La primera «Jungla» cubana

Hablar de la identidad cultural de una nación es como adentrarse en una selva espesa. El denso bosque cultural de Cuba está lleno de referencias diversas que han conformado una sólida «vegetación» en siglos de historia. Pero sintetizar ese amplio conjunto de saberes no es obra de un día. Ese interés ha nutrido a los integrantes de Jungla, un grupo de jóvenes productores que, en plena pandemia, decidió llevar adelante un proyecto destinado a la realización de contenidos audiovisuales, capaces de desentrañar elementos tan diversos de la cultura cubana como la música, el deporte, la danza, e incluso la ciencia. Un propósito de suma importancia que le ha valido el otorgamiento de la beca de creación El reino de este mundo, que entrega la Asociación Hermanos Saíz (AHS).

El proyecto premiado, cuyo primer trabajo audiovisual se acerca al mundo de la música hip-hop a través de las propuestas de La Reina y La Real, recibió desde su inicio el asesoramiento de la Egrem, la Sociedad Cultural José Martí, así como el apoyo técnico de los equipos de las casas productoras La Tiza Films e i4Films.

«Entender la cultura cubana como una jungla donde confluyen diferentes costumbres, expresiones y modos de hacer, nos resultó sugerente desde el primer momento; sabíamos que encontraríamos algo novedoso a cada paso», comenta a JR Gabriel Valiente, director creativo de este proyecto, cuyo primer rodaje tuvo lugar el 23 de octubre del pasado año.

En Cuba no hay junglas, al menos como sistema natural según los expertos, de ahí que estos jóvenes se planteen un objetivo ambicioso: servir como el ecosistema donde los diferentes ámbitos de la vida cultural del país se vean representados y generar productos a partir de una visión integradora. «La cultura trasciende al arte. Todo cuanto vemos, desde un manisero en la parada de la guagua, hasta un pintor, un científico o un deportista, es reflejo de la identidad de la nación», asegura Valiente, egresado de la carrera de Sicología.

Jungla se ha propuesto desarrollar una serie documental que permita explicar las intenciones de su misión y su filosofía. A esta travesía se han sumado varias personalidades de diferentes sectores para aportar sus impresiones sobre las implicaciones de ser cubano, de representar y vivir esta cultura nacional. Desde el atleta Dayron Robles, la artista visual May Reguera, hasta los actores Alicia Hechevarría, Marlon Pijuan, Jazz Vilá, y los músicos Eduardo Sandoval, Raúl Paz y Harold López Nussa, se articula un discurso diverso, como heterogénea es la cultura en la que confluyen estas visiones, a las que se suman las del sicólogo Manuel Calviño y de los integrantes de los proyectos Zennit Tatto y Bandera estudio, entre muchas otras.

«Queremos emprender una labor educativa y ofrecer el contenido de una forma más potable y entretenida: es la mejor manera de generar interés y motivar la reflexión del espectador», dice convencida Sandra Ulloa, quien destaca el compromiso de Jungla con el rescate de una cultura underground y de géneros de la música alternativa que no se ven con frecuencia en los medios de difusión.

Egresada de la Universidad de La Habana, donde cursó estudios de Derecho, Sandra también hace hincapié en el propósito de este colectivo de apoyar la producción artística de los creadores mediante el audiovisual. «Sé que los promotores u organizadores de diversos espacios sueñan con proyectos capaces de integrar a la mayor cantidad de expresiones culturales posibles, pero no siempre se logra el nivel de inclusión deseado, así que necesitamos soñar lo más grande posible.

«Llevamos seis meses de quehacer intenso con la filmación de esta serie y otros contenidos. El trabajo de mesa es constante y estamos enfocados en ganar reconocimiento, tanto en las plataformas digitales como de cara a las instituciones. La labor investigativa nos ha permitido establecer contacto con diversos profesionales que han favorecido el crecimiento de Jungla», explica.

Mientras, su compañero Gabriel Valiente tiene la mirada puesta en el futuro, pues «estamos anotando cualquier idea que no nos sea posible desarrollar ahora, pero que podamos comenzar una vez que recuperemos la normalidad: lo mismo producciones audiovisuales más ambiciosas, que eventos en vivo donde confluya la mayor cantidad de expresiones culturales posibles».

Recientemente, en uno de los momentos de flexibilización del enfrentamiento a la actual pandemia, estos jóvenes llevaron a adelante un evento en vivo que  aglutinó diversas manifestaciones artísticas en un mismo espacio y tiempo, como la gastronomía, la moda, la fotografía, el jazz, la música
electrónica, así como un módulo vinculado al movimiento Afro.

«La cuarentena ha supuesto un motor impulsor para nosotros, al margen del reto global que representa. Sin este tiempo de recogimiento no nos habríamos puesto las pilas, ni generado las ideas para desarrollar el proyecto por este camino», reconoce Gabriel Valiente, el cual deja entrever su impaciencia por el retorno a la normalidad, para poner en marcha sus numerosos planes.

Echar a andar la maquinaria

Gabriel y Sandra se conocieron en la universidad, durante un festival de artistas aficionados. «Ambos dirigíamos dos compañías universitarias de danza y conectamos enseguida», cuenta él, mientras intercambian miradas que dejan entrever la sólida complicidad que existe entre los dos.

Jungla se gestó antes de la irrupción de la COVID-19 en nuestras vidas, aunque la producción audiovisual no estaba en los planes de estos jóvenes. «Empezamos por producir eventos en vivo con la intención de crear una propuesta que involucrara a todas esas manifestaciones artísticas más alejadas del consumo cotidiano y menos promocionadas», comenta Gabriel.

Cuando la situación epidemiológica lo ha permitido, los muchachos han salido a filmar parte de sus contenidos. Foto: Cortesía de los entrevistados

«Decidimos combinarlo con las nuevas tendencias que mueven a las nuevas generaciones de cubanos. De repente, en el país hay muchos jóvenes fotógrafos o incursionando en el audiovisual, varias bandas de música pop y fenómenos como Cimafunk y Toques del Río, que atraen a un público enorme que vislumbra alternativas más allá del reguetón».

Sandra comparte dicha opinión y se siente orgullosa del trabajo realizado hasta el momento. «El equipo está integrado por personas que, como base de su formación profesional, no poseen los conocimientos de la producción audiovisual, pero que han ido aprendiendo con el asesoramiento de excelentes especialistas de la industria cinematográfica.

«Tal vez al principio algunos no confiaron en que un grupo proveniente del diseño y las ciencias sociales (sicología, derecho, pedagogía) pudiera generar ideas en torno a la producción de contenidos audiovisuales, pero luego se han sorprendido de ver lo que hemos logrado».

De cualquier modo, estos jóvenes saben que aún tienen mucho camino por recorrer, si de ofrecer una visión global de la cultura cubana se trata. Jungla ha asumido feliz el reto.

(Artículo de Sergio Félix González Murguía Tomado del diario Juventud Rebelde)

 

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