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La cultura es la patria

Conquistar las sonrisas de los niños, con la complicidad de sus padres y abuelos, hacía dejar a un lado los titubeos con el transporte, las altas temperaturas dentro de una guagua o la llovizna de sopetón. La Brigada Luis y Sergio Saíz, de la filial de la Asociación Hermanos Saíz de Ciego de Ávila, tenía claras las actuales complejas condiciones en las que se hace el trabajo comunitario, pero insistió, gestionó y logró.   

Fotos: Yoandris Chamorro Belén

El arte hecho por jóvenes de vanguardia, visto (y regalado) como conocimiento, entretenimiento y transmisor de valores, se esparció en las comunidades Manuel Sanguily y Carolina, ambas del municipio avileño de Venezuela; en Trucutú, un lejano asentamiento de Primero de Enero; Ranchuelo, en Chambas, así como en el distante Consejo Popular de Limones Palmero, en Majagua. El cierre de la movida etapa fue en el Campamento de Pioneros Exploradores, también en tierra majagüense.  

Fotos: Yoandris Chamorro Belén

Las jornadas, sobre ruedas y con el sol en su punto, iniciaban bien temprano. Las energías no mermaban con aquellas decenas de kilómetros andados ni los cientos de baches esquivados. Sabían que al llegar al ranchón, a la explanada o a la plazoleta, estarían esperando varias generaciones deseosas de tener en qué cultivarse. Ansiosas por alimentar el espíritu con las buenas vibras de los artistas del patio. Un escenario sin grandes artilugios ni derroches tecnológicos. Si las sillas no alcanzaban, pues el piso. La bandera de la Asociación y la cubana siempre presente. El amor también se llevaba como pendón. 

Fotos: Yoandris Chamorro Belén

Se sentía la necesidad de aires como estos, entre cuerdas, con payasos, trova, cuentos, poemas… Un espectáculo desprovisto de la vulgaridad y la banalidad. Sí, porque donde mismo era recibida la Brigada, en otros momentos y delante de quienes tienen encargos sociales, brota la letra y el baile sin sentido, que prolifera como hongos, en tanto siguen siendo muy (pero muy) escasos los intentos por revertirlo. No obstante, lejos del cansancio y el marasmo, la organización sigue apostando por la formación de públicos más críticos y selectivos. 

Fotos: Yoandris Chamorro Belén

Todavía se escuchan las canciones infantiles, claro está. Y los niños recitan los versos sencillos de José Martí y cantan a Teresita Fernández. Los más viejos recuerdan la buena trova tradicional de Sindo Garay. Bailan con Compay Segundo y dejan que la AHS exprese el cariño que les tiene, que no lo puede negar. Esa misma Asociación que, cambiando los lugares a la letra original del rico son, llegó a Manuel Sanguily y a Carolina, fue para Trucutú, y de Ranchuelo fue para Limones Palmero…  

Fotos: Yoandris Chamorro Belén

Santa Massiel y Motivos Personales, el guiñol Polichinela, Caminos Teatro, Teatro Primero, el dúo Alma, el proyecto de música tradicional Décima Cuerda, los escritores Leo Buquet e Ilieva Rodríguez Castillo, entre otros artistas, hicieron posible esta recorrido veraniego por comunidades aisladas. Ellos son fruto una cultura acumulada, aprendida y transmitida, alegría y talento.                     

El reto, en el año del IV Congreso de la AHS, es promover más y mejor el ejercicio y disfrute de las artes en todos los grupos de edades. De esta forma, con el ejemplo tozudo de la juventud y la integración con las autoridades locales, queda replanteada la idea de ver la cultura como “gasto”, en su acepción más vulgar y empobrecida, sino valorarla como inversión estratégica para el desarrollo humano y de la nación que se defiende.

Fotos: Yoandris Chamorro Belén

Obviamente, el trabajo no fue fácil, pero se fortalecieron los sistemas de cooperación para apoyar la creatividad. Siempre es reconfortante el aplauso de las familias allí donde se aplaude poco y hurgar con sensibilidad extrema aquellas fisuras que arden tras cada traba o ineptitud para dar continuidad o renovar. La dinámica actual de nuestra sociedad requiere otros métodos de intervención comunitaria.

La cultura es la patria, dijo el maestro cubano Fernando Ortiz. Y quienes hagan valer nuestras raíces culturales, con todos los desafíos y complejidades de estos tiempos, son los verdaderos patriotas. La AHS en Ciego de Ávila, con un empuje a todo dar, es actualmente una puerta abierta para dinamizar, transformar y dialogar.

Fotos: Yoandris Chamorro Belén

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