La sugerencia del chef

Pienso que el sentimiento puede más que la palabra

                                                                    Y en cada caso siempre encuentras la razón.

                                                                     Pienso que una sonrisa vale tanto en este tiempo

                                                                     Que puede a veces hasta curarte algún dolor.

                                                                                                           (José Aquiles)

Cortesía de José Aquiles

Aquel hombre percibió que muchos a su alrededor desfallecían. De inmediato comenzó a alimentarlos. Enseguida se hizo noticia. Las filas para entrar al recinto tomaron las calles, a veces se le veía ansiosa a la muchedumbre mientras las dádivas se multiplicaban. La afluencia es heterogénea: algunos en la madurez de sus años, otros muy jóvenes, uno que otro niño, familias enteras o almas en el afán de despojarse de la soledad. Fueron recibidos con la carta a la mano y resultaron saciados. Así creció la congregación hasta desbordar el lugar, llegaron feligreses de comarcas aledañas. Tal fue la bendición que ni la lluvia los apartó de las citas. 

Transcurre casi ya una década desde que es este hecho acontece en Santiago de Cuba. Soy testigo de cómo se adereza el banquete con canciones y otras músicas, conversaciones y hasta chistes para altas dosis de materia gris. Cuando experimento hambre corro primero a saciar mi espíritu, ellos también.

No intento falsear escritura sagrada alguna ni llevarlos a la literatura de remotos parajes.

Supongo que cuando los jugos gastro-neuronales de varios coinciden, surge un acontecimiento sociocultural.

…Para espantar los temblores y ciclones yo te invito a la peña del Menú

Con un guarachoso estribillo y durante su primer decenio, el anfitrión, el trovador José Aquiles Virelles junto a un equipo de cómplices reciben a la concurrencia el primer sábado de cada mes en el patio del Centro Cultural Francisco Prat Puig. Julio de 2010 registra el surgimiento de la peña El Menú. El creador, productor musical y promotor irrumpió en el panorama artístico-cultural de la urbe en un momento de emergencias.

Digo esto no porque Santiago haya mostrado jamás un rostro desolado en cuanto a la creación ni a las propuestas artísticas para el público. Y es en ese uso del singular a mí entender donde radica muchas veces el conflicto que genera insatisfacciones en las espiritualidades de los individuos. Urge hablar de públicos, de una concepción plural desde las políticas culturales, y no creer que en la unicidad de conceptos estético-artísticos todos hallarán representadas sus motivaciones. Si bien la caribeña región cubana tiene características que desde las manifestaciones del arte particularizan su psicología social, hay quienes prefieren trascender la imagen de perfil.

 Mi idea no es sinónimo de una promoción de lo entendido como cultura elitista, es sinónimo de una cultura social y artística diversa, donde existan OPCIONES que no se deslegitiman entre sí.

Pues bien, El Menú salvó la mesa espiritual de muchos santiagueros y visitantes. Tiene como predecesora la peña de Los Escorpiones, que en la década de los 90 aunó a la vanguardista generación trovadoresca y literaria del momento. La concepción actual amplía las pretensiones. Aunque tanto Aquiles como otros trovadores en este decenio han interpretado muchas de sus piezas, este es un espacio que promueve los valores del arte y la cultura en sus manifestaciones plurales.

Festival Internacional de Coros de 2019/ Cortesía de José Aquiles

Con esta premisa las memorias apuntan la contribución  de poetas y escritores, artistas de la escena, historiadores, deportistas, artistas de las artes plásticas, presentadores de televisión, investigadores de las ciencias sociales y humanistas, narradores orales, chef de cocina, músicos cubanos y del panorama internacional, entre otros personajes cuyas huellas se hacen patentes en el Santiago de hoy.

En el caso particular de las expresiones musicales variada es la experiencia. Sus invitados van desde la voz y guitarra, a las agrupaciones de la música de cámara, formaciones vocales, jazzistas, septetos soneros, formatos de percusión como Los tambores de Bonne y agrupaciones congueras.

Evito detenerme en la mención de nombres de los protagonistas de estos capítulos y formaciones artísticas puesto que siempre entraña omisiones y porque el propósito de mis palabras no es jerarquizar la valía de los invitados, de eso ya se ocupa José Aquiles en cada emisión. Si menciono de modo excepcional el caso de Los tambores es porque no hallo equivalencia alguna para una agrupación única de su tipo en el país. La encomienda que me ocupa es el reconocimiento al espacio en cuestión como dinamizador de la política cultural en el territorio.

José Aquiles junto a Darina, Giselle Lage y Grisel Gomez/ cortesía de José Aquiles

Los encuentros propician la confluencia entre figuras legitimadas de los ámbitos ya mencionados y figuras noveles en cualquiera de los lenguajes de la creación. Aquiles ha presentado a jóvenes músicos que con cercana posterioridad obtuvieron importantes lauros a partir de los cuales tomaron impulso sus carreras. En otras oportunidades ya abordé el paso por esta peña de los entonces emergentes proyectos de jóvenes jazzistas en la ciudad.

Una de las secciones de mayor interés para los asistentes es la entrevista al invitado. El anfitrión guía el coloquio no solo hacia aquellos aspectos relevantes del quehacer profesional de dicha persona, incluye además indagaciones acerca de temáticas polémicas del entorno sociocultural santiaguero y cubano. Usted puede coincidir o no con las percepciones del entrevistado, lo que es seguro es el tratamiento desprejuiciado del plato a la mesa.

Otro momento que la asistencia aguarda es la sección Lo que trae Reynaldo. Con la conducción del escritor y promotor Reynaldo García Blanco, es el tiempo en que la risa hace catarsis colectiva por medio de curiosidades y un humor que desafía el intelecto.

El Menú incluye en sus ofertas las ediciones de festivales de la música y otras celebraciones del Sistema de la Cultura. Créanme, a veces se torna difícil acceder a la mesa. Siempre es un encuentro nutritivo para las esencias humanas.

Seguramente Aquiles tendrá a buen recaudo de guitarra varias ideas en cocción para la próxima cena. Mientras esperamos, los fieles encontramos maneras para la degustación.

Amaneciste contando a tus heridas

cómo es que al tiempo le sangra

la vida en nuestro canto

Iluminando mi espacio

con tu palabra encendida

comienzo de pronto a crecer.

(Frag. “Mira”, José Aquiles)

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  • Soy una de las tantas personas que aman ese espacio de ensueño y me siento dichosa por la posibilidad de disfrutar, aunque no tanto como quisiera, de todo el arte y la emoción que allí acontecen. Es un espacio donde se puede encontrar paz y felicidad, abrazar amigos, entonar canciones, descubrí un caluroso aplauso. Su anfitrión, mi amigo, su música ignotiza el alma y muestra las aperturas hacia el universo. En fin resulta delicioso degustar tan valioso menú. Gracias por mantener la llama de una cena siempre grata. Gracias José.

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