ciudad, en especial del Dr. Eusebio Leal Spengler. [+]
Premio al humanismo de Luis Álvarez
Entregan Premio Nacional de Literatura 2017 al intelectual Luis Álvarez Álvarez
«Los intelectuales todos; los cubanos… debemos de preocuparnos por un humanismo esencialmente cubano, ante la prevalencia de la ola tecnológica que persigue imponer una perspectiva del tener por encima del ser, tal cual lo hicieron nuestros predecesores…; los grandes del pensamiento cubano en su momento», reflexionó desde una profunda visión martiana, el intelectual Luis Álvarez Álvarez, durante la ceremonia de entrega oficial del Premio Nacional de Literatura 2017, lo cual ocurrió de manera excepcional fuera de la Capital, este sábado en el Teatro Avellaneda de esta ciudad.