Ediciones Aldabón


Llevan a la radio la obra literaria de Luis Saíz Montes de Oca

Con el propósito de promover la obra de los Hermanos Saíz Montes de Oca, la Asociación que lleva el nombre de los dos jóvenes mártires impulsa varios proyectos a lo largo del país.

Entre ellos, la iniciativa de llevar al dramatizado radial los cuentos de Luis, el mayor de ambos hermanos (18 años), asesinados por la tiranía de Fulgencio Batista el 13 de agosto de 1957.

Yusley Izquierdo Sierra, presidente de la AHS en Pinar del Río, detalla que en total son ocho textos que ya habían sido compilados en un libro de Ediciones Aldabón, por el escritor guantanamero Eldys Baratute.

Un grupo de guionistas de varias provincias asume la tarea de adaptar o versionar los cuentos de Luis Saíz Montes de Oca.

«La manera en que están escritos no siempre permite que puedan ser llevados directamente al dramatizado radial», explica Yusley.

«Por lo general son textos muy narrativos y para ajustarlos, en algunos casos, los guionistas se han estado apoyando en la creación de diálogos y en otros han optado por versionar esas historias, manteniendo su esenciae intentado que sean lo más fieles posibles al texto original».

La emisora Radio Guamá, de Pinar del Río, es la encargada de asumir la producción de estos ocho cuentos, que abordan temas diversos, desde el amor de pareja hasta cuestiones sociales y políticas.

El presidente de la AHS en Vueltabajo afirma que a Sergio y a Luis se les conoce mucho más por su labor política y su participación en el proceso revolucionario que por su quehacer intelectual.

Sin embargo, considera que a pesar de su corta edad (17 y 18 años), ambos dejaron una obra con un valor innegable y un pensamiento de avanzada, tanto en la poesía como en la narrativa, que hizo que la organización de la vanguardia artística joven de Cuba lleve su nombre.

Por tanto, asegura que el esfuerzo que actualmente se hace por llevar a la radio la obra narrativa de Luis es una magnífica oportunidad para que se pueda difundir.


Convocan al Premio Aldabón 2023

Con el objetivo de estimular y promover la creación literaria entre los jóvenes escritores de todo el país, la Asociación Hermanos Saíz y Ediciones Aldabón, de conjunto con el Centro Provincial del Libro y la Literatura, convocan al Premio Aldabón 2023 en el apartado de Narrativa.

Según publica en su página de Facebook la editorial matancera, podrán participar los escritores cubanos residentes en el país, que tengan hasta 35 años, miembros o no de la organización.

Se concursará con un cuaderno inédito de narrativa, con una extensión máxima de 80 cuartillas, a doble espacio, Arial 12.

Las obras pueden entregarse en original y dos copias bajo seudónimo, y en sobre aparte los datos personales, en la dirección: calle Dos de mayo, entre Contreras y Milanés, No 7922, Matanzas, CP 40 100.

También pueden enviarse al correo electrónico ahsmatanzas@gmail.com, en dos archivos en formato Word o PDF, con el asunto Premio Aldabón, uno con la obra bajo seudónimo y otro con los datos personales del autor (nombre y apellidos, carné de identidad, dirección, teléfono, Centro de estudio o trabajo, correo electrónico y síntesis curricular, así como una declaración jurada acerca del carácter inédito del texto presentado y sobre su no inclusión en otro certamen similar).

Se concederá un premio único e indivisible, consistente en diploma acreditativo, 10 000 pesos y la inclusión del libro en el plan editorial de ediciones Aldabón, con el correspondiente pago del derecho de autor. El plazo de admisión vence el 31 de agosto de 2023. 


El frío es un estado mental

Reseña del libro Los hijos del invierno de Luis Enrique Mirambert

 

Pudimos ser fotógrafos de la National Geographic especializados en ortodoncia para leones. Pudimos ser los carteros de Bukowsky, los muchachos que le traían los periódicos a Lenin, vendedores de sierras eléctricas en Wall Street; dueños de La casa de la bella durmiente y le entregaríamos a Nobokov cada noche una muchacha diferente. Pudimos ser reposteros en París y cocinar los croassant que se comerían los snobs en un café a orillas del Sena.

Pudimos haber sido todo y eso y más; pero no, somos hijos del invierno, justifica Luis Enrique Mirambert del Valle en su primer libro publicado por Ediciones Aldabón con diseño de Johan Trujillo. 

En esta Isla no existe invierno. Según los expertos solo hay estación seca y otra lluviosa, pero con el primer soplo de viento que medio erice el vello de las muñecas nos volvemos cazadores de focas en huecos horadados en el hielo. Nos disfrazamos de esquimales. Nos volvemos una falsa de nosotros mismos. Si tenemos que sustituir exportaciones, sustituimos hasta el invierno; porque la colonización cultural nos hace llorar cuando pensamos en la nieve.  

Tal vez, si nos remitimos a los manuales de historia y geopolítica, pudiéramos decir que somos hijos del invierno porque somos las generaciones (aquellos nacidos en los 90) que sobrevivimos a la caída del muro de Berlín. Sin nada que hacer y en lo que caminamos hacia el sur dejamos que la libido sea la brújula. No habrá calor más reconfortante que el humano; ya sea para rellenar algún vacío primitivo de la carne, o para cuestiones más sencillas como la identidad y el arraigo.

Bajo estos códigos se mueven los personajes de este libro y también un suprapersonaje que es el narrador, cuya voz suena detrás de cada historia que, aunque escritas con personas gramaticales diferentes o con diversas mudas de nivel de realidad, comparten una intención comunicativa rectora: Vivimos en futuro después del futuro.

Como escribiría Harold Bloom sobre Goethe: Luis es mucho Luis; sin importar lo que cuente, su estilo se impone por encima de la historia. Ahí una musicalidad omnipresente que tal vez provenga de su práctica como poeta, la banda sonora del universo Mirambert.

El autor hace gala de diferentes técnicas y estilos, pero que no se vuelve una cacofonía, sino más bien —no diré sinfonía porque sería cliché— un bolero de victrola en una versión que le agrega un poco de funk, un poco de música electrónica y rock and roll.

No creo que se vayan a agotar en las librerías del día a la mañana este título, pero igual cómprenlo porque el frío en esta Isla no es una condición atmosférica, sino un estado mental, y con los Hijos del invierno quizás nos deshelemos un poco por dentro.


“La ciencia ficción sirve para prevenir de los peores escenarios futuros”

Algunos encuentros ocurren por casualidad, pero su impacto permanece. Nathaly Hernández amó los libros de Ray Bradbury y al leerlos cambió la forma en que entendía y experimentaba la escritura. De intentos frustrados y a veces angustiantes en relatos de corte realista, cambió hacia otra senda con los géneros de ciencia ficción y fantasía.

El cuento “Yllá”, por ejemplo, sirvió de inspiración para escribir un poema que fue Premio Oscar Hurtado de poesía ese año. Entró en contacto entonces con el Taller Espacio Abierto y su relación con la ciencia ficción se consolidaría al escribir textos narrativos. “Se puede decir que Bradbury fue la llave que me volvió a abrir la puerta de un género que leí bastante en mi infancia y adolescencia, pero al que dejé de lado durante años, y Espacio Abierto logró encaminarme”.

Si bien su formación como periodista orientaba la vocación más al relato realista, la ciencia ficción le salvaría de la inmovilidad y el derrotismo. Al periodismo, en cambio, debe la disciplina y la conciencia del público, pero también acercarse al primer taller literario. Este primer paso, tímido y lleno de miedos, provocó que tuviese acceso a literatura especializada y empezara a andar. Preferiría entonces, narrar antes de describir, centrarse en detalles significativos, editar sus propios textos. Quizás el mejor resultado de esta etapa es perder el pánico, la timidez.

“Por mucho que se tengan habilidades o deseos de escribir, el autor que comienza necesita de algo o alguien que lo encamine, que sirva de guía, consejero, ayuda. A medida que estén creadas las condiciones, más autores surgirán. El proyecto de Los Grafómanos surgió como una continuación del trabajo iniciado en el Taller Cintio Vitier por la escritora Yanira Marimón, que sostuvo este espacio durante años y ayudó a formar a varios jóvenes escritores que después nos vinculamos de una forma u otra a la AHS.”

Gracias a Espacio Abierto, a su vez, pudo conocer códigos de ambos géneros (C.F y Fantasía) y todos sus subgéneros, recibió recomendaciones de lecturas, así como consejos literarios en cuanto a la revisión, edición y crítica de sus textos. “El taller hace honor a su nombre y conforma una familia siempre dispuesta a crecer y ayudar a sus miembros más jóvenes, un proyecto que ha llevado mucha entrega y consagración por parte de quienes lo sostienen. A ellos les debo en buena parte el que pudiera escribir Las azules colinas de Europa”.

“El cuento que da título al libro — explica — , es un homenaje a dos obras de Ernest Hemingway: Las verdes colinas de África y La breve vida feliz de Francis Macomber, y parte de la mentalidad, ambientación y forma de dialogar de este autor se reflejan (a mi manera y bajo los códigos de la C.F) en esta historia. Las azules colinas, aunque se digan de Europa, son una translación de la salvaje África de los safaris, donde la mayoría de los personajes comparten a su vez el papel de cazadores y presas. Son iguales, aunque no se traten entre ellos como iguales. En el libro me concentré en llevar las historias de forma realista (dentro de lo que cabe en el género), reflejando en algunos casos patrones de la vida cotidiana del siglo pasado y lo que va de este. Sobre estos patrones prefiero que el lector lea y sobre ellos saque sus propias conclusiones”.

¿La ciencia ficción puede cuestionar temas como los feminismos, las guerras, derechos laborales?

“La CF puede hablar de cualquier problema o amenaza que tengamos en la actualidad tanto o incluso mejor que la ficción realista. Por ejemplo, en el siglo XX, uno de los más convulsos y complejos de la historia conocida, ocurrieron tantas desgracias y hechos desgarradores que muchos autores han preferido proyectar este siglo hacia el futuro para poder hablar sin tapujos de las cosas difíciles, sin abrir más las heridas. La CF sirve también para calcular a mediano o a largo plazo las posibles direcciones a tomar por la Humanidad, ya sea para sugerir mejores caminos, como para prevenir de los peores escenarios futuros. Al final este género es un reflejo disfrazado de todo lo que ya es, y una proyección de lo que pudiera ser.”

¿De dónde surgió la inspiración para escribir un cuento como “Nosotros y ellos”?

“Surgió de un deseo de experimentar con las formas del lenguaje. Hacía tiempo deseaba escribir un cuento en primera persona del plural y me familiaricé con la idea de las mentes-colmena con la lectura de la Saga de Ender de Orson Scott Card. Pero quería hacer una mente-colmena que fuera humana, o al menos parecida. Al pensar en los posibles usos de una mente colmena humanoide la primera opción es la guerra. Suena macabro pero efectivo: muchos cuerpos controlados por pocas mentes podrían cometer atrocidades que un pelotón de mentes individuales se negaría a hacer por mucho que estuviesen bajo órdenes. Busco mis influencias en todas partes: en el cine, en la música, en el arte en general y en la vida cotidiana.

“Al escribir ‘Nosotros y ellos’ me basé en uno de mis filmes favoritos, Apocalypse Now de Francis Ford Coppola, que está ambientado en la guerra de Vietnam y aborda el tema de la deshumanización provocada por la violencia extrema. Eso me sirvió como recurso visual para crear una versión futurista de esta misma guerra. Mientras escribía, usé música de The Doors y Pink Floyd para sintonizarme con el ambiente a crear en el cuento. Toda esta influencia sinestésica me ayudó a canalizar la historia que quería contar”.

Se encuentra también en Las colinas azules de Europa, en específico en el cuento “El menú del día”, una crítica al capitalismo y la alienación, mostrada en la desconexión de las emociones con la realidad. ¿La felicidad como tiranía?

“El cuento ‘El Menú del Día’ nació (como muchas obras de C.F) de la clásica pregunta What if? ¿Qué pasaría si…? En este caso, ¿qué pasaría si pudiesen sintetizarse y venderse al por mayor las reacciones químicas referentes al placer, la alegría y las reacciones emocionales positivas generadas en el cerebro humano? No es una idea nueva, hace casi un siglo ya Aldous Huxley planteaba, en su profética distopía de Un mundo feliz, la idea de una sociedad drogada. Coloqué mi historia en un ambiente lo más neutral posible, aunque sí hago referencia al mundo empresarial de altos rascacielos y horas interminables de oficina que son parte de muchas sociedades modernas. Lo hice para resaltar la monótona rutina de los personajes y justificar el consumo diario de café con aditivos. Con tales personajes me arriesgué, pues los diseñé como estereotipos en una muestra de lo innatural de sus vidas.”

 

¿Qué emociones atraviesan el cuento “No regreses al lugar donde fuiste feliz”?

“Es lo más parecido a un poema que he escrito como cuento. La mayoría de mi poesía surge por un impulso primario: un verso que aparece de la nada y desencadena otros que escribo al momento. Con los cuentos, recibo la idea muchas veces por inspiración, pero la ejecución la hago con cabeza fría, como armando un rompecabezas. Pero este texto fluyó de forma tan espontánea que me sorprendió que resultara en un cuento. Está cargado de anhelos, deseo y nostalgia, de amor y pérdida, es sensorial y emocional, más que narrativo. Más allá de intentar meterse en la piel y palpar el dolor de un ser cuasi-divino y relativamente inmortal, ante la muerte palpable de alguien a quien ama a pesar de las eras transcurridas, es un reflejo de la impotencia que cada ser humano ha experimentado acerca de querer regresar a algún momento del pasado que es más feliz que el presente, o de recuperar algo irremediablemente perdido. Hay belleza en este imposible.”.

Ganar el Premio David representa un hermoso impulso, pero quedan proyectos e ideas para inspirar la creación. A los Grafómanos y el Taller Espacio Abierto, se adiciona Ediciones Aldabón, donde trabajas como promotora…

“La mayoría de mi generación cercana ha publicado o publicará en algún momento su primer libro aquí, confiada de que el producto final tendrá calidad y que se harán todos los esfuerzos por darlo a conocer. En lo que se convirtió esta Editorial, lo que representa, me motivaron a dedicarme de forma seria a la promoción literaria, contagiada por el ímpetu de su coordinador y con el deseo de ayudar a otros jóvenes como yo, que ponen tantas ilusiones en que sus libros publicados sean fuente de orgullo y felicidad.”


Promociona Ediciones Aldabón obra de jóvenes escritores (+Fotos)

Ediciones Aldabón pone a disposición del público lector interesantes volúmenes hecha por jóvenes integrantes de la Asociación Hermanos Saíz de la provincia de Matanzas.

Daniel Cruz Bermúdez, coordinador de la editorial, comenta que todos los años tenemos autores noveles matanceros, todo a partir del propio funcionamiento de los talleres literarios que tienen como sede nuestra casa editora.

¨Ya este año sale el libro de Luis Alberto Mirambel y para 2020 tenemos el libro de otro autor joven que es Antonio Nodas González de Jovellanos que saldrá en el plan de publicaciones con un libro de narrativa.¨

Con 20 años de labor, la editorial matancera cuenta con un espacio propio donde confluyen librería y talleres para la edición y corrección de  los textos así como la preparación de los escritores más jóvenes y otros más consagrados.

Apunta el coordinador que la editora también necesita en su catálogo algunos autores de prestigio que nos de un poco de visibilidad a la editorial. Estoy pensando en los casos matanceros de Urbano Martínez Carmenate, Israel Domínguez, Alfredo Zaldívar, Yanira Marimón.